^ I ■ AS* m Digitized by the Internet Archive in 2007 with funding from Microsoft Corporation http://www.archive.org/details/articulosescogidOOrestiala EURO KASTOS ES PEOPIEDAD DEL AUTOR (AU lights reserved.) i ESCRITORES COLOMBIANos EURO KASTOS ARTICULOS ESCOGIDOS NUEVA EDICION AUMENTADA Y CU I D A DOS A M EX TK COBREGIDA CON OH RETRATO DEL Al'TOR Y US PROLOGO POR EL DR. D. MANUEL UEIBE ANGEL LONDRES PUBLICADO TOR JUAN M. FOXNEGRA M DCCC LXXX V PROLOGO DE LA PRIMERA EDICION Bogota, 1.° de Noviembre de 1859. Dese&bamos do tiempo atras ver reunidos en un solo cuerpo tod os losarticulos de costumbres del senor Juan de Dios Restrepo, tan popular en la Nueva Granada bajo el seudomino de Emiro Kasto-f, y a), fin hemos tenido el placer de que este senor nos permita hacer la edicidn. El senor Restrepo no es un escritor de profesion : el no escribe sino muy de tarde en tarde y cuando le viene el capri. cho de hacerlo. La naturaleza de sus escritos confirma muy bien esta asercion. Por eso al darnos el permiso de coleccionar sus articulos nos dijo : " Pongan ustedes ilnicamente los que he publicado con la firma de Emiro Kastos sin distincion al- guna, y solo con la fecha en la cual fuoron escritos. Asi podra el publico juzgarlos mejor, pues hay muchos que son entered mente de epoca." Es esto. pues, lo que hemos hecho nosotros para ser fieles d la voluntad del senor Restrepo. Por lo demds, abrigamos la esperanza de que el publico se apresurard, como siempre que se trata de este distinguido literato, & dar una manifestacion esplendida de lo mucho que lo aprecia y distingue ; y como sus obras son su mejor apologia, nosotros no tenemos ni el atrevimiento de ensayar un juicio sobre ellas. LOS EDITOKES EMIRO KASTOS Solicitado para escribir alguna cosa, que debe ponerse & la cabeza de las obras literarias de Emiro Kastos, a inauera de prologo, lo primero que hice fue excusarme, por motivo de incompetencia ; pero como no se admitiera mi excusa y como yo tuviese que ceder, me visto en este momento, como se dice familiarmente, camisa de once varas. Ardua cosa es poner mi pluma al lado de la de Emiro Kastos ; mas, sea por debil'idad de caracter 6 por condescenden- cia, es lo cierto que estoy en el empeno de hacer algo, sea cual fuere el resultado, con buena intention, eso si, pero con descon- rianza de mis facultades tambien. Opino que los prologos deberian abolirse, como inutiles unas veces y como perniciosos en ocasiones ; mas, puesto que est&n de moda, me someto & ella. Mejor que un prologo, hallo que seria la lectura de la obra, y, si ha de ser largo y luminoso, bueno ser£ que luzca por su propia cuenta, porque si el euca- bezamiento de un libro hubiera de ser mejor que el libro mismo, flaco servicio se haria al escritor. Yo no temo que el mio perjudique en lo minimo &. Emiro Kastos ; quisiera si que fuese digno de mi ilustre amigo. y me consuelo desde ahora para el caso probable de que saiga muy X EMIRO KASTOS malo, porque entonces acontecera a la exquisita production de Emiro Kastos lo que sucede & una mujer bella cuyas divinas perfecciones son tanto mas salientes, cuanto mas fea es la com- panera que lleva al lado. Previas estas consideraciones, que parecen exordio, quiero entrar en materia y advierto que dare sobre la persona fisica, moral, intelectual, politica y literaria de Emiro Kastos, alguoos pormenores poco conocidos, porque no todos los lectores han tenido la ventaja de vivir en estrecha intimidad con el, durante mucho tiempo. No se si al lector le ocurrira lo que & mi, cuando leo algun libro que me agrada ; pero me parece que si, porque eso estd en la naturaleza de las cosas — quisiera saber que especie de hombre es el escritor, donde nacio, donde se crio y donde se educo — quisiera saber que cara tiene, que cuerpo, que modales, que caracter y, en fin, que todo, para entrar en amistad con el y comprenderlo y descifrarlo y conocerlo a mis anchas. Si yo tuviera que decir alguna cosa mala de Emiro Kastos, no me habria encargado de escribir este prologo ; mas, como felizmente para el y dichosamerite para mi, lo que tengo que decir es favorable, mi tarea se facilita. No carecerd Emiro de uno que otro defectillo, defectillos de caracter que ni consti- tuyen vicios ni deshonran, y, como ademas, yo tengo la cos- tumbre de quererle mucho, ni me corresponde vituperarlo por ellos ni hacerle cargos. Todo lo contrario, uno que otro resabio que le he notado me cae en gracia y lo recibo como rasgo claro de su caracter franco y entero. No pretendo hacer una bio- grafia completa de Emiro Kastos, segitn las reglas del arte, por. que eso sale de mi capacidad y alargaria demasiado mi escrito. Pretendo solo introducirlo al conocimiento del lector, suminis- trando algunos datos sobre su vida, para el gasto y provecho de sus admiradores. No quiero tampoco entrar en dif usa critica de sus obras, por- que realmente consulto mis facultades y las encuentro debiles para tanto. Mi juicio literario, pues, sera somero y rapido. EMIRO KASTOS XI Cornienzo por decir d los pocos que no lo sepan que Emiro Kastos es, como si dijeramos nonibre de guerra, porque el verdadero que se le puso en la pila bautismal, fue Juan de Dios ; de manera que pienso decir algunas veces Emiro y otras Juan de Dios, porque tanto vale lo uno como lo otro. Nacio Juan de Dios Restrepo en la Provincia de Antioquia, y, si no estoy mal informado, en la ciudad de Medellin 6 en un punto de sus cercanias, y fueron sus padres Don Francisco Maria Restrepo y Dona Beatriz Ramos. Tampoco se & punto fijo el ano del nacimiento de mi amigo ; pero como yo estoy frisando con los sesenta y tres y se que le llevo dos 6 tres anos de edad, juzgo que esta en los sesenta, lo que equivale & decir que ambos estamos viejos. Don Francisco Maria Restrepo era honibre de clarisima inteligencia y pertenecia 6, esa gran familia autioquena de Restrepos, compuesta de individuos en quienes los tontos son pocos y los inteligentes muchos. Si se me pidiera la prueba presentaria para descargo el nombre venerable de Don Josu Ft'lix de Restrepo, y el, para mi, no menos ilustre de Don Jose Manuel Restrepo, tio carnal de Juan de Dios. Dona Beatriz Ramos era matrona distinguidisima y oraato admirable de la sociedad antioquena. Juan de Dios heredo de su padre gran capacidad intelectual, y puede suceder tambien, aunque yo no lo afirmo, que, por la sarigre que circula en sus venas, ruede el talento en forma fluida; porque, sin que falten excepciones, he creido notar que, en algunas familias, la inteligencia forma jerarquias, y de no, abi estan Caro y su hijo, Dumas y el suyo, y muchos mas. Emiro Kastos paso la niiiez y parte de la juventud en las ciudades de Antioquia y Medellin, y empleo probablemente el tiempo en recibir educacion acomodada & los escasos medios de entonces ; y juzgo que no lo perderia porque, llevado a Bogota en el anode 1840 6 41, epoca en que lo conoci, ya manifestaba no escaso caudal de conocimientos. XII EMIRO KASTOS Juan de Dios y yo seguiamos carreras distintas. El como que queria ser jurista y yo como que queria ser medico ; por manera que, aunque nos veiamos y nos tratabamos, no lo hacia- mos estrechamente, porque girabamos en diferente circulo. Concluida la revolution del ano de 40, se organizaron en Bogota los estudios academicos, lo mejor que se pudo, y resulto de ello que fuera de la Escuela de Teologia, con la cual nada teniamos que hacer, las de Jurisprudencia y Medicina fueron concurridas por grupos de jovenes cuya mayor parte ha desapare. cido ya, arrebatados unos por muerte natural y segados otros por la cucbilla inexorable de nuestras guerras civiles. En el grupo de jovenes que asistian a las clases de Derecho, como apellidaban entonces la Jurisprudencia y la Politica, lucian, entre otros, los Camachos, los Pereiras, los Herreras y Gregorio Gutierrez Gonzalez. Todos ellos reunidos formaban un grupito que parecia una promesa de ventura para el porvenir de la Patria, y todos ellos 6 la mayor parte, eran amigos de Juan de Dios Restrepo. Aparecio en aquella epoca, en la ciudad de Bogota, un periodico de indole politica y literaria en que se estreno con brillo nuestro amigo, a pesar de su corta edad, la cual no pasaba eatonces de diez y ocho & diez y nueve anos. El periodico tuvo existencia ef linera, pero sirvio para manifestar claramente la fuerza intelectual de sus redactores. Algunos articulos en prosa y algunas composiciones en verso, que recuerdo haber leido con gusto, fueron primicias ofrecidas por el ingenio de Restrepo. Los estudios de Emiro Kastos en Bogota ni fueron com- pletamente clasicos, ni tan largos como convenia, porque, a mediados de 1844, estando yo en vfsperas de viaje para Antio- quia, se me allego y me dijo : " Seremos compaiieros de viaje; " lo que aceptecon alegria. Partimos, y por una feliz casualidad se nos unio, para seguir en nuestra compania hasta Nare, el Doctor Ricardo de EMIRO KASTOS XIII la Parra. Este ultimo redactaba M El Joven," periodico de oposicion ; y como fuese un tanto agresivo en sus escritos, no dejaba de incomodar al Gobierno presidido por el General Herran y dirigido, en mucha parte, por Don Mariano Ospina y por Don Juan de Dios Aranzazu. Yo creo que para desernbarazarse de "El Joven " resolvie- ron aquellos sefiores nombrar al Doctor Parra para desem- pefiar la Prefectura del territorio de las Bocas del Toro, que el acepto. Aunque ha pasado mucho tiempo, estoy ahora, aqui en Paris, trayendo a la memoria y figurandome, como si los viera, a mis dos companeros de viaje, especialmente en el trozo de camino que hay entre el Aserradero y Nare. Juan de Dios nos divertia con su parla constante y sus ocurren- cias inesperadas, mientras que el Doctor Parra se nos perdia de repente en la mitad del camino; y era porque se entraba en uno de esos bosquecillos, con la cartera abierta y el lapiz en la mano, para escribir una estrofa que habia ido riman- do al trote de la mula. Entre Juan de Dios y el Doctor Parra, como pensadores, habia la diferencia que hay entre la centella y su estallido ; el primero brillaba repentina- mente; el segundo resonaba como el trueno y se extin- guia lentamente y en lejanos ecos. El primero lanzaba verdades en forma precisa y a veces extravagante, pero siempre sentenciosa y divertida ; el segundo se perdia en los pliegues de la hiperbole y decia, con donaire, monstruosi- dades del tenor siguiente, cuando navegando por el Gran Rio, contemplaba el aspecto de los bogas y se sentia picado por los mosquitos : " Pasaran torrentes de millones de gene- raciones de siglos, antes de que esta tierra se civilice." Crei notar en el estilo de Restrepo algo del satirico y mordiente de Rabelais, y en el Doctor Parra algo sibilino y profctico, como el de la pitonisa sobre el tripode. El dia en que nos dimos el abrazo de despedida en Nare XIV EM1R0 KASTOS tuve ocasion de ver el resultado intelectual de la correria de mis dos compatriotas. Juan de Dios nos leyo una com- posicion en verso, que no ha sido publicada, y sobre la cual declaro, & fuer de hombre de bien, ser uno de los retazos mejor sentidos y mas lindamente expresados en lengua cas- tellana. El Doctor Parra nos leyo otra composicion, tambien en verso, que, si no recuerdo mal, tenia cierto sabor de pan- teismo ; por lo demas, el escrito revelaba la robustez de pen- samiento de mi malosrrado ami^o. Despues de llegar a Antioquia continue viviendo en intimo contacto con Juan de Dios, y tanto que su casa era la mia y la mia era su casa. Esa casita de la familia de Restrepo, en Me- dellm, era preciosa, y quien de su merito quisiera convencerse, no tendria que hacer otra cosa que leer la descripcion que de ella hace en uno de sus articulos. El tiempo que yo no empleaba en el desempeno de tareas profesionales, y el que & el le quedaba libre en los intervalos de uno que otro viaje que hacia para estar con su padre en un cortijo vecino, lo empleabamos en leer, conversar, banarnos en los riachuelos, comer frutas, y en procurarnos la mejor ali- mentacion posible. Fue en aquella epoca cuando yo compreudi el gran cumulo de conocimientos adquiridos por Juan de Dios, en tan corta edad, y es por eso por lo que, llegado a ese punto, quiero tratar de ver si puedo retratar al hombre intelectual. Restrepo nacio con lo que se pudiera llamar tcmperarnento literario; y digo esto porque sus facultades orgdnicas y psico- logicas me han parecido siempre admirables ; pero, como yo no creo en escritores perfectos sin la debida preparacion anterior, tratare de indicar de que manera llego & adquirir la f uerza neee- saria para seguir, como ha seguido, con lucimiento, su tarea de pensador y de escritor aventajado. Sus estudios elementales y filosoficos debieron de ser bien hechos, si se juzga por el resultado ; y como ademas, durante EMIRO KASTOS XV cl tiempo de su permanencia en Bogota debio, por lo meuos, estudiar un poco en Bentham y Filangbieri, en Juan Ban- tista Say y Benjamin Constant, en Don Juan Sala y Don Ramon Campos, en Federico Bastiat y Tocqueville, en Guizot y Michelet ; como tambien pudo oir, ya en los congresos, ya en los bancos de la Universidad, las ensenanzas dogm&ticas del maestro Florentino Gonzalez, 6 las logicas lecciones del Doctor Ezequiel Rojas, se comprendera facilmente que alma- cenaba en su cerebro lo mejor y mas correcto de la ciencia adquirida hasta entonces por el pais. Fuera de eso, Emiro Kastos estuvo siempre muy bien relacionado en la capital con los hombres emimentes de la epoca, como se demuestra en la parte de su libro en que des- cribe, con tamana propiedad, el salon de tertulia de Don Juan de Dios Aranzazu. Mientras que, con un poder notabilisimo de absorcion inte- lectual, recogia al paso gran copia de ideas expresadas por aquellos personajes, de verdadera y solida instruccion, el por su parte leia, 6 mas bien devoraba con ansia todo libro que pudiera haber a la mano. Ya en Antioquia, y en la epoca a que venia refiriendome, Emiro Kastos, si no un sabio, era un joven lleno de conoci- mientos y de erudicion ; y como, & un mismo tiempo, en vez de contener su ardor por el estudio, lo aumentase mas y mas, resulto de ello que alcanzo una competencia fenomenal para escribir bien, mucho y facilmente. Juan de Dios leia novelas ; pero el sentido estetico, que es uno de sus principales caracteres, lo guiaba para escoger siempre lo bueno, lo bello y lo litil, en materia de lecturas. Todavia recuerdo el aire de menosprecio que tomaba cuando, al dar con un mal libro, lo arrojaba desdeiioso y acompafiaba la accion de algtln calincativo terrible. No me pude explicar, id me explico ahora, como, en tan corta edad, pudo Emiro Kastos adquirir tan vasta iustrucci()ii. XVI EMIRO KASTOS Clasicos latinos y espanoles, literatura francesa e inglesa, fa- bula e historia, economia politica y legislation, etica y psico- logia, romances y costumbres, logica e ideologia, aguda critica y lirismo para describir, todo le era conocido, y todo de una manera sorprendente. Si Emiro Kastos leia novelas, no las leia como el vulgo de los lectores, y sacaba de las buenas el provecho que un hombre de buen juicio puede y debe sacar; porque, si es verdad que esa clase de lectura corrompe a veces y deprava en ocasiones, tarn- bien es cierto que con frecuencia adorna el espiritu, pule las ideas, ordena el sentimiento y enriquece el alma. Serias meditaciones sobre la historia general del niundo, y muy especialmente sobre la historia de Grecia y de Roma, ocu- paban mucho tiempo del consagrado al trabajo por mi amigo ; pero sus autores favoritos eran Larra y Mesonero Romanos, Byron y Shakespeare, Tacito y Plutarco, Victor Hugo y, sobre todo, el gran Balzac. Con esta referenda quiero dar a en tender que el escritor calzo, desde muy temprano, mas de cuatro puntos en la tarea que desempeno, y que no puede dejar de verse en el un ser in- teligente de una complexidad apenas concebible, por cuanto sus gustos y sus aptitudes lo hicieron propio para escritos de diver? o genero y de variadas aplicaciones. A la edad de veintiiin afiosera Emiro Kastos, en cuanto a he- chura f isica, un personaje, poco mas 6 menos igual al que intento describir en seguida : mediano de cuerpo, delgado de miembros, de blanca piel, de pelo castano claro, de barba naciente, de ojos que tiraban & azul, de facciones regulares y de fisonomia mas bien melancolica que alegre, y mas bien pensadora que frivola. Cuando andaba, su paso parecia vacilante y su cuerpo se en- corvaba inclinandose a uno y otro lado, como el junco cuando es movido por el viento. Al coutemplar aquella organizacion tan delicada y fragil en apariencia, cualquiera hubiera dicho que pertenecia & un ser EMIRO KASTOS XVII indolente y perezoso, a un sujeto inutil y de poca resistencia ; pero nada de eso. Erairo Kastos era un caminador insigne y un cabalgador infatigable ; sobrio y frugal, amaba los buenos man- jares, y los amaba por la calidad mas bien que por la cantidad ; pero flexible en todo y acomodado a las circunstancias, tomaba con resignation y sin reclamar lo que se le ofrecia. Yo creo que, como Alcibiades, se hubiera sentado con lucimiento en un festin de Atenas, y que en Esparta hubiera comido la salsa negra con los lacedemonios. De la faena de leer mucho y sobre todo leer de noche, resulto que enfermaron sus ojos ; y el meditar siempre con intensidad imprimio a su ser un aspecto sonoliento y abstrafdo con frecuencia ; tanto que habia momentos en que todo vinculo de relation con el mundo exterior parecia roto para el. En tales momentos la existencia entera de Juan de Dios parecia retirarse de la periferia de su cuerpo para abrigarse en el fondo de su alma ; y entonces sucedia que al irse se despedia a la iDglesa, es decir, sin saludar ; que al sen- tarse a la mesa, comenzaba por los postres y acababa por la sopa ; y que al mudar pieza de vestido tomaba por equivoca- tion una servilleta en vez de un panuelo. Cuentan de Lafontaine que cierto dia fue de visita & casa de un amigo y que, al preguntar por el le respondio el por- tero : " Senor, su amigo de U. murio hace ocho dias, y TJ. asistio al entierro." El gran poeta se golpeo la frente, " lo habia olvidado," dijo, y volvio la espalda. Emiro Kastos no ha hecho eso, al menos que yo lo sepa ; pero si atiendo a lo que entonces sucedia, no me parece imposible que lo hiciera. La distraction, sin embargo, no es senal ni de egoismo ni de indiferencia ; es un estado del alma, adquirido en parte y en parte congenita. Nada supone en contra del caracter de un irulividuo, y menos cuando este individuo es Juan de Dios Restrepo. Yo que lo conozco se que fue siempre hijo tierno, amante hermauo, amigo incomparable, ciudadauo estimable y XVIII EMIRO KASTOS hombre correcto. En lo que son modales y trato social el se daba por emancipado, sin renunciar un punto de su natural benevolencia. Asi, por ejemplo, en su manera de vestir era sumamente descuidado ; tenia horror por dijes y fruslerias, y las piezas de ropa que llevaba de ordinario iban sobre su per- sona al desgaire y sin el atildamieuto que acostunibran los jovenes de su edad. Las telas que gastaba, es verdad, eran siempre de buen gusto, finas y de buena calidad ; mas llevadas con eldescuido apuntado, revelaban en el dueno ese "que se me da & mi de las exigencias de la moda." Justo es notar sin embargo que, en medio de ese desgreno, lucia como realce el m&s esmerado aseo y la rais nimia pulcritud, Dejo k un lado todas estas noticias personales que pare- cen y son pueriles, y veo con alguna seriedad el lado literario del escritor. Durante su primera permanencia en Antioquia, Restrepo escribio y publico algunas hojas volantes sobre asuntos de actualidad, como se dice hoy, y las escribio con tal maestria, que revelaba bien sus bellas aptitudes. Todavia hacia ver. sos, y los hacia bonitos; pero, sin que se sepa por que, dio de mano A esa tarea ; mando las musas enhoramala y apli- co todas sus facultades a la prosa, pero a la prosa intere- sante, sustanciosa, nutrida y admirable, como quedard evi- dente para el lector que quiera procurarse el placer de leerla. Despues del ano de 1854, se publico en Medellin "El Pueblo," periodico literario, politico, noticioso e industrial en que trabajaron, entre otros, Camilo A. Echeverri, Benigno Res- trepo, Juan Crisostomo Soto y Lucrecio Gomez. Todos ellos eran mas 6 menos amigos de Emiro Kastos, quien con sus donosos articulos sobre costumbres, industria y economia poli- tica dio sumo interes d la publicacion. Por ese tiempo nuestro escritor partia sus tareas entre actuar en Degocios propios, estudiar mucho, como de costumbre, y EMIRO KASTOS XIX deleitar al publico con sus originates producciones, porque ya principiaba a ser conocido con credito en la Repiiblica. Juan de Dios comprendia que lacarrera literaria no podia ser para el negocio de medros personales, sobre todo en un pais en que los trabajos de inteligencia ni contaban ni cuentan con adecuada remuneracion. Por tal motivo, aunque impotente para resistir la fuerza del instinto que lo conducia d, escribir con frecuencia, no descuidaba otra clase de ocupaciones. "Un poco de agricultura y un poco de mineria llamaron, por en- tonces, su atencion ; pero esta clase de empresas, aleatorias, como lo eran todas las que entonces habia en Antioquia, no le dieron buen resultado, como no se lo dieron luego algunos ensayos de comercio, hechos con productos nacionales, propios para la ex- portacion. Tal vez dependio el mal exito de que el hombre, ab- sorbido por asuntos literarios y cientificos, no podia ser dirigido sino por el f uego sagrado de su pluma ; f uego que hermana bien con la expresidn del pensamiento, con los fueros de la inteli- gencia y con los arrebatos del genio, pero que gusta poco de ir de brazo con las ideas netas de la cantidad y del niimero, de los guarismos y del Libro de Caja. Desde el comienzo de la carrera literaria de Emiro Kastos se vio que la espontaneidad era el tipo genial de sus produc- ciones, y como la espontaneidad es el arte, el artista quedo hecho de una sola pieza. Un dia est&bamos comiendo y, en conversation intima, me dijo: "Estas costumbres parroquiales de Antioquia me parecen venero inago table para formar articulos de costumbres." — Pues A la obra, le conteste ; y al dia siguiente, d la misma hora, me leyo Mi compadre Facundo; acaso la mds sutil, delicada y estupenda prueba de observacion. Semanas despues de pu- blicado, me andaba yo por aquellos campos tomando el pulso y dando recetas, y acertc d entrar en un cortijo en que vivia un respetable campesiuo, padre de una muchachona desparpajada e inteligente, si bien sencilla y pobre y de e$- XX EMIEO KASTOS merada education. No se por que motivo, hablando con ella vino a" cuento el nombre de Emiro Kastos. " Estoy furiosa con ese hombre, me dijo ; jamas ha entrado en casa y no se por que ni para que nos ha retratado en un papel publico, con todos nuestros pelos y senales." \ Que tal seria la verdad del cuadro \ Esto que acabo de decir me hace recordar una anecdota que lei, no me acuerdo en donde, sobre el gran tragico Federico Lemaitre. Tenia el tal hombre la costumbre de ensayar a lo vivo todos sus papeles delante de un espejo, y en cierta ocasion en que tenia que representar el papel de Diablo, hizo sus experiencias, con la vestimenta propia del Principe de las Tinieblas, cola, cuernos, etc. Tan encantado debio de que- dar del buen exito del ensayo que, para probar su efecto, salio & una de las ventanas de su casa, que daba a - la calle. A ese tiempo pasaba una vieja con la cual se encaro el celebre actor, haciendo los peculiares gestos y muecas del personaje que iba a representar. Pues, senor, se desmayo la vieja. Y es porque eso de escribir sobre costumbres, de manera que los lectores al tiempo de leer exclamen la bien conocida frase : " Ese soy yo ; " y eso de representar de modo que las ninas lloren y las viejas se asusten, es cosa que apenas pueden manejar hombres de genio. En "El Neo-Granadino " y en "El .Tiempo," periodicos pu- blicados en la capital de la Republica, continuo Emiro Kastos dando a" luz sus articulos literarios que versan sobre diferen- tes asuntos : politica, economia, industria y costumbres. Estos liltimos han sido para los lectores de dentro y fuera del pais, fuente inagotable de placer, por la donosura con que estan escritos, sin que por eso pueda decirse que los otros generos sean tratados con menos acierto y maestria. Quienquiera que hubiese contemplado a" Juan de Dios Res- trepo entre los anos de 1850 a 1860, se habria inclinado a pensar que un personaje tal, con la cabeza inclinada, absorto en sus EMIBO KASTOS XXI pensamientos, desligado del mundo exterior y, en ocasiones taciturno, era incapaz de seguir con pertinacia un sistema constante de observation social y privada. Y se habria en- ganado por completo quien asi pensase, porque la cualidad prominente de este escritor consiste en la sagaz perspicuidad de talento de observacidn. Pero si esta recomendaci6n es de tanta importancia para enaltecer el merito de un autor, hay otras que no queremos pasar en silencio. Por efecto, sin duda, de su gran inteligen- cia, de sus asiduas lecturas, de su perseverante meditation y de la bondad genuina de sus autores predilectos, resulta que Emiro Kastos conoce generalmente bien el valor signifi- cative de cada palabra que emplea, que todo vocablo es bien escogido y bien puesto, que la conexion entre las voces es admirable, que la frase es oportuna, que el periodo es per- fecto, que la oration es bien construida y que el discurso es delicioso. Me ha sucedido & veces, al tiempo de oirle hablar y cuando he leido sus obras, toparme con un periodo tan singular* mente construido que, al considerar su giro, he dudado que pueda ser llevado & terraino con felicidad. No sucede asi, sin embargo, porque cuando se piensa que hay embarazo y per- plejidad en la diction, el escritor hace de modo que, como por una especie de gimnasia intelectual 6 movimiento artistico, vuelve sobre si y remata con algo sorprendente, logico y per- fecto. Emiro Kastos conoce el corazon humano como si hubiera vivido en sus ventriculos, y eso se ve bien claro en la descrip- tion que hace de los sentimientos y de las pasiones ; conoce eJ alma humana, y eso se evidencia por la apreciaeion justa que hace de los hombres y de las inteligencias ; conoce los princi- pios de las ciencias sociales, y eso se prueba con la explanation oportuna de las mejores doctrinas en legislation y en economia politica, en derecho constitucional y en ciencia administrativa ; XXll EMIRO KASTOS conoce la indole de las cuestiones industriales, como se ve por los articulos en que las estudia ; conoce la historia, la fabula y la literatura en general, como se deduce de las frecuentes y acertadas citas que de ellas hace ; conoce la. naturaleza fisica, puesto que la describe con tanta habilidad. Por manera que siendo tan apto para cambiar de genero y tan habil para desempenarse en todos ellos, tengo derecho para volver a mi tema y sostener que Emiro Kastos posee una di- chosa inteligencia multiple. La concision es, por lo general, caracter distinguido en los escritos de Emiro. Ninguno como el describe un paisaje con menos palabras y con mas perfection. Lo difuso le causa horror. Pero se dira, y tal vez con alguna razon, que se permite a veces incomprensibles olvidos respecto de la gramatica y la retorica. Es posible que un purista, como tenemos muchos, exclame al tiempo de leer sus obras : " Este que es galicado ; esta frase es un neologismo; esta concordancia esta mal hecha ; esta figura mal traida," y cosas por el estilo ; y aun es posible que el purista tenga razon. Yo que soy de la escuela de los incorrectos voy £ decir sobre esfco un gran desatino. Bios me lo perdone, pero asi lo siento. Mucha gramatica y mucha retorica, mucho precepto y mucha regla, mucha reminiscencia clasica y mucho andar por las caminos trillados, para algunos, son cadenas y grillos que embarazan un tanto la expresion espontanea del pensamiento ; que detienen el vuelo de las ideas ; que amortiguan la vitalidad del escritor y lo confinan en un molde estrecho de donde nunca puede salir, dando al discurso cierta fria severidad, cierta chocante aspereza que instruira todo lo que se quiera, pero que no siempre gusta, porque con frecuencia desfigura al hombre y lo separa de su estilo propio, que es tanto como partirlo en dos. En el ligero juicio critico que antecede, creo haber di- cho mucho bueno respecto del hombre y respecto del escritor ; EMIRO KASTOS XXIII pero como toda opinion que se aproxime a lo absoluto ins- pira desconfianza, es posible que no falte quien me acuse de un poco parcial y de un mucho apasionado en el asunto. Por tanto y para ver si puedodejar mi credito en limpio, quiero someter la obra a una prueba de experimentacion, para conven- cer d los lectores de que es esencialmente buena. Procedo a esto, para destruir todo motivo de duda que quiera explicar la cosa por un acto de prestidigitacion de parte mia, delante de mi compatriota y amigo el joven Jose A. Silva, quien, persona competente en achaques de literatura y en negocios de hom- bria de bieu, no me dejara meutir. Tomo el volumen, lo abro al acaso, leo y copio un parrafo. " Casarse con una linda muchacha en Bogota, despues de aca- bar su carrera : retirarse con ella a su casa de campo en el valle del Cauca : pasar alii sus dias cuidando sus vacas, entre- gado d ocupaciones campestres y paseandose con su amada bajo las ceibas, los naranjos, los madronos y las palmeras de su bello pais : acostarse por la noche en una hamaca a aspirar las brisas perfumadas de los bosques, fumando cigarros mien- tras ella preludiarfa al son de la guitarra canciones de amor : hacer versos en sus horas perdidas, cuidar sus caballos y sus perros, entregarse d todas las voluptuosidades de la pereza, que tiene tanto atractivo en los climas calientes : educar sus hijos, idolatrar d su mujer, vivir dichoso y morir en paz, he aqui el sueflo dorado de Emilio." (Pagina 187 — Recuerdos de la juventud.) Pero como puede objetarse d esto que la casualidad me baya favorecido, abro de nuevo, leo y copio. " A las lluvias continuas y d los malos dias sucedio, para favorecer la diversion, una de esas noches verdaderas de Diciembre, en que nuestro cielo se cubre, como una hermosa en sus dias de coqueteria, con su mds bello vestido azul, con sus mds fulgentes y esplendorosas estrellas. Era una de esas noches serenas y tranquilas, que se yen en nue&tro valle, en que la luz carifio- XXIV tiMIRO KASTOS sa de las estrellas y la bnsa cargada de perfumes y voluptuo- sidad, convidan al placer ; una de esas noches en que la vida se siente ligera c imaginamos que la desgracia es mentira ; una noche de esas en que hasta los desgraciados tienen es- peranza y hasta los ateos creen en Dios." (Pagina 165 — Un baile en Medellin.) Para que el buen resultado obtenido se atribuya linicamente 6, la casualidad sera preciso sutilizar mucho. El lector puede repetir la experiencia tan to como quiera, y yo le auguro resul- tado feliz. Si es hombre que sabe mucha gram&tica, le permito que eche tajos y mandobles sobre las incorrecciones que halle ; pero no le permito que deje de gozar con tanta belleza intrin- seca como hay en los dos parrafos citados. i Habra, muchos libros, de los que andan por el mundo de las letras, que salgan triunfantes de semejante prueba \ Creo que no. Despues de haber escrito todos los articulos que hoy se pu- blican en nueva edicion, Emiro Kastos abandono la pluma, de un modo casi completo, y se entrego a otro genero de ocupa- ciones. Yoy a tratar de explicar la causa de esto como yo la concibo. Entre los anos de 1854 y 1859 me parece que Emiro Kas- tos se hallo estimulado en su carrera por dos ideas fundamen- tales, que representan en la existencia dos momentos solemnes : constituir un hogar y, para ello, adquirir dinero. Para satis- facer estas dos aspiraciones echo mano de los elementos propios : para la una el amor, y para la otra la practica de los negocios comerciales. Para lo primero la felicidad le vino como adrede, porque vio y amo & la senorita Dolores Plata, quien por ende llego a ser Dolores Plata de Eestrepo. Si a Emiro Kastos le falta- ba algo para ser completo, la union cod su respetable esposa de hoy lo ha perfeccionado, porque, al decir unanime de las gentes, la companera de mi amigo es persona de raras per- fecciones. Mujer de espiritu cultivado, de caracter entero, EMIEO KASTOS XXV de gran ternnra afectiva, de clara inteligencia y de aptitud recouocida para todo lo que a su sexo atane, ha sabido sostener a su marido en los momentos dolorosos de prueba, y lo ha estimulado con amorosa solicitud para seguir con acierto el escabroso seudero de la existencia. Quien hubiera estudiado & Emiro Kastos cuando estaba entregado & sus estudios literarios ; quien lo hubiese visto tan sonador y melancolico, habria creido que no habia tela en t-1 para hacer un hombre propio para los negocios y para acumular habil y honradamente un capital, que lo emanci- para de tanta servidumbre como pesa de ordinario sobre los pobres. Y se habria engafiado quien asi pensase, porque, ya lo tenemos dicho, Emiro Kastos es hombre de altas y variadas facultades que lo han hecho propio para practicar con brio muchas de las operaciones de la vida. El amor, pues, y el trabajo han sido la base sobre que se eleva el edificio de prosperidad en que, segun se me dice, vive hoy Emiro Kastos. Yo pido fervorosamente a Dios que no retire de esa para mi tan querida familia toda su proteccion. Cuando un hombre recibe de la Providencia mucho talento y una pluma bien cortada, queda, por este hecho, en la obliga- tion ineludible de llenar un deber moral, politico y social de suprema importancia. El hombre asi dotado debe trabajar activamente en defensa de los fueros de la moral, en bien de los santos intereses de la Patria y en pro de la buena organiza- tion de la asociacion humana. Veamos un poco en que mane- ra Emiro Kastos ha llenado su mision. Cuando ha entrado en el campo de las costumbres, ha intro- ducido el estilete de su critica hasta muy adentro en las carnes de la sociedad, y lo ha removido como el cirujano habil para hallar el origen del mal y senalar cuerdamente el metodo curativo. Esa tarea no la ha verificado con el fin de arrancar gritos de dolor a la victima, ni en via de procurarse el placer de maldecir, sino por llegar a la satisfaccion de hacer el bien. XXVI EMIEO KASTOS De otra manera yo no diria que tiene talento, porque la faena de corregir, castigando los vicios, mas que amigos crea emulos y adversaries. Hay en la forma algo que parece cruel, pero que en realidad no lo es, porque la expresion de la verdad, por amarga que sea, simboliza siempre una ganancia para el hombre. Ademas yo opino que el antiguo adagio de que "la letra con sangre entra," goza hoy de una vigencia indis- cutible. Los codigos de instruccion piiblica han abolido en las escuelas el cepo y las cuerdas, la ferula y el azote, y, en fin, todo castigo corporal que infame y que degrade. El domine de antano sacaba sangre del cuerpo de sus dis- cipulos; pero los cuidados y la labor que pide el apreu- dizaje de la ciencia, saca sangre del espiritu. El negocio, pues, esta en la forma. Emiro Kastos ha defendido constantemente la libertad del hombre ;. mas no se crea que, al defenderla, la haya sacado de sus limites naturales, trazados por la equidad y la justicia, por la razon y la filosofia. Emiro Kastos ha combatido de un modo infatigable por defender los derechos del pueblo y, para conseguirlo, no ha ido por caminos desviados ; no ha ocurrido a la adulacion para ganar prestigio; todo lo contrario, ha predicado a sus compatriotas la necesidad en que estdn de cultivar virtudes civicas y privadas, y, en vez de exaltar las malas pasiones de la multitud, le ha mostrado sinceramente el sendero del deber. Me alargaria mas de lo preciso si quisiera entrar en el examen pormenorizado del modo habil y decente con que Juan de Dios Restrepo ha cumplido el deber impuesto & todo escritor honrado ; pero no puedo prescindir de hacer notar que en todas sus producciones campan con brio la filoso- fia profunda, la ciencia pura y una atmosfera adorable de poesia que, necesariamente, debe producir gran placer & los lectores. Por eso, cuando yo supe que Emiro Kastos habia EMIRO KASTOS XXYII abandonado las labores de la pluma para entregarse & los tra- bajos provechosos del comercio, llore por las letras y rue alegre por el araigo. Hoy se me dice que Juan de Dios Restrepo vive en el Estado del Tolima, ocupado en sus acertadas operaciones de comercio y encargado de estimular el desarrollo progresivo de la mineria nacional ; y que, en su situacion de hoy, se le reputa como hombre que La alcanzado la relativa felicidad posible sobre la tierra, por cuauto rodeado de tiernos hijos y adorado por su esposa, cuenta, al mismo tiempo, con la estimacion de sus conciudadauos ; y merece todo eso, en mi concepto, porque para obtenerlo tiene por base un pasado irreprocbable. He conocido muchos escritores que no han podido escapar en la primera epoca de su carrera de lamentables desvios, pro- ducidos por el ardoroso fuego de pasiones juveniles ; los he cono- cido que borrarian hoy, en la edad provecta, con ldgrimas de sus ojos, lo que escribieron en epocas anteriores. Emiro Kastos no se halla en este caso, porque ha obedecido siempre 6, sanas convicciones. Estoy cierto de que hoy todo lo que ha dicho en materias de moral, de politica, de filosofia, de costumbres, etc., etc., lo mantiene con el mismo ardor y buena fe con que lo ha expuesto en sus escritos. Quisiera, para concluir, que Juan de Dios me perdonase la revelation, tal vez indiscreta, de muchos puntos que se refieren & su existencia. No he querido hacer una novera & su costa ; he querido evocar recuerdos de una epoca mejor para mi, y hacerlo conocer a sus lectores, para que lo aprecien en todo lo que vale. No hay en lo que he dicho sino profunda ternura y cariiio perdurable por Emiro Kastos. M. Tribe A. Paris, 12 do ^fayo de 18SS. AKTICULOS ESCOGIDOS ESTUDIOS SOCIALES EL SACERDOTE CATOLICO El verdaclero sacerdote catolico, tal como nosotros lo com- preudemos, esta llamado mds que ninguna otra entidad politica moral, a influir de una mauera poderosa y saludable en la conducta de los hombres y en la dicha de la sociedad. Encar- gado de la ensenanza de la moral, de intervenir en las dUusiones y en los asuntos domesticos de las familias, de los misterios del confesionario y de predicar la religion d la mul- titud, bus medios de accion son tan poderosos como variados. Pero si su influeiicia puede ser saludable, suele ser perniciosa t ;ii ill lirii, de su alma puede salir el bien 6 el mal, asi como del seno de una nube una lluvia benefica que fertilice los campos, 6 un h el ado granizo que los marchite ydestruya. De aqui, cuan importante sea para la bienandanza pilblica que el clero couozca su verdadera mision, y persuadidos como estamos de que nuestras parroquias son desgraciadas 6 felices, morales <"> corrompidas, segun el caracter 6 la moralidad de sus curas l»;irrocos, nos atrevemos a hacer algunas reflexiones y a tomar ki iniciativa en esta grave ciu-st i<'ni. Hay dos pensamientos, de los cuales uno it otro conduce generalmente a los hombres d hacerse sacerdotes. El uno es noble, religioso, fecundo : el amor d Dios y d los hombres; el otro bastardo, iuteresado, mundano : el deseo de riquezas, de comodidades y de holganza. De estos moviles, el primero da vidii d esos liombres de paz y de caridad, que dejando sin Bentimiento ]»ompas y vanidades mundanales, se cousagran con intvepidez y resolucion al cumplimiento de sus graves, i tos y dif idles deberes ; el otro engendra esos sacerdotes B 2 EMIEO KASTOS mercenaries, falsos discipulos de Jesucristo, a quien insultan con sus liviandades y torpezas, los cuales, olvidando que su maestro era todo beneficencia y caridad, se entregan a la avaricia mas sordida y al agiotaje mas escandaloso. Los padres, los tutores y los maestros deben, pues, estudiar grave y profundamente los talentos e' inclinaciones de los ninos antes de consagrarlos & estudios religiosos, y estos ninos una vez convertidos en hombres, antes de dedicarse a Dios al pie de los altares, deben penetrar hasta lo mas intimo de su alma, son- dear alii sus pasiones y sus creencias, y poniendo la mano sobre su corazon, determinar si ha dejado de latir por los pla- ceres tempestuosos del mundo, para solo palpitar en ad elan te por la caridad y por el cielo. Antes apuntamos que la suerte de una parroquia depende casi enteramente del cura: nada mas cierto. Todo el que haya examinado con algiin detenimiento la manera como estan organizadas nuestras pequenas poblaciones, se habra per- suadido de que estas se componen de tres 6 cuatro personas ricas e influyentes, y de una multitud de ignorantes y candorosos labriegos 6, quienes aquellas enganan y explotan & todo su sabor. La multitud no puede esperar de esos hombres, que frecuentando mejor sociedad, tienen algunas ideas y por lo menos saben leer, sino hostilidades y logrerias : solo existe para estos infelices un hombre, y es el cura, del cual tienen derecho a esperar algunos socorros y ensenanzas, un poco de caridad y de luz. El parroco es, pues, naturalmente su maestro, su protector, su amigo : de el adquieren noticias sobre la politica y la marcha de las cosas, acuden & el en busca de protecciones y limosnas cuando los apremian la desnudez y la miseria, y tambien lo solicitan para que arregle sus dife- rencias, calme sus temores y vivifique sus esperanzas. Dediiz- case de aqui cudn grave y sacrosanta es la mision encargada & ese hombre. En la existencia ignorada y humilde de una parroquia, influyen debilmente el caraoter y las cualidades del Presidents de la Republica, 6 del Obispo diocesano, al paso que sus mas caros intereses, la paz y la moral de sus familias, su prosperi- dad y su dicha dependen de que su cura parroco posea nobles cualidades morales y virtudes evangelicas. El magistrado y la ley influyen sobre el hombre en la vida piiblica, pero se detienen en el umbral de la casa del ciudadano : alii comienza AJakrowB escogidos 3 la accion del sacerdote. Llamado a ser el confidente de las desgracias ocultas. do todas las miseriasdesconocidas, el, hombre de consiit'lo y do piedad, debe llevar al seno de las familias la paz el di'a de La discordia, limoanae el dia del hambre y la miseria, y a la hora del desaliento y la duda, la esperanza. Puede aliviar los males transitorios con socorros y consejos, y calmar, con La uncion santa de las palabras religiosas, esas grandes hernias del alma, esos sollozos eternos del corazon que no tienen remedio en este mundo. Espinosa y dificil es por cierto la mision de un cura si quiere llevarla a cabo como verdadero ministro de Jesucristo ; pero si esta vida de sacerdote tiene sus austeridades y trabajos, emprendiendola con entereza y vocation, tiene tambien su poesia y su encanto. Si, nada es mas digno del respeto y de la consideration de los hombres que esas almas elevadas y simpaticas, (jiie se consagran en humildes y solitarias parro- quias a predicar con uncion y con fe las verdades del Evangelio, a mantener la union entre las familias, educar a los ninos y consolar a todos los que sufren. Y si todas las carreras necesitan para llevarse debidamente valor y sacrificios, nin- guna requiere tanto desprendimiento y abnegacion como la del sacerdoi" catolico. Pero este no debe olvidar, para sostenerse en su dificil camino, que si llena lealmente su mision, y atraviesu por en medio de las pasiones humanas inmaculado y puro, tendra por recompensa al fin de su carrera las adora- ciones de los hombres y las bendiciones del cielo. En la catedra sagrada j cuanto bien no puede hacer d sus semejantes el verdadero sacerdote de Jesucristo ! En cumpli- miento de su deber predicara siempre aconsejando el orden y I i pa/, la caridad y la virtud ; nunca animard, al odio y (x la intolerancia, ni fomentard esas antipatias religiosas que ban costado al genero humano tantas ldgrimas. De su boca no saldrdn, como jamds salieron de los labios del Salvador, sino palabrttfl le debemos beneficios. Creemos que d la juveniud actual toca la noble tarea de sacar del polvo con la pluma QTlfietroe grandes nombres olvidados, y poner en relieve todas nuestras glorias nacionales. El culto de lo pasado cuando es rational 16 EMIRO KASTOS es el mas bello de los cultos, porque nada puede esperarse de los muertos, y no presupone ninguna consideracion mez- quina de interes, una lagrima que se derrama sobre una tumba 6 una corona de laurel que se pone sobre una estatua. Y que ! las glorias que reflejaron sobre nuestra patria, la vida fructuosa del Libertador y sus hechos valerosos i podran olvidarse por algunos momentos de debilidad, demasiado expia- dos con sus desgracias posteriores y su muerte solitaria ? La gratitud 6 el olvido con que se recompensa a los desinteresados servidores de la patria, aunque hayan cometido algunas faltas, es el toque para calificar un pueblo de generoso 6 miserable. Los franceses republicanos admiran a Napoleon a pesar de que para luchar con la Europa coligada y humillar a la senora de los mares, hubiese tenido que absorber las individualidades en un inflexible despotismo, y ahogar la democracia en sus brazos de gigante. Pero ellos recuerdan que ese bombre fue el paci- ficador de las facciones, el creador del codigo civil, el heroe de Austerlitz y de Marengo, y el que destruyo de una vez para siempre en Europa el respeto por las tradiciones aristocraticas y la adoration por las viejas monarquias, haciendo a sus solda- dos mariscales y arrojando coronas sobre la cabeza de los hijos del pueblo. ; Acaso tenemos pocos bombres pequenos para olvidarnos de los bombres grandes ! Bolivar sera siempre para nosotros la figura culminante que ofrece la historia americana, y nada podra agostar sus laureles de cien victorias, ni des- vanecer su triple aureola de guerrero, poeta y estadista. • Loor eterno a sus glorias inmortales ! • Paz £ su sombra venerable ! Despues de esta digresion a que no bemos podido resist ir, permitasenos bacer algunas observaciones sobre la contradic- cion que se encuentra entre los principios liberales de los jovenes jilotemicos y la bandera conservadora bajo la cual ce han afiliado. Resulta de sus discursos que son enemigos de la esclavitud, del fanatismo, de las contribuciones desiguales que amargan la vida de los pobres, y de los ataques contra la libertad de imprenta. Abora preguntaremos a estos senores [no es el partido liberal quien ha combatido siempre en la tribuna y por la prensa en favor de la redencion de la humanidad, execrando ese infame cornercio de came bumana, que es tan del gusto ahtIculos escogidos 17 de algunos negociantes conservadores del Surde la Repiiblica? jCual otro es si no el partido conservador quien grune cons- tantemente contra las contribuciones directas, que deben redundar en beneficio de la clase menesterosa, y defiende con una obstinacion salvaje los derechos de estola, los diezmos y primicias, cantribuciones que hacen pagar at pobre por la des- gracia de nacer, y lo explotan desde la cuna hasta el sepulcro, de3de el bautismo hasta el entierro ? j Acaso es el partido liberal, quien llamando impios & todos los que no gustan de genuflexiones y de hipocre^ia religiosa, ha querido envolver el pais en una guerra civil, por sostener frailes carlistas, pro- elamando la aristocracia de las camandulas ? En fin, quereis libertad de iraprenta ? Leed los periodicos de vuestros maestros, que circulan por todas partes libremente, y convenid en que no hay uno solo que no pudiera llevarse con suceso delante de un jurado, si gobernara una Adminis- tration intolerante. Y creemos no habreis olvidado el dia en que el doctor Murillo se presento delante del Senado, y en una improvisation rapida y brillante, digna de mejores tiempos y de asambleas mas republicanas, pidio, aunque en vano, la com- pleta libertad de imprenta, en obsequio de los partidos venci- dos y en nombre de la indepandencia del espiritu humano. I Que diremos de la Escaela Republicana ? Esta Sociedad resume todas las ideas, todos los sentimientos, todas las espe- ranzas de la juventud granadina. • El que, habiendo asistido 6, la sesion del 30 del pasado, no haya comprendido en las pal- pitaciones electricas de esa generosa juventud cuanta fuerza contiene seme j ante vitalidad : el que no haya leido sobre esas t rentes altivas y republicanas, quienes son los duenos del por- venir, debe estar completamente ciego 6 furiosamente obcecado. Esos jovenes desde lo alto de la tribuna sin temor y sin re- proche como el caballero Bayardo, proclamaban en prosa 6 en magnfficos versos los principios civilizadores y fecundos del partido liberal, realzados con el lujo pintoresco de sus pala- bras y el varonil acento de su voz. Al fin de la sesion ocurrid un incidente que dejaremos con- signado en este articulo, no por ia signification que pueda tener en Bogota, sino por la narrativa que de el hardu en las pro- vincias la^ cartas y los periodicos de la oposicion. Habiendo, por una condescendencia del Presidente de la Escuclc Repu~ olicana, dejado subir & la tribuna sin ser socio al seflor Fran- c 18 E3IIR0 KASTOS cisco Morales Montenegro, este, en un rapto que IlamarernOs de locura, pues sabemos que no tiene mal corazon, dijo : que si querian ahorcar al Arzobispo, el seria el verdugo. Esta por demas, digamos, que el ciudadano Presidente de la Re- piiblica, los socios, la barra, todo el mundo rechazo con horror esas manifestaciones sangrientas, esas palabras insensatas. Resumiendo nuestros pensamientos : la juventud es la por- tion mas energica, mas inteligente y mas generosa de la sociedad granadina. De aqui sus derechos incontestables a mezclarse en las cosas piiblicas, y a tomar la iniciativa en las reformas sociales. Tiene la fuerza que dan el desinteres, las convicciones sinceras y la fe en la marcha progresiva del horn- bre hacia sus destinos excelsos. Su mision es fundar entre nosotros la Reptiblica sin demoler la sociedad ; y respetando todos los derechos legftimos, todas las desigualdades naturales, procurar, no que bajen los que estan arriba al ras de la mul- titud, sino que esta, a favor de la libertad de industria, de leyes filantropicas y de conocimientos vulgarizados, pueda sen- tarse en el banquete de la civilizacion, obteniendo goces en nombre de su trabajo, y participacion en el Gobierno d nombre de su inteligencia. Nosotros, aunque sin muchos anos, ya vamos sintiendonos cansados, bien sea por decepciones amargas que marchitan pre- cozmente el corazon, 6 por esa influencia tropical que se lleva la juventud antes de tiempo.. Considerandonos impotentes para seguir d los jovenes de hoy en su rapida marcha progresiva, nos contentaremos con hacer votos porque sean fructuosas sus tareas, deseandoles buen viaje en su camino hacia lo porvenir, con esa alegria mezclada de tristeza con que decimos adius a nuestros amigos en las playas del oceano, cuando se em- barcan en busca de aventuras gloriosas y de comarcas mas afortunadas. (De T.l Neo-Gkaxadixo, numero 129, de 15 de Noviembre de 1850.) AETfCULOS ESCOGIDOS 19 FANTASIA Hallome hoy, querido lector, sin humor ni discurso para escribir cosa alguna razonable. Escribo como se baila a los cuaxenta ailos, como se corteja a los cincuenta : por no per- il er la costumbre, por hacer ejercicio, que so yo por que. A falta de otro pasatiempo, y queriendo distraer la murria propia, no teugo ningiin embarazo en aburrir a los demas. Un amante que se va acariciado por el grato pensamiento de (|iie durante su ausencia ha de mirar su querida a todo pro. jimo con ojos iudignados ; un poeta que escribe versos pare la gloria 6 para Filis ; un civilizador del partido catolico que piensa curar el atraso del pais con cuestiones morales y meta- fisica rancia, un conservador sonambulo que ve en pleno dia gobernantes que persiguen y camarillas que conspiran : todos estos hombres, a quienes el lector no calumniara concedien- doles sentido comiin, son unos seres mas que razonables, com- parados hoy con su humilde servidor Emiro Kastos. Y { de donde os viene ese seudonimo tan presuntuoso \ me dira algiin cachaco socarron. Sin saber de la misa la media, sin blasones oligarquicos, sin haber escrito un mal romance ni hecho una sola pirueta con la reina Crist iua, atre verse a firmar Emiro K(t-uede haber dicha posible, pues ninguna, aunque haya naeido bajo una constelacion muy fementida, dejade encontrar a, algdn socarron desocupado que la alegre el oido llamandola bonita, y diciendola que se yo cuantas cosasmas ! Y que dire- mos de esas necrologias, en que trovadores de la lengua festejan la memoria de cualquier mujer, aunque sea de las encuaderna- das a la rilstioa. silo porque ha tenido el buen sentido de morirse, con aquello de que se fue al cielo porque para la sociedad era griego, porque este mundo iliterato no la cora- prendia ! Una cosa semejante a lo que queda dicho de la mentira, me atrevo a asegurar de las quimeras. Quien no vive de quimeras ? Cual es la felicidad, si alguna existe, que no descansa sobre este cimiento vaporoso ? La juventud es la edad mas bella de la vida, porque en- tonces el alma, en su isjnorancia generosa, en lugar de com- prender el mundo con toda su fealdad, solo se fija en los puntos luminosos del cuadro, y en vez de rozarse con las cosas reales, con los necios y los bribones, con los verdugos y las victimas, se traslada con la fantasia a esos palacios encantados, que solo pueden ser con^tnuMos por ese arquitecto divino que se llama el entusiasmo. Y hasta la vejez, considerada generalmente como emblema de positivismo y desencantamiento ; la vejez, para cuya mente no hay otra iogica (jne la logica de los nuineros, ni para sus oidos otra melodia que el ruido de los doblones ; la vejez, por fin, a pesar del desprecio profundo, y de la desdenosa c >mpasi6n con que mira la poesia, el entusiasmo, las pasio- nes y dermis frivolidades huinanas, al fin y al cabo como las otras edades de la vida, vive tan solo de ilusiones. Regular- raente la existencia en esta epoca la llenan de avaricia por lo 24 EMIRO KASTOS pasado : el avaro, de todos los animales el m&s estiipido, piensa que sus goces son reales porque descansan sobre bases metalicas ; pero el cuitado se equivoca grandemente. De- jando siempre sus regocijos para lo porvenir, sus recursos para manana, y no teniendo ese famoso dia nombre en el ca- lendario, resulta, que solo goza con la imagination, y por con- siguiente sus placeres son imaginarios y fantasticos. Y lo pa- sado que, segiin la expresion de un celebre escritor, no pertence a Dios ni al diablo, acaso perteneeera al hombre? Alimentarse de lo pasado equivale a no alimentarse de cosa ninguna, vivir de lo pasado 4 vivir de la mas quimerica de todas las quimeras. (De El Neo-Gkanadixo. numero 131, de 29 de Koviembre de 1850.) LA COQUETERIA I Mrrenlo, el criticon ! Por que no escribe sobre otras cosas y nos deja quietas a nosotras \ Casi nos parece oir el murmu- Uo de estas voces, salidas con indignation de frescos labios femeninos. No hay que arrugar la blanca frente, queridas lectoras ; tranquilizaos si perteneceis al gremio. No preten- demos anatematizaros ni echarlas de moralistas : ignoramos si tendremos la bastante para nosotros. Queremos, si, dar algun vagar a las cuestiones serias y a la polemica ardiente, haciendo una excursion en la vida de las coquetas, vida que tiene, como todas, sus dias risueiios y tristes, sus mananas entretenidas y sus tardes desapacibles. Fueranos dado, para discurrir sobre una cuestion de suyo tan fugitiva y vaporosa, tener el ligero estilo de Mesonero, 6 la juguetona y picaresca pluma del maestro Larra ; pero ARTICULOS ESCOGIDOS 25 cada uno trabaja con su instrumento y ctimple como puede su tarea. Si os dormis antes de acabar, amables lectoras, no lo atribuyais a falta de voluntad ni a pobreza del argumen- ts, sino a nuestra poca travesura y menguadisimo ingenio. Comenzando por el principio, como dijo alguien, pregun- taremos : es de antigua o de moderna invencion la coqueteria ? He aqui delante de la filologia y de la historia una gravisima cue ->t ion. Nosotros creemos que la voz es moderna y anti- quisima la cosa. Los antiguos usaban de la palabra cortesa. na y otras de mas ruda significacion ; pero estaba reservado a las socieda.des modernas, cuyas costumbres estan impregnadas de seutimientos fugaces y de pasiones indelinibles, a las sociedades modernas, decimos, que se pagan de cosas vaporosas y de fisonomias transparentes, iuventar la palabra coque- teria, para expresar esa ligereza de sentimientos y esa movili- dad de corazon — cualidades 6 vicios, como se quiera — que pueden hacer d algunas mujeres desgraciadas, pero que no por eso dejan de darlas un atractivo singular. Cualquier granadina puede ser coqueta : nuestra constitu- cion garantiza el ejercicio de todas las profesioues. Pero creemos que, para caminar con firmeza en terreno tan resbala- dizo, y no entregar la carta en la primera escaramuza, es uecesario una dosis no pequena de lo que los franceses Hainan esprit. En efecto, cudnto tino no es menester para flotar como la espuma sin sumergirse sobre el oceano de las pasiones humanas ; cuanto talento para hacer promesas que no sean enteramente promesas, para prodigar sonrisas que sean algo mas que amabilidad y algo menos que amor, para ponerse enfreiite de todos los deseos como la esperanza, y huir cuando se la crea tener entre las manos como la felicidad ! Si a un poco de talento se agregan algunas cualidades fisicas, tanto mejor. Teniendo gracia en el cuerpo y movili- dad en la fisonomia, ojos negros de abencerraje 6 azules color de cielo, sonrisa provocativa y miradas magneticas : agregando d este conjunto, ya de suyo amenazador, un poco de animacion y travesura ; teniendo en el alma una buena dosis de escepti- cismo y en el corazon algunos desenganos amargos, no hay mds que lanzarse al muudo: respondemos del suceso. Cuando nosotros encontramos en la sociedad alguna or- Kanizaci6n viciosa, corrompida 6 perfida, buscando el origen de ese falseamiento moral, oad siempre hallamos la causa 26 EMIRO KASTOS en la iujusticia 6 la desgracia. Hay algunos hombres vicio- sos por vocacion, algunas mujeres livianas por instinto ; pero estas organizaciones daiiadas, sin que el infortunio 6 la mal- dad ajena hay an tenido parte, pueden considerarse como meras excepciones. Aplicando este razonamiento a las co- quetas, casi estamos inclinados & disculparlas : muchas veces hemos creido traslucir, al traves de su fisonomia aparente- mente frivola y risuefia, un pensamiento serio de indepeu. dencia 6 de venganza. Tal vez quieren saldar cuentas atra. sadas pagando engano con engano y amor mentiroso de los hombres con falso carino por su parte : tal vez quieren pro- testar contra la organization social que da imicamente a los hombres el derecho de iniciativa, atrayendo muchos cora- zones en derredor de si, hasta dar con algiin afecto serio, con alguna adhesion generosa. Ya habran visto las senoras coquetas que no les tenemos ojeriza, pues hemos llevado nuestra predilection hasta buscar alguna iujusticia social que autorice el oficio. Sea lo que fuere, la coqueteria es en cuestiones de amor lo que la urba- nidad en asuntos de sociedad. Y asi como las atenciones y las palabras de amistad que nos prodigamos reciprocamente no enganan sino &, los necios, las sonrisas agasajadoras de las coquetas solo se les convierten en sustancia 6, los inexpertos 6 a los tontos. Sinembargo, suprimase la urban idad con sus respetos convencionales, con sus palabras almibaradas y la sociedad se vuelve inaguantable : excliiyanse de los bailes y de las tertulias a laa coquetas, que tienen para todo el mundo alguna palabra afectuosa, alguna sonrisa acariciadora, y en. tonces, no quedando en circulacion sino los afectos verdade- ros, guarismo de pocas cifras, las reuniones perderian su atractivo y animaciou, y mas de cuatro que, en materia de afectos, a falta de realidad nos gusta la ficcion, nos quedaria. mos a buenas noches. Asi como hay mujeres coquetas existen tambicn hombres coquetos. Tanto la palabra como la cosa nos parecen de mala ley. Que la mujer, es decir el dcbil, eche alguna vez mano de la astucia luchando contra el fuerte, pase ; pero el hombre, que ha hecho las leyes sociales por si y ante si, sin contar con las mujeres ; el hombre, que se ha arrogado la facultad de escogimiento y el derecho de iniciativa, no debe traficar con moneda falsa en el comercio de las pasiones. Anadir & la ARTICULOS ESCOGIDOS 27 fuerza la astucia es el colmo de la tirauia. No aceptamos, pues, a los ooquetoa : protestamos contra el genero. II En el ano de gracia de 1 847 llego a esta capital un joven paisano amigo mio. A pesar de tener yo alguna mas edad que el, lo contaba en el ntimero de esos amigos de la priraera juventud, ;i quienea las circunstancias y la ausencia nos pue- den haoer olvidar alguna vez, pero cnya presencia siempre hace palpitar de jubilo el corazon. Ml amigo, que se llama- ba Mauricio, venia a cursar a los colegios, y a fuer de buen estudiante, traia el bolsillo escaso de dineros y el corazon repleto de ilusiones. Tenia 19 afios ; no hay que preguntar, pues, si era feliz. Cuando el bigote comienza a despuntar en el rostro asi como las pasiones en el corazon, en cada hombre que nos aprieta la mano creemos tener un amigo, en cada mujer que nos sonrie una amante. Dormidos 6 despier- tos revoletea siempre delante de nosotros la esperanza, con sus alas doradas y su celica sonrisa. Figuramos que es muy facil el caniino de la gloria, y que basta echarse a rodar por la pen- diente de la vida para tropezar con la felicidad. Un poco despues se rie uno de estas quimeras juveniles, como el zorro de la fabula que, no habiendo podido comerse unas uvas maduras, decia que las desdenaba porque estaban verdes. Pero lo cierto es que vale mas un sueno de la juventud, que todas las miseraljles realidades que ofrecen despues la ambi- cion 6 la riqueza ; asi como es preferible la capa rota del estudiante, ai sudario de la experiencia por fastuoso que sea. Apenas llego Mauricio fuf como era natural & visitarlo. Despues de abrazarnos cordialmente, y de hacernos mil pre- guuTas sobre la familia £ incidentea de viaje, me dijo : — Por fin llegue d esta apetecida Bogota, de la cual nos cuentan en nuestra provincia tantas maravillas. Til, que conoces el terreno, es necesario que me guies. — Lo primero que se hace cuando se llega, le respondi, es ir donde Rodriguez d mandar hacer una capa, donde Joaquiua a tomar heladosy a alguna tertulia ;"i enamorarse. 28 E3IIR0 KASTOS — Y esto ultimo es indispensable ? — Urgentisimo. — No veo que relacion pueda tener el amor con Don Juan Sala y las Siete Partidas. A mi no me engaflan las mujeres ; las tengo muy conocidas. — Ya lo creo, eres honibre de mundo. Despues de tratar otras cuestiones de identica gravedad despedime de Mauricio, y, por circunstancias que no es del caso referir al lector, dilatamos dos meses en volvernos & ver. — He cumplido tu recomendacion al pie de la letra, me dijo la primera vez que conversamos. La capa aqui la tienes, helados he tornado hasta aburrirme y estoy enamorado como un loco. — Como ! tan pronto ? — No tienes que reirte ; lie hecho una famosisima con- quista. — Bravo ! mi querido Napoleon. [ Y quien es esa silride que ha enternecido tu recio corazon ? — Til sabes que soy romantico ; asi, pues, detesto a esas mujeres coloradas, de formas hiperbolicas ; solo me placen las bellezas p&lidas, vaporosas, transparentes y diafanas. En casa de la senora B hubo un baile, y alii encontre, en una muchacha de esta clase, el bello ideal de mis sueiios y la estrella de mi vida. Timida y modesta como la violeta de los jardines, como la rosa de los campos, Luisa es una joya superior a todas las perlas del oceano y a todos los diaman- tes de Golconda. Voy a estudiar con furor para hacerme digno de ella. Su imagen me alentara para procurarme un nombre : mi suerte esta fijada. — Todo eso me parece muy razonable. Pero supongo que contaras con habilidades y recursos para salir airoso en la campana. — Con buena intencion, amor y esperanza todo -se con- sigue. Yo te bendigo, alma Candida y bienaventurada, dije para mi. — i Y cuando me ensenas esa " virgen de los primeros amores " ? — Cuando quieras. El domingo hay una tertulia a la cual concurrird, : te la mostrare y quedards pasmado. AltTlCULOS ESCOGIDOS 29 Esperc la llegada del domingo con no poca impaciencia. Por una indisposieion de Mauricio tuve que preseutarme solo. Era aqii.-lla una tertulia franca y cordial, de gente de mediana ondicim, que para divertirse tenia el buen sentido de supri- ffiir la etiqueta, las cuadrillas y el te, cosas todas a cual mas extranjeras y a cual mas detestables. Cada una de las clases ile 5 habia pagado su contingente a esta reuniun enciclope- dica. Alii se veian empleados a medio sueldo, cachacos sin saeldo ninguno, solterones aburridos, muchachos que hacian Btil primeras annas en el mundo, beatos transfugas y casados de eascoi alegres que, habieudo dejado a sus costillas muy amadas (sobre to:lo cuando estan ausentes) cuidando a los nifios, se entregaban al bureo con la bulliciosa alegria del pajaro que se escapa de la jaula. Lo primero que hice rue* tomar nota de la heroma de mi amigo. Sin que nadie me la indicase, hube de distinguirla a la primera mirada. Estaba vestida de bianco con una ele- •: rria irreprochable. Su color no dejaba nada que desear al romantico mas exagerado. Sus ojos negros y brillantes sobre el fondo apagado de su tez, formaban un efecto pare- cido al de la llama que se escapa de un palido cirio : no hay que anadir que su pelo era negro, y el conjunto de su per. Bona alarmante. Pero no encontraba en ella a la tiniida Galatea que me babia pintado Mauricio. Pareciome al con- trario corrida y despabilada por demas. Todo el mundo se 1 ■ acercaba y quedaba pagado de ella. Al uno le hablaba al oido, prodigandole inme liatamente d, su vecino sonrisas aca- i i -iadoras. Si alguno de sus amigos se amostazaba por verla manifestar a otro decidida preferencia, al punto restablecta el equilibrio ofreciendo al Amadis enojado una Linda flor de su lx)iiquet con el correspondiente significado ; pues, d fuer de moderna elegante, se sabia de coro el lenguaje de las flares. A uno le regalaba una fruta, y a otro lo dejaba eeti> tico con una mirada abrasadora. Resolvime tambien a acer- carme a esa fecunda dispensadora de caricias, cuyas palabras se volvi'an ilusiones, asi como las de cierta princesa de que hablan los cuentoa arabes se convertian en perlas. Hablome como si fueramos antiguos conocidos. A pesar de mi genial cortedad. manifescd oonmigo tan aleDtadora bt'iii-volencia, que al tin enrablt' con ella conversaciou sin embara/o algu- no. Discutimos primero sobre la eterna tesis del matrimo- 30 Emiro kastos nio ; despues habiamos de poesia, de novelas, de costumbres y a poco hube de conocer que Mauricio era un nino al lado de esa docta y peligrosa sirena. Y dire de paso, que sov parti, dario de esas mujeres que conocen los engaiios de la sociedad y los misterios de la vida, y en las cuales la virtud no es el resultado de la ignorancia, sino del uso ilustrado y concienzudo del libre albedrio. Pidiome versos para su album, ofrecila una visita, y nos despedimos muy buenos amigos. No es posible que en un articulo de periodico como e'ste, cuya primera condicion es ser corto, haga relacion circuns- tanciada de todos los incidentes por los cuales hube de colegir, que la inocente Luisa de mi amigo era una coqueta asaz avisada. Sinembargo, a proporcion que la noche avanzaba, notabase que en ella iba desapareciendo la alegria, pues ya recibia a la turba de adoradores con menos agasajos y rehuia el encontrarse con ellos. Conociase que babia un no se que de ficticio en su papel, y que las galanterias que escuchaba no pasaban de sus oidos, asi como las palabras afectuosas que prodigaba no fluian de su corazon. Era media noche: desde el sofa en que estaba recostada, al traves de los vidrios de una ventana, se veia flotar la luna sobra un cielo de purisimo azul. Luisa, olvidando el ruido que se hacia al rededor, se entrego, mirando aquella escena, a uDa meditation profunda : algunas nubes sobre su blanca frente revelaban los misterios de una vida trabajada por el pesar, 6 la presencia funebre de un triste recuerdo. Entonces comprendi que debia encontrarse en uno de aquellos momentos cuando se prendo de ella Mauricio : ya no era la coqueta bulliciosa y provocativa, frivola y burlona que alentaba todas las esperauzas y entusias- maba a todos los corazones : la frivola vanidad de la mujer habia desaparecido al contacto de pensamientos graves 6 dolorosos. Su palidez habitual habia tornado un color mas exagerado, y sus miradas apagadas manifestaban que el fuego habia huido de los ojos para refugiarse al corazon. Ya no parecia una criatura joven y dichosa que vive de ruido, de placeres y de amor, sino mas bien un angel extraviado en el mundo que se acuerda de su patria, 6 una Magdalena desolada y arrepentida que piensa en Dios. — Que te parecio Luisa? me dijo al otro dia Mauri. cio. Convendras en que no hay criatura mas inocente y adorable. AliTICCLOS ESCOGIDOS 31 — Efectivarnente. Inocencias de esa clase pondrian eu peligro la salvaci('m del mas casto Prior de la Repiiblica. —Que quieres decir con eso I me replied Mauricio uu sies amostasado. — Nada ; es una chanza. Deseo que seas niuy feliz con tu pastora de la Arcadia. Adios. Ill Ahora, si mis lectores no estan ya cansados con este articulo, que va resultando mas largo y serio de lo que yo quisiera, tendnin la bondad de trasladarse conmigo, algunos Dieses despues de mi iiltima conversacion con Mauricio, a la de Luisa, en la cual, merced a mis relaciones entabladas cou la familia, entraba con franqueza a todas lioras. Como era de tarde no extraiiaran que, poco despues de presentarnos nosotros, llegase una senora de visita con su hija. Despues de los abrazos y demas cariiios hiperbolicos que entre ellas estilan las mujeres, repantigaronse las ma- mas en sue correspondientes poltrouaa, a conversar sobre - que no interesan al lector, mientras que la,s muclia- . huyendo de tan prosaicas discusiones se refugiaron en el hueco de una ventaua, y entablaron el dialogo siguiente, cuie tuve ocasiou de oir, no recuerdo si por casualidad 6 indiserecifSn. — Con que es cierto, nina, que te casas ? dijo a Luisa su pafiera, :i quien si el lector lo tiene a bien, llamaremos ; Victoria ! dimn los bombres : ya por ultimo fijamos a la inconstante de las inconstantes. — Y } quien esese famoso caballero que nos ha cautivado { — Me Guadra la pregunta : si no lo sabes til, por ventura lo Babre yo. — Pero explicate, por Dios : mi casamiento lo debeu haber he ho los oacfaacosen la Rosa-Blanca, por si y ante si. Al menos deberian haber tenido la galanteria de consul, tarme. — Dicen que el capitan B. es el preferido. — Imposible que hubiera dado eu el bito. j Yo casarme con un militar ! primero me entraba al convento. Tu sabes 32 EMlftO KASTOS cuan triita papel hacen esos senores en esta tierra. Que en tiempos de Colombia, en que derrotaban & los espanoles hubiesen conquistado tambien a nuestras madres 6 abuelas, pase: se presentaban ante ellas erguidos con sus triunfos, y con el rostro todavia ennegrecido por la polvora y el humo de las batallas. A nosotras las mujeres es necesario que se nos deslumbre con alguna cosa que se llame gloria, talento 6 riqueza ; pero estos Napoleoncitos de guarnicion, que lie- van la vida vegetativa de los cuarteles, sin porvenir de especie alguna, no pueden tentar la ambicion de ninguna mujer honrada. Pasemos adelaute. — Sera pues el joven R. . . . — Ese quidam vestido de casaca ! En los tiempos que corren, en que se requierc saber leer y escribir para ser cm. dadano, es menester adquirir man eras y educacion para ser caballero. Pero de cueuta de que heredo algunos miles de pesos, usa reloj, tiene una vara de espaldas y robust ez de peon, no ha querido estudiar ni valer cosa ninguna, y piensa que todas nos morimos por el. Si me hace alguna propuesta seria, le he de echar unos nones que le han de quedar zumbando los oidos. — Creo que al doctor Z, que figura tambien en la lista de tus pretendientes, y que no es militar ni leoii de tapete, no tendrds motivo para rechazarle. Ademas, dicen que tiene un juicio sin igual. — Tii sabes lo que quiere decir tener alguien mucho jui- cio ? Pues bien, eso siguifica que no sirve para nada. i Tie- nes noticia, por ventura, que algiln hombre de esa clase haya llenado una sola pagina de la historia \ Ya conoces al marido de mi prima : su juicio inspira respeto y su nece- dad encanta. El primer dia de su matrimouio es el itinera- rio que ha seguido toda su vida. Si mi prima quiere pa- searse, le sale con aquello, de que la mujer honrada, la pier- na quebrada y en casa. Si un domingo ha estado un poco mas locuaz que de costumbre, le anuncia con mucha gra- vedad, que en boca cerrada no entra mosca. Siempre tiene algiln maldito refran para emparedarla otra vez en el eterno dlveo en que se arrastra su vida corao un arroyo sin murmullo. A esos hombres les palpita el corazon con una monotonia semejante d la oscilacion de una pendola de reloj. Preficro un calavera apa?ionado aunque me haga ARTiCULOS ESCOGIDOS 33 llorar algima vez, k un sonambulo de esos. No quiero vivir a compas. — Ya caigo en cuenta, replicole Rosa. El capitalista don Crisanto, hombre maduro y reposado, por quien tanto se in- teresa tu familia, serd el que te gusta : es un casamiento con- veniente a todas luces. — Casarme con ese usurero, dice mi padre, es una feli- cidad, y mi corazun que tambien estd, interesado en el asun- to, dice que es una desgracia. Esos hombres no le tienen cariiio sino a su caja de fierro, en la cual encierran sus afec- ciones, su honor, su sensibilidad y hasta su corazon, pues no se sabe donde lo tengan. Los ricos de este pais son de la peor especie conocida. Pasar la vida & su lado, equivale a" vivir careciendo de todas las cosas. Esos tacaiios comienzan desde el dia del matrimonio extendiendo al rededor de la casa un cordon sanitario, para impedir la entrada a toda comodidad y a" todo placer. Si la mujer enciende dos velas, apagan una ; si quiere poner postres en la mesa protest.au, porque el dulce es muy bilioso ; contra la carne porque tiene grasa ; contra las legumbres porque son acuosas : no con- sienten un baile en casa, porque dicen es mejor en la ajena, y al teatro no van porque sabeu de buena tinta que es cosa iumoral. Sinembargo, mis parientes dicen que el tal don Crisanto, uno de los usureros que acabo de pintarte, es un brillante novio para mi, que asegurara el porvenir de la fa- milia. Ya se ve ; como ellos no son los que se casan, nada les importa en obsequio de sus intereses romper el corazon de una pobre mujer. — Y que dices de Mauricio ? — Pobre muchacho ! Es el ilnico que me quiere con sin- ceridad. Sus palabras apasionadas suenan en mis oidos como miisica melodiosa. Tengo remordimiento de haber alentado sus esperanzas. Pero estudiantes de provincia, el dia que una menos piensa echan en los bailies su equipaje y su amor, y se van para no volver jam&s. — Resulta, pues, que tu no quieres & nadie, y & todos les haces buena cara. Estoy viendo que eres una pcrfida. — O sustituyendo cantidades iguales wna coqueta: j no es verdad \ Voy d contarte en cuatro palabras mi vida, y ft resumir la situacion, como dicen los politicastros del dia. Hace cuatro anos que sail del Colegio de la Merced, ansiosa D 34 EMIRO KASTOS como debes suponer de placeres y de amor. Por ese tiempo llego a esta capital un Representante, de esos que ganan aqui seis pesos diarios por hacer malas leyes y meutir amor a las mujeres. Tuvo ;relaeiones con mi familia, yd pocas vueltas simpatizamos. El era muy afectuoso y parecia cumplido caba- llero. Mi candido corazon de diez y siete alios se entrego de lleno a esa pasion. Me ofrecio volver a unirse conmigo, y se caso en su tierra. \ Palabra de Representante ! Desde entonces est& llagado mi corazon, pues digan lo que quieran los doctores en amor, solo se ama una vez en la vida. Ha- biendo los hombres determinado que no tenemos aptitud para cosa alguna seria, asi como un Papa declaro con mu- cha galanteria que no teniamos alma, la education frivola y descuidada que se nos da, impide que podamos gastar nuestra vida y nuestro tiempo con las distracciones del artis- ta 6 las emociones de la ambition, cuando por cualquiera fatalidad el amor y el matrimonio son hoja vuelta para no- sotras. Yo, por mi parte, a falta de afectos verdaderos, he cultivado pasiones ficticias. Es preciso entretenerse en algu- na cosa. Pero esta vida de risa y de chanza tendre que aban- donarla pronto por las conveniencias de un funebre matri- monio ; pues los hombres, que han hecho las leyes sociales a su sabor han declarado, para tenernos m£s en su depen- dencia, que es ridiculo llegar & los treinta anos sin tener marido, y nosotras las majaderas les hemos apoyado ; motivo por el cual cambiamos nuestra vida tranquila e indepen- diente de solteras, por casarnos con el primer zote que tiene la bondad de ofrecernos su mano. Esta resuelto, dije para mi, despues que finalizo este pi- cante escrutiuio, que a Mauricio se le extenderan sus letras de retire La candidatura Crisanto, merced a las coaccioiies, obtendra la preferencia. Obra de cuatro meses habrian corrido despues de lo que acabo de referir, cuando una manana se presento Mauricio en mi casa amilanado y triste. — No sabes, me dijo, que se casa Luisa \ ■ — Contigo, por supuesto. — La perfida ha preferido a ese infame usurero don Cri. santo. Estoy desesperado. I Que me aconsejas ? No se que preferir, si expatriarme para siempre, 6 arrojarme por el Tequendama. artIculos ESCOGIDOS 35 No pude men os que responderle con una estrepitosa carcajada. No hay que afligirte, le dije : con tus veinte anos, talento y figura te sobraran queridas. Para ser hoinbre es necesario recibir el bautismo del desengano, asi como para ser buen militar el bautismo de la polvora. Dentro de un ano habras olvidado la aventura; por ahora vamos donde Francois, a solemnizar tu primer chasco con una botella de champana. Aeabare este largo articulo observando : Que muchas coquetas, depucs de haberla corrido de lo bueno, sorprendiendolas la edad madura en el celibato, toman anclas en San Carlos, y se dedican a la prosaica ocupacion de vestir santos ; Y que muchos veleidosos finalizan su borrascosa existencia, casandose con las hijas de la alegria in articulo mortis. ; Percances del oficio ! (De El Neo-cranadino, numero 141, de 31 de Enero de 1851.) MEMORIAS PARA LA HISTORIA DE LA NUEVA GRANADA POR EL SENOR JOSE ANTONIO DE PLAZA Para todo hombre de letras, bien sea filosofo, publicista o poeta, los estudios historicos son de necesidad indispensa- ble. El origen y desaparecimiento de los grandes pueblos, los esfuerzos individuales 6 colectivos hechos en distintas epocas para ensalzar d la especie humana 6 degradarla, la infiuencia que hayan tenido sobre la economia de las socie- dades las ideas politicas, morales y religiosas que cada siglo ha ido precipitando sobre el siguiente ; las costumbres, las supersticiones, la vida brillante y regalada de los principes, D 2 36 • EMIEO KASTOS la existencia oscura y fatigosa de los pueblos ; todas estas cosas, que componeu para el filosofo la march a de la civili- zacion, y para el poeta el drama de la humanidad, es precise apreuderlas en las graves ensenanzas de la historia. Debese cuidar eso si, en escoger historiadores ; pues unos, a gima de espejo imparcial, reflejan las virtudes con todo su esplendor y los vicios con toda su fealdad, y otros, a estilo de cortesanos serviles de la grandeza y de la fortuna, recorren con el incen- sario en la mano la vida de los grandes y las iniquidades de los reyes. Empero, si para los hombres que de literatos y de puhli- cistas hacen profesion, son indispensables los estudios his- toricos en general, el conocimiento profundo de la historia patria es de premiosa urgencia para todo individuo que a sentar plaza de medianamente civilizado tenga pretensiones. Eutre nosotros, mas que en ningiin otro pais del mundo, son mirados estos estudios con desden e indiferencia lamen- tables : mucho mas se nos alcanza de lo que hicieron los caldeos, griegos y romanos, que de los hechos de Balboa, Quesada, Heredia 6 Robledo ' ignoramos, que es un gusto, la teogonia, costumbres y politica de las razas primitivas que habitaban nuestro pais, y sobre la historia del virreiuato nos encontramos & buenas noches. Tambien es cierto que para adquirir ideas exactas sobre esos acontecimientos y hacer sobre la materia fructuosos estudios, hemos carecido de toda historia filosofica y razonada, no encontrando por delante sino datos inconexos, archivos embrollados y desapacibles croni- cones. Para remediar este mal el senor Jose A. de Plaza, ha llevado 6 cabo la patriotica empresa de arrojar luz sobre las tinieblas de nuestra vida pasada, penetrando con buen criterio y paso firme en medio de las razas primitivas, siguiendo a los conquistadores en sus aventuras y sangrientas correrias y sazonando la narracion de la politica y administracion de los Adelantados, Oidores y Yirreyes, con buena y razonada critics. Pero valga la verdad, nosotros no somos competentes para juzgar una obra tan seria y voluminosa : fdltanos por una parte estudios y conocimientos, y por otra tiempo para com- parar relaciones y rectificar hechos, pues ni una lectura cuida- dosa hemos podido dar a las Memorias, sino rdpidamente trashojarlas. Animanos a escribir alguna cosa sobre esta historia gue el senor Plaza ofrece al publico con el titulo mds AKTICULOS ESCOGIDOS 37 modesto de Memorias, la consideracion de que no dice bien con nuestras pretensiones d ser el pueblo mas entendido de la America del Sur, la indiferencia con que recibimos obras de tamaua importancia, y el silencio desalentador que guardan nuestros periodicos respecto a trabajos de tan conocida utilidad. El scnor Plaza, como todos los que han escrito sobre anti- giiedades americanas, no ha podido menos de rendir homenaje en el primer capitulo de su obra d la grande y poetica figura de Cristobal Colon. Este celebre navegante genoves fue hijo de un cardador de lanas, y nacio, como casi todos los hombres Buperiores, en las iilas del pueblo. Sin poder recibir educa- cion academica por falta de recursos y abandono de sus parientes, se entrego d esas cavilaciones solitarias, mds propias para formar hombres distinguidos que las aulas de los colegios y las lecciones de los pedagogos. Viviendo a orillas del Mediterraueo, en una ciudad enteramente maritima y en un siglo tan fecuudo en descubrimientos y navegaciones aventu- reras, d pocas vueltas le cogio pasion a los estudios geograficos, y so no con mundos desconocidos. Para realizar su gran pensa- miento acudio al Senado de Genova, que rehuso sus proposi- ciones ; imploro, aunque en vano, el auxilio del celebre Juan II de Portugal, de Enrique VII de Inglaterra, y ofrecio por muiho tiempo, sin buen suceso, sus servicios £ los reyes cato- licos. A no haber sido hombre de hierro y de voluntad poderosa, habria sucumbido en esa lucha que sostuvo con la fortuua por espacio de 18 anos, pidiendo algunos auxilios d los reyes y ofreciendoles, como dice Washington Irving, un mundo en recompensa. El fanatico y desconfiado Fernando le fuc siempre hostil ; pero al tin prohijo decididamente sus proyectos Isabel la catolica, uno de los mds bellos y nobles caracteres que mencioua la historia. Antes de llegar d este resultado tuvo que defender en un monasterio de Espana con- clusiones con los monjes para probarles la posibilidad de su empresa, de los cuales uuos le calificaban de visionario, y otros, porque sostenia la existencia de los antipodas y la re- dondez de la tierra, le denostaban como d hereje. Que emociones de legitimo orgullo y de sublime entu- sia^ino no sentiria Colon al oir al primer marinero que gri. t ■') alborozado : ; tierra, tierra ! Figuremonos un hombre que no tiene en su vida sino un solo pensamiento; que meditando 38 EMIRO KASTOS sobre ese objeto consume su juventud y encanece k los treinta anos ; que anda durante largo tiempo peregrinando de corte en corte implorando, para llevar & cabo su proyecto, una can. tidad inferior a la que los principes daban todos los dias & un monje por una absolucion, & una cortesana por una caricia ; pongamonos en lugar de ese hombre que se veia tan desvalido y tan impotente, llevando un mundo en la cabeza, y despues de esto consideremos que momento de suprema felicidad seria para el cuando encontro, cubierto de verdura y de palmeras y orlado con toda la magnificencia de los tropicos, ese mundo tan deseado, linico objeto de su vida, vision constante de sus suenos. Pero la Providencia, lo que suele conceder & los hombres en genio, se lo niega en felicidad. La desgracia que habia perseguido la juventud de Colon y gran parte de su edad madura, habiendole dado un vagar pasajero, torno inexo- rable a apoderarse de su presa. Despues de haber trabajado mas que nadie por la causa de la humanidad y en pro de la civilizacion, despues de haber descubierto un em- porio de riquezas para los monarcas espanoles, recibio de Fernando un galardon digno de la encomiada hidalguia de los reyes : cadenas, persecuciones y olvido. Murio pobre y desesperado, maldiciendo tal vez como Camoens y el Tasso ese funesto don del genio, llama que alumbra & la humani- dad pero que devora el sosiego y la ventura de los grandes hombres. Las siguientes pinceladas biograficas del seiior Plaza hablando de Colon, parecen trazadas por la docta y valiente pluma de Quintana : " Fue Colon de gentil estatura, largo de cara y en sus facciones notabase el gesto de la autoridad. La nariz aguilena, los ojos azules, sumamente bianco y en- cendido de color. La barba y cabellos, cuando muy joven, eran rubios, aunque desde su mocedad se le tornaron canos. De natural festivo, amigo de jocosidades, de buen hablar, claro ingenio, grave con moderation, afable con los extra nos y con los que le rodeaban de indole apacible, suave y pla- centero con moderada gravedad. Su continente descubria un hombre k quien se tributaba respeto y admiracion forzo- samente. Sobrio y moderado en las necesidades de la vida, de pasiones tranquilas, su corazon solo palpito de amor por la senora Enriquez, quien sacrifico sus intereses & los del apa- sionado navegante. ARTICULOS ESCOGIDOS 39 " Fuc varon de grande dnimo, esforzado, de altos pensaniien- tos e inclinado d cometer hechos egregios de alta fama. De animo generoso, perdonaba las humillaciones e injurias, sin quedar en su corazon el mas leve asomo de rencor. De cous- tancia heroica en los trabajos y de louganimo corazon." Una vez descubiertas las costas de la Nueva Granada, en el cuarto viaje de Colon en 1502, el senor Plaza dedica el segundo y tercer capitulo de su obra d narrar las primeras tentativas de colonizacion intentada con mas 6 menos exiro eu las costas de Veraguas, en el Darit'n y en los litorales del Atlantico. Esos primeros conquistadores dotados de valor indomable y obstinacion sin ejemplo, se internaban en pequeno nilmero en medio de tribus feroces y de poblaciones desconocidas, esguazaban nos caudalosos, recorrian, casi sin recursos, inmensas soledades y trasmontaban a veces con equipajes y caballos, Cordilleras tan intransitables y precipi- tosas como los famosos Alpes que atraveso Anibal. Empero, si bien es cierto que por estas hazanas inauditas merecieron el prez de los valientes, el historiador, recordando el bastardo y codicioso estimulo que los animaba y las huellas de sangre que dejaba por doquiera su febril avaricia, no puede menos de legar con horror sus nombres d la posteridad. El senor Plaza, hombre de principios humanitarios y de corazon americano, d la vez que critico severo e imparcial historia- dor, refiere con la debida indignacion las saugrientas co- rrerias de esos barbaros colonizadores que, diciendose silb- ditos de una corte civilizada y misioneros de una religion de tolerancia y caridad, atormentaban & los indios para probarles la magnanimidad de su rey, y, con el crucifijo en la mano, degollaban tribus enteras para hacerlas creer en Dios. El capitulo cuarto es, en nuestro concepto, acreedor 6, una atcnta y cuidadosa lectura. Los muiscas, el tercer pueblo americano en poder y civilizaciou, despucs de los mejicanos y peruanos, figuran en este instructivo y filosc)fico cuadro. Nada en esta materia se ha pasado por alto A la cuidadosa investigacion del senor Plaza. Tradiciones, religion, costum- bres, sistema penal, instituciones politicas, hdbitos guerre- ros, disquisiciones filosoficas, todo lo que tiende d reflejar la vida moral y material de un pueblo, se encuentra agni- pado en ese capitulo, digiio, lo repetimos, de un curiosibiino 40 EMIRO KASTOS estudio. Encontramos alii que el pueblo muisca con sus di- ferentes cacicazgos era sumamente poblado, en prueba de lo cual bastaria linicamente recordar que en la gran batalla dada entre el Zipa Nemequene y el Zaque de Tunja lidia- ron 100,000 combatientes, hecho historico en que estan de acuerdo los senores Plaza y Acosta. Semejante poblacion manifiesta que aquel pueblo era muy sobrio y laborioso, y que tenia instituciones relativamente sabias, pues ninguna sociedad crece considerablemente sino al abrigo de algunos principios de moderation y de justicia. Incensaban a sus idolos con victimas humanas, barbarie comiln d, casi todas las tribus americanas ; y, como los peruanos y otras naciones in- digenas, adoraban al sol y la luna, idolatria la mas poetica y rational de los pueblos primitivos. "La organization fisica de los muiscas, habla el ienor Plaza, era conocida por el rostro redondo, casi mas ancho que largo y poco convexo ; la frente aplanada, poblada de pelo hasta dos dedos mas arriba de la ceja ; craneo poco pro- minente ; nariz pequena y aplanada ; ojos chicos, negros, oblicuamente colocados y expresivos solamente de la descon- fianza ; mejillas sobresalien tes hacia arriba; labios algo grue- sos ; barba lampina y poco extensa de la boca a su punta ; estatura mediana y ancha. Su robustez para resistir las in- temperies, su paciencia para las maniobras, su docilidad como vasallos y su valor en la guerra, eran los distiutivos de esa raza en Cundiiiamarca. La conquista influyo en su caracter moral, pues te tornaron pusildnimes, maliciosos y desconfiados, efecto de la impresion que iccibieron con aquelia, al ser reducidos por un pequefio numero de blan- cos, que arrojaban el fuego y la muerte d una gran distan- cia, montaban brutos veloces, y les arrebataban sus propieda- des, entregando cada ano por via de tribute una parte de su sudor y trabajo. Su vida posterior comprueba la degradation de su ser." Como muestra del estilo suelto, elegante y a veces poe- tico que acostumbra el senor Plaza en sus descripciones de caracteres y tribus americanas, transcribimos de la primera pagina en que abrimos al azar, el siguiente retazo sobie los goajiros : "Valientes y arrojados, expertos en domar un potro, veloces como el viento en la carrera, practicos en manejar aetIculos escogidos 41 las armas de fuego en sus briosos caballos, sufridos en las iutemperies, perspicaces y conocedores de las celadas y es- tratagumas de guerra, por las lecciones que ban recibido de los iugleses, sou casi inconquistables por la fuerza. Los goa- jiros tieueu una civilizaciou relativa : comercian en armas, m iniciones, herramientas y buhonerias, con los ingleses por los medianos puertos de Babiabonda, Portete, Jarva y otros, dando en retorno perlas, maderas preciosas y otros produc- tos de su territorio. Antiguamente el niimero de estos alcan- zaba a 70,000. Su vestido consiste en una media camisa de algodon que llaman chamarreta, llevan una especie de manta de varios colores terciada sobre el hombro, que les alcanza a la mitad del cuerpo, y los calzones que usan, tam- bien de algodon, no los abrigan sino basta media pierna. De un lado llevan pendiente la mochiki del bayo, vegetal que mascan y comen como alimento muy nutritivo, y condu- cen colgado a la cintura el poporo 6 calabazo donde guar- dan una cal finisima, extraida de las conchas del mar. Es muy comiin ver d la india goajira cargada con una baz de lefios en la espalda, y llevando en sus brazos una 6 dos cria- turas, mostrando aquellas pobres mujeres la sujecion, el respeto y el temor que tienen al varon, que en pos suya ca- mina con paso mesurado, sirviendo de escolta, muy serio, grave y mijestuoso, siempre concentrado en profundo si- lencio y desplegando un aire repugnante de senorio y despo- tismo, al lado de su pensativa companera, ostentando una arrogaucia de liberta I propia de su estado de independencia, y • It; la bonrosa tradicion que couservan de haber resistido por tanto tiempo la seduccion y el balago, los consejos de los misioueros y el imperio de la fuerza." Eu cuauto & la exactitud de los hechos referidos en las Memorias, creemos que el senor Plaza los habrd sacado de las mejores f uentes : una exactitud rigurosa seria exigir demasiado, atendiendo a lo embrollado de los archivos y a lo desalinado de las cronicas a que habra tenido forzosamente que ocurrir. Quisicramos que otros periodistas mas entendidos y desocupa- dos que nosotros, dando de mano algunos ratos d las cuestiones de partido y d la esteril y enojosa polemica personal, con- Bagraran algunos articulos a analizar concienzudamente las obras de los senores Plaza y Acosta, tarea que contribuiria a 6 -' larecer y rectiticar mucbas tradiciones oscuras, y d que la 42 EMIRO KASTOS juventud tomase gusto por estudios historicos que sean de tan conocida importancia. Examinando las ideas politicas, economicas y religiosas que los primeros conquistadores y despues los Oidores y Vi- rreyes sembraron y propagaron en Nueva Granada, puede encontrarse la clave de las costumbres perezosas y fanati- cas, del espiritu de chieana, de los viciosos instintos y de las leyes fiscales barbaras y absurdas que nos han mantenido estacionarios tanto tiempo, & despecho de nuestras ventajas excepcionales y de la riqueza y exhuberante fertilidad de nuestro suelo. El secreto de la suerte prospera 6 adversa de una sociedad se encuentra muchas veces en el caracter de sus fundadores, asi como los instintos del nino revelan las pasiones del hombre. En otro articulo publicaremos ciertas reflexiones que brotan naturalmente de la lectura de estas Memorias, dire- mos algo sobre la historia del Virreinato que es, en nuestro concepto, la parte mas interesante, y arriesgaremos, por nuestra cuenta y riesgo, algunas observaciones sobre el ca- racter, situacion actual y porvenir de las dos grandes razas, espanola y anglo-sajona, que se dividen hoy el continente americano. (De Ei Neo-Granadino, numero 144, de 21 de Febrero de 1851.) NO HAY QUE DESESPERAR En medio de la crisis y situacion angustiosa en que se encuentra el pais, creemos percibir un hecho consolador para los buenos ciudadanos. Parecenos que el amor al orden se va desarrollando en los pueblos ; pues estos en lo general no gustan ya de revoluciones, y ven a- los conspiradores con ojeriza y con desden. Esto es ya de importancia suprema para el progreso del pais y la consolidacion del orden, ARTICULOS ESCOGIDOS 43 No hay, pues, que desesperar de nuestra suerte. La espe- ranza, que es la primera felicidad del individuo, debe ser tam- birn la primera virtud del ciudadano. Hasta ahora los pronunciamientos, con excepcion del de An- tioquia, no ban sido fomentados, encabezados y dirigidos sino por ambiciosos, llenos de odio personal a los gobernantes, 6 de pecaminosa aficion & los destinos piiblicos. Los pueblos, sin prestarles ninguna cooperacion, los han mirado con odio, indiferencia 6 desprecio. En Antioquia ha sucedido de otro modo ; pero Antioquia es una provincia excepcional. Como en todo pais montanoso y agreste, las noticias, los peritSdicos, el movimiento politico, todo lo que forma la vida intelectual de los pueblos, llega despacio y con suma dificultad. Esas poblaciones laboriosas y honradas tienen creencias energicas y sinceras, pero tambien son muy susceptibles en materias de honor y religion. A fuerza de repetirseles por los periodicos conservadores, unicos que entre ellos circulaban, que el Gobierno y sus agentes des- truian la religion, vulneraban todas las garantias, se robaban todas las propiedades y atacaban el honor de todas las mujeres, hicieron fermentar pasiones danosas en esos corazones candi- didos: situacion que exploto habilmente para hacerlos extra viar un general traidor y corrompido. Jamas le perdonaremos a ese ambicioso, cuya historia estd manchada con sangrientas e incendiarias tradiciones, que se haya aparecido como un genio funesto en esa provincia tan querida para nosotros, d, arrojar el hierro, la sangre y el desorden sobre la vida de sus habi- tantes tan laboriosa, tranquila, pacifica y feliz. Pero no hay que desesperar. En general la indole de los granadinos es buena: es verdad que todavia algunos se pro- nuncian poniendo cruces por banderolas, lo cual no es de extranar, pues quien lo hereda no lo hurta, y la madre Espaiia es la tierra cldsica del fanatismo y de los pronunciamientos. Pero en la mayoria de las poblaciones se va arraigando fuer- temente la conviccion de que las revoluciones solo sirven para turbar los negocios, destruir las propiedades, encumbrar & los perversos, militarizar el pais, desacreditarlo en el exterior y hacer de la vida una agitacion continua, una tortura y un infierno. Van conociendo que todo el mundo pierde en las revo- luciones : los ricos sus propiedades, tranquilidad y placeres, y 44 EMIEO KASTOS los pobres pierden tambien el fruto de sus economias, de su trabajo penoso de doce horas y la esperanza de mejorar en lo porvenir, porque el tieinpo es el unico capital de los pobres. No hay que desesperar. Lo impopular y ridiculo de las conspiraciones de ahora, comparandolas con lo impouente y popular de los pronunciamientos del ano de cuarenta, manifiestan que los pueblos conocen que sus instituciones mejoran y agra- decen a la Administracion actual y al partido liberal sus leyes y medidas de progreso y filantropia. l Cual es el elemeuto social que puedeu lanzar contra el Gobierno y el partido liberal los cabecillas facciosos ? Vamos a verlo. En las dilatadas llanuras regadas por el Cauca, en medio de una naturaleza fecunda, bajo un cielo siempre brillante, una multitud de criaturas humanas trabajaba penosamente de un crepiisculo a otro en beneficio ajeno sin salario, sin retri- bucion, sin esperanza. Vestidos de girones, escasamente ali- mentados, tratados como cosas, azotados a gusto de sus amos, sin garantias de ciudadanos, sin vida de familia, se arrastraban penosamente esos infelices desheredados por la ley, maldecidos por la sociedad. La Administracion del siete de Marzo se acerco a esos desgraciados y les dijo : " en adelante no habra quieu os regatee el alimento ni explote vuestros sudores : podreis levantar la cabeza con dignidad para adorar a Dios, tener esposa, hijos y familia, cosechar frutos de esa naturaleza ina- gotable y calentaros tranquilamente a los rayos de ese sol esplendido : sois hombres, es decir, sois libres." I Podran los conspiradores contar con estos hombres, ge- nerosamente emancipados por la Administracion del siete de Marzo y el partido liberal \ La mayor parte de la poblacion de Nueva Granada se compone de agricultores que, por causa del precio vil de los frutos, del desgreno en los sistemas de cultivo, de la dificultad en los transportes y de la penuria general, apenas alcanzan, trabajando de sol a sol, para subvenir & sus modestas necesi- dades. La legislacion colonial sosteuida y encomiada por los conservadores, les arrebataba la decima parte de su trabajo con el nombre de diezmo, la septima con la denominacion de primicia y el resto de los sudores de los pobres era tambien para los curas, ya pagando el bautismo por la desgracia de nacer, ya el entierro por la desgracia de morir. Desde la cuna hasta articUlos escogidos 45 oi sepulcro jamas se intermmpe para los pobres esa explotacion tega. El pariddo liberal, doquiera que ha tenido mayoria, In dicho : " abajo diezmos, abajo primicias," y los derechos de e.stola, merced a sus esfuerzos, ya estdu casi agonizantes. I Pod ran los conservadores enrolar en sus tilas d la mayoria de los agricultores \ La juventud de Nueva Granada se educaba, como todos Babemos, con leyes suntuarias, con trabas embarazosas, bajo un regimen jesuitico y mezquino : se la privaba de toda in- iluencia social, de toda discusion politica. La Administration a tual y los legisladores liberates han proclamado la tibertad do estudios, llamodo los jovenes prominentes d los destinos ]> iblicos y abierto todas las carreras d esa juventud entusiasta y generosa. i Podrdn, pues, los cabecillas jesuitas contar con la briosa juventud que .se levanta? Bien conocen los cabecillas jesuitas que no es en estas grandes entidades sociales donde encontrardn sostenedores : ellos han tenido que explotar una pasion inoculada en nues- tro pais con la sangre espanola y los hdbitos coloniales : han lanzado contra la democracia el fanatismo religioso, divisando co 1 cruces sus banderas, e invocando el nombre de Dios para proceder a sus tareas de exterminio, como el duque de Guisa y Catalina de Medicis oian misa devotamente para tener el cielo propicio el dia de San Bortolome. El fanatismo es, pues, el ilnico arsenal de donde pueden sacar armas los conspiradores, contra las instituciones y la Republica. Esta e3 una arma ; pero, por fortuna, arma des- acreditada y de temple ya muy dudoso. En este asunto el clero de la Nueva Granada, como director de las conciencias y encabezador de las ideas religiosas, tiene graves deberes que cumplir ; y esperamos que, por su propio interes y el de la causa del catolicismo, procurard, con energia y resolucion, 11 amir al buen camino d las masas extraviadas, y hacer que in uchen paralelamente la religion y la libertad. No hay que desesperar. Continue el Gobierno, como hasta ahora, reprimiendo las facciones, con energia y digni- dad, pero sin odio ni rencor, como cumple d un gobierno fuerte, sostenido por la legalidad y la opiaido ; trabaje con i y perseverancia en mejorar el sistema tributario, en general izar la education en el pueblo, y eu llamar al banque- 46 EillRO kastos te de la civilizacion a las clases proletarias, que es el verdadero socialismo de los gobiernos honrados ; y de este niodo reunira eu derredor de si las simpatias de todos los buenos ciudadanos. Nosotros tenemos esperanza de que el or den sea pronto una bandera que cuente por defensores a todos los hombres de trabajo, de inteligencia y de honradez que hay en el pais. Confiamos en que pronto la opinion publica mirara con horror & todo conspirador, y no encontrando sequito en los pueblos las revoluciones, poco a poco se acabaran los revolucionarios. No hay que desesperar. Nosotros tenemos fe en la con- solidacion de la Repiiblica, no solamente en America sino tambien en Europa: el triunfo de la democracia es la pa- sion de nuestra vida. Aunque hoy esta vencida por el des- potismo en el viejo continente : aunque los defensores de la libertad Kossuth, Ben, Garibaldi y otros mil, andan proscri- tos y errantes por el mundo; aunque los republicanos se hallan hoy traicionados en Francia, acuchillados en Italia y amenazados en todas partes por los cosacos de Rusia y las bayonetas del Austria, la noble causa que defienden, que es la causa de la humanidad, triunfara al fin. Nosotros se- guimos ansiosos todos los incidentes de esa lucha gloriosa, y, acompanando con nuestras simpatias & los defensores de la liberdad en todos los paises, el dia que nos llega la noticia de alguno de sus triunfos, es un dia de fiesta para nosotros. (De El Neo-Granadino, niimero 170, de 22 de Agosto de 1851.) ORDEN PUBLICO Todas las noticias que nos Uegan de las provincias son noticias de triunfo. Las ultimas recibidas por el Gobierno nos dan la entera conviccion de que el orden se halla hoy restablecido en la Repiiblica, j asi lo aseguramos a nuestros lectores por nuestra cuenta y riesgo. AETI'CULOS ESCOGIDOS 47 Esta frase " el orden se ha restablecido " es hoy el objeto de todas las conversaciones, el tema de todos los discursos y el motivo eficieute de la estrepitosa alegria que reboza en el pueblo y del entusiasmo sincero y concentrado de los hombres de meditacion y pensamieuto. Y i que quiere decir, el orden se ha restablecido en el pais 1 Esto siguifica que de hoy en adelante en todas los angu- los de la Repiiblica, las instituciones y la ley seran una rea- lidad : siguifica que el hombre de inteligencia en su bufete, el rico comerciante en su almacen y el pobre labrador en su campo, pueden continuar pacificamante sus tareas, sin que los interrumpa el toque de llamada del Gobierno, 6 el canonazo del couspirador ; siguifica, en fin, que la confiauza, esa condi. cion vital de toda industria y de toda civilizacion volvera pronto d reuacer en la Repiiblica. Por tan magnifico resultado, felicitamos con entusiasmo a la Administracion del siete de Marzo. Y cuenta c6mo se nos dice que, felicitando al Gobierno, seguimos la rutina comoda y vulgar de festejar al vencedor. Rechazamos esta imputacion, porque nosotros hemos sido miembros del partido liberal y amigos de la Administracion actual tanto en sus buenos como en sus malos dias, y no per- tenecemos d esos hombres que se apresuran d maldecir la adversidad y d saludar con alborozo la fortuna. En nuestro doble caracter de antioqueiios y amigos de- cididos de la causa del orden, damos al Gobierno la enho- r;ibuena por el esplendido triunfo couseguido en Antioquia ; triunfo que, obtenido sin combates, no dejard huellas de devastacion ni de ldgrimas ; triunfo, repetimos, cuya noticia envuelve an hecho mds elevado que el boletin de una vie- toria, porque siguifica que un pueblo extraviado por las mentiras de un General traidor ha conocido sus errores y reuegado de ellos, declardudose vencido delante de la idea de la legalidad y rindiendo homenaje d la majestad del Gobierno. En una alocucien sentida y elocuente dirigida por el Pre- sidente de la Repiiblica al pueblo, la noche que llego d esta capital la noticia de la pacificacion de Antioquia, le ofmos decir entre otras cosas : \ Viva el pueblo antioqueiio ! Estas nobles palabras, pronunciadas por un hombre franco y leal, que no conoce la hipocresia ni el embozo, son para nosotros 48 EM1E0 KASTOS prenda de que la Administracion olvidara generosamente los extravios de los disidentes de Antioquia, entre los cuales, luego que se desvauezca la nube de enganos que tienen por delante, 1 encontrard el Gobierno amigos sinceros y sostenedores apasionados. Nosotros confiamos en que el Gobierno continuard impa- sible, despues del triunfo, como en medio de la lucha, con esa politica de humanidad, de moderacion y de respeto a las leyes, que es la verdadera politica de los mandatarios populares y de los Gobiernos fuertes. Las persecuciones y los cadalsos, ese recurso vulgar de los gobemantes debiles y mezquinos, solo sirve, como todo el mundo sabe, para eternizar rencores y pro- vocar reacciones. Desterrar por algvin tiempo fuera del pais d los principales cabecillas y perdonar generosamente a los deinas comprometidos, es la tinica politica indicada por la opinion y casi nos atrevemos a erperarlo, es tambit'n el pensa- miento del Gobierno. En las revoluciones se conoce £ los hombres, & los par- tidos y a los Gobiernos : las almas elevadas y los corazones mezquinos, las buenas como las malas pasiones se ponen en evidencia. Ahora interpelamos a los jefes de la oposicion, a los redactores de "La Civilizacion," de "El Dia," de "El Misoforo," a toda la plana mayor de pericdistas conserva- dores, pregun tan doles : j Donde esta ese Gobierno, ese partido sediento de venganzas y de sangre ? i Que se ha hecho el decantado vandalismo ? \ En donde se encuentraese espantajo sangriento, que mantenian siempre delante de los pueblos, llamado la cuchilla roja ? A los asesinatos colectivos cometidos en la revolucion del ano de cuarenta, a las persecuciones y presion sistematica ejercida contra el partido liberal, a la grita de ilegalidad y coaccion con que han pretendido manchar en su origen d la Administracion del siete de Marzo, a las calumnias e insultos prodigados hasta lo infinito contra los miembros del Gobierno en latribuna y por la prensa ; y por ultimo, alas ten tativas de asesinato y conspiraciones A mano armada, el Gobierno les ha respondido con la moderacion y la clemencia, Nosotros aplaudimos de todo corazon este proceder, y nos enorgullecemos de pertenecer a un partido, que no so- lamente es inteligente y progresista, sino tambien humano y generoso. AETfCULOS ESCOGIDOS 49 Los que ban entrado en las revueltas por engano y fas- cination, al ver la noble conducta del Gobierno, volveran sobre sus pasos y sostendrau el orden de ahora en adelante. Los enemigos jurados de la democracia, los jesuitas enca- prichados y rabiosos, volveran tal vez a conspirar : tanto peor p ira ellos. Tornaran a ser vencidos en los eanipos de batalla, y desfilaran otra vez prisioneros, mohinos y avergonzados por los calles de Bogota, en medio de la indignation de los hombres lonrados y de la rechifla popular. Si alguna cosa puede indemnizarnos de la crisis que se experimental en los negocios, de la paralisis de la industria y de la sangre derramada, es el profundo y completo descre- dito en que han caido los camanduleros y los especuladores en fauatismo religioso. Y si no fueramos enemigos de excep- ciones, y partidarios de que sea completa la magnanimidad del Gobierno, le pediriamos que fuera inexorable con los curas, frailes y miembros del alto clero que, olvidando su mision evangelica, y abusando de la tribuna religiosa y del confesionario, falsean la conciencia de los pueblos, apa- gan en ellos el amor a las iustituciones, el respeto & la ley, y los hacen sacrificar en cruzadas vergonzosas y sangrientas, en nombre de un Dios de paz y misericordia. Algunos de estos fariseos han sido cogidos prisioneros en plena conspi- ration : el profundo desprecio y la completa indiferencia con que el pueblo los ha visto entrar a las prisiones, mani- fiestan que los tiempos en que se hacian revoluciones con cristos estau muy lejos de nosotros, y que a los hombres de sotana tambien les alcanza la ley, cuando en mala hora y peor raz m se meten & jugar k las revoluciones. Los pueblos, aleccionados por la experiencia, van cono- ciendo ya que sus verdaderos enemigos son los hipocritas de casaca 6 de sotana que, para saciar odios 6 procurarse medros personale?, lea hacen prodigar su tiempo, sus haberes y su sangre, ya asustdndolo^ en su caracter de propietarios con las mauoseadas consejas de que en el partido liberal predominan el robo, la depredacion y el comunismo, 6 ya alarmando sus conciencias con los supuestos ataques dados por el Gobierno a la religion y a sus ministros. Ya 83 tiempo de que estas vejeces propias de los tiempos de Peiro el Hermitano dejen de repetirse entre nosotros. El po ler y los destinos piiblicos son la verdadera Palestina que E 50 EMIEO KASTOS tratan de arrebatar a los infieles estos modernos cruzados. Los pueblos conocen ya que su pretendida moralidad no es mas que farsa, su patriotismo ambition y su ortodoxia men- tira. Dejemos & esos hombres con sus remordimientos y vol- vamos nuestras miradas con jiibilo al orden publico resta- blecido, al principio de la democracia triunfante y a la majestad de las instituciones salvada. Felicitemonos porque estos fruc- tuosos resultados se hayan obtenido economizando lagrinias y sangre : procuremos que estas escenas de desolation y de ver- giienza por la patria no vuelvan a repetirse ; y hagamos de la bandera del orden la gran bandera national, y del respeto & la ley la primera de todas las virtudes. (De El Neo-Granadino, numero 171, de 29 de Agosto de 1851.) LA IMPRENTA, LA INTELIGENCIA Y LA FUERZA La imprenta, este fanal de las sociedades modernas, solo arroja hoy entre nosotros vagos y pasajeros resplandores. La calma y la confianza, no solamente son necesarias para las operaciones mercantiles y el desarrollo de la industria, sino tambien indispensables para que sean fructuosas las tareas de la inteligencia, fecundo y animado el movimiento de las ideas. En medio de las revoluciones, delante de hechos que se cumplen, de batallas que se dan, de muertos que se lio- ran, de reputaciones que se pierden, de caracteres que se engrandecen ; delante de tantas cosas que se precipitan, y nos acosan, y nos alarman diariamente \ quien habia de tener humor ni paciencia para leer un articulo de costum- bres, 6 seguir en un periodico una discusion filosofica ? En estos tiempos de movimiento y de ruido, los obreros del pensamiento son nulos delante de la opinion y mientras ARTfcULOS ESCOGIDOS 51 dura el drama tienen que retirarse detras de bastidores, dejaudo en el escenario las vueltas coloradas y a los hombres de sable. Pero asi que el ordeu se restablece, que se extingue el ruido, que se da a los batalladores su recompensa en grados it ovaciones populares, la imprenta, ese gigante que habla todas las lenguas, que derriba todos los obstaculos, que com- bate por todos los intereses, que en sus dias de colera y de justicia, a semejanza de Dios, ensalza a los humildes y abate' a las soberbio.s, que lleva en su cabeza la experiencia de los siglos y el resumen de todas las civilizaciones ; la imprenta, decimos, vuelve a dejar oir su voz imponente y majestuosa y eontinua esa lucha emprendida por ella hace cuatro siglos en favor de la libertad y del progreso. Desde el ano de 1440 en que aparecio la imprenta hasta nuestros dias, se ha hecho una revolucion completa en la vida moral y material de las naciones. Merced a ella el pensa- miento democratico ha tornado poderosa expansion, y la fuerza, linico derecho en las sociedades antiguas, ha sucumbido ante la razon, este Evangelio de los pueblos modernos. Sin la im- prenta, casi puede asegurarse que el estado feudal predomiua- ria en Europa, los papas estarian todavia vendiendo indul- gencias y repartiendo coronas, la inquisicion continuaria quemando herejes, los pueblos no conocerian mas derecho que el de sufrir, y se mantendria estampado en el codigo politico de lis naciones, ese dogma insultante que se llama el derecho divino de los reyes. La tirania y el fanatismo son enemigos mortales de la libertad de imprenta. Y lo aciertan. Los reyes y los pri- vilegiados de la tierra conocen por instinto, que sus cas- tillos feudales y sus guardias pretorianas son baluartes nulos delante de los asaltos del periodismo, debiles e impotentes ante esa explosion eontinua del pensamiento humano. Los anales de la liistoria antes del descubrimiento de la imprenta solo contienen batallas y conquistas: todos los hombres que dominan y deslumbran son guerreros : la fuerza por todas partes es duena de la riqueza, senora del poder, monopolizadora de la gloria. Solo podia escalar las eininen- ciafl socialea el que habia nacido con aptitudes militares y punos de hierro. Aparecio la imprenta, y puso en manos de E 2 52 EMIRO KASTOS los hombres una escala para trepar a todas las alturas, una arma para veneer toclas las resistencias. Como elemento de- mocratico, la imprenta ofrecio un gran palenque donde podian conibatir y veneer todas las ideas, todos los principios y todas las ambiciones que vivian ahogadas 6 desconocidas en el mundo. La pluma vino a ser arma de mejor temple que la espada, el talento mejor capital que la riqueza^ y la inteli- gencia un poder mas dominante que la fuerza. A los debiles les dio medios de hacerse fuertes, a los oprimidos armas para vengarse de los despotas, y a los hombres mal hallados con el silencio y el olvido les abrio el camino del poder y de la gloria. De las clases mas humildes de la sociedad, de los rinco- nes mas oscuros de la tierra salieron peregrinos a esa gran cruzada de la civilizacion, preguntando a los poderosos de donde emanaban sus riquezas, & los reyes de donde venian sus poderes y a los pueblos por que se habian dejado arrebatar todos sus derechos. Leyes, creencias, h&bitos, principios, dogmas, autoridades y reputaciones, todo fue traido & este gran debate, negado 6 discutido : ni los reyes quedaron inviola- bles, ni los papas quedaron infalibles. La imprenta mino el antiguo edificio social por sus cimientos. Pero en medio de esta tarea de demolicion, a pesar de muchos extravios y abe- rraciones, combate incesantemente por la consagracion de tres principios, sobre los cuales como bases fundamentales pueden descansar tranquilamente todas las sociedad es: en el orden fisico, el respeto a la propiedad ; en el orden politico, la soberania del pueblo ; y en el orden intelectual, la libertad de creer, de pensar y de escribir, 6 sea la absoluta independencia del espiritu humano. El libro y el periodico se comparten pues la noble tarea de civilizar el mundo. Es verdad que hay libros que no ensenan nada bueno, y periodicos conocemos tambien que contienen poquisima sustancia ; pero nadie se atrevera a negar que el impulso dado por los unos y los otros, tornados en conjunto, es iitil, liberal y eminentemente progresivo. Ambos son apostoles del progreso, campeones de la gran causa de la civilizacion, pero en su viaje cosmopolita por el mundo andan a diferente paso : el periodico arriba pri- mero, el libro llega despues. El periodico es tambien mas democratico que el libro. Como la composicion de este ARTfCULOS ESCOGIDOS 53 ultimo requiere muchisimo trabajo y su publicacion gran- des gastos, solo las personas de cierta condition pueden adquirirlo. El periodico, al contrario, redactandose de ca- rrera, publicandose con pequenos gastos y siendo en casi todos los paises conducido gratis por las balijas publicas, es lefdo por el pobre y por el rico, en el palacio y en la cabana ; Be encuentra al alcance de todo el mundo y las ideas con- signadas en el nltran hasta las ultimas clases de la so- ciedad : es por consiguiente su influencia mas poderosa y efectiva. No hay ninguua cue?tion, ninguna tesis que el periodico no so atreva a tratar y a discutir. Ya en prosa, ya en verso, alternativamente grave, ligero, profundo, analizador, epi- gramatico, toma todas las formas, y bien sea que ataque 6 que detienda, se sirve indistiutamente de armas diferentea Sus columuas son el reflejo de la sociedad, el eco de las pasiones, miserias, necesidades, esperanzas y temores del pueblo. En ellas encuentra siempre algiin entretenimiento 6 enseiianza el h ombre de todas las edades, condiciones y carrerae. Pero la taiva mas importaute de los periodicos en el siglo actual es defender los fueros de los pueblos, y mantener d raya las pretensiones y demasias de los gobieruos. Observese, d, proposito de esto, que en las naciones de Europa en que hay m;ts civilizacion y libertad, son aquellas en que mds abuiulan los periodicos : Francia c Inglaterra prueban esta asercion. Hacia el Norte, en Rusia y Polouia disminuyen considerable- mente los periodicos, pero tambien impera completamente el despotismo. Los Estados Unidos, cuya precoz civilizacion y rapido engrandecimiento pasman al mundo, no liay duda que deben, en gran parte, el estado floreciente en que se encuentran y el desarrollo que ha tornado en todos los espiritus el prin&pk) democrdtico, «d la influencia bieuhechora que ejercen en las masas la multitud de periodicos que en su seno se publican. Utiles de labranza, una biblia y una imprenta para tundar periodicos, dice Tocqueville, es lo primero que echan por delante, cuando se iuternan en los desiertos d fundar estados e improvisar pueblos. Loa hombrea couocen bien que la libertad de imprenta es la primera salvaguardia que tiene la libertad politica en todos 54 EMIHO KASTOS los paises. En el momento que los periodicos enniudecen, se deja sentir la niano pesada del despotismo. Por eso es que los ataques dados a la imprenta jam&s quedan impunes. La Restauracion en Francia nego muchas de las verdades, y ataco muchos de los principios legados por la revolucion francesa, y el pueblo perruanecio hasta cierto punto indiferente ; pero en el momento que Carlos X con sus fatales ordenanzas quiso encadenar la libertad de imprenta, todos los espiritus independientes se alarmaron y la opinion piiblica le grito in- dignada : alto alii ! Y volviendo a nuestras consideraciones sobre la inteligencia y la fuerza, permitasenos evocar la memoria de los dos hom- bres, que mejor que ningunos otros han personificado estos poderes. Napoleon, el mas ilustre representante que jamas haya tenido la fuerza, Napoleon con mas riquezas que Creso, mas soldados que Atila, m&s talentos militares que Anibal y Cesar, despues de haber paseado sus aguilas por todas las capitales de Europa, oscurecido la atmosfera con el humo de sus batallas y aturdido & los pueblos con sus boletines de victoria ; despues de haber verificado todo lo que se puede hacer con el despotismo y con la fuerza, no dejo en la condi- cion de los hombres, y en la economia de las sociedades nin- guna revolucion que pueda compararse al inmenso desarrollo que dio Voltaire al espiritu humano, & la luz que derramo sobre los pueblos minando absurdos y preocupaciones seculares, sin mas armas que una pluma y una imprenta, desde eu modesto retiro de Ferney. La imprenta, que es la palabra humana repercutida hasta lo infmito, da a los trabajos de la inteligencia y d las crea- ciones de la imaginacion un caracter de consistencia y de duracion, que la accion lenta y devastadora de los tiempos quita & las obras materiales de la riqueza y de la fuerza. De esa antigua y poderosa civilizacion gi'iega que conqvu&to el Oriente, y auu despues de vencida domino & Roma con su genio i que ha quedado en pie ? Los galos y los romanos en sus distintas excursiones destruyeron millares de monu- mentos ; los turcos, esos enemigos implacables del arte y de la civilizacion, construyeron fortificaciones con magniiicas estatuas, y largaron sus caballos & pastar sobre las rninas de Esparta: del templo de Diana y del Coloso de Eodas nada queda : las bellezas del Partenon van desapareciendo, ARTfcULOS ESCOGIDOS 55 gracias & las piraterias inglesas, y en ninguna parte se en. cuentran las huellas de ese famoso imperio que se fue, de esa grande antorcha de civilizacion que se apago. Solo se han salvado de ese innienso naufragio las obras de la inteli- geucia, cuyos manuscritos destenidos pudo descifrar la im- prenta, para darles con sus tipos eternidad y circulacion. " • Gloria a la inteligencia ! Mientras que las creaciones material es y los grandiosos monumentos de la Grecia han desaparecido, las obras de Aristoteles y de Platon contmiiaii siendo el or&culo de los sabios, y las odas de Pindaro y las estrofas de Homero llegan a los oidos de todas las generaciones, con su encanto primitivo y su poesia inmortal. (De El Neo-Gbanadi.no, numero 192, de 16 de Enero de 1852.) CARTAS^ A UN AMIGO DE BOGOTA CARTA PRIMERA Antes de separarnos en Bogota ofreci a usted escribirle una o muchas cartas, segiin el mas 6 menos vagar que me dejaran mis negocios. El estado politico, economico y social de las provincias que componian la antigua Antioquia debe ser el objeto principal de ellas. Sinembargo, aunque deben ser fechadas en Medellin, hallandome hoy en una balsa bajando de Ambalema para Honda, despues de consumir todos los cigarros que puede soportar mi cabeza, no sabiendo que hacer para matar el tiempo, he sacado de mi cartera un lapiz, extendido unos pliegos de papel sobre un cajon de cigarros, y, sin tener otros objetos de inspiracion que el tedio, los moscos y el oalof, me he puesto a borrajearle esta carta a buena cuenta, la coal escrita bajo auspicios tan peregrinos, debe quedar un si es no es desalinada y extravagante. Por fortuna el genero epistolar 56 Emieo kastoS admite libertades, que otra clase de escritos no consienten ; y tiene la gran ventaja que no requiere esfuerzos, ni plan, ni orden retorico, ni estilo sostenido. Conversar es mucho mas facil que escribir, y una carta es casi una conversacion. Pueden mezclarse en ella todos los estilos, desde el mas frivolo hasta el mas grave ; dejar caer los pensamientos en el papel, con la naturalidad que se presentan a la imagination ; e incrustar, a veces, en medio de asperas consideraciones politicas 6 filosoricas, incidentes comunes y confidencias individuales. Como decia antes, este genero tiene la ventaja de ser facil, y entre nosotros lo facil es sinonimo de lo bueno. Vivir, ejercitando lo menos posible el pensamiento, la actividad y las fuerzas, es el gran problema que esta siempre delante de nuestra pereza tropical. Comemos mal, aunque la mala comida cuesta tanto como la buena, por no tamarnos el trabajo de alterar el formulario gastronomico que nos legaron nuestros padres ; perdemos nuestras relaciones por no pagar una visita, no nos casamos de pereza, invocamos a veces el socialismo, en el pais clasico del platano y de las tierras baldias, porque el socialismo es la pereza elevada al rango de problema nlosofico y de cuestion humanitaria. y bay algunos j lastima grande ! que no se mueren de pereza. Pues bien, de pereza estoy llenando esta carta con futilezas, por no tomarme el trabajo de macanearla en regla. Sali de Bogota, en uno de los postreros dias de Noviembre, en que por una feliz ctisualidad Monserrate y Guadalupe se habian quitado su peluca blanca : hasta la vispera habia llovido a cantaros, lo que suele suceder en Bogota ocho 6 diez raeses al ano, a pesar de la primavera perpetua de que dicen-disfruta- mos eD la virgen America . La atmosfera & mi salida tenia la pureza y diafanidad de los dias de Diciembre, el cielo estaba resplandeciente y azul como las alas de un serafin, y el sol, esa alegria eterna de la naturaleza, cubria los cerros, las huertas y los prados con su manto de oro. Sinembargo, a pesar de la animacion y colorido que da el sol a todos los objetos, siempre los campos de Bogota son tristes y monotonos. Fuera de las ciudades es preciso ver arboles, asi como dentro de las ciudades hombres. Y lue'go carecen las sabanas de jar- dines y habitaciones pintorescas, de arroyos que murmuren, de pajaros que canten, de todo lo que forma el ornamento y la gala de las campinas. AETiCTJLOS ESCOGIDOS 57 Al dejar una ciudad en que se ha vivido algunos afioa no puede uuo de^preuderse de uu seutimieuto indefinible de tristeza. Mil objetos, que en el coraercio diario de la vida se veian con indiferencia, adquieren encanto y atractivo bajo la forma de resuerdo. Siempre me han parecido mas bettas las - recordadas que vistas. El liombre es un animal tan ciprichoso, que solo ama lo que ha perdido y elogia lo que no existe: de aqui vieae que no hay como uuo morirse para que todo el mundo lo llame a porfia hombre de talento y de mini *:i. 6 por lo menos buea padre y buen esposo, virtudes de I a r iilts dice un parsonaje de Balzac, que lo vuelven a, uno eminentemente ridiculo ; paradoja que yo rechazo con la debida i:i ligaa ■nr.x. No teugo preternioues a bosquejar cientificamente el pais que he recorrido. Lo, estudios geologicos sobre el territorio granaclino, la, diferencias imperceptible, y fugaces que dis- tinguen a los habitantes de nuestras pequenas poblaciones, y todo eso que se llama fisonomia y color local, es una labor que perteneee de derecho a nuestro docto y entretenido na- rrador el seflor Alpha. Este peregrino, en sus articulos heb- domadarios, saba reflejar siempre con interes, verdad y poe- sia hasta las costumbres mas proxaicas, y los incidentes mas vulgares de la vida de nuestros pueblos. Provisto siempre de espiritu de investigation concienzudo y laborioso, mane- jando con igual habilidad la critica del filosofo y el pincel del artista, sus escritos habran de ser un magnifico panorama del pais. Solo el puede hablar de muchas cosas que son griego para el vulgo de los viajeros : de los esquistos arcillosos y asfcratos calizos, que encuentre en mi camiuo, no pienso darme por notificado. A causa de negocios particulares, para venir a Honda tome la derrota de la Mesa para embarcarme en el Alto Magdalena. Apenas deja uno la sabana de Bogota y em- pieza a bajar las Cordilleras, tornase el pensamiento grave y sombrio como el pais que se recorre. Yo amo las montanas con el corax/m, porque he pasado entre ellas los dias mas felices de mi primera juventud, y fueron el primer horizonte ciue se present)') delante de mis ojos cuando se abrieron a la luz de la vida ; pero mi razon las rechaza como obstaculos invencibles para el progreso y la civilizacion. Cuando oigo a algunos optimistas augurar riqueza y prosperidad en lo por- 58 EMIEO KASTOS venir paia los paises andiuos, yo me rio. Interroguese la his- toria y en ella no se encontrara una sola nacion montanosa que haya tenido gran poblacion, riqueza y prosperidad. Solamente los espanoles, cuya politica ha sido un eterno insulto contra la razon y el sentido conuin, han podido dejar yermos los valles y poblar las Cordilleras. [Cuando podremos nosotros, andando en mulas a lo sumo ocho 6 diez leguas por dia, entrar en competencia con los pueblos que caminau en ferrocarriles ocho 6 diez millas por hora ? En este siglo, en que todo el mundo se mueve tan aprisa, el pueblo que no este* situado a la orilla de un rio navegable 6 tenga, aunque sea en perspectiva, un canal 6 un ferrocarril, que se cuente por muerto, si no se le da vida de alguna manera artificial. Cuando uno sale de la posada al amanecer, en bestias todavia agiles y briosas, sintiendo la suavidad y frescura de la maiiana, viajar aunque sea en nuestros desiertos, no es pre- cisamente como decia Madama Stael, el placer mas triste de la vida. A esa hora parecenle a uno los prados risuenos, las colinas pintorescas, imponentes las montaiias. Pero cuando en nuestros caminos, sobre todo en las tierras calientes, derrama el sol sin piedad sobre el viandante sus chorros de fuego, cuando empieza a hacerse sentir el trote sangoloteado de las mulas de alquiler, cuando el fastidio, el cansancio, el calor y la sed se apoderan de nuestra pobre humanidad, ya el viajero no oye, ni ve, ni piensa : mula y ciudadano representan entidades iguales : no se encuentra un solo adjetivo encomiastico para las bellezas de la naturaleza, y lo iinico que se hace es dirigir la vista por delante, & ver si se perciben arboles que den frescura y arroyos que quiten la sed. Entonces comprende uno esa idolatria casi religiosa que tienen los arabes y demas tribus de los desiertos abrasados del Oriente, por las fuentes y los oasis. Su poesia por todas partes refleja estos objetos : Mahoma los ofrece tambien k sus creyentes mas alld de la vida. Arboles y fuentes, es decir, sombra y frescura, son para ellos una felicidad en la tierra y una esperanza en el cielo. A estos objetos deleitosos y risuenos, agregan hermosas mujeres de ojos negros para completar su paraiso, al cual me apuntana yo, aunque cristiano y humilde pecador. En la confluencia del Fusagasuga con el Magdalena di con mi humanidad en el centro de una balsa tosca y pesada, car- gada con zurrones de quina. La balsa es & la navegacion lo AttTICULOS ESCOGIDOS 59 que la mula a los viajes por tierra ; el vehiculo mds barbaro posible. Los paises en que se hace en las imas el comercio por agua, y eu las otras los viajes terrestres, ya estdn juzgados. El territorio que en ambas orillas se presentaba delante de mis ojos, era a mis no poder agreste, pintoresco y magnifico. No se necesita ver muy lejos para predecir d esas comarcas un gran porvenir, si es que esta palabra porvenir no hay que bo- rrarla detinitivamente de nuestro vocabulario nacional. Con terreuos fertiles, adaptable, para todas las plant a. ciones tropicales, cruzados por uuo de nuestros pocos rios navegables : careciendo por otra parte de esa exhuberancia de vegetation y de humedad que produce las riebres intermitentes, enemigas implacables de la raza europea en nuestros valles, si por ultimo se consigue emigration, 6 los habitantes andinos se desprenden de sus ruanas de bayeton y de sus capas espaiiolas, y se echan a rodar de las Cordilleras en busca de trabajo y bienestar, el alto Magdalena habra de ser precisamente en nuestro pais el centro de la agricultura, del comercio y de la riqueza. Bajando el rio iba leyendo las cartas de Chevalier sobre la America del Norte. Este libro frio y positivo como los hom- bres y las cosas que pinta, no entretiene como un romance, pero si convence como un guarismo. Alternativainente fijaba mis miradas en el libro, y en la escena agreste y silenciosa que se presentaba por delante. El contraste daba grima. Por ana parte encontraba bancos, talleres, inmensa agricultura, ferrocarriles y vapores en las paginas de Chevalier, y por otra el pais mas privilegiado de Nueva Granada, en el cual solo iuterrumpian de vez en cuando las selvas seculares algunas chozas derrmdas en medio de miserables plantaciones de pLiuio y maiz : no hallandose mas seres vivientes en esta escena solitaria y salvaje, que alguuos caimanes durmiendo sie ta perdurable sobre las arenas de la playa, o uno que otro i lor con an/.uelo, arbol sin hojas. siiul)olo de la inmovili- (1 1 1 y del silencio. Los rayos del sol cayendo d plomo sobre el rio incendiaban la atmosfera en derredor de mi : en esa espeeie de somnolencia que produce el calor excesivo, me tras- Ladaba con la imaginaci6n d los Estados TJnidos, i eee in. menso taller de la actividad humana, en el cual el liombre domina y tiraniza d la naturaleza, al paso que en nueMia America del Sur, la naturaleza ahoga y tiraniza al honibre. 60 EMIKO KASTOS La ambicion de esos modernos titanes no se extendera hasta el cielo, pero si ira muy lejos en la tierra : America es una presa que no se les puede escapar : necesitan para respirar todo tin continente. Parece que hay algo de providencial en la circuns- tancia de haberle tocado en lote a esa raza tan energica un pais tan magnifico. En esa nacion todo es tan grande que, hasta los vicios, que en pequena escala son ridiculos 6 vulgares, entre ellos son moviles de prosperidad y de grandeza. El egoismo y el ansia de ganar habran de darles un imperio mas poderoso que & los romanos su valor indomito y sublime patriotismo. Hasta el orden en que viven, en medio de una democracia turbulenta, de razas heterogeneas y de intereses encontrados, no es resultado de virtudes pacificas, sino del tor- bellino de los negocios. Entre ellos la energia y la actividad, que entre nosotros desbordan en revoluciones, tienen colocacion y objeto. Nosotros hacemos pronunciamientos de ociosos, por divertirnos : ellos no los hacen por falta de lugar. A proposito de la America del Norte recuerdo ahora, que hay entre nosotros algunos espiritus impacientes que, deseando a todo trance comercio, ferrocarriles y movimiento industrial y viendo por otra parte que nuestros pueblos solo despiertan de su estupido letargo para devorarse en esteriles revueltas, cami- nando siempre en la via social con paso tremulo, dirigen sus miradas a los Estados Unidos, y pronuncian en voz baja la palabra aneaxtcion. Yo no acepto esa palabra funebre, ni este deseo antipatriotico. Me ocupare de esta cuestion en mi proxima carta, pues temo mucho que algiin Coriolano conservador quiera animar & los istmenos d incurrir en una insensatez de la laya. Dejaremos aqui esta carta que, para no ser de negocios ni de amores, va tomando dimensiones temibles. Salud y fe- licidad. (De El Neo-Gbaxadixo, numero 187, de 19 de Diciembre de 1851.) AETfCULOS ESCOGIDOS 61 CARTA SEGUNDA Antes de hablarle del aspecto general que presentan los h ombres y las cosas que he encontrado en mi camino, me ocu- pir.' de la cuestion anexacion, que en mi pasada carta deje aplazada para esta, y contra la cual avance desde entonces una protesta solemne, la que voy a autorizar ahora con las mejores razones que buenamente se me ocurran. Y no me ocupo de semejante cosa porque la crea probable, esto seria ofender muy de lleno nuestro orgullo nacional, sino porque cuestiones de esta clase nunca es ocioso dilucidar, y ademas en este pais todo es posible ; pues asi como ha habido mandatarios que con pretexto de orden publico nos han querido entregar a los ingleses, no faltaran alguna vez miserables jefes de partido que, bajo pretexto de prosper idad material escriban en sus banderas la palabra anexacion, y quieran entregar todo 6 parte del territorio a los yankees. Guardeme Dios, sinembargo, de pretender despertar en mi pais antipatias ni rencores contra el pueblo norte-ame- ricano. Esa nacion ha sido la cuna de Washington, Franklin y Jefferson, figuras historicas de celebridad incontestable ; ese pueblo ha realizado practicamente el Gobierno pacifico de las mayorias, y, a despecho de las protestas de los publici.stas m onarquicos, y de las tradiciones demagogicas de las demo- cracias griegas y de las repiiblicas italianas, ha exhibido delante del mundo admirado, tranquila, poderosa y feliz, una gran Repiiblica. Del pueblo, pues, que ha tenido tan grandes hombres, que ha realizado tan grandes principios, no sere yo quien hable sino con admiration y respeto. Despues de esta salva ire £ dar & la cuestion, comenzando por algunas consideraciones generales. Los espanoles nuestros padres pertenecen, como todo el mundo sabe, & la familia latina terciada con sangre afrioana. Los pueblos latinos, despues de la destruccion del imperio romano, han tenido sus epocas de dominacion y poderio, pero es un hecho indubitable que, tornados en conjunto, en el si^lo actual, han tenido que ceder la supremacia & las distintaa ramas de la raza germdnica, raza mas activa, energica e in- 62 EMIRO KASTOS vasora. Carlomagno, Enrique IV, Luis XIV y Napoleon levantaron, es verdad, muy alta la bandera francesa: Carlos V llevo tambien el poder espanol doquiera que alum- braba el sol ; pero estos dias de grandeza y de gloria para la raza latina, pasaron ya. Bien sea bajo el aspecto de la politica, bien sea bajo el punto de vista de la industria, su inferioridad salts a los ojos. Los ingleses han arrebatado sucesivamente d los franceses y espanol es todos sus mercados, factorias y colonias, y los alemanes dominan en Italia. Pueblos de poetas y de artistas, de imaginacion y de entusiasmo los de la raza latina, brillantes mas bien que solidos, carecen por otra parte de pasiones industrials y de la voluntad energica y sostenida que caracterizan d los individuos de la otra raza antagonists. Pero si en Europa tienen position desventajosa los pueblos catolicos y latinos, estos en America no pueden sostener su nacionalidad e independencia, su lenguaje y costumbres, y su especialidad en fin, sino d favor de los grandes desiertos que lo separan de la gran familia anglo-sajona. Entre estos pueblos no cabe ninguna fusion pacifica, en que bajo el abrigo de unas mismas instituciones y bandera, conserven ambos su independencia y dignidad. Es una triste verdad, pero todas las verdades deben decirse hasta las que son tristes : siempre que en America se encuentren en contacto estas dos razas, la una domina, tirauiza y ahoga d la otra. Esta por demas decir cual sera, la victima. Un pueblo debil e impotente en contacto con otro mas robusto, apresurado y emprendedor no se civiliza y se me- jora, sino que se empobrece y se degrada. Bien se trate de naciones 6 de individuos no hay alianza posible entre el fuerte y el debil. Por otra parte, los norte-americanos no guardan muchos cumplimientos que se diga con la raza espanola. Nave- gando en los vapores del Pacifico encontre una partida de jovenes chilenos, que venian de los placeres de California derrotados por la competencia armada, y por las hostilida- des decididas de los yankees contra todos los que hablaban espanol. Si en Panamd cometen la saudez de arrojarse en sus brazos, y formar con ellos hermaudad politica, ya verdn lo que es bueno. Prescindiendo de la industria y los nego- cios, terreno en el cual no podrdn los del pais sostener la ARTfcULOS ESCOG1DOS 63 competencia j ay de aquellos que carezcan de fisonomia europea bien marcada, y que tengan la cara de color dudoso ! El americano del Norte no transige con los mestizos y los negros, que formau por lo menos el noventa por ciento de la poblacion istrnena. Aunque en BUS leyes y constitucioues los considere como horubres, eu el comercio de la vida los tram corao bestias. Para uuestra nacioualidad e iudependencia no hay peli- gros serios eu lo porvenir de parte de las naciones europeas. Francia tieue bastante para ocuparse con sus disensiones in. teriores ; en los hombres piiblicos de Inglaterra hoy dia no son populares las colonias ; los gobiernos despoticos, como los de Rusia y Austria, no pueden peusar en estas lejanas comar- cas, estando trabajados por revoluciones dornesticas, por la democracia y el socialismo. Los ilnicos vientos amenazantes que llegan a nuestro pais son los que soplan del Norte. Los Estados Uaidos, merced a su habil politica exterior, no tienen niuguna complicacion ni mancomunidad con los gobiernos europeos, y estan en completa libertad para lanzar a sus in- quietas poblaciones, con su ambicion devorada sobre las bellas comarcas de la America del Sur. El Istmo de Panama con sus ventajas geograficas, y el Choco con sus grandes riquezas son una teutacion, un vellociuo de muy buena ley para esos modernos argonautas. Los hombr&s piiblicos de las Repiiblicas sur-americanas deben dirigir iucesantemente sus miradas hacia el Norte, & ver si por aquel lado perciben ya nubes en el cielo : deben decirse d si mismos todos los dias : que haremos para de- feudernos de los yaukees ? asi como el viejo Caton al Senado : '*'« preciso destruir a Cartago." Convendria que estrechasen, adoptando una politica de familia franca y leal, los vinculos de amistad y comercio entre estas Republican, ahuyentando cuidadosamente todo motivo de desavenencia y rivalidad, para que fbrmaseo una masa latina, fuerte y poderosa, capaz de resistencia el dia del conflicto. Sobre todo, es urgente tomar posesion real y efectiva, por medio de la poblacion y de la industria, de todas las comarcas ventajosas y rica^, para que no digan nuestros amigos los yankees, que van a civilizar desier- tos, y a posesionarse de naciones baldias. z_. Y no se me diga que los tratados piiblicos y los gobemantes de los Estados TJnidos, regularmente hombres de elevado 64 EMIEO KASTOS car&cter, impediran & los inquietos habitantes de su pais invadir los territorios de estas Republican que les caigan en gracia. Nada de eso. El Gobierno federal en los Estados TJnidos no tiene poder ni voluntad para contrarrestarlas exigen- cias de las masas : los gobernantes jamas toman la iniciativa en empresas semejantes y alguuas \eces las rechazan, pero al tin se dejan arrebatar por el torbellino popular. Asi se apode- raron de los iimiensos territorios pertenecieutes a los pueblos indigenas ; asi bail intentado anexar & Cuba ; de igual manera se apoderaron de Tojas y de California, y todas las provmcias de Mejico se las iran engullendo una por una, asi como un gastronomo se come una alcachofa boja por hoja. Cuando los yankees aburridos en su pais envuelven sus enseres, calzan sus inmensos botines, se ecban el rifle al hombro, y dicen : varnonos en busca de terrenos feitiles y de comarcas ricas, parecen impulsados, como los barbaros que destruyerou el imperio romano, por un poder misterioso y desconocido. Por lo antedicho no se crea que yo soy enemigo de que estos americanos acometan empresas industriales en el pais, 6 abran caminos y naveguen en sus vapores nuestros rios. Tenemos necesidad de ernigracion, y de mezclar nuestras poblaciones algiin tanto perezosas y euervadas con otras mils robustas, energicas y activas; pero no de atraer irrupciones de americanos, ofreciendoles ventajas especiales y preferencias muy marcadas, porque si el suicidio es criminal en los indivi- duos tambien es criminal en las naciones. Pasando ahora, & estilo de modernos dramaturgos, por medio de una brusca transicion de los Estados Unidos al Magdalena, de la politica exterior & las superficiales observaciones de un viajero que anda de carrera, continuare la interrumpida narra- cion, sin que esta de manera algnna tenga pretensiones al pomposo titulo de impresiones de viajes. Para escribir estas, y que sean entretenidas, amen de una imaginaciun despabilada, requierese recorrer un pais historico, animado, rico en tradi- ciones y leyendas, y que el lector no se lo sepa cie memoria. Lleveme el diablo si be encontrado otra cosa que desiertos, rios sin embarcaciones, caminos sin viajeros ; posadas sin comestibles y otras curiosidades de la laya. Aventuras, ni por pienso ; por manera que para impresionar seria preciso inventar cuentos, y en el pais solo gustan los de brujas, Dire de paso que no ART1CUL0S ESCOGiDOS 65 eucoritre ni bandidos espantables, ni principes disfra2ados, ni doucellas fugitivas lmyendo de sus gratuitos enemigos, ni p .-lvgriiios de mirada sombria y canas precoces, contando sus trdgicas historias d la luz del hogar, ni trovadores pulsando su laud bajo las goticas ventanas de im Castillo feudal. Nada de esto, mi amigo; no hay que sacar el pais de sus casillas: puesto que los hombres y las cosas tienen entre nosotros sus puntas y collar de prosaicos, prosa escribiremos. A pesar de que el Alto Magdalena no tenga hoy ni con mucho el movimiento y la industria d que sus ventajas incon- testables lo llaman en lo porveuir, notase, eso si, que la agri- cultura y los negocios toman vuelo, y que el pais despierta algiin tanto de la somnolencia y apatia en que antes vegetaba. Debese esto en parte al nuevo comercio de quina, pero princi- palmente ai desarrollo que ban tornado, con la abolicion del monopolio, la produccion y el comercio de tabaco. Esta es una de aquellas pocas medidas legislativas, en que d los argu- mentos teoricos han correspondido los resultados practicos. Los precios de los terrenos han tenido un alza considerable, se han mejorado los salarios ; las mujeres, cuya subsistencia es tan penosa y su trabajo tan mal remunerado en todas partes, en- cuentran, preparando hojas de tabaco 6 confeccionando cigarros, fcicil y honrosa manera de ganar la vida : los agricultores con- siguen para sus frutos buen mercado, y al ruido de la circula- cijn de plata y de los negocios, afluyen emigrados de todas partes, que d pocas vueltas encuentran colocacion en el laboreo de tabaco, industria la mas efectiva y prometiente que hay en el pais. Ambalema aumenta en poblacion y riqueza de una manera sorprendente, y hasta Honda, que se moria de consun- ci6n en medio de sus tetricas ruinas, comienza d levantarse de su larga postraciou. En esta ciudad subi un grado en la escala de la navega- eion : de la balsa pase al champdn. Dar con un vapor es una cisualidad, y una de las buenas fortunas del viajero. Cuando oigo en las soledades del Magdalena el ruido de las mdquinas, y percibo la columna de humo que sale de un buque de vapor experimento un placer indescribible. Los vapores signititan industria y comercio, rapidez y comodidad, progreso y civili- zad6n. Esos malditos champanes, con su incomodidad y len- titud, acobardan al viajero y desesperan al h ombre de negocios. Nuestros gobernantes merecerdn bien de la patria si consiguen p 66 EMIRO KASTOS que, navegando el Magdalena con regularidad ciuco o seis va- pores, bajen los pasajes y los fletes, desarrollandose por con- siguiente la industria del pais, facilitandose de una manera eficaz la emigracion y dejando de ser para el extranjero estas comarcas interiores un pais recondito y misterioso, de cuya existencia apenas se tiene noticia, y al cual no se llega jamas. Todo el mundo conoce champanes, con excepcion de algu- nos santaferenos consolidados, cuya entranable pasion por la ciudad nativa es causa de que, ausentandose a Fontibon 6 Chapinero se amilanan, y cuando alargan sus excursiones a Tocaima 6 Villeta se enferman de nostalgia. El champan que me toco en suerte es como todos caliente, estrecho, poblado de moscos y zancudos, parecido a la prision de Cervantes, en que toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitacion. Por un caprichoso contraste este mueble feo, tosco y masculino tiene un nombre dulce y armonioso de mujer : llamase " La Elisa." Al saltar a un champan se encuentra uno con los bogas, figuras especiales del Magdalena, delante de las cuales debe detenerse un momento todo viajero que lleve en la mano un pincel 6 una pluma. Me tomare la libertad de dividir a los senores bogas en dos clases : bogas verdaderos y bogas apocrifos. Estos ultimos son los que navegan de Honda para arriba, animales anfibios, que unas veces trabajan la tierra y otras reman en las embarca- ciones. Oarecen por consiguiente de fisonomia caracteristica, no son hombres de salidas, ni refieren aventuras, ni saben cuen- tos, ni tienen chispa ; son bogas majaderos. El verdadero boga ha nacido por lo regular en la region del fuego, en Mom- pos : motivo por el cual le repugnan las tierras frias, y habla de Honda con desden. Pasa la vida subiendo y bajando el Magdalena, y es enteramente acuatico. Cuando uno se lo en- cuentra empujando para arriba un pesado champan, encorvado todo el dia sobre la palanca que le hace llagas en el pecho, arrojando gritos salvajes para aturdirse en sus fatigas, sudando a chorros bajo los rayos de un sol implacable, decididamente lo califica como el ser mas infeliz de lacreacion. Pero, bajando es otra cosa : teniendo poco 6 nada que tfabajar come, canta, bebe y juega, 6 lo pasa sobre la tolda fumando tranquilamente y campando por su respeto. El boga, sin escrupulo de nin- guna clase, recarga su conciencia con todos los pecados capi- ABTICULOS ESCOGIDOS 67 tales : es licencioso como dou Juan Tenorio. La embriaguez, la pereza y la gula estan siempre en el programa de su vida. Como buen habitante de los climas ardientes, las mujeres eignifican mucho en su existencia : tiene amores pennanentes en Mompos y amores pasajeros en Honda. De diez, doce 6 catorce pesos que recibe cuando va & hacer un viaje, le deja una parte a su querida, gasta la otra en aguardiente y la ter- cera, apenas salta al cliainpan, la juega al naipe con el mayor desenfado. i Que le importa el dia de manana a el, hombre de la naturaleza, que come lo que encuentra, anda medio des- nudo, se acuesta sobre la arena de la playa y se cobija con la luz de las estrellas ? Como los gitanos en Europa, los bogas no aprenden ni olvidan nada, son siempre los mismos. No se dan por notiti- cados del movimiento social, ni se curan de la monarquia y la repiiblica, del socialismo ni del Golgota. Lo unico que los ha indignado un poco es la venida de los vapores, a los cuales han hecho oposicion apasionada y sistematica. (De El Neo-Gbanadi.no, numero 190, de 2 de Enero de 1852.) CARTA TERCERA Hoy escribo a usted bajo las influencias risuenas de un tiempo magnifico y de una naturaleza sin igual. Diciembre, mes de luz y de alegiia, de aguinaldos y de amores, ostenta lino de sus dias mas claros y resplandecientes. De la casita de mi madre en que le escribo, situada en el extremo de la ciudad, al traves de una ventana que estd abierta delante de mi mesa, contomplo un panorama campestre, como sitlo puede verse en la muell'e Italia 6 en la risuefla Andalucfa. Las brisas de la manana, porque el sol apenas acaba de asomar f 2 68 EMIRO KASTOS sobre la cima de los montes, traen a mi cuarto la eseiicia perfumada de las rosas, jazmines y azahares que abundan en las huertas vecinas : sobre el verde esmeralda de la pradera que miro por delante, levautan su copa piramidal sauces majestuosos, y en el tupido follaje de los naranjos, cargados de frutas color de oro, tan celebradas por los poetas antiguos, saludan los turpiales a la manana con sus cantos melodiosos. Al otro lado del rio Medellin, cuyo norabre indigena es Aburra, Belen y Otrabanda ostentan, en medio de huertas y de jardines, las blancas fachadas de sus casas que brillan a la luz del sol ; y mas lejos la campina con su rica ve- getacion y esmerado cultivo, cubierta de ganados, habita- ciones y labranzas, se levanta suave'mente hasta perderse en la falda de las montanas, que. esconden sus picos escarpados en un cielo, por lo comiin durante el dia vestido de azul, y de noche tachonado de estrellas. Por cualquier parte que uno dirija la vista encuentra paisajes que parecen ilu- siones, como decia el doctor Cuervo, y una naturaleza gozosa y ataviada, sonriendo siempre como una coqueta. Ademas, la suavidad de la atmosfera y el aire tibio y embalsamado que se respira en este clima adormecedor, completan la fas- cinacion producida por las bellezas de la tierra y los esplen- dores del cielo. Sin duda que en Nueva Granada y tal vez en America, no hay una comarca tan hermosa como este valle de Medellin. Pero como el hombre, segun se dice, es animal sociable, cuaudo el viajero, despues de embelezarse con la verdura de los campos y la brillantez de los cielos, quiere penetrar en la sociedad y buscar alguna armonia entre las cosas materiales y las costumbres, se lleva chasco soberano. Ese caracter alegre, comunicativo, franco, simpatico que distingue a los habitantes de los paises risueiios y de los climas templados, no se encuentra aqui ; al contrario, las costumbres son Mas y ceremoniosas : los hombres no se reilnen sino para tratar cuestiones de dinero : reina un individualism^ tan completo y tal idolatria por el yo, que puede asegurarse que aqui hay hombres pero no hay sociedad. No conciben que se hay a nacido para otra cosa que para comprar y vender, y fuera del dinero nada merece atenciones ni respetos. Por de contado que aqui hay, como en todas partes, hombres de maneras obligantes, y de corazon generoso, honrosas excepciones, que ARTICULOS ESCOGIDOS 09 no incluyo en la apreciacion general que hago de los hombres y las costumbres. Una aristocracia monetaria, algiin tanto iliterata, de buenos aiios atras tiraniza la sociedad. Los que la forman han dado hasta ahora la ley en las costumbres, dominado los tribunales, consagrado las reputaciones y dirigido la poh'tica. Con su dinero, esparcido a interes, tanto en esta ciudad como en los pueblos de las tres provincias, son drbitros de las elecciones y ejercen un poder soberano y feudal. Egoistas en negocios, ret rogrados en politica, incapaces de un sentimiento generoso, jamas se les ve al frente de ningun proyecto filantropico, ni de medida alguna que tenga por objeto ilustrar las masas 6 mejorar la suerte de los pobres. Yo acepto la influencia de los ricos como natural, provechosa y legitima, cuando la era. plean de una manera iuteligente y generosa, encabezando em- presas industriales de utilidad general, fomentaudo estableci- mientos de beneflcencia 6 extendiendo una mano simpatica al merito desconocido, a la honradez desgraciada ; pero esos banqueros que solo dan su dinero al uno y medio o dos por cieuto, como los hay aqui y en Bogota, que viven sentados en sua poltronas explotando las miserias ajenas, llenando sus cot'res a mansalva, arruinando d los pueblos sin arriesgar ana peseta en ninguna industria nueva de utilidad general, ni correr las vicisitudes de los negocios, son una especie de vampiros que podrdn inspirar temor, pero nunca simpatias ni respetos. Los que componen esta oligarquia de dinero en Mede- liru, con raras excepciones, desprecian la education porque ignoran para que sirve, desdenan el talento y todo merito que no este fundado sobre bases metdlicas, y oponen fuerza de inercia, cuando no obstdculos decididos, d la dit'usion de las luces por motivos que ellos se saben muy bien. Como este ea i in pais en que todo el mundo negocia eu una escala superior ;1 8U capital, regularmente con dinero a interes 6 credito con- cedido por la aristocracia monetaria, la influencia subterrdnea y misteriosa de esta sobre todas las ciases de la sociedad es inmensa : influencia que, puesta servilmente d las ordenes de los jesuitas y de don Mariano Ospina, ha servido en politica para ahogar los sentimientos liberates y generosos de la ju- \ciiUid, y en general para mantener el statu quo en las cos- tumbres, e imprimir d la sociedad esa frialdad Ldgubfe y esfi 70 EMIEO KASTOS caracter apartadizo, suspicaz, e interesado, que hace de esta hermosa ciudad, tan favorecida por la uaturaleza, una morada desapacible y tediosa. La mujeres, con excepciones tambien, participan del caracter frio y poco comunicativo de los hombres : nada mass natural. Es aforismo falso, aunque vulgar, el que dice que los hombres hacen las leyes y las mujeres forman las cos- tumbres. Como se halla organizada la sociedad actual, en que la supremacia natural del hombre esta reforzada con leyes exclusivamente hechas por el y para el, que le conceden todo* los derechos, las mujeres, careciendo de iniciativa y voluntad, se pierden en el torbellino social y no imprimen jamas el movimiento ; lo reciben siempre. Las pasiones buenas 6 malas de los hombres con quienes riven en contacto, forman las suyas ; segtin el caracter de estos, son ellas comuni- cativas 6 insociables, distinguidas 6 vulgares, virtuosas 6 corrompidas. Las medellinenses son generalmente altas, esbeltas y tienen facciones distinguidas muy caucaseas. Aunque su belleza es incompleta, porque el clima no consiente mayor robustez y lozania, hay algunas en cuya cara de figura ovalada brillan grandes ojos negros sobre una fisonomia apagada y descolorida, atractivos de muy buena ley, segiln dicen los senores romanti- cos. Como consecuencia de la vida claustral que lie van, tienen mas virtudes domesticas que dotes de sociedad. En la vida de familia, como todas las antioquenas, ostentan cualidades admirables. Su lealtad como esposas y afec- tuosa consagracion & sus hijos como madres, suele ins- pirarles un orgullo legitimo aunque * & veces exagerado. Si la mayor parte, como he dicho antes, son algiin tanto insociables y no ostentan ese caracter comunicativo y simpatico, genial en las mujeres, debese esto al humor nada expansivo de los hombres con quienes viven, los cuales no alimentan su natural timidez con atenciones y galanterias. Medellm, despues de haber llegado d la mayor opulencia que puede alcanzar una ciudad incrustada entre las montanas, comienza & decrecer de una manera bien perceptible. Tesis general : en Nueva Granada no puede haber ciudades popu. losas sino & orillas del alto Magdalena 6 en nuestros litorales de ambos mares. Sobre las Cordilleras, y en las comarcas in- ARTICULOS ESCOGIDOS 71 teriores, d favor de algiln rico mineral que se descubra, 6 de alguua industria nueva que se desarrolle, podra acumularse accidentalraente alguua poblacion, y formarse remedos de ciu- dades, que desaparecen o se mantienen estacionarias asi que la concurrencia disminuye los productos dela industria, 6 el trabajo agota el mineral. Solamente la agricultura 6 las manufacturas cerca de rios navegables, de ferrocarriles 6 del mar, pueden dar alitnento y bienestar a una gran poblacion : la agricultura en el interior siempre serd mezquina y las fdbricas imposibles. Los negocios en nuestras ciudades son de suyo tan reducidos que, dejando de ser fructuosos a poca con- currencia, no queda colocacion en ellas sino para los usureros, algunos comerciantes muy favorecidos y unos pocos emplea- dos. En lugares cuya situacion geogrdfica no se presta para la industria y los negocios sino en escala limitada, comoMede- llin y Bogota, no reporta el pais ventaja alguna de que se acumule gran poblacion. Al momento que se agrupe mucha gente sin carrera ni colocacion, como sucede en esa capital, amen de los brazos perdidos para la industria de los campos, la ociosidad y la miseria consiguientes convierten d los pueblos en ilotas degradados, y despiertan en las clases mds adelanta- das la envidia y el rencor contra los pocos que gozan, de donde vienen las revoluciones y nace el socialismo. Los que d fuer de patriotas exigen al censo de Bogotd un guarismo considera- ble, no han meditado en lo peligrosa que es mucha gente reunida si gran parte de ella esta ociosa. Ni d Medellin ni a Bogotd, ciudades ambas por las cuales tengo el mayor inteivs, les deseo mds habitantes de los que en ellas encuentren coloca. cini facil, trabajo y bienestar. La prosperidad de Antioquia, abarcando con este nom- bre las tres nuevas provincia-;, no depende precisamente de la riqueza de sus niinas, sino del genio de sus habitantes y de la austeridad de sus costumbres. El Choco es tal vez un territorio mds aurifero que este, y sinembargo, aquel pais estd yermo y solitario. Aunque en pocos de los habitantes de esta provincia se encuentra la abundancia de ideas que da una educacion esmerada, predomina en todos el buen sentido, la formalidad y el claro instinto de los negocios. En su cora/.on el deseo de adquirir es sentimiento dominante, y esta pasion los hace, como al yankee, realizar prodigios. Todo el mundo quiere ser propietario, y el que no posee caudal efectivo lo 72 EMIEO KASTOS tiene en la imaginacion. Como todas las cosas deseadas con ardor tarde 6 temprano se consiguen, raros son los que no acu- mulan alguna cosa ; y la adquisicion consecuencia del amor al trabajo, virtud muy general en estos pueblos, da indepen- dencia y dignidad al hombre. La moralidad de sus costumbres debese tambien a la pasion que tienen por la vida de familia y a lo popular que entre ellos es el matrimonio. Sobre todo en las parroquias, las aldeas y los campos, todo hombre pobre 6 rico se casa apenas cumple diez y ocho 6 veinte anos. Los hombres que pertenecen & las clases mas favorecidas pueden pasarse hasta cierto punto sin el matrimonio, porque tienen, para el trabajo y la buena conducta, los moviles de la educacion y el honor ; pero el hombre inculto, para ser labo- rioso, economico y honrado, necesita de la vigilancia afectuosa de la mujer, y del sosiego y buena direccion que dan a sus pasiones el espectaculo de sus hijos y la vida tranquila y laboriosa del hogar domestico. Fuera de Medellin, donde la existencia es cara, y el lujo ha invadido a" todas las clases de la sociedad, los hombres se establecen en familia facilmente, porque las mujeres tienen indole admirable, poquisimas necesidades y se dedican a" los cuidados de la familia y & los trabajos domesticos, con valor y resolucion casi sublimes. Es un espectaculo que causa tristeza y admiracion al mismo tiempo, ver, en las parro- quias y los campos, a muchisimas jovenes de buenas familias, blancas, hermosas, que con mejores atavios y un poco de cul- tura intelectual podrian brillar al sol de nuestras ciudades, verlas digo, al otro dia de su boda, desprenderse de sus galas de novias, de sus ilusiones de ninas, para enterrarse en cuerpo y alma en la casa de su marido, a desempenar sin tregua ni descanso las tareas m&s penosas ; pues ellas, como en la familia biblica, ordenan las vacas, preparan la comida y van d, las fuentes d lavar la ropa. Y estas santas y valerosas criaturas ven ajarse su belleza, marchitarse su juventud y amontonarse los anos, sin que un dia de descanso alivie sus fatigas, ni un rayo de placer ilumine las tinieblas de esa vida oscura y si- lenciosa. (De El Neo-gbanadino, niimero 192, de 16 de Enero de 1852.) artIculos escogjdos 73 KOSSUTH POLITICA IXTERNACIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS Cuando la prensa democratica en todos los paises se ocupa del celebre hungaro, por simpatias con su causa y admiraciou hacia su persona, bueno sera que nosotros dando algiin vagar a la esteril polemica de partido y a las mezquinas cuestiones personales, nos ocupemos tambicn del ilustre proscrito del absolutismo europeo, y de las cuestiones politicas que ha suscitado en los Estados Unidos, cuestiones altamente liga- das con la existencia y el porvenir de los pueblos deino- craticos. En este siglo en que la democracia, siendo en Europa mas bien moda pasajera que conviccion ardiente, se ha visto negada el dia de lo.i sacrificios por sus falsos creyentes y abandonada por sus cobardes sostenedores, preciso es confesar que, en medio de esa turba de caracteres vacilantes y personajes teatrales, descuella la figura grave y severa de Luis Kossuth, como uno de los mas leales servidores de la libertad europea, de la cual es al mismo tiempo el poeta, el soldado, el orador y el martir. Como Anibal buscaba en todo el mundo enemigos al pueblo romano, Kossuth solicita en todas partes soldados para com- bat ir el despotismo austriaco, y restablecer la nacionalidad de:struida de Hungria. Despucs de haberpretendido sin buen suceso exaltar en favor de su causa las poblaciones europeas, egoistas unas y eaervadas otras, ha surcado el Atlantico para buscar socorros y simpatias en la poderosa nacion, patria de Franklin y Washington. Como todos los caracteres fuertes, se alimenta de esperanza y fe. Las persecuciones de sus ene- migos, las calumuias de la prensa absolutista, las derrotas de la democracia en Europa no lo abaten : su talento, valor y confianza estan d la altura de la grandeza de su causa. Con una elocuencia a veces nebulosa y sombria como la de los pro- fetas antiguos, anuncia como ellos el triunfo de la justicia, la humillacion de los poderosos y la resurreccion de las naciones. Al travcs de las vicisitudes y tinieblas de lo presente, su mira- da profunda eshi siempre divisando eu lo porvenir el brillo 74 EMIEO KASTOS celeste de la estrella de la libertad para los pueblos. ; Salud al ilustre proscrito ! • El cielo haga triunfar su noble causa ! No podemos resistir a la tentacion de traducir para nuestros lectores la introduction de su discurso a los habitantes de New York, discurso prouunciado en lengua extranjera para el ; pero que sinembargo es tan apasionado, tan elocuente, tan patriotico, que sentimos no nos permita su extension presentarlo integro a la admiration piiblica. "Habitantes de New York: " Me siento aiin enfermo, fatigado y como anonadado por quince dias pasados sobre las olas agitadas del Atlantico : mi cerebro aiin quebrantado, es presa de una especie de vertigo, y pareceme que, bajo mis pasos vacilantes, siento temblar el suelo de este gigantesco continente. Permitidme antes de ir mas lejos, detenerme sobre este suelo de la libertad, vuestra patria afortunada. Libertad ! Patria ! Que celeste armonia se encuentra en estas dos palabras ! " Ah ! yo no tengo patria y esta destruida la libertad de mis hermanos ! " Joven gigante de la libre America, me dices, es verdad, que tus playas son asilo para el oprimido, y patria para el desterrado desposeido. Son asilo sin duda, pero todas las ben- diciones de vuestro glorioso pais i podran borrar en el corazon el pensamiento de la tierra natal y el deseo inextinguible de la patria ? Mi patria idolatrada, tus sufrimientos te hacen mas querida para mi. Miro siempre por delante tu imagen san- grienta cuando estoy despierto, y tambien aiin en los cortos instantes en que procuro encontrar un reposo fugitivo. Tu imagfen me ha seguido sobre el Atlantico : ella me seguira a mi vuelta cuando vaya d empezar otra vez la lucha por su libertad. Yo no tengo otro pensamiento ni otro sentimiento sino ella. " Aqui mismo, delante de este prodigioso espectaculo de grandeza, independencia y prosperidad que se desenvuelve ante mis ojos maravillados, todas mis aspiraciones se dirigen siempre hacia Hungria. " En medio de este concurso innumerable, feliz posteridad por la cual han combatido vuestros padres, cuando dirijo hacia vosotros miradas, ciudadanos, para saludar la majestad de los Estados Unidos, y dar gracias al pueblo de New York AETfCULOS ESCOGIDOS 75 por la parte generosa que ha tenido en mi libertad, y del honor insigue de la recepcion con que me ha acogido, veo siempre en medio de esta reunion numerosa levantarse la ima- gen sangrienta de Hungria, que dirige una mirada de ansiedad hacia vosotros, para sorprender en vuestros ojos algunos ravos de esperanza, y que parece espiar en vuestros hurras el rayo que dara la serial de su libertad. " Si vuestros ojos no encierran ese rayo de esperanza, si en vuestros hurras no resuena una senal de resurreccion, desgra- cia entonces para las naciones oprimidas de Europa. Ellas no tendr&n socorro en la hora suprema. Menos felices que voso- tros, no encontraran manos fraternales para defenderlas contra ese gigante que las amenaza, la liga de todos los despotas con- tra el mundo. " Desgraciado de mi tambien ! Ni alexia sentiria en estar con vosotros, si los dias que pasase aqui fuesen dias perdidos para mi pais, perdidos para siempre, porque cada momento pesa en los destinos de Europa." Este amor sagrado por la patria que resplandece en todos los discursos de Kossuth, anadido a la elevation de pensamien- tos y a lo sagrado de la causa que defiende, les da un atractivo t;m poderoso, que hasta el pueblo de los Estados Unidos, de suyo positivo c indiferente por todo lo que no diga relation con su interes, ha escuchado sus palabras con el entusiasmo m is apasionado, y manifestado por la restauracion de Hungria la mas generosa simpatia, Todo el mundo sabe que la politica tradicional de los Esta- dos Unidos, aconsejada por Washington, y seguida con la vene- racion religiosa que se tiene en ese pais por todo lo que emana del celebre fundador de la Repdblica, consiste en no intervenir en los negocios de las dem&s naciones. Cada uno para si y Dios para todos, es el egoista pensa- miento que iiispira su diplomacia. Pues bien, Kossuth se ha atrevido d, combatir este principio fundamental, y lo ha com- batido con tan buena logica y tan claras razones, que ha logrado conquistar mucha opinion en su favor, y adherir d su pensa- miento algunos hombres distinguidos, entre ellos Mr. Webster, el ciudadano mas eminente de la Union. Kossuth les ha manifestado, que la politica de aislamiento y de reserva, muy sabia cuando la Repiiblica era debil y pequena, es indigna de una gran nacion, que esta interesada 76 EMIRO KASTOS | para el desarrollo de su poder, en que las leyes internacionales se respeten; y que precisaiuente su principio de no intervencion, ampliaio de una nianera generosa, debiera llevarlos a protestar contra las que quieran ejercer los despotas, para ahogar la nacionalidad de los pueblos. Les ha dicho tambien, que el triunfo complete del absolutismo en Europa, una vez que suceda, dara a los gobiernos despoticos, que aborrecen de muerte a los Estados Unidos, facilidad para arruinar su indus- tria agricola cerrando mercados a sus frutos ; y ultimaniente, que si la Union Americana se queda sola representando el principio democratico, el despotismo europeo tarde 6 temprano habra de declararle una guerra asoladora y sangrienta. Les ha pedido, pues, que no se limiten a esteriles simpatias por su persona y por su patria, sino que de acuerdo con Inglaterra, rnanifiesten de una manera solemne, que reran con inucho des- agrado la intervencion de las naciones fuertes para oprimir a las debiles ; anadiendo a esta declaracion, el reconociniiento solemne de la independencia de Hungria. Nosotros creemos que si estas pretensiones de Kossuth son audaces, no carecen en el fondo de prevision y de verdad. Ingla- terra y los Estados TJnidos tienen hoy una dificil position que sostener, y una grande y noble tarea que cumplir. Unicas, entre las naciones poderosas, en las cuales las victimas del des- potismo encuentran hospitalidad y proteccion,yenque la prensa libre alienta el espiritu de independencia abatido entre los pueblos ; el ejemplo comunicativo de la grand eza y prosperidad a que las han conducido sus instituciones liberales, habra de inspirar & los poderes absolutistas contra ellas una enemiga mortal, que tendrd por consecuencia logica e inevitable una guerra entre los dos principios que no pueden existir juntos en el mundo, una guerra sin paz ni tregua, asoladora y sangrienta. Y si los grandes poderes despoticos intervienen siempre en con- tra de todos los pueblos que quieren recobrar su independeDcia, y alientan cualquier tentativa reaccionaria para tener menos enemigos y ganar sostenedores { por que los pueblos libres, en obsequio de una noble causa, no han de seguir esta politica previsora del despotismo, estimulando tambien todas las reac- ciones liberales y tomando una iniciativa mas decidida en favor de los pueblos oprimidos que quieran restaurar su independen- cia, para tener sostenedores y aliados el dta supremo del con- flicto ? artIculos escogidos 77 Los Estados Unidos sobre todo, argumento vivo, palpi, tante, poderoso, en favor del desarrollo, la grandeza y el bienestar a que pueden llegar los pueblos con instituciones republicauas ; los Estados Unidos, asilo orgulloso de liber- tad, hogar innienso de independencia y dicha para todos los opritnidos de Europa, deben precisamente reunir contra si los mas selectos rencores de los despotas, siendo el fan- tasma odioso de sus suenos y en sus conciliabulos tenebrosos su ddenda est Carthago. Dejar, pues, con egoismo e indife- rencia al despotismo ahogar la libertad en todo el mundo, para despues verse obligados a sostener solos una lucha deses- perada contra el absolutismo, es una politica timida y poco previsiva, que consiste en comprometer lo porvenir por vivir tranquilo en lo presente. La audacia significa muchas veces prudencia. Si Washington viviera, hoy que los Estados Unidos tienen veinticuatro millones de habitantes y son duenos de casi todo un continente, delante de las gra- ves cuestiones que se agitan en Europa, y de los peligros con que el triunfo del despotismo comprometeria su grandeza futura, no lea aconsejaria la abstencion. Su gran corazon rechazaria ese principio egoista de cada uno para si y Dios para todos. (De El Neo-Granadino, niimero 206, de 15 de Julio de 1852.) "ONA NOCIiE EN BOGOTA La noche es la patria de la luna y de las estrellas, de la meditaciou y la tristeza, del sueflo y del amor. El amarte- lado y el bandido esperau anhelosos su llegada ; y el desgra- ciado tambien, con la esperanza de que el sueno, ese preludio de la muerte, de tregua a sus pesares. Es de noche que visi- tan al poeta sus visiones dor^xlas y que la hermosa niiia y el 78 EM1R0 KASTOS joven adolescente hacen castillos en Espana. En medio del dia, del bullicio y de los negocios, predomina por lo regular la cabeza calculadora y fria ; pero asi que el sol trasmonta los lejanos montes, que se apaga el crepiisculo de la tarde y vienen las sombras con su cortejo de silencio y recogimiento, tornase el hombre susceptible a sentimientos de familia, efu. siones de amistad, recuerdos de amor : el hogar de la vida, dispensandome la frase, parece que baja de la cabeza al cora- zon. Todas las pasiones, buenas 6 malas se exaltan en la noche, especialmente la credulidad y el miedo ; por eso debe ser que los astrologos ban escogido esas boras para embaucar con horoscopos e imposturas, las mujeres para haberselas con sus amantes y el diablo para espantar a monjas desocupadas y a fanaticos ignorantes. De noche sobre el juicio predomina la imagination ; y a casi todos nos ha pasado reirnos por la manana delos proyectos insensatos 6 esperanzas quimerieas, que en la noche anterior, con visos de realizables, deslumbraron nuestro pensamiento. Basta de preambulos. Mi reloj senalaba las ocho en la noche de un domingo del finado Septiembre. Despues de haber leido en un periodico un articulo de politica que ya me parecia haber visto en el niimero pasado y en el antepasado y en todos, y de haberme impuesto en la Gaceta de que se habia instalado una nueva sociedad democratica, lo que es un cuento de cuentos, no sintiendome por aquellos momentos con voca- cion para rezar ni dormir, me envolvi en la nube, como dicen los espanoles, y a la calle. Pero I que hacer ? a donde ir ? — dije para mi. — Al teatro ? No hay tal : murio de consuncion : mas bien que asistir a el prefieren los ciudadanos pasearse en el altozano, 6 hacer corros en boticas y billares, 6 hablar del projimo, 6 rezar 6 dormir : diversiones inocentes y baratas. Si fuera donde el Dr. Lleras, ya es otra cosa : nadie ignora, y mucho menos los ricos, que un placer gratis es doblemente placer. — Ire a las Nieves ? — No quiero en una noche un poco hiimeda arriesgar la salud del cuerpo, y tal vez la salvacion del alma, en esas peligrosas encrucijadas. — A visitar amigos ? — Tengo pocos. — A cortejar queridas ? — No tengo ninguna. [ Como es, pues, dije para mi, continuando un poco amostazado este soliloquio, que en la capital de la antigua Colombia y de la moderna Granada, en la virgen del Funza, como la ha llamado atrevidamente AftTICULOS ESCOGIDOS 79 mils de un poeta, en la culta metropoli de esta Repiiblica humauitaria, Uberrima y progresista, que marcha a la van- guardia no se de cuantos imperios y lleva d remolque media docena de Repiiblicas, como es, pues, que eu esta Atenas de Sin-America no encuentra, siquiera el domingo por la nocbe, un ciudadano bourado donde pasar dos boras en solaz y divert imiento ? Puesto que saliendo d la calle es preciso ir a alguna par- te, tome la resolucion de dirigirme a los Port ales, cuartel general de solteroues aburridos y de politicos en agraz. En efecto, nada divierte tanto al solteron como la cronica y la politica: d falta de alguna cosa femenina que ocupe sus afectos, se enamora de la cosa piiblica, y no teuiendo familia propia, averigua con cuidadosa solicitud lo que pasa en las tamilias ajenas. La politica es la mania de la epoca. Encuentrasela, asi en los salones alfombrados del capitalista como en el bumilde taller del artesano : el mercachifle mientras mide una vara de madapolan, pregunta al comprador: " amigo, jque hay de Urbina ? " El boticario, mientras esta terciando la quinina con almidon, discute eon su ayudante una cuestion de credit*) publico. No bay estudiante que no se crea capaz de dominar hi sitnacioii, ni abuela incombustible que no renuncie al baile porque la juventud de boy no presta garantias, ni aprendiz de jmblicista que no borrajee su cuadernillo de papel v diga por si y ante si, hugote proyecto de constitueion. Las mujeres que deberian ser un oasis, donde se encontrara calma y solaz, taml)ien se ban ecbado por esos trigos a" fomentar ;\\- vense los principios aunque perezca la sociedad. — Que' prin- 80 EMIRO KASTOS cipios ni que pan caliente : bonitos estamos para entregarnoS maniatados. A pocas vueltas me escape de esta batahola, y, acordan- dome que era noche de estatuas, me dirigi hacia ellas, asi como el naufrago sin esperanzas se agarra del mas fragil leno. No habia andado veinte pasos cuando di con mi amigo Pepe, joven de treinta anos, decidor y entretenido, hallazgo impagable en noches de aburrimiento. Este joven, nativo de una de las provincias limitrofes, habiendo quedado huerfano desde su edad temprana con un capital considerable, vino 6, cursar a Bogota, y en lugar de estudiar en los libros de filoso- fia estudiaba en los ojcs de sus queridas, como dijo de alguien el ciudadano Figaro. Contribuyente obligado a bailes de es- cote, paseos al salto y holguetas de toda clase ; pagando por sus camaradas en fondas y billares, echandolas siempre de rumboso, credulo y confiado hasta lo sumo y juzgando de la lealtad ajena por la propia, pronto se vio tan limpio como el paje de San Juan, y entonces, como sucede desde Adan, sus amigos le abandonaron porque ya le encontraban majadero y enfadoso, y dieronle de codo las mujeres, porque vino d pare- cerles sin chispa ni gracejo, y feo por anadidura. Pepe entro entonces en cuenta consigo mismo y comprendio, que la socie- dad es un campo de batalla, en el cual a los desplumados siempre se les llama necios 6 briberies, asi como en las guerras civiles al vencido siempre se le denomina faccioso. Como hombre de talento que es se echo estas observaciones al bolsillo, pidio al primer projimo que encontro en la calle un poco de egoismo del que tenia para su gasto, encerro bajo siete Haves la generosidad y la franqueza y se puso a estudiar, como todo hijo de vecino, los vicios y debilidades ajenas para sacar par- tido : se metio en covachuelas, en intrigas, en negocios sub- terrdneos de toda clase, teniendo siempre por delante el axio- ma, por desgracia verdadero, de que la sociedad no averigua nunca los medios y no pregunta sino por el resultado. Con tan cristianos principios, y aleccionado por la desgracia, mejor escuela de mundo que todos los libros de filosofia, Pepe ya va recuperando sus dineros, y con ellos sus amigos y relaciones, preludios de la fortuna como las golondrinas del verano. Ha- biendose rozado mucho con los hombres y las cosas, conociendo todos los angulos y encrucijadas de la sociedad, cuenta mas ART1CUL0S ESCOGIDOS 81 aventuras que im libro de caballeria y mas desenganos que un poeta moderuo. Por lo demas tiene conmigo gran conhanza, pues fui uno de los pocos que no le abandonaron en sus malos dias : su conversacion abundante y apicarada me divierte sobre manera; pero, a pesar de las que le ban jugado, no aborrece a los hombres sino que se rie de elios, asegurando lisa y llauamente, que el hombre mientras no se rie de todo no es hombre todavia, — Buenas noches, Pepe. i De donde vienes tan embozado y cabizbajo ? — Cuanto celebro encontrarte, porque estoy de mal humor contra mi costumbre. — Vamos. Cuentarae tus percances. — Estoy enamorado. — Eso casi es una calamidad. — De una viuda. — ; Oh eso es una calamidad por entero ! — No te buries : tiene buenas barbas y mejores doblones. Es como dejar el mar borrascoso paraanclar en una anchurosa y sosegada bahia. — l Y esa man fa de buscar viudas habiendo tantas mucha- chas inocentes, incomprensibles y nerviosas i — Tii no sabes jota de achaque matrimonial. A las jovenes de primer pelea tiene uno que arrullarlas, al paso que las viu- das lo arrullan a uno y lo contemplan. Por la segunda edi- cion de sos maridos tienen la misma predileccion que un autor por la segunda edicion de sus obras. — Pero el asunto marchara a la vapor. No reza la fama que las viudas sean de pasta granitica. — Al contrario ; en estos malditos tiempos nadie cree en nada, pues hasta las viudas dudan del amor. Dice que los afectos de hoy son volanderos y de menor cuantfa, y que el uiundo esta perdido : j noticia fresca ! Esta tarde eche el resto en un discurso que la dirigi sentimental, alegorico e incon- testable. Dijela que mi corazon es un Vesuliio, y que sin el la mi vida quedara sin objeto y agostada como la tierna flor march itada por el abrego iuclemente. La dejc como una malva. — Pero hablando de otra cosa, le dije a Pepe, jquieres acompanarme a las estatuas ? .—Con mucho gusto. Esta noche habra lloriqueos y des- 82 EMIRO KASTOS mayos porque decapitan a Luis XVI. A este pobre diablo la sabia naturaleza lo hizo rey para que engalanara im ca- dalso, al paso que si le hubiera dado la vida en una condicion humilde, habria sido un artesano feliz y laborioso, un honrado padre de familia, un buen hombre. Presidentes hemos visto que habian nacido para frailes, y ministros con vocacion de lacayos : muy caros les han costado a los pueblos estos quid pro quo del destino. Al bueno de Luis XVI le hizo la gui- llotina un servicio : lo libro del olvido. En estas y semejantes platicas llegamos por liltirno a la casa donde se exhibian las estatuas, espectaculo a que concurria esa noche ansioso el honrado pueblo bogotano. Nosotros nos sentamos a la entrada, desdeiiando ver las estatuas de los muertos por contemplar la efigie de los vivos. — [ Conoces, le dije a Pepe, aquella estantigua livida y macilenta, que paga la peseta de entrada como quien da las niiias de sus ojos ? — ; Como si la conozco ! el hombre de mundo y de ne- gocios como yo conoce a todo ser viviente. Ese senor tiene cien mil pesos y se llama don Ciriaco. En tiempo de lima no enciende vela, y se come la mostaza de los sinapismos que ponen en su casa, porque todo no ha de ser desperdi- cio. Negocia con hijos de familia, con militares y sobre todo con empleados. El empleado y don Ciriaco son el raton y el gato. El dos por ciento le inspira el mas profundo des- precio, el tres le merece una sonrisa, y del cuatro para ade- lante hay ya palmaditas en el hombro y apretones de manos. Pero siempre vive diciendo que los tiempos estan trabajosos y el dinero escaso. En cierta ocasion me dio una suma a i uteres y me capitalizaba hasta los suspiros. ; Excelente ciudadano ! — I Quien es aquella linda muchacha de pelo rubio, ojos azules y dormidos, fisonomia Candida 1 parece la estatua de la inocencia. — La vales para fisonomista : te hubiera teuido envidia Lavater. Mira cdmo se aparta un poco de su mama que esta contemplando admirada la cabeza calva de Feijoo. Repara c6mo sus miradas tfmidas se encuentran con las de aquel militar amigo mio que esta al frente : ve como el militar levanta la diestra y haciendo una cruz en el aire con el ARTfcULOS ESCOGIDOS 83 pulgar, la muchacha se pone la mano en el pecho, y ambos sin volverse 6. mirar se pierden en el tumulto. Apenas suenan las once en la Catedral, nuestro militar da tres gol- pecitos en una ventana verde de la calle de Abrese un postigo, y la estatua de la inocencia se pone marcial- mente a departir con el supradicho galan. ; Oh tempora ! Oh mores ! — Mira, continuo Pepe, aquel joven con botas charo- ladas, pantalou a la ultima de color extravagante, chale- 00 amarillo de pique, cadena de oro y levita sin tacha. Vive en un cuarto bien amueblado, se levanta a las ocho, lee ro- mances haste las nueve, y despues de almorzar se pasea en los Portales hasta las doce, hora en que se va donde Andres & comer vizcochos, y & un billar vecino £ jugar mesas. Torna por la tarde a los Portales, y la noche la emplea en tertulias y bureos. Esa es la ocupacion que tiene 365 dias al ano. • — A proposito de jovenes, le dije a Pepe, j quien es aquel mozo vestido de negro tan grave y meditabundo, que parece llevar en su cabeza los destinos de America ? — Cualquiera creeria que acabas de llegar del Japon. Conio es que no conoces a D. Arturo, joven de veinti- cuatro afios, y ya hombre de Estado, publicista y filantropo ? Aspira a un destino que no pase de Papa ni baje de Secre- tario de Estado. Tengo relaciones con el : acerquemonosle y ya ver;i<. — Por que esa distraccion, D. Arturo ? le dijo Pepe : al- guna cuestioncilla diplomatica lo tiene preocupado ? — i Ay ! amigo, este pais se pierde sino poneu las riendas del Gol)ienio en manos juveniles. Nos envian de Roma al seiior Barili, y \ quien es capaz en el Ministerio de haberselas con esos pajarracos italianos? Ya he dicho al Gobierno lo que debe hacer con Roma. Respecto al Ecuador es otra cosa : estoy madurando mis ideas. Dejo con pesar la grata com- pania de UU., porque recuerdo ahora que estoy citado para las mieve donde el Secretario de Hacienda & discutir un pro- yecto de arbitrios. Buenas noches. — Dios te guie, dijo Pepe & media voz, flor y nata de los politicastros andantes. — Repara, continuo el, aquella hermosa muchacha que va de brazo con un beduino. Se llama Clementina, y conoz- G 2 84 EMIRO KASTOS co su vida y milagros porque en un tiempo fui uno de sus mas apasionados admiradores, y desde entonces cultivamos relaciones. Ha tenido manias singulares. Con un caracter de suyo fantaseador y novelesco, leyo cuando tenia quince anos a Matilde 6 las cruzadas, prendose del caracter caballeroso del hermano de Saladino y resolvio de buenas a primeras que los hombres de nuestra tierra eran unos pobres diablos comparados con el guerrero musulman. Heteme pues & la infeliz mama en el duro trance de buscar para la nina un amante sarraceno. Si hubiera sido israelita ya lo habria encontrado en la calle real a pedir de boca. Siguio leyendo novelas y folletines, y tornose tan vaporosa como un traje de muselina, tan romantica como una novela de Soulie. El idolo de sus suenos vino a" ser un ente misterioso y desconocido, " de frente triangular y fati- dica." Para ella comerciantes y agricultores, nada mas abominable : mi candidatura fue rechazada, porque yo ape- nas era un cristiano asi asi como todos : al paso que para agra- darla era preciso haber tenido duelos pavorosos, aventuras inauditas, 6 haber sido pirata 6 por lo menos bandido. Pero se pasaban los anos y no venia guerrero del desierto, ni vampiro de parte ninguna a consolarla. Llegaron los veinti- cinco, edad algida para el bello sexo, y el dia que menos pensamos nuestra heroina viro de bordo y presto oido atento d las propuestas matrimoniales de un jayan de la sabana. ; Oh fragilidades femeniles ! Casose ; y vedla cudn alegre va de brazo con su barbudo y prosaico hacendado. Larga la llevaria si pretendiera consignar aqui todos los misterios biograficos, que la memoria siempre feliz y la palabra siempre pronta de mi amigo me revelaron aquella noche. En obsequio de la brevedad dejo algunas curiosidades de la laya en el tintero, con las cuales puede ser que algun dia regale k mis lectores. (De El Pasatiempo, niimero 41, de 10 de Abril de 1852.) ABTICUL03 ESCOGIDOS 85 CORRERIA POR VILLETA Y GUADUAS IMPRESIONES DE TIAJE Hagainos algo de provecho. Traduccion libre : Pasenios el tiempo. Cada uno hace lo que puede, querido lector. Si redactaramos " Los Principios," nos holgariamos pintando la Administracion providencial que se nos espera, la cual ha de hacer correr por el pais, como en los tiempos biblicos, arroyos de leche y miel : si escribieramos "La Discusion," no nos faltaria que hacer con el pirata Flores, la Puna, el gabinete Novoa y el purfido Gobierno Osma-Echenique. Si vinieramos de Inglaterra, como nuestro amigo F. G. mareados todavia con los ferrocarriles, la industria, el ruido y el movimiento de aquellos paises, tambien anatematizariamos la pereza y grita- riamos en el desierto, como el lo hace, aconsejando a los reinosos que rezasen menos y trabajasen mas, y a los calentanos que renunciasen un poco al dvlcefar niente de la hamaca. Pero no siutu'ndonos nosotros con bastante sal en la mollera para hacer feliz al pueblo con articulos de alta politica, ni con el empuje necesario para sacar el pais de sus casillas, vamos a hacer algo de provecho, en el sentido que da a esta f rase nuestro frivolo caracter, escribiendo con toda sencillez y naturalidad algunas de las impresiones sentidas en un viaje, que & Guaduas emprendimos dias pasados por nuestra conveniencia y solaz. Heteme pues, (y aqui me tomo la libertad, 6 sea la licencia de cambiar el plural por el singular, cosa no muy rara en este pais de libertad, de licencia y de cambiamientos inesperados) resuelto a escribir las impresiones de un viaje a Guaduas, tarea que tiene sus puntos de contacto con la de aquel que escribio las impresiones de un viaje al rededor de su cuarto. Y como todas las cosas son por algo motivadas, y es preciso comenzar por el priucipio para no perdemos por ialt.i de logica, comenzare refiriendo al lector las graves razones que me impulsaron d abandonar la techumbre domt'stica, para em- prender viaje a ese lejano y misterioso pais que Hainan Guaduas. Cansado de oir en esta capital quejarse a los comerciantes de que no hay negocios, a los usureros de que no hay plata, a los 86 EMIEO KASTOS litigantes de que no hay justicia, & las beatas de que no hay religion, a los einpleados de que no hay Tesoro, a las muchachas de que no hay placeres y a todos lainentarse de todo : fatigado con los niendigos, que lo persiguen a uno por todas partes, desde el astroso pordiosero que pide por amor de Dios, hasta el Gobierno que pide por amor a la patria : hos- tilizado por nuestros paramos helados y traidores, que huelen a pulmonia y a catarro, y por la vista del cielo de Bogota, que otras veces tan bello, ostenta ahora su manto de nu- bes negras, como una hermosa su vestido de duelo, resolvi en una desapacible manana del mes de Agosto trasladar mi humanidad a la tierra caliente, a buscar gentes menos que- jumbrosas, una naturaleza mas animada, el cielo en toda su limpieza, la luz en todo su esplendor. Pues habeis de sa- ber, querido lector,, que soy un tanto cuanto calentano, y a fuer de tal a veces siento necesidad inmensa de bajar las Cordilleras para sumergirme al aire libre en la corriente de los rios, oir cantar los toches por la manana en las verdes hojas de los platanos, aspirar el perfume de los jazmines, refrescarme & las sombras de los naranjos. Todas estas cosas me represen- tan el bello pais de mi nacimiento, las escenas y los placeres de la infancia, y son para mi como ecos lejanos de otros tiempos, que traen frescura al corazon y a la memoria magicos recuerdos. Pues bien, a estos motivos generales agregado el muy parti- cular de visitar a una familia, con quien me unen relaciones de amistad y de parentesco, que £ la sazon temperaba en Villeta, me estimularon a emprender viaje, no a pie, con lapiz y pinceles en la mano, como pintor de paisajes 6 poeta sonador, sino caballero sobre un humilde rocinante, en silla orejona, con maleton a la grupa, ruana de bayeton por delante, de una manera enteramente estudiantil y clasica. Las once del dia habian sonado en la Catedral, y como a esa hora divisase bas- tante abajo de San Victorino a un personaje de casaca, pascan- dose majestuosamente a la orilla del camino, resolvi para mis adentros que deberia ser un poeta buscando consonantes 6 un ingles con esplin. Efectivamente, acercandome conoci que era un largo y rubicundo hijo de Albion. Habria salido a darse uno de esos banos de sol tan aconsejados por Rousseau y lo habia sorprendido un paramo acompanado de niebla y viento, muy propios para recordarle el cielo triste y nebuloso de su patria. Un f ranees no habria venido a buscar el silencio de los artIculos escogidos 87 campos d semejante hora, y de hacerlo conversaria aunque f uera con los sauces : d los ingleses hasta en las reuniones les gusta conversar consigo mismos. Cada pueblo con su caracter, cada loco con su tenia y Cristo con todos. La sabana de Bogota con sus numerosos y robustos ganados, sus abundantes sementeras de hortalizas y granos, sus pastos nutritivos y su poderosa capa vegetal, vista con ojos de econoraista satisface completamente ; pero en mala hora se buscarian en ella escenas piutorescas y paisajes risuenos : la silenciosa y despejada meseta ofrece por todas partes una mono- tonia desesperante. Solamente vista por la tarde desde lo alto de Egipto 6 del Boqueron, a" los tremulos rayos del sol poniente, la campina con sus rebanos y ganados, sus sementeras de trigo mecidas por la brisa, sus rjos dormidos y sus lagos inmoviles, ofrece una perspectiva que no carece de belleza y majestad. j ' En Cuatroesquinas me detuve un poco d dar respiro a" mi caballo, y a descansar de la incesante hostilidad del polvo y del viento. Las veutas de aquel punto, como todas las del camino de Occidente, seguramente hace dos siglos que tienen la misma fisonomia: son conservadoras por excelencia. Mamarrachos pintados en las paredes, sillas de un maderamen gotico, algu- nos taburetes cojos y por maravilla un canape sin paja, compo- uen el mueblaje. Pero no se le antoje al viajero pedir una copa de buen vino, una taza de cafe, ni bebida alguua refrige- rant*' : en materia de liquidos no hallara sino nauseabunda cliicha. misfcela 6 aguardiente venenoso ; y en asunto desolidos, salvo el ajiaco que goza de reputacion gastrouumica bien mere- cida, tendra que contentarse con un puchero detestable 6 alguo frito infernal : y para colmo de calamidad la came, en todas las ventas de la sabana, se la sirven al viajero por el sistema homeopatico. — I Que de nuevo en Santaje ? me pregunto un orejon cari- rredondo, mofletudo, con sombrero de alas luengas y zamarros de cabro. — Nada, patron. ■ — Mi compadre Toribio me trajo la nueva de que a* nor Flores lo habian echado de la punta. — Cabal, patron: habfa olvidado esa noticia ; ustedes estavan muy contentos. — Si, sefior. Porque ahora se acabard esa recluta que en mi pueblo no deja trabajar d nadie, y largardu d esos soldados 88 EMIRO KASTOS que comeu tanto y tienen el Tesoro arruinado. i Verdad es, senior, que el Erario est& alcanzado? — Un poquito. j — Y asi sin plata i ibamos & guerriar con el Peril y Chile? — Y con el Gran Turco. — ; Que cosas ! \ No habrfa sido mejor dejarnos de bravatas, estarnos tranquilos en nuestra casa, y si Tier Flores las hubiera echado para aca darle calabazas ? — Vamos & tomar, patron, una copita : U. ha hablado como un libro. Vol vi A montar y continue & galope largo el viaje inte- rrumpido, pues al nuevo camino, que cuesta mucha plata y satisface rauy pocos intereses segun unos, y es de urgente nece- sidad segiin otros, no se le puede negar que por ahora e dos de ideas praeticas y del instinto de los negocios, fracasan inuchas veces en sus especulaciones en nuestro pais, porque amigos como son de hacerlo todo en grande eecala, invierten fuertoB surnas en habitaciones comfortables, y en hacer sus trabajoe con gusto y elegancia, sin reparar que lo estrecho de los mercados y lo limitado del consumo entre nosotros, requieren mucha economia '^en las operaciones y mucha so- briedad en los gastos. Hoy estd dedicado el establecimieuto d la esteril labor de producir aguardiente ; brebaje homicida, que enriquece d los monopolistas y embrutece al pueblo, Obra de 16,000 botellas mensuales produce, (pie los rematadores compran d medio real, puestas en Bogotd, y las venden d real 92 EMIRO KASTOS y & real y medio. En ningiin negocio se han hecho en ede pais, como en el aguardiente, ganancias mas escandalosas y rapidas : en las provincias de la antigua Antioquia, en estas operaciones se han improvisado capitales. Este monopolio, pues, sin grandes ventajas para el Tesoro, ha sido una cons- tante explotacion del pueblo. El camino de Villeta & Guaduas es, ccmo tcdos nuestros caminos, muy bueno en verano y pesimo en inviemo. Esas eternas y enfadosas Cordilleras fatigan el cuerpo y desespe- ran el espiritu. No es posible, por optimista que uno sea, sonar para las comarcas interiores prosperidad y riquezas en lo porvenir, con esas barreras insuperables. Los valles son la morada natural del hombre. La civilizacion, como la luz, la venido de los paises llanos del Oriente. El hcmbre no trepa a las cordilleras, sino abuyentado por la mucha poblacion y riqueza acumuladas en los valles. Entre nosotrcs, la pobla- cion se ha venido & vivrr cerca de las nubes, y ha ccmenzado habitando lo ultimo que se puebla en otras partes. La vista de Guaduas es heimosa para el viajero que va de Bogota, pero tiene muchisimo m£s encanto & los ojos delvian- dante que la divisa viniendo del Magdalena. Este ultimo, fatigado por un largo viaje lleno de privaciones, hostilizado por los iusectos, abrasado por el calor, saluda & Guaduas ccmo un oasis de descanso, como un nido de verdura y de placer. En efecto, su clima agradable y sus obsequiosos y hospitalarios habitantes, hacen de ese lugar una morada muy popular entre los extraujeros. Hoy dia, comparativamente con la inercia y el desgreno de otros pueblos, sorprenden el aseo, la industria y el bienestar que se encuentran alii. Produce el valle de 40 & 50,000 arrobas de excelente aziicar por ano, y algun cafe ; se confeccionan en el lugar una cantidad ya considerable de cigarros, y algunas vaquetas. Ademds, el flete de bestias deja & sus moradores buenos reales. La casa de Eeclusicn merece atencion especial : el orden y el aseo que reinan en el establecimiento, el silencio y la compostura con que trabajan los reclusos de ambos sexos, y los fructuosos resultados, que no dudo se consiguen alii, hacen de el el unico establecimien- to de castigo que hay en el pais digno de un pueblo civ i- lizado. Bien quisiera, en obsequio del benevolo lector que haya tenido paciencia de acompanarme hasta aqui, pintar las fiestas ARliCULOS ESCOGIDOS 93 de Guaduas, las mas bulliciosas y animadas que he visto hace buenos afios ; quisiera describir los bailes enciclopedicos en casa del Coronel Acosta, donde lucian muchachas de gentileza irreprochable, al lado de cotudas y venerables matronas ; hol- gariame, en fin, exornando el cuadro con la pintura de los bailes wntwreroa, en que danzaba el pueblo soberano, y en los cuales lucian las calentanas con sus camisas llenas de capricho- sos bordados y su lujo de ojos negros y de talies esbeltos. Pero este articulo va siendo demasiado largo, y pidiendo al lector me dispense, no habiendo encontrado cosas mas divertidas que contarle, me despido por ahora su humilde servidor. (De Ei Pasatiejipo, niimero 62, de 1.° de Septiembre de 1852.) SEPARACION DEL DOCTOR MANUEL MURILLO DEL MINISTERIO El doctor Manuel Murillo, despues de haber contribuido eficazmente al triunfo de los principios liberales el siete de Marzo, con sus briosas publicaciones en la " Gaceta Mercantil," fue indicado por la opinion pilblica y aceptado por el Presi- dente de la Republica para entrar en el Ministerio, como uno de los hombres mas eminentes y decididos del partido liberal. Encargose al principio de la Secretaria de Relaciones Exterio- res, cuyos trabajos estaban mas en armonfa con sus inclinacio- nes y estudios especiales ; pero luego despues, no habiendo quien quisiera hacerse cargo de la Secretaria de Hacienda, pues hasta el doctor Rojas, considerado con razon como uno de nuestros primeros financistas, rehuyo su desempeno ; el doctor Murillo, d pesar de carecer de conocimientos praeticos y pre- paracion bastante para tan arduas tareas, inspirado por el patriotismo, se hizo cargo de esa Secretaria, que es el potro 94 EMIRO KASTOS de tormento y el gran bianco de la calumnia en nuestro pais, abandonando otro puesto que hubiera podido desempenar con poco trabajo y seguro lucimiento. Pero su inteligencia y conocida habilidad para el desem- peno de todos los negocios publicos, no lo abandonaron en este peligroso negociado. Inmediatamente se hizo cargo, no solo de los negocios comunes que pertenecian a la oficina, sino tambien de los dificiles problemas que, en pro de las clases laboriosas y del desarrollo industrial, estaba llamada a resolver la nueva Administracion. Conociendo que el regimen colonial, donde mas se dejaba sentir opresivo y barbaro era eh la recaudacion de las contri- buciones, y en toda la legislacion fiscal, dedicose con energia y perseverancia a verificar en ella una revolucion completa, cuyo resultado fuese estimular el desarrollo de la riqueza nacional, quitando trabas & la industria, y consultando la justicia y la igualdad por medio de las contribuciones. Para desembarazar de empleados y atenciones iniitiles el Tesoro nacional, dar vitalidad a las Camaras de provincia, ob- jeto y ocupacion a los patriotas de las localidades, y sobre todo, para ensanchar el poder municipal, que es la esencia de la Repiiblica y el hogar de la democracia, concibio e hizo pasar en las Camaras legislativas su famosa ley de descentra- lizacion de rentas, medida que ella sola bastaria para que su reputacion de inteligente y patriota quedase bien sentada en el pais. La politica del senor Murillo como financista no ha con- sistido solamente, como la de casi todos nuestros Secretarios de Hacienda, en vivir con el dia, procurandose recursos para la actualidad, sin curarse de lo porvenir : el ha ido mas lejos. Comprendiendo la tarea que estaba encomendada al partido liberal, como tambien que el desarrollo de la riqueza piiblica es en toda nacion la fuente inagotable de los recursos del Go- bierno, ha procurado quitar las trabas que mantienen la indus- tria estacionaria,y hacer que nuestras contribuciones desiguales y opresivas, no continilen consagrando la perenne miseria de las clases laboriosas : se ha preocupado, pues, menos de lo pre- sente que de los intereses de lo porvenir. Los servicios del senor Murillo no se han circunscrito ilni- camente al ramo que le estaba encomendado. Conociendo que la accion constante de la prensa sobre la opinion ARTICtJLOS ESCOGIDOS 95 era indispensable para la marcha del Gobierno, y la con. solidacion de los buenos principios, se dedico, a pesar de sus rauchas atenciones, a sostener uno y otros con sus habiles y luminosos escritos ; para lo cual compro la imprenta de " El Neo-Granadino," empresa ruinosa para cl, y que le ha hecho el bianco de repetidas y villanas calumnias. Las leyes aboliendo la esclavitud, sobre libertad de im- prenta y demas, que forman el timbre de esta Administracion, constantemente han encontrado en cl un abogado entusiasta y decidido ; y en sus largas luchas parlamentarias, su palabra calorosa, elocuente y patriotica siempre se lia hecho oir defen- diendo los intereses nacionales y los mas altos principios de libertad civil. En los primeros tiempos de la Administracion Lopez, la prensa conservadora se desencadeno contra el, creyendole el mas cumplido representante del principio rojo, en su sangrienta y perseguidora significacion ; enemiga que hubo de cejar des- pues, no como dicen los seudo-liberales porque hubiese rene- gado del partido, sino porque el senor Murillo, hombre de con- ciencia politica y de verdaderos principios liberates, se ha opuesto constantemente, por medio de la prensa y en los con- sejos del Gobierno, a toda medida arbitraria 6 exagerada de represion que se quisiese tomar contra ese partido, aim en sus diss de extravio ; fundandose muy bien en que el Gobierno no debe salirse nunca de la Constitucion y de las leyes, siendo las venganzas y las medidas represivas y arbitrarias lo que mas desmoralizx los partidos y eterniza en ellos los rencores. Contra su habilidad como financista, o su probidad como Secretario, arguyen hoy sus enemigos que el Tesoro estd ex- hausto y agotados los recursos del Gobierno. Al segundo cargo responde cumplidamente la honrosa pobreza con que se ha re- tirado a la vida privada, despues de haber manejado los tesoros de la Repiiblica ; y respecto del primero, cuando el entro de Secretario ya habia un deficit en el Tesoro, luego despues las CVunaras legislativas suprimieron la cuantiosa renta de tabaco, y la revolucion del ano pasado, que costo inmensas sumas al Estado, completa su victoriosa justificacion. Despues que ha trabajado mas que nadie, en la tribuna y por la prensa, para mantener bien puesto el decoro del Go- bierno y la reputacion del partido liberal ; despues que se ha arruinado por sostener una imprenta, que sirva de organo a los 96 EMIRO KASTOS buenos principios, y ha perdido su salud en servicio del pais el circulo violento, que pretende hoy aduenarse de la Repiiblica, quiere excluirle de los negocios publicos, y vota contra el el ostracismo politico, asi como en otro tiempo lo hiciera con el ciudadano Florentino Gonzalez. El doctor Murillo ha renunciado laSecretaria de Hacienda, y se ha separado definitivamente del Ministerio porque, como sabe todo el mundo, la practica de los gobiernos representativos manda a los Secretarios dejar el puesto, cuando en alguna grave cuestion de Gabinete, la votacion de las Camaras les es adversa ; y es lo que ha sucedido en la cuestion Mackintosh, negando la Camara de Represen- tantes su aprobacion al convenio celebrado para el arreglo de esta deuda, entre el Secretario de Hacienda y el Ministro de su Majestad Britanica. El senor Murillo ha sostenido el convenio con su energia y decision acostumbradas, teniendo la intima conviccion, en la cual abundamos nosotros, de que con esta transaccion se consultan, hasta donde es posible, los intereses nacionales, dando punto a una cuestion eno. josa de suyo y evitando en lo porvenir un confiicto para la Nation. Hoy que el senor Murillo separado del Gobierno no tiene plata ni empleos con que recompensarnos, creemos no se atribuira a ninguna consideration mezquina esta rapida apre- ciacion que hacemos de sus servicios, y esta manifestation piiblica de nuestro aprecio que le damos. Gustosos le ofrece. mos las columnas de nuestro periodico, para que en el defienda los actos de su vida piiblica como mandatario 6 rechace como ciudadano el insulto y la calumnia. (De El Liberal, numero 2, de 28 de Abril de 1852.) ARTfCULOS ESCOGJDOS 97 CARGOS HECHOS CONTRA NOSOTROS, POR CONSERVADORES Y LIBERALES NUESTRA PROFESI6N DE FE Auuque hace algunos dias que salio a luz una hoja suelta que lleva por epigrafe " Los Herreristas y los Conservadores," no la contestamos hasta hoy, por habernos hallado ausentes de esta capital al tiempo de su publicacion. En ella, despues de echarles una peluca soberana a los conservadores Herreris- tas, hace su autor una apreciacion caprichosa y ofensiva del caracter y de los moviles que animan la conducta de los re- dactores de " El Liberal." Auuque el mal estado de nuestra salud no nos ha permitido contribuir sino con muy pocos materiales & la redaccion de este periodico, armonizando con las ideas principales que contiene y con el objeto cardinal que se propone, aceptamos de lleno la responsabilidad que pueda acarrearnos el titulo de redactores, y cumple a nuestra reputacion rechazar los feos cargos que en la supradicha hoja suelta se nos hacen. El lenguaje insolente y agresivo de este papel bastaria para dar a conocer a su autor, si la profunda mala fe que contiene el pensamiento cardinal que to inspira, no lo reve- lara completamente. He aqui el pensamiento del articulista en toda su desnudez y en toda su fealdad. " Conviene, dice para sus adentros, que el General Obando sea Presidente, para que las exageraciones de el y de su circulo los pierdan, aunque el pais se pierda con ellos. Conviene que los con- servadores escarnecidos y ultrajados por esa administracion se conserven unidos e implacables a mis ordenes, pues yo se muy bien que en los hombres, el odio es una cadena de union mas fuerte que el amor." No se le oculta que, acep- tando los conservadores honrados e influyentes al General Herrera, seria un hecho consumado su nulidad politica: y se quedaria sin mas partido que los retrogrados y los caman- duleros. Quiere, pues, a despecho del orden y de la prospe- ridad del pais, tener en alguna ocasion soldados a quienes regimentar a la voz del odio y bajo el pendon de la venganza. H 98 EMIRO KASTOS Esta politica en lo insensata se parece a la conducta de aquel que, para hacerse celebre, prendio fuego al templo de Diana. Y al comenzar, con aquel aire de pedagogo que regana a sus discipulos, diciendo a sus amigos politicos, que tiene mas que nadie el derecho de inspirarlos en la grave cuestion elec- cionaria, quisieramos preguntarle : si el bombre que ha per. dido a su partido cuando estaba en el poder, y despues lo ba aniquilado, politicamente bablando, precipitandolo en in- sensatas y ridiculas conspiraciones cuando estaba en la opo- sicion ; \ no debia tener im poco mas de humildad y un poco menos de arrogancia ? Pero al fin, vamos a lo que nos atane, pues estas son cuestiones entre los conservadores y su jefe. Tanto peor para ellos si continuan escuchando con fe las pala- bras de este oraculo enganoso, y siguen humildes aceptando esa ominosa tutoria. Dos cargos principales ballamos entre infmidad de de- nuestos e invectivas con que nos regala el articulista. El uno : que obramos de mala fe, y queremos enganar a los conservadores ; y el otro : que siendo bombres ambiguos y sin caracter decidido, no teniendo valor para ser nada, nos contentamos con tener bambre, especulando en la cuestion eleccionaria. Celebramos que se bay an formulado estos cargos, aunque sea por un conservador, para tener ocasion de manifestar con f ranqueza y lealtad todo nuestro pensamiento. Respecto a obrar de mala fe con los conservadores, pro- testamos contra semejante inculpacion. Nosotros bemos creido que los miembros bonrados del partido conservador, que en las pasadas revueltas apoyaron con lealtad al Gobierno, y que no armonizan con el fanatismo, ni con los anejos y re- trogrados principios de los camanduleros, tienen pleno derecbo a mezclarse en las cuestiones piiblicas, y son un elemento politico que debe tenerse en cuenta en la gran cuestion elec- cionaria. Recbazar a estos ciudadanos, mucbos de ellos bastante liberates en el fondo y todos interesados en el sosiego y el bienestar del pais, solo por ecbarlas de bombres exagera- dos de partido, nos ha parecido una mezquina intolerancia, indigna de un republicano y de un politico. Nosotros hemos exhibido un candidato y bemos publicado un programa, tan liberates el uno como* el otro : hemos creido que los conserva- AETfCULOS ESCOGIDOS 99 dores moderados, que, con razon 6 sin ella, tienen graves temores del General Obando y de su circulo, podrian prestar su cooperacion en las elecciones, sin mengua para ellos como con- servadores, ni desdoro para el General Herrera como candidato liberal. No les nemos dicho, ni hemos abrigado el pensa- miento de que tomarian parte en el Gobierno con sus prohom- bres y sus principios ; pero si hemos juzgado que estaba en su interes bien entendido, promover y apoyar una candidatura tolerante y conciliadora, que les inspirase confianza y les diese garantias. "Siendo el General Herrera uno de los mas cum. plidos representantes de los principios liberales, los conserva- dores que votasen por el y sostuviesen su administracion, aceptaban t&citamente las reformas sociales hechas en el pais : el partido conservador retrugrado perdia sostenodores, pero la gran causa del orden, de la Repiiblica y de la libertad ga- naba partidarios. \ En donde esta el engano y la mala i'e ? Obrando asi, no hemos querido engaiiar a los conservadores, ni traicionar la causa de los buenos principios que siempre hemos sostenido. Por lo que toca al otro cargo de que no tenemos indepen- dencia, ni valor, ni car&cter sostenido y que especulamos con candidaturas, no es al articulista en cuestion £ quien vamos a responder, pues nada nos importa el concepto que forme de nosotros, sino & algunos periodistas del pais que nos increpan lo mismo, y & muchos de nuestros amigos politicos de ayer, que andan voceando en los corrillos contra nosotros inculpa- ciones semejantes. Con mucha repugnancia nos vemos precisados & hablar de nosotros mismos, recordando nuestra conducta como periodistas en los anos anteriores ; pero d esta enfadosa tarea nos obligan inculpaciones inmerecidas, y apreciaciones de nuestro caraeter de todo punto indignas. Cuando apenas teniamos veinte anos, hallandonos en la provincia de Antioquia, en la epocaen que la opinion publica era alii unisona por los jesuitas, cuando rayaba en frenesi la idolatria de los pueblos por esos sacerdotes, nosotros, solos, aislados, sin apoyo, en medio de las amenazas y rugidos del fanatismo, fuimos los primeros que en Nueva Granada levan- tamos nuestra voz, en publicaciones escritas y pagadms por nosotros, en defensa de la Repiiblica que ellos minaban, y es- clareciendo la conciencia publica que ellos corrompian. Des- H 2 100 EMIRO KASTOS pues aqui en Bogota, en "El Aviso " y en " El Dia," teniendo que pagar muchas veces nuestros articulos, defendimos los principios liberales, y contribuimos con menos talento que otros, pero con tanta resolucion como el que mas, a la transf or- macion politica verificada el siete de Marzo. Posteriormente, cuando la prensa conservadora tenia mas pujanza y osadia, y que todos esos periodistas que las echan hoy de guapetones, porque no hay lucha ni partido conservador, no se atrevian a escribir una linea en defensa del Gobierno, nosotros, sin haber saludado al General Lopez, ni tener relaciones con el doctor Murillo, escribimos en favor de la Administracion y de los principios liberales, con toda la energia y resolucion que nos caracteriza. Y ahi estan los gobernantes, del Presidente para aba jo, que digan si nosotros hemos tenido alguna exi- gencia, si hemos siquiera hecho la mas ligera insinuation para que se nos de un destino. Permitasenos la manifestation de un legitimo orgullo: si en los miserables tiempos que alcan. zamos hay todavia en nuestro pais caracteres independientes, que no llevan & las discusiones publicas sino patriotismo, des. prendimiento y buena voluntad, en esa honrosa categoria y en primera fila estamos nosotros. Solo faltaba que hasta "El Paparote," mezquina produc- tion de un empleado de menor cuantia, que para que no le quite su sueldo el candidato popular escribe en su obsequio una prosa menguada y unas coplas mas menguadas todavia, viniese tambien a ensenarnos la lection en materia de inde- pendencia y dignidad. Dicen generalmente que nuestros escritos y opiniones son inspiraciones del doctor Murillo. Cuando combatimos a los jesuitas en Antioquia, cuando contribuimos con todas nuestras fuerzas al triunfo del siete de Marzo, cuando comenzamos a" defender la Administracion en "El Neo-Granadino," no cono. ciamos al doctor Murillo y ya eramos un poco republicanos, y los principios que defendiamos entonces son los mismos que sostenemos hoy. Siempre hemos creido que la cabeza no sirve sino para pensar con ella ; y si algunos la sienten tan debil y vacia que abdican su pensamiento en las ajenas, nosotros no tenemos la humildad y modestia bastantes para pertenecer a" este numero. Respe tamos, eso si, los talent os del doctor Murillo como hombre publico, hacemos plena justicia a su abnegation y patriotismo y nos honramos con su amistad artIculos escogidos 101 personal. Hoy, que ha caido del poder, se auhientan, si es posible, nuestras consideracioues por el, al paso que otros muchos que se lo debeu todo, sueldo, position y porvenir, no evitan ocasion de calumniarlo y ofenderlo, para presentarse con estos nobles titulos a reclamar su parte en la Administration entrante. Y contrayendonos a la cuestion eleccionaria, decirnos que, adoptando y sosteniendo la candidatura del General Herrera, soraos especuladores politicos [ no es el colmo de la ridiculez y de la mala fe ? Jamas de la politica hemos hecho profesion, ni creido que semejaute oficio proporcione bienestar en este pais, ni sea carrera para nadie. Y siendo un hecho que ahora tres meses el General Obando era el iinico que sonaba en el pais en la polemica eleccionaria, estando apoyada su candidatura por el Gobierno, por las Democr&ticas, por el Ejercito, y siendo su election entonces un hecho casi cumplido \ no hubiera sido mas comodo para nosotros, si es que especulamos con empleos, escribir un poco de prosa en su favor, pues escritores no han sobrado que lo defiendan, y luego que estuviese tendida la mesa f>resentarnos a tomar asiento? Precisamente si hay alguna ucha que manifieste valor y desprendimiento es la que ha em- prendido " El Liberal." Si hemos defendido al General Lopez y elogiado al doctor Murillo, es por la firme resolution que hemos tenido de no aceptar ni exigir de ellos cosa alguna : si hacemos justicia al merito del General Herrera, y lo adoptamos por candidato, es porque nada esperamos ni aceptariamos de el. Y no servimos para hacer carrera politica, precisamente porque tenemos independencia : para medrar en este oficio en nuestro pais, no hay nada mas coiiveuiente que no tener caracter. Si entre nosotros hubiese alguna sobriedad en materia de aspiraciones personales, y no hiciese casi todo el mundo de la politica un campo de especulacion y de intrigas, se veria un poco de mas dignidad en la polemica periodistica, se tratarian con mas elevation las cuestiones piiblicas. No acabaremos este articulo, el ultimo en que trataremos la cuestion eleccionaria, sin manifestar todo nuestro pensa- miento en la materia. Bien sabemos que nuestro nombre no tieue ninguna signification politica, para que pretendamos arrojarlo como de algiin peso en la balanza eleccionaria ; f>ero puesto que se habla contra los caracteres ambiguos, y que os defensores de la causa que se dice triunfante se apresuran & 102 EMIKO tfASTOS dar a luz su tiombre, nosotros, sostenedores del partido que denominan vencido, y amigos como el que mas de tener una position clara y definida, en nuestra calidad de periodistas, nos creemos en #1 derecho de publicar el nuestro. A decidirnos por la candidatura Herrera no nos estimula ninguna antipatia personal contra el General Obando. Creemos que el pais fuertemente sacudido por innovaciones necesarias, que ban berido mucbos intereses, y exacerbado basta lo sumo los partidos, necesita una Administration impartial, tolerante y justiciera, que no tenga cuentas de odio que saldar, ni preten- siones exageradas que satisfacer. Creemos de alta convenien- cia national una. Administration que, no siendo fuertemente combatida por los partidos, pueda dedicarse a calmar los animos, restaurar el Tesoro publico agotado, y promover con sosiego y cordura el adelanto de los intereses materiales : para lo cual no se necesita sino inspirar confianza, respetar la propiedad y dejar que, a la sombra de las garantias y la paz, se desarrollen la industria y la vitalidad del pais. Hasta ahora la position violenta en que se ban encontrado todas las Adrnini^tra- ciones que ban gobernado la Repiiblica, ba sido causa de que no dediquen sus atenciones y energia sino al cuidado de su propia conservation : cuidandose poco de los intereses del pais ante la suprema necesidad de la lucba y del triunfo : intrigando y corrompiendo en las elecciones, para no su- cumbir en las contiendas parlamentarias, y apoyandose en elementos hostiles a la Repiiblica, unas en los jesuitas, otras en las bayonetas. El General Herrera, no teniendo ardientes y numerosos adversarios, no necesita para gobernar apoyos de tan mala ley. Seducenos sobre todo en el, que es mas bien bombre civil que militar, y que ha vestido mas tiempo la casaca negra que las vueltas coloradas. Pues jamas nos cansaremos de repetirlo : el poder militar es el mayor enemigo que tiene la libertad, no solamente en las Repiiblicas de Sur-America sino tambien en el viejo continente. La Repiiblica, tan difi- cilmente elaborada en Francia por los periodistas y los filoso- fos, ba sucumbido a sablazos el dia que a un despota se le antojo arrojar contra ella a sus genizaros. La tendencia lamentable & desarrollar el poder militar que ha manifestado esta Administration al fin de su periodo, y que naturalmente tomaria mas vuelo en la del General Obando, asustan nuestra susceptibilidad republicana. Quiera Dios que no llegue el AETICULOS ESCOGIDOS 103 dia, en que esos sefiores militares entreguen la Repiiblica al que les ofrezca mas sueldos y bordados, asi como las guardias pretorianas el imperio romano al que les ofrecio mas dinero. Nosotros no abrigamos odio contra los hombres ni contra los partidos, y rechazamos por consiguiente el pensamiento tan en boga entre los obandistas " de que el que no esta con- migo, esta contra mi." Este principio, como dogma politico, idende a la intolerancia y conduce al despotismo. En el se apoyaban en Roma las proscripciones de Mario y Sila ; con el Richelieu despotizo la Francia ; y tomandolo ]>or norma de conducta don Manuel Rosas, ese Maquiavelo de la barbarie, asolo las hermosas comarcas del Rio de la Plata. Por lo demiis, llamarnos a los que estamos por Herrera retrogrados y transfugas del partido liberal, nos parece una ocurrencia tan peregrina, un descaro tan singular, que no podemos contestar sino con risa. No hay inconsecuencia en nuestra conducta, porque ningunos comprometimientos nos ligan con el General Obando y su candidatura : y no creemos tampoco accion tachable rechazar & un hombre para un puesto publico, aunque en otra ocasion se le hubiese aceptado, si asi lo demandan los intereses nacionales. Nosotros creemos que solo debe guardarse siempre lealtad a los principios, ido- latria constante & la libertad y amor eterno a la justicia. (De El Liberal, numero 12, de 7 de Julio de 1852.) POBRE Y RICO Estas dos palabraa despiertan mas ideas que un libro de hlosofia: ellas son el tema oblig.ado de las medii.u donee del Jiombre pensador, llenan las p;iginas de la historia desde la pnmera liasta la ultima, y simbulizan todas la agitaciones de la humanulad. Pronunciad la una, y al momento los ilotas 104 EMIRO KASTOS cazados como fieras en Esparta, los parias de ia India, los siervos de la edad media y los proletaries, siervos tambien en nuestro siglo XIX ; todas esas generaciones oprimidas, humilladas, andrajosas, hambrientas, desfilaran ante vuestros ojos, como los espectros que se ven en una pesadilla. Pro- nunciad la otra, y entonces, como apariciones evocadas por la vara de un mago, vereis altivos y ufanos A los senores de la tierra, bajo los nombres de Reyes, Principes, Papas, Sacer- dotes, y Banqueros, sobre tronos de oro y de diamantes, en medio de banquetes suntuosos, habitando palacios encantados, acariciando mujeres niaravillosas ; vereis el festin completo de la vida. Pobre y rico : he aqui los unicos calificativos sociales que tienen significacion en nuestros tiempos ; el oro, como una esponja monstruo, ha borrado los blasones. Los que antes se denominaban nobles y plebeyos, siervos y senores, se Hainan hoy simplemente jpobres y ricos. La actividad absorbente de los mercaderes ha despojado a las viejas razas conquistadoras y holgazanas de sus castillos y de sus tierras, y por consiguiente de su poder e influencia, no dejandoles otro patrimonio que esteriles pergaminos y orgullosos recuerdos. i Que le vale a un principe aleman sin rentas, el tener en sus venas algunas gotas de sangre de Carlomagno, 6 & un noble italiano mendigo el contar entre sus abuelos a los Morosini 6 a los Doria ? Las leyes y las constituciones no fijan la condicion social del hombre ; esta la determinan las costumbres y las pasiones reinantes. Tengamos pues la franqueza de confesar que en los pueblos modernos, bien se llamen monarquias 6 repiiblicas, la riqueza es patricia ; al paso que a la pobreza no la han podido ensalzar, ni el Evangelio que le extendio cartas de nobleza, ni Jesucristo que murio por redimirla. A la pasion del oro, como imico movil de las acciones, como principio y fin de la actividad humana en nuestro tiem- po, se deben indudablemente los descubrimientos cientificos, la rapidez de las comunicaciones y todo ese cvimulo de maravillas artisticas, de comodidades y de placeres, que forman la ufania y el orgullo del siglo XIX ; pero tambien ese amor desenfre- nado, universal, ha bastardeado las pasiones nobles, debilitado los sentimientos energicos, dismmufdo los graudes caracteres, y hecho groseras y materiales las aspiraciones del hombre. El sentimiento religioso exaltado que ha producido tantos ARTfcULOS ESCOGIDOS 105 heroes y niartires, que ha inspirado al arquitecto, al pceta y al pintor tantas obras inmortales, y mautenido en agitacion a los pueblos en los siglos precedentes, se ha debilitado tambien, casi extinguido al contacto frio de los intereses materiales re- presentados por el oro. Para comprender la energia de las pasiones religiosas de otros tiempos, recuerdense las cruzadas. En las cruzadas, tan ridiculizadas por la filosofia moderna, vemos nosotros, al traves de los siglos, una locura magnanima. l C>mo no admirar el sentimiento energico, la fe poderosa y profunda que hizo a la Europa 'precipitarse sobre el Asia, £ los Reyes dejar sus tronos, a los senores sus castillos, al pueblo su hogar, para ir a hacer triunfar una idea desinteresada, in- material en comarcas desconocidas y lejanas ? Notese que el oro que da poder y grandeza & las naciones modernas, debilitaba y destruia las naciones antiguas. Los pueblos conquistadores fueron pobres : Esparta, cuando solo tenia la moneda de hierro de Licurgo, domino a la Confedera- ciim Griega ; Macedonia sin plata conquistu el Oriente ; Roma, cuando era una nation de proletarios, se apodero del mundo. Hoy dia no se puede couquistar una sola provincia sin el visto bueno de los banqueros. Al primer guerrero de nuestros tiempos lo tumbaron los ingleses con sus libras esterlinas. Y no es menos extrano ver que esas lejanas y misteriosas comar- cas de la India, & donde no pudieron penetrar las armas inva- soras de los romanos, y de cuyos limites retrocedieron desalen- tadas las falanges de Alejandro, pertenezcan hoy a una com- pania de negociantes y figuren como cualquiera otra mercancia en el haber de un libro de partida doble. Casi todos los graudes pensadores de la edad media, despues que agotaban la teologia, las matematicas, la fisica, la historia, todos los conocimientos humanos se refugiaban en laalquimia: desdeiiaban las ciencias especulativas y se ponian tranquila- mente d hacer oro. i Como explicar esa extrana mania ? Sena que esos espiritus fuertes encontraban el saber iniltil, la ciencia impotente, y presentian que el oro seria en lo porvenir la cien- cia de las ciencias, la luz, el poder, la grandeza ? i Seria que esos audaces buscadores de lo imposible creian ver en sus sue- nos ardientes que hacer oro equivalia d apoderarse del cetro de la creacion, a poseer una palanca mas fuerte que la de Arquf- medes para remover el mundo, una escala mas grande que la de Jacob para subir al cielo ? 106 EMIRO KASTOS II Sobre el tema que nos ocupa podria escribirse un libro, pero teniendo que sujetarnos a las estrechas proporciones deun arti- culo de periodico, nos coutentaremos con insertar la siguiente carta de un antiguo condiscipulo, cuyas apreciaciones sociales, aunque algtin tanto picantes y exageradas, no dejan de derra- niar luz sobre el asunto que tratarnos. " Mi querido Emiro : exiges en tu ultima carta que te im- ponga de los acontecimientos que me han elevado de pobre estudiante que era, a hombre comme ilfaut, es decir a hombre de escudos, que goza del derecho incuestionable de temer el comunismo y de hablar contra los golgotas. Voy a satisfacerte mas alia de lo que esperas. Como se que te gusta estudiar a los bombres, voy a bacerte una narration rapida y concien- zuda de mi vida, en la cual encontraras, como en la de todo el mundo, mas pecados que virtudes y mas tristeza que alegrias. Soy hijo, como tu sabes, de un espanol que tuvo el buen sentido de hacerse patriota cuando la causa del rey empezo a ponerse de mala data en esta America libre. Mi madre, ame- ricana de nacimiento y de corazon, quedo viuda algunos anos despues de la independencia, y doblemente viuda sin marido y sin dinero. A mi buena y querida madre no le quedo sobre la tierra mas esperanza que Dios, ni mas afecto que yo. Por medio de un trabajo personal asiduo, pasando las nocbes entre la costura y el bordado, asi como las personas felices las pasan entre el sueno y el amor, baciendo milagros que no comprendo todavia, pudo atender £ los gastos de mis primeros anos de colegio. Entonces fue que en San Bartolome nos conocimos. Recordar&s que yo era un estudiante aplicado y concienzudo, cogitabundo y melancolico, con la cabeza llena de legislacion y economia politica, de leyes de partida y de derecho romano. A pesar de las inquietudes que me causaba la pobreza, hay placeres tan vivos en la vida de colegio, y es tan rico de.ilu- sion y de esperanza el corazon en la prirnera juventud, que yo recuerdo aquella epoca dicbosa con el melancolico placer con que los abencerrajes desterrados recordaban a Granada. Yo me sentia con talento, y creia con la Candida fe de la juventud, AETICUL08 ESC0G1D0S 107 que solo necesitaba voluntad y obstinacion para conquistar la riqueza y la gloria. Acabado que hube los estudios, me puse a buscar trabajo con ardor, porque a mi madre la mataban los malos alinientos, el desabrigo y las veladas. Primer desen- gano. Bien sea que en nuestras ciudades haya mas profesores que litigantes, 6 que me faltasen recursos para relacionarme con los abogados de moda, no encontraba trabajo, y con toda mi ciencia no podia llevarle un obolo d mi madre. Adenids, mi cabeza alimentada con la lectura de la antigiiedad, de los ardientes litigios en las ciudades griegas, y de las grandes luchas del foro romano, donde se pleiteaba a la vista del pueblo, a la luz del sol, sin embrollos, sin papel sellado ; mi cabeza, digo, sentia repugnancia invenciblea rebajarse a nuestras man iobras subterrdneas de escribania, en que las sorpresas, la intriga, el soborno y la chicana componen la ciencia del legista, y valen mil veces mds que la rectitud, la elocuencia y el talento. Me propusieron algunas malas causas que recliace con indignacion. Es muy raro que la juventud transija con el crimen : los afios son los que hacen flexible la conciencia. El diablo no creo que sea tan malo por ser diablo cuanto por ser tan viejo. Teniendo parientes acomodados y entre ellos un rico comer. ciaote, le suplique me empleara en su escritorio y pusiera cual- qnier precio a, mi trabajo: respondiome que yo era demasiado literato para Herat cuentas, 6 lo que es lo mismo, que el talento <•< un diploma de incapacidad. Los hombres entienden la fra- ternidad un poco d la manera de Cain. Mi buena madre expiro en aquellos dias. La miseria no mat a en America tan rapidamente como en Europa: mata en uno, dos 6 tres anos : el efecto es el mismo, la cuestion es de ticinpo. El verme sin carrera, sin amigos, sin placeres, sin porvenir, contribuyo d, su fin. Yo mismo tuve que acompanar su frretro al cementerio para que no fuese solo. Los parientes y conocidos de mi madre, que la abandonaron durante su vida, tampoco se acordaron de ella despues de muerta: si no tenian coraz/m, al menos tenian logica. Esta perdida fue un golpe terrible para mi : yo no habia tenido otra amigasobre la tit'ira. y si mi corazon no se habia helado se lo debia al contacto vivi- iicante de aquel amor infinito. Me hubiera aislado de la so- ciedad con mi pesar y mis recuerdos ; pero las exigencias inexorables de la vida material quitan d los dolores del pobre hasta el poetico recurso de la soledad y del silencio. No 108 EMIfiO KASittS habia remedio : era preciso vivir, y para ello enjugar a, toda prisa mis lagrimas, y salir a la calle & buscar recursos. j Que suplicio ! Como yo habia estudiado politica y literatura, y poseia una imaginacion viva y fecunda, pretend! sacar de esto algun par- tido. Trabaje algunos articulos, folletines y versos que lleve & las imprentas, exigiendo por ellos un precio modico. A esto me respondieron que, gracias a que esas producciones estaban bien escritas, me las publicarian en los periodicos sin lle- varme nada. Medrados estamos, dije para mi, prorrumpiendo en una risa interminable, homerica : el talento y las ciencias son cosa admirable para morirse de bambre en esta repiiblica modelo. Para mayor tormento, yo tenia superabundancia de vida, necesidad de expansion y de placeres, y mi fantasia lozana y vagamunda soiiaba bellos y nobles amores. Cualquier zote bien vestido me causaba envidia, pues me parecia el colmo de la dicha (miserias humanas) poseer reloj, levita & la moda y botas charoladas ; pasaporte obligado para penetrar en los salones alfombrados, donde habitaban vestidas de seda, reclinadas sobre muebles de rosa, las aristocr&ticas bellezas de mis suenos. Fuera de algunas comidas sustanciales que me daba & credito Francois, que es la providencia de los cachacos sibaritas y pobres, mis alimentos eran de un ascetismo irreprochable, al paso que yo sentia £ veces los apetitos desordenados de Liiculo. Esta lucha incesante, fatigosa, devoradora entre los deseos del hombre y su impotencia, debe ser para Satanas un regocijo eterno. Mi capote roto y mis botas descosidas pregonaban mi po- breza por todas partes. Mis parientes me desdenaban, las mujeres no se daban por notificadas de que yo existiera, los hombres se apartaban de mi como si llevara lepra contagio- sa, las cocineras me echaban basura & la cara, los perros me ladraban con preferencia. Careciendo de los consuelos de la familia, del carino de un amigo 6 del amor de una mujer para sostenerme en esa lucha oscura y triste con la miseria, medite mucho en el suicidio como en un remedio soberano. Detiivome, no la falta de valor, sino la consideracion de que el suicidio motivado por la pobreza es cosa, ademas de absurda, excesivamente vulgar. Los antiguos, cuyas costumbres no carecian por cierto de nobleza y desinteres, se mataban por no sobrevivir & una AETfCULOS ESCOGIDOS 109 persona querida, por la perdida de una batalla de que de- pendiera la suerte de un pueblo 6 por escapar a las cadenas de un tirano ; siempre por motivos dignos 6 graves, jamas por ser pobres. El suicidio, por falta de dinero y de goces, es una vulgaridad de nuestros tiempos, invention del materia- lismo moderno. Verdad es que la pobreza no aparejaba entonces la impopularidad de que disfruta en nuestro siglo : ya no tiene admiradores ni fanaticos : si Diogenes viviera hoy no se le llainaria como en la antigiiedad, filosofo, sino insensate. Yo envidiaba la vida vegetativa de las plantas, que no tienen que humillarse a mendigar sustento, pues la munificen- cia de Dios les envia todos los dias los calores del sol, la savia de la tierra, el rocio de la noche, las brisas de la aurora. Y, no queriendo fatigarte mas con esta dolorosa elegia, te hare gracia de muchas amarguras, tristezas y humillaciones que cayeron sobre los mejores anos de mi juventud ; anos frios y nublados, en que vivi como esos habitantes de las zonas polares, para los cuales no florecen las plantas, ni calientan los ray os del sol. Un dia, a uno de mis parientes ricos que estaba enamo- rado, se le antojo regalar a su querida con una carta en verso : como el no era muy f uerte en achaque de consonantes, ocurrio donde mi para que lo sacara del apuro. Yo le zurci una epistolatau llena de exclamaciones, puntos suspensivos, piro- pos y sandeces que el buen hombre quedo encantado. En su alborozo me regalo una onza de oro. No recuerdo por que circunstancia entre esa noche / en una casa de juego, donde se tallaba monte en grande. A la vista de aquellos cerros de plata, un vertigo se apodero de mi : el juego es el ultimo re- curso de la suprema desesperacion 6 del supremo fastidio. Habiendo implorado a los hombres y a la Providencia en vano, quise interrogar resueltamente el destino : toda mi onza la apunte a un rey. Don Juan de Marana jugando su querida a los dados, apenas tendria los nervios tan agitados como yo. Mi carta salio : los reyes suelen servir para algo. Continue ju- gando atrevidamente y con exito feliz, y al cabo de algunos dias deje definitivamente el juego con un mediano capital. Compre cabal lo, reloj y donde Rodriguez me vesti a la moda. Apenas mis finanzas tomaron buen aspecto, la fraternidad humana comen//> p-ira mi. Me convidaron a paseos, a tertu- 110 EMIRO KASTOS lias y a las pocas semanas tuve amigos a pedir de boca. Se me creyo un hombre nuevo ; algunos me preguntaron si era ingles. Cumplia entonces treinta anos, y & esta edad todo hombre, & menos de ser idiota, debe comprender y juzgar defi- nitivamente la vida, la sociedad, los hombres. Mi alma se replego sobre si misma, y las tristes claridades de la experien- cia desvanecieron el velo que me ocultaba el mundo social. Comprendi que las considerations no se conquistan sino que se compran, y que la cuestion de pobre 6 rico es precisamente la sombria cuestion de Shakespeare, de ser 6 de no ser. Me persuadi, perdoname la herejia, de que entre nosotros el dinero reina solo, pues al menos en Europa tiene por rivales el talento y la gloria, que dan honra y position ; al paso que en nuestro pais el talento tiene por recompensa la miseria, y la gloiia el olvido. Comprendiendo que las letras, excepto las de cambio, conducen en derechura al hospital, reuni mis articulos, mis versos, todos los trabajos de mi juventud soli- taria y estudiosa, e hice con ellos lo que la juiciosa sobrina de Don Quijote con los libros de caballeria. Queriendo adoptar una profesion lucrativa observe que, en nuestras ciudades llamadas mercantiles, las industrias que crian valo- res, los negocios de mutuas conveniencias en que todos ganan, no existen ; ellas son un palenque, en que los dies- tros se ocupan en la evangelica tarea de despojar a los ne- cios, donde los pocos que tienen dinero explotan las dificul- tades, las angustias de los que no lo tienen ; donde la usura egoista, exagerada, implacable, la usura que no corre con- tingencias, no piensa, no trabaja, pero gana siempre, es la linica industria popular, la sola especulacion fructuosa. An- tes de dar el primer paso en esas operaciones innobles, me detuve como Cesar antes de pasar el Rubicon ; pero al fin mis buenos instintos sucumbieron, y sin compasion ni escriipulos de ninguna clase, abri una de esas pequenas ofi- cinas de agio a las cuales no ha habido todavia quien tenga la franqueza de poner por rotulo en la puerta : Aqui se ex- plotan las miserias del 'projirao. Compre sueldos civiles y militares por la mitad de su valor, pensiones por la tercera parte, atrape alhajas y prendas de oro y plata casi sin costarme nada, y me entregue a esa multitud de piraterias legales, con las cuales se consigue rapidamente un capital. Acumulado que hube algunos fonclos, hice pingiies negocios con el Go- ARTfCULOS ESCOGIDOS 111 bierno ; piles, por esa falta de logica que hay en nuestras j, el Gobierno que debia representar los recursos nacio- nales, asi como represents la fuerza, ha sido siempre el acuitado m:is explotable del pais. Desde entonces he an- dado con j)aso firme en el camino de la fortuna, y cuando algunos acuitados llorosos se me han acercado implorando mi geuerosidad y mi bolsa, les he dicho como Breno : j ay de los vencidos ! Aunque los medios por los cuales me he hecho rico no son muy edincantes, la sociedad me aprieta las manos con elusion y todas las puertas del mundo se me abren de par en par. De la opinion piiblica yo me rio, pues en estos paises, cuyas cos- tumbles no tienen dignidad, la opinion es como las leyes, fuerte solo para el debil. La riqueza de cualquier modo que se adquiera, es la absolution de todos los pecados. En mi agitada vida de cazador de escudos, el egoismo se me ha entrado por todos los poros : la logica disolvente del intercs ha matado una por una todas las creencias generosas de mi juventud ; mi corazon, como Mario en otro tiempo, des- cansa sobre ruinas. Pero hoy puedo tornar palido 6, un hdmbre sangumeo con una simple boleta de cobranza, y me veo en la calle detenido y festejado por los mismos que pasan de largo sin saludar a la virtud 6 al genio. Como muchos de mis cofrades en finanzas, he llegado a no tener convicciones poHticaa de ninguna clase, y me es iudiferente el gobierno de Nicolas 6 el del pueblo, con tal que haya sosiego y no corran percances los negocios. He acumulado elementos de goce, pero no tengo lugar para gozar : los negocios no me dan punto de reposo, y la riqueza me posee en lugar de poseerla yo. Duermo poco pensando en lo que los dem&s tienen, que siempre me parece demasiado, y en lo que yo poseo, que jamas me parece bastante. Tengo admiradores de cuerpo presente, que se reservan el derecho de contarle & todo el mundo en secreto que soy un tal por cual, y cuento con ami- gos fieles mientras no haga bancarrota. He querido refugiarme en el sosiego de la vida de familia, y buscar el poetico encanto de un amor sincero ; pero, A fuerza de rozarme con los hombree, y de encontrar el interes en el foudo de todos los sentimientos, he venido leitos y camorras de escribania. Sucedio que miestro joven leg(') a Bogota cuando los estudios estaban en auarqufa, y de 122 EMIRO KASTOS moda la politica. En lugar de haberselas con las leyes de partida, Gregorio Lopez, don Juan Sala y demas poetas, se dio a frecuentar los clubs, la fonda de Francois, a coquetear en la calle de San Juan de Dios, y a hacer al Salto excursiones es- tudiantiles. Al cabo de cuatro anos sabia bailar perfecta- mente, puntear la vihuela con primor, hacer cuartetos y cortejar muchachas. Provisto de estos graves conocimientos resolvio coronar su carrera presentandose al grado, y quedo como el te, hecho doctor por infusion. A los pocos dias de regresar a la casa paterna tuvo una conferencia con su padre, y le anuncio de llano en piano que no tenia vocacion para hacer escritos, ni enredar en las escribanias. Luego se ha declarado en completa insurrection contra la sordida economia y las costumbres tradicionales de la familia. Quiere que em- papelen la casa, la adornen con algunos muebles y sobre todo que cambien las duras tarimas, inventadas para hacer peni. tencia, por sofas 6 canapes. Pretende que se mejore la comida, se tome vino al menos los domingos, y cafe todos los dias, que llama el la bebida del siglo. De por alia vino golgota, y a fuer de tal quiere reformarlo todo. Exige que sus hermanas anden calzadas, constantemente vestidas de limpio, y que se paguen cocineras. Dice en alta voz que puede uno ser muy buen cristiano, trabajador y honrado y vivir cod decencia ; que si la plata no se gasta en propor- cionarse algunos goces, y llevar vida de caballeros, maldita la cosa para que sirve. Estas verdades de a puno son para mi compadre enormes herejfas. Para un acumulador antio- queno de raza pura, la palabra goce es hasta inmoral. En- senado & ser en su familia tan absoluto como Nicolas, y tan infalible como el Papa, estas contradicciones lo tienen atur- dido, desesperado. Mi comadre permanece neutral entre los dos partidos beligerantes, pero las muchachas se han ladeado al del hermano innovator, pues las mujeres jarnas oponen obstaeulo & ninguna idea de progreso, y siempre estan dispuestas a aceptar todo lo que significa placer, refinamiento 6 elegancia. — Ese mozo se ha perdido en Santafe, me decia mi compadre, dias pasados. Lo mande a que aprendiera a hacer escritos, y no sabe poner " ante usted parezco y digo." Pero ha venido con la cabeza llena de cucarachas y de grande- zas. Dice que la casa esta fea, como si yo no hubiera vivido ARTICULOS ESCOGIDOS 123 en ella treinta anos sin darme un dolor de cabeza : la comida siempre le parece mala, y la sala oscura cuando de noche se enciende una sola vela. ; Obispo tenemos ! Bonito estoy yo para haeer una boda todos los dias, y un velorio todas las noches ! Y esas moeozuelas de sus hermanas, a su ejemplo, andan ya todas idedtidas pidiendo galanuras, maestros de frances y otras cabronadas. Ya no quieren hacer nada, sino amansar tarima y chirriar zapatos. Dale con la tuntunita de ;i premier. ; Dios me guarde de mujeres sabidas ! \ Quien Las mete a saber mas que Fulgencia, que jamds aprendio sino los oficios de la casa, y a criar sus hijos en el santo temor de Dios? Medellin, Julio 1.° de 1855. (De El TiEJiro, numero 29, de 17 de Julio de 1855.) EL CIGARRO Uno de los enemigos gratuitos del cigarro, pues hasta el inocente cigarro tiene enemigos, se encontro conmigo en dias pasados, y entre el y yo tuvo lugar el dialogo siguiente : — Siempre usted, me dijo, con el cigarro en la boca. — Y usted siempre con las narices en la cara, le respondi. — Es que las narices son indispensables. — Caspita ! y \ quien le ha dicho que el cigarro no es tam- birn indispensable para mi ? — Fumai tabaco es un vicio. — Alto alii, senor don Zoilo : digame [ que entiende vuesa merced por vicio ? — Un vicio es una cosa mala usada a todas horas. i Brava definicion ! Supongamos que usted es un tonto, y esto pase por una mera suposicion ; como la tonteria no es cosa buena, y se usa a todas lioras, y se lleva siempre consigo 124 EMIRO KASTOS como el sombrero, resulta que es un vicio, y los tontos unos viciosos: bienaventurados sabia yo que eran, pero no otra cosa. — Segiin usted, el cigarro es un gran descubrimiento. — Soberbio, le respondi, inmenso, trascendental. Para nosotros, superior al descubrimiento de la brujula, pues solo navegamos en el lodo de nuestros caminos, que jamas se com- ponen ; superior al de la polvora, que nos sine apenas para matarnos fraternalmente ; superior, en fin, al de los globos aerostaticos, pues en Nueva Granada no tenemos aficion & hacer ascension, sino mas bien a descender siempre. Bios, en sus dias de munificencia, envio a los franceses el espiritu y los placeres, a los ingleses el positivismo y las libras,a los italianos la poesia y la musica, y & nosotros pobres diablos de granadi- nos, perdidos en las selvas de America como las zorras en Ion rastrojos, nos envio el cigarro para matar nuestros largos dias sin ocupacion, para distraer esta vida tan falta de emocioiies y placeres. \ Como podriamos vivir sin el cigarro en esta libre y fastidiosa America ? — Vamos a ver, me replied, i cuales son las virtudes del cigarro ? — Escuche usted, le respondi. El uso del cigarro no es un vicio, como usted lo ha dicho en mala hora y peor sazon, sino una necesidad indispensable para nosotros los americanos, que no tenemos mejores placeres con que reemplazarlo. El cigarro es el companero del viandante en las montanas, del sabio en su gabinete, del pobre labrador en sus tareas, del desgraciado en todas partes. El cigarro es el unico sibaritismo de los pobres : como est& a la altura de todos los bolsillos, es un placer demo- cratico: tiene tambien su faz poetica y filosofica, pues convir- tiendose en humo simboliza el fin que tienen la mayor parte de las cosas que agitan al hombre en este pequeno planeta, como lo llama el doctor Parra. — Pero el cigarro tiene un pequeno narcotico que adormece el cerebro, y apaga la imaginacion. — Otra ventaja,le respondi. ^Para que diablos sirvenla ima- ginacion y el cerebro en estas tierras ? Ojala estuvieran siempre durmiendo como una marmota Para el hombre de por aca mientras menos talento mds dicha, mientras menos ideas mas plata. En lugar de ser aqui como en otras partes los hombres quienes gobiernan y dominan d los animales, los animales son ARl'fcULOS ESCOGIDOS 125 los que dominan y explotan & los hombres. Los f umadores tene- mos la veutaja de ver el mundo al travels de una atmosfera de humo, y por consiguiente de vislumbrar las cosas y los hombres un poco como no son. Por en medio del humo de mi cigarro suele parecerme sincero el carino de los amigos, verda- dero el amor de las mujeres ; creo ver patriotas donde no hay si no especuladores egoistas, los necios se me figuran hombres de talento y los pillos caballeros. Y \ acaso no es gran ventaja ver las cosas un poco menos feas, los hombres un poco menos malos y las mujeres mas amantes, menos coquetas de lo que son en realidad ? — Admirome, replico mi interlocutor, de que al inventor del cigarro no lo hayan canonizado. — Si yo fuera ingles, extravagante y millonario, le ham construir una estatua colosal ; pero voy a presentar el proyecto en nuestro proximo Congreso, pues aunque los Congresos en Nueva Granada no tienen nada de ingleses y mucho menos de millonarios, extravagancia no les falta. Le presentare un informe que tenga siquiera cien paginas, en el cual hablare de Jupiter y de Saturno, de Aristoteles y de Platen, de la guerra de Troya y de la cuadratura del circulo, de la brujula y del movimiento perpetuo, de Lutero y de los santos padres : pro- bare que, aunque Nueva Granada no tenga un obolo ni cristiano que se lo preste, debe echar de su lomo escama construyendo la susodicha estatua. ■ — De Cristobal Colon no hablaria usted con mas entusiasmo. — Y I que tenemos nosotros que ver con Cristobal Colon ? Si los ingleses que explotan nuestros mercados, y los espanoles que se llevaron nuestro oro le hicieran una estatua, pase ; pero a nosotros \ que nos importa ? Admitiendo el principio de la uuidad de la especie humana, de la fraternidad universal, del derecho a existencia de todas las razas, de todos los pueblos, de todas las nacionalidades ; admitiendo, digo, este principio, la llegada de Colon a America no fue sino una gran calamidad, el punto de partida de crimenes sin nombre, de asesinatos sin niimero, de inmensas rapinas. De esa gran carniceria salieron, como gusanos de una osamenta, estas raquiticas poblaciones sur-americanas, mezcolanza incaliricable de las peores razas, de las peores costumbres y de las peores pasiones que existeu en el mundo. Los espanoles nos dejaron como heredamiento las tres virtudes teologales de su raza : la pereza, el fanatismo y la 120 EMIEO KASTOS anarquia. Y i que gratitud debemos a" Colon porque, a" conse- cuencia de su descubrimiento, somos lo que somos y vivimos como vivimos ? ; Gratitud porque somos hoy eu la familia de las naciones, lo que los parias en la familia de los hombres ! — Hoy si que esta de chirinola usted. — Nada de eso ; lo que tengo es humor para decir verdades. Y pienso pedir al Congreso que erija una estatua al inventor del cigarro, y ademaspara sus descendientes pensiones sobre el Tesoro y honores. ■ — Pero la nacion no tiene plata para esas gracias. — Acabaramos ! le respondi ; y que poco se le alcanza de achaque de pensiones, de Congreso y de cosas de este pais. i Acaso no es lo mismo para decretar pensiones que haya so- brantes, 6 un pequeno deficit de tres millones y medio ? Que importa para ciertos hombres que la nacion este en bancarrota, con tal que ellos a costa ajena las echen de rumbosos ? La Nueva Granada, por medio de sus Representantes, entiende el buen tono a la manera de Cesar, que no se crej'o grande hombre hasta que no se vio debiendo cuarenta millones. Y si absolu- tamente falta plata giraremos contra nuestros nietos, que son una especie de casa de Rothschild para algunos de nuestros financistas modernos. (De El Tiempo, numero 32, de 7 de Agosto de 1855.) LA SITtJACION Todo pueblo merece su suerte. Esta tesis encierra en si tanta verdad, tanta evidencia como una ley de fisica, como un problema de matematicas. Cuando en un pais cualquiera el pueblo consiente en ser esclavizado por un tirano, explotado por alguna aristocracia absorbente 6 degradado por un clero ambicioso y corrompido ; ese pueblo sin inteligencia, sin orgullo, autIculos escogidos 127 sin dignidad merece que se le esclavice, se le explote y se le degrade. Y cuaudo por medio de odiosos monopolios, de contri- buciones desiguales sacadas del bolsillo de los pobres, de- jando casi intactas las rentas del poderoso ; cuaudo por medio de impuestos absurdos, anti-economicos, que embarazan la industria y paralizau la produccion, se condeua la multitud & la degradation y la ignorancia, consecuencias logicas de la miseria prolongada hasta el iufiuito ; esa multitud que tolera esos monopolios, que paga esas coutribuciones, que descouoce en- teramente bus intereses i acaso uo merece tambien su suerte ? El pueblo, es decir la mayoria de los ciudadanos, no deja subsistir domiuaciones daninas, monopolios absorbentes, con- tribuciones desiguales y opresivas sino por ignorancia 6 cobardia. Con inteligencia y valor, no puede tolerarse niugiin absurdo, prolongarse ninguna injusticia. Uniendose los muchos, jamas pueden ser dominados por los pocos. Para que esa gran palabra Repdblica, resumen de libertad, igualdad, fraternidad y tolerancia no sea una mentira detes- table, es preciso que ella consagre dos verdades fundamen tales : el gobierno real y efectivo de las mayorias conseguido por medio del sufragio universal, y la igualdad delimpuesto obtenido por medio de la contribution directa proporcional. Cuando veais uu pais en que el pueblo, no conociendo sus derechos, ni sus verdaderas necesidades, y careciendo de in- dependencia y dignidad, en lugar de llevar & las urnas elec- torates su propia voluntad, sirve de ciego instrumento, de agente estiipido para que clerigos ambiciosos y gamonales egoistas hagan triunfar sus intereses 6 sus pasiones ; en ese pais, donde los ciudadanos son hombres de reata, una especie de animales que los naturalistas no ban clasificado todavia. on ese pais, decimos, no puede existir nada que se parezca a" Repilblica. Cuando veais un pueblo, en que no se saca de cada ciu- dadano para sostener el Gobierno un contiugente proporcional a sus recursos ; cuando d, fonnar el tesoro publico no contri- buye casi nada la reuta de los banqueros, sino el obolo del pobre, ese pueblo se llama republicano con el mismo derecho que los reyes de Francia se apellidaban reyes de Jerusalrn ; ese pueblo, en una palabra, vive bajo la obsesion de un sueiio enganador, de una alucinacion insensata. 128 EMIRO KASTOS Y I que es lo que ha sucedido en la antigUa Antioquia \ Que es lo que sucede en lo presente ? El pueblo que no lee los periodicos, ni se cura de la politica, ni medita en sus verdaderos intereses se ha entregado cuerpo y alma a los gamonales de la capital y las parroquias que, interesados en no pagar contribuciones, lo ban esquilrnado a todo su sabor ; y a clerigos de misa y olla que, desconoeiendo la caridad cristiana, la fraternidad evangelica, la abnegacion y la tolerancia predicadas por Jesucristo, no han hecho otra cosa que fanatizarle, inspirarle pasiones rencorosas y servirse de el para fines mundanales. Somos admiradores del dogma evangelico, sinceros amigos del verdadero ministro de Jesucristo, y por consiguiente nuestra critica es general, pero no absolute. A los pocos sa- cerdotes que hay entre nosotros, que solo se ocupan en con- solar dolores humanos, en cumplir su elevado ministerio ejerciendo la beneficencia y predicando la virtud, la tole- rancia y la fraternidad, a esos sacerdotes les profesamos el mayor respeto ; pero & aquellos otros cinicos e intrigantes, que no trabajan sino en la sacrilega labor de sembrar errores en el alma de sus feligreses, de fermentar odios corrosivos en su corazon ; que se meten en cuestiones politicas, haciendo del pulpito una tribuna, de la religion una palanca y del infierno un espantajo para asustar a los que no piensan como ellos, a esos f ariseos los miraremos siempre con el mayor desprecio. Tenemos, pues, que el principio electivo, fuente de los poderes piiblicos y de la vida politica en los pueblos demo- cr&ticos, ha sido viciado, desnaturalizado y corrompido por los gamonales y el clero. Estos dos poderes han ejercido siempre una presion funesta sobre las manifestaciones de la opinion piiblica. Vamos ahora a echar una rapida mirada sobre nuestro sistema tributario. En las provincias reunidas hoy bajo el antiguo nombre de Antioquia, no existen otras contribuciones que fuertes impuestos sobre la introduccion de mercancias nacionales y extranjeras, un excesivo derecho sobre el tabaco y el mono- polio de aguardientes. Respecto al monopolio, nada diremos, pues ya esta juzgado y sentenciado por la opinion piiblica. De los otros impuestos no hablaremos separadamente, sino A&TICULOS ESCOGID0& 129 que los analizaremos con el nombre general de contribuciones indirectas. Al tratar rapidamente estas cuestiones renunciaremos al vocabulario economico y, olvidando lo que hemos leido sobre la materia, examinaremos lo que pasa realmente en nuestra sociedad, procurando que todo el mundo nos comprenda. Se dice que las contribuciones indirectas son mas justas, porque el hombre no paga sino en tanto que consume 6 cuando quiere introducir como negociante articulos sujetos & im- puesto. Si no quiere pagar como consumidor, no consuma, si no quiere pagar como negociante, no introduzca. Este racio- cinio es el caballo de batalla de los partidarios de las contri- buciones indirectas. Agregan tambien que son mas faciles para recaudar, se prestan menos a cometer injusticias y otras cosillas por ese tenor. El principio cardinal que debe tenerse en cuenta al esta- blecer impuestos es, que cada individuo contribuya para los gastos piiblicos con una cuota proporcional al capital que posee 6 a la renta de que disfruta, cuyo goce le garantiza la socie- dad ; 6 en otros terminos, el Gobierno es una especie de casa de seguros, al cual los capitales y las rentas pagan un derecho que llamaremos de proteccion, mas 6 menos grande, segiin sea la importancia de las rentas 6 la magnitud de los capitales ase- gurados. De aqui resulta que al individuo a quien, establecida una base cualquiera de contribucion, se le exige una cuota superior a la que le corresponde, tiene derecho a quejarse del Gobierno como expoliador e injusto, porque le cobra por valores que ni le asegura ui protege : y al contrario, el individuo que no paga a la sociedad el derecho de seguro 6 de proteccion que recibe, proporcionalmente al capital que posee 6 & la renta de que disfruta. es una especie de planta parasita que vive del jugo de las demas, un z&ngano que se aprovecha de la proteccion y las garantias que pagan otros, una especie de gorrista social. Nosotros no pretendemos particularizar nuestra critica. ni hacer alusiones personales : nos repugnan semejantes miserias. Queremos si que el pueblo vea claro en estas cuestiones y com- prenda el misterio de iniquidad y de injusticia que encierra eso que se llama contribuciones indirectas. En esta clase de impuestos, el individuo no contribuye para los gastos piiblicos en virtud de la extension del capital ode la K 130 EMIEO KASTOS renta que la sociedad le garantiza, sino linicamente segiin la cantidad de articulos gravados que consume. jY el consume- de los individuos estara en proportion con su capital 6 con su renta \ Podra tomarse el consumo como base justa y equitativa de contribution ? — No, mil veces no. Un jornalero fuma tanto tabaco como un rico, un empleado con cincuenta pesos de sueldo gasta tanto como un capitalista avaro, un padre de familia pobre consume mas mercaderias que un solteron millonario. Hoy dia, en la antigua Antioquia, el rico propietario de haciendas y el dueno de ricas minas, no pagan sino ese mi- serable derecho de consumo, y eso si les j^lace consumir, Mas de tres millones de pesos dedicados a la usura, la industriamas segura y fructuosa del pais, no contribuyen con un centavo para los gastos piiblicos. Sinembargo, para proteger en sus operaciones £ los duenos de esas inmensas sumas existen car- celes, alguaciles, leyes de procedimiento, jueces de comercio ; todo eso pagado, creado y sostenido por la sociedad. i Y que dirti el pueblo, para el cual escribimos estas lineas, si le decimos que un hombre puede tener hoy en Antioquia trescientos mil pesos, y si se le antoja por miseria, sobriedad 6 filosofia no cambiar sus vestidos, ni fumar tabaco, ni consumir licores ; ese hombre puede ganar treinta mil pesos al ano, y sinembargo no contribu3 T e con un obolo para los gastos de la administration piiblica ? Hay principios economicos que se dejan sentir mas en cier- tos y determinados lugares. En Europa los ricos pagan por las ventanas que abren en su casa, por los perros con que for- man sus jaurias, por los caballos que tienen en sus pesebres, por los coches que hacen rodar en las calles ; pagan por cada una de las propiedades que tienen, y, como llevan vida fastuo- sa, en cada uno de sus goces se encuentran con las contribu- ciones indirectas. Pero entre nosotros los que tienen mucho gastan como los que tienen algo, y los que tienen algo 'casi como los que no tienen nada. Tomar pues por ac4 el consumo como base de contribucion es una cosa desigual, injusta, absur- da y monstruosa. Se dice que son preferibles las contribuciones indirectas por mas faeiles para establecer. ; Peregrino argumento ! Como si la desigualdad y el error debieran mantenerse cuando no AETICULOS ESCOGIDOS 131 hay dirlcultad para ello ! Corao si el pueblo pagara legislado, res y mandatarios para que plautearan lo mas facil, en lugar de lo mas equitativo y lo mas justo ! En materia de contribuciones no hay pues aceptable sino la directa proporcional, rapartida, mientras se forma un catastro, por comisionados nombrados ad hoc directamente por el pueblo. De esta contribution debe eximirse a los pobres, a las pequefias ganancias, a los pequenos capital es ; porque arrebatar algo de el rigurosamente necesario f isico, no seria establecer contribucion de rentas, sino contribucion de hambre. Resumiendo nuestras ideas. La contribucion directa se debe plantear a despecho de todos los obstaculos, sean cuales fueren las dificultades cou que al principio se tropiece. La contribucion directa puede dar lugar a errores pasajeros, a injusticias transitorias ; las contribuciones indirectas son un error constante, una injusticia permanente. Sin contribuciones equitativas el pueblo siempre sera pro- letario, el pauperismo permanente. La pobreza priva al hombre de dignidad, de independencia, lo embrutece y lo de- grada. Con hombres iguorantes y degradados no puede haber Repiiblica. Los pueblos mise rabies se convierten en mdquinas sin voluntad y sin accion, 6 el malestar produce en ellos re- acciones febriles, que los vuelven revolucionarios y facciosos. Eu el orden politico como en el orden fisico todos los princi- pios estan relacionados, y las cosas no son hermosas, verda- deras y juntas sino en tanto que aparecen consecuentes y armontcas. Asi, pues, la accion fructuosa del principio elec- tivo, base de la Repiiblica, esta fuudada sobre la indepen- dencia e inteligencia de los ciudadanos que votau, y estas cualidades no pueden existir si la mala distribution de los im- puestos, y las trabas puestas a la iudustria mantienen al pueblo siempre en la miseria, y por consiguiente en la dependencia y la ignorancia, Y vosotros, ricos capitalistas de la antigua Antioquia, no rechaceis la contribucion directa. No echc'is el peso de los gastos publicos sobre el miserable peculio del pobre. La pobreza es una debilidad, y la debilidad merece de parte de vosotros respeto, protection y alivio. Una vez que la soi if lad os garantiza vuestras rentas, vuestros placeres, vuestra jnflaencia en grande escala, recompensad con munificencia ese K 2 IS'1 EMIKO KASTOS servicio. Pagad la contribution directa, porque si no el pueblo comprendera tarde 6 temprano el error en que ha vivido, la explotacion que ha tolerado y entonces sus repre- salias seran terribles. Quitad a los pobres la carga de las contribuciones, si no por caridad evangelica y por fraterni- dad humana, al menos por justicia, por conveniencia y por calculo. Nosotros rechazamos las contribuciones progresivas y pro- testamos contra toda exaction que tienda 6, ahuyentar los capi- tales, a embarazar las acumulaciones, a paralizar las grandes industrias ; pero queremos que los capitales no se escapen de las contribuciones como sucede hoy, y que en este negociado reinen la equidad y la justicia. El pueblo antioqueno debe ser pues inflexible, en no delegar sus poderes sino & hombres cuya divisa economica sea : i^Abajo los monopolios ! ; Abajo las contribuciones indirectas ! Este debe ser el delenda est Carthago de los futuros legis- ladores. Como a nuestros ojos nada valen los hombres sino los principios, debe nombrarse & los que representen los buenos, sea cualquiera la divisa de partido que hayan tenido hasta hoy. Por lo que hace & nosotros, nuestro amor ardiente por el pueblo, y no aspiraciones personales de ninguna clase, nos ha estimulado & escribir este articulo. Jamas hemos tenido pretensiones ni aficion & los puestos piiblicos : la politica no es nuestra tarea. Pero no concluiremos hoy sin recomendar a los partidos que se disputan el campo eleccionario en Antio- quia, la moderation, la buena fe, la tolerancia. Esas an- tiguas recriminaciones de los partidos deben proscribirse. El llamar los liberales k los conservadores godos, absolutistas, camanduleros ; y en represalia los conservadores a sus con. trarios rojos, estupradores, zurriagueros, comxmistas y herejes, es echar mano de cargos que ban perdido lo picante de la novedad para convertirse en vulgaridades insufribles. Lo cortes no quita lo valiente. Los hombres y los partidos deben tratarse con miramientos y cultura aunque se odien cordial- meute. (De El Pueblo, numero 8, de 26 de Julio de 1855.) ARTfcULOS ESCOGIDOS 133 ALGO SOBRE LAS MXJJERES For casualidad cayo hoy en uuestras manos la Constitution municipal de la provincia de Velez, que entre sus disposiciones contiene, la de que las mujeres pueden elegir y ser elegidas para todas las funciones piiblicas. Dicha Constitucion resuelve atinnativarnente una grave cuestion, que agita de muy atrds d los homines pensadores, a saber; si redundaria 6 no en con. veniencia social y en ventaja para las mujeres introducirlas en la vida ptiblica y darlas participacion en el gobierno de los pueblos. Un hombre de mucho talento nos decia en dias pasados, que el sistema federal ofrecia la ventaja de que se pudieran reducir d pnictica todas las teorias, sin que la nacion en general su- friera las malas consecuencias que d un pequeno estado le acarreara cualquier ensayo atrevido 6 pernicioso. Y esto es cierto : todos los principios, todos los sistemas deben ensayarse, para que la practica condene de una vez para siempre los falsos y acepte los verdaderos ; para que se de carta de naturalizacion d los que realmente significan progreso, y pasaporte para las nebulosas & las ideas utopicas, impracticables, paradojales. Los nu'dicos, para ensayar sistemas curativos, venenos y nuevas sustancias, suelen tener gatos y perros en que hacer experi- mentos. Seria conveniente que todos los que tratan de verificar innovaciones en el mundo, en economia, en politica, en religion, en costumbres &c, hicieran un fondo comiin, y le compraran al Zar de Rusia 6 al Sultdn de Turquia una pequena nacion en que realizaran alternativamente todo linaje de experieucias. Alii podrian ensayar la distribucion equitativa del maestro Prou- dhou y la Republica sin Presidente de Girardin ; el Gobierno de uno solo y el Gobierno de todos : podrian suprimir por algiin tiempo las leyes, el codigo penal, las contribuciones, el matrimonio, la familia : mandar d las mujeres que vistieran calzones y levita y d los hombres camison y manteleta : d los militares que dijeran misa y & los clerigosque dieran batallas : est .blecer la confiscaciini de bienes para los avaros y la guillo- tiua para los necios : alii podrian, en una palabra, ensayarlo y revolverlo todo, no dejar cosa con cosa ; y pronto, con e^te 13-4 EMIRO KASTOS juicioso sistema, habrian de llegar a la RejDiiblica verdadera 6 al caos, lo cual seria muy de nuestro gusto, pues ; vive Dios ! que ya nos aburre ver al hombre agitarse tanto sin llegar & parte ninguna. Estas observaciones, 6 sea chanzas que nos permitimos con los innovadores en general, no son dirigidas en manera alguna contra los autores de la Constitucion de Velez. Esta Consti- tucion merece todo nuestro respeto, ya por las buenas ideas que predominan en ella, y ya tambien por haber contribuido a redactarla ciudadanos estimables, entre otros nuestro amigo R. V. joven notabilisimo por su caracter distinguido y su talento despejado. Creemos que la disposicion que hace a las mujeres electores y elegibles, emano mas bien de un sentimiento de galanteria que de un pensamiento politico. La mujer llevaria a la urna electoral la opinion de su niarido, de su padre, de su hermano 6 de su amante, con lo cual se conseguirian mas bole- tas pero no mas votos. Estamos seguros de que ellas no haran uso de semejante derecho, y si lo hicieran, nada ganaria la politica, aunque si perderian mucho las costumbres. Si nuestras bellas lectoras no lo han por enojo, diremos cuatro palabras sobre su caracter ; senalaremos de donde viene su desgracia en la sociedad y el destino que en nuestro humilde concepto estan llamadas a cumplir en este valle de lagrimas. Al juntarse dos hombres comiinmente tratan de negocios 6 de politica ; dos mujeres reunidas por lo regular hablan de pesares, si son viejas, si jovenes, de amor. En el hombre pre- dominan los intereses, en la mujer los sentimientos. El amor es para ellas la vida, el sol, el universe Bien sea bajo la forma de realidad, de recuerdo 6 de esperanza, este sentimiento llena toda su vida. La mujer, en quien esta pasion no se haya desenvuelto, debe ser una criatura incompleta 6 monstruosa. Y es tan natural el amor en la mujer, tan indispensable para ella la vida de los afectos, que su ausencia a unas las torna desgraciadas, a otras feas 6 malas. Siempre que veais alguna convertida en un marimacho intrigante 6 en una beata insufrible, podeis decir sin vacilacion : esta mujer no ama. La mujer es menos fanatica que el hombre en el culto del yo. Las buenas acciones proceden en ella de arran- ques espontaneos, y en el hombre de vanidad 6 de calculo. Ouando se llama & un hombre & socorrer una desgracia re- AETICULOS ESCOGIDOS 135 gularmente dice verenios, y la mujer dice resueltamente vamos. Las pocas almas generosas que hemos encontrado en el mundo, han sido casi todas almas de mujeres. El cristianismo las encontro esclavas 6 degradadas en la tierra y extendio sobre ellas su manto de libertad y de pureza : vio que sus destinos eran estrechos, su existencia trabajosa y puso delante de sus ojos, para darles alien to y resignacion, la esperanza de una vida inmortal. El cristianismo les dio derechos, dignidad, virtud, esperanza; pero ellas siempre quedaron debiles en presencia de la fuerza del liombre. De- bilidad significa desgracia. Dirigid la vista d, las pared es de vuestro cuarto y vereis la arana matando a la mosca : eso mismo pasa en el oceano, en los bosques, en la sociedad ; en toda la cadena de los seres, desde el insecto hasta el hombre, el fuerte oprime, humilla, absorbe y devora al debil. La mujer sufre mas 6 menos en todos los paises las consecuencias de esta ley inexorable, fatal. Hemos visto que el salvaje en los bosques deja a la mujer los trabajos mas duros, no sola- mente el cuidado de la familia y la preparacion de la comida, sino tambien el cultivo de la tierra y el transporte de cargas pesadas. El salvaje se toma la parte del leon de una manera grosera pero franca, y la mujer sufre resignada y silenciosa, porque sabe que aquel es su destino. En medio de nuestras ciudades llamadas civihzadas, a falta de otro calificativo, la fuerza se muestra mas disimulada, mas galante, pero no menos odiosa. De las costumbres que establecen los hombres toca a las mujeres lo peor : desde ninas, es verdad, las dicen que son soberanas ; no hay infeliz coplero que no las llame diosae : pero estas apoteosis mentirosas no impiden que se engane su inocencia, se abuse de su debilidad, y que en lo interior de la casa su aparente soberania se convierta d veces en insufrible esclavitud. La ley solo puede protegerlas hasfca la puerta de la casa : de alii para dentro es impotente. Su debilidad en- tonces no tieue otro amparo que Los costumbres y la opinion {)ublica, que debe marcar con el sello de la reprobacion y de a iufamia a todo hombre que irrespete 6 ultraje a la mujer al abrigo de la soledad domestica. Tratar bien a las mujeres, no hacerlas sentir jamas el peso de la fuerza debeser el rasgo distintivo del hombre civihzado. Ellas merecen lealtad, consideraciones y respetos ; garantias civiles, proteccion social. Pero, si se quiere obsequiarlas con 136 EMIRO KASTOS derechos politicos, y facultades para mezclarse en la vida piiblica, con riesgo de pasar por retrogrados, nuestro voto es negative Ellas tendran siempre el buen sentido de no cambiar las dulces y timidas virtudes que forman su encanto, por nuestras pa- siones politicas tan intolerantes y odiosas. Las mujeres deben ser mujeres : si se dan a la politica, y visten chaleco y calzan botas y pronuneian discursos, se suicidan. Nos repugnaria ver a una mujer en un Congreso, aunque fuera defendiendo la verdadera Repiiblica. Entre una beata y una mujer politicastra venga el diablo y escoja. A una muchacha de algiin merito, que nos gustaba un tan to cuanto, le oimos decir un dia que ella era radical : confesamos al lector que radicalmente quedamos curados de toda ilusion. La vida publica no es su elemento. Quedense, pues, en la casa, calmando con sus dulces sonrisas y sus cuidados afectuo- sos los desenganos y sinsabores que llevamos de la calle : quedense, como las sacerdotisas en el santuario, manteniendo encendido el fuego celeste de los afectos y formando en medio de los ardores de la vida un oasis fresco y risueno donde repose tranquilo el corazon. Quedense alii ; y dejennos & nosotros el placer de hacer presidentes 6 dictadores, de intrigar en las elecciones, de insultarnos en losCongresos, de mentir en losperio- dicos y de matarnos fraternalmente en nuestracontiendas civiles. El socialismo, casi siempre generoso en sus aspiraciones, pero impotente 6 absurdo en sus medios, ha querido dar £ las mujeres otros destinos que los que la naturaleza les senala. Por todas partes encontramos, ya en las doctrinas de los dis- cipulos de San Simon, ya en las novelas de Eugenio Sue, alegatos elocuentes en favor de lo que ellos llaman la indepen- dencia, la emancipation de la mujer. Confesamos humil- demente que no entendemos lo que estas f rases significan. Lo que si comprendemos es, que hay en el mundo miserias sin remedio, desigualdades forzosas, males in. evi tables. La mujer estara siempre bajo el imperio del hombre, porque digase lo que se quiera, el debil jamas podrd emanciparse del dominio del fuerte. La naturaleza, que no incurre en contradicciones como el hombre, jamas da pesima en cuestiones de logica : ella no pone la fuerza en unas manos y el poder en otras. Pero la educacion corrige los instintos bozales de la fuerza e inspira al hombre sumi- ARTICULOS ESCOGIDOS 137 siar a los abrazos y a las felicitaciones de sus amigos. El domingo, despues de varias peroratas, algunos de los agitadores mas caracterizados del partido couservador, salieron por las calles con sus amigos gritaudo mneraa a los rojos y al senor Camilo A. Echeverri. Esto de gritar mueras en medio de unalucha eleccionaria, en completa paz, en pleno siglo XIX, siglo de modales y de buena educacion, es cosa que no se les puede ocurrir sino a liombras que ignoran lo que es sociedad y respetos sociales ; a hombres que dejan de ser beduinos para convert irse en trogloditas. (De El Pueblo, nurnoro 11, de 18 de Agosto de 1835.) 140 BMIfiO KASIOS ESTUDIOS INDTJSTRIALES LA MINERIA EN ANTIOQUIA La politicayla literatura absorben hoy en Nueva Granada la atencion del publico y las columnas de los periodicos. A la verdad, discutir los actos de los gobernantes, combatir en favor de las garantias de los ciudadanos, de la libertad y del progreso social ; senalar los abusos de que adolece la Adrninistracion piiblica y las mejoras que deben introducirse en ella, son cosas de suyo muy importantes y que en manera alguna pueden desatenderse. Por otra parte, los problemas morales, la poesia, las costumbres, las bellas artes en general, todo lo que tiende a despertar la imaginacion, k embellecer la vida, a ensanchar el horizonte moral del hombre, merece tambien la solicitud del periodismo. Pero al lado de la politica y la literatura se presenta reclamando nuestra atencion, por su grandor e impor- tancia, la cuestion industrial. Es ya tiempo de que nos dedi- quemos k examinar las riquezas de nuestro suelo, el modo de dar salida & nuestros articulos exportables, los negocios que merecen un desarrollo preferente y especial ; en una palabra, & estudiar las fuentes y el giro que tiene la riqueza en nuestro pais, riqueza mezquina en la actualidad, si atende- mos & los valores que circidan en nuestros mercados, pero de una importancia iudefinible en lo porvenir si el orden, la paz y la libertad industrial consolidandose en la Repiiblica, le dan seguridad y garantias para tomar su legitimo y natural desarrollo. Desde que la guerra anatematizada por el cristianismo y condenada por la filosof ia, se ha vuelto cosa transitoria y anor- mal en los pueblos civilizados ; desde que otras costumbres y otras ideas negaron A la espada el derecho de allegar riquezas y conquistar poderio, la industria es el unico ca- mino abierto, tanto a los pueblos como & los individuos, para hacerse ricos y fuertes. La nacion que descuida las cuestiones industriales y no procura enriquecerse, se queda rezagada. Y si no, comparad la Espana de Fernando el catolico y de AUTfCULOS ESCOGIDOS 141 Carlo- V. con la Espana de Carlos IV y de Isabel II. Aqurlla fue graude, rica y poderosa porque en esos tiempos dominaba el espiritu de conquista, y erau aceptados y corrien- tes el latrocinio y la rapifia, como resultados del combate y del triunfo. Los grandes empresarios de la Espana de entonces, en sus especulacioues de pillaje, eran Gonzalo de Cordoba, Paredes, Leiva, Pescara, Hernan Cortes, Pizarro y otros, que t en fan como obreros a sus ordenes los soldados mas valerosos de Europa. Entonces Espana domino, porque el manejo de las annas era la ciencia de la epoca, y en todo lo que sea inatar, arruinar y destruir, los espanoles ban sido siempre aventajados doctores. Pero despues que la industria, el co- mercio, la navegacion y las ciencias se pusieron al orden del dfa. llamando la atencion de los pueblos, como tinicos medios de llegar al bienestar y la grandeza; Espana, rehusando entrar en la nueva via abierta & la actividad humana, cruzo los brazos, se acosto d dormir siesta a la sombra del despo- tismo y la teocracia, y consumio su energia en plazas de toros, en cue.-tiones teologica^, en perseguir herejes, en re- voluciones fratricidas ; Espana, en una palabra, por pere- zosa, fanatica, descuidada 6 iguorante, logro bajar del alto rango que antes ocupara al secuudario que tiene en la actualidad. La industria, pues, como medio de llegar a la riqueza, es la gran cuestion de la epoca. No pudiendo variar las pasiones del siglo es preciso marchar con ellas. Ya lo hemos dicho en otra parte : hoy el poder, la iudependencia, las nl.i'ione.-j sociales, el bienestar, todo es cuestion de libras esterlinas. En Nueva Granada, los hombres de pensamiento ban dado poca importancia a la industria propiamente dicha y si los estudios cientiticos relacionados con ella. La politica y la liti'iatura han absorbido toda su atencion. Han empezado f>or donde debiera acabarse, olvidando el desenvolvimieuto (%ico y natural que tiene la civilizacion en las naciones.' EstcO-s coiiiiciizan eiempre haciendose ricas antes de hacerse Babias: y d la verdad debe tenerse primero negociantes, empresfirios de industria y banqueros, que literatos, publicistas y poetas. Asi que la industria se desarrolla en un pais, el bienestar so hace general y aparecen grandes capitales, los homines de 142 EMIRO KASTOS talento (que no tienen colocacidn ni porvenir en los paises atrasados y pobres) recobran el puesto que de derecho les corresponde, los teatros tienen concurrencia, los sabios quienes realicen sus descubrimientos, los poetas quienes compren sus versos, los grandes miisicos y pintores publico y mercado para sus obras. i Que diablos harian entre nosotros poetas como Victor Hugo y Lamartine, publicistas como Guizot y Cor- menin, musicos como Rossini y Meyerbeer, pintores como Vernet y Eugenio Delacroix \, Esas inteligencias que necesi- tan para brillar y vivir la atmosfera animada de los pueblos civilizados y ricos, en nuestra incipiente y pobre sociedad se marchitarian como las j)lantas tropicales trasladadas a los hielos del Norte. La riqueza tiene pues, entre otras prerrogativas, la de que solo a su sombra da frutos la ciencia y flores el genio. Los norte-americanos, con el buen sentido peculiar a la raza anglo-sajona, dedicaron desde el principio su poderosa energia a los caminos, la agricultura, el comercio y la indus- tria en todas sus ramiricaciones. Comenzaron por donde se debe comenzar, haciendose ricos. En ese pais casi no se en- cuentran hombres especulativos, todos son hombres de accion. De los libros, que les llegan de Europa, toman las ideas que necesitan para el desarrollo de sus variadas industrias, les dan aplicacion practica y desdenan el resto. Sus necesidades de imagination las satisfacen tambie'n con autores extranjeros : alia no existeu sabios, ni literatura nacional : no tienen tal vez media docena de escritores cuya reputacion haya atra- vesado el oceano. Hasta la animacion que en ese pueblo tiene el periodismo, no es sino animacion industrial. Si se quiere hacer triunfar a determinados candidatos, es porque ellos representan privilegios de bancos 6 de ferrocaiTiles, alza 6 baja de aranceles y anexacion de territories : siempre cues- tiones positivas. Alia la politica no significa, como entre nosotros, pasiones sino nitereses. A esos hombres no les gusta vivir en las nebulosas, y, por vida nuestra, que tienen raz6ii. Nos atrevemos & excitar d los escritores del pais a que den a veces de mano k la politica y la literatura, para ocuparse de cuestiones industriales. Los bancos, la navegacion de nues- tros rios, el comercio, la agricultura, los variadas vegetales en ARTfCULOS ESCOGIDOS 143 que abunda uuestro territorio y las riquezas metdlicas de nues- tro suelo, sou asuntos importantes que reclamau ya la investi- gacion de la ciencia y las divscusiones del periodismo. Co- mencemos alguna vez d ser hombres positivos, ocupdndonos de uuestros verdaderos intereses. Nosotros, auuque uo tenemos ni tiempo ni sosiego de cspiritu bastautes, ni conocimientos especialesen la mineralogia, vaiuos d dar el ejemplo, escribiendo algo sobre la industria minera eu Antioquia, simplemente eu calidad de aficionados y para estimular a otros menos legos a que se ocupen de esta li otra materia de identico interes. Advertimos, corao descargo de nuestra conciencia, que para escribir la parte cientifica hemos sido auxiliados por las obser- vaciones y los conociraientos especiales de uuestro docto amigo el seiior Manuel Uribe Angel. II No tratamos de hacer una memoria cientifica sobre la pro- vincia de Antioquia y sus minas, porque siendo tarea de dificil ejecucion, y encontrdndonos sin las fuerzas necesarias para ello, uuestro trabajo seria enteramente inexacto. Pretendemos mds bieu bosquejar algunas apreciaciones respecto d lospuntos mds facilmente perceptibles de nuestra riqueza mineral, para iniciar una cuestion de vital importancia, que consiste en activar con energia el desarrollo formal y decidido de las grandes explota- ciones mineras como el recurso mas importante de nuestra pros, peridad tutura, y como el iinico que sea capaz de completar el tin deseado de nuestro engrandecimiento material. Un gran pedazo de territorio de Nueva Granada, compren- dido entre los 5° d 8°, 50' de latitud Norte, y entre los 74°, 0' d 76°, 40' de longitud occidental del meridiano de Greenwich ; limitado al Norte por la cienaga de San Lorenzo, al Sur por la cdspide nevada del Ruiz; hacia su parte mds oriental por la boca del rio ( )j> »n en el Magdalena, y d su extremo mds occi- dental por la quebrada de Sabaleta, uno de los puntos limitrofes GOD el Choco, forma la provicia de Antioquia. La cordillera de los Andes, despues de seguir uniforme de Sur a Norte dividida en tres grandes ramales, entre las proviiuias de Popaydu y Paste, hace penetrar su raniiricacion central en 144 EMIEO kastos la comarca antioquena, formando un laberinto de ramifica- ciones subalternas, capaz de hacer perder la exactitud corogrdfica a los mejores geografos. La confusion que reina en este sisteraa de montanas es tal, que nosotros no vacilamos en afirmar, que nunca heinos visto una carta del pais que satisfaga nuestros deseos ni nos ilustre suficientemente con sus descripciones. Tales montanas, sin llegar por lo general al limite donde co- mienzan las nieves perpetuas (excepto la mesa de Herveo y el nevado de Ruiz) presentan sinembargo mesetas elevadas y picos de una altura bastante considerable, para que el frio se haga sentir de una manera intensa. Las hondonadas 6 valles que separan las Cordilleras, se aproximan mas 6 menos al nivel del mar, ofreciendo a los habitantes las temperaturas mas variadas. Marchando desde las ardorosas vegas del Magdalena, de Oriente d Occidente, se llega, despues de atravesar algunos brazos secundarios nacidos en la cordillera central, al pequeno valle de Rionegro ; de este punto, avanzando siempre en la misma direccion, se desciende al de Medellin y luego al de Ebejico, donde se encuentra la ciudad de Antioquia. Estos valles, colocados como en escala, ofrecen temperaturas de acuerdo con su elevation sobre el mar : el primero casi frio, templado el segundo y ardiente el tercero. Al Sur y Norte de estos puntos se extienden diferentes Cordilleras en variadas direcciones, formando la confusion 6 laberinto que mencionamos antes, y dando al pais un aspecto notablemente quebrado y fragoso que dificulta las comunicaciones y caracteriza la arru- gada fisonomia de Antioquia. Efectivamente, nada hay mas natural que pensar, por poco estudio que se haga de nuestra topografia, que es dificil, si no imposible, encontrar sobre el globo un pedazo de territorio que haya sido mas atormentado por los cataclismos y convulsiones de la naturaleza. El rio Nare, que atraviesa en sus nacimientos el valle de Rionegro, y toma luego una direccion noroeste, derrama sus oguas en el Magdalena. El Porce corre por el valle de Medellin, sigue una direccion casi invariable al nordeste, y con el nombre de Nechi derrama sus aguas en el Cauca. Este rio penetra encajonado y tortuoso en la provincia de Antioquia, bana el -valle de Ebejico, y, despues de atravesarlo mezcla sus aguas con el Magdalena en Tacaloa. AETfCULOS ESCOGIDOS 145 Hacia la parte occidental los rios San Jorge, Sucio, Arquia, Penderisco y otros llevan sus aguas a la provincia del Choco, y mezcladas con el caudaloso Atrato van a dar al golfo del Darien. Todos esos rios en su transito reciben torrentes de mas 6 menos consideration, y tanto los rios como los torrentes arrastran en sus arenas una prodigiosa cantidad de oro. Nuestras Cordilleras levantadas en desorden por el influjo del calor central, presentan variedad infinita en las pro- ducciones del reino mineral. Las enormes masas de nuestras montanas, teniendo por base en su formacion geologica el granito y la serpentina, el porfido y el cuarzo, el gres compacto y la cienita, algunos fragmentos de basalto, rocas traquiticas y aluviones de mas 6 menos extension, dan como consecuencia natural un punto de partida para encontrar en ellas la mayor parte de los elementos geologicos, y por consiguiente los agentes de una mineralizacion completa. Y en efecto, lo que sucede en la practica, se encuentra de acuerdo con la teoria ; porque si nos pregun tamos, cuales son los productos que este suelo brinda a la explotacion de minas, y a la metalurgia en general, no sera dificil responder : Que en el distrito minero de Titiribi, ademas de las piritas eminentemente aurii'eras, que se sacan de sus ricos veneros, la naturaleza ha dispuesto profusamente enormes capas de carbon de piedra para reemplazar el ya casi agotado combustible de madera ; Que el oxido, cromato, titanato y carbonato de fierro, ricos para su elaboracion, se presentan en la mayor parte de nuestro territorio con una prodigalidad infinita ; Que el sulfuro de mercurio se derrama de los depositos del Retiro, y el cobre se encuentra en abundancia, aim en su estado metalico, en los can tones de Rionegro y Nor- deste. El cobalto, el plomo, el arscnico, el bismuto, el autimonio, el azufre y otros metales de importancia secundaria, ya com- binados, ya libres, esperan solo, para rendir servicios utiles d la industria, la investigacion laboriosa e interesada de la ciencia. En las diversas y ricas fuentes de agua salada, ademas del cloruro de sodio, el magnesio, el calcio, el potasio, el yodo y el cromo se presentan, no tan solo como objetos de puriosidaa L 146 E1IIR0 KASTOS quimica, sino tambien como elementos de fortaleza y de salud para los habitantes. En las m&rgenes del rio Nare, y en las ondulaciones mon- tanosas del canton Nordeste, se encuentran depositos enormes de marmol, superiores al de Luca y de Carrara por la variedad de sus colores y lo perfecto de su formacion. En el territorio antioqueiio que se aproxima al Choco, corren rios y torrentes que llevan cantidades considerables de platina. Y en las faldas de la montana del Ruiz bay un manantial, cuyo principio predominante es el acido sulfiirico, formando diversas sales con bases diferentes. El acido sulfii- rico se encuentra en esa fuente con tal abundancia que, segiin calculos competentes, corre por ella cada mes todo el que las fabricas de Europa podrian preparar en un ano. El acido hidroclorico se encuentra en la misma fuente con igual abun- dancia ; y por el mayor 6 menor consumo de estos dos aeidos se puede medir el grado de prosperidad industrial de un pueblo cualquiera. Rocorriendo la vasta extension de Antioquia, & cada paso se tropieza con un elemento mineral bajo forma diversa : el molibdeno y el manganeso, el cromo y el titano y quien sabe cuantos mas que, por falta de investigacion y de trabajo se ocultan & la generacion actual, seran revelados mas tarde al espiritu industrioso que reemplace al que hoy domina. En fin, senales evidentes, aunque no plenamente justificadas, dan a entender que en este gran gabinete mineralogico el rubi y el topacio, el granate y la esmeralda ofreceran, andando los tiempos y progresado los trabajos, un nuevo tributo de riqueza a este pais apenas tocado por la mano del hombre. En el proximo mimero continuaremos el presente estudio, contrayendonos exclusivamente a las minas de oro : senalare- mos rdpidamente las riquezas auriferas que abundan en nuestro suelo, los motivos que ban retardado el desarrollo de las grandes explotacioues mineras y los medios mas adecuados en nuestro concepto, para que esta industria tome la impor- tancia y el desarrollo a" que indudablemente esta llamada en lo porvenir. (De El Pueblo, mimero 13, de 30 de Agosto de 1855.) AETICULOS ESCOGIDOS 147 LA MINERIA EN ANTIOQUIA ARTfCULO SEGHN'DO En las dos fajas en que puede considerarse dividida la provincia por las aguas del rio Cauca, hay un fenomeno mineralogico bastante singular. Las vetas de la parte occi- dental tienen por ganga, generalmente hablando, diversos sulfuros, entre los cuales predominan los de fierro, cobre y an- timonio. Las gangas de cuarzo son en esa parte bastante raras, y lo contrario acontece en la parte oriental, en donde estas lilti- on muy coniunes. Al sentar el principio anterior no decimos, sinembargo, una cosa absoluta, pues en Titiribi, Anori y algunos puntos de la parte nordeste de la provincia, se hallan lilones de pirita de formacion constante. Acontece en ocasiones que en un hilo la formacion es en extremo complexa : un pedazo de cuarzo viene unido a los sulfuros que hacen la parte esencial del mi- neral, y viceversa, un sulfuro se incorpora al cuarzo en las venas de esta ultima clase. Lo que sucede entre el cuarzo y las piritas puede tener lugar con respect o a otra roca cual- quiera, y de esto viene sin duda la enorme variedad que se presenta en el aspecto de las diversas muestras auriferas que se extraen de nuestros minerales. Este hecho llamara sin duda alguna con el tiempo la atencion de los hombres cientiricos, pues a cada paso los principios generalmente admitidos por los mineralogistas, parecen contradichos por la experiencia. No tememos el cargo de ser exagerados al decir, que casi no hay piedra en esta parte de la Nueva Granada que, en circunstan- cias dadas, no sea susceptible de poder servir de ganga al oro nativo. Los filones auriferos, ya sean de cuarzo, ya sean de piritas, cortan en su curso estratiricaciones de gneis 6 de otras rocas de la formacion metamorfica. Estas rocas, como lo hemos dicho ante?, hacen la base casi constante de la formacion de nue ricaa montanas : la cienita porfiditica y el granito son las mas comunes, I 2 148 EMIRO KASTOS Los filones constituidos por los sulfuros son m£s regulares en su formacion, md,s anchos, y, aunque no tan generalmente auriferos, mas prometientes ; por consiguiente se prestan mds & las empresas de asociacion. No pasan de cuatro los filones de formacion mineralogica completa que se conozcan en el pais : estos minerales son an- chos, bien formados y uniformes. Otros filones mayores en niimero, pero sin todas las condiciones qae recomiendan a" los primeros, se explotan con algun provecho, y los filones delgados llamados agujas entre los mineros, se cuentan por centenares. Todo lo que anunciamos nos hace creer que un poco mis tarde el ingeniero de minas seguird por las entranas de la tierra el sistema de las vetas antioquenas, con la misma propiedad con que el geografo siga los sistemas de nuestras cordilleras. Las minas de oro en que el cuarzo predomina, con pocas excepciones, son por lo general m£s angostas, mas inconstantes y por consecuencia m&s peligrosas para su elaboration, aunque en ocasiones tan ricas, que la referencia de sus productos pare, ceria caer en el dominio de la fabula. Cuando los hilos de veta que contienen materias descom. ponibles por los diferentes agentes naturales, como la humedad del aire, el agua filtrada al traves de las grietas u otros, aveci- nan a la superficie de la tierra, forman muchas variedades en el aspecto que presentan. Entonces se encuentran el oxido, el carbonato y el sulfato de fierro, producto de la descomposicion de las piritas ferruginosas, 6 el oxido, carbonato y sulfato de cobre, formaciones por lo general bien durables. En los minerales de cualquiera de las clases mention adas el oro se encuentra, 6 bien en su estado met&lico, 6 bien com- binado con la plata y el cobre. No entramos en la explication correspondiente al modo como este ultimo fenomeno tenga lu- gar, porque lo creemos superior a" nuestros conocimientos y ex- trano a - la simple noticia que nos hemos propuesto dar en este articulo. El mineral molido segiin la practica del pais, deja separar por el lavaje una cantidad de oro proportional & su riqueza primitiva, y el resto, reducido & un polvo casi impalpable con el nombre de jagua, y que retiene aiin gran cantidad de oro, ha sido hasta ahora desechado como inutil. Hoy, gracias & la ABTICULOS ESCOGIDOS 149 infatigable laboriosidad de un sabio ingles, el seiior T. Moore, esas jaguas produceu abuudante cantidad del precioso metal, y sus trabajos metaliirgicos coronados por el mas brillante exito, hau enriquecido el pais presentando una faz nueva a la indus- tria minera que quintuplicara por lo menos los rendimientos de las minas de Antioquia. Por informes muy ciertos que nos ban sido dados, pensamos que de hoy en adelante la provincia sacara mayo res ventajas de la metalurgia, tal corno la practica el seiior Moore, que de la rutina generalmente admitida para el laboreo y explotacioii de minas. El oro no se encuentra solamente en los hilos de veta de donde se extrae como hemos indicado de paso ; existe tambien en las arcillas arenosas y en el lecho de los rios en mucha abundancia, y entonces toma el nombre de mineral de oro corrido. Se cree generalmente que el oro corrido tiene su origen en la descomposicion de los filoues, y que desprendido de la roca que lo contiene, rueda arrastrado por las aguas, bien para formal capas en los terrenos areniscos y arcillosos, 6 bien mezclado con las arenas de los rios. Esta teoria uni- versalmente admitida tiene objeciones demasiado poderosas, y observadores sagaces y cientificos la niegan en parte, adoptando sinembargo como verdad, el hecho de que algn- nas minas de oro corrido deben su origen a la descomposi- cion de hilos que aislan el metal y lo deponen en aluviones esparcidos. Nosotros, apoyados por tales opiniones, pensamos que los depositos de oro corrido deben su origen & diversas causas. Los pormenores de esta teoria corresponden a otro estudio y piden nuevas observaciones ; pero sea de todo esto lo que fuere, el hecho es que, la produccion del oro en la provin- cia debe mucho al trabajo de estas dos ultimas especies de miuerales, el lecho de los rios y las cintas de los terrenos arcillosos. En los rios se extrae gran cantidad de oro por los traba- jadores del pais llamados mazamorreros. El proceder de estos consiste simplemente en lavar las arenas tomadas directamente del rio, 6 bien en hacer en las playas hoyos bastante profundos, sacando el agua que los llena hasta encon- trar la capa arcillosa en donde se deposita todo el metal. Esta operacion sujeta a varias contingencias, como la pobreza de 150 EMIEO KASTOS los lugares 6 las crecientes de los rios, es en ocasiones muy productiva. Cuando el agua de los rios es muy abundante 6 las cre- cientes muy frecuentes, las incomodidades y obstaculos de esta clase de industria son casi insuperables. Para obviar estos inconvenientes se emprenden actualmente obras de mucha con- sideracion para cambiar el curso de los rios, poner en seco sus cauces y trabajarlos entonces como las minas de aluvion. Se espera que con tales procedimientos se encontraran riquezas auriferas de mucha consideracion. Las minas de oro corrido, en que el oro se encuentra mez- clado con una capa de arena & mas 6 menos profundidad de la superficie de la tierra, se trabajan despojando el metal de todas las materias extranas que lo acompanan, por medio de una corriente de agua, que disgrega las diferentes sustancias con el auxilio de obreros inteligentes, y que deja el oro sobre la capa de arcilla en virtud de su mayor pesantez. Esta clase de empresas ha sido durante mucho tiempo la parte fuerte de las especulaciones mineras, y aunque no esten to- davia agotadas, se concede hoy la preferencia & los trabajos de vetas. Al hablar del fierro, haciendo simplemente la enumeracion de nuestros elementos de riqueza mineral, no hemos hecho mas que mencionar su existencia. Agreguemos, como com- plemento, que las combinaciones diferentes de este metal, ex- plotables con provecho, sou de singular riqueza. Si la indus- tria minera es coadyuvada por la elaboracion del fierro en todas su forrnas, abrigamos la esperanza de que nuestro suelo sera dentro de algunos anos el mas prospero y floreciente de la America espanola. El fierro, prestando mano fuerte i, la industria minera, obraria el prodigio de cambiar como por encanto nuestra situacion. El oro con su utilidad y su belleza llenaria los cofres de los antioquenos ; pero al fierro deberia- mos eso y algo mas positivo aiin, a el deberiamos nuestra regeneracion. Hoy se habla en Medellin sobre el proyecto de establecer una ferreria por cuenta de una compaiiia anonima, y en tal caso nada md,s natural que desear la cooperacion activa de los buenos y ricos ciudadanos para la realizacion de tan iltil y grandioso proyecto. Si tal cosa sucede, tendremos al princi- pio fierro fundido, y mas tarde fierro maleable. Con estos dos ARTfcULOS ESCOGIDOS 151 elementos baratos, )la mineria y la agricultura recibiran un aliento poderoso y fecundo. Los utensilios precisos, que boy, por las dificultades que presentan las vias de comunicacion, re- cibimos a precios exhorbitantes, reduciriau sus valores a la tercera parte : los objetos de ornato para las poblacioues y de comodidad para los caminos, serian de facil consecution ; el bogar domestico se encontraria abastecido, y en una palabra, el cuadro que presenta un pueblo culto comenzaria a desarro- llarse y se completaria. Con la production de 1,200 libras de fierro por dia los pedidos de la industria quedarian satisfecbos por el momen- to : mas tarde, y en proportion directa con el aumento pro- gresivo de las necesidades, esta cantidad tendria que subir. Un pison para las minas que hoy cuesta cuando menos $25 se obtendria por $10, y lo mismo tendria lugar para los demas utiles. La fabrication del fierro sera pues el principio de la independencia industrial entre nosotros. Varias causas ban im- pedido que la industria minera tome en Antioquia un vuelo considerable. Vamos a enunciarlas rapidamente. 1.* El subido i uteres del dinero. El alto alquiler de los capi tales pesa sobre todas las industrias " como un apagador sobre una vela." Pero sobre la mineria ba ejercido una in- fluencia mas funesta : como las empresas mineras, por la iguorancia e imprevision con que ban sido dirigidas hasta hoy, se las ha considerado como contingentes y aleatorias, los capitales se hacen pagar esos riesgos cobrando siempre al menos dos por ciento mensual por las cantidades avanzadas. Por lo regular, tomando adelantado el valor de su oro, les sale a los mineros el dinero al tres 6 cuatro por ciento mensual. De aqui el que muchas empresas se hayan arruinado, al paso que el balance de sus libros arroja una ganancia considerable, pero que no ha alcanzado & pagar las exigencias de la usura. 2.* Falta de e&piritu de asociadon. Antioquia es el pais del individualismo : a todo el mundo le gusta trabajar solo, gozar solo y vivir aislado. No hay cordialidad en las rela- ciones sociales, ni fraternidad en las familias, ni espiritu de union para acometer empresas industriales. En las cosas reina siempre el mayor abandono, porque a nadie le gusta afanarse por llevar a cabo mejoras cuyo provecho no sea todo para si. En Antioquia se ve por todas partes muy energica la accion individual y muy debil la colectiva. Y conocemos 152 EMIEO KASTOS caracteres tan heteroclitos, que renunciarian a ganar ciento. por tal de que el projimo no ganara cincuenta. Cualquiera empresa que requiera veinte socios es imposible. Esta difi- cultad para entenderse los hombres, priva a las industrias del pais del inmenso desarrollo que el espiritu de asociacion da a las especulaciones en Inglaterra y los Estados Unidos. Los pequenos capitales aislados son impotentes, al paso que la asociacion les da fuerza e importancia. Respecto a las minas es casi seguro que sociedades compuestas de niuchos miembros, en que cada uno de los socios adoptara la usanza europea de tomar pequenas acciones en muchas empresas, aunque una que otra fracasara, las buenas pagarian con usura lo perdido en las malas y el resultado general seria ventajoso. 3. a El espiritu de chicana. En ningiin pueblo se ha pro- nunciado como en la antigua Antioquia. En otros partes no se entabla un pleito sino despues de agotar todos los recursos amigables y como una necesidad fatal : en Antioquia, para la generalidad de los individuos, un litigio es una diversion exquisita. A un gamonal de pueblo le oimos decir, que cuando tenia menos de siete pleitos estaba aburrido. Apenas se descubre alguna mina de importancia, empiezan a tirotearse los guerrilleros de papel sellado. Por cualquier confusion en los linderos 6 en la direccion de los filones, por denuncios hechos anteriormente y mil otras causas, que jamas dejan de ocurrirse a la imaginacion fecunda del abogado, se entablan pleitos que embarazan y paralizan las especulaciones. 4.* Falta de conocimientos especiales. Para trabajar minas de oro corrido, que era lo que al principio se explotaba, pocos 6 ningunos conocimientos eran necesarios ; pero despues que la actividad minera se dirige con preferencia a los filones auriferos, cuya direccion y formacion es tan variada y capri- chosa, donde el oro suele encontrarse mezclado con diversas sustancias y combinado con otros metales, ya son indispensables estudios y conocimientos especiales. Seria de notable importan- cia que los padres de familia acomodados, en lugar de enviar sus hijos a Bogotd 6 a Paris a que adquieran una educacion brillante si se quiere, pero nada solida y de niuguna aplicacion prdc- tica, los enviaran & los colegios de Sajonia 6 de Hungria d estudiar concienzudamente la metalurgia. Gastando cuatro- cientos pesos anuales en un joven podrd este, al cabo de cuatro o cinco anos, regresar con una profesion independiente y un AETfCULOS ESCOGIDOS ]53 porvenir seguro ; pues, sea como empresario 6 como em- pleado, siempre obtendra mejor colocacion el hombre cientifico que el rutinero y el empirico. Para mauifestar lo urgente que es la aplicacion de la ciencia a la industria minera, detengamonos un momento para observar lo que ha sucedido en el Zancudo. Por mu- chos auos en esta mina, despues que en los molinos de a- rrasfcre sacaban una pequena cantidad de oro a las jaguas, las botaban como inutiles. El senor T. Moore ha montado un sistema de hornos para fundir esas jaguas que antes producian poco, y, dentro de algun tienipo, este nuevo esta- blecimiento le producira de seis a ocho mil pesos libres por mes. En esas jaguas antes desdenadas, la ciencia ha encon- trado bastante oro y una inmensa cantidad de plata, de la cual los duenos de la mina, legos en la materia, no tenian ni sospecha. Y no pasaremos adelante sin recomendar el senor Moore a la consideration piiblica, como el hombre & cuyos esfuerzos y conocimientos debe mas la industria minera en Antioquia. Para montar su establecimiento ha tenido que luchar con las dificultades del pais, con la critica del empirismo y de la igno- rancia, con la desconfianza de los capitales, con obst&culos, en una palabra, que hubieran arredrado & mas de cuatro ; pero al fin triunfo su tenacidad britanica. Nosotros, amigos de dar publicidad a todo esfuerzo valeroso, de poner en relieve todo merito distinguido, aprovechamos esta ocasion para elleza, 166 EMIEO KASTOS desde el judio sostenido por las blancas de rostro ovalado, ca- bellos dorados y ojos melancolicos, hasta el drabe representado por las picantes e incendiarias morenas, de ojos negros y mi- rada revoluciouaria. Estas dominaban en el baile, tiranizaban los corazones, cal- deaban la atmosfera. En medio de esa constelacion de bellezas notabase una es- trella desprendida de otro cielo. Si esta nos permite darle formas humanas diremos, que sus cabellos color de ebano, pei- nados con suprema elegancia, sombreaban un rostro juvenil lleno de animacion, de frescura y de gracia ; su cuerpo, en me- dio de las ondulaciones de un vals, parecia flexible, indeciso y vaporoso como el de una fada, y sus ojos, verdaderos diaman- tes de Golconda, eran capaces de iluminar con sus rayos la conciencia de un reprobo. Y vosotros, solterones entre los treinta y los cuarenta, des- creidos y recalcitrantes, si habeis sufrido impunemente el fuego cruzado de tantas bellezas ; si vuestro corazon frio como la cima del Chimborazo no ha sentido algiin benerlco incendio, declaraos de una vez incombustibles y despedios para siempre de la vida conyugal. La fria etiqueta y la tirantez en las relaciones, que forman el fondo de nuestras costumbres, desaparecieron por toda una noche para dar lugar al buen humor, a la alegria mds comuni- cativa, d la cordialidad mas afectuosa. Al lucimiento de la fiesta contribuyo mas que todo el cha- racter complaciente, amable, simpatico y agasajador de todos los miembros de la familia Saiiudo, cuya franqueza y exquisi- tas antenciones los que asistimos al baile recordaremos siempre con placer. (De El Pueblo, numero 20, de 28 de Diciembre de 1855.) AETICULOS ESCOGIDOS 167 EL ANO 1855 Yamos d dirigir una mirada retrospectiva sobre este ano, que acaba de hundirse en las nieblas de lo pasado. El afio 1855 no ha presentado en el mundo antiguo sino un grande acontecimiento : la toma de Sebastopol. La vieja Europa dormia tranquilamente d la sombra de la paz, reglamentada y sostenida por las bayonetas y el despotis- mo. El interes general de mantener el equilibrio europeo establecido por la Santa Alianza, mantenia d raya las tenden- cias revolucionarias de las naciones oprimidas y la inquieta ambicion de las naciones conquistadoras. La Republica fran- cesa aparecio d las miradas de los pueblos como una estrella de luz y de esperanza, que pronto se apago en el horizonte. Los republicauos, asesinados en Italia y en Hungria, maniata- dos y proscritos en Francia, vencidos por todas partes, se ha- bian resignado ft esperar raejores tiempos. Polonia no palpi- taba ya e Irlanda, andrajosa y hambrienta, despues de la rauerte de su gran tribuno habia quedado muda, inanimada, sin jefe, sin cabeea y sin voz : la tribuna y el periodismo fran. ces estal)an reducidos al silencio por la mordaza y la censura. Pai is, sin libertad, se entregaba d locas fiestas, como una cor. tesana que procura ahogar la vergi'tenza de su caida aturdien- dose en orgias. Europa, paralizada por el despotisino, gaugre- nada por lainiseria; domiuada en el orden politico por los tiranos, en el orden social por los banqueros, entregadaal culto de los placeres materiales, d la pasion desenfrenada del oro ; sin fe, sin creencias, sin otra religion que el egofsmo ; Europa, decimos, ostentaba la misma estabilidad y grande/.a a|>areutes y engafiosas, que el iraperio romano poco antes que las hordas del Norte llegaran a sus fronteras. El st'iitimit'iito democratico babia vuelto d refugiarse en las universidades de Alernania, en las sociedades secretas y en el oculto santuario de los corazones iudependientes. Oasamientoa reales, intrigas de cortesanos, operaciones de bolsa, aveuturas de salon, placeres y cronica lleuaban la vida de Europa. Los periodicos anunciaban de vez en cuando, como 168 EMIHO KASTOS linicos rumores de guerra, que los ingleses habian conquis. tado alguna provincia en la India, 6 los franceses quemado algunos arabes en Algeria. El templo de Jano parecia cerrado para siempre: el Congreso de la paz estaba en alborozo. De repente el silencio y la paz en que yacia la Europa occidental fueron turbados por el ruido de los cosacos, que marchaban en tropel hacia la antigua Bizancio, hacia la poe- tica Stambul. Aburridos en sus heladas llanuras iban a buscar sol, odaliscas y placeres en la ciudad de Constantino. La Europa occidental, que mira tambien con ojos codicio- sos la perla del Bosforo, grito a los cosacos : alto ahi ! El Atila civilizado del Norte saco la espada, Inglaterra y Francia hicieron otro tanto, y en las playas de Crimea se empeno una guerra de titanes, digna de tener im Homero por cantor. El sitio de Troya por los griegos, el de Tiro por Alejandro y el de Babilonia por Ciro, fueron juegos de ninos comparados con la toma de Sebastopol. Todos los agentes destructores y mortiferos que ha inven- tado la civilizacion moderna, los batallones franceses de bravura tradicional y los inmensos recursos de Inglaterra, se ban estrellado por mucho tiempo contra esa indomita ciudad, que parecia defendida por demonios. Pudiera de- cirse que nubes de metralla y avalanchas de fuego eclipsa- ron alii por mucbo tiempo la luz del sol, como en las Ter- mopilas los dardos de los persas. La sangre humana ha corrido & torrentes, y los aliados vencedores no han logrado apoderarse de una ciudad viva, sino de un monton de rui- nas y osamentas, de un gran cementerio, de una silenciosa necropolis. Nosotros hemos seguido con perezosa indiferencia las faces y los incidentes de esa guerra famosa. Parecianos lo mismo que los mercados del Oriente fueran explotados por unos hombres que se llaman ingleses 6 por otros que Ee apellidan rusos. Cuando los fuertes se rompen la cabeza dejan en sosiego & los debiles. Como los aliados, mendigando los socorros de Austria y de Prusia, garantizaban d estas su odiosa tirania en Italia, Polonia y Hungria, no veiamos que la causa de la libertad, linica que en las contiendas europeas pudiera llamar la atencion de un americano, ganase cosa ARTICULOS E8COGIDOS 169 algiina ni con la humillacion de Rusia, ni con la derrota de los aliados. Inglaterra defendiendo sus posesiones de la India y su influencia en el Levante, y Luis Napoleon queriendo conquistar amigos y sostenedores entre los ingleses y cubrir su diadema usurpada con el prestigio de la gloria, no nos parecian, corao tanto decantan sus periodicos, los atletas de la libertad contra el despotismo, ni de la civilization contra la barbarie. La guerra de Oriente, en nuestro humilde con- cepto, no ha sido otra cosa que una gran lucha de mercaderes ambiciosos. Pero si hoy, como se dice, Inglaterra y Francia dirigen miradas simpaticas a, Italia y Polouia ; si por ultimo se re- BUelven a sacai la espada en favor de las nacionalidades opri- midas y & dar a esa gran contienda un objeto mas fraternal y generoso, todos los amigos de la liberdad debemos dirigir al cielo plegarias fervientes por el triunfo de tan nobles lidiadores. Queriendo escribir un articulo ligero, sin pensarlo nos hemos metido de redondo en la politica europea, materia en la cual disfrutamos de una ignorancia deliciosa ; pero, en esto de escribir sobre lo que no se entiende no seremos ni los primeros ni los ultimos. Y dejando la Europa y sus grandes cosas, pasemos re- vista, para coucluir, a los acontecimientos notables que han tenido lugar en Nueva Granada durante el ano de 1855. Pero hay un pequeno inconveniente para hablar de los acontecimii'iiros notables de Nueva Granada en 1855, y es que en 1855 en Nueva Granada no ha habido acontecimientos. No hemos hecho durante este tiempo ni revoluciones, ni cons- rituciones, ni cosa que lo valga: toda nuestra vida pilblica ha sido indecisa, descolorida, con medias tintas y colores vagos. Apodenindonos de una palabra, que sirvio de tenia para un famoso articulo a un celebre escritor, de la palabra cuasi, diremos que en 1855 encontramos el ctyasi por todas partes. De la restauracion del poder legal el cuatro de Diciembre cuasi se han aprovecbado dnicamente los conservadores ; y cuasi, d despecho de cstos, hemos tenido una admin istracion cuasi liberal. 170 EMIRO KASTOS En las elecciones, cuasi no ha habido libertad y el poder teocratico cuasi ha dominado en ellas. El antiguo partido liberal, durante este ano, cuasi se ha organizado, y los conservadores estan cuasi asustados. La industria cuasi ha empezado & desarrollarse, pero las Legislaturas provinciales cuasi la han ahogado con pechos y contribuciones cuasi insufribles. El Tesoro ha estado cuasi exhausto, los empleados cuasi no han comido y los agiotistas cuasi se han puesto las botas. El Gobierno ha vendido cuasi la Nueva Granada, d nego- ciantes cuasi desconocidos, con plazo cuasi indefinido, a precio cuasi insignificante. Cuasi todos los periodistas creen esta operation ilegal : y cuasi es opinion general, que este contrato cuasi inexplicable pondra la reputation financiera del senor Plata cuasi en naufragio. (De El Pueblo, numero 30, de 5 de Enero de 1856.) TEATRO El domingo veinte del corriente tuvo lugar en el teatro de esta ciudad la representation de la segunda parte de El Zapatero y el Rey, drama de don Jose Zorrilla. Sentimos que la nueva compania de aficionados haya hecho su extreno con semejante drama, que nos parece detestable, como todas las production es dramaticas que conocemos de este autor. No nos tomamos el trabajo de leer esta composition para autorizar nuestro aserto con una critica seria, pues nuestra conciencia no esta por ahora tan recargada de pecados, que merezca penitencia semejante. Encontramos en esta pieza desnaturalizada la historia, haciendo d todo un don Pedro el Cruel desafiar al labriego Pascual a batirse en reto singular. En esos tiempos de jerarquias perfeeta- mente definidas y fandticamente respetadas, los nobles, y espe- AETICHLOS ESCOGIDOS 171 cialmente los reyes, retaban d hombres de position identica, se batian con sus pares, pero con villanos nunca. No hay que buscar en esta malhadada composition ni pa- siones verdaderas y sentidas, ni pintura profunda de costum- bres, ni intrigas que aterren y dominen la atencion, ni fin social, ni cosa ninguna. Solo se encuentran en ella versos armoniosos d veces e insustanciales siempre, adulaciones al pueblo espanol, cuchilladas y peloteras de taberna y fanfarrona- das de mal gusto. Pero si en la pieza todo nos parecio falso, insustancial y desatinado, la representation no fue menos lamentable. Qui- sitiainos que en esta materia solo elogios salieran de nuestra pluma, pues placenos alentar a los jovenes que tienen el valor y energia bastantes para luchar con las dificultades que entre nosotros presenta la carrera dramatica ; pero en esta ocasion no podemos autorizar con nuestra aprobacion, por debil que sea, semejantes pecados contra la verosimilitud y el buen gusto. Exceptuamos de nuestra critica al senor Lucio Villa, que represento algunos retazos con habilidad, y que tiene aptitudes pai a ser con el tieinpo un distinguido actor dramdtico. Los senores don Pedro el Cruel y don Enrique el Bastardo no ban aparecido en el teatro como la historia los pinta, Uenos de orgullo y de altivez, devorados por ambition profunda y pasiones ardientes : hanlos rebajado entre el poeta y los actores al nivel de guapetones de taberna, jactanciosos y desalmados, con sombrero ladeado, escupiendo por el colmillo, echando ternos y bravatas. Palabras y movimientos todo nos parecio inverosimil, exagerado, sin dignidad y sin mesura. Esa cami- Badera en sentido inverso de los interlocutores, formando lineas paralelas, y mirando unos para tin lado y otros para el con- (in io, no nos parece natural : en el mundo reyes y siibditos, nobles y villanos tratan sus asuntos y arreglan sus cuestioues sentados 6 en pie unos frente d otros, 6 pasedndose sin darse la espalda. Nuestros jovenes actores han adquirido la costumbre, cuando estan solos en la escena, de eucararse con el publico para diri- girle sus monologos desde el borde del escenario, d guisa de diputado provincial que se dirige al presidente, 6 de tribuno politico que arenga al pueblo soberano. Esto no es asi : todo individuo que, en el arrebato de una pasion 6 de un sentimiento cualquiera habla consigo mismo es porque estd solo, y dirige 172 EMIRO KASTOS sus palabras en desorden a cualquiera parte sin pretender arengar a nadie. A nuestro publico le caen muy en gracia y aplaude que es un gusto las fanfarronadas y las bravatas dichas con exagera- cion y arrogancia. Los actores deben desdenar estas ovaciones de mala ley y buscar los aplausos y las simpatias de la gente sensata, que no admira sino lo que es natural, sencillo y verdadero. La antigua compania de aficionados se ha dividido en dos, que trabajan cada una por su cuenta : ignoramos los motivos de semejante cisma. Lo que si sabemos es que, fraccionandose, ambas companias se ban debilitado, quedando escasas de buenos papeles con grave perjuicio del publico, a nombre del cual protestamos contra la division, aconsejando & los poderes be- ligerantes echen pelillos a la mar en obsequio de la union y la fraternidad. Es de notarse la predileccion que nuestro publico tiene por los dramas : la comedia, aun la de Breton, del saleroso y pica- resco Breton, le da suefio. Es que al publico de por aca no le gusta reirse : a los antioquenos, siempre exagerados, solo los sacuden escenas violentas y pasiones homicidas. Amigos de sensaciones fuertes, tal vez para buscar contraste con la prosa eterna y la monotonia cuotidiana de nuestra vida, tienen mar- cada predileccion por el drama pavoroso y romantico de Dumas y Victor Hugo. La concurrencia a la ultima representation fue numerosa ; no habria menos de ocbocientas 6 mil personas : decididamente en esta ciudad hay aficion por el teatro. Con gusto vimos alii algunas familias ricas, que hasta ahora desdenosas y recalci- trantes habian brillado por su auseucia. Notase aqui, como en Bogota, que los pobres son los que sostienen el teatro. La economia es una virtud en los pobres y un vicio asaz de mal gusto en los ricos. Los hombres opulentos, por el solo hecho de serlo. despiertan la animadversion y las antipatias del pro- letarismo desamparado. Los ricos ilustrados de otras partes, comprendiendo bien esta verdad, procuran hacer aceptar su bienestar y absolver su opulencia, dando con su lujo trabajo a los pobres, fomentando diversiones cultas, promoviendo todo linaje de consumos y gastando el dinero con mano inteligente y liberal. Con el estimulo que una concurrencia casi siempre nume- AETICULOS ESCOGIDOS 173 rosa presenta d los actores, y pudiendo ser el teatro entre noso- tros objeto de especulaciun seria, creemos a nuestros jovenes aficionados en el deber de entregarse d estudios concienzudos y de procurarse mujeres verdaderas, si las hay. La gazmoneria y el afectado puritanismo de nuestras costumbres oponen d esto gravisimos obstdculos, lo sabemos ; pero con tenacidad y constancia todo se consigue. En los paises cultos el teatro es para las mujeres de talento una carrera lucrativa, deslumbra- dora, esplendida : llueven sobre ellas aplausos y flores, y lo que es mas sustancial, diamantes y libras esterlinas : son ver- daderas soberanas, llevan una existencia real, j Como no se han de encontrar entre nosotros dos 6 tres mujeres con un poco de talento y de belleza que, aburridas con la prosaica aguja, quieran distraer sus pesares 6 buscar objeto d su ambicion, re- fugidndose en el torbellino de la escena y en las elevadas regiones del arte ! En el momento que una mujer cautive los aplausos y las simpatias del publico, se acaban los escriipulos y la carrera adquiere prestigio y popularidad. (De El Pueblo, niimero 33, de 24 de Enero de 1856.) TEATRO El sabado, dia de la patrona de esta villa, represento la compaiiia dramdtica dirigida por el senor Froilan Gomez d. Mi rid Tudor drama de Victor Hugo. El nombre solo del autor basta para indicar que hubo en la pieza admirables golDes de teatro, lenguaje pomposo y magnifico, caracteres excentricosperfectamente sostenidos, situaciones conmovedoras, punales y sangre. Pretender nosotros juzgar d Victor Hugo, el principe de los poetas modernos, seria una cosa por demds insensata y pedantesca. £ste no es uuo de esos poetastros d lo Zorrilla, de cuyas piezas sale uno como de una sesion de 174 EMIRO KASTOS cabildo, con los nervios tranquilos y el ammo sosegado. Victor Hugo es capaz de enternecer a una beata, de conmover a un usurero. Estos dramas producen en el espectador un deslum- bramiento vertiginoso y, despues que se duerme, vienen suenos fant&sticos en que ve por todas partes punales, rios de sangre y batallones de espectros. Si nosotros nos atrevieramos d senalar algun lunar en las obras de ese gran poeta, diriamos que es maltratar con exceso el corazon de los espectadores, prolongando demasiado las situaciones violentas, las escenas dolorosas. No pensabamos escribir para este mimero revista de teatro, pero ya que ninguno de los otros redactores y colaboradores de " El Pueblo " ha querido hacerlo, seguramente por no meterse en dimes y diretes con los comicos, nosotros, que nos sentimos con la independencia bastante para dar lo que es suyo 4 todo el mundo, a los vivos y 4 los muertos, no sacare- mos el cuerpo a la cuestion. El desempeno de los actores fue de lo mas cumplido y atinado que de aficionados pudiera esperarse. El senor Froilan Gomez desempeno su papel de Gilberto generalmente bien : sobre todo en la primera escena manifestose sumamente tierno, sentimental, apasionado y verdadero. En esta clase de papeles es fuerte el senor Gomez. Notamos, eso si, que comienza demasiado lacrimoso, y en las escenas de ternura debe haber progresion. La pasion y el entusiasmo deben aumentarse gradualmente, porque no pueden sostenerse si desde el principio se exageran demasiado. Cuando los actores comienzan una escena llorando, debian acabarla muriendose ; y no seria por cierto muy divertida una funcion en que todos los actores se muriesen. El senor Jaramillo, por el cual ne- mos tenido siempre marcada predileccion, trabajo, como acostumbra, perfectamente bien. Cuando se presento por primera vez en la escena, escuchando la cancion de Fabiani, traia la mano en la cintura formando una position inaceptable y de mal gusto. Pero comprende tan bien bus papeles y se ha asimilado tan completamente las maneras y las estrate- gias femeninas, que no podemos menos de admirarlo. Pronto se le enronquecerd demasiado la voz y, dejando la adolescencia, adquirird formas angulosas y varoniles, que lo imposibilitardn para desempenar papeles femeninos. Una vez que suceda esto, si no se consiguen actrices, la compania muere. AETiCULOS ESCOGIDOS 175 Y confesamos que nuestro orgullo medellinense se resiente, viendonos obligados d dar cuenta en los periodicos de funciones dramdticas en que representan hombres vestidos de mujer. Esto es muy de pueblo y no puede aceptarse sino como cosa transitoria. El senor Ricardo Lleras desempeno a contentamiento publico su papel de Fabiani. Como es un joven de educacion esmerada, de buen lenguaje y de modales cultos, y como comprende bien los papeles que representa por los estudios historicos que ha hecho, podria ser un actor muy distinguido si reformara un poco su pronunciacion, pues a veces no se le entiende. Los demds papeles subalternos fueron tambien regular, mente desempenados. El teatro estaba muy mal iluminado, con grave perjuicio de las hermosas, que no podian ser vistas, y de las feas, que en medio de las tinieblas parecian mds feas aiin. Notamos que el gremio de los solteros dirigia miradas codiciosas a una senorita vestida de negro. Y d la verdad esta popularidad no ea usurpada: no puede haber cuerpo mas elegante, ojos mas habladores ni fisonomia mds risuena, mds graciosa, mds pri- maveral. Lamentaban sus admiradores que estuviera ya com- prometida. Las mujeres hermosas no deberian casarse, por lo menos hasta que no tuviesen veinticinco 6 treinta anos. LTna hermosa que ^e casa es para el publico una flor que se marchita, una estrella que se apaga, una ilusion que se va. Nuestra critica del ultimo domingo ha dado lugar d una publicacion de los interesados, en que nos dicen criticastros, a(i:Hionados, plagiarios y otras cosillas igualmente amistosas. Esto no prueba que ellos lo hayan hecho bien ; y mucho menos lo prueba el que hubiera habido notable concurrencia, pues el publico asistio contando con que se le iba d divertir. Nosotros no tenemos ningun linaje de antipatia, sino mds bien aprecio por los actores que criticamos : somos por cardcter im- parciales y justicieros, y placenos decir la verdad tanto d los poderosos como a los humildes ; por consiguieute, ninguna predileccion de banderfa, ningdn mezquino interes nos impulsi'i d escribir. Cuando vuelvan a representar, si lo liacen bien, tendremos el mayor gusto en elogiarlos. ( De El Pueblo, ruimero 35, de 8 de Febrero de 1856.) 176 EMIEO KAST08 ARTURO Y SUS HABLADURIAS Erase un domingo en Medellin d, las cinco y media de la tarde : ni una ligera nubecilla empanaba el brillo meta\ lico del cielo : el sol se escondia tras las montanas dejando en el horizonte una huella de oro y purpura, en nuestras verdes colinas esa luz amarillenta del crepiisculo, que da a toda la naturaleza un tinte a la vez bello y melancolico. Las aves entonaban sobre los naranjos himnos melodiosos de despedida al rey de los astros. Entonces bien sea que dirigierais la vista a las montanas, & las colinas, 4 los prados, & la ciudad, a la tierra 6 al cielo, encontrariais por todas partes belleza y suavi- dad, encanto y poesia. Parece que en medio de esta naturaleza risuena, arrullada por un idilio perdurable la vida debia ser dulce, facil y dicho- sa : no estando el hombre sujeto, por la suavidad del clima y la fertilidad de la tierra, a ser apremiado por el hambre 6 ator- mentado por el frio, esas miserias horripilantes cuyo especta- culo en las ciudades populosas turba los placeres de los ricos, entre nosotros son desconocidas. Dias esplendidos, noches es- trelladas, campos pintorescos, banos deliciosos, un clima suave, perezoso y adormecedor, todo convida al hombre 6, gozar pre- suroso de la vida y d, dejar correr sus dias sin fatigas, cuidados ni ambicion. Pero en medio de este rico verjel donde brotan d porfia las mas bellas plantas, en medio de esta naturaleza acariciadora y simpatica, el hombre, por un contraste inexplicable, no cultiva sino pasiones antisociales, rivalidades caprichosas, antipatias y odios insensatos. El entusiasmo, la fraternidad, el desprendi- miento, las amistades verdaderas, el amor desinteresado y ca- balleroso, los afectos dulces y sinceros, todas esas flores que en- cantan y perfuman la existencia, no pueden encontrar vida ni alimento en corazones que el egoismo, la codicia y la fria espe- culacion esterilizan y secan. Asi pues, si por sociedad se entiende un grupo de indivi- duos con intereses ideriticos, ligados por algunos vinculos de afecto y simpatia, aqui no existe cosa semejante : el individua- lismo exclusivista y absorbente reina por todas partes : pocos AETfcULOS ESCOGIDOS J 77 sacrificar (an algo porque la sociedad ganara raucLo y ; cosa extrafia ! hay muchos que se dejarian sacar un ojo porque al vecino le sacaran los do.-. Revolviendo en la cabeza estos malos pensamientos y otros muchisimo peores iba yo el domingo de que hablo, d la bora susodicha, por el paseo de la Quebrada-arriba en busca de aire puro y distraccion. Comprometido con mi amigo Echeverri d darle un articulo para "El Pueblo," ligero y de poca sustancia, en vano registraba todos los pliegues de mi memoria a ver si recordaba alguna aventura picante, algun acontecimiento sin- gular que sirviera de argumento. Ya perdia la esperanza de salir del paso, cuando de repente el azar, que es d veces no solo la providencia de los enamorados y los ambiciosos, sino tambu'n de los humildes periodistas, vino en mi auxilio. Tro- pece con mi amigo Arturo, joven de imagination traviesa y picaresca, instruido en los misterios de la vida medelli- nense. Muy desinaiiado he de ser, dije para mi capote, si no saco de mis platicas con Arturo un articulo de pe- riodico. He aqui pues, amable 6 rispido lector, con todas sus f utezas, paradojas y extravagancias la conversacion que tuvo lugar entre nosotros. — Que pensativo te encuentro, le dije : no iria m6s grave un diputado meditando una ordenanza soporifera. — Es que hoy, me respondio, el tedio se ha apoderado de mi como Satands del alma de un reprobo. Ya tit sabes que estoy enamorado, pues sin amores no puedo vivir : es mi estado fisiologico ; necesito tener alguna ciudadana en quien pensar para poder dormir y hacer bien la digestion. Jacinta me gus- taba un poco m<4s de lo preciso : no me agrada tampoco en esta materia recargar mi corazon con demasiado lastre. Me en can- tabao sus ojuelos picarescos, su talle de ninfa y sobre todo el rosicler de sus mejillas : si ella hubiera preferido d otro, d este lo habria atravesado con mi estoque sin misericordia, pues tenia celos hasta del aire que respiraba. Esta manana fuid la igle>i.i d que ella tiene la costumbre de asistir, pues yo siempre me elevo d Dios contemplando las bellas criaturas que ha formado : por poco no la conozco ; parecia un espectro ; tenia color dfl natilla trasnochada. \ Por que estd Jacinta tan descoloridn { le pregunte d un hermanito suyo : se ha enfermado ? No, me respondio el inocento : fue que estaba acostada cuando N 178 EMIEO KASTOS tocaron a misa, y mama no le dio tiempo para ponerse el papelillo. Heteme aqui im hombre sin ilusiones, maldiciendo esas bellezas artificiales y embadurnadas : el dia que me vuelva k enamorar pido penniso & la familia para pasar boni- tamente una esponja hiimeda sobre la cara de mi dulce tor- mento. Me f ui & casa a afeitar y me corte : almorce mondongo y se me indigesto. Resolvi despues hacer visitas para conjurar el malestar y el fastidio que me abrumaban. Di con mi aburrida humanidad en casa de doiia Ciriaca, aristocr&tica y encopetada senora, que me refirio, entre otras cosas, que hacia mucho calor & consecuencia de que no llovia : en seguida me pregunto que misa oi, cuando me confieso y cuantos pecados tengo. Me recomendo con afincamiento que llevara mis pecados escritos en lugar de confiarlos & la memoria. No encontrandome boy con disposiciones misticas cogi mi sombrero y me fui. En seguida me presente en casa de una senora viuda, todavia joven apetitosa. Incontinenti mando llamar & sus ninos para que yo disfrutara de su infantil conversacion. Me refirio las gracias de Mariquita, los pares de zapatos que tenia, las munecas y las novillas que le babia regalado su padrino, las fabulas que sabia y el modo como se acostaba. Despues continuo su maternal elocuencia apologetica con las gracias de Periquito. Este tiene mucbo talento, me dijo : anda siempre con su navajita y cuando alguno le parece feo le tira con ella. Que te parece este caballero ? le pregunt>). Feo ! respondio el muchacho, y sobre la marcba la antropo- faga criatura saco su navaja para hacerme un carino. No bay duda, mi senora, la dije despidiendome, Periquito es un genio. ! Me quedaba todavia una esperanza para indemnizarme, y era la visita obligada 6, Jacinta. La encontre ya recobrada de su matutina palidez, fresca como una rosa de Bengala. Mi corazon volvio a latir con su ternura habitual ; pero la mama no me dejo cambiar una sola palabra con ella. Me hablo tarn- bien del verano y que despues venia el invierno, de las misas largas y de las misas cortas, de sermones, de criados, de la carestia de los viveres, que se yo de cuantas cosas m£s. Por ultimo se lanzo en una disertacion sobre medicos y enferme- ARTfcULOS ESCOGIDOS 179 dades. Dfjonie que estaba tomando pildoras de Brandreth porque se sentia muy reseca. Al oir este exabrupto no pude resistir : de dos briucos me puse en la calle maldiciendo las visitas en que lo interpelan d uno sobre el estado sanitario de su conciencia, la visitas en que no le hablan sino de los hijos y de las gracias de los* hijos, y de las comidas que les gustan a los hijos. Pero maldicion vina y mil veces, exclame, sobre las mujeres que le cuentan a uno sus enfermedades de mal gusto, y especialmente que estan resecas ! — Supongo que seguiras obsequiando d Jacinta, le repli- quc : esa joven me parece un excelente partido. — Imposible ! me respond^. Yo que les tengo miedo d las suegras corrientes y molientes, como podria sufrir una suegra reseca ? Mas bien me expatriaria a Australia 6 d Patagonia. Ademds, el matrimonio no entra en mi programa : dedicar uno todos sus afectos d una mujer es injuriar a las otras, es proclamar el egoismo y el individualismo mas odiosos. En materia de amor estoy por el sistema alternative e irrespon- sable : el ciudadano mds filautropo y humanitario es el que quiere d mayor niimero de mujeres. — A proposito de matrimonio, le pregunte, cuantos nuevos anuncia la cronica \ — Ahora esta ol articulo escaso : ya en Medellin va pasando la moda. Hay apenas dos arreglados, dos mds en ciernes y un matrimonio civil en estado de crisdlida. — I Quien es ese caballero que nos saluda con aire tan benevolo \ — Oonqne no conoces d don Benvenuto ? me respondio : con esas mejillas frondosas y su serablante primaveral tiene intimas relacioues con el abuelo Lucifer. Ha cometido mas expoliaciones que las que en otros paises se necesitan para danzar colgado de una cuerda en una plaza publica : arruina familias, despoja parientes y comete todo linaje de pecados mortales de una manera tan suave y silenciosa, que la socie- dad, no oyendo quejas ni maldiciones contra el, contimia teniendole por un excelente ciudadano, por un hombre irre- prochal>le. Es un famoso bandido que va d morir en olor de santidad. — Y este otro que huele d obligaciones, d fardos, a facturas yd pagarcs, odmo se llama? N 2 180 EMIEO KASTOS — Don Teofilo, de descendencia israelita y cuya profesion es amontonar escudos. A sus ojos la virtud mas resplande- ciente es la economia. Se levanta a las seis, toma chocolate y se pone a hacer niimeros y calculos hasta las nueve : a esa hora almuerza arroz, huevos, came frita y chocolate : vuelve a sus tareas mercantiles hasta las tres, hora en que come el sempiterno puchero, frisoles y mazamorra ; -vino no toma porque dizque es irritante. Torna otra vez a los calculos hasta las siete, en que por cuarta vez toma choco- late. De esa hora hasta las nueve conversa con alguncs de sus conmilitones de lo que fulano tiene, de lo que zutano ha perdido, de la llegada de mercancias, del precio del oro y de las probabilidades de que suba el interes del dinero. Hace cuarenta anos que vive de la misma manera. ISo La dado jamas un convite, no se ha tornado una botella de buen vino, no ha hecho una accion generosa, no ha querido a nadie ; de que ha vivido ese hombre ? Este semi-millcna- rio, como hay nmchos en Medellin, no es en realidad sino un mendigo que pasa por la vida sin conocerla. j Pobre diablo ! Mira, continuo Arturo aquel cincuenton acicalado, per- filado y lustroso como dandi parisiense : ese anda a caza de no- via. Las hermosuras pobres son el objeto de sus satdnicas ase- chanzas. Nada conozco mas estupido que un enamorado con cabellos grises, frente arrugada, nances gruesas color de remo- lacha y " abdomen hiperbolico." El amor huye despavorido delante de semejante espantajo. El corazon de una mujer acepta con entusiasmo a un hombre de veinticinco anos ; si tiene treinta lo acepta tambien, pero no siempre con entusias- mo ; si llega a los treinta y cinco lo discute muchfsimo, y si alcanza a los cuarenta lo acepta linicamente cuando carece de fe en el porvenir y de confianza en su estrella. Pero a los cincuenta deja de ser moneda circulante en los reinos de Cupi- do : muy desamparada de Dios y olvidada de los hombres ha de estar la mujer joven que se case con el. Dejad, pues, cin- cuentones y sexagenarios la descabellada pretension de agradar a las muchachas. Contentaos con tener plata, con ser miem- bros de la Camara de provincia, con ir al Senado, con intrigar y remover valores, con llevar vuestra vida esteril de egofsmo y ambicion, contentaos con todo eso ; pero el amor, que vale m£s que todas esas miserias, es un tesoro que no pertenece sino a AETfCULOS ESCOGIDOS 181 la juventud, a quien no podeis arrebatarselo para guardarlo en vuestras cajas de fierro. ^Conque teniendo los negocios, la plata, la experiencia y el poder querriais tambien poseer el amor de las hermosas ? ; Vive Dios ! caballeros, que esto es pretender demasiado. Mira aquella joveu, continuo Arturo. Su talle de siltide, sus ojos agarenos, su frente despejada y pensativa, la distincion de sus modales y la amabilidad de su trato hacen de ella una criatura sobremanera interesante. Pero no es popular entre las mujeres : como no hace cara de oso a los hombres y no les tiene miedo, porque estos no se comen a nadie, y se sonrie con ellos, y los trata con cortesania, dicen que es coqueta y otras cosas peores. Sus amigas les dicen a los hombres, en secreto, que ella es una criatura muy estimable, pero que no sirve para esposa. Yo creo que su verdadero crimen es ser hermosa, ves- tirse con elegancia y tener talento : si fuera tuerta, flaca, calva, jorobada y tonta dirian que era una muchacha adorable. Para las medianias de uno y otro sexo toda superioridad es un crimen. Siendo ya entrada la noclie Arturo se separo de mi, des- pues de haber heclio otras disertaciones biograficas, que de- jare por ahora en el tintero para no cansar a mis benevolos lectores. (De Er- Pueblo, numero 33, de 8 de Febrero de 1850.) RECUERDOS DE MI JUVENTUD EL PEIMER AMOR Era alia por los anos de 1843 a 1844. La Republica es. taba fatigada con esa larga lucha en que el partido libera] 182 EMIKO KASTOS habia derramado su sangre mas geoerosa en los combates y en los patibnlos. Aquellos eran malos dias para la demo- cracia : el partido vencedor proclamaba en voz alt a que el pais se perdia por falta de creencias y de fuerza en el poder pii- blico : la reaccion contra la libertad se mostraba triunfante, en el orden politico con la Constitution de 1843, y en el orden religioso con los jesuitas, que entonces se import aron de Europa. La prensa liberal habia enmudecido : los ciudadanos tem- blaban ante la Ley de medietas de seguridad, que los ame- nazaba como un espectro. Si mis recuerdos no me engaiian, las ideas estaban en Bogota de tal manera trastornadas, que hablar con entusiasmo de democracia, de soberania de las masas, de ensanche del poder municipal, de liberta- des piiblicas, equivalia & sentar plaza de espiritu debil, sonador y utopico. El movimiento reaccionario Labia pene- trado en las costumbres : la repiiblica era como una cosa de mal gusto. En las creencias reinaba la mas completa into- lerancia, y la gazmoneria y el ultramontanismo estaban al orden del dia. El cetro de la oratoria pertenecia al senor Climaco Ordonez, que templaba en los Congresos, con su palabra elocuente y conciliadora, la impresion acre e irritante de los discursos de don Mariano Ospina, en los cuales este derramaba sin rebozo su desprecio iugenito por todas esas zarandajas que se llamaban garantias de los ciudadanos, derechos populares, soberania de las masas, democracia y repiiblica. Don Juan de Dios Aranzazu, que despues de una juventud borrascosa pronunciaba un pecavi tardio, era uno de los oraculos de entonces. En calidad de paisano y de joven, pues este senor miraba con predileccion ^ la juventud, yo tenia franca entrada en su salon, donde se reunian los hombres mas cons- picuos de aquel tiempo. Es imposible olvidar la conversacion del senor Aranzazu : no podia haber nada mas animado, mas brillante, mas armonioso, mas lirico. El timbre metalieo de su voz, y su fisonomia, aunque moribunda, llena de nobleza y distincion, daban a sus palabras un encanto irresistible. Las inmensas lecturas a que se entrego en sus ultimos anos habian enrobustecido su natural talento, y su conversacion, ademas de rimada y cadenciosa, era instructiva y sustancial. El talento de la conversacion, genial en los franceses, es ARTiCULOS ESCOGIDOS 183 raro entre nosotros. Hay en nuestros pais profundos estadis. tas, escritores brillantes, hombres de un merito incontestable ; y sinembargo, su conversacion lo adormece a uno, como las platicas doctrinales de un cura de aldea. Es miicbo mis comiln tener talento que espiritu, y la buena conversacion es bija del espiritu. Muerto el Sr. Arauzazu. he oido con mucho gusto conversar al doctor Cuervo, y con muchisimo nv doctor Vicente Lombana. Al doctor Lombana se le podra tener antipatia, se le podra tener odio, se le podra tener miedo ; pero cuando se estd bajo la influencia de su burlesca y espiritual conversacion, es indispensable reirse, es preciso admirarlo. En la casa del seiior Aranzazu conoci todas las notabilidades del pais : alii concurrian hombres serios e historicos, como el doctor Marquez, don Lino de Pombo, el doctor Jose Manuel Restrepo ; poetasexcentricos y sonadores, como Caro y Ricardo de la Parra ; banqneros, hombres de sociedad, beatas, militaivs, vV. Conoci tambien alii a don Luis Baralt, el hombre del sombrero antediluviano, caricatura viviente, bajo cuya gravedad comica Be ocultaba, dicen, una alma justa y un epiritu recto. La fisonoinia ascetica y firmemente modelada del arzobispo Mosquera tambien se me presento alii por la primera vez. Yo eecuchaba a esos hombres con respeto casi religioso, y a veces tenia la pedanteria de tomar parte en sus conver- saciones. Con ese poder de asimilacion que tiene la juventud, yo ingertaba entre mis ideas frases y conceptos tornados a aquellos senores, con las cuales me pavoneaba entre mis condiscipulos, que d veces se preguntabau admirados : — Este diablo de Emiro j de donde saca tantas ideas ? Yo me guardaba bien de decirles que era del salon de don Juan de Dios Aranzazu. Despues lei la fabula del grajo adornado con las plumas del pavo real, y esta alegoria me causo una viva impresion. Desde entonces me ha gustado mas vestir mis pobres escritos con harapos propios que con purpura ajena, Si alguna vez me he apoderado de pensamientos ajenos, ha sido inocentemente, creyendolos capital propio. Una pirateria literaria me pain se un pecado mortal: un pillaje en la bolsa de un individuo solo le arrebata algunoa escudos ; un pillaje en sus ideas le roba una parte de su alma, una porciou de si mismo. 184 EMIEO KASTOS ' i Viva la originalidad ! Todo hombre debe ser algo, edition distinta del gran libro : tener su lenguaje, sus ideas, sus costumbres, sus pasiones, sus debilidades y sus virtudes especiales. En el colegio se respiraba esa atmosfera de despotismo, que don Mariano soplaba sobre todo el pais. El plan de estudios pesaba sobre nosotros como un fardo de hierro ; pero no hay maestros bastante detestables, ni prisiones bastante lubregas, ni planes de estudio suficientemente represivos para ahogar el buen humor y apagar la esperanza y la alegria en el corazon de un estudiante. Querido lector : no tengais envidia a un Ministro de la Corte Suprema, ni a un Senador del Congreso, ni a un agio- tista afortunado, ni a un candidate para la presidencia de la Repiiblica ; pero tened envidia, eso si, con todas las fuerzas de vuestra alma, al primer estudiante de diez y ocho anos que pase por la calle. ■ Que bella edad es esa de diez y ocho anos ! Entonces todavia no lo han enganado & uno las mujeres, ni lo han explo- tado los usureros, ni lo ha mi&tificado el destino ! A esa edad se tiene siempre una fada al dormirse que nos cierra los ojos con sus dedos de rosa, y otra igualmente bella que nos mira sonriendo al despertar. Decidle a esa alma sincera, afortunada y creyente que su querida es una coqueta, y os gritarusca,r en su corazon. Las 188 EMIEO KASTOS aguas de un arroyo, al salir de las grietas de una pefia, no son tan puras y limpidas como su alma. Yo soy su primer amor, me ha dicho anoche llorando de ternura. — Eso es bueno ! replied Pepe. Lo mismo me dijo ayer una mercachifia de cuarenta anos a quien estoy galanteando en la tercera calle real. Para las mujeres todo amor pasado es como si no hubiera existido ; y por medio de una atrevida metafora sostienen que el presente es el primero y el unico. Despues que una mujer pasa de los quince, hay dos cosas que no confiesa jamas : los anos que cuenta y los amores que ha tenido. — Si yo creyera verdaderas tus absurdas teorfas, me daria un tiro, respondio Emilio. Yo creo en la inocencia de An, gelica como creo en la luz, como creo en el cielo, como creo en Dios. ■ — Dentro de seis anos te reiras de toda esa jerigonza sen- timental. Y i puede saberse la edad que tiene tu bella \ ■ — Quince anos. — Otra tonteria, anadio Pepe. Tesis general : no se casen ustedes jamas con mujer de quince anos. A esta edad las mujeres no son mujeres : imposible adivinar si seran unas Lucrecias 6 unas Mesalinas. Busquen mujeres que tengan sus pasiones, sus gustos, sus vicios y sus caprichos ya forma- dos. A los quince anos no hay clave ninguna para leer en su corazon y descifrar el enigma de su caracter. Y en cuanto al placer que haya en tener relaciones con ellas, yo lo niego : las mujeres de quince anos me causan un fastidio soberano. — Sera todo lo que tu quieras ; pero yo me caso con una muchacha de quince anos. Buscaba el primer amor de una mujer, y ya puedo decir eureka, como Arquimedes. — No te casaras, replied Pepe con su dogmatismo habitual. — Eso es ya demasiado : soy solo en el mundo, y no tengo que dar cuenta de mis acciones sino & Dios. — Una apuesta, le dijo Pepe. No te comprometas con e, c a muchacha hasta de aqui a un mes. Para la noche antes, manda preparar donde Francois una cena magnifica : procura que no falte nada : un estudiante econdmico seria una cosa monstruosa. Si despues de la ultima copa de champaiia insistes en casarte, yo pago la cena : si, al contrario, renuncias d, este proyecto, la pagas tu. - — Convenido I respondio Emilio. AETICULOS ESCOGIDOS 189 En la noche fijada, d las diez eu punto, subimos al salon de la fonda de Francois, donde debiamos cenar d puerta ce- rrada. Viandas suculentas y vinos calorosos de Espana, que los ingleses, terciandoles con brandi antes de exportarlos, vuel- ven mas ardientes todavia, ocupaban la mesa. El champana estaba alii tambien esperando la hora de las paradojas y de la ruidosa conversacion. Cuando uno despues lleva en una aldea de provincia esa vida de templanza, que haria honor a un cenobita ; cuando tiene que contemporizar con los honrados vecinos de su pueblo, bebiendo como ellos siempre agua pura de las fuentes para no pasar por crapuloso 6 disipado, y acos- tarse a las nueve para no sentar plaza de licencioso, en- tonces suele recordar algunas veces con un placer indefi. nible esas cenas borrascosas en Bogotd. Tengo graves sos- pechas de que San Agustin, aburrido de mantenerse con pan y agua en el desierto, recordaba con delicia pecaminosa sus orgias de Roma. Nosotros devorabamos con el apetito que tiene un usurero el dia que come en casa de un amigo. Despues de satisfacer la primer hambre empezo d animarse la conversation, y Pepe pre- gunto d Emilio si insistia en su casamiento. — Siempre ! respondio. Pepe tomo entonces un vaso, lo Ueno de champana hasta el borde, y brindo por los quintos amores de Angelica. Emilio salto en su asiento como si lo hubiera picado un escorpion — ; Calumniador ! exclamo pdlido de colera, y le arrojd d la cara una botella que se rompio contra la pared. Pepe, como Temistocles, le respondio con una sangre fria desesperante : — Pega, pero escucha. Entonces se subio sobre un taburete, como quien va d arengar ; metio su ancha y musculosa mano en el bolsillo de su paleto, saco unos papeles que puso sobre la mesa, y exclamo : — Hasta aliora todos los que han publicado la verdad han sido crucificados ; pero ninguno ha quedado oontuso por lison jear las preocupaciones de un pueblo 6 los caprichos de un hombre. Yo he querido salvarte, y para esto me he tornado la pena de galantear durante un mes d Laura, la hermana mayor de tu querida. Ella, por complacerme, 190 EMIKO KASTOS me ha entregado, para devolverselas manana, estas prendag que pertenecen a Angelica, tu virgen de los primeros amores. Para un futuro son documentos historicos de im valor inesti- mable. Mira : esta es una carta ternisima que le dirigio un orejon, dandole gracias por una trenza de pelo que ella le habia niandado, Este otro papel contiene unos versos macarronicos que le dirigio un teologo, en que habla con la uncion de un futuro predicador, de un beso enteramente ortodoxo que obtuvo en cierta cita. Este anillo tiene la cifra de un capitan ; y si es de lanceros, como sospecho, las cosas se ponen de malisima data. Este otro es un billete exotico que hace tres anos le mando un cachifo. — Oh ! que horror ! exclamd Emilio casi desniayado, pero enteramente convencido. — Valor ! mi querido, le dijo Pepe. Llena tu copa de vino, consuelo supremo de los hombres gastados y de las almas desenganadas. El champana vale mas que un amigo, vale mas que una querida : no engafia nunca y alegra siempre. El champana es mejor remedio para los dolores morales que los consuelos de un religioso y que las monotonas maximas de un filosofo estoico. La fisonomia naturalmente palida de Pepe se puso livida. Parecia que todas las tristezas, las amarguras, los desenganos de su vida pasada se le habian venido, como un tropel de fantasmas, a la memoria, pronunciando esas horribles pala- bras. La cena, que duro mucho, le costo un caudal a Emilio ; al otro dia amanecio doblemente pobre, sin ilusiones y sin plata. Hace cuatro anos me escribio de su hacienda del Cauca, entre otras cosas, lo siguiente : "Al fin, querido Emiro, voy d, casarme. Despues de aquella terrible cena que tuvimos con Pepe he profesado ene- mistad a las mujeres, pero & estas amables y peligrosas cria- turas no se les puede jurar, como Anibal & los romanos, odio eterno. En estos pueblos de provincia es preciso casarse para introducir alguna novedad en la vida, para aburrirse en com- pania de alguien. Pero he abandonado esa tonteria de buscar ARTicULOS ESCOG1DOS 191 el primer amor de una mujer. La mujer es una criatura esen- cialmente afectuosa, y la que ha tenido mas amores no prueba sino que es mas tierua que las otras. Eucontrar una mujer que no haya amado a nadie es tan dificil como descubrir la cuadratura del circulo, 6 el movimiento perpetuo. Me caso con una muchacha clasica, positiva, nada vaporosa y que igno- ra absolutamente donde tiene los nervios. Preguntandole cuantos amores habia tenido, iucurriu en la estupenda fran- queza de decirme que dos 6 tres pequeilas pasiones, pero que la que sentia por mi era la mas fuerte, y que sobre todo seria la ultima. \ Dios la sostenga en esta heroica resolution ! Den- trode quince dias estare casado." Hasta mas ver, querido lector. (De El Tiempo, numero 66, de 1.° de Abril de 1856.) CARTAS AL SENOR DOCTOR CAMILO A. ECHEVERRI CARTA PRIMERA Senor Doctor CilULO A. EcilEVEUKr. San Juan, ^raj'0 8 de 1856. Mi querido amigo : yo comenco mi carrera periodistica por cartas, y nuiero hoy darle otra vez esta forma ;i mi pensa- miento. Este genero deja libertad pava variar de tono y de lenguaje constantemente, y se pueden revolver en el papel los asuntos mas variados, como en una olla podrida las legumbres mas exoticas. Puedese hablar en una carta de cosas serial v incontinenti de cosas ridiculas, de la cuestion de Orieute de por alld y del tercer partido de por acd ; proceder a semejanza de 192 EM1E0 KASTOS las mujeres en sus visitas de pesame, que comienzan llori- queando con los dolientes, y despues se refugian en un corredor a reirse del tocado de las unas 6 de los arnores de las otras. Pero yo no quiero seguir ahora precisamente ese siste- ma de comenzar llorando y acabar riendome : para llorar, para hacer penitencia, para casarse, para arrepentirse uno de sus culpas y para otras cosas igualmente escabrosas siempre sobra tiempo, y lo mas atinado es dejarlas para maiiana. i Conque ha resuelto U. resucitar a "El Pueblo," 6 por mejor decir, hacerlo despertar de su sueno de tres meses \ \ No sabe U. que crear y sostener un periodico en Antioquia es un trabajo de Hercules, una tarea de titanes, una empresa casi f abulosa ? Vamos a discurrir un poco sobre lo que es un periodista en Nueva Granada, y despues entraremos a averiguar lo que es un periodista en Antioquia, pues tengo mis sospechas de que Antioquia y la Nueva Granada son dos cosas distintas. Supongamos que a un europeo, que tuviera un adarme de sentido comiin, se le dijera que por aca en estos paises Mrbaros de America, en una Repiiblica mentada Nueva Granada, hay hombres que gastan su plata, su tiempo y su paciencia emba- durnando papel ; que pasan las noches de claro en claro y los dias de turbio en turbio enderezando tuertos, desfaciendo agra- vios, defendiendo a los debiles, atacando preocupaciones, rom- piendo lanzas con los poderosos, conquistando antipatias, buscando palizas ; y que en recompensa en vez de ganar plata en el oficio la pierden, y en lugar de obtener siquiera de sus conciudadanos gratitud, consideraciones y respetos solo recogen antipatias, odios y ultrajes [no es cierto, mi amigo, que & ese europeo habrian de parecerle semejantes hombres animales rarisimos, dignos de figurar en las galerias paleontologicas de Cuvier, 6 por lo menos mentecatos que debian estar encerrados en una casa de locos ? En Europa el periodismo es una carrera, una especula- cion, un poder : todo el mundo paga porque se le divierta 6 se le instruya. Nadie hace nada por nada, y el pensa- miento es un valor que se estima a la par de cualquier otro. El mismo Proudhon, al escribir que la propiedad es un robo, ARTfCULOS ESCOGIDOS 193 veudia muchisimos ejemplares del libro en que estampaba esa blasfemia. Y no yendonos tan lejos, en varios puntos de America, en el Peru, por ejemplo, cuya civilizacion miramos nosotros con desden, hay diarios que tienen miles de suscritores y que dejan inmenso beneflcio. Entre nosotros un diario no duraria una semana; no habri'a ni redactores, ni suscritores, ni lectores que lo pudieran sostener. Parece que nuestra civilizacion solo esta en la superficie : tenemos es verdad una juventud muy adelantada, algunos hombres notabilisimos por su doctrina y por su ciencia, pero, fuera de estas individualidades brillantes, el pueblo lleva una vida vegetal, carece de todo gusto por la lectura y mira con el mils solemne desden las producciones de la inteligencia. En Nueva Granada el zapatero, el albanil, el confitero, el saltimbanco, el covacbuelista, todo el que trabaja, enreda 6 embrolla recibe alguna remuneration ; pero el poeta, el pu- blicista, el hombre cientifico, todos los que gastan su paciencia, su tiempo, su juventud, su alma, su corazon y su vida traba- jando por la prensa en obsequio de la riqueza pilblica, de la felicidad de sus conciudadanos, por el planteamiento de insti- tucioues libres, por el desarrollo de principios generosos, por los intereses mas elevados del pais, esos no tienen derecho de ganar un obolo. [No es esta una desigualdad chocante, incomprensible, monstruosa ? Los period istas en Nueva Granada son una especie de parias que viven porque Dios es omnipotente, pues logran mantenerse con una cosa tan poco nutritiva como es la gloria. El periodismo es, pues, entre nosotros un verdadero marti- rologio : honor a los martires ! Bspfritu fatalista y sombrio I dir&n de mi los jefes de cierta escuela optimista que hay en Bogota. Para estos ca- balleros, Nueva Granada esta llegando a la edad de oro. Ven algtin movimiento en la calle real, encuentran elegancia y modales corteses en una soiree, escuchan los discursos y leen los escritos de algunos jovenes talentosos ; van de vez en cuando a Mariquita y ven bajar por el Magdalena algunos zurrones de quina y de tabaco, y, resolviendo que el pais marcha hacia adelante al paso que caminaban los dioses de Homero, entonan 194 EMIEO KASTOS un himno al progreso. Viven en una atniosfera encantada; no ven por todas partes sino cielos azules y horizontes color de rosa. Yo quisiera que esos senores, dejando por algunos dias la vida confortable y los saraos elegantes de la capital, montaran en una mula de alquiler c hicieran una peregrinacion por las provincias. En la primer Jornada, lo yermo de la generalidad de nuestros campos, lo malo e insoportable de los caminos les ruarcbitarian algunas ilusiones. Las pocas quelesquedaranmori- rian en el primer distrito a que llegaran, encontrando la escuela solitaria, un desgreno lamentable en las cosas piiblicas, y en los vecinos la indiferencia completa con que miran las institu- ciones, el desconocimiento absoluto de sus deberes de cindada- nos. Y luego si los vuelcos y tumbos, y las caidas y los percances de la Jornada les quitan el sueno y quieren pensar un poco en la corruption incurable que bay en nuestros parti- dos politicos, en el pillaje organizado de la renta de aduanas, en los contratos de tierras baldias, en nuestro credito publico, que tiene mas de publico que de credito, en el servilismo y proletarismo de las multitudes que bacen nugatoria la soberania popular, y en su crasa ignorancia que les impide amar y com- prender la Repiiblica ; si piensan un poco en estas cosas, y en otras que no les alumbro ahora por no alargarme demasiado, de seguro que estos discipulos del doctor Panglos tomaran otra vez la derrota de Bogota^ un tanto cuanto mobinos y desencantados. No desconozco que algo adelantamos ; pero, teniendo en cuenta la ventajosa situation geografica del pais y las copiosas riquezas de su territorio, estos adelantos son casi insignificantes y no debemos en manera alguna ponernos orgullosos por ellos. Por mi parte creo muy perjudicial adular a los pueblos : a la sociedad, como al individuo, lo que le conviene es bacerse cargo de su situacion, conocer sus dolencias y sus llagas para aplicarles remedios. Mostrando donde estd el mal se trabaja por el bien. Y volviendo al periodismo, si en Nueva Granada la tarea de escribir es ingrata y mal remunerada, en Antioquia es una cosa incalificable. U. me permitird continuar ha- blando de Antioquia como de una pais distinto y separado de Nueva Granada. Esta es una Repiiblica tal cual, y aquella un pequeiio Paraguay, con su pequeno doctor Francia AETiCULOS ESCOGIDOS 195 vitalicio, que cuando esta ausente lo gobierna por medio de sus pequenos proconsules. El escritor en Bogota puede al menos dar algiin interes y novedad a sus escritos, porque alii es el centro de la vida politica del pais ; y una sociedad mas animada, rnas culta, suministra al periodista mas cuestiones que discutir, mas aeon- tecimientos que narrar. Pero aqui no hay absolutamente vida piiblica ni pasiones politicas : las costumbres, los intereses, los negocios, todo marcha tan acompasado, tan igual, tan silencioso, tan rutinero, que el cronista, el politico y el poeta no encuentran nada con que impresionar su imaginacion ni en que ejercitar la pluma. Las noticias extranjeras, cuya seccion llena en otras partes la mitad de los periodicos, es imposible publicarlas aqui, pues llegan tan tarde, que a veces hasta las de Bogota no se saben sino por la via de la Habana 6 por el Correo de Ultramar. Una poblacion de 300,000 habitantes, la mas rica de Nueva Granada, donde un periodico, sea del partido que fuere, jamas cuenta arriba de 290 suscritores, ya estd juzgada. Semejante hecho prueba indiferencia por los intereses generales 6 un idiotismo lamentables. Es que aqui los intereses comunes, la suerte de las masas, las cuestiones de sociedad y de patria no tienen sacerdotes : nadie gasta un real de lo que posee, ni la mas infima porcion de su tiempo, ni se molesta ni se afana sino en beueficio propio. Sobre todas las pasiones des- cuella el egoismo, y el verdadero Dios para los antioquenos es el yo. Escribir en semejante sociedad es convertirse en Rdbinson ( ! usoe gritando en el desierto, sin nadie que escuche sus pala- bras, sin un eco que responda 6, su voz, sin un amigo que le apriete la mauo y le diga / valor ! Y, al verse solo, aislado, sin nadie que lo sostenga y lo aliente, no hay patriotismo que no se apague. El escritor bota su pluma, el hombre estudioso quema sus libros y el poeta cuelga su lira 6 la rompe. Ademas, como la sociedad, los objetos y los aconteci- mientos en medio de los cuales vive el escritor influyen po- derosamente sobre su genio, al cabo de algiin tiempo de vi\ ir aqui roztindose con mezquinos intereses y con rolgaares j>asiones, la inteligencia mas liiminosa se oscurece y el dnimomas levan- talo se amilana y se apoca. En Antioquia es limy dificii O 2 196 EMIRO KASTOS couservar imaginacion y entusiasmo, casi imposible tener talento. Y no escribo esta disertacion para desalentarlo d U. ni d otros jovenes bastaute abnegados y valerosos, que levantan su voz en favor de los intereses generales sobre el destemplado clamoreo de las pasiones egoistas, y que se ocupan en cues- tiones de pensamiento en un pais en que solo se rinde culto a la materia. Escribo porque hay ciertas verdades que deben decirse, por amargas que sean, y tambien para que en Bogotd y en otras partes, conociendo las circunstancias y las influen- cias adversas que pesan en esta provincia sobre el periodismo, no exijan que las publicaciones de por aca tengan el interes, la novedad y la duracion de los periodicos de la capital. Por lo que a mi hace, en estos ultimos tiempos he recibido de mis aimgos de Bogota y de otras partes de la Repiiblica manifestaciones las mas lisonjeras de aprecio y simpatia, por la pequena cooperacion que he prestado a U. en la redaccion de " El Pueblo." Yo bien se que mis fuerzas no estan a la alt ura de tan inmerecidas manifestaciones, mas sin embargo las aprecio como es debido y quisiera corresponder dedicdndome de una man era asidua y constante al servicio de la prensa. Pero esto me es imposible. U. sabe que yo pertenezco cuerpo y alma a negocios de agricultura y de minas, que tengo graves compromisos a que atender, y que solo haciendo un grande esfuerzo de abstraccion puedo separar mi animo de preocupaciones personales para tratar de intereses piiblicos. Ademas, hace cuatro anos que no estudio nada, ni leo un libro serio, sino una que otra cosa frivola por divertirme : en estos desiertos no suceden acontecimientos de ninguna clase ; solo de tarde en tarde llegan algunos rumores del mundo en periodicos con un mes de atraso : asi pues, la tarea de escribir, estando tan desorientado de las cosas del pais y con la vida tan iliterata que llevo, es recia por demds. Por manera que, a pesar de la buena voluntad que me anima, los materiales con que habre de contribuir para " El Pueblo," en su nueva aparicion, serdn raros y de poca im- j^ortancia. Si U. quiere dar d esta carta los honores de la publi- cidad procure que los cajistas jueguen limpio, no me su- ceda como con un malhadado folletin que mande d Bogota ARTfCULOS ESCOG1DOS 197 en el cual me pusieron Endecha por Eureka, horma por formas, exotico por erotioo y otras pequenas herejias. En el primer vagar que tenga mandare d su periodico alguna cosa sobre los emigrados norte-americanos establecidos por aqui, (De El Pueblo, uiijnero 41, de 29 de Mayo de 1856.) CARTA SEGUNDA UN PASEO POR LAS MONTAXAS Sefior Doctor Camii.o A. Echenerri. San Juan, Mayo 14 de 1856. Mi querido amigo : seguire con el sistema de cartas, en las cuales cuadran mejor que en articulos impresiones personales y futilezas de poca sustancia. En mi ultima ofreci a U. decide algo sobre los emigrados norte-americanos establecidos en este no. A estos seiiores los conoci de vi^ta en Medellin, me inspiraron la mayor simpatia y recomende d mi familia con afincamiento les proporcionara aqui toda clase de servicios y los auxiliara con los informes y conocimientos prdcticos indispensables para establecerse con ventajas. El doctor Jose Vicente Uribe y mi hermano los llevaron d unas playas del San Juan, donde los mazamorreros del pais con trabajos dcbiles e informes estaban sacando bastante oro : hicieron cateos que los halagaron mucliisimo yestablecie- ron alii sus reales. Llamase aquel punto Rioclaro, y es el mismo San Juan en la parte alta, donde las turbias aguas de la quebrada Santa Rita no empanan su cristalina corriente. Hacia dias que me instabao porque fuera d hacerles una ^isita , pero mis ocupaciones por una parte, y el apurado 198 EMIRO KASTOS invierno por otra, me lo habian impedido. Ma*s el lunes doce del corriente, dia de Santa Domitila virgen y del patron Santo Domingo de la Calzada, bajo cuyos anspicios puse mi humani- dad doliente, llene mi carriel de cigarros, calce fuertes alpar- gatas, empune mi baston de peregrino, y, en compania de un amigo y de mis perros, amigos tambien y de los mas leales, tome el camino de la montana. La noche antes habia llovido a cantaros y el camino estaba resbaladizo y escabroso, como dicen que es el camino de la virtud, tan poco frecuentado seguramente por la mala reputa- cion que tiene. Por un capricho peculiar a nuestros climas, despues de una noche de borrasca la manana se mostraba esplen- dida. Los campos que atravesabamos, llenos de arroyos, de quebradas, de laderas y de colinas, forman lo que los franceses llaman un pais muy accidentado. Hacia el Occidente se divisaban los picachos de los Farallones, inmoviles, majestuosos y solemnes como gigantes de piedra ; y & lo lejos apareciau, turbando el verde uniforme de las montanas, blancas cascadas y precipitados arroyos, que a los rayos del sol matutinal brillaban como franjas de plata. Estando uno habituado a caminar y no sintiendo fatiga, la hora de la manana tiene en medio de los bosques muchisimo atractivo : para todos los seres que habitan las selvas es una hora de regocijo y de fiesta : las aves entonan sus mas alegres y armoniosas canciones, y hasta la tortola, cuyo arrullo melancolico parece ser la eterna lamentacion de un amor per. dido, se calla por la manana, para no turbar con sus ayes la alegria universal. Por todas partes se oyen ruidos, cantos y murmullos : los micos y los monos, hartandose de frutas sobre las ramas de los arboles, divierten con sus visajes y ptisturas comicas, asi como los monos de las ciudades fastidian a toda hora con su petulancia y sus sandeces. El ejercicio vivificante y el aire cargado de aromas y de oxigeno, le hacen d uno sentir la vida y le causan un bienestar inexplicable. Ademas de los monos, que son tal vez indios degenera- dos, encontre una partida de indios verdaderos en el corre- dor de un tambo, bailando danzas grotescas. Estas habita- ciones se componen de un gran salon cuyo piso, elevado tres 6 cuatro varas sobre la tierra, es de macanas alisadas 6 de giiadua rajada, descansando sobre postes de madera inco- rruptible. El interior del tambo presentaba el espectaculo mas variado y caprichoso, Los hijos de las selvas se habian ARTICULOS ESCOGIDOS ] «J9 entregado la noche antes & una bebezun de chicha, y tenian todavia los cascos alegres. En uno de los rincones est aba uii grupo saltando como diablos, al son de una vihuela rasgada por un indio machucho. En la mitad cuatro indios estaban descuartizando un mono cogido aquella manana, y en un gran fogon, una partida de indiecitos asaban las ma- nos y las patas de la escualida bestia, y se iban comiendo con soberbio apetito las partes que doraba el fuego : en otro an- gulo dos indias viejas (chiontras en su dialecto) molian malz hincadas sobre las tablas, y atizaban de vez en cuando grandes ollas donde hervian mezclados con pl&tano los miembros exi- gttos y todavia palpitantes de un mico infeliz. Por el suelo se veian revueltas y desparramadas mantas, vasijas, provisiones, bodoqueras, pieles de animales montaraces ; y no pocos indios borrachos estaban tendidos como masas inertes, sobre los cuales saltaban sin ceremonia una multitud de gatitos juguetones y de perros inciviles. Los indios son naturalmente graves y taci- turnos ; pero estimulados por la chicha y algunas botellas de aguardiente por anadidura, tanto los que pelaban la bestia como el grupo de bailadores, los chicos que estaban en el fogon y las chiontras que molian maiz, todos hablaban, cantaban y griraban formando una algazara infernal. Yo me acerque a un indio muy gordo con la cabeza ador- nada con plumas de tulcdn, con chaguala en las narices, hgu- rillas de plata ensartadas como gargantilla en el pescuezo, abundantes cordones de chaquiras en la cintura y todo el pin. tarrajado de rayas rojas y azules, grotesco como idolo de pago- da ; y, haciendole una cruz con el dedo sobre la enorme panza, le dije : £ — Compadre ; que barrigon ! — Ese es mal hablar, compadre ! me respondio indignado, y por poco tengo que entrar con el en desigual batalla, d pesar de que ellos me conaideran y respetan algilu tanto por el gran carino que le tienen d mi hermano, que siempre ha sido su amigo y protector. A los indios decides gordoa equivale L llamarlos pere- 10808, adjetivo que les disgusta sobremanera. En esto ditieren esencialmente de los chinos, para los cuales la obesidad es una perfeccion suprema. Y como en el Celeste imperio no se puede ser elegante sin pesar siquiera dos quintales, de seguro que su humilde servidor, con sus for- 200 EMIKO KASTOS mas esdriijulas, haria un tristisimo papel entre las danias de Pekin. La situation a que actualmente estan reducidos los anti- guos dueiios de la America da compasion : el contacto con la civilization europea y con los vicios africanos los ha embrute- cido y degradado completamente. La altivez, el caracter guerrero y hasta su antiguo lenguaje lleno de pompa y de imagenes, ban desaparecido. Entre los indios que yo conozco y las tribus pintadas por Chateaubriand y Cooper hay un abismo. Estos pobres diablos no tienen ya ninguna idea de patria, ni orgullo de raza, ni religion propia, ni siquiera recuerdos de su pasada grandeza. El haeha de nuestros avidos propietarios los desaloja constantemente de sus hogares y los va arrinconando como bestias salvajes al interior de las inontanas, a donde no llevan siquiera, como los indios pintados por los poetas, los huesos de sus padres. El aguardiente es la maldicion de los indfgenas : el oro que sacan en los rios y el producto de su escasa agricultura lo consumen todo comprando ese brebaje homicida. Con solo probar aguardiente pierden la cabeza : cuando se apodera de ellos el demonio de la embriaguez, por continuar bebiendo venderia un esposo a su mujer y una madre a su hijo. Beben hasta que se les acaba todo lo que tienen, 6 que el aguardiente los postra como masas inertes : es imposible, sino viendolas, comprender esas espantosas orgias. En los tambos de Caramanta mantiene el padre Joaquin Naranjo & su costa un individuo para que ensene a los indios un poco de moral y algunas nociones del cristianismo. Apro- vecho esta ocasion para hacer a U. una mention honrosa de este digno sacerdote. La sed de riquezas, el espiritu de intriga, la intolerancia y el orgullo no encuentran cabida en su manso, limpio y puro corazon. Vive reducido a un escaso alimento por repartir lo poco que adquiere entre los pobres. Imposible fuera encontrar un hombre mas desinteresado, mas caritativo, de caracter m&s humilde ni de vida mas pura. Dejando a los indios seguimos la huella por una ladera in- clinada hasta un picacho elevado de tierra fria, no lo bastante para producir el frailejon como en las cilspides andinas, pero si ya con una vegetation endeble y cuajado el suelo de capote. El aire puro y estimulante de las montanas, un ejercicio de AETfcULOS ESCOGIDOS 201 dos leguas por serranias y la hora un poco avanzada, pues ya eran las once del dia, despertarou en micompaiiero yen mi 1111 famoso apetito ; uno de esos apetitos que los habitantes de las ciudades, consolidados en una oticina 6 almacen, no conocen jamas. Nosotros nos entregamos como los convalecientes & fantasias y £ recuerdos gastronomicos. Ya se nos venian a la memoria un pedazo de jamon con una mediana tortilla, y de adehala una botella de vino de Burdeos, ya un almuerzo mds humilde compuesto de huevos, carne fria y chocolate, y ya hasta & los envueltos y al ajiaco los record&bamos con ternura. — Vamos £ ver dije & mi companero j que preferiria U., que se le presentara aliora risuena, carinosa y humanitaria cierta ciudadana 6 un buen almuerzo ? — El almuerzo ! respondio sin vacilar. Esta respuesta, aunque poco galante, estd muy de acuerdo con las prosaicas exigencias de nuestra miserable naturaleza. No se yo que hubiera respondido a - tan embrollada cuestion, pero estimulado por una hambre devoradora todas mis ideas eran antip&ticas, revolucionarias y asesinas. Con perdon de los poetas etereos y de los epamorados platonicos y ojerosos, me atrevo & confesar que con hambre no se puede pensar sino en comida. Cuando el cuerpo habla, el alma se abate y se anonada como una esclava delante de su seiior. El que dijo que hasta para quererse bien se necesitaba haber comido algo hablo como un libro. Unas veces caminando y otras rodando, pues asi es de despenada la falda, llegamos por ultimo & Rioclaro, donde tienen su mansion los ciudadanos de la gran Repiiblica. Apenas llegue les pedi un poco de licor cualquiera : a" falta de otro mejor me tome con muchisimo gusto una copa de anis y, mientras llegaba el deseado almuerzo, me acoste £ furnar. Entre el tabaco, el cansancio, el hambre y el licor me puse medio achispado y empece & ver pasar cerca de mi objetos fantdsticos. Cernianse en el aire bandejas con empanadas grandescomo calderos, polios asados del tamano de avestnuvs, huevos como globos aerostdticos y jamones del grandor de peque- nas colinas. Por fin se presento ese almuerzo tan f uriosamente deseado. Eran ya las doce : jamds patricio romano en cuya mesa se Servian frutas de todas las zonas, peces de todos los mares y vinos de todas las comarcas, se sento & su opiparo banquete con mas placer que nosotros & nuestro almuerzo republicano. Huevos 202 EMIRO KASTOS y came frita, airoz y chocolate, almuerzo obligado en todos los angulos del territorio antioqueno, fue el que nos sirvieron. Reinaba eso si la abundancia : el chocolate en lugar de servirlo en los posillos menguados, microscopicos y homeopaticos que se estila generalmente, nos lo presentaron en grandes jarros. Por poco le salto al pescuezo y le doy un abrazo & un yankee viejo, que me parecio ser el sabio que habia hecho esa brava innovacion. Recomiendo k U. este guapo descubrimiento. Los hombres enervados, perezosos y que llevan vida se- dentaria, no pueden ni siquiera sospechar el placer de comer, descansar y dormir despues de un trabajo prolongado 6 de un ejercicio fuerte. Los pobres sienten estas fruiciones en toda su plenitud, negadas a" los privilegiados de la tierra. Razon tenia aquel cocinero lacedemonio, que respondia a los satrapas persas que se burlaban de la salsa negra de su pais, que para encontrarla buena se necesitaba antes haber caminado dos leguas y banadose en el Eurotas. Un pobre diablo de lord ingles millonario, picado de esplin, aburrido y desganado, daria con muchisimo gusto mil libras por semejante almuerzo cou semejante apetito. La playa en que trabajan los americanos est& dividida en dos partes por el rio : en el un lado tienen los trabajos y en el otro las habitaciones. Explotan una mina de saca sirviendome del tecnicismo de los mineros del pais. TJ. sabe que se llaman asi las minas de labor en que la cinta queda abajo del nivel de las aguas ; en las cuales, para mantenerlas secas se necesitan bombas, bien sean grandes movidas por agua, 6 pequeiias, llamadas de mano. La mina de los americanos, resguardada de las avenidas del rio por un fuerte trincho, con una 6 dos pequenas bombas puede mantenerse seca. Tiene poca piedra grande, es de una explotacion muy facil. Una vez que barran por pena la parte que tienen encerrada con el trincho, pueden echar por alii el rio con la mayor facilidad y les queda seco el lecho primitivo y la playa donde tienen los ranchos, formando una gran mina, mas importante que la que trabajan actual- mente. En esta mina, como dije a U. al principio, trabajaban algunos mazamorreros del pais, que en el verano pasado, en pequenos hoyos, sacaron mucho oro ; lo que fue presenciado por los mismos americanos. Sinembargo, aunque yo soy muy aficionado a" minas, confieso que en estas empresas, de suyo AETiCULOS ESCOGIDOS 203 aleatorias y caprichosas, dos y dos no son cuatro y no se pueden establecer premisas ni reglas proporcionales. Si en esta mina sacan beneficio como se cree generalmente, haran venir, Begun me han dicho, mucba gente de los Estados Unidos para establecerla en otras playas que bay rio arriba, tambien muy bermosas y faeiles para trabajar. Conviene mucbo & los intereses mineros de Antioquia que nos venga una fuerte inmigracion de bombres como estos, que no llegan al pais en calidad de emigrados proletarios, sino como especuladores que traen un capital y una industria. Adem&s, interesa mucho al pais en general mezclar nuestra poblacion nerviosa, prieta, descolorida y linfatica con esa otra fuerte, rubia, blanca, colorada y sanguinea. Los emigrados establecidos en Rioclaro, con excepcion de uno, son jovenes, casi todos buenos mozos, y se conoce por sus modales y su trato que pertenecen en los Estados Unidos a lo que en Francia se llama bourgeoisie. Mucho se diferencian de esas bandadas de yankees que vi en Panama-, que me parecieron estupendos patanes con facha y pergenio de bandi- dos. El jefe y director Mr. Turner es uno de los hombres mas vivos y despabilados que conozco. Su cuerpo es Wdo miisculos y nervios, su corazon energia y su cabeza ambicion. Su ancha frente y sus cavilaciones constantes revelan un hombre inteligente : su organizacion fisica es de acero. Ha trabajado mucho tiempo en California, y creo que su vida ha sido una lucha perpetua. Muchos han de ser los obstaculos que encuentre por delante para que no vaya muy lejos en el camino de la fortuna. Por la noche leen d, Shakespeare. Se embelesan con la bella poesia del inmortal autor de Julieta y Romeo, de Hamlet y de Otelo. Despues de los rudos trabajos del dia, parece que -can el corazon lastimado con la ausencia de la familia, de los afectos, del hogar y de la patria, evocando, como ataigas que son de toda imaginacion inglesa, las dulces y poeticas figuras de Ofelia, Desdemona y Julieta. La noche que yo pasc alii fue luminosa y brillante como la mafiana. La playa en que ellos trabajan es un cuadrila- tero irregular : la Cordillera por todos lados se levauta per. pendicular y, como estd otHnpletamenie arboladai, forma parc- dones de verdura. El rio pasa apretado ent-re las rocas, es> condido por la arboleda ; asi es que el horizonte md-s lejano no 204 . EMIRO KASTOS pasa de dos cuadras. Por la noche, k la luz de la luna no se veia, mirando rectamente para arriba, sino uu pedazo de cielo estrellado descansando sobre los arboles de las Cordilleras. La playa, las faldas perpendiculares, el rio abrillantado por la luna y el cielo formaban una especie de habitation fan- tastica; uno de esos palacios que se encuentran en los cuentos drabes con un raudal de plata por pavimento, pare- dones de esmeralda, y una techumbre azul esmaltada de diamantes. Me tiene fatigado esta larga carta. Hasta mas ver, mi querido amigo. ( De El Pueblo, niimero 42, de 5 de Junio de 1856.) CARTA TERCERA Seiior Doctor Camilo A. Echeverei. San Juan, Junio 26 de 1856. Mi querido amigo : me tiene U. con la pluma en la niano, papel y tintero por delante y en ademan meditabundo, regis- trando todos los pliegues de mi cerebro en busca de ideas y argumentos que sirvan para tejerle una carta que llene dos columnas de "El Pueblo." Pero hoy tengo la imagination seca como alma de financista, y me siento mas prosaico que un maestro de escuela. Siempre habia pensado que para escribir y para valer algo en el mundo se necesitaban ideas ; pero ya voy conociendo que este es un error, pues todos los dias re- gistro en los periodicos enormes articulos, editoriales treme- bundos, en los cuales maldito el diablo las ideas que se encuentran. Y no solo conozco periodistas sino congresales, y notabilidades, y candidatos para la presidencia de la Repiiblica, que andan por esos mundos acatados, admira- dos, reverenciados y proclamados, sin que jamas hayan ARTfCULOS ESCOGIDOS 205 tenido un pensamiento propio ni una idea que les per- tenezca. Hay sociedades de tal manera organizadas, que la impor- tancia de un hombre y su position estan en razon inversa de- las ideas que posee. Si el espiritu solo dominara, como dicen algunos con sobrada ligereza, no veriamos divisados de senores & tantos que han nacido para llevar librea de lacayos. Por lo general en este pais un hombre con media docena de ideas, claras, positivas, metalicas, un poco de egoismo en el corazon, voluntad energica y constancia para seguir sin desviarse el camino trillado de la rutina, va mds lejos que un hombre de genio que tiene las ideas pormiriadas. Esos cuya vida esta toda en el cerebro, que ricos de pensa- miento y de fantasia, & fuerza de elevarse al cielo olvidan que caminan por la tierra, los vera siempre U. tropezandose con los obst&culos del mundo, araiiandose en las malezas sociales y corriendo en distintas direcciones sin llegar jamas a la meta. A fuerza de desear mucho, jamas consiguen nada : sus aspira- ciones inmensas se estrellan contra la miserable realidad de las cosas : buscando en el mundo dichas y magnificencias que no existen, caen en ese desaliento precoz a que conducen los des- enganos y la impotencia para obtener cosas imposibles. Se en- vejecen antes de tiempo, los persiguen los acreedores, los enga- iian las mujeres ; y la sociedad que no admira sino el buen exito, vit'ndolos pobres y haraposos, les silva como & comicos menguados. Los hombres de cerebro vacio casi siempre son dichosos. Para ser buen padre de familia, ciudadano irreprensible y es- poso excelente, bastan poquisimas ideas. El hijo de un ricacho, aunque tenga, como suele suceder, mas levitas que idecos, puede marchar sin tropiezos en el mun- do ; al paso que el hijo de un empleado cesante, de un tendero con deficit, de un abogado sin pleitos 6 de un medico sin en- fermos, necesita muy buen lastre en el cerebro para no estre- llarse contra los arrecifes sociales. La mayor parte de las gentes no compran una lamina por el mt'rito de la pintura, sino por lo relumbroso del marco. Meta U. en un marco de oro un mamarracho, y el mamarracho sera admirado. La plata es el marco de ciertas gentes : pon- gale uno de oro d un necio ; el cuadro serd muy apetecido y el publico gritara : magnitico ! 206 EMIEO KASTOS Una mujer rica y hermosa no necesita ideas de ninguna clase para conquistar amantes, marido y posicion : una fea y sin dote (j cuerpo de Cristo ! mas le valiera no haber nacido) necesita una imagination niuy traviesa y revolucionaria para dominar la situation. Seria curiosisimo, ademas de la estadistica de los valo- res, hacer tambien la estadistica del pensamiento y de las ideas que tienen para su gasto los ciudadanos de Nueva Gra. nada. Siguiendo el sistema del juramento para saber las que posee cada uno, conozco hombres de cierta importancia que, si juran que tienen dos, habra que seguirles causa por per- juros. -Pero al fin y al fallo [ sobre que asunto hago rodar esta carta ? Le escribire contra alguien ? Pero la maledicencia es un pecado mortal, y yo le tengo al infierno todo el miedo que me da la gana. I Le dire algo sobre costumbres ? Pero este oficio, en una sociedad pequeiia, cavilosa y atrabiliaria como la nuestra, no ofrece ningunas conveniencias. Por mas que uno procure ge- neralizar sus cuadros, no hacer retratos, ni alusiones personales, ni ofender & nadie, no faltan almas de cantaro que toman para si lo que se dice para todos y que incurren en la tonteria de volverse partes en el proceso que le sigue uno a la sociedad en general. Pinte U. a un usurero empedernido, de esos que no le sirven ni a su mujer, ni a" sus hijos, ni a su patria, ni a Dios, ni al diablo, y no dejara de salir un don Frutos a la parada di- ciendo, que el es muy generoso y muy buen cristiano, pero que sinembargo como lo han pintado con sus pelos y senales nece- sita vindicarse ; y el dia que U. tenga una cuestion judicial echa en la balanza de Astrea su influencia monetaria, como Breno su espada ; si tiene negocios lo hostiliza con su compe- tencia, y si hay obligaciones suyas en el mercado las compra para ver si el dia que se cumple el plazo puede llevarlo a la carcel. Escribe uno alguna cosilla sobre las mujeres : les dice que la amabilidad y las sonrisas les dan mas atractivo que las perlas y los diamantes : les anuncia que el no responder a" una salutation hecha por los hombres y el clavar la cara contra las paredes cuando se encuentran con ellos, como hacen muchas, en vez de significar recogimiento y pudor lo que manifiesta es falta absoluta de education y de usos sociales : les manifiesta k las que usan blanquete y papelillo que esto no es aceptable ABTICULOS ESCOG1DOS 207 porque {< solo es bello lo que es verdadero," y por setenta mil razones mds ; y tiene U. que todos esos grupos de pecadores a quienes uno aconseja corao amigo forman camarilla, se conju- ran contra el malhadado escritor, aconsejan d los demds que le tengan miedo por hablador, y le sacan el cuerpo, y lo desairan, y le hacen toreidos, y le echan nones. Mas de cuatro gamonales me han dicho en las parro- quias: " Si, bien te conozco : tu compadre Facundo soy yo : ya me la pagaras." Mejor sera que cada uno haga lo que quiera y viva como Dios le ayude. Todo redentor muere crucificado. No le dire nada sobre costumbres, y no volvere d escribir sobre este asunto .... hasta que no meaguije alguna tentacion, pues yo creo que si las tentaciones son malas, peor es resistir d ellas. l Le escribire sobre amoves ? Para esto hay la pequena difi- cultad de que yo no puedo enamorarme ni aun de mi mismo, que es lo linico que amau la mayor parte de las gentes que conozco. Tentacioues me dan de hacerlo para atormentar a" los lectores de ; ' El Pueblo" con flores marchitas, paseos senti- mentales d los rayos de la luua, sonetos soporiferos y demas poesias amatorias. Uu periodista enamorado, amigo de llenar columnas con sus amores, y mal poeta, como son casi todos los enamorados y casi todos los period ist;i<, es como un contrato de tierras baldias : una especie de calamidad piiblica. Y ii proposito de amores, como yo ahora estoy desocupado, y supongo que U. y los demds benevolos lectores no carecerdn de paciencia, voy a referirle una pequena aventura, que hace algunos anos sucedio d, un amigo mio en Bogota. Este, habiri]- dolo Dios dejado de su mano, dio en la flor de enamorarse, y un domingo despucs de almorzar se aparecio en mi cuarto y me di jo : — Voy d comunicarte una cosa muy original. — Vamos d ver. — Estoy furiosamente enamorado. — Esa cosa tiene mds de tonta que de original, le res- pond l. — Nada de chanzas : el asunto es serio. La senorade mis pensamientos es una mujer calmosa, apaffada, calculadora ; mi corazi'm es una Siberia, en cuyas nieblas quiero introducir algunos rayos de sol tropical. Como uo puedo hablar con ella sino en visitas ceremoniosas los domingos, quiero escribirla una 208 EMIEO kastos carta ardorosa, calenturienta, volcanica, y descomponer su cora- zon y fimdirlo en las llamas del verdadero amor. • — Eso ya pertenece a la quimica, le dije, interrumpiendole. — Quiero hablar del amor, continuo, de una manera original y desconocida, como no hablaron Abelardo, Macias ni Antony ; pero desgraciadamente lo mas trabajoso en todas las cosas es el principio y, como no encuentro un arranque digno de semejante carta, vengo a que me lo dictes. Yo, que tenia aquel dia mi pensamiento mil leguas distante de los^ amores volcanicos, me quede tan confundido como se pondria el Zar de Rusia si le pidieran su opinion sobre el self government. — No escribas cartas, le conteste : dile todas las necedades que te se ocurran, porque las palabras se van y las cartas quedan. Si no te acepta, tu epistola andara en todos los costu- reros de Bogota, pues las mujeres se perecen por halagar su vanidad mostrando a todo el mundo semejantes documentos. Los hombres avisados y de mundo no dejan nunca datos por los cuales pueda seguirse en el porvenir las huellas de su vida pasada. — Es una cosa resuelta, me contesto : dicta. — Escribe pues, le dije, por no mostrarme enteramente lego en el asunto : angel rnio. — Imposible que yo pusiera eso, exclamo : tanto se les ha dicho angeles a las mujeres, que ya esto es una vulgari- dad. Te creia mas original. Asi escriben los cachifos senti- mentales. — Mi adorado tormento. — Tampoco : eso indica una familiaridad irrespetuosa. ■ — Mi sefwra y mi duena. — i Que horror ! exclamo el amartelado mozalbete. Tin comerciante con cincuenta anos y cincuenta mil pesos, retirado de los negocios, apenas escribiria de esa manera tan prosaica. — Si asi no te gusta lanzate en el romanticismo, y ponle, estrella de mis suenos. — • Detestable ! exclamo. Te digo que no quiero escribir como todo el mundo, y me sales con frases que todo el mundo escribe. — Anda al diablo, le respond!, con tus cartas, y tus amores, y tus pretensiones A originalidad ! Dile en prosa liana que la quieres, que hard contigo una vida de perlas, y si te rechaza, ARTfCULOS ESCOG1DOS 209 lleva d otra parte el expediente : solamente los necios se echan d morir porque d una mujer se le antoje no quererlos. Si una te dice que no, ciento te diran que si. Pero desgraciadamente mi amigo no tenia la flexibili- dad y cachaza suficientes para poder vivir en este picaro mundo. Por falta de una frase original para comenzar su carta no la escribio : la muchacha continuo en la zona fria : presentose como rival un orejon regordote y audaz, que se habia enriquecido sembrando papas ; y mi amigo, que era pobre y timido, pecados capitales en la materia, no pudo sostener la concurrencia : el orejon le soplo la dama. De des- pechado se metio al seminario, se harto de canones, decretales y concilios ; se hizo clerigo, y hoy anda por esos muudos de Dios predicando contra los rojos, contra lo relajado de las cos- tumbres y la incredulidad del siglo. Tampoco le escribirc sobre religion, porque no quiero que " El Pueblo " imite a fray Gerundio. , Esos periodicos metidos a predicadores da grima leerlos. A la prensa periodica le tocan las cuestiones de la tierra, y a la Iglesia los intereses del cielo. Respecto a la religion y a la otra vida, profeso de la manera mas terminante y absoluta el principio de los econo- mistas, dejar hacer ; y el de los generates en derrota, sdlvese el que pueda. Mientras no seamos rigurosamente tolerantes y no dejemos- que cada uno busque el cielo por el camino que le plazca, jamas podremos ser nacion civilizada, ni conseguir industria, ni inmigracion, ni grandeza. Esos que blasonan mucho de religiosos y creyentes, se me parecen a las mujeres que por todas partes se hacen leuguas de sus maridos : no creo ni en la religion de los uuos, ni en el amor de las otras. • Dios nos libre de esa turba de fanati- 006 que cometen perjurios, enganan d los pobres, arruinan familias, que despues se desayuuan con agua beudita. y por la noche se dan una panzada de rosarios, para saldar cuentas ! El pueblo ha de conocer por ultimo a esos fariseos, que especulan con su fea hipocresia y su mentida piedad. XJ. y yo estamos de fecha muy atrds recomendados como candidatos para el primer auto de fe que tenga lugar por aca ; lo que no dejard de verificarse si e«to se couvicrte en Estado federal. Soepecho que ya hay algunos eon espGianzas de que los empleen en la oricina de la inqui-ucion. Si los religiouarios P 210 EMIEO KASTOS resnelven qnemarme, le aseguro a U con franqueza que la cosa no me gustara mucho. Escribame si ya los liberal.es amigos nuestros, que se habian pasado al campo de los ferrocarriles, van abandonando esa mania de hacerse cola de algunos agiotistas de Bogota para formar eso que se llama tercer partido, con su caDdidato montado al aire, que no representa ni principios ni pasiones ; candidatura debil por consiguiente, que no podra tener ninguna significacion en el pais, ni calar profundamente en el pueblo. l No ha reparado U. & los conservadores individualmente que liberales y que despreocupados, y que tolerantes, y que independientes, y que famosos que son ? Pero reunalos de cualquier modo, en Cabildo, Camara 6 Congreso : entonces se vuelven hombres de reata, y ; adios independencia, adios tolerancia, adios liberalismo, adios justicia, adios todo ! Pro- ceden al contrario de los toros, que en manada son mansos y embisten separados : los conservadores en junta, la cornada que dan es de muerte. Como muchos de ellos, al hablarles de la abolition de la pena capital, de las ventajas de la absoluta libertad de la prensa, de las contribuciones directas y de otras dogmas de la escuela radical, responden que esas cosas son muy justas y excelentes, pero que es muy peligroso ponerlas en practica, no puedo menos de acordarme de lo que le sucedio a una vieja con cierto presbitero. La supradicha vieja les tenia a las brujas mas miedo del necesario, y al mismo tiempo la atormentaban escriipulos de que ese miedo era pecaminoso. Para saber a que atenerse ocurrio donde el Cura de su lugar y le dijo : — Compadre, yo les tengo miedo a las brujas, y tal vez in- curro : digame, i nay brujas 6 no ? — Comadre, respondio el pan-oco, de que hay brujas las hay, pero es pecado mortal creer en ellas. Y por ultimo [ sobre que le escribire ? Pero si no me equivoco, aunque no he encontrado asunto, esta carta tiene dimensiones amenazantes, y no imitare d ciertos oradores que, despues de hablar dos horas mortales, cuando uno espera ya de ellos amnistia, le salen con la fior de que despues de ese pequeno exordio van & entrar en materia. (De El Pueblo, numero 46, de 3 de Julio de 1856.) AETfCULOS ESCOGIDOS 211 CARTA CUARTA Sefior Doctor Camilo A. Echeverri. San Juan, Agosto 1.° de 1856. Mi querido amigo : aunque los hornbres y las cosas ri- diculas no se haynn acabado todavia, ni falten usureros, fanaticos, coquetas 6 magistrados sin pizca de pudor ni de vergiienza contra quienes ejercitar la penola satirica, hoy no tengo humor para reirrae ; porque yo al escribir obedezco casi siempre d las impresiones del moraento, y en la actualidad mi pensamiento se encuentra en siglos apartados y en lejanas comarcas. Anoche, habiendome acostado casi a la oracion como se estila en las montanas, el sueno, que es para mi un amigo, pero como todos los amigos a veces veleidoso e inconstante, no quiso venir hasta muy tarde, y en un pi'olongado desvelo se apodero de mi cabeza la fiebre del pensamiento. Cansado de cavilar sobre empresas y negocios personales, pilseme d me- tlitnr sobre federaciones, y crcdito publico, y baucos, y ferro- carriles, y otras fantasmagoriaa semejantes : por ultimo mi fantasia se sepaftd del estrecho recinto donde se agitan, se arrastran, se empujan y se chocan nuestros hornbres y nuestras cosas, y se traslado en las alas invisibles de la memoria & los pueblos antiguos. No teniendo aqui libros para rectificar hechos 6 refrescar recuerdos, servird apenas esta carta para llamar la atencion de nue-itra juventud sobre los estudios historicos, de suyo tan im- portantes para ensanchar el horizonte intelectual del hombre ; y si este objeto no cumpliese, le evitare buscar materiales para dos 6 tres columnas de su periodico, llenandoselas con una pro- ducciun rdpidamente elaborada, como deben serlo todas las que desde su nacimiento estan condenadas d la efimera e- xistencia de las publicaciones period isticas. Decia & U. que anoche mi fantasia se traslado a otros paisdfl y se jmso d remontar siglos. La grandeza del pueblo romano, y el aparecimiento y triuufo del cristianisino fueron el objeto de mis meditaciones. Algunos dicen que los roma- P 2 212 EMIKO KASTOS nos y sus cosas son ya vejeces : por mi parte creo que esa historia sera" siempre la primera de las historias, como ese pueblo fue el primero de los pueblos. El tiempo, que anonada todo lo que es pequeno, esteril, mezquino 6 vulgar, nada puede con los pueblos heroicos y los grandes hornbres, que encuentran en la historia una segunda patria gloriosa 6 inmortal. Homero, Sofocles, Pindaro, Platon, Demostenes, aunque los anos por miriadas hayan caido sobre su tumba, se presentau hoy dfa a" nuestros ojos, evocados por la historia, con esa aureola luminosa del genio que jamas podra ser apagada por los siglos. Lo mismo las costumbres, las victorias, las revoluciones y la grandeza de los romanos, seran siempre la admiration de los hornbres y el estudio predilecto de todas las genera, ciones. Pero, no pudiendo sino decir poca cosa sobre un asunto tan vasto, me encuentro en la misma perplejidad que un convi- dado con apetito en medio de un banquete esplendido : no se de que asunto apoderarme con preferencia ni por donde empezar. j Sin duda que las causas predominates de la grandeza de ese pueblo fueron el patriotismo y sabiduria de sus hijos. En los pueblos heroicos de la antigiiedad, es decir en Grecia y Roma, el amor de la patria no era como entre los modernos un sentimiento pasivo y frio, debilitado por el egoismo que apaga toda noble exaltation, y por la aficion al bienestar y sosiego personales, tan dominante en nuestro tiempo : el pa- triotismo era entre los antiguos una pasion activa, una idolatria ardieute. Hoy dia hay muchos hornbres que en la guerra com- baten con valor, como una carrera que es de recompensas y de louros ; pero los Curcios, los Horacio Codes, los Regulos, los Brutos y los Catones de Roma, y los trescientos espartanos que se inmolaron colectivamente en las Termopilas, no son hornbres que ban tenido muchos imitadores en los tiempos modernos. Se encuentran en la actualidad ciudadanos que trabajan con ardor por la patria, mas siempre queda la duda de que sea buscando satisfacciones de orgullo y de poder ; pero delante de esos hombre? de la antigiiedad que marchaban sin vaci- lacion a la muerte, estimulados por la idea sublime del deber, preciso es que se incline con respeto nuestro vocin- glero patriotismo. La pasion y el carino entre los antiguos AETfCULOS ESCOGIDOS 213 tenian un foco mas ardiente, e irradiaban en una atmosfera mas vasta : los modernos limitan por lo regular sus afectos al estrecho recinto de la familia, 6 & la esteril idolatria del yo : aquellos amaban a su patria, estos se aman soberanaraente & si mismos. De ese amor sublime por la patria, que despreciaba toda consideracion personal en pro de la gloria y el engrandeci- miento de su pais, nacio ese valor indomable con el cual un punado de heroes, reducido al estrecho recinto de una ciudad, conquisto & todos los pueblos latinos y Uevo despues sus aguilas triunfantes por todos los dngulos del mundo. En los tiempos heroicos de la Repiiblica todos amaban la patria : el pueblo formaba legioues invencibles, los patricios componian ese Senado llamado por Cineas asamblea de reyes, y las mujeres despreciaban los placeres y las joyas y preferian la patria & sus esposos y sus hijos. Si los romanos no hubieran tenido sino arrojo, desprecio por la vida y valor personal, podrian haber hecho conquistas como las de Alejandro, Atila, Gengis-Khan 6 Tamerlan, pero habrian sido, como las de estos, invasiones pasajeras y triuufos esteriles : con solo valor pueden hacerse conquistas, pero para organizar, refundir y conservar los pueblos conquistados es menester sabiduria. Los patricios romanos, ademas de grandes capital les, eran ca^i todos consumadoa politicos. ; Cosa rara ! esos hombres eran a la vez aventajados guerreros, sabios legis- ladores, oradores elocuentes y diplomat icos de una habili- dad prodigiosa. Lease un discurso cualquiera, no digamos de Ciceron ni de Cesar, sino de Coriolano, de Caton el cen- sor, de los Gracos, del tribuno Mario, de cualquiera de los con- sules romanos y en el se encontrard la energica concision y vigorosa sencillez, que constituian la inimitable elocuencia de los antiguos. La politica de los romanos era muchisimo mas hdbil que la de sus maestros los griegos : aquellos tenian mas pronun- ciado el instinto de lo grande, y poseian un caracter mas gene- ralizador y asimilativo. Todo lo que encontraban en los pue- blos conquistados en trajes, armas, religiones, costumbres &\ que les parecia util y provechoso lo tomaban para sf : toleran- tes con los pueblos conquistados les dejaban sus costumbres y sus preocupaciones ; su genio absorbente los haeia admitir en la comunion romana, no solo a las naciones latiuas, sino & todos 214 EMIEO KASTOS los pueblos que querian refundirse con ellos : facilmeute ad. quirian en Roma derecho de ciudadania los hombres distingui- dos de todos los paises. Los griegos, al contrario, niiraban de reojo con antipatia & los denias pueblos : su caracter no tenia nada de tolerante, de asimilador, ni de comunicativo : era esencialmente rechazante. Por lo regular legislaban para una familia 6 una casta: notase en sus mas grandes legisladores, en Licurgo por ejemplo, ten- dencia decidida & formar una sociedad especial y a aislar a sus conciudadanos de todo contacto, comunicacion y alianza con los pueblos extranjeros. Casi nunca concedian derecho de ciudadania, y sabido es que apellidaban bdrbaros a todos los que no eran griegos. Sus legisladores tenian principios propios para formar tribus mas 6 menos varoniles, pero carecian de moldes para vaciar naciones. Asi fue que los griegos jamas pudieron, como los romanos, absorber i, los demas pueblos, ni formar ninguna nacionalidad grande y poderosa. Alejandro, que no solo era un conquista- dor magoanimo, sino tambien hombre de ideas elevadas y de genio vasto y f ecundo, quiso sacar & los griegos de su mezquino individualismo, mezclarlos con los demas pueblos, quitarles sus arraigadas preocupaciones lugarenas y fundar con ellos en el Asia, por medio de una politica ilustrada y tolerante, un vasto y poderoso imperio. Pero Alejandro paso como un me- teoro, y sus grandes proyectos de unidad y nationalization mu- rieron con el. Sus tenientes no comprendieron sus ideas, ni pudieron mantener sobre sus hombros la inmensa pesadumbre de su imperio. U. habra notado la importancia tan grande que daban i. las costumbres los legisladores antiguos. El Areopago en Atenas, los Eforos en Esparta y los Censores en Roma, magistrados de la mas alta categoria, tenian por principal atribucion vigilar y reglamentar las costumbres. Comprendian muy bien, que nada pueden las leyes sino hay dignidad y moralidad en las costum- bres. El lujo y las riquezas eran para ellos una abominacion. La historia confirma la sabiduria de sus predicciones : mieutras Esparta no tuvo sino esa pesada moneda de hierro, que se ne- cesitaba un carro para cargar el valor de doscientos escudos, y se conservaron en Roma las antiguas leyes que limitaban la propiedad territorial & unas pocas fanegadas de tierra, esos pueblos dieron el ejemplo de las virtudes mas altas, y fue- AETfcULOS ESCOGIDOS 215 ron invencibles. Es includable que las riquezas y el lujo mataban d los pueblos antiguos, al paso que en las nacio- nes modernas sucede lo contrario. En nuestros tiempos la riqueza, que no emana como en la antigiiedad de conquis- tas ni de rapinas siuo de la industria y el trabajo, en lugar de corromper moraliza, y da a los pueblos estabilidad y grandeza. No es el talento, la cieucia ni la fortuna lo que consti- tuye grande d un individuo 6 d un pueblo : para mi la verdadera grandeza consiste en el caracter. El de los roma- nos en los priraeros siglos de la Republica era severo, grave, perseverante, lleno de dignidad y de orgullo, fundados en la conciencia de su patriot ismo, y de su heroica nacionalidad. Los griegos, mas literatos y mas artistas, jamas pudieron llegar a idt'ntica altura de grandeza, porque inconstantes, ligeros, vanidosos, ingratos, ya combatian como heroes contra los persas, ya adulaban bajamente d sus tiranos : unas veces se entregaban en brazos de adocenados demagogos, y casi siempre recompensaban con la cicuta los servicios de sus mas distingui- dos ciudadanos. Al ver condenados a muerte al divino Socrates, al irreprochable Focion, al bravo Temistocles, apri- sionado d Milciades y desterrado al virtuoso Aristides con ese famoso ostracismo, que no era siuo la envidia y la ingratinnl reducidas d ley ; al ver la inconstancia, la volubilidad y los caprichos que formaban el fondo del caracter voltario de los atenienses, puede uno admirar esa Republica como la inaa brillannte e ilustrada de la antigiiedad, pero jamas tener esti- macion por ella. No recuerdo que el pueblo romano en sus buenos tiempos haya condenado d muerte d ninguno de sus grandes ciudada- H08, La muerte de los Gracos no fuc resultado de un juicio publico, sino de motines promovidos contra ellos por los pan i. cios, cuyos privilegios atacaban esos altivos oradores. El asesinato de Scipion, el vencedor en la tercera guerra pilnica, fue un crimen privado : Coriolano provoco su destierro, y no hubo injusticia nacioual sino en el de Camilo y de Scipion el africauo. Mas, por lo regular, el pueblo romano recompensaba con profusion a todos su buenos servidores. Los ciudadanos que trabajaban con lealtad y combatian con valor por la Re- publica encontraban, volviendo d Roma, no la cicuta, como en Atenas, sino la corona civica, el triunfo 6 el apoteosis. 216 EMIRO KASTOS En las republicas es preciso que el pueblo, si quiere tener buenos servidores, recompense a los ciudadanos distinguidos, no con plata pero si con aprecio y distinciones, que es lo ilnico que debe apetecer el verdadero patriotismo : en las nionarquias, como los servicios son personales, basta que sean agradecidos los reyes. Cuando los pueblos extranjeros, por la guerra 6 las ne- gociaciones, se ponian en contacto con los romanos de los primeros tiempos, se quedaban pasmados, y se sentian debiles y pequeiios delante del patriotismo y de la altiva majestad de ese pueblo. Porsena vencedor les concede unapaz honrosa, al ver a Mucio Scevola, prisionero, poner su mano sobre brasas, y asegurarle que en Roma habia millares de ciudadanos tan valientes como el. Pirro, despues de vencerlos en un combate, al ver su valor indomable y el estrago que habian hecho en sus tropas, pronuncio aquellas celebres palabras : " Con otra victoria mas somos perdidos." Anibal, despues de haber herido mortalmente la Repiiblica con las sangrientas batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas, se acerco a poca dis- tancia de Roma, y el campo que ocupaba su caballeria numida fue el mismo dia vendido en la ciudad en piiblica subasta, por el precio que tenia en tiempos de paz. Sabiendo esto hubo de retirarse pasmado al ver la confianza que tenia aquel pueblo en su destino. El amor de la patria en esos hombres era como la fe de que habla la Escritura ; capaz de levantar montaiias. Durante la primera guerra punica no tenfan un solo buque que oponer d la marina formidable del enemigo : en sesenta dias construyeron ciento veinte galeras. Es en la adversidad que se conocen los grandes carac teres : despues de una derrota los romanos eran mas temi- bles, y la enemiga fortuna jamas pudo abatir el temple he- roico de su alma. Nunca admitieron proposiciones de un enemigo vencedor, mientras no se retirara del territorio de la Repiiblica. Sus guerras con Cartago forman la brillante epopeya de su historia. Jamas los romanos tuvieron un competidor tan peligroso. Roma y Cartago en duelo a muerte lucbaron por el imperio del mundo. Si Cartago hubiera triunfado, la Europa, en vez de impregnarse de las costumbres latinas, habria venido d ser atricana. Ese pueblo de mercaderes AETfcULOS ESCOGIDOS 217 venales habria derramado en el mundo sus crueles institu- ciones, sus idolatrias iusensatas y sus costumbres feroces : la civilizacion se habria retardado muchos siglos. U. sabe, mejor que yo, que toda la jurisprudencia de la Europa moderna, esta calcada sobre la antigua legislacion roraana. La justicia era innata en ese pueblo como el valor. Aunque no fuera mas que para conocer las fuentes del derecho civil moderno, deberian nuestros jovenes legistas estudiar con- •cienzudamente la historia de ese pueblo. Respecto a sus instituciones politicas no tengo espacio para ocuparme en ellas. Le dire de paso, que su constitu- (•iiiii, en que se quiso hermanar el poder popular y el poder aristocratico, formando ese balancin que se llama gobierno mixto, duro mientras las virtudes publicas y el patriotismo de los ciudadanos mantuvieron a raya las pretensiones ambiciosas 6 anarquicas. Todo ese complicado ediricio vino al suelo en el momento que se corrompieron las costumbres y se levantaron individualidades poderosas. No hay mas gobiernos posibles, como ha dicho el Zar Nicolas, que el de uno solo 6 el del pueblo : en materia de gobierno todo sistema de complication y equilibrio es un sotisma. El Senado romano, compuesto de sola una Camara es, como lo ha hecho notar uno de nuestros mas distinguidos publicistas, un argumento poderoso contra esa mania que hay entre nosotros de dividir el poder legislative. Jamas falto a aquella asamblea memorable madurez en los juicios, grandeza en las concep- ciones ni perseverancia en la action por no estar sujeta a las traba^, las dilaciones y las chicanas que apareja la division legislativa. Los Gracos comenzaron de palabra esa guerra sin tregua contra los patricios y el Senado, que Mario y Sila continuaron a hachazos, conclulda definitivamente por Cesar y Augusto. Mario y Sila f ueron los feroces vengadores del pueblo. Mario, con su valor indomable, su elocuencia salvaje y sus furores im- placable*, fur la personification terrible del pueblo, cuando provocado y humillado por siglos se levanta vencedor e inexo- rable. Los patricios, como han hecho todas las aristocracias, invadieron pocodpoco los derechos populares, y, apoderdndose no solo del territono latino, sino de las provincias conquistadas y de los despojos del Brando, llevaban una vida holgazana y sibarita en sus palacios suntuosos, mientras la hambrienta 218 EMIEO KASTOS multitud pedia tm pedazo de tierra desde el monte Aventino. Las injusticias acumuladas aparejan siempre una explosion sangrienta. Al pueblo jamas le falta en el curso de los siglos para abatir a, su senores un Mario, un Sila, un Cromwell, un Robespierre 6 un Marat. Sila era patricio como Mirabeau : ambos contribuyeron poderosamente a la caida de bus pares : las aristocracias aniquiladas por uno de sus miembros, son un fenomeno muy comun en la historia. El caracter de Sila ofrece unamezcla caprichosa de crueldad, de inmoralidad y de grandeza. Despues de haber vencido al famoso Yugurta y al gran Mitridates, dirigio su ejercito vic- torioso contra sus enemigos de Roma ; pidio antorchas para quemar la ciudad, mutilo el Senado, degollo a los ciudadanos mas ilustres, se hizo nombrar dictador y apellidar el feliz. "Un dia, cansado de bonores, de grandeza y de mando, sin curarse de los odios ni de las venganzas que habian provocado sus crueldades, arrojo & los romanos su baston dictatorial y se retiro a la vida privada £ concluir su historia y & entregarse a los placeres, manifestando con altivo desden d, sus conciudadanos, que ni los apreciaba ni les temia. Si esta clase de estudios inspira al publico algiin interes, cuando tenga tiempo y me sienta con buen humor le hablare en otras cartas del papel que hacia la religion entre los romanos, y de la influencia que tuvieron sus conquistas sobre la suerte del mundo : arriesgare unas cuantas pinceladas bosquejando algunas figuras conspicuas del imperio desde Cesar hasta Cons- tantino, y despues examinare la Iglesia cristiana en sus prime- ros siglos. (De El Pueblo, numero 53, de 21 de Agosto de 1856.) AETiCULOS ESCOGIDOS 219 UN PASEO A RIONEGRO La benevoleucia con que siempre ha recibido el publico mis debiles escritos es causa de que lo cousidere ya como un viejo amigo, a quieu puedo hacer todo liuaje de coufianzas. Voy pues a contar a mis lectores un sueno loco de mi primera juventud. Mi gran pasion ha sido viajar, pero no por Ingla- terra y Francia, naciones que se las sabe uno de memoria, sino por comarcas mas lejauas y paises mas ignotos. En mi cabeza, entonces calenturienta y sonadora, tenia yo arregladas estas pequeiias correrias. Dirigirme por la via mas recta a Egipto para visitar a Alejaudria, la ciudad en que pretendio Alejandro resumir el comercio del mundo, y las Piramides, monumentos tita- nicos de la vanidad antigua. Remontar el Nilo hasta Abi- sinia para ver divisados de principes y reyes a los ilotas de nuestro pais. Visitar la Tebaida, cuna del ascetismo pri- mitive, y despues sumergirme plenamente en los desiertos arabigos. Agotar las emociones de esa existencia nomade y erraute, sonada por todas las imaginaciones poeticas. Jun- tarme con una caravana de creyentes y hacer la peregrinacion A la Meca : recorrer la Arabia feliz y tomar cafe de Moca acos- tado en los jardines del Yemen, y leche de camella en el aduar de los bedumos. Luego penetrar en las comarcas misteriosas de la India, hacerme cargar en palanquin como un nabab millouario : conocer las inmensas pagodas y los idolos mons- truosos, y cazar tigres y panteras en esos bosques cuyos per- fumes embriagan los sentidos. Hacer despues largas correrias en el golfo de Bengala y en las islas del mar de la China : pe- netrar, si me era posible, en este imperio de civilizacion esta- cionaria, condenado a muerte por la inmovilidad y el aisla- miento. Luego pensaba dirigirme a Europa por el istmo de Suez, y'detenerme un ano en Stambul, llevando una vida enteramente turca en medio de ese pueblo fatalists y sensual. Recorrer despues la Italia comenzando por Venecia, la ciudad del eterno carnaval y de las locas fiestas, en cuyos canales se aduerme uno de noche en las gondolas, arrullado por las dulces brisas de la Italia y por las poeticas caocionee del Tasso. 220 EMIRO KASTOS Visitar a Napoles para contemplar su golfo azul y sus valcanes inflamados ; a Florencia la patria de los Medicis, la altiva Re- piiblica de la edad media, y despues pensaba ir a evocar recuer- dos historicos en la ciudad de las siete colinas y & derramar una lagrima de indignacion al ver la orgullosa ciudad de los Cesares, que tuvo m&s de un millon de habitantes, despoblada hoy, empobrecida y degradada por el estupido gobierno tem- poral de los Pontifices. Era mi plan pasar de Italia a las naciones del Norte, visi- tar la patria de Gustavo Adolfo, internarme en Rusia para conocer ese pueblo en que el despotismo es una religion ; avan- zar a los mares polares para viajar en trineo en medio de esa naturaleza muerta, donde los arboles son menores que nuestras plantas, y las noches prolongadas por meses forman completo contraste con nuestro pais, en que el sol y las estrellas, con su brillo perdurable, constituyen la esplendida monotonia de la zona torrida. Despues de haber conocido el mundo antiguo, sus religio- nes, sus gobiernos, sus preocupaciones y sus miserias ; despues de haber estudiado al hombre en todos los paises y la creacion bajo todas las zonas ; despues de haber agotado todo el amor, el entusiasmo y la curiosidad inquieta que devoraban mi ser ; despues de haber vivido en seis u ocho anos toda una exis- tencia, pensaba volver como el hijo prodigo al hogar paterno, a pasar el esteril residuo de vida que me quedara cerca de los objetos de mi carino, y a morir respirando el aire de la patria. Y en vez de cumplir este programa flotante y vagaroso, me encuentro aqui consolidado como deuda publica, estacionario como gallo en estaca. Pocos son los mortales afortunados que ven realizadas las ilusiones de su primera juventud. Vos, amado lector, que sonasteis una vida de fausto y de holganza, de seguro que os encontrdis trabajando de sol d sol para obtener vuestra carne frita y vuestro indigesto puchero. Y vos, amabilisima lectora, que imaginasteis como todas, que os tocaria en lote un joven espiritual, gentil, esbelto y generoso, lo mas probable es que os haya enviado la suerte un marido que calza zapatos amarillos y viste chaqueta blanca ; gordo, usurero, miserable y sobera- namente prosaico. Lleveraos, pues, la cruz de nuestros desenganos hasta el fin, como Jesucristo Uevo la suya hasta el Calvario, y, como dice AETfCULOS ESCOGIDOS 221 un proverbio frances, aceptemos la sopa como estd y la vida como viene. Tambie'n es cierto que, aunque hoy me viera millonario, ya no me siento con humor para dar una vuelta al mundo. Pero cuando me fastidia en Medellm la vista cuotidiana de ciertas caras ; cuando los gendarmesconservadoresasustanmis nervios, y esta atmosfera de represion en que vivimos me sofoca, y siento zumbar en derredor de mi la ley de vagancia, me voy d, ver rostros amigos y £ llenar en Rionegro de aire libre mis pulmones. El domingo siete de los corrientes 6, las cinco de la manana, en compania de varios amigos tome la derrota de Rionegro, caballero en una niula juiciosa y acompasada. La mula es la providencia de nuestras montaiias, como el camello lo es de los desiertos. A paso lento lo lleva k uno & todas partes : tiene de comiln con los conservadores que no es liberal ni aun en las bajadas. La vereda que sigue para Rionegro, pues el nombre de camino no merece, aunque es la mds transitada e importaute de la provincia, se encuentra siempre en un des- greno lamentable: en un rodadero que Hainan el buzon, uno de mis companeros tuvo que echar pie & tierra. Bien pudieran las autoridades, ademas de hacer tanto reglamento y de com- primir y sofocar & los ciudadanos, dedicar siquiera el sabado por la tarde para ocuparse un poco en los caminos pilblicos. Lo mas importaute que se encuentra hasta la cordillera es un establecimiento para extraer sal, en el que se ha gastado mucha plata, y que hoy no tiene mds inconvenientes que carecer de combustible y de agua salada. Un poco mas arriba, & la derecha del camino, la quebrada de Medellin rodando sobre rocas de porfido forma blanca y pintoresca cascada, en cuya parte baja hay un bellisimo cliarco cubierto por un bosque- cillo, hacia el cual tuve ganas de dirigirme, 6, ver si sorprendia alguna ninfa de las montanas tomando su bano matutino. Como era dia de fiesta en Rionegro el camino estaba muy animado. Por todas partes encontrabamos figuras raiaa en ca- balgaduras exoticas. Dimos con unmister cabalgando una mvda, sobre galapago sin grupera, con botas charoladas, calzones blancos, sin zamarros, y con sombrero negro : rubio, Colorado, con los ojos azules tirando d, verde como las aguas de un lago podrido ; grave, tieso, sin coyunturas como si fuera de una sola pieza, y dominado por una mania como buen ingles. La 222 EMIRO KASTOS suya es coleccionar insectos. De repente se arroja de la mnla y se lanza por una ladera atacando a sombrerazos un objeto invisible. Apoco volvio gozoso y triunfante trayendo prisionero un cucarron. I — • Oh ! el bonito bestia, exclamo entusiasmado. P De lo alto de Santa Elena dirigi una mirada a Medellin, pero la ciudad estaba cubierta con fajas de niebla, como una hermosa con su velo bianco, y solamente retazos pudimos con- templar del pintoresco valle. A la venta que se balla en este punto llegaban cachacos imberbes, pedian un trajo doble, en- cendian cigarros del tamafio de alfardas y picaban a galope para Rionegro mas felices que un rey. El camino que sigue para esta ciudad desde la Cordillera es un jardin, prolongado por leguas. Ostentanse en el la flor del caunce, color de oro palido, azucenas, magnolias silvestres, amarrabollos encendidos, la perfumada flor del chagualo y el esplendido siete-cueros que, por variado y risueno podria haber sido en la antigiiedad mitologica simbolo de la primavera. Los campos de Rionegro carecen de la pompa lujosa de nuestro valle ; pero los limpidos arroyos que se arrastran entre flores silvestres, el rio que corre sin ruido y sin murmullo, los verdes prados salpicados de bosquecillos de siete-cueros, los lejanos horizontes cubiertos de niebla, y cierto silencio solemne que se nota en la naturaleza, dan a esos campos un tinte me- lancolico, pero bello y poetico & la vez. La ciudad de Rionegro ocupa la peor situacion de la planicie, y en materia de irregularidad nada tiene que desear. Al fin de una calle hermosa se encuentra por lo regular un zanjon 6 un barranco. Generalmente las ca&as son muy alegres, por las vistosas flores que cubren sus patios, y el aseo y compostura que en ellas reinan. Sus jardines y sus huertas contienen hortalizas y flores de una variedad prodigiosa. El clima tan dulce, que se goza con solo respirar, y el caracter hospitalario, franco, hidalgo y cumplido de sus habitantes, hacen de Rionegro una morada muy agradable para el viajero. En las casas de buena sociedad se encuentra tanta elegancia y cortesania como en los me j ores salones de Bogotd ; y al viajero, hospedado en la habitacion de un caballero de Rio- negro, le hacen olvidar patria y familiaa fuerzade cordialidad, delicadeza y atenciones. Hubo en las fiestas funciones dramdticas. Representose el Pelo de la dehesa, que es capaz de hacer reir & un conde- AETfCULOS ESCOGIDOS 223 nado d muerte, y en ella el senor Froildn Gomez y companeros arrancaron innumerables aplausos. Tambien representaron d Lucrecia Borgia, esplendido drama de Victor Hugo, al cual nos llevo el doble interes del merito de la pieza y de estar prohibida por el Gobernador de Antioquia. Parece que en cuestiones de moral y de teatro no se le alcanza mucho al suso- dicho magistrado. Ademas de que Lucrecia encuentra un castigo atroz al fin de su vida criminal, dejando el drama en su conjunto horror al vicio e impresiones saludables en el animo del espectador, esta pieza ha sido representada en todos los teatros de la catolica Espana, de la cristianisima Francia y varias veces en el nuestro, sin que nadie se escanda- lizara ; y en materia de moralidad de teatro el publico es el iinico juez competente. La concurrencia femenina al teatro fue sumamente lu- cida, En medio de muchas jovenes risuenas y frescas como las flores de sus jardines, descollaban algunas bellezas anglo- granadinas. Entre estas notabase una joven en cuyo rostro se ostentaban los colores de perfeccion ideal que distingueu d las hijas de Albion, iluminados por los ojos brillantes, fosforecentes, incendiarios, de una espanola. Hasta yo, que ya casi no admiro d las mujeres sino como objetos artkticos, no pude menos de contemplar d esta largo rato, como un aficionado d pinturas se detiene delante de una virgen de Murillo 6 de Rafael. En las fiestas note en el pueblo orden, moralidad, com- postura y poquisima embriaguez. Y los ultrajes que -ha que- rido hacerle el Gobernador de Antioquia, despues de la con. ducta noble y caballerosa que tuvieron con el- en Rionegro, cuando cayo prisionero en 1851, revelan que este magistrado se olvida con frecuencia de la gratitud y de la justicia. Rionegro es una ciudad altiva y guerrera 6, la que nada puede abatir. Medellin la ha despojado de su antiguo co- mercio ; los fuertes capitalistas la han abandonado ; los con- servadores no le han dejado ni el circuito de hacienda, y de capital de provincia la han reducido casi d aldea ; han repar- tido sus vestiduras y echado suertes sobre su tunica, pero sus habitantes siempre estao prontos d morir gritando : ; viva la libertad ! y d decir como Francisco I : todo lo hemos perdido menos el honor. (De El Pueblo, numero 57, de 21 de Septicmbre de 1856.) 224 EMIKO KASIOS LA MTJJER FUERA DEL MATRIMONIO Los poetas de todos los tiempos han comparado a las mujeres con las flores : esta comparacion ha veriido a ser vulgar, pero ha quedado siempre verdadera. Las flores, hijas de la Aurora, solo viven mientras las acarician el rocio de la noche y los besos amorosos del aura matutina : un rayo de sol ardiente, un soplo de cierzo frio marchitan para siempre su belleza. Des- pues que pasan para las mujeres, flores con alma, como las llama un poeta, las horas fugitivas de la juventud, perfumadas por el amor, iluminadas por el entusiasmo ; despues que los pesares, los desenganos 6 el matrimonio, que es tal vez un desengaiio mas, les han arrebatado la juventud, la inocencia y la alegria i que queda de estas bellas y fragiles criaturas ? La mujer desde sus primeros anos busca el matrimonio con esa ansiedad instintiva con que la debilidad busca el apoyo de la fuerza, y el corazon el amor y la dicha. No discutimos las ventajas sociales de esta institution tan encomiada por todos los moralistas ; mas, como esta organizada hoy, parecenos pro- ducir un orden social extrano, que consiste en que la dicha piiblica pueda ser el resultado de una inmensa acumulacion de desgracias particulares. — Nina (le dice una que pertenece al gremio a otra que suspira -por entrar en el) no hay quien soporte estos muchachos ; no me dejan dormir, ni lugar para peinarme. Y Carlos que de soltero parecia tan galante, tan tierno, ahora tiene un humor . . . . j Que dichosa era yo de soltera ! Todas las tardes hacen esta advertencia las casadas & las solteras. Tiempo perdido ! El matrimonio es un misterio : Eva por satisfacer su curiosidad renuncio el paraiso : esta tradi- tion nunca ha sido olvidada por el bello sexo. No encontrar en el marido la ternura y las cualidades del amante, es la eterna desesperacion de las mujeres casadas. Pero la sociedad ha hecho del matrimonio para ellas una necesidad fatal : por no tomarse el trabajo de prepararlas para llevar una existencia independiente y bastarse i, si mismas, cuando por desgracia 6 por caracter no puedan refugiarse en el ABTfcULOS ESCOGIDOS 225 matrimonio, ha inventado una conminacion muy galante, dicien- doles : " el matrimonio 6 la ridiculez : casaos a todo trance, y si no, digo que solo servis para vestir santos y os llamo sol- teronas." Por no oir zumbar en derredor de si esa odiosa palabra de solterona, muchas mujeres de merito se han arrojado en los brazos de un necio, de un viejo, de un miserable 6 de un idiota. Sea pues por temor de la ridiculez, por exigencias de la organizacion o por sondear lo desconocido, el matrimonio es para las mujeres, en todos los tiempos y en todas la zonas sociales, una cuestion de gabinete, una preocupacion incesante, dominadora, tiranica. A los quince anos la mujer es muy desdenosa por la confiauza que le inspira la mucha vida que tiene por delan- te : le parece tan risueno, tan grande, tan bello lo porvenir, que de la comparacion siempre resulta feo y mezquino lo preseute. Amantes ricos, heroicos, leales y novelescos se cruzan como mariposas de oro en su loca imaginacion, y, de- lante de estos galantes de la fantasia, parecenle vulgares y prosaicos los amantes verdaderos. Afanase poco en agradar, desdena la amabilidad y la seductora coqueteria ; no mira a los hombres como iguales sino como esclavos y, en su loca con- fianza, considera el matrimonio como un imperio cuyo cetro tomara cuaudo le plazca, y el celibato no la asusta, a f uerza de ser un espautajo que vislumbra tan lejos. Asi pues, las mujeres de quince aiios seran tan bellas como se quiera, pero su trato carece de atractivos. A los diez y ocho 6 veinte la mujer se concentra en si misma, dirige una mirada profunda a la sociedad y se estre- mece. No es ya la niiia desprevenida de quince aiios, que mira al hoinbre como un esclavo 6 un juguete, sino la mujer armada que lo contempla como dun enemigo. La observaci'tn y la experiencia le revelan misterios desconocidos, y comprende que la vida tambit'n para la mujer es una lucha en que necesita apartar malezits y veneer obstaculos para llegar d la meta. Eutonces examina los recursos exteriores con que cuenta : sus relaciones, la fortuna de su familia, su posiciun social. Pero es ante el espejo que ella va a pasar revista con mas cuidado d sus armas para entrar en esa lid suprema cuyo triunfo es el matrimonio. Q 226 EMIRO KASTOS El espejo es su consejero privado, su amigo y a veces su tormeuto. Las mujeres campesinas y parroquiales, con tal de estar bien enfardeladas en telas de colores fuertes y ehillones, llenas de cintas, de alhajas de oro, de arabescos relumbrosos ; con tal de verse con vistosos cachumbos y carrillos rojos y re- dondos, no piden mas al espejo y se declaran por si y ante si conquistadoras. La toilette de una mujer elegante es tarea mas laboriosa que la de un Ministro de Hacienda de una nacion en bancarrota. Si el espejo de una de estas tuviera el don de la palabra ; que de cosas no refiriera ! En esa edad de diez y ocho a, veinte anos, de que hablamos, es que la mujer interroga el espejo con inteligencia y ansiedad para saber que puesto le toca en la aristocracia de la belleza. Estudia cuida- dosamente su talle, sus cabellos, sus dientes, su andar, su son- risa y su mirada. Busca el peinado que mas armoniza con su cara, las posiciones que mas cuadran a su cuerpo, los colores y vestidos que mejor ponen en relieve su belleza. A los ojos, que son el alma de la fisonomia y el arma mas poderosa de la mujer, los sujeta a evoluciones sin fin, liasta encontrar el genero de mirada que mas les conviene. Ya los ensaya dirigien- dolos perdidos hacia arriba, con lo que se da cierto aire de angel caido del cielo buscando su patria, ya los dirige triste- mente hacia la tierra, como criatura desesperada que solo espera reposo de la tumba : ora ensaya el aire altanero de Juno, ora las dulces y timidas miradas de las pastoras de la Arcadia. Una mujer del gran mundo, que quiere hacer resaltar t9das sus ventajas, es y debe ser un verdadero artista. A fuer de avisada pasa con fiecuencia revista concienzuda a su cuerpo, como un guerrero requiere sus armas, para ocultar los defectos y poner en evidencia las bellezas. Este cuidado constante de su figura, esas inocentes coque- terias de tocador no son para nosotros objeto de critica : la mujer que no de & estas cosas la importancia que se merecen debe ser un mari macho 6 una tonta. Una vez que se ha hecho cargo de la situation y que ha tornado nota de los recursos exteriores y personales con que cuenta, renuncia a los amantes ideales de novela, se humaniza por rispida que sea, dulcifica sus ademanes, afila sus armas y entra en batalla. Entonces las mujeres de talento, ya saciadas de bailes, de ARTICULOS ESCOGIDOS 227 tertulias, de quimeras y frivolidades, piensau seriamente en lo porvenir, y examinan si la sociedad les ha dejado fuera del matrimonio alguna carrera eu que refugiarse, alguna ocupa- cion activa. Pero encuentran que para ellas no hay lugar : los hombres ocupan la politica, los negocios, la literatura, las artes y las ciencias : para ellos los viajes, la actividad, el mo- vimiento, el ruido. Viendo obstruidos todos los caminos, cerradas para ellas todas las carreras, se dirigen indefectible- mente al matrimonio, unico puerto de refugio que se presenta ante sus ojos. Y entonces persiguen este objeto con la energia con que un ndufrago busca una tabla de salvacion en medio de las soledades del oceano. De los veinte d los veinticinco es la edad de oro de la mujer : de quince afios seran mds bonitas, pero de veinte para arriba sou mas hermosas. En sus vestidos, en sus mo- vimientos, en su peinado, en sus modales hay ■ mds gracia, mas seduccion, mds armonia, mas sintaxis. A proporcion que avanzan en anos, tornanse mds amables : como ya para ellas no hay en la vida misterios y lo saben todo, su con- versnci'm 68 abundante y variada : no hay reticencia que no entiendan ni media palabra que no completen. Sus pulmones enteramente desarrollados dan d su voz todas las modulaciones de la pasion : sus palabras adquieren una dulzura serarica, sus formas una amplitud y redondez tentadoras. La nina no tiene mds atractivo que su figura ; las mujeres de que hablamos agregan d esta la elegancia de los movimientos, la gracia de la eonversacion, las evoluciones de la mirada, y esas mil ado- rabies y fascinadoras coqueterias, de las ctiales no se escapan sino los santos por estar en el cielo, y los muertos por dormir en la tumba. En nuestros climas, veinticinco anos equivalen d treinta en la zona templada. A los veinte aiios la mujer piensa eu el matrimonio con inquietud, d los veinticinco con impaciencia, a los treinta con desesperacion. Hasta los veinte la mujer contiesa los anos sin mucha diiicultad : de aqui para arriba empieza a hacer sustracciones ; pero en sus confesiones, si las hace, se para derinitivaiiK'nte en los veiutinueve : de aqui no pasa: se convierte en una especie de Dios-Termino! De veinti- cinco para arriba, en materia de pretendientes, ya no escoge, acepta: salvo algunas mujeres muy distinguidas, que feienen la conciencia de su merito, contra las cuales son impotentes los Q 2 228 EMIEO KASTOS anos, de las demas se apodera un terror panico y gritan " sal. vese quien pueda ! " Entonces, por escapar a la ironia social que las persigue, al celibate eterno que las amenaza, dan oidos a militares calaveras, a viudos de cincuenta anos, a comercian- tes obesos y a necios de todas dimensiones. Por muy graciosa, elegante, hermosa y espiritual que sea una mujer, siempre, estando soltera, ve pasar los anos con es. panto : la unica que marcha a los treinta con imperturbable serenidad es la mujer rica. Si a la gracia y la belleza suelen farltarle amantes, ella sabe muy bien que al oro no le faltaran admiradores. Malditos treinta anos, Funesta edad de amargos desengafios. . . . Decia an poeta. A esta edad la mujer soltera duda de si misma y tiene vertigo. Los anos, con su sequito de pesares y decepcionos, de arrugas y de canas, la asustan entonando ele- gias melancolicas. Las alegres serenatas ya no suenan en sus ventanas, las miradas no la perciben, las sonrisas no la acari- cian y los amantes se le escapan, como las mariposas de una luz que se apaga. El porvenir no se dibuja & sus ojos sino como desierto seco, ardoroso, sin drboles ni flores, 6 como un mar inmenso, salobre, sin playas ni horizonte. Perdon, amadas lectoras, por habernos atrevido a estampar estas verdades dolorosas : consolaos sabiendo que el destino de los hombres, pasada cierta edad, tampoco es muy dichoso que se diga. Despues de la juventud, el hombre no se alegra, sino que se aturde, la vida no es para el un beneficio sino una ex, piacion. Segiin su educacion y su caracter, las mujeres, llegando a cierta edad, se dividen en dos clases, que denominaremos : JSolteronas rencorosas, y Solteronas resignadas. La solterona rencorosa odia toda persona que es joven, bella, alegre 6 dichosa. Cuando ve una pareja de enamorados, quisiera tener la cabeza de Medusa para petrificarla : en su conversacion asoma por lo regular el sarcasmo, su lengua es un aspid. Castiga a los ninos, regana & los criados, critica & todo el mundo. Si alguna joven vive bajo su dependencia, cada momento la regala con sermones morales ; registra su costura k ver si sorprende billetes amorosos ; la regana porque ARtlCULOS ESCOGIDOS 229 no oyo la misa con devocion, porque las flores se mar- ch itaron por falta de riego, porque las gallinas se comieron los serabrados, porque la sorprende en el espejo, por todo cuanto hay. Si es bonita, mas le valiera no haber nacido. El mal humor de estas solteronas no da cuartel : atormentar a al- guno es para ellas una diversion ; como esas patricias romanas que en sus ratos de fastidio se distraian punzando a sus escla- vas con alfileres de oro. Durante algiin tiempo tadavia frecuenta el tocador, cuida de su peinado y de su ropa, va a, los bailes y tertuiias en busca de un azar conyugal, alimentada por ese filosofico quien sabe ! de que habla, Dumas. Pasados algunos anos, ya completa- meute desencantada, renuncia d ser mujer y se convierte en beat.i, No es la piedad la que la lleva d la Iglesia, sino el deseo de dar alguna ocupacion d su vagabunda, es- teril y solitaria existencia. No hay que esperar que el mis- ticismo dulcifique su cardcter : si antes tenia mal humor, despues de beata se convierte en hiena. Se viste de negro, descuida el vestido y el peiuado, cuelga del cuello caman- dulas, escapularios, efigies de santos, toda clase de amuletos piadosos ; se afilia en cofradias y hermaudades, trabaja por- que vengan padres jesuitas, asuela los jardines para mandar flores d la Iglesia ; viste santos, adorna los altares, encomia la elocuencia de su predicador favorito y se sumerge plena- mente en las intrigas de sacristia. Lo monstruoso del ma- trimonio civil, lo relajado de los hombres y la liviandad de las mozas de ahora, son temas en que se ejercita con predilecciun su lengua de harpia. La frialdad de la Iglesia se pega d su fisonomia, que adquiere d veces la tez amarillenta de un cirio pascual. No quiere d nadie de su especie, y si llega d ena- morarse es de un loro chillon, de un gato monstruoso 6 de un dogo in fame. Pero hay otras mujeres d quienes una educacion cuidadosa, una vida pura, una piedad verdadera y virtudes solidas, les dan fuerzas bastantes para aceptar el celibato, si no con placer, al meuos con resignacion. Si se ven privadas de las emociones del amor y de la maternidad, no encuenfran en aquello injus- ticia sino desgracia. Por lo regular estas nobles organizaciones, viendo sus aspiraciones frustradas, sus ilusionos perdidas, el amor y la juventud despedirse de ellas para siempre, caen tambien por algiin tiempo en una especie de desaliento, del cual 230 EMIRO KASTOS se levantan resignadas y fuertes. Uii poco de tristeza queda siempre velando su rostro, pero la tristeza como senti- miento habitual imprime a la fisonomia un aire dulce, casi poetico. Siempre cuidan de su vestido y su peinado, desdenan los colores oscuros que son por lo regular librea de la hipocresia, asisten a bailes y tertulias y ccntiniian mezcladas eu el mundo, del cual son a veces el rnejor ornamento. Para la mujer siempre hay objeto en la vida, una vez que comprenda su mision de angel de paz y de consuelo. Algunas de estas mujeres cuidan del menaje domestico, educan a los ninos, aconsejan y dirigen a sus hermanos jovenes, vigilan por los intereses de la casa, sostienen con mil cuidados afectuosos la vejez dolorosa de sus padres, tienen voto consultivo en los negocios domesticos, gozan con la dicha de las personas que les son queridas, animan & unos, aconsejan a otros, consuelan a todos : son una especie de ninfa Egeria, la dulce y pacifica divinidad de la familia. Generalmente las mujeres que han sido laboriosas, castas y puras en la juventud son las que llevan el celibato con entereza, resignation y dignidad. Yirtud significa fuerza. Las que han sido frivolas y coquetas en su mocedad no saben que hacer con la edad madura, se exasperan contra el mundo y se entregan a la esteril profesion de beatas. La ley del progreso y de la justicia impone a la sociedad graves deberes que cumplir respecto de las mujeres. El hom- bre no necesita que se le sostenga ; la fuerza se ampara a si misma : la debilidad es la que requiere una gran protection. Si no ha de ser para proteger al debil, no sabemos que la sociedad sirva para maldita la cosa. Cumple, pues, a esta dar a las mujeres una education seria, variada y substantial, para que sus cualidades activas encuentren ejercicio y puedan llevar fuera del matrimonio una vida laboriosa, inde|Dendiente y digna. Por diez establecimientos de ensenanza para hombres, se encuentra en el pais uno de mujeres. i No es esto el egoismo brutal de la fuerza, que solo tiene previsiones y cuidados para si misma? Y esas preocupaciones estrechas y mezquinas, que arrojan una especie de disfavor sobre la mujer que qui ere vivir y elevarse por medio de su talento y energia, deben ser incesante- mente combatidas por todo hombre de inteligencia y de corazun. En las poblaciones numerosas, por mil causas que no es del caso manifestar aqui, el matrimonio no es la regla sino ARTICULOS ESCOGIDOS 231 la excepcion : en estos grandes focos de poblacion las dos terceras partes de las mujeres se quedan solteras. De estas la mayor parte gastau su vida en la indolencia, en devociones esteruefl 6 frivolos galanteos. La descuidada 6 ninguna educacion que se les da generalmente, y las ataduras y preocupaciones sociales que les impideu avanzar en ninguna carrera brillaute, son la causa de la triste condicion que ocupan entre nosotros fuera del matrimonio. El teatro. la pluma, el pincel, la milsica, las artes, las ciencias, el trabajo que ennoblece y purifica, el trabajo en todas sus ramiricaciones podria calmar las decepcioues de su alma, daries independencia y posiciou y abrir a su inteligencia y energia vastos horizontes. En nuestro humikle concepto las mujeres tambien co- meten un grave error en coutar demasiado para lo porve- nir con la proteccion de un esposo. De aqui viene el no prepararse por medio de la meditacion el estudio y el trabajo al azar tan comiln del celibato. Contando con el ma- trimonio solo se afauan por aprender un poco de milsica, artes de tocador, frivolidades de toda clase, con las cuales tnientras estdn jovenes y bonitaa pueden ser muiiecas ado- rabies, pero despues de cierto tiempo se convierten en seres completamente inutiles. La edad madura las sorprende des- prevenidas c impotentes : lo que no sucederia si se hultieran procurado de antemano, para llenar el vacio de su corazon y la soledad de su existeucia, alguna ocupacion lucrativa, amor a las artes, gusto por el trabajo 6 pasion por la gloria, que son las tinicas cosas que sostienen, auentan y consuelan en todas las edades de la vida. (De El Pueblo, numero 71, de 1.? de Enero de 1857.) 232 EMIKO KASTOS en el Album de la senorita m. j. a. Hay una edad en que el alma tiene fe, el corazon entu- siasmo y la frente serenidad y limpieza : esta bella y santa edad de alegrias y de suenos es la juventud. Hay una flor desprendida del cielo, cuyo aroma es mas suave que todos los perfumes del oriente : esta divina flor es la inocencia. Hay un poder ante el cual tiemblan los reyes y doblan la rodilla los fuertes : este poder es la belleza. Juventud, inocencia y belleza, he aqui el complemento de la mujer verdaderamente soberana en el mundo de los afectof, de la mujer que embriaga los corazones y que imaginan los poetas. Por estas tres flores, juventud, inocencia y belleza, daria una cortesana opulenta sus tesoros, y una reina gastada su diadema y su trono. Siendo vos joven, inocente y hermosa \ habra otra cosa que pueda desear yo para vos ? Si : un porvenir de dicha tranquila, fundada en el amor correspondido y sincero, en las alegrias de la vida de familia, y en el ejercicio constante del deber y de la virtud. Este por- venir tranquilo, pacifico, sereno, sin nubes ni pesares, es el que para vos desea con ardor vuestro sincero amigo. (De El Pueblo, numero 77, de 2 de Marzo de 1858.) ARTICULOS ESCOGIDOS 233 CARTAS AL DOCTOR CAMILO A. ECHEVERRI CARTA QUINTA Seiior Doctor Camilo A. Ecueykuiu. Bogota, Marzo 20 de 18. r >8. Mi querido amigo : comprometido a escribirle alguna cosa sobre mi viaje ;i esta, uo se como saiga del apuro. En nues- tros caminos, como en miestras ciudades, todo es nniforme, tilencioso, acompasado. Am'cdotas, leyendas 6 aventuras, ni por pienso. En un viaje rapido, al llegar a nn pueblo 6 a una posada solo piensa uno en comer y en descansar ; asi es que tampoco tiene humor para estudiar las producciones del pais ni tomar datoa estadisticos. Estaa cartas no contendran, pues, sino observaciones superficiales c incidentes personales de poquisima importancia : pueden tener algiin interns para mis amigos ; para el publico ninguno. " La vidade Medelliu uo merece la pena de ser vivida." Esta es una cosa que nos repetimos diariameate en conver- saciones intimas. Las gentes no se encuentran ligadas por ningiiu lazo de afecto y simpatia; todo lo enfria el egoismo, y una codicia desenfrenada hace que la sociedad sea alii uu estado de guerra permanente. Los mercaderes de pueblo, general mente Israel itas sin conciencia ni corazon, contri- buyen a barbarizar las costumbres con su cardcter mezquino y sus maneras parroquiales. Y en medio de un pais tan bello, acariciados por un clima tan dnlce, con tanta riqueza y condiciones incalculables de dicha, no puede concebirse <{ue ha ya tantos hombres juntos Uevando una vidatan estilpida. Simmibargo, el hombre se adhiere fuertemente d cualquier lugar en que lia vivido largo tiempo. Bien sea que habite en un valle solitario, en la cresta de una montana 6 en el rincon de una ciudad, el dia que dice adios d las aves que lo desper- taban por la manaua, d las fuentes cuyo murmullo acariciaba su sueflo, d los liorizontes d que estaban acostumbradas sus miradas, d las personas amigas 6 conocidas con quienes trataba 234 EAIIRO KASTOS diariamente, no puede menos de sentir embargado su corazon por una tristeza inexplicable. Hasta los judios y los bohemios, condenados por la fata- lidad 6 la Providencia a no tener patria, dejan con tristeza los lugares en que han habitado mucho tiempo : solamente las poblacionas nomades del Oriente pueden emprender largas peregrinaciones y apagar sus hogares con placer, porque, llevando consigo sus tiendas, sus ganados, su familia y sus afectos, no dejan atras siuo la esteril inmensidad del desierto. Y aunque en Medellin los afectos sean una planta rara, siempre deja uno corazones calorosos que han simpatizado con el suyo, alguna familia amable y hospitalaria en cuyo seno des- cansaba como en un oasis, 6 alguna inujer encantadora cuya imagen lleva sobre el corazon como una flor perfumada. Cai- gan sobre esas personas las bendiciones del cielo ! Salud y fe- licidad para mis buenos amigos de Medellin ! Nada es mas fatigoso que los preliminares de un viaje largo al traves de nuestras montanas. Hay que comenzar por los avios de montar, a los cuales es preciso pasar revista hebilla por hebilla y correa por correa, so pena de derrumbarse por las orejas de la mula en cada precipicio ; despedirse de una multi- tud y responder & largas interpelaciones sobre : cuando vuelve? a que se va ? que piensa hacer ? y luego £ los postres encon- trarle cabida en los baiiles & una granizada de encomiendas, que uno lleva con muchisimo gusto, pero que ponen en graves apuros su talento de enfardelador. Por conocer el canton de Salamina, cuya rapida prosperidad mete tanta bulla en el Estado, por darme un baiio de frio, de nieve y de escarchas en el paramo de Ruiz, y sobre todo por venir en compania de excelentes amigos, resolvi tomar esta rata & pesar del horror que le tenia & tan prolongado camino de tierra. Eran mis compaiieros de viaje : Nazario Lalinde, (suprimire el sefior') simpatico y cumplido caballero, que puso generosamente d mi disposicion una recua completa de mulas y caballos excelentes ; Estanislao Sanudo, cuyo apellido es una recomendacion, pues la cortesania y la dulzura son patrimonio de toda esa esti- rnabilisima familia ; Y Elias Uribe, uno de los jovenes mds distinguidos que hay ART1CUL0S ESCOGIDOS 235 en Antioquia ; el cual, de su larga permaneucia en Europa ha traido algo mas que guantes lustrosos y levitas arrugadas, pues ha venido lleno de patriotismo y de amor al pais ; tan antio- queiio, tan granadino y tan americano como siempre. Ojala que tantos jovenes que de Europa solo importan a Medellin fatuidad y sandeces, trajeran tantas ideas y observaciones como Elias, con su sencillez y su modestia ! La revista in- dustrial del primer miniero de la tercera serie de " El Pueblo" escrita por ('1, llena de datos exactos y de sabias y juiciosas apreciaciones, revela indudablemente una cabeza llena y un espiritu cultivado. El camino de Medellin para Rionegro, tan peligroso y des- grenado siempre, y por cuyo motivo en mi articulo denomina- do Un paseo d Rionegro hice un cargo fuerte al abandono de las autoridades, lo encontramos en esta ocasion magnifico. lie apresuro pues a hacer pleua justieia al Gobernador Giraldo y a las otras personas que nan contribuido a esa mejora : a todo sefior todo honor. Xingiin viaje emprendido bajo mejores auspicios. Todos amigos iutimos, montados en bestias excelentes, en medio de un di'a esplendido y dirigiendonos & una ciudad como Bogota^ querida para nosotros, todo nos convidaba al buen humor y la alegria. Sinembargo, ninguno iba comunicativo y alegre. De. jabamos atras muchos afectos, y sobre todo la familia, nido de afecciones y de ternura, refugio supremo para el hombre el dia de la desgracia cuando el mundo y la sociedad lo arrojan de si. recuenlos iban en nuestra memoria vivos y palpitantes. Ojala hubieramos podido decir comoChilde Harold al abando- nar su tierra natal : " que no dejabamos atras nada que mere- ciera una lagrima."' En el alto de Santa Elena nos detuvimos para contemplar ese paisaje encantador, tenido de oro por los rayos del sol na- ciente. Alii tuve una inspiration feliz. — Melchor, dije a nuestro criado de confiariza, destapa una botella de bramdi y, con perdon de los hijos de la teiuj)lauza, rfrvenos copas abundantes. Mis amigos, vamos A ahogar en brandi la tristeza: al fin somos antioqueiios. y es preciso acep- t:ir his ventajas y los inconvenientes de nuestra raza. El antio- quefio no se alegra sino con estimulantes : nada importa que la alegria brote espontdneamente del corazon como una rlor ino- cente, 6 que saiga humeante y temblorosa como una bacaate 236 EMIEO KASTOS del fondo de una botella ; siempre es la alegria. Bebamos por los amigos que se quedan atras. Almorzamos en el corredor de la casa de Baena, dejando caer involuntariamente nuestras miradas sobre ese mosaico de ciudades, de aldeas, de huertas, de prados, de arboledas y de jardines que se llama el valle de Medellin. Del ejercicio y el aire frio y vigoroso de las montanas surge siempre un apetito majestuoso : alii comenzamos una serie de comidas vandalicas, que continuaron hasta Ambalema, en que ostento cada uno de nosotros el apetito de un estudiante de quince aiios y el poder digestivo de un patan. Antes de llegar a Chachafruto se nos aparecio & todo el galope de una mula, haciendo molinete con un palo, nuestro amigo Ambrosio Mejia: desdealli hizo (como tiene de costum- bre) de su silla de montar una tribuna permanente ; pero intro- dujo en nuestra pequena caravana un poco de animacion con su caracter bullicioso y sus brindis heteroclitos. Un hombre como Ambrosio, que nace en el seno de una familia pobre, que norecibe niuguna educacion. que comienza, como el mismo dice, sembrando papas y cebollas, y logra, em- pezando por tan bajo, elevarse & altas regiones mercantiles, conseguir grandes relaciones y remover valores inmensos, no puede menos de tener algiin talento y muchisima energia. La fortuna le ha sonreido como a nadie, pero tambien eT ha tornado la iniciativa y ha provocado a la fortuna. Jamas creere que sin estar dotado de chispa y de cualidades activas pueda hacerse todo lo que ha hecho Ambrosio. Su desprendimiento y generosidad no tienen limites, y por todas partes ha derra- mado el oro con tanto desden como pudiera hacerlo un lord en Inglaterra. Teniendo un corazon excelente y siendo por caracter bondadoso y confiado hasta lo sumo su bolsa ha sido destrozada por un enjambre de parasitos, y, en sus dias de apuros, agiotistas siu misericordia han completado el pillaje. Todavia le quedan fincas valiosas y anchas bases para restablecer una fortuna : ojala se persuada que el papel de Conde de Monte Cristo no ofrece ninguna conveniencia en estas tierras, y que esa^turba de pardsitos y de falsos amigos que lo han explotado, el dia que le conian su ultimo escudo seran los primeros en reirse de el. Las flores que engalanan comunmente ese camino habian desaparecido. Ya no se veian por alia las azucenas de can- ARTfCULOS ESCOGIDOS 237 dida blaucura, ni los amarrabollos de caliz encendido, ni la aroraosa flor del chagualo, ni las bellisimas magnolias : apenas uno que otro siete-cueros ostentaba sus ultimas flores todavia gala&as y vistosas. Los soles habian desteiiido el verde follaje de los ar boles, y los arroyos empobrecidos por el verano se arrastraban entre la yerba languidos y moribundos. Uno de los tormentos de viajar en Antioquia es la lentitud. Nuestras despenadas Cordilleras y el caracter lento, perezoso, conservador de las mulas, oponen a la rapidez invencibles ohstaculos, Cuando uno anda en esos caminos tostado por el sol 6 azotado por la lluvia, mirando por delante faldas inter, minables, eu una mula que agacha las orejas, ramonea pasto a* la vera de los caminos y entabla relaciones fraternales con las espueias declarando, como los estoicos, que el dolor noes dolor, se le junta a uno el cielo con la tierra } r el fastidio se le mete por todos los poros. j Cuando el ruido de un coche, 6 el estruen- do de un ferrocarril, turbariiu el silencio sepulcral de nuestras montanas ? jNo le ha sucedido & U., al pasar por el cementerio de Rionegro, recordar nuestras contiendas civiles con su natural sequito de lagrimas, de sangre y de ignominia ? Algunas veces pareceme ver sobre la verde grama huellas de la sangre derramada alii en fratricida contieuda ; y mucha parte de esa sangre era joven, pura, generosa y prometiente. ; Maldi- cum sobre los que lanzan esas poblaciones, laboriosas y paciiicas, en tales zambras injustificables y saugrientas ! Y nada es mas triste que derramar sangre por seguir la baudera y apoyar las pretensiones de un soldado inepto y fan. farron. Borrero no era belicoso sino en sus proclamas calen. turientas ; pero en campana carecia de malicia, de tactics, de arrojo y de numen. Y el dia de una batalla ese personaje, con su obesidad frailesca, sus zapatos amarillos, su espada siempre metida entre la vaina, esperando el resultado lejos del peligro y comiendo huevos, ese caudillo dejaba de ser inepto para venir a ser grotesco. La tierra le sea ligera, ya que la bistoria ha de serle tan pesada. Al lado de esta grotesca figura evoca uno con placer y con orgullo la grande y bella del General Herrera, y cree verlo a caballo sobre esas colinas con su aire noble, trau- quilo y esforzado. Herrera, vaciado en el molde de los < a- balleros antiguos, no era un personaje de estos tiempos. 238 EMIEO KASTOS El mercantilismo, la pasion por el bienestar y el sosiego per- sonales y la indiferencia por todo lo que no este relaciouado con el yo, sentimientos dominantes en nuestros tiempos, no son muy al proposito para forrnar caracteres elevados. Para mi, como creo haberlo dicho en otra ocasiou, no es el talento, la ciencia ni la fortuna lo que constituye im h ombre dis- tinguido : la verdadera grandeza consiste en el caracter, y el de Herrera descollaba cien codos sobre los raquiticos de hoy. Nuestro pueblo carece de memoria y olvida pronto a sus buenos servidores : en cuauto a mi, conservo siempre en la mfa, vivo y ardiente, el recuerdo del amigo, del ilustre ciudadano. Ya que hablamos de guerras civiles, viene a cuento in- dicarle a U. que seria altamente ventajoso, que los hombres que dirigen y encabezan la opinion en Antioquia populari- zaran el siguiente principio : No intervenir ni tomar car. tas en los negocios, ni en las disensiones de los otros Esta- dos federates. Que hay revoluciones en Bogota, en Pasto, en el Cauca, en el Magdalena 6 en cualquiera otra parte? pues que se arreglen como puedan. Antioquia debe no gastar un escudo ni derramar una gota de sangre sino por los intereses de Antioquia, y guardar neutralidad absoluta mientras no ataquen sus fronteras. En grau manera le con- viene a ese Estado el aislamiento para no ligarse con el porvenir de discordia, anarquia y disolucion que se espera a Nueva Granada. Su situacion excepcional y su territorio montanoso e inexpugnable lo autorizan para vivir tran- quilo y sereno, aunque el pais este entregado a las mayores agitaciones. No adoptando esta politica, se quedana con todos los in- convenientes de la federacion sin ninguna de sus ventajas. Sus recursos, su energia, su oro y su sangre los debe prodigar, eso si, cuando esten comprometidos el honor 6 la independen- cia nacional. (De Ei. Pueblo, nuinero 83, de 16 de Abril de 1858.) ARTICULOS ESCOGIDOS 23U BOGOTA DESPUES DE ALGUXOS ASOS DE AUSENCIA Entre los enemigos invisibles que tiene el hombre, nin- guno es tan encarnizado y poderoso como el tiempo. Un dia pueblos jovenes y vigorosos reunieron porfidos, jaspes, marmoles, argamasas que parecian indestructibles, y cons- truyeron monumentos que se llamaron el Partenon, el Co- loso de Rodas, el templo de Diana ; ciudades denominadas Mentis, Tebas, Palmira, Babilonia. Orgullosos con sus crea- eiones declaration que eso duraria siempre, y desafiaron a los siglos. El tiempo, al escuchar el orgulloso reto, recogio el guante y espero. Llegada la epoca de las represalias, el tiempo que tieue & su disposicion todos los elemeutos des- tructores de la naturaleza, arrojo el fuego y el hierro de los barbaros, el estremecimiento de los temblores, la lava [de los volcanes sobre esas ciudades, sobre esos nionumentos, y hoy dia el curioso viajero encuentra coufimdido el polvo de aquellas creacioues tit&nicas con la arena primitiva del desierto. En otra ocasion unos cuantos bombres audaces const ru- yeron una ciudad sobre siete colinas. Of'reciendo una am- {ilia y toleiante liospitalidad, reunieron en su recinto todas as religiones, las civilizaciones, las costumbres y las ra/.as que est a ban diseminadas en el globo. No contentos con eso, agitados por el vertigo de la expansion, conquistaion ciudades, provincial, imperios ; les dieron sus leyes, les im. primieron sus costumbres, los ligaron con intereses comu. nes; los unieron con puentes, con carreteras; establecierou sobre ellos fortificaciones poderosas y derramaron por todas partes para guardarlos legiones invencibles. Amasaron, : randieron y vaciaron en un inmenso molde esas grandee partes divergent! -;. y se llenaron de orgullo satanico al ver el gran todo, el mundo, el imperio romano, unico, indivisible, poderoso, eterno. Pero el tiempo, que considera las preten. siones de los hombres & la eternidad como pretensiones pe- dantescas, reclut'.') por alii en no se que climas helados esafi 240 EMIEO KASTOS miriadas de osos polares que la historia llama Mrbaros, y les ofrecio el mimdo romano como un esplendido festin. Estos hambrientos comensales cayeron con estrepitosa algazara sobre el viejo coloso, se comieron ciudad por ciudad, pro- yincla por provincia, y redujeron el inmortal imperio a una sacristia. Siempre que el h ombre en sus dias de insensatez y de orgullo escribe sobre un monumento, sobre una ciudad, sobre un imperio : esto es eterno ; el tiempo, que lo ve todo desde la eternidad, prorrumpe en una carcajada homerica. Y si las costumbres, las civilizaciones y las teogonias mas arraigadas en los pueblos han desaparecido ; si el marmol, el porfido, el granito y la argamasa antigua no ban podido resistir la accion corrosiva de los tiempos \ con que derecho nosotros, miserables reptiles, con nuestra deleznable armazon de miisculos y nervios, con que derecho extraiiamos que cada ano se lleve un giron de nuestra vida, empane nuestras miradas, arrugue nuestra frente y nos arrebate un ajnigo, una amante, una ilusion 6 una esperanza ? Notese que el tiempo, siempre en guerra con el bombre y sus creaciones, trata a las obras de la naturaleza con respeto, con galanteria y con amor. Pasais en la primavera de la vida por uno de esos valles agrestes y solitarios, llenos de frescura y de belleza, que la mitologfa antigua hubiera poblado de faunos y de nayades ; admirals el verde follaje de los drboles, el perfume de las flores y la transparencia de un limpido arroyo que murmura jugueton entre musgos y enredaderas. Al cabo de veinte anos os deteneis en el mismo arroyo & dar de beber 6, vuestro caballo fatigado : el musgo, las aguas, todo lo encontrdis como antes, imagen de una eterna juventud ; pero si se os antoja, como & Narciso, miraros en las aguas del arroyo, retrocedereis espantado al veros con la frente rugosa y los cabellos blancos. I Quien, al ver las huellas que los anos dejan sobre su vida, no se ha indignado alguna vez contra el brillo constante de las estrellas, contra la pureza permanente del cielo, contra lo inal- terable del sol? No siempre el tiempo destruye y envejece & las ciudades ; pero constantemente produce en ellas modificaciones y meta- morfosis. Tomemos del tiempo una particula homeopatica, cuatro anos y siete meses : esto hace que nos ausentamos la ARTfCULOS ESCOGIDOS 241 ultima vez de Bogota, y hoy la encontramos grandemente modi- ficada, tanto en las formas materiales, como eu las condiciones de la vida y en el personal de la sociedad. Bogota, como ciudad de descanso y de placer, ha sido la aspiration constante, el sueno dorado de los granadinos. En efecto, para los provin- cianos es una moderna Capua. Aqui encuentran un clima dulcisimo, Circes de todas condiciones que los adormecen y maguetizan, relaciones faciles, sociedad culta, elegante y franca, confortables materiales, y sobre todo, costumbres tolerantes y vida iudependiente ; no teniendo por delante el espionaje in- cesante y la fiscalizacion eterna de los pueblos de provincia. Bien sea debido a la atmosfera, al clima 6 a estar situada tan cerca del cielo y tan lejos de los intereses de la tierra, en nin- guna ciudad se mata el tiempo con tanta impavidez ni es la ociosidad una profesion tan honorable y popular. El trabajo de los hombres ocupados de aqui, comparado con el trabajo de los hombres ocupados de otras partes, es un verdadero far niente. En los almacenes se fuma y se conversa, en las tien- das de menudeos se fuma y se conversa. en los conventos sucede igual cosa : unos ejercen la ociosidad con diploma oficial como los empleados, otros hacen de ella profesion ad libitum en calles y portales, campeando por su respeto. A fuerza de vivir tan separados del movimiento y la actividad humana, aqui se reblandecen todos los organos, se apaga toda actividad, se enerva toda energia. Como casi todo el mundo tiene organizada su manera de perder el tiempo, vense pasar los dfas y los anos con una tranquilidad estoica. Y i para que querriamos mas actividad y agitation ? De la carrera no queda sino el cansancio. Nunca nos ha de faltar de que charlar. Una revolution en denies, una casa que se rifa, unos duelos inofensivos, una Exposition escrita en lenguaje que nadie habla ; el tigre, el perro, el caballo de zutano, los coqueteos de perencejo ; cualquiera de estos graves acontecimientos Uena nuestra vida. Los ruidos del mundo no turban a Bogotd en su somnolentia perezosa, ni el humo de las maquinas de vapor empafia su limpida atmosfera, ni arroja nubes negras sobre su cielo azul. Pero es innegable que Bogota, la ciudad andina, conserva- dora y estacionaria por excelencia, ha tenido tumbit'ii sus veleidades de progreso, sus arranques de reforma. La antigua costumbre sautaferefla, un tanto cuanto liip'crita, de dar R 242 EMIRO KASTOS una fachada humilde y mezquina a casas llenas en el interior de lujo y de confortables, ya desapareciendo : hoy dia el lujo no se oculta, se refleja tambien en lo exterior : a las buenas casas les ponen frontispicios elegantes. En todo nos gusta la franqueza. Todos los dias se edifican, se compran y se venden casas que valen veinte, veinticinco y treinta mil pesos ; se ha pro- longado la calle real, y en las que avecinan con esta se han establecido tambien almacenes, talleres, confiterias y perfu- merias : madamas y monsieures venden por todas partes go- losinas, perfumes y cosmeticos, 6 con la tijera en la mano, en calidad de peluqueros y de modistas, atacan los bolsillos. Los talleres de muebles finos abuudan mas que nunca ; jovenes con magnificos relojes montando soberbios caballos, y mujeres cubiertas de seda y de diamantes, llenan calles y paseos : el oropel y el lujo se encuentran por doquiera. El trigo, la carne, el aziicar, todos los objetos alimenticios de primera necesidad han doblado y cuatriplicado deprecio : el arrendamiento de las casas es carisimo. Por los buenos caba- llos piden quinientos, ochocientos 6 mil pesos, y no los man- tienen a menos de doce 6 diez y seis mensuales. En Bogota, la antigua ciudad de abundancia y baratura, la vida es mas cara que en Londres. Al ver este fenomeno extraiio hemos preguntado j acaso en Monserrate 6 Guadulpe se han descubierto veneros de oro y plata ? 6 ban desenterrado y puesto en circulacion los fabu- losos tesoros de los Zipas ? algunos ricos humanitarios habrdn establecido fabricas y naturalizado nuevas industrial? por Centura habran canalizado y hecho navegable el Funza, 6 algiln alquimista afortunado habrd descubierto la piedra rilosofal ? Para explicarnos este lujo, estos refinamientos, esta alza general en todos los objetos, en una ciudad andina que no tiene fdbricas ni industria, que no exporta ni produce nada, hemos observado, meditado e interrogado & los fmancistas y & los sabios, y los sabios, y los fmancistas han tenido la rara franqueza de decirnos que no entienden jota del asunto. El enigma continua, pues, impenetrable como un geroglifico egipcio. El ascetismo no entra en nnestro programa de existen- cia, ni hemos pertenecido ni pensamos pertenecer a ninguna ARTfCULOS ESCOGIDOS 243 sociedad de templanza; y por ende somos partidarios del lujo y de los refinamientos, cuando &tos sou el resultado del trabajo y de la riqueza. Sin el lujo, las artes y la in- dustria no se habrian desarrollado, y las ciudades estarian tristes, feas y desmanteladas como una Cartuja. Para los ricos el lujo es casi un deber ; pero cuando de una sociedad se apodera el vertigo de las imitaciones ruiuosas y de los plagios insensatos, cuando los pobres quieren al par de los ricos mantener sus hijas vestidas de seda, tener muebles de rosa, dar convites y beber charnpana, esa sociedad marcha por una pendiente pekgrosa y esta a cuatro pasos de la corruption y del abismo. Un poco de esto sucede en Bogota. Al traves de la seda, del lujo y del oropel, el ojo observador percibe en todas las closes sociales llagas asquerosas de pobreza y de mendicidad. Los mendigos vestidos de harapos son los inenos ; los mas numerosos y mas temibles son los cacbacos vestidos de levita y las damas cubiertas de seda. Si los comerciantes reunieran todos los billetes que reciben en un ano proponiendoles em- prestitos y pidiendoles limosnas, levantarian un archivo mas grande que el de Simancas. Eu la pasada Semana Santa notabase en Bogota un lujo insensate) y una prodigiosa cantidad de bellezas. ; Que de pleyades, de constelaciones y de architipos ! como diria el hermano Parra, Se ha generalizado y vulgarizado tanto la hermosura que, dentro de poco, el buen tono consistira en ser fea. i Da grima el considerar que la mayor parte de esa ju- ventud femenina, tan llena de gracia y gentileza, habra de consumirse en las tristezas del celibato. Amen de otras muchas causas que dificultan los matrimonios, y que seria largo enumerar aqui, no vacilaremos en senalar como prin- cipal ese lujo insensato que se ha introducido en las costum- bres. El matrimonio es un estado grave y laborioso, en desa- cuerdo absoluto con el caracter ligero y los instintos de liber- tad, pereza e* independencia que predominan en la juventud bogotana ; y ademas de los percances naturales que apareja de suyo, hasta los pretendientes mas osados tiemblan ante esa costosa perspectiva de alfombras, de muebles extranjeros, de convites, de tees, de ga«as, de diamantes, de sedas y de crinolinas. Parece que las gentes no pueden ya quererse R 2 244 EMIEO KASTOS bien sino pisando alfombras y descansando sobre rnuebles suntuosos. Despues de una ausencia de cuatro anos y siete meses hemos encontrado en Bogota una generacion nueva. Los grupos que conociamos han desaparecido. Los amigos que dejamos jovenes y alegres, casi todos estan graves y un tanfco cuanto viejos : unos yacen escondidos en el polvo de las oficinas, otros enterrados en el polvo de los escritorios, dedicados a las dulzuras del agio y & las combinaciones de la fmanza ; y algunos se han ido & buscar fortuna & las provincias 6 & sem- brar tabaco y tiritar de fiebre en las playas del Magdalena. De nuestras antiguas amigas, estrellas luminosas de otros tiempos, unas pocas se han eclipsado en la vida conyugal, y las mas, victimas de un celibato inmerecido, contemplan con ojos mar- chitos detras de bastidores los illtimos crepusculos de su juveu- tud apagarse, y apoderarse de la escena y cosechar aplausos y sonrisas nuevas y triunf antes bellezas. En resumen : despues de cuatro anos y siete meses de ausencia, encontramos & Bogota notablemente mejorada en la parte material ; el lujo invadiendo todas las clases de la socie- dad ; la pereza y la ociosidad siempre al orden del dia ; abun- dancia mas que nunca de mujeres hermosas ; la enfatica crino- lina obstruyendo calles y paseos, y los 'pepitos por todas par- tes invadiendo tertulias y salones. (De El Tiempo, numero 177, de 18 deMayo de 1858.) LOS PEPITOS El cachaco ha sido siempre el representante mas caracten- zado del buen humor y del espiritu bogotanos. Entre los veintidos y los treinta y cinco anos comienza y acaba su carrera. Chistes escogidos, ocurrencias afortunadas, elegancia ASTfCULOS ESCOGIDOS 245 en el vestir, modales finos, aventuras galantes, calaveradas de buen tono ; todas 6 algunas de estas circunstaucias forman la esencia y son las credenciales de este tipo original. El matri- monio y los puestos oficiales dan al traste con su carrera. Una esposa es lastre demasiado pesado para su vida desordenada y ligera de bohemio, y los destinos piiblicos, embarazando su lengua y su pluma, apagan dos de sus cualidades caracteristi- cas, que son la critica constante y la oposicion. Sin chispa y travesura no hay cachaco posible. A todo hombre joven y sol- tero no se puede dar este titulo : es necesario merecerlo, y en vano han pretendido tan honroso dictado muchos ricos palur. dos y provincianos imbeciles. Pero ; oh fragilidad de las cosas humanas ! este tipo original, grandioso, elegante, oposicion ista, este cuarto poder constitucional, como lo ha llamado al- guien, este dictador de los salones, principe de la moda, rey de la critica, el cachaco, en fin, ha sido absorbido, derro- cado, eclipsado y amilanado por el pepito : el pepito es dueno de la situacion. Aunque hacfa algunos dias que estaba en Bogota, no me habian dejado salir a la calle la lluvia y el frio. Ya empezaba a sentir nostalgia por los bosques perfumados del San Juan, por los naranjos y los jazmines, por las brisas tibias y el sol esplendoroso del valle de Medellin. La primera noche que senti el aire seco y vi el cielo estrellado, me abrigue con un grueso gabdn y sali d la calle d tomar lenguas. Me dirigi & la Casa consistorial & ver el tigre, que disfrutaba entonces de mds concurrencia que el teatro y de mds popularidad que la administraciou Ospina. Encontre al tirano de los bosques, que habia buscado iniitilmeute en las selvas de Antioquia y del Choco, voluptuosamente dormido en su jaula, como pu- diera hacerlo un empleado en su silla poltrona. El tigre se ha hecho d las costumbres perezosas del pais con admirable flexibilidad de cardcter. Despues de contemplar largo rato este bellisimo y simpdtico animal, sintiendome asaltado por el frio y su hermana mayor el hambre, yo, que no " vivo enteramente de la publicidad y de la discusion," me dirigi d una fonda en busca de alimento mas sustancial. Para comenzar d darme humos de hombre civilizado pedi una taza de te, bebida que como alimento es un sofisma, pero que d falta de estufas acepto como sudorifico. Encontre alii un corro de muchachos imber- bes lujosamente vestidos, entregatlos d una conver^acion muy 246 EMIRO KASTOS animada. Y coino ellos no se diesen por notificados de que los oyesen, id me encargasen el secreto, voy a trasladar literal, mente su conversation. — Y tu, Ernesto, preguntaron a uno de ellos, i en que ha^ pasado hoy el dia \ — Me levante d las diez, como acostumbro, pues en casa nadie me despierta, sabiendo que jamds me acuesto antes de la una 6 las dos de la manana. Piiseme pantuflos, bata, gorro griego, y me ocupe hasta las once en leer una novela de Dumas. Vestime a esa hora y mefuidalmorzar con al- gunos amigos, que habian mandado preparar un almuerzo enteramente d la francesa, compuesto de salmon, langostas, asados, frutas, vino bianco y cafe puro. Despues nos estu- vimos largo rato charlando y fumando babanos. Volvi a mi cuarto d escribir versos y contestar cartas amorosas. Esta noche d las once voy a pagar d mis amigos el almuerzo con una cena estrepitosa, d la cual quedan UU. convidados. La vida es necesario forzarla un poco, d ver si al fin da algo de suyo. — Yo, repuso otro, delgadito como una flauta, no se que hacer para matar el tiempo : la existencia me pesa como un fardo de bierro : estoy completamente gastado. (El infeliz tendria diez y ocbo anos.) He usado y abusado de todo. Lord Byron, mi poeta favorito, ha dicho que la vida no es sino un poco de amor, un poco de fastidio y un poco de vino, y de estas tres cosas solo me ha quedado el fastidio. ; Ah ! puede ser que algiin dia tenga medios para procurarme nuevas emociones ! Cuan- do papd muera y coja mi herencia me voy a la India, d la isla de Java d cazar panteras, y d Ceilan a comer pimienta a" pie de fdbrica. Y tu j que has hecho, Arturo, que no se te ha visto esta semana ? — Ya sabes que yo no tengo aficion sino a" los caballos : he estado en la sabana montando algunos potros que me han ofrecido, y ninguno me ha gustado : no he podido encon- trar el tipo arabe. Papa me regalo el overo que til conoces, que le costo trescientos pesos, pero en caballos de ese precio equivale d andar & pie. Si Jacinto quisiera mil pesos por su caballo negro ! — Por mi parte, exclamo otro mozalbete, palido como un cirio pascual, d mi no me gusta sino el juego y la litera- tura. Anoche en una rifa eche mal, infamemente ; despues que me ganaron el oro que tenia en los bolsillos, por el resto ARTICULOS ESCOGIDOS 247 tuve que firmar un pagare. Mi firma inspira confianza porque papa es rico. Estoy escribiendo una comedia sobre los amores de Luis XV ; la escena pasa en el bosque de los ciervos. Ya veu UU. Y tii, Manuel, i por que no viniste d mi cuarto manana como quedaste ? — Imposible, respondio este : hoy he estado recibiendo algunas cosas que pedi a - Paris. Me llegaron tres levitas, dos ties, una docena de botas y veinticuatro camisas de a* treinta francos principal : todo selecto. Voy a completar mi equipaje, pues pienso casarme. Estoy comprometido con Amalia : esta joven ha leido la Enciclopedia y no cree en nada: es sombria como un personaje de Byron y sarcdstica como un demouio. ; Deliciosa mucliacha ! No olviden mis lectores que el mayor de estos cabal leros tendria diez y nueve anos. • Caspita ! dije para mi. regresando a casa, estos muchachos tau lujosos, jugadores y gastados \ seran marquesitos del tiem- po de la Regencia, 6 pequenos nababs recicn Uegados de Cal- cuta 6 de Coromandel \ Yo que venia de una provincia montaiiosa y atrasada donde los muchachos se acuestan a las ocho y se levantan d las seis, y, en vez de ropa de Paris, visten cudcaras y chaquetas clasi. cas; donde no almuerzan 4 la fraucesa ni fuman cigarros nabanos, ni estau gastados, ni firman pagares, ni ajustan casa- miento con mujeres sarcasticas, ni manejan oro, sino alguuos realejos para comprar frutas y confites, me quedc abismado al vcr a estos pepitos, preludios de hombres, tan avanzados, tan gastados, tan licenciosos y tan esplendidos. Algunas noches despues fui d visitar d una familia estima- bilisima, en cuya casa pasaba en otros tiempos ratos deliciosos. Alii encontre una l>andadade pepitos coqueteando con la^ ninas, hablando al oido a las seiioras, refiriendo sus paseos, sus aven. turas, sus amores, con un desparpajo sin igual. Quise teiciar en la conversacion, pero no encontre oyentes continuando ellos pus pldticas estrepitosamente. Intentc llevar una seiiora al piano, y con agilidad diabulica salto un pepito y me la arre- bato. Vicndome aislado, postergado, sin oyentes, no pudiendo entender las reticencias y las conversaciones masonicas que pepitos y senoritas estilaban entre si, cogi mi sombrero y . . . . buenas noches. Fui d otra casa : repeticion de la misma escena. Alii no 248 EMIEO KASTOS estaban los pepitos enteraruente dedicados a la galanteria, sino que formaban liceo. Uno de ellos escribia sobre la mesa redonda versos en un album, compuestos en toda la semana, pero diciendo a las damas que eran improvisation del momento ; otro recitaba a una muchacha una compo- sition apologetica, disparandole a quema-ropa las galante- rias mas audaces. Los demas hacian en corro apreciaciones literarias : citaban trozos de Lamartine, de Victor Hugo, de Mery ; ensalzaban la poesia romantica porque es libre como el huracan de las montanas, como el condor de los Andes ; lanzaban improperios contra el genero clasico, y declaraban que Boileau era un pobre diablo y Aristoteles un gaznapiro. Quise rectificar algunas apreciaciones exageradas, pero aquellas notabilidades imberbes me atajaron el paso diciendome, con exquisita galanteria, que yo era demasiado viejo, incapaz de comprender la osadia romdntica y las ideas de la epoca. Las senoras y las ninas, que estaban en pleno extasis escuchando & los pepitos, hubieron de encontrarme flojillo, clasico, matusa- lenico. No teniendo auditorio, ni mereciendo mayores aten- ciones tuve que despedirme. En dfas pasados asisti a una tertulia. La musica deli- ciosa, el salon perfectamente iluminado y adornado con muebles esplendidos, la mujeres radiantes de belleza, de juven. tud y de alegria, todo anunciaba que la fiesta seria cumplida y la noche de divertimiento y de solaz. Yo, que nunca he sido fuerte en galopas ni varsovianas, y que por mi edad avan. zada solo puedo pertenecer en los bailes a la barra inofensiva y sedentaria, esperaba si gozar un poco conversando con las mujeres y aspirando esa atmosfera perfumada, voluptuosa y embriagadora que estaciona en derredor de las hermosas. Pero no habia contado con la huespeda : alii estaban los pepitos en espantosa mayoria. Imposible conversar con una mujer, y sobre todo con una mujer hermosa: los pepitos se habian apoderado de ellas, como Satands de una alma en pena. Con sus formas exiguas de muchachos creciendo encontraban cabida en los campos mas estrechos, y se metian como cunas en medio de los anchurosos trajes y de las hiperbolicas crinoliuas. Por todas partes estaban citando d las mujeres, haciendoles senas, hablandoles al oido, revoloteando como mariposas. Por fortuna estos dorados querubines no se incendian sino en las llamas azules del amor platonico : entre ellos son raros. ARTICULOS ESCOGLDOS 249 los Lovelace y los don Juan : el platonismo, primero que por el filosofo griego, fue inventado por algiin pepito antediluviano. ■ — I Por que no bailas ? le pregunte a un amigo que vi por ahi jubilado en un rincon : — Pues como voy a bailar, me respondio, si Adela, de quien tii sabes estoy enamorado con pretensiones las mas serias, me ha dicho que no puede concederme un vals, pues esttf desde su casa citada para no se cuantas piezas por los seilores pepito?, y ni siquiera he podido conversar con ella, pues esos cupidillos la tienen rodeada a todas horas, y la deslumbran, la fascinan y la embriagan con su galanteria bom- l>;istica y sus jeremiadas amorosas ! Voy a romper con ella y a no visitar casa ninguna infestada por los pepitos. Raras son las mujeres bastante juiciosas para preferir los hombres a esos ninos : tanto peor para ellas. \ Por que sera que los padres do esos muchachos no los hacen acostar temprano para que madruguen a la escuela ? Venciendo mil diticultades pude colocarme en un circulo de bonitas muchachas. Pero llega la hora del ambigil, y cuando yo pensaba conducir triunfalmente una hermosura al comedor, los pepitos se ciernen sobre nosotros como una bau- dada de aves de rapina, se apoderan de todas las muchachas socorridas que habia por alh y me dejan con un palmo de narices en el duro trance y penitencia de dar el brazo a una cuarentona larga, flaca, amarillenta, y descreida. En el come, dor se apoderan de los jamones, de los pavos ; se comen las mejores frutas, se beben los mejores vinos ; charlan, discuten, brindan, sientan profesiones de fe, y sobre los escombros de solidos y liquidos declaran ufanos y contentos, que este es el mejor de los mundos posibles. Antojaseme dar de comer a varios amigos en una fonda : me presento a las cuatro de la tarde y pido un cuarto privado. El fondista me sale con la flor de que unos cuantos caballeritos ocupan todas las piezas. Me entro de rondon en una de ellas, y alii encuentro, como en todas partes, a los pepitos, co- miendo, charlando, discutiendo, bebiendo champana y for- mando una batahola infernal. Estos interesantes caballeros me dirigieron miradas indignadas y petrificantes : al ver mis barbas me creyeron tan viejo como Cagliostro 6 M.itusideu. 250 EMIRO KASTOS Otr© dia propuse a los redactores de un periodico que me insertaran un articulo. No podemos complacerlo a U., me res. pondieron, porque unos senoritos (mis pepitos de siempre) han pagado toda la section de remitidos para inserter unos articulos enormes, cuyos titulos son : Astucias de las mujeres desde Addn hasta hoy. — La diplomacia europea en el sigh XVIII. — El porvenir de la raza latina. j Esto es ya demasiado ! dije para mi. ; Manes de Atila, de Tamerlan, de Felipe II, de Robespierre, de todos los grandes segadores de cabezas humanas antiguos y modernos, yo os invoco ! Y vos, Herodes, de humanitario y nlantropico recuerdo, salid de la tumba, y prestadme vuestra cuchilla vengadora ! Chanzas a un lado : los pepitos representan ese desborda- miento de la adolescencia sobre los salones, las tertulias, los garitos y las tabernas. Los padres, en lugar de tener como antes a sus hijos recogidos en sus casas 6 en los colegios estu- diando, trabajando y preparandolos con ejemplos y ensenanzas para ser algiin dia hombres serios, ciudadanos honrados, labo- riosos, distinguidos, les dan hoy libertad absolute, para cursar la galanteria, correr aventuras y frecuentar fondas y garitos. El estudiante con el capote roto, las botas torcidas, el libro bajo el brazo y los bolsillos limpios ; pero contento, de buen humor, desdenando las miserias del presente con su tesoro de ilusiones candorosas, de santas alegrias y de confianza en el porvenir, ese tipo bello y poetico del adolescente, ha desapare- cido. Ya no se ven sino senoritos llenos de colgandejos, per- fumados, rizados, adamados, descontando el porvenir, usando precozmente su organization, y perdiendo los mejores anos de su vida en los vicios y el galanteo. Los pepitos forman pues un tipo bastardo, una adolescencia apocrifa. Bogota, Mayo 20 de 1858. (De El Tiempo, numero 178, de 25 de Mayo de 1858.) ARTICULOS ESCOGIDOS 251 VANIDAD Y DESENGANO CARTA A LUISA Nos ha sido comunicada esta carta con permiso para publi- carla : esperamos que sera leida con gusto. " Va para tres anos, mi querida Luisa, que no te veo ni te escribo : ese aturdimiento casi vertiginoso que produce en no- sotras un acontecimiento tan grave como el matrimonio, arre- glos de casa, visitas que recibir y pagar, fiestas, .bailes, tertu- lias ; todo ese acompanamiento obligado y laborioso de la alta posicion que yo deseaba y que al fin obtuve, al menos por al- gunos dias, han sido causa de que descuidase tu amistad, aun- que en el fondo mi corazon te idolatra como a la amiga sincera de mi primera juventud. En estos liltimos tiempos sobre todo, mi querida Luisa, se ha despertado en mi alma por ti m&s que nunca el afecto, la ternura y la amistad. A proporcion que una sondea mas la sociedad y lee mas paginas del libro de la vida, no encontran- do por doquiera sino aridez y deseucantamiento, vuelve sus miradas hacia atr&s y se refugia con la imaginacion, como en un oasis verde y encantado, en los juegos, en las puerilida- des, en los suenos y en las amigas de los primeros anos de su vida. No hay un guerrero triunfador, ni un ambicioso afortu- nado que no cambiara su oro y sus preseas por la vida alegre, bulliciosa, descuidada que en el hogar paterno llevaba cuando niiio. i Que mujer del gran mundo, esposa de banquero 6 maravillosa de salon, al regresar a su casa despucs de una noche de baile 6 de sarao, recordando las lisonjas, las genuflexiones, las galanterias prodigadas a su l>e- lleza, no liabrd dicho, apoj r ando tristemente la cabeza sobre su blanca mano j que cansancio, que falsias, que vanidad, que fasti- dio ! j Quien fuera colegiala, quien fuera inocente, quien fuera nifia? Recuerdo aiin cuando en casa, pasedndonos en el jardin, 252 EMIEO KASTOS nos prometimos realizar nosotras mujeres una de esas amista, des clasicas de hombres, que no se encuentran en la historia, pero que refiere la fabula ; nos juramos ser Castor y Polux, Teseo y Piritoo, dos cuerpos y una alma ; casarnos con do8 hermanos, vivir en una misma casa, criar nuestros hijos en corniin, tener penas y goces identicos, envejecer reunidas, mo, rir juntas. Todo este programa era un delirio, pero ; que de, lirio tan bermoso ! Pronto conocimos que en nuestro caractei se desarrollaban germenes diversos, y que las necesidades de nuestra organization nos lanzarian por senderos lejanos y contradictorios. Leiamos novelas con avidez. Nada puede baber, para la inteligencia Candida e impresionable de una nina, tan peligroso como esta clase de lecturas. Amen de que las novelas bacen perder el gusto por los estudios positivos y las ocupaciones se- rias, enferman la imagination, falsean el caracter y lanzan el alma en aspiraciones fantasticas, en plena contradiction con las estrechas proporciones en que ba de girar nuestra existencia verdadera. La novela francesa, sobre todo, que arroja impii- dica al lector desnudos sus personajes y sus pasiones, es tosigo mortal para una adolescente. Las inclinaciones de tu alma recta, sencilla y honrada te llevaban siempre a preferir k Richardson y a Walter Scott, ilnicos novel istas que yo permitire leer a mis hijas. Esas pinturas de la naturaleza tan frescas y verdaderas ; esos heroes tan caballerosos y tan leales ; esas bellezas castas, puras, timidas y honradas ; esa apologia cons- tante de la virtud, de la caballerosidad, del matrimonio, de la familia, de las santas y pacificas alegrias del hogar domestico, que reflejan por todas partes las obras del bardo escoces, el mas puro, moral y verdadero de todos los novelistas, eran el encanto de tu alma, amante tambien de lo sencillo y verdadero. Y en Richardson, ese otro gran pintor de la familia y del ho- gar, te encantaba la bella y discreta Carolina, y te inclinabas, como debe hacerlo todo corazon bien puesto, delante de Clara Harlowe, esa martir sublime del deber, ese tipo divino de la castidad femenina. Mientras que tu, que eras tcdo modestia y sentimiento, simpatizabas con las mujeres de la historia y de la novela que preferian el amor, la familia, la oscuridad, el silencio y la naturaleza al ruido de las ciudades y A la existen- cia brillante de las cortes ; mientras que tu, llena de buen sen- tido hasta en tus ensuenos juveniles, envidiabas el destino de ARTl'CULOS ESCOGIDOS 253 esas mnjeres que pasaban su vida con el amante de su corazon en una cabana a la orilla de un lago suizo, 6 en un valle soli- tario, 6 corao Virginia a la sombra de las palmeras de una isla desierta ; mientras que til, adivinando el verdadero destino de la mujer, que es la abnegacion y la oscuridad, querias dedicar tu vida a sostener y alentar algiin pobre artista, 6 encantar la triste existencia de un hombre de genio abandonado del mun- do, herido por el iufortunio ; yo, loca mariposa, no buscaba sino la luz : Luzbel femenino tocada por la mano del orgullo, no sofiaba sino con brillar al sol de las ciudades, con ser mujer a la moda, habitar un palacio, vestir trajes magnificos y cu- brirme con perlas y diamantes. Y puesto que esta carta es una especie de confesiun, me atrevo a decirte que el orgullo y la vanidad de tal manera habian falseado mi caracter que, mas bien que ser la humilde esposa de un empleado, de un campe- sino 6 de un pobre artista, hubiera preferido entonces ser la es- plendida favorita de un monarca. I De donde habia yo sacado esas danosas extra vagancias ? Dios, que ha hecho a la mujer debil, indudablemente la ha formado buena, pues lo demas seria una injusticia indigna de su poder. Pero los primeros ejemplos y ensenanzas que se reciben en la ninez deciden de la suerte de su vida. Como til sabes, yo me crie con mi tia, una de esas elegantes del tiempo de Colombia, un tanto cuanto impregnada de las costumbres frivolas y ligeras de aquella epoca licenciosa. Ella hacia alarde de la intimidad que habia tenido con Bolivar y Santander, de los mil corazones arrebatados por ella en las grandes revistas militares y en los suntuosos bailes de aquella epoca gloriosa, y daba a entender que, entre otros, Cordoba, el heroe de Aya- cucho, se habia humillado ante su belleza, como Hercules a los pies de Onfala. Pero a fuerza de coquetear tanto con los liber, tadores y de cautivar tantos heroes, los heroes y los libertado- res la dejaron en perdurable solteria. Sinembargo, los milita- res, las revistas y las charreteras han sido siempre su locura, y la caida del ejercito permanente acabo de blanquear sus cabellos. Mi madre habia muerto estando yo en la cuna, y mi padre hacia algunos aiios que no existfa. Mi tia recibia en su ;i todo el mundo : era una de esas organizaciones igno- rantes, frivoLos, esteriles y vanas que no pueden vivir sino en el bullicio. Tertulias, paseos, cenatas con militares de bigotes torcidos, conversaciones picarescas y murmuraciones malignas 254 EHIftO KASTOS llenaban su vida. Ninguna idea seria 'albergaba en su cabeza hueca aquella procer colombiana. Mi educacion fue, poco mas 6 menos, la de la mayor parte de las jovenes bogotanas : me enseiiaron xm poco de geograf fa, de gramatica espanola, de lengua francesa y de milsica, educa, cion superficial que concluyo para mi a los catorceafios. A esta edad, generalmente las madres dedican sus hijas a las graves ocupaciones de la toilette, y las presentan en los salones, las tertulias y los bailes, como si el mundo estuviera impaciente por disfrutar de la sociedad de esas pepitas dengosas. Precisa- mente de los catorce 6 quince aiios hasta los veinte es que po- driamos adquirir una educacion variada y solida, y fortificar el alma y el corazon contra los enganos del mundo para ser bue- nas esposas y mujeres verdaderas, en lugar de muiiecas melin- drosas. De los catorce 6 quince anos para adelante, ya no te- nemos otras ensenanzas que las que nos dan las novelas, los cachacos y los pepitos. Candidas, ignorantes y desprevenidas nos arrojan en la sociedad de los hombres que, cuando no se toman mayores libertades, lo que sucede con frecuencia, halagan nuestra vanidad y nos inspiran ideas falsas, atacan toda virtud, marchitan toda creencia. De esa vida agitada de bailes y tertulias, de ese comercio intimo con los hombres que las madres toleran a sus hijas en edad temprana, resulta in- i'aliblemente que el pudor, la timidez y la modestia desapare- cen, quedando en su lugar la vanidad y la coqueteria. j Ex- quisitos maestros de moral son los cachacos ! Estos rigidos moralistas quemaban todas las noches in- cienso ante mi hermosura, me adulaban en prosa y en verso, y me hacian creer que yo tenia talante de reina y ademanes aristocraticos que me llamaban a una alta posicion, y no a consumirme en los detalles prosaicos y vulgares de im humilde matrimonio. El demonio de la vanidad se apodero de mi. Antojoseme ser una gran dama, mujer d la moda, tener una casa magnifica, dar fiestas, cosechar aplausos. Como la poca fortuna que habia dejado mi padre la disi- pabamos mi tia y yo d, toda prisa, era necesario un casa- miento ventajoso para realizar ese fastuoso programa. Tin joven pariente mio, pobre, pero dotado de un talento pro- minente y de cualidades las mas nobles, me ofrecio su mano : cualquiera otra hubiera correspondido a esa pasion sincera, comunicativa y ardiente, pero una mujer vana y coqueta es un ARTICCLOS ESCOGIDOS 255 monstruo sin nombre que no ama d nadie. Lo despedi sin misericordia. Un joven rico, pero dt'bil de caracter, sin instruction i.i malicia se apasiono locamente de mi : era preciso que alguien realizara mis fastuosos planes, y a este le toco ser la victima. En nuestras con versaci ones de novios le insi- nue que el amor no era hermoso sino en una casa magni- fies, entre grandee espejos y papel dorado, coronado de flores, impregnado de perfumes y vistiendo sedas y diamantes. Todo lo acepto con entusiasmo : una mujer habil y hermosa lanzara siempre en la via que se le antoje a un hombre enamorado. Me case. Voy a precipitar la narration, porque esta carta va siendo demasiado larga. En galas y diamantes Enrique me dio por valor de cinco mil pesos, y obra de diez mil mas con- sumio en muebles, vajilla y el arreglo completo de una niagni- fica casa que le costaba cien pesos mensuales. Paso cuatro soberbios caballos en pesebre, y proveyo ampliamente la bodega de vinos puros. Mi destino se habia cumplido : yo tenia una satisfaction parecida d la de Catalina H6ward, cuando penetro como reina en el palacio de Whitehall : no seutia como ella rondar en derredor mio el verdugo, pero si el des- engano, que no se hizo esperar largo tiempo. Durante un ano no supe de mi : llevaba una vida de vertigo y deslumbramiento : el arreglo de galas y las ocupaciones del tocador absorbi'an gran parte de mi tiempo, y las tertulias, los convites, los paseos con que obsequidbamos a nuestros amigos, todo en grande escala con lujo y refinamiento, no me daban punto de reposo. En casa habia por la noche vino, te, miisica, placeres para todo el mundo : mi salon era muy concurrido y yo tenia una popularidad inmensa. Alii concurrian, salvo algunas personas distinguidas, ese enjambre de valsadores de profesion, y de necios con diploma de elegantes que pueblan todos los salones de Bogotd. Pero pronto comenzo d fatigarme esa vida : no tenia ni una noche d mi disposicion para recogerme, leer 6 descansar : el publico estaba siempre alii exigiendo placeres, sonrisas y atenciones. La tarea de sostener la popularidad y de ser mujer d la moda no es una canon jia ; requiere ab- negation cristiana, buen humor constants, rentas inagota- bles y una organization de hierro. Aquella existencia for- zada y artificial empezo d danar mi salud, y los negocios y 256 EMIKO KASTOS el credito de Enrique sufrieron horriblemerite con la vida loca que llevabamos. Las fortunas de este pais, salvo las de algunos viejos agiotistas y avaros, no pueden resistir los gastos de una casa popular y de una mujer a la moda. Enrique vendio sus caballos, mis diamantes, la mayor parte de los muebles, y dimos corte y punto a los convites y las fiestas. El rumor de nuestra pobreza, nuestro salon desmantelado y nuestra bodega vacia ahuyentaron de mi casa al publico, y todo ese tropel de admiradores y de amigos desaparecieron como por encanto. La vanidad de las mujeres y el lujo insensato con que se establecen los recien casados en Bogota, motivan con frecuencia estos dramas conyugales. Por fortuna Enrique pudo salvar del naufragio este pe- queno campo en que vivimos. La desgracia y los desenga- nos han traido a mi alma la luz y la verdad ; y el campo con su dulce y pacifica serenidad, sus bosques solitarios, sus arroyos murmurantes y sus risuenos idilios es muy a propo- sito para refrescar una pobre alma como la mia, enferma y extraviada. Me he entregado a lecturas serias, he medi- tado mucho sobre las faltas de mi vida y he arrancado con mano firme de mi corazon la vanidad y la coqueteria, esas dos lepras del caracter femenino. Me case con Enrique sin amor, pero ha sido bueno y generoso conmigo y le debo una consa- gracion absoluta y sin limites. Mis hijas, dos pequenos queru- bines con ojos azules y cabellos de oro, divierten con sus gracias infantiles mis largas horas de soledad y me reconcilian con la vida. Ellas aprovecharan mi experiencia y mis desenganos : no leeran novelas, sino escogidas por mi, no tendran roce con los hombres, ni asistiran a bailes y tertulias hasta que no cum- plan diez y ocho anos, y hasta donde me sea posible ahuyentare de ellas la vanidad, la coqueteria y el deseo insensato de ser mujeres a la moda. Tii, que preferiste, mas bien que aceptar sin amor eso que llaman buenos partidos, venalidad tan comiin en las mujeres, casarte con un joven pobre, pero talentoso y honrado, y que te has encerrado con placer en una humilde casa, amueblada con modestia, a cumplir valerosamente los deberes de esposa y de madre, bendita seas ! Comprendiste perfectamente que el silencio, el recogimiento, la abnegation, el amor, la maternidad y la familia son el unico y verdadero destino de la mujer. ART1CUL0S ESCOGIDOS 257 Como andabas por la ruta verdadera, no has podido encontrarte con la amiga extraviada. La desgracia y la naturaleza me han curado. Ven d hacerme una visita : ya podemos otra vez com. prendernos, ser amigas y hermanas. Tuya de corazon, Amalia." (De El Tiempo, numero 181, de 15 de Junio de 1858.) MOSAICO Hace veinte anos que figura Adela como una de las elegan- tes mas caracterizadas de la capital. Ha presenciado varias transformaciones politicas, conocido tres Arzobispos y bailado con dos generaciones. Posee esa riqueza plastica de formas y de contornos, que es la segunda juventud de la mujer. Siempre viste trajes alegres, frescos, rozagantes ; se peina d la ultima moda, y maneja con el mayor desparpajo una anchurosa crino- lina. Se la encuentra en todos los bailes, en todas las tertulias, en todas las iglesias, en todos los paseos. Conoce, para no envejecer, los secretos de Diana de Poitiers : come poco, duerme sobre un colchon duro de cerda, y se sumerge todas las mananas en una tina de agua fria. Tiene mds dengues que una cole- giala y mas escnipulos que una monja. Aunque dicen que ha sido burlada por tres 6 cuatro novios y que todos los anos renueva sus cortejos, hace alarde de absoluta ignorancia en cuestiones de amor y, d cualquier equivoco inocente dicho en su presencia enrojece como una vestal. Abraza d sus amigas en la calle, las besa, les dice mis chinas, y 1 >:iraj.andose con ellas suele exclamar: "nosotras las muchachas !" Con todas sus pretensioncs de inocencia y de virginidad de cora/.i'm. esta liebre corrida tiene mas recamaras que un laberinto. Sola- mente el diablo puede igualar en malicia d una solterona de treinta y ocho aiios ! La enteruecen en el teatro los amores desgraciados, y lloriquea en la opera de Julieta y Romeo. S 258 Emieo kastos Dice que su sensibilidad es exquisita y su corazon un volcan en receso : tiene dlbum y sufre de los nervios. A sus ordenes tienen nuestros lectores la pepita jamona. — i No os ha llamado la atencion don Fortunato, guapo doncel que frisa en los cuarenta y cinco ? Tiene entradas en la frente y pata de gallo, pero no le hallareis una arruga en la levita, ni un pliegue desairado en el pantalon, ni en las botas una sinuosidad de mal gusto. Aplica todas las mananas un anteojo de aumento d la barba y los cabellos, y arranca con pinzas toda cana importuna. Posee elixires y cosmeticos des- conocidos. En compama de jovenes fashionables se le ve siempre en los paseos con varita en mario, perfumado, rizado, satisfecho, conquistador. En bailes y tertulias esta siempre al lado de las hermosas, llevdndolas al piano, hablandolas al oido, comprometiendolas ligeramente. Es f uerte en cronica galante, paga religiosamente aguinaldos, f omenta paseos y recoge escotes para bailes. Si nuestros lectores lo permiten, llamaremos a este el pepito emancipado. Estos pepitos pertenecen d esa larga familia de solterones, en la cual se encuentran caracteres tan variados y tipos tan excentricos. En el genero animal los solterones equivalen un poco d los sauces del reino vegetal, que no solamente son inca- paces de producir frutos y flores, sino que esterilizan y secan la tierra en que estan sembrados. MucLos a los veinticinco sonrien d todas las muchachas y no se fljan en ninguna ; d los treinta la echan de espiritus fuertes 6 se declaran gastados, desenganados, incombustibles ; frisando en los cuarenta, ya forman escuela anticonyugal, y predican d los jovenes que el matrimonio es una institucion caduca, una comedia cldsica, un idilio de mal gusto. Pero son raros los apostoles del celibato que hasta el fin tienen fe en sus principios. Por lo regular llega cierto dia en que, sintiendo su vida esteril, su aislamiento doloroso, apetecen la familia y buscan el matrimonio con esa tenacidad que caracteriza las ultimas pasiones del hombre. El pepito emancipado suele ser uno de estos solterones arrepentidos d ultima hora, Al prin. cipio, todos estos preteritos que apetecen entrar en la vida conyugal sin tener en cuenta que los anos han arado su rostro y empanado sus miradas y creyendose todavia moneda ape- tecida y circulante, buscan partidos ventajosos y ninas her- mosas, que se apresuran d rechazarlos; luego bajan d las ART1CUL0S ESCOGIDOS 259 mujeres de veinticinco 6 treinta, a las de reputacion hipotetica, a las jovenes d media pasta ; por ultimo, in extremis, atrapan por ahi cualquiera Maritornes espantable, 6 echan anclas en una viuda descreida, 6 se estrellan contra los angulos salientes de alguna cuarentona fosilizada. — I Quieren nuestros lectores un boceto del joven juicioso ? Con todo el respeto que se merece este tipo tan envidiado, diremos : que el joven juicioso se acuesta, se levanta y asisted la tienda, oficina 6 escritorio d las mismas boras, ' con una puntualidad rigurosa. Da un paseo por la alameda d las ciuco y media de la tarde, en compania de hombres de posi- tion, que pertenezcan al clero 6 la finanza. Oye con niucba devotion la misa mas concurrida y bace tres 6 cuatro visitas los domingos, en las que diserta sobre el verano, el invierno y la carestia de los viveres. No da escote para ninguna diver. sion, ni gasta un real en extras, pero en las tertulias baila hasta los registros, y en casa ajena bebe y come como un sabafion. Delante de ciertas personas vocea contra el socia- lismo, que noentiende, y contra Voltaire, que jamas ha leido. Es admirador del que triunfa y de los gobiernos fuertes, y da siempre la razon a los ricos en toda cuestion que tienen con los pobres. Su corazon, que palpita acompasado y cadencioso como el pendulo de un reloj, es incapaz de ningun vuelo generoso, de ningun arranque apasionado. Careciendo de talento, de originalidad y de travesura, buele de lejos a fastidio y es la encarnacion de la monotonia. Sinembargo, estos hombres, que son juiciosos porque no sirven para otra cosa, que aceptan todas las convenciones sociales, que no protestan contra nada y gritan siempre como Sancho Panza • viva quien vence ! no encuentran en su camiuo abrojos ni amarguras, ni estdu sujetosa las decepciones, luchas, desbordamientos y tempestades que sacuden y gastan al horn- bre de corazon, talentoso y apasionado. No apartarse de las Sanaa doctrinas del egoismo, y caminar siempre por el sendero trillado de la rutina, es toda su ciencia de la vida. Los juiciosos de que hablamos son recomendados por los padres £ sus hijas como buenos partidos ; van d los Cabildos, d las Legislaturas de los Estados, 6, los Congresos ; son sindicos de monjas, hacen casamientos ventajosos, viven considerados y mueren ricos. — Y jquc diremos del hombre grave? En otros tiempos S 2 260 EMIRO KASTOS la gravedad era una profesion, una especulacion, Una canonjia. El hombre vestido de negro, con el cuello parado, silencioso y rigido como una cariatide, imponia a la multitud y pasaba por un portento. No poniendose jamas en evidencia, sal- vando su voto en las cuestiones arduas, soltando una que otra sentencia rebuscada y campanuda, y haciendo circular el rumor de que estaba escribiendo una obra recondita, que no parecia jamas, podia cualquiera meter en baraja a la multitud y crearse una position solida. Pero el escepti- cismo moderno, que no admite oraculos si no revelaciones, ha matado al hombre grave ; y liltimamente, para darle el golpe de gracia, se ha descubierto que nada hay en la creation tan circunspecto, tan silencioso, tan solemne y tan grave como un jumento. — Hay en la sociedad una multitud de individuos inca- paces de atencion, de malicia y habilidad para cosa ninguna ; otros que jamas llegan a tiempo, ni dan en el clavo, ni ven mas alia de sus narices, ni comulgan sino con ruedas de mo- lino ; otros, en fin, que viven entre dormidos y despiertos, entre gallos y media noche. Todos estos distraidos, desma- nados, credulos, incapaces 6 necios, componen la gran f am ilia de los sondmbulos. Don Canuto goza de un sueldo mediano, que vende con anticipation a los agiotistas, con la sisa correspondiente. Sin- embargo su mujer da tertulias cada vez que se le antoja y manda con frecuencia hacer vestidos de seda a modistas fran- cesas. TJn financiero es amigo intimo de la casa. Don Ca- nuto cree que todos esos gastos representan las economias de sudulce mitad : Don Canuto es un sonambulo. Las madres que llevan sus hijas a los bailes y, para tener libertad de merodear en el comedor y comadrear con las amigas, las dejan entregadas a la fe punica de los primos, 6 al brazo secular de los cachacos, esas madres son son&mbulas. El joven pobre, que se deja atrapar por una mujer criada en la ociosidad y el lujo, confiado en que ella le ha dicho : contigo pan y cebollas, y que vivira bajo una piedra, y hara milagros de economia, y demds zarandajas del caso, ese joven es un sonambulo. El que toma una mujer frivola y coqueta por esposa, con- fiado en que no volvera & las andadas y que serd mujer recatada y buena madre de familia, ese Amadis candoroso es un r ondmbulo. AETICULOS ESCOGIDOS 2C1 El que, habiendo perdido su fortuna, no compreude por que sus antiguos amigos, cuando dan comidas y tertulias, olvidan couvidarlo, y extrana que las mujeres no le sonrian y la socie. dad le huya como a un leproso, ese tambien es sonambulo. Don Teofilo por entrara su casa penetra frecuentementeen la del vecino, y creyendo que pisa en tierra firnie se sumerge en el cano. En los bailes, cuando tocan un vals, pregunta si aquello es una contradanza, y en el comedor, confundiendo las ^botellas, por servir a las damas burdeos las quema con brandi. Cuando juega tresillo falla con la malilla, pensanclo que es el tres. Saluda con frecuencia a las senoras dicu'n- doles : caballeros, buenas tardes. Cree en el amor platouico y en las enfermedades nerviosas de las mujeres : se admira de todo y no discut3 nada. Si le cuentan que un hombre atraveso volando el canal de la Mancha, que los yankees tomaron a Panama 6 que Luis Napoleon se apodero de Lon. dres por un golpe de mano, se traga todas estas paparruchas como articulos de fe, y va al Altozano 6 a los Portales a con- tarlas a sus amigos. Este es un sonambulo architipo. El optimista, que cierra los ojos para no ver la desgracia y el dolor como condiciones de la vida, el engano y la mentira por todas partes, y que cree en la regeneracion de las masas y en el progreso indefinido del hombre, ese es otro sonambulo. Los que imaginau que a Nueva Granada se le espera un gran porvenir, porque tiene puertos en ambos mares, es duena del Istmo de Panama y posee metales, maderas de construc- cion, zarzaparrilla y tintes de toda clase, esos si que son ver- daderos sonambulos. Y los que creen en el sincero y desinteresado afecto que profesa Mr. Cass a su grande y buen amigo el geueral Herran, esos son papamoscas y sonambulos al mismo tiempo. Y nosotros que sin remuneracion, sin objeto, sin preten- siones, sin ambicion de ninguna clase, nos encargamos de nVc.ili- zar la sociedad, arriesgandonos d que nos estropeen el bulto y nos midan las costillas [ que otra cosa somos sino sondmbulos rematados ? (De El Tiemto, mimero 184, de 6 de Julio de 1858.) 262 EMIEO KASTOS ANTIOQUIA Y SUS COSTUMBRES La poblacion antioquena es incuestionablemente la m&s vigorosa, emprendedora y energica de la Confederation Gra, nadina. El viajero que recorre aquellas montanas aridas, aquella naturaleza desgarrada y abrnpta que opone a las comunicaciones, a la agricultura, al comercio, a todas las industrias dificultades casi insuperables, no puede menos de admirarse al encoutrar en las faldas, en las hondonadas, en los riscos, por todas partes prados artificiales llenos de ganados, habitaciones comodas y limpias, aldeas alegres y ciudades populosas. Exceptuando el valle de Medellin, que no solamente es risueno y gracioso sino de una fertilidad inagotable, las playas ardientes y enfermizas de los grandes rios y algunas montanas de los pueblos del Sur, el pais generalmente es esteril y la agricultura muy dificil. Los transportes son sumamente penosos, las praderas de grama requieren para formarse muchisimo trabajo, y extraer el oro del fondo de esos rios precipitados y tumult uosos, 6 rom- piendo rocas de porfido y granite, es labor de titanes. Una poblacion debil y raquitica habria sucumbido delante de esa naturaleza recalcitrante. Pero al antioqueno no lo ban arredrado las dificultades de la comarca arrugada que le toco en lote. Ha construido habitaciones sobre picachos tan ele- vados, que alii les daria vertigo a las aguilas ; al traves de faldas casi perpendiculares ha hecho caminos, ha cultivado valles insalubres y mortiferos, y, en busca del oro, ha ho- radado las Cordilleras y bajado con los ojos abiertos al fondo de los rios. En cualquiera parte que aparece una mina, doquiera se descubre un poco de tierra vegetal acuden el minero y el agri. cultor & realizar prodigios. 'El hacha y la barra son los instru- mentos favorites de aquellos brazos vigorosos. Una de las escenas mas pintorescas que pueden encontrarse en esas mon- tanas caprichosas y romanticas es presenciar, al golpe del hacha, la caida estruendosa de los bosques seculares. Carece- mos de datos estadisticos, pero aseguramos, sin temor de equi- vocarnos, que en el Estado de Antioquia se derriban al aiio ARTfCULOS ESCOGIDOS 2G3. cuatro veces mas fanegadas de bosques que en el resto de la Repiiblica. El hombre de las montanas tiene vicios y cualidades que le sou peculiares. Notase por una parte que geueralmente es supersticioso y fanatico, obstinado en sus h&bitos y rebacio para entrar en cualquiera via de reforrna y de progreso social ; pero en conipensacion es sobrio, trabajador, economico y amante del orden, de la familia y del hogar. Raros son los pueblos que han nacido en climas muy benignos y en eomarcas muy privi- legiadas, que bay an conservado por largo tiempo independencia y dignidad. En la cuna primitiva del linaje bumano, a las mar- genes del Ganges, del Eufrates, del Indo, en las llanuras de Babilonia, en el valle encantado de Cacbemira, en todas esas eomarcas perfumadas por los rosales, sombreadas por las pal- meras, donde el bombre al nacer se encuentra acariciado por una naturaleza amante, ninguna virtud energica se desarrolla en el, y enervado dobla el cuello ante cualquier conquistador atrevido. Pero los drusos, los albaneses, los corsos y los suizos, pueblos montaneses, aunque enclavados entre naciones podero- sas, se ban mantenido siempre independientes y altivos. Saln- damos, pues, las montanas como bogares sagrados de indepen- dencia y libertad. El habitante de las orillas del Magdalena, acostado en su bamaca, pasa largas boras del dia perezoso y sonoliento. Al seutirse aguijoneado por el bambre arroja al rio el cbincborro procuxa un rico alimento: en el patio crecen espontauea- mente el pimiento y el aji. Con el guarapo, nectar para el calentano, y el platano, ambrosia para todo el mundo, completa un festin que ni siquiera ban sonado los proletarios de Europa. Pero esa vida facil, abundaute, perezosa, enerva sus facultades, lo embrutece y lo degrada. Nace. vegeta, muere y pasa por la vida sin dejar huella ninguna, como los cuadnipedos en sus bosques. De las dificultades y de la lucha es que han surgido los pueblos emprendedores y los hombres distinguidos. Notase que los ricos herederos, que al nacer han encontrado allanados todos los camiuos de la vida, rara vez sirven para algo y gene- r.ilmente son ineptos y poltrones ; y al contrario todos los ca- racteres elevados, que han tornado una fuerte iniciativa en la industria, la politica y las.letras se han formado en la ruda es- cuela de las dificultades y de la desgracia. Debese, pues, en gran parte la energia y entereza del ca- 264 EMIRO KASTOS rdcter antioqueno & esa lucha ruda que ha tenido que sostener con la naturaleza. Pero la prosperidad y fuerza de aquel pueblo, no vacilamos en atribuirlas al puritanismo de las costumbres y a lo sana y vigorosa que es alld la institution de la familia. Conio en los pueblos primitivos, alii no se conoce otra manera de vivir. Aim en las ciudades populosas, no encontrando el hombre placeres, sociedad, teatro, vida exterior de ninguna clase, forzosamente tiene que refugiarse en la casa ; y el que no vive en familia no vive de ninguna manera. De esa falta de placeres y de vida exterior resulta que el matrimonio es una necesidad general, y las mujeres rehuyen toda galanteria pecaminosa, con la segura perspectiva de ser esposas. Solo una miseria muy exagerada 6 una organization muy torrida pueden lanzar a una mujer de cierta clase social en el ofitio de cortesana, dando & esta palabra su antigua y cla- sica signification. Las cortesanas en otras partes se ostentan Uenas de arreos y de lujo, con la frente altiva y la mirada des- denosa. En Antioquia las Frines y las Aspasias, perseguidas por la opinion, solo se muestran a hurtadillas, temblorosas y vergonzantes. Siempre que en Antioquia encontreis un solteron, no paseis de largo, estudiadlo : de seguro que hallareis en el un pasado borrascoso, un caracter excentrico, una vida exceptional. El solteron en Antioquia es una curiosidad, un fenomeno, una especie de aerolita : las madres lo senalan a sus hijas como un monstruo raro. Las costumbres, el caracter, las necesidades, el aisla- miento, y tal . vez hasta la naturaleza, conspiran alii en favor del matrimonio. Todas las tentativas que se han hecho para popularizar el galanteo de mala ley y volatilizar las relaciones entre los dos sexos, han encallado. Algunos Lo- velaces innovadores se han aparecido alii con pretensiones :i naturalizar las citas, las seducciones, los raptos, las esca- las de seda ; pero estos apostoles de la nueva ley, salvo al- gunos sucesos de pacotilla, han sufrido plenos descalabros en las clases altas y en las familias bourgeoises, y se han estre- llado en vano contra el antiguo puritanismo y la vieja escuela conyugal. Y como el matrimonio es alii una necesidad social y la unica manera posible de existencia, todas las mujeres se AETfCULOS ESCOGIDOS 265 educan para esposas. Llcvan al matrimonio el pudor y la castidad, flores que no marchitan alia precozmeute las malos ejeinplos ni el roce del mundo ; habitos de orden y de eco- uomia, bases primordiales del bienestar, de la independeru cia y de la dignidad eu la familia, y resignation cristiana para aceptar sonriendo todas las amarguras de la vida. Generalmeute saben coser, aplanchar, preparar la comida ; y hasta las mas ricas, en los dias tremendos en que los criados toman el portante, desempenan sin embarazo todas las evolu- ciones de la cocina. Exceptuando algunas familias ricas y pretensiosas de Medellin, los matrimonios se instalan en Antioquia con una sencillez patriarcal. Espejos medianos, mesas y asientos de nogal 6 comino en la sala, camas con colgaduras de zaraza y t:u imas en las alcobas completan el mueblaje. Los alimentos son igualmente frugales y uniformes. Al lujo y la vanidad, que tauto embarazan y fatigan la vida, no se les da entrada en esos menajes austeros y sencillos. Solo conocemos dos clases de matrimonios : unos en que los esposos se quieren bien, y otros en que se desprecian 6 se odian cordialmente. Los pri- meros no necesitan de relumbrones para ser dichosos, y los segundos seran desgraciados aunque vivan en medio del lujo m&s esplmdido. Eu las parroquias y los campos, a los diez y ocho 6 veinte anos todos los hombres se casau. Los gastos de la familia, la pobreza, las vicisitudes del destino, no intimidau a nadie. El antioqueno joven y pobre toma una mujer sin miedo ni vacila- ci6n, y se lanza en la vida contando con sus brazos, su valor, su energia y la Providencia, protectora de los hombres de bueua voluntad. Estos matrimonios, comenzados bajo los ausjiicios lobregos de la pobreza, a fuerza de trabajo y de ecouomia llegan & la comodidad : muchos conquistan la riqueza y casi todos son dichosos. La mujer comparte vale- rosamente las fatigas convugales, y es el mas poderoso ele- mento que hay en Antioquia de moralidad y de progreso. En nuestro articulo denominado Mi compadre Facundo bosquejamos con toda la verdad que nos fuc posible una de esas epopeyas domesticas tan commies en Antioquia, en que el hombre solo, pobre, sin protectores ni recursos se lanza in- trepidamente en pos de la fovtuna, y :'i fuei/a de tenacidad y de valor adquiere riqueza y conquista posicion. 266 EMIKO KASTOS Separandose de la pereza e inmovilidad geniales en la raza espanola, el antioqueno es amigo de los viajes y posee una actividad devoradora. Cuando las minas se agotan y las tierras se esterilizan en alguna parte, toda una poblacion recoge sus utensilios de trabajo, sus lares domesticos y emi- gra en busca de comarcas mas afortunadas. El malestar y la miseria no tienen aceptacion alia tranquilamente ni por el individuo ni por los pueblos : todos se conforman con este aforismo : " vivir es luchar." Hoy dia una gran parte de la poblacion ha abandonado sus viejos hogares y se ha precipitado a las montanas del Sur, donde se ven surgir como por encanta- miento, del seno de los bosques, aldeas y ciudades. En todos los rincones de la Bepiiblica hay antioquenos ; ejercen todas las industrias, se les encuentra en todos los caminos, son los cosmopolitas de America. En Antioquia se ejerce la hospitalidad tan ampliamente como en los pueblos primitivos. Como en la tienda del bedumo arabe, 6 en la casa del mufti turco el huesped, en la habitacion del antioqueno, es inviolable y sagrado. Aun- que sea criminal se le defiende y respeta. El viajero siente im placer indefinible al llegar a una de esas habitaciones de las montanas, donde las gallinas picando la yerba, las vacas bramando en el corral, la huerta perfectamente cul- tivada, el patio sembrado de flores, el aseo y la compostura por todas partes le revelan que alii reinan el trabajo y la abundancia, la familia y la mujer. Luego el placer sube de punto al ver la acogida franca y hospitalaria que recibe. Para obsequiarle se mata la gallina mas gorda, se arrancan las me- jores legumbres, se le prepara el mas comodo lecho. Como en las tiendas de Isaac y de Jacob, las Rebecas de la familia le pres'entan el aguamanil y la toalla, y le sirven la comida con toda cordialidad y gentileza. Algunos creen 4 los antioquenos beocios, y les inculpan a media voz que son rudos e incapaces. Estos cargos nos parecen faltos de verdad y protestamos contra ellos. El sentido prac- tico de los negocios y la aptitud para todas las industrias, son cualidades caracteristicas del pueblo antioqueno. En maqui- naria son muy habiles, y los artesanos de Medellfn son los mas inteligentes que hay en la Repiiblica. En la ciudad de Antio- quia crecen espontdneamente miisicos y trovadores. El senti- miento de lo bello, la literatura y las ciencias elevadas no han AKTICULOS ESCOGIDOS 267 podido generalizarse mucho en una provincia aislada, con escasas eusenanzas y donde todo el tiempo lo absorben las exigencias materiales y la lucha con una naturaleza ingrata. Pero atreviendonos d citar nombres propios diremos, que Antioquia ha suministrado, como cualquiera otra section de la Repiiblica, su contingente de hombres notables. Al frente de estas ilustraciones figuran Zea, Aranzazu, Alejandro Velez y los doctores Felix y Jose Manuel Restrepo. Y hoy, bajo el punto de vista de la inteligeucia, tampoco i'-i i Antioquia mal representada. Dejaremos de citar muchos hombres importantes por no alargarnos dernasiado. En la industria, como especulador inteligente y audaz a la par que hombre de corazon humanitario y geueroso, el senor Francisco Montoya se encueutra en primera linea. A su cardcter per- severante y d los esfuerzos heroicos de su casa debese la mayor parte de la industria y el movimiento mercantil que hay en la Repiiblica. Los senores Arrubla, arquitectos infatigables, ban coustruulo casi todos los edificios modernos que embeliecen a Bogota. El doctor Jorge Gutierrez de Lara es hombre dis- tiuguido a todas luces. Manuel Uribe Angel, adernds de poseer altas cualidades de corazon, es medico eminente, geo- logo aprovechado, anticuario e investigador infatigable. Los doctores Pedro A. Restrepo, Nicolas Villa y Pascual Gon- zalez son abogados muy notables. El doctor Roman Maria Hoyos reune a una modestia excesiva mucha instruccion, y la gracia y el talento mas originales. Los jovenes Benigno y Emiliano Restrepo estan llamados a figurar en el foro y la prensa. Camilo A. Echeverri es uno de los escritores mas prof unrlos que hay en el pais. Con uu patriotismo sin ejemplo, el doctor Jose Maria Martinez Pardo ha consas:rado tjratuita- mente todo su tiempo y su instruccion enciclopedica a la en- ^ejSanza de la juventud y d curar a los pobres. Ypara que no falte ninguna tigura en esta galeria de hombres notables, el >mds dulce, delicado y armonioso de los poetas granadinos es Gregorio Gutierrez Gonzalez. Como hemos hecho muchisimas veces d los caprichos, vicios y preocupaciones de los antioquenos criticas amargas, nos creemos con derecho para ser alguna vez benevolos con eilos, sin salirnos de la imparcialidad y de la justicia. (De Er, Tiempo, mlmero 186, de 20 de Julio de 1858.) 268 EMIBO^KASTOS RECUERDO NECROLOGICO EL TIGEE Por alia en el ano de 1852 nacio bajo una ceiba gigantesca, a orillas del Magdalena, un tigrecillo de medianas apariencias. La tigre lamio con ternura la menguadilla fiera, sin sospechar que estaba llamada a meter bulla en las ciudades y & tener una reputacion historica. Por algunos rumores que han llegado basta nosotros, sabe- mos que la primera juventud de nuestro heroe fue sobrc- manera borrascosa, y que por alia en sus bosques sento reputa. cion de gran cazador y gentil enamorado. En el ano pasado, a consecuencia de algunas desgracias domesticas, de las persecuciones de sus emulos y del escandalo que babian causado sus aventuras en las selvas del Carare, emigro -de su patria con ammo de regresar algunos afios despues, con los merecimientos de la proscripcion y la aureola de victima inocente. No pretendemos ser m&s ni menos veridicos que todos los biografos del mundo. En los alrededores de Bucaramanga se entrego a un comu- nismo desenfrenado : comiose unos cuantos muletos, algunas mulas y un burro. De una cboza arrebato un muchacho, e hirio mortalmente a un hombre. He aqui su boja de servicios. Para poner coto a sus depredaciones, un senor Estevez le liizo una trampa de hoyo, en la cual cayo. Habiendolo dejado doce dias sin comer, debil, casi moribundo, lo encerro en una jaula y lo redujo a, la vida civil. Exbibiolo en algunos pueblos del Norte y en las tiestas de Tunja, donde lo compraron por mil pesos unos especuladores bogotanos. En esta capital ha sido exhibido al publico en la casa con- sistorial, en el salon del Congreso, y todo el mundo ha visitado la temible fiera, que simboliza la astucia, la fuerza, la crueldad y la belleza. El senor Arrubla, para animar las fiestas con que queria inaugurar su plaza de las monjas, compro la hermosa bestia, AETICULOS ESCOGIDOS 269 cara, como cuestan siempre las hermosas. Siendo base funda, mental de las fiestas, y conociendose su agilidad proverbial y la tremendct ani/maUs velodtas deque Labia Plinio, hubo que construirle uu circo cerrado con verja de fierro, que parecia a prueba de saltos y de acechanzas. El dia diez del corriente habria en la plaza de las fiestas como cuatro mil espectadores. A esta hora iutrodujeron en el circo gatos, palomas, conejos, un cabro y un perro de la familia de los dogos, para que el tigre se entregara & algunas travesuras inocentes, mientras llegaba el dia en que debiera haberselas con un toro feroz. El tigre salio, como siempre, de la jaula lentamente y con repugnancia : como todos los animales de la raza ferina aborrece la luz, y sus grandes caminatas y depre- dacioues las hace de noche, escogiendo con predileccion las muy negras y borrascosas. Apenas salio el tigre de la jaula el perro se le acerc6, dando pruebas de ser un sonikubulo rematado, pues se dejo atrapar facilmente por el tigre, que lo mato con admirable desparpajo. Sin detenerse sobre el cadaver se puso a vagar por el circo, formando curvas y angulos caprichosos pues casi no se le ha visto caminar en liuea recta. El cabro, con el abundante pelo cubierto de lentejuelas, los cuernos do- rados, ufano y gentil como la cabra de Esmeralda, fuese derecho hacia el tigre, que desdeno ofenderlo, y obtuvo del publico por su valor estrepitosos aplausos. Despucs de dar algunas vueltas, el tigre volvia siempre .d buscar la jaula, de donde lo ahuyentaban con agua, a la que parecia tener mucha antipatia : segurameute profesaba el prin- cipio raizal de que la cascara guarda el palo. Algunas veces atacaba con furor d las gentes que estaban detras de las ver jas ; a los animales los miraba con (leaden : sus marcadas antipatfas eran contra el hombre. Se paseaba delaute de la puerta de la jaula, contemplaba detenidamente su altura y, si se nos per- mite la frase, diremos que parecia madurando un gran pcnsa- miento. Cuando menos se esperaba parose en las patas, se prendio con las garras del cabezal de la puerta, y salto encima do las ver jas. El joven que lo cuidaba, animado por el senor Arrubla, que estaba alii cerca, trato de contenerlo : le arrojo agua y le dio en la cabeza con la totuma, pero todo en vano : el fcigre Balto* a la plaza. Cuando el tigre intento su empresa se oian mil gritos : ; se sale, se sale ! ; que lo maten ! Cuando lo vieron arriba, d este 270 E1IIEO KASTOS crescendo tumultuoso sucediose un silencio pavoroso y solenme. j Aquello era de verse ! Las mujeres, palidas como cirios, gritaban unas, y otras, incapaces de gritar, hacian senas. Ca- chacos vimos con la cara aiilada y las narices de un palmo. Algunos se arrojaban al suelo y otros se subian al empajado. Las madres que tenian por alii sus hijos, temblaban como las hojas sacudidas por el viento : lamentaciones y murmullos los mas extranos se oian por todas partes. Desde el tablado de arriba un ingles en plena chispa gritaba : nadie se mueve, yo responder de todo ! Pero en los hombres hubo una reaccion siibita, y pasado el primer espanto casi todos se aprestaron con "valor & luchar con el tigre. Este, asi que se vio en la plaza, dio una vuelta en derredor de la jaula como queriendo entrarse. Un hombre le tiro un lazo, y el tigre persiguiendolo casi lo coge del zamarro ; otro, & caballo, trato de enlazarlo tambien, y la fiera corrio sobre el apoyando las garras contra el hi jar del caballo. Asus- tado el tigre en medio de aquel bullicio y de aquella vocin- gleria, corrio hacia los tablados del Sur y se metio entre una cantina. De aqui para adelante hay mil narraciones. Dicen que antes de llegar & la cantina el senor Mariano Pinillos le hizo un tiro de pistola : un torero lo hirio con una bayoneta : el senor Zenon Padilla, £ fuer de gran cazador, personaje obli- gado en aquella zambra, lo persiguio con un magnifico revolver de cinco tiros y le clavo dos balas : el tigre torno & huir, aunque ya moribundo, y bajo otro tablado acabaron con el & golpes. Tuvo un fin solemne : rnurio entre los gritos y la vocinglerfa de cuatro mil espectadores. Hemos tenido en miniatura esce- nas del anfiteatro romano. La muerte del tigre ha causado una sensacion profunda en Bogota. Como todas las criaturas fuertes, habia excitado odios profundos y grandes simpatias. Pero el tigre no era el iinico representante de la raza ferina en la capital. Quedan usureros sin conciencia, coquetas sin corazon, vampiros socia- les de toda clase, que pudieran exhibirse en el anfiteatro ; y, dado que saltaran la barrera, podria el pueblo cazarlos a todo su sabor. (De El Tiempo, numero 192, de 17 de Agosto de 1857.) AET1CUL0S ESCOGID03 271 UN RECUERDO Apenas va para seis meses que, en una esplendida mafiana de Febrero, nuestro amigo Elias Uribe, desde el alto de Santa Elena, decia adios con ternura y entusiasmo al valle de Mede- 11 in, a la casa de sus padres, a sus amigos de infancia, a todas las personas queridas de su tierra natal. Preocupabalo un vago presentimiento de que no volveria a ver a su anciana y amo- rosa raadre. Los espectaculos variados, caprichosos y ronuin- ticos que ofrecen las montaiias disiparon despues su melanco- lia. y tornd a su calma y serenidad habituates. Nosotros venfa- mos con el para Bogota. Como hombre de buena sociedad, tolerante, observador, espiritual, era excelente y entretenido companero de viaje, y su conversation abundante, llena de re- cuerdos y de apreciaciones verdaderas y originales sobre los hombres y las cosas, bizo para nosotros muy divertido ese largo viaje al t raves de las montanas. Observamos juntos con el mayor placer la prosperidad na- ciente de los pueblos antioquenos del Sur, su poblacion sana y vigorosa y el porvenir lisonjero que tienen por delante. Con- templamos con admiracion a Manizales, ciudad que sale de los bosques llena de vida y lozania, y saludamos con entusiasmo la aldea de ^laria refrescada por brisas dulcisimas, coronada de selvas seculares, graciosa, bella y poctica como su nombre. A las margenea del Chinchind, cerca de lacordillera. cnrontramos valles tan frescos y risuenos, que hicieron & nuestia imagina- L-i.in vagamunda de viajeros lanzarse plenamente en el idilio. I No valdria mas, deciamos, clavar uno aqtd su tienda, cerca de un arroyo munnurante. de una verde colina, hacerse d uuas . ones libros, un perro fiel, una mujer querida, y pasar bus di'as tranquilos y serenos en el silencio, la meditacion, el amor y la naturaleza, que ir a buscar las vicisitudes de los viajes, las decepciones del mundo, la vida falsa y mentirosa de las ciudades I Trepainos la nevada Cordillera del Ruiz : dormimos sobre un mismo lecho en medio de la paja y del frailejon, contnn- plando desde nuestra tienda, a/.otada por el huvacan, la argen- ta> da lima brillando en el azul del cielo. Admiramos ese in- 272 EMIEO KASTOS menso oceano de agua petrificada, sobre cuya nitida blancura 110 ha arrojado una sola mancha el soplo de los siglos. Y, en medio de ese silencio majestuoso y solemne, de esa naturaleza osianica, olvidando las miserias y las pequeiieces de la vida. nos elevamos & altas consideraciones sobre el infinito, sobre la inmortalidad, sobre Dios. ; Es tan delicioso viajar en com- pania de un h ombre de inteligencia y de corazon ! Pocos dias despues nos apretaba la mano ElIas despi- diendose para Europa. Pensaba completar alia su edu- cion, visitar la Italia, la Rusia, tal vez el Oriente y des- pues, ya bien nutrido de observaciones, de estudios, de im- presiones y de recuerdos, volver & fijarse definitivamente en su pais. Joven, rico, talentoso, considerado, el porvenir se abria ante sus ojos ancho y purpiireo. Sinembargo, por el ultimo paquete se anuncia que, de aquel noble y generoso joven, tan lleno de ilusiones y de esperanzas, no queda sino un cadaver en un ce- menterio de Paris ! Naturalmente estudioso y observador, EliaS no habia necesitado de colegios ni de pedagogos para instruirse. Casi nino publico en los periodicos de Antioquia una composicion poetica que revelaba la imaginacion mas tierna y delicada. Pero los multiplicados negocios de su casa lo llamaron al comercio, profesion en la cual se ejercito con buen suceso y habilidad. Sinembargo, los negocios, durante su larga permanencia en Europa, no absorbieron todo su tiempo. Hizo estudios serios, leyo y observo mucho, y adquirio esa tolerancia, esa suavidad de modales y esa ciencia del vivir que los hombres inteligentes aprenden en los viajes. Su fe en la Republica y en la libertad no la quebranto el esplen- dor ficticio de las cortes europeas. Volvio del viejo conti- nente sencillo, modesto, patriota, adherido mas que nunca 6, su pais, formando contraste con la generalidad, que solo traen de Europa levitas, colgandejos, ridiculeces, hastio por nuestros habitos, desden por la libertad y admiracion por el despotismo. Era buen ciudadano, inmejorable amigo, completo ca- ballero : una de las mas selectas y distinguidas organiza- ciones que en estos liltimos aflos ha segado la muerte entre nosotros. I Quien podria pensar ahora cuatro meses, viendolo partir AETfcULOS ESCOGIDOS 273 lleno de juventud y de vida, que tal dia como hoy habria de- jado de latir su corazon y estaria apagada esa noble existencia ? ; Cuanto no recordaria en los ardores de la fiebre la fresca sombra de los naranjos bajo los cuales habia pasado su infancia, el carino de sus herrnanos, los cuidados incesantes de su madre, el sol esplendoroso de la patria ! (De El Tiempo, niimero 192, de 31 de Agosto do 1858.) CARTAS AL SENOR DOCTOR MANUEL POMBO CARTA PRIMERA LA TIERRA CALIENTE Sefior Doctor Manuel Pombo. Flandes, Septiembre 15 de 1858. Mi querido amigo : conque U. que deberia esperarme en el Magdalena, cuando yo vengo regresa para Bogota ; U. a quien creia un esparciata sufrido y resignado al enoontZBiee en frente de los zancudos y del tasajo calentano se ha fugado precipitadamente d, buscar la opera, el fresco y la jugosa came sabauera ! No le encuentro vocacion para descubrir conti- nentes, ni para llevar vida de hermitaiio viejo. \ Si sera U. de esos filosofos estoicos, cuya abuegacion se parece d la del ratun de la fabula, que dejf') el mundo y sus enganos para meterse entre un queso ? Yo no hago caso del calor, he der'- cubierto que el sol es un sofisma, me rio de los mosquitos, de las garrapatas, de los zancudos y demds bestias (estilo frances) que pueblan estas bellas comarcas ; y, como un verdadero T 274 EMIRO KASTOS gentleman, voy a enriquecer las ciencias naturales recogiendo escamas de culebras y coleccionando zancudos. Estoy siguien- dole la pista a un lagarto rojo, y casi lo he descubierto. U. con un poco mas de resignacion habria participado de estas glorias, pero por amigo de las comodidades y de la tierra fria lo declaro indigno de la inmortalidad. Su ausencia me ha privado de un insigne colaborador en mis tareas de naturalista, defraudandome al mismo tiempo de la grata compania y de la conversacion llena de travesura y de aticismo de uno de los mas altos representantes del espiritu bogotano. Comenzare d castigarlo escribiendole esta carta, en la cual derramare en el papel, sin orden ni concierto, todo lo que se me ocurra ; y por desgracia suya probablemente se me ocurri- ran muchas cosas. Sali de Bogota, en compania de varios amigos el dia .... no me acuerdo : con el almanaque no cultivo relaciones de ninguna clase. ; Que importan las fechas a los bohemios como yo, que vivimos de hoy para manana como los paja- ros errantes atenidos d la munificencia de Dios, y que no tenemos arrendamientos de casas que percibir al fin del mes, ni cupones que cortar ! El calendario no sirve sino para saber uno el dia en que nacio, cosa por cierto muy poco importante, cuando tuvo sarampion, 6 lo pusieron en la carcel, 6 perdio su fortuna, 6 lo engano un amigo 6 fue burlado por una mujer ! \ Que objeto nos traia de Bogota a las tierras calientes ? Sospecho que ninguno, sino el de variar de clima, de relaciones, de alimentos y de horizonte. El primero a quien se le ocurrio decir que en la variedad y los contrastes esta el placer, por cierto que no era un rnaja- dero. Fatiga y descanso, movimiento y pereza, calor y fres. cura, pobreza y abundancia, tempestades y carina son los ingredientes con que debe condimentarse, para que tenga algiin sabor, este manjar agridulce que se llama vida. Gas- tamos de Bogota a Tocaima siete dias : no quisimos mar- char mas ni menos aprisa que todas las cosas del pais. Tra- jimos un almofrej con hamacas y ropa, y por toda provision, siguiendo las provechosas tradiciones del General Maza, una carga con liquidos. Los buenos bebedores de Antioquia pro- fesan el principio de que viajando debe beberse al dia en se- tenta y nueve partes, salvo las repeticiones en los casos for- ARTICULOS ESCOGIDOS .275 tuitos que puedan ocurrir. Nosotros nos acercamos un poco, aunque nunca llegamos a practicar rigurosamente esta sana doctrina. En todas las veutas surtidas que encontrabamos haciamos alto hasta concluir con las provisioues de la despensa y las aves del corral. Mientras estaba lacomidao el almuerzo, cjmo nos encontro U. en Apulo, colgabamos las hamacas, poniamos cerca de ellas al alcance de la mano vino, brandi, cigarros; fumdbamos, conversdbamos, bebiamos y, a falta de otra cosa mejor, nos resigndbamos con nuestra suerte. Le recomiendo esta man era de viajar. A proposito del Apulo, creo que d U. le habra causado como a mi indignation el ver el hermoso puente construfdo hace pocos anas, en visperas de caerse por no gastar u nos pocos reales que costaria componerle algunas arenas. Y causa muchisima extraneza que ricos e inteligentes propietarios, que tanto necesitan ese puente para el trdfico de sus haciendas, esperen que las autoridades, de suyo indiferentes ydormilonas, pongan remedio pudiendo ellos cotizarse y d costa de un pe- queno sacrificio componer rdj)idamente los danos, so pena de que antes de poco tiempo este el puente destruido. El Bogotd, como esos hombres cuya juventud es serena y la virihdad y la vejez tormentosas, se arrastra por las sabanas en la primera parte de su curso fangoso y enervado, sin mur. mullo y sin espuma ; pero al llegar d la cordillera, como aver- gonzado de aquella inaccion, de aquel silencio, tornase espu- moso y rugiente, y en alas del vertigo salta d los abismos fonnando esa catarata de Tequendama de pavorosa y eterna belleza, y hasta morir en el Magdalena sigue agitado y tur- bulento. Este rio no arrastra arenas de oro como el Tajo y el Pactolo, no es cldsico como el Escamandro y el Eurotas, ni como el Nilo arroja periodicamente limo fecundante sobre arenales abrasados ; pero para tener una pdgina bri. Haute en la geograf ia y en las descripciones bastale su esplendida catarata. Ademas recorre en todo su curso los terrenos mds fertiles y produetivos que hay tal vez en la Repiiblica. Las sabanas no necesitan apologia: con dificultad se encontrard en Aini'rica otro globo de tierra de tan gruesa capa vegetal y de una fertilidad tan fecunda 6 inagotable. Y para producciones de otro genero las comarcas calientes que atravicsa tainbicn son magnificas. En el distrito de la Mesa, cerca de sus orillas, T 2 276 EMIEO KASTOS existen plantios de cafia que tienen cerca de un siglo, y to- davia no esta agotada su primera fecundidad. Mas abajo sus terrenos riberenos contienen inmensos cebaderos, y tienen para estas especulaciones un merito incuestionable. En todas las margenes del Bogota, hasta su confluencia con el Magdalena, existen establecimientos de cana y potreros de ceba que valen millones. De pocos anos para acd se ha creado esta gran riqueza. Tocaima, situada en una meseta ardiente, pero seca y salu- tifera, con excelentes banos, medicinal el de Catarnica, fresco y delicioso el del Bogota ; cruzada por caminos por donde tran- sitan' grandes intereses y rodeada de productivos y valiosos establecimientos, parece que deberia ser indudablemente un pueblo de alguna importancia. Sinembargo vegeta pobre y despoblado, y el viajero experimenta un sentimiento repulsivo al atravesar sus calles solitarias. No pude encontrar quien me explicara las causas de su prosperidad durante el virreinato. La riqueza y el comercio afluirian seguramente alii por alguno de esos medios artificiales que estilaba el despotismo espanol. Hoy tiene reputacion de ser el pueblo menos hospitalario de la Repiiblica ; y & los pobres leprosos, que van & buscar alivio en su buen clima y beneficos banos, parece que los tratan con una hostilidad tan injustificable como inhuniana, pues la experiencia ha probado hasta la saciedad que esa enfermedad no es con- tagiosa. Desde Moises hasta nuestros dias la elefancia ha atra- vesado todas las generaciones como una maldicion implaca- ble. En la edad media la caballeria, que peleaba por los debiles y por el honor y la belleza de las damas, dirigio tam- bien una mirada simpatica sobre los pobres leprosos. Con el objeto de protegerlos se fundo la orden de San Lazaro, en la cual debia ser lazarino el gran maestre para acordar- les una proteccion mas decidida y filautropica. En la Igle- sia encontraron tambien auxilios y consuelos, la cual, para librarlos del odio de pueblos egoistas, los puso bajo su pode- rosa salvaguardia. Andando los tiempos parece que la sensi- bilidad de la Iglesia se ha ido embotando, y no se que en Nueva Granada intente algo en favor de esos infelices. Y si escasea la voluntad no faltaD los medios, pues el clero granadino, espe- cialmente el alto clero, disfruta hoy de rentas enteramente con- fortables. ARTfcULOS ESCOGIDOS 277 Por cualquiera parte queunoande enestas tierras ardientes encontrard, a los seftores Latorre nioviendo grandes masas de ganado, haciendo derribar montes, construyendo puentes, fun- dando haciendas. Ellos han formado casi todos los estableci- mientos importantes que hay en estos distritos : esuna familia de titanes. Como hombres de industria y trabajo mereceu una mencion honrosa. Pocos individuos en la Repiiblica han llevado al cabo tantas cosas como el senor Evaristo Latorre. Ha mane- jado casi todas las haciendas de la sabana, construyo el impor- tantisimo camino de Occidente, en el cual si gano plata era may justo, pues nadie trabaja para el Obispo ; ha establecido la vasta introduccion de ganado llanero que existe hoy, ha cons- truido un puente utilisinio sobre el rio Bogota y ha formado no se cu&ntas haciendas, dando pan y salarios a muchisima gente y aumentando considerablemente la riqueza publica. Ojala hubiera muchos hombres en el pais como el, de tanta iniciativa y energia. En Tocaima disolvimos el capitulo, y frailes y monaguillos tomamos rutas diferentes. Separeme con pesar de mis buenos amigos y compaiieros de viaje, y al trote largo de una inula me dirigi a la hacienda de su compadre y mi amigo Salvador Camacho Roldan, conocida con el nombre clasico de Utica. Es de un agrado imponderable viajar por la manana en tierra caliente al traves de los bosques. Habra U. reparado que en las selvas de tierra fria reina por lo regular lobrego silencio, y si alguu pajaro se atreve a interrumpirlo es exhalando notas melancolicas, las cuales mas bien que canto parecen un lamento. En los valles ardientes el canto de las aves, sonoro y armonioso, saluda la aurora con alegros prolongados que expresan la felicidad y la vida. Loros innumerables se entre- gau & la mas ruidosa vocingleria ; y las ardillas, los micos y los monos saltan alegres por las ramas de los arboles. Recre'ase la vista contemplando el plumaje vistoso de los loros y guaca- mayas y los variados matices de la gran familia de los toches, de los cardenales encendidos y de los azulejos color de cielo Por todas partes se oyen ruidos extranos, se aspiran perfumes desconocidos. La salida del sol se solemniza en los valles calientes con la milsica mas variada, con la fiesta mas es])l« ; n- dida. El terreno en todo este camino de la Mesa para aed, solido y compacto, compuesto en gran parte de cascajo y arena, se 278 EMIRO KASTOS presta admirablemente para un camino carretero. Bel Magda- lena hasta Tocaima han pasado ya carros pesadamente carga- dos. Este camino cambiaria como por ensalmo lafaz del Alto Magdalena, daria salida en grande escala a los frutos de la sabana, ocupacion ventajosa en esta tierra a los capitalistas de Bogota, que hoy no saben que hacer con su dinero, atrayendolos la facilidad de las comunicaciones y lo comodo del viaje, fomen- taria trdfico, fraternidad y relaciones provechosas entre los pueblos de las Cordilleras y de los valles, y daria rdpido vuelo a la industria, la civilization y el bienestar de estas bellas comarcas. El sol, que es un espantajo para los delicados sibari- tas de Bogota, no los molestaria pudiendo venir en coche soplandose con abanicos. En estas planicies el aire no esta impregnado de esas emanaciones piitridas con que la exhube- rante naturaleza vegetal, en eterna fermentation, mata al hombre en el Bajo Magdalena. Como el terreno generalmente es seco y el aire puro, los ricos podrian sin peligro inspeccionar sus empresas y traer sus familias por temporadas construyendo casas comodas y carmenes arbolados y risueiios. Tengo pro- funda fe en el porvenir de estas comarcas. Sobre las ventajas economicas del camino como especulacion, considerandolo por todas sus faces, pensaba escribir un articulo serio, pero siendo cuestion de niimeros y de calculos, dejo esta tarea & la pluma mas competente de nuestro amigo Camacho Roldan. Su compadre me recibio con la cordialidad mas afec- tuosa. Al Hombre serio de los cuadros y del boletin, al rey de los niimeros, lo encontre con un buen humor inagotable. Inteligencia elevada, caracter lleno de entereza, corazon apasionado y entusiasta, en el cual el uso del mundo no ha marchitado las creencias generosas de la juventud, trato sencillo, pero lleno de distincion, todas estas cualidades y otras muchas hacen de Salvador Camacho Roldan uno de los hombres mas notables,* queridos y respetados del pais. Es tal la confianza que inspira la franqueza y lealtad de su carac- ter, que hasta sus adversarios polfticos lo han tratado siempre con respeto y consideraciones. El ha probado que el entusias- mo y la imaginacion no excluyen las cualidades practicas del hom- bre de negocios ni las dotes del financista. Un dia de estos hemos de escribir en colaboracion un retrato concienzudo de este bello caracter. Pasamos algunos dias juntos banandonos en el Bogota, que ARTfcULOS ESCOGIDOS 279 couserva la frescura de sus aguas hasta perderse en el Magda- lena, leyendo a Balzac y a Teofilo Gautier, comiendo como imos ogros y cultivaudo eu hamacas la pereza como verdaderos calentanos. El que invento la hamaca sabia donde le apretaba el zapato. Apelo a su. erudition para que me diga cuando, como y por qui en fue hecho este importante descubrimiento. Sospecho sea originario de America, pues en el Oriente, donde se ha descubierto 6 inventado el cafe, la nuez moscada, las pipas, los perfumes, los harem y muchas cosas buenas, no dicen nada dela hamaca. La idea de esta blanda cama sin duda se le ocurrio a algitn aborigen americano, rollizo y perezoso. Debe eregirsele una estatua en las tierras calientes con esta inscrip- tion : "Al egrea-io Creador de la Hamaca, los Calentanos re- frescados y agradecidos." 1 Aceptando el amistoso convite que me habia hecho el senor Fernando Nieto, de TJtica me dirigi a Penalisa. En el trdnsito se encuentran magnificos terreuos casi incultos-, esperando capi- tales y brazos para producir ricos y abundant es frutos. Las pocas habitaciones que se hallan en el camino da grima verlas. Si U. al medio dia se acerca a una de ellas a eucender un ci- garro, encontrara poco mds 6 menos el espectaeulo siguiente. El dueno con camisa de listado sin abotonar, calzoncillos de lienzo y panuelo de algodon amarrado en la cabeza, arroja, medio donnido, bocauadas de humo meciendose en una hamaca de cabuya. Su mujer, u sea lo que fuere, con saya de fula y camisa de lienzo 6 de zaraza, dejando al aire los exiguos pe- chos, pela platanos 6 desgrana maiz cerca del fogon. No muy lejos esta rascandose con entusiasmo un perro sarnoso. Los cliicos desgrenados y sucios duermen banados por el sol bajo el alar de la choza. En el patio descansan voluptuosamente en un pautano algunos cerdos canonicales. Cerca de Unas matas de penca 6 a la sombra de un naranjillo 6 caracoli sestean unas ni.uitas cabras, en medio de las cuales descuella con el pelo erizado, las barbas prolongadas, luengos los cuernos y la mira- da licenciosa el cabro sultan. Alii no hay arboles frutales, ni enredaderas, ni huerta, ni flores : aseo y comodidades ni por pienso : nada se eucuentra que revele la fuerza y el trabajo del hombre ni la gracia de la mujer. Presenciando el embruteci- miento de esas gentes siente uuo apesarado el corazon. [ Como levantarlas de postracion semejante ? Llevando d esas comar- cas industria y movimiento que hagan brotar la riqueza y con 280 EMIBO KASTOS ella el bienestar, que tanto mejora al liombre fisica y moral- men te ; fundando escuelas que lleven a esas almas lobregas al- gunos rayos de luz, y sobre todo, encomendando a sacerdotes de vida pura y de corazon cristiauo, que inspireu & esos insig- nes quietistas habitos de moralidad y diligencia. Hace seis anos que estuve en Peiialisa y entonces no habia alii sino unas casas pajizas y potreros principiados. De enton- ces para aca el senor Fernando Nieto, que es otro de los tita- nes de la industria, ha metamorfoseado aquello, creando pastales enormes, construyendo la mejor factoria que hay en el Magda- lena yjina casa magnifica. Alii se encuentran buenos sofas, espejos, libros, camas de bronce, bodega bien provista, buena mesa, confortables de toda clase. El senor Nieto y sus hijos me recibieron con las mas exquisitas atenciones. Y la sorpresa es tanto mas agradable, cuanto que en las haciendas del Alto Magdalena, inclusas las de Neiva, con rarisimas excepciones las gentes viven como perros. Capitalistas fuertes conocemos que solo tien en en su casa una hamaca y algunas sillas desvencija- das ; jamas salen del aguardiente de anis como bebida y del sancocho como alimento. j Para que querran la plata esos po- bres diablos ? Esta hacienda, situada entre el Bogota, el Fusagasugd y el Magdalena, tiene algunas leguas de extension, grandes lo- mas con pastos naturales, valles hiimedos muy fertiles y te- rrenos secos donde pueden producirse en grande escala to- dos los frutos de la zona torrida. Esta cruzada por caminos para Neiva, Bogota y el Bajo Magdalena ; tiene varios pue- blos circunvecinos y brazos abundantes. Creo que en los aiios buenos produce diez mil arrobas de tabaco por ter- mino medio, pues en este, que ha sido la cosecha tan mala en todo el Magdalena, se han cogido cerca de ocho mil, pegiin las cuentas que he visto yo. Con el tiempo puede doblarse y cuadruplicarse la production, pues solo una pe- quena parte de las tierras esta cultivada. • Sobre todo, el ca- llejon, extenso valle escondido entre cerros, es de una fertilidad imponderable. Existe alii un lucrativo establecimiento de cana, potreros de guinea y pard, que se contervan siempre verdes, sombreados por bellisimas palmeras, donde crece el ganado mas grande que conozco en el pais. Brotan en aquellos terrenos fueutes sulfurosas, cuyas aguas pienso hacer analizar, banandose en las cuales la herpes, la sarna y abtIculos escogidos 281 demas enfermedades cutdneas se curan rapidamente. En una palabra, la hacienda de Penalisa, con su establecimiento de cana, sus grandes potreros de ceba, su production de tabaco y el desarrollo & que se presta para el porvenir, puede decirse que es la mas bella propiedad que hay en el Alto Magdalena. Estoy fatigado y determino dejar en el tintero otras rail. chas cosas con que deseaba atormentarlo, pues giento correr sangre corsa por mis venas y le he jurado lisa y llanamente la vendetta. Por ahora, en castigo de su desaguisado, espero que todas las pulgas de Bogota se conspiren contra su sueno ; que al salir de la casa, como £ los griegos en sus dfas nefastos, le estornude siempre una vieja al lado izquierdo, que las mucha- chas lindas no tengan para U. una solasonrisa, que los pepitos lo persigan por todas partes, que cuando -vaya a la opera en- cuentre a Rosina acatarrada, y que siempre le sirvan el cafe frio y el chocolate sin espuma. Adios : volvere £ Bogota cuando concluya mi coleccion de insectos y me ponga en el lagarto rojo. (De El Tiempo, numero 196, de 28 de Septiembre de 1858.) CARTA DEL DOCTOR MANUEL POMBO Al Senor Juan de Dios Restrepo. Bogota, Octubre 4 de 1858. Mi querido amigo. Sobre el tema de la presente rae dirigio usted una carta con que " EI Tiempo" ultimo obsequio a sus abonados. Escrita en el estilo de que Dios hizo a usted gracia, tan galano y tan flufdo, y conteniendo en el fondo gran caudal de las finas y oportunas observacionas que singularizan su taleuto, nada tendria que replicarle si usted, de suyo 282 EMIRO KASTOS bellaco, no la hubiese principiado formulandome cargos graves que debo rebatir, y si al concluirla se hubiese abstenido de ciertos auatemas que espeluznan al comi'm de las gentes. Afortunadamente no hirio usted A Aquiles eu el talon, y si algo dificulta mi defensa es lo anchuroso del campo en que tengo que verificarla. Voy, pues, sobre usted, y embrace la adarga y afirmese en los estribos para aguantar la arreme- tida. Empieza usted por extraiiar que no le hubiese esperaao en el Magdalena, cuando usted, recluta en achaques de tierra caliente, escabullo el bulto lindamente el dia en que se trato de que marchase d ella d la par y en competeucia conmigo, veterano en el oficio. Hubo entonces todo aqueilo de los negocios criticos, la importuna jaqueca, los vuelcos y com- promisos del corazon ; y el resultado fue que usted se quedo plantado en Bogota, esperando la. Lucia del domingo siguieute, haciendo la penitencia en mas de una mesa confortable, y repartiendo sus ratos perdidos entre las damas de los dulces ojos y los cachacos de la buena charla. No se puede negar que tiene usted. irresistible embocadura para ceDobita y que es un companero de encargo ! Si usted se portase siempre como en esa ocasion, y si la sangre antioquena, activa y em. prendedora, no circulase por sus venas, tal camino Ueva que no seria dificil Uegase d revivir el tipo, casi perdido en la moderna Bogotd, de lo que antes se llamaba el santaferefio raized. Por lo que pueda convenirle, y en atencion d que esa figura historica pudiera haber escapado a sus miradas, dis- traidas de su propio individuo y fijas en otras de masinmediata fecha, voy d disen&rsela rdpidamente. Era aquel un hombre en cuya fisonomia halagadora y mansa, las agitaciones de la juventud no habian trazado un solo pliegue : esencialmente rutinero y metodico, ni habia perdido la siesta de una sola tarde, ni omitido afeitarse un solo sabado, ni dejadose de mudar de limpio un solo domingo con la ropa puesta bajo la almohada desde la vispera. Quiza podria usted aislar su cabeza del sombrero, pero la capa de sus hom- bros .... nunca, ni el paraguas desusmanos, ni lacigarrera de piel y el panuelo de algodon de los bolsillos de su chaqueta holgada. Era por lo regular 6 sindico de manos muertas, 6 empleado en diezmos 6 en alcabalas, y sus aspiraciones se limitaban al bienestar del dia presente y d la acumu- AETICULOS ESCOGIDOS 283 lacion leuta y sigilosa de nn capital mas 6 menos modesto con que fundaba una capellania, cuaudo bajo su pabellon de macana, entre el fisico y el confesor, exhalaba su postrer aliento. Pero el rasgo promiuente del santafereno era la in- movilidad, y enraizamiento en la tierra donde Labia nacido : un par de paseos a Y omasa 6 Chapinero cuando muchacho, un viaje a las fiestas de Funza cuando joven, y la romeria a Chiquinquira, si el fervor religioso le inspiraba mas tarde tamaiios brios, formaban sus epocas heroicas y le suministraban materia para la couversacion de su vida entera. Si por ventura interveuia caballo en alguna de estas ex- coisiones, la cuestion se complicaba gravisimamente y la familia entera tomaba cartas en ella. El animal se colocaba en pleno patio, en doude hacia de las suvas con las retamas de las esquiuas y las nores de las tazas; el peon que lo habia conducido y que estaba iuiciado en los misterios del ensillar, era el linico que lo manejaba, entre el corro de los chicos de la casa, que se perdian en comentarios pavorosos sobre los movi- mientos de los ojos y las orejas del bruto, sintomas ineqiu- vocos de que era pajarero y corcoveador. Las mujeres, entre tanto, habian buscado garantias en los corredores altos, y apostrofaban sin cesar a la gente menuda para que huyese de las patas y se pusiese fuera del alcance de los dientes de la fiera. El futuro centauro, objeto de las amonestaciones generales, asistia con mal fiugida tranquilidad d tan varias escenas, y llegado el momento supremo, trepaba sobre la silla, repetia sus illtimos encargos y al expresivo trote de su cabalga- dura se echaba d la calle perseguido hasta doblar la eeqmni por las miradas de todos los suyos, apinados los rapazuelos en 1 1 uuerta y en los balcones las damae. Volvamos d las inculpaciones. Ni la paciencia de Job, ni la edad de Matusalen serian suficieutes para esperar d asted auuque fuese en el mas delicioso punto de la tierra. Soberbia ancheta llevaria el buen projimo que tal iutentase con un sujeto de las rarisimas prendas de lifted, que cam almofrej y petacas, que sestea en todas las ventas desolando los gallintius y dejaudo limpias las despensas, que preconiza las setenia y nueve libacionesdiaruis cxigidas por los profesores, deplorando no poder llevarlas a puro y debido efecto, y que, resumiendo sa Bistema de viajes, gaeta siete dias mortalea en las dies y ocho leguas de excelente camino que separan d Bogotd de 284 fiMIRO KASTOS Tocaima. Como se cortoce que ni fue usted el que invento el telegrafo, ni sera el que resuelva el problema de la navegacion aerea ! Me admiro ahora de que usted nos lmbiese acom- panado en aquella memorable ascension al Monserrate en que, asociados al insigne naturalista Luis Bernal, descubrimos la lagarta (lagavthus uxor de Cuvier) que tenia cuatro cavidades en el corazon y que mantuvo en sesion permanente por veintio- cho dfas & una de las mas condecoradas sociedades de sabios britanicos. Y mas me admiro de la asidua e inteligente cola- bo racion que le debimos en el " Essai sur les lezards (du grec Sauros) par une Societe de Savants," que casi nos hace ir a Prusia a presentar nuestro respetos al panegirista de nuestra obra, el celebre cuanto antiquisimo Baron de Humboldt . . . Si fuera usted siempre como en sus buenos ratos ! Me califica usted de profugo de la tierra calieute, y esto merece un retazo sentimental. . . . No sabe usted que en esos climas de cielo diafano yluz reverberante corrieron los mejores anos de mi juventud ; pero corrieron como los arroyos limpios y murmuradores que el iuvierno cria y los rigores del verano secan y absorben luego. Cuando mi corazon ardia como el sol de esas tierras, cuando mi alma necesitaba horizonte mas amplio que el que en ellas limitan las azules cumbres de las montanas remotas, busque esos climas y les bice la ofrenda de cuanto tenia y esperaba. Alii donde todo vive y todo tiene movimiento y voz, la palma sacudida por las livianas brisas, las flores agitadas por los errantes cefiros, el agua con sus co- rrientes, las aves con sus trinos ; alii donde la naturaleza une sus innumerables conciertos y los eleva sin cesar al Dios Om- nipotente y eterno que tan magnifica la crio, y pregona al hombre amor y libertad, allf apure d gruesos tragos cuanto habia para mi de celestial deleite y de amargura suprema en la revuelta copa de la vida. Si el pasado pudiera dividirse, si fuera dado 6, la memoria recordar solo lo que la estimula y halaga, el paraiso de mis recuerdos habria quedado en la tierra caliente. \ Puedo yo desertar de ella en busca del frio, que Uevo a todas partes en el corazon ? Basta y quiza sobra de romanticismo : volvamos al paso llano. Hace usted alarde de no dar importancia al calor, y agrega que ha descubierto que el sol es un sofisma. Distinga- mos, amigo mio. Cuando los sibaritas como usted se tienden al amor de la bamaca" y leen entre suenos y suenos las novelas ARTfCULOS ESCOGIDOS 285 del gran Balzac 6 los folletines delicados de Gautier, bien puede arderse Troya sin que les llegue el humazo ; pero cuando los esparciatas como yo, bajo el palio del cielo donde el sol meridiano derrama a torrentes su luz abrasadora, tomamos voluntaria parte en las quemazones de rozas grandes como ciudades, entonces la came debil se rebela y el espiritu uecesita toda su energia para no darse por vencido. Ya quisiera ver & usted cruzando los interminables llanos de Neiva al trotecillo de una mula de alquiler, que parece no moverse de uu solo punto, apagando el sol en las espaldas, respirando fuego, devo- rado por la sed y sin esperanza de sombra ni refrigerio. O, volviendo al antiguo regimen, quisiera verlo subiendo el Mag. dalena durante mas de cuarenta dias, consignado a los bogas, y llevando vida comiin con los caimanes del rio, los culebrones de la tierra y las nubes de mosquitos del aire ; 6 remontando las corrientes marinas en una goleta paitena, cargada de azucar 6 de cueros, atravesar la linea equinoccial, y extenuado por el sudor, la abstinencia y el mareo, llegar a Guayaquil, olvidada la fecha en que habia salido de Buenaventura. En estos trances desearia oir filosofar & usted y verle complemen- tando su galeria de insectos, y no a las goteras de Bogota, mimado por los amigos y alojado y servido como el Papa en Roma. Menciona usted como action distinguida de valor el no liacer caso de los mosquitos, de las garrapatas y de los zan- cudos. Hace usted mucho honor & esos pobres bichos, la grajea de los climas calidos, en cuyo numero es necesario que usted incluya el cafifi, el jejen, las chinches, chiribicos, pitos, cucarachas, y las belicosas avispas que poco ha han obtenido en la India una victoria completa contra el General ingles Sir Colin Campbell. Si usted dijese lo mismo de las culebras, las iguanas, las salamanquesas, los alacranes, los ciento-pies, las coyas, las rayas, los murcielagos, los sapos enormee, las aranas de largos colmillos &. &., podriamos entrar en materia ; y seria yo capaz de escribir un folleto sobre cada uno de esos auimales que, alo sumo, le liabran sido presentados d usted por pura etiqueta en sus exploraciones cientificas, pero que conmigo tienen las relaciones de viejos camaradas. Esta visto que usted no conoce a fondo sino los prolegumenos de la tierra caliente, pero que tiene disposiciones para engolfarse en los estudios trascendentales & que ella se presta, y en que tanto 286 EMIEO KASTOS „ han avanzado los sabios desde Aristoteles y Plinio hasta los de nuestros dias. Lea usted las obras de todos ellos, integras y muchas veces, y cuide de hacerlo eu los idiomas originales para no perder ni una coma. Viniendo £ la erudition qne yo tenga para decirle quien fue el inventor perinclito de la nunca bien ponderada haniaca, por no negar a usted la jurisdiction que lo faculte para po, nerme en tal aprieto, le confesare que sobre este punto no nos podemos cobrar hechuras. La hamaca es esencialmente ameri- cana y de ello debemos enorgullecernos todos los dias. Cuando Colon descubrio el Nuevo Mundo, en que a usted y a mi nos ha tocado pasar nuestras aventuras. la hamaca era de uso ge- neral entre los aborigenes de las islas y los de las costas de tierra firme ; derivada de estos todavia la conservan las tribus independientes del Darien. Debio de hallarla deliciosa el ilustre genoves ; y aun se puede presumir que encontrandola a proposito, por lo comoda y sencilla, para la gente de mar, hizo que la adoptase la que le acompanaba, remontandose hasta alia el uso que de ella hoy se hace universalmente por los marineros. Apoya esta hipotesis la circunstancia de ser el coy como ellos la llaman, la imitation del chinclwrro, que es la genuina aunque imperfecta hamaca americana. Le anadire que las mejores hamacas que he visto son las tejidas en Corozal y Jipijapa ; que la tierra en donde por excelencia imperan es en Guayaquil, y que no he podido explicarme por que son com- pletamente desusadas en Cartagena. Para cerrar este asunto dignamente, recordare a usted que el seiior Jose Fernandez Madrid pulso su lira de oro en honor de la hamaca y le dedico una de sus mas dulces y mas sabidas canciones. ^ Acepto gustoso la colaboracion que usted me propone para que tracemos el retrato concienzudo de nuestro amigo y com. panero Salvador Camacho Rolddn. Con el marche de Bogota, y en tjtica, esa hacienda que puede citarse como la prueba y el estimulo de lo que se alcanza con solo el trabajo perseverante, la direction inteligente y el credito que da la probidad, me ob- sequio durante varios dias con la misma fineza que empleo para con usted. Cuando ibamos para el Magdalena con Camacho Roldan, nos detuvo en Tena y dos colmo de agasajos y favores nuestro antigmo catedratico el doctor Francisco Javier Zaldiia : seame permitido citar su nombre y tributar este pequeno ho- menaje de respeto al eminente jurista, al politico de convic- ARTfcULOS ESCOGIDOS 287 ciones firmes, al ciudadano laborioso y util, y al hombre que no prodiga el titulo de amigo, pero que cuando lo concede es con toda la firmeza de su alma y para todas las vicisitudes de la suerte. Aniquilados los cargos que usted me formulo y atendidas las excitaciones que me hizo, restame, para quedar dueiio del campo, manifestar la eficacia que tienen sobre mi persona los anatemas fulminados por usted en complimiento de la vendetta que me ha jurado. Soy, parahonra mia, popayanejo legitimo, y no es dado por consiguiente a las friolentas pulgas bogo tanas arrebatarme el sueno, sueno de la inocencia, profundo y acompasado como el del marido de mas quilates. Tente phi ma ! . . . . Las viejas todas reunidas en Congreso, las •las y las presentes, pueden estornudar, toser y bostezar al lado mio que elijan, sin que por esto haya novedad : otro gallo les cantara si se propasasen hasta el uso de los suspiros 6 la apelacion & la retorica ; pero hasta alia no se extiende el anatema de usted. Aquello de que las muchachas lindas no tengan para mi ni una sola sonrisa, ojala usted lo cambiara por otra cosa ; pero . . . aunque no lo cambie, he reflexionado ya que esto implica una prohibition para ellas, y que Eva fue la que dio origen al aforismo " la privacion es causa del ape- tito." En cuanto & la persecution de los pepitos, la cosa es mas grave ; pero eso seguramente lo hace usted para que par- tamos utilidades, pues usted no debe estar en paz octaviana con ellos mediante cierto articulejo en que no les dejo ni cara en que persignarse. Es usted tan malevolo que, por tal de que yo sufra en la Opera, consiente en que Rosina se acatarre y en privar al publico entero del encanto con que esa artista mspiradalo sustrae del mundo de los sen- tidos, y como la maga de la fabula, lo trasporta & las region es olfmpicas del ideal ismo y del genio ; pero no : a tanto no alcanzara el enojo de usted. En lo relativo al cafe frio y al chocolate sin espuma, me dare mis trazas para evitarlo, lo que no es dificil mientras haya fuego en la hornilla y Chiquinquird no cierre sus fabricas de molinillos. En reciprocidad de sus gratuitos anatemas, yo me doy por satisfecho con poca cosa: que no tenga usted blanca, que todos los cigarros le salgan jarros, todas las botas le resulten de mampara y se le destaconen para honra y provecho de los callos, que le deseo donde mas le duelan. 288 EMIRO KASTOS Adios Emiro : aim que usted anda por los bancos de Flandes dando rienda suelta k su imagination, y yo me hallo apegado al positivismo y & la vida practica de Bogota, volvera usted algun dia y entonces arreglaremos cuentas. Manuel Pombo, CARTAS AL SENOR DOCTOR MANUEL POMBO CARTA SEGUNDA Seiior Doctor Manuel Pombo. Bogota, Octubre 10 de 1858. Mi querido amigo : me tiene U. aqui sano y salvo, de vuelta del Alto Magdalena, sin fiebre, ronchas, llagas, pica- duras ni carate. Esas pobres tierras calientes son por los raizales atrozmente calumniadas. Imaginan que alia, a los rayos del sol puede bonitamente encenderse un cigarro, que los moscos y los zancudos no le dejan & uno cara en que per- signarse, que las rayas clavan su arpon en todas las corrientes, que los tigres aguzan los colmillos contra las piedras para esperar & los viajeros, y que las serpientes silban, colgadas de las ramas, formando una melodia infernal. Ya U. ha visto que la fiebre no habita en el Alto Magdalena, y que los in- sectos son casi inofensivos ; hallar un tigre en los bosques es un acontecimiento, y se tropieza con una culebra por muerte de un Obispo. Despues de largas excursiones en las selvas tuve la gloria de encadenar el famoso lagarto, que he traido vivo 6, Bogota ; pero como en el camino se le descompuso una mano, y por el tamaiio es una verdadera bestia, voy & confiarlo a" los cuidados inteligentes del distinguido veterinario senor Juan Malo. ARTfCULOS ESCOGIDOS 289 Su epistola de cuatro de los corrientes es, como el vino de Siracusa que preparaban los Borgias, sabrosa y homicida d la vez : bajo la gracia y donosura de las formas se ocultan cargos malignos, que cumple d mi reputation desvanecer eompletamente. U. que, como buen abogado, ha comenzado el litis con- migo echdndose la conciencia d las espaldas, me enrostra con admirable aplomo que no quise acompanarlo disculpdn- dome con la jaqueca, los vuelcos y compromisos del corazon &. I Quien le ha dicho d U. que yo sufro jaqueca ? Esta es una de las pocas enfermedades que han desdenado a mi pobre humanidad. Padecierala yo, que otro gallo me can- fcara. Amen de que la jaqueca, d semejanza de la gota, es eutermedad de gente sibarita y arrentada, y por lo tanto imprime caracter, sirve, como d las mujeres las enfermedades nerviosas, de pretexto para no recibir una visita importuna, para no salir d la calle cuaudo se tiene pereza, para no asis- tir d una mala comida, para sacar el cuerpo dmil percances de la vida social. Declarese U. en plena jaqueca y j quien le prueba lo contrario ? Por consiguiente esta enfermedad es una cucaiia, casi una canonjia, y £ fuer de cosa buena no me ha tocado en lote 1 r uel 'cos y compromisos del corazon. Ya en uno de mis escritos habia manifestado que en esta materia pertenezco a la barra inofensiva y sedentaria, y en otro he declarado solemnemente que no considero a las mujeres sino como objetos artisticos. Hay corazones de tal manera calcinados, que no podria cultivarse en ellos esa bella planta que se llama amor, ni aim abonandolos con huano. Ademas, enamorase uno en Bogota seria dar un escandalo, convertirseen fenomeno. En salones y ventanas, en fiestas y tertulias, en prosa y en verso, en buen lenguaje y en necia jerigonza, todos y todas mienten el amor, pero una pasion profunda, generosa y ardiente no la encuentro en parte ninguna. En Bogota el amor es una gran comedia representada por casi todos ; y algunos debemos quedar en el patio para arrojar ramilletes d los buenos actores y silvar d los malos. Indica U. maliciosamente que tengo mis puntas y collar de santafereno raizol. Si Alejandro derramo ldgrimas porque las victorias de Filipo no le dejaban reinos que conquistar, yo me afiijo tambien profundamente de que no haya por ahi u 290 EMIEO KASTOS rezagado un pequeno continents que descubrir. No pierdo la esperanza de darle una vuelta al mundo como Vasco de Gama 6 el capitan Cook, y por falta de una fragata no he navegado en busca de Franklin a los mares del Norte. Sinembargo, la inmovilidad santaferena debe tener sus encantos cuando cuenta entre sus sacerdotes y admiradores a hombres de genio artistico, sabrosa conversacion y distinguido talento como nuestro amigo Santander. Espero que el raizalismo encuentre en el un denonado defensor. Que me atribuya la jaqueca, aficiones k la vida raizal, vuelcos y compromisos del corazon, pase ; pero que se atreva a llamarme sibarita, eso si no lo soporto j vive Dios ! Tambien seria capaz de llamar al Papa hereje y golgcta a Luis Napo- leon. Por cierto que no he pasado mi vida comiendo trufas y faisanes, ni durmiendo sobre colchones de pluma. Por un dia de placeres en Lidia he pasado largos anos comiendo salsa negra en Lacedemonia. Permitame una pequefia digresion para que este cargo atroz quede confundido, y tenga U. de grado 6 por fuerza que exclamar pecavi con sincero arrepenti- miento. Cuando vine casi nino la primera vez a Bogota por la fragosa montana de Sonson, en vez de viajar como todo el mundo, caballero en un cristiano, siguiendo mis naturales impetus y respetando la dignidad humana, me vine a pie hasta Honda caminando ocho dias mortales. A mis cualidades de chasqui peruano hubo de hacer U. plena justicia en la memo- rable ascension al Monserrate, de tan fecundos resultados para la ciencia. El naturalista Bernal, que estaba aquel dia dise- cando un escarabajo, tuvo la fineza de aplazar sus graves ocupaciones por acompanarnos, al paso que Antioco, el perfido Antioco, que tambien debia ser de la parranda, nos abandono por aceptar otro convite mas confortable de un capitalista, vendiendose sin rubor al oro ruso. Tambien por no cabalgar en criaturas humanas, de Antio- quia fui a pie hasta el Choco, trepando serranias abomina- bles, atravesando rios a nado y durmiendo muchas noches en pleno bosque. Sobre mis correrias en aquellas selvas inmensas, en que descubri muchas plantas fuera de las sesenta mil familias conocidas hasta hoy, mis estudios sobre los zoofitos y los moluscos, pienso escribir, cuando me den algun vagar mis ocupaciones, cuatro volumenes en folio AKTfCULOS ESCOGIDOS 291 dedicados al sabio Bernal. Por ahora evocare algunos re. cuerdos de los dias que pase en aquellas cornarcas anchurosas y salvajes. En la parte alta del Andagueda, en un pais de clima dulce y sano situado cerca de Antioquia y de la antigua provincia del Cauca, mi hermano descubrio y registro uii grupo de minas virgenes, el mas extenso y rico que hay en la Repilblica y tal vez en America. Con esclavos, 6 po- blacion laboriosa establecida alii, aquello seria un emporio. Nosotros, que no calculamos lo dificil y costoso que es co- lonizar cou antioqueflos aquel pais, ni la imposibilidad de ilevar a cabo cualquier empresa con peones del Choco, con- templando aquellas minas inagotables, donde podrian em- plearse cien mil trabajadores, haciamos castillos en Espana y formuldbamos para el porvenir un programa casi real. La esperanza did 4 nuestra voluntad una tension poderosa y con esta fragil organ izacion que U. me conoce, soporte, ex- plorando aquel abismo de rios, quebradas y montanas, ham- bres, caminatas y fatigas incalculables. Haciendo caminos, casas, acequias, queriendo regularizar la introduccion de viveres desde muy lejos, creando la agricultura y trayendo familias autioquenas que nos abandonaban d los pocos dias enfermas de nostalgia, sostuvimos una lucha, cuyos angustiosos pormenores son un secreto entre Dios, mi her- mano y yo. Subimos por el caudaloso Andagueda hasta los Farallo- nes, y lo vimos pequeflo raudal saliendo de una roca como un niilo de las eutraiias de su madre. Costeamos el rio Colo- rado hasta su naciihiento, donde nunca han subido ni aim los indios, por miedo 4 los truenos. Mi hermano, delante de cuyo valor y abnegacion me inclino, con la pesada barra en una mano y la batea en la otra recorria las playas, las mesetas y los cerros, cateando en todas partes buena pintadeoro. Apoyado en su brazo vigoroso atravesaba yo los rios correntosos y trepaba [•(•fiascos escarpados. Pero aquella vida excentrica y salvaje tenia para mi un encanto poderoso. Mientras construiamos una casa muy buena, la mejor tal vez que hay en el Choco, habitabamos un pequeiio tambo, cuya parte baja estaba dividida en dos piezas ; en la una nos hacian de comer y en la otra se guardaban las provisiones. Un dia, por alld d las once, no parecia el almuerzo, y con una hambre U 2 292 EMIRO KASTOS de canibales, pues la humedad de aquellas selvas estimula mucho el apetito, nos f uimos de la casa en que trabaj&bamos al tambo para averiguar si habia ocurrido alguna novedad. — I Por que no ha parecido el almuerzo, dije k la criada ; no ves que estamos muertos de hambre ? — No encontre en la despensa que hacer de almorzar, respondio. — Por ventura se f ugaron las provisiones ? Habia para dos dias. — Se las comieron los ratones anoche. — Sirvenos aunque sea un pedazo de carne asada. ■ — Que carne voy k preparar si no han dejado una bilacha ! — ■ Diantre ! aunque sea unas arepas y un poco de chocolate. — Pero si el maiz, el chocolate, la carne y todo se lo comieron ! — Segiin eso atacarian la despensa todos los ratones del Choco. — No senor, los que hicieron el dano est&n alii todavia : fueron cuatro no mas. — i Cuatro ! Vamos k ver la cara k esos insignes gastrono- mos. Ciertamente, alii estaban durmiendo con el sosiego del justo, pues de puro llenos habian quedado impotentes para refugiarse en sus guaridas. Eran unos ratones monstruosos, grandes como cerdos : la barriga hiperbolica y los enormes colmillos de aquellos vdndalos los habilitaban, no solamente para devorar en una noche nuestras exiguas provisiones, sino tambien para arrasar la nutrida despensa de un convento de frailes. Pertenecian k alguna familia perdida que no conocio Plinio, ni Buffon, ni el malogrado Cuvier. Los bice amarrar con lazos, y de las pieles de dos de ellos, que fueron desollados como San Bartolome, hice un par de zamarros ; los otros los conservo empajados en el Choco en un gabinete de curiosidades. Pienso pedirlos para que adornen el cuarto en que trabaja en ciencias ocultas nuestro celebre alquimista Januario Salgar. ■ — I Que hacer ? le dije k mi hermano : tenemos plata y oro, pero estos metales sirven para muchas cosas, menos para almorzar. — No hay cuidado : nos iremos k donde el indio Damiasa ; algo ha de haber alii, aunque sea un mico matado con veneno tie rana. ARTICULOS ESCOGIDOS 293 Este indio vive dos leguas abajo. Para ahorrar fatigas y tiempo construimos con cuatro balsos una fragil embarcacion ; pero contando con la proteccion de mi hermano, que nada como un buzo, me embarque tranquilamente en la balsa, que rodo por la tempestuosa corriente como alma que lleva el diablo. — Compadre, le dije d Damiasa, denos pronto algo que almorzar. — Bueno : compadre convidar en su casa, y yo convidar en la mia. (Los indios no conjugan los verbos : hablan siem- pre en innnitivo.) El ])obre salvaje, d quien nosotros habiamos obsequiado otras veces, nos sirvio con la mejor voluntad lo que tenia. Almorzamos un caldo de yerbas, dos perniles de marimonda y una totuma de leche del drbol de vaca. (Galactodrendrum utile, de las urticeas de Linneo ; aunque el ilustre horticultor Teodoro Valenzuela se inclina d clasificar esta planta cerifera entre las ceroxylonandicolas del Quindio, en donde hafundado su celebre Jardin botanico-indigena, tan recomendado por el senor Jose Caicedo Rojas en su obra postuma " Geographia Plantarum. ") Luculo, en las esplendidas cenas que daba d Craso y d Ciceron, no comio con tan to placer como nosotros. Otro dia, despues de almorzar, provocado por un sol brillante, raro en esos paises nebulosos, cogi la escopeta y me fui d vagal por las selvas. No encontrando caza mayor me divertia cogiendo esas pequefias y liudas ranas color de oro, de cuya piel se extrae un veueao mortal, matando hormigas negras llamadas cougas, cuya picadura da vertigo, y contem- plando los colores variados y caprichosos de inrinidad de in- sectos alados, que XJ. no conoce ni conocerd jamds. El pais efl ligeramente accidentado, y, atravesando colinas, laderas y pe- quefios valles, me perdi completamente en la espesura. No me curaba de las culebras ni de los tigres, pues si el peligro cava a cara puede aterrarme, nunca el peligro contingeute. Encontre un arroyo con aguas tan limpidas, que me propuse seguirlo hasta su Dacimiento: poco d poco Be iba apretaudo Bticaoce en rocas de p6rfido, hasta que al rin solo camiuando por entre pobres. — i Por que no te casas? deciamos a un amigo en dias pasados. — Mucho lo deseo, nos respondio, pero es imposible. Amalia me encanta, pero lleva un treu de princesa : no sabe apuntar unas medias ; todo se lo cosen donde la madama, . y tiene ademas un corresponsal en Paris para que le mande hasta las bagatelas mas insignificantes. Su padre tiene cien mil pesos y ocho hijos, que son un divisor monstruoso. Esa pequena dote en lontananza no impediria que antes de dos afios me arruinara casandome con ella. Identicas excusas nos dan todos los que interrogamos sobre el capitulo conyugal. j Bienaventuradas las mujeres modestas y sencillas, porque esas no asustan a nadie ! Nuestras bellas elegantes, tal vez amostazadas Ieyendo e^te articulo, dirdn con cierta sonrisa desdenosa : si no se casan con nosotras, que importa ! tanto peor para eUos. No es por placer que nos ocupamos algunas veces en decir verdades amargas, y solo la conciencia de hacer el bien nos sostiene en esta ingrata y escabrosa tarea. Diremos si d las que prefieren el lujo, la ostentacion y la coqueteria al matrimonio, que celi- bato en los dias de la juventud, de la belleza y de los placeres, pase ; pero cuando los aiios con sus anexos de frio, de soledad y de abandono se vayan amontonando sobre ellas, cuando no tengan padres que las contemplen ni admiradores que las acaricien, el celibato, de ligero y divertido que era antes, tor. narase sombrio y fatigoso. Toda posicion para la mujer fuera 302 EMIRO KASTOS del matrimonio es falsa y precaria. Las mas se refugiaran eu las iglesias convirtiendose en beatas insufribles ; y las que a favor de un caracter mas elevado aceptan el celibato con re- signacion, tampoco saldran muy bien libradas, pues la resigna- cion es la desgracia llevada con eutereza, pero siempre es la desgracia. Ojala que algunos jovenes de regular posicion se resolvieran a establecerse en menaje con muebles del pais y ajuar sen- cillisimo, rompiendo de lleno con las modas francesas y los estilos ostentosos de la epoca. Ignoramos en que pueda con. tribuir para la dicha de los que real men te se aman, que los espejos sean mas 6 menos grandes y los muebles de palisandro 6 de nogal. Suprimid la vanidad y queda simplificada la vida. Kenun- ciando a pretensiones de vana ostentation y a relumbrones inutiles, podra obtenerse lo que. reclama con mas urgencia la sociedad bogotana: el matrimonio barato. Y las mujeres, si piensan que con el lujo deslumbran a los hombres y se embellecen a sus ojos, estan altamente equivoca- das. La que es joven y bonita, con un sencillo traje de va- porosa muselina y una flor de buen gusto en los cabellos, queda encantadora. Los adornos en vez de poner en relieve la belleza la oscurecen y la ahogan. El verdadero lujo de las mujeres sera siempre la sencillez, el recato, la modestia, un corazon inocente y una vida pura. (De El Tiempo, nurnero 213, de 25 de Enero de 1859.) UN POCO DE CHARLA Dicese generalmente que el hombre por su esencia es animal sociable, y de que la sociedad es natural, deducen que debe ser cosa buena. Los rayos caen naturalmente, y las pestes se propagan sin artificio de ninguna clase : naturalmente se ARTfcULOS ESCOGIDOS 303 juntan las langostas para asolar los campos, y los lobos en bandadas para devorar las ovejas : con toda naturalidad se come al hombre el tigre hambriento, y la serpiente lo en. venena con una sencillez encantadora. Si hay alguna cosa natural es el mal, con perdon sea dicho de los optimistas y de los teologos. Unas veces se le encuentra descarado y sin em- bozo, y en estado latente por toda la creation. Levantad en los bosques una hoja podrida y hallareis miriadas de insect os reahzando la sociedad humana en mi. niatura : los fuertes destrozando a los debiles. Pasad de alii a un salon aristocrdtico, observad con la mirada penetrante de Lavater las fisonomias aparentemente risuenas y gozosas, y sorprendereis Harpagones enguantados de veinticinco anos acechando herederas, mujeres feas odiando a sus hermanas porque son gentiles y admiradas : entre sonrisas y chistes oireis palabras calumniosas, conversaciones adulteras; bajo for. mas redondas, nacaradas, esplendidas adivinareis corazones de pantera : el odio, la envidia, la disimulacion, la hipocresia. por un lado, la fraternidad de Cain por todas partes. La sociedad es una invention exquisita, en la cual pre- dominan dos cosas excelentes : como ley, la fuerza, como sen- timiento, el odio. Los h ombres tienen tendencia natural a juntarse en sociedad, esto es cierto ; pero no es la simpatia, ni la fraternidad lo que a esto los impele : juntanse porque solos no podrian hacerse la guerra, ni causarse daiio ; necesitan una arena, un palenque, un anfiteatro, es decir, la sociedad. Los fuertes acuden a ella en busca de criaturas debiles d quienes explotar y oprimir, y los debiles esperando encontrar otros mas clebiles con quienes tomar el desquite. En nuestro lenguaje Uamamos debiles d los que no tienen talento, riqueza, relaciones, ni influencia ; d los candidos, a los credulos, d los mentecatos y d los sonambulos. En tiempo /le bdrbaras naciones al que no tenia puiios recios se le llamaba debil ; hoy, socialmente hablando, puede uno ser debil como una cana y fuerte como una encina. [Que harian ciertas criaturas que conocemos, si no se hu. biera inventado la sociedad, para expandir la malevolencia co- rrosiva que las devora ? Obligadas d vivir en el aislamiento, no encontrando projimos d quienes danar, como el escorpion ator. mentado por el fuego se morderian d si mismas. Hay una multitud de industrias que sin la sociedad no po- 304 EMIEO KASTOS drian ejercerse. La mentira y la calumma quedarian perdidas en el aislamiento como rosas en la maleza, Los catolicos de profesion, que besan ladrillos de manana d tarde, almuerzau hostias y se desayunan con agua bendita, sin perjuicio de se. ducir d la mujer de su projimo, tragarse a los necesitados con usuras escandalosas y engullirse de un bocado el Tesoro nacio, nal I que harian sin complices, sin publico que los admire, estos devotos prestidigitadores ? La hermosa coqueta, sin corazon y sin conciencia, que en cada tertulia ensaya sonrisas y provocaciones nuevas ; que vive locamente de admiraciones y devaneos, sacadla, de esa comparsa de necios que la endiosean en vez de entregarla d los capuces y la vereis desconcertada y perdida. Declaraos patriota, y a fuer de tal haced una pequena re- volucion, aunque cueste sofocarla sangre y dinero en abundan- cia. Esperad que se cambie el pastel y que esten los vuestros en el candelero : entonces si sufristeis algunos perjuicios inhe- rentes d la profesion de heroe y de revolucionario, si os que- maron una choza, os mataron un burro li os cortaron algunas ramas en vuestros bosques, intimidad d los unos, corromped d los otros y os meterdn en el bolsillo centenares de miles. Esta es otra industria que no podria ejercerse si no existiera la so- ciedad, y sobre todo ciertas sociedades. Ay ! del que lleva d esa feria que se llama vida social uni- camente cualidades nobles, talento, carazon, benevolencia, leal, tad ! Sin un barniz de hipocresia, sin algunos adarmes de egoismo, sin bastante habilidad, se naufraga iufaliblemente. La habilidad, que es el genio de los hombres medianos, vale mas que todo. Sin habilidad para las evoluciones sociales po- dreis escribir folletos muy interesantes, versos magnificos, des- cubrir el movimiento perpetuo y la cuadratura del circulo, asombrar d la posteridad y dormir como una marmota en el panteon de la historia ; pero de seguro que vivireis como un filosofo, es decir, comiendo y vistiendo detestablemente : os tocard en lote una mujer pobre 6 coqueta, 6 con ambas cuali- dades juntamente, que por cierto no se excluyen : no tendreis destinos diplomdticos, ni renta sobre el Tesoro, ni os pagaran reclamacion ninguna en el Congreso : alzaprimado por los acreedores, peloteado por las contrariedades, para colmo de fe- licidad os hareis golgota d la postre para morir con reputacion de nivelador y comunista, y en olor de herejia. artIculos ESCOG1DOS 305' Don Crepusculo es una medianfa en abstracto, pero social- hiente hablando, tiene la fuerza de cincuenta caballos. De li- mitada inteligencia, no entenderia nada sobre la etiologia del coto, ni sobre la raza latina, ni seria capaz de redactar siquiera " El Porvenir." Pero su caracter es flexible como una cana de la India, untuoso como el aceite de Macasar. Es salamero y carinoso con todos, tactica vulgarisima, pero que obtieue siem- pre buen suceso porque el publico no ha meditado que en materia de afectos lo que se gana en extension se pierde en profundi- dad, y que indudablemente no araa a nadie el que hace profe- sion de querer d todos. Mucho sospechamos que los mils in- sigues egoistas son los que las echan de filantropos. El corazon no le sirve como a otros muclios, sino para cumplir el fenomeno de la circulacion de la san^re. Se sabe de coro alsrunas frases sentimentales, que le sirven para alucinar d las mujeres, y hace versitos sin ideas con los cuales paga su contribucion en los albums, y en los solemnes dias epitaldmicos y natalicios pasa por literato de salou. Pero sabe cuando se van los magnates para acompafiarlos en la Sabana, cuando cumple anos la hija de un rico para llevarle versos y flores, cuando escribe un Se- cretario de Estado un mal articulo para cumplimentarlo, cuan- do predica el padre pico de oro para avisarlo a una beata opu. lenta. Eu materia de religion es un mozo cuniplido : asiste con puntualidad a los sermoues de San Carlos, y ha estado en ejer- cicios uua vez : esto imprime cardcter. Acaricia a los golgotas, porquo Babe que tieneu la pluma recia y la lengua larga, pero escribe contra ellos parrafillos en " El Catolicismo," en que los llama disocia< lores y herejes. De fiuanzas sabe lo suficiente para hacer eoutratos, meter la mano en cofradias y renta de diezmos, y para hacer reclamaciones por robos que pu- dieron hacerle los rojos en 1851. Como d nadie ofende sino en secreto, ni calumnia eu los periodicos sino bajo el velo del nnonimo, carece de enemigos : como no escribe poemas ni cons, tituciones, no compromete su reputacion misteriosa de hombre de talento : como simpatiza aparentemente con las debilidadc- de las mujeres, con las miserias de los grandes, con las dolen- cias de los pobres, con el amor propio de todos, tiene una popularidad estruendosa. Es un hombre vacio y miserabK- con exterioridades relumbrantes, una especie de condor falso. Sineinl>argo tiene plata^ es miembro nato de convites y ter- tulias, candidato para el Congreso; estd en via de casarse con X 306 EMIRO KASTOS una rica heredera, y llegara a, ser hasta Secretario de Hela- ciones Exteriores. I Que hacen en la sociedad una multitud de gentes sin dinero, sin posicion, sin talento, sin influencia, sin goces ni por- venir de ninguna clase ? Por que no se mueren ? por [que no se suicidan \ Esta mania de vivir, aunque no tengamos objeto ni pro- grama, es uno de los resabios mas estiipidos que aquejan a nuestra pobre humanidad. [ Conoceis a don Comodo 1 Don Comodo vive de la pequena vanidad, asi como otros muchosviven de la vanidad de talla mayor. Se alimenta con lo que el llama sus altas relaciones. Como los hombres que valen algo son pocos y no se prodigan, en las casas que reciben tienen que buscar niimero y reclutar comparsas. A favor de esta necesidad se ha deslizado don Comodo en los salones aristocraticos. Vedlo que ufano entra, saluda, se acerca a la mesa del te y devora intrepidamente bizcochos y tostadas. Luego se sienta al lado de la senorita que toca piano, como para manifestar privanza. Acabada esta evolution hace corro con las damas, echa su cuarto a espadas en la conversation, prorrumpe en sandeces y bostezan las mucha- chas. Estas, que no habilitan de gente a don Comodo, serian capaces de vestirse en su presencia, por la misma razon que las patricias romanas se desnudaban delante de sus esclavos. Don Comodo, para hacerse sentir despabila las velas, y acercandose a la mama le cuenta sotto voce que al otro dia es miercoles y que en la calle hace mucho frio. Suenan las diez, vase ; y el infeliz cree que ha hecho una visita de amigo, cuando solo se le ha recibido como comparsa. j Cuantos como este infestan los salones ! Donde la inteligencia, el corazon y el caracter son nada delante de la habilidad es en el reino del amor. Con las mu- jeres hasta los tontos son mas dichosos que los hombres superiores. Nadie se escapa de la action de las mujeres : ellas deciden de nuestra vida en ultima instancia. El poeta laureado, el banquero opulento, el artista que lucha 6 sucumbe, el joven que arroja despechado su vida y su fortuna en el placer, el general que gana batallas, el fraile que se da disciplina entre su eelda, todos deben a una mujer la posicion que ocupan, su fortuna 6 su ruina, sus dolores 6 sus alegrias. La influencia de la mujer, como la del aire, aunque no se vea, esta en todas ARTICULOS ESCOGIDOS 307 partes. A veces se las cree un rodaje secundario, una cosa indiferente en la vida ; pero esto es cuando el hombre ya no tiene corazon sino logica, es decir, cuando el hombre ya no es horabre. Desdena a las mujeres cuando ya les ha dado sus mejores dias, la echa de indiferente porque les ha entregado todo lo que tenia, y de frio porque al fuego del amor se ha convertido en cenizas. Sea como recuerdo, como realidad, como esperanza, la mujer esta dictatorial mente dominando la vida del hombre. Asi, nada hay tan serio ni tan frivolo como la mujer. Por manera que ellas deben elevarse d la altura de esta influencia 6 no tener ninguna, ser com- paneras dignas del hombre 6 no ser nada como sucede en el Oriente. Los orientales, sintiendose impotentes 6 perezosos para formar mujeres verdaderas, compaiieras it tiles, las han encerrado en el harem. La accion serd discutible, pero la logica esbueoa. Pero lo que el muelle y voluptuoso oriental no ha podido hocer, si han debido llevarlo d cabo el cristianismo y lacivili- zacion moderna. \ Y que es lo que han heeho; En nadase ha manifestado tan esteril esta falsa y decantada civilizacion como en el cardcter, las costumbres y la educacion que ha dado d las mujeres. Las ensenan d bailar, d tocar, d hacer cortesias, d ves- t.irse con refinamiento, a ponerse crinolinas, d ser elementos de placer, d trastornar el corazon y d incendiar los sentidos ; pero a su alma j que pasto sustancial se le procura, que enseiianza elevada y digna se le da ? " Reid, cantad, bebed ; corta es la vida " es el programa de este siglo materialista por excelencia. i Que le importa el alma ? Gocemos, dice francamente el hom- bre de mundo bebiendo vino de Champafia ; gocemos, murmu- ra el catolico rancio persignaudose devotamente. Lo cierto es que d fuerza de decir el hombre moderno que las mujeres no sirven para nada serio, ellas le han cogido la palabra y se han impregnado de frivolidad hasta los huesos. Salvo honrosas excepciones, las mas eu vez de dedicarse d ser verdaderamente esposas y madres ; en lugar de ejercer de una manera saluda- ble el apostolado de la belleza, de la gracia y de la ternura, gastansu vida en pequeneces, en murmuraeiones, en devaneos.: no comprendiendo sino el placer, lo persiguen con ardor : in- capaces de nada serio, solo buscan emociones en los caprichos ruiuosos de la moda, en rivalidades de vanidad u en devociones pueriles. x2 308 EMlttO KASTOS Dijimos que el hombre verdadero, de corazon y de talento, en su comercio con las mujeres esta perdido. Desde Socrates hasta Juan Jacobo Rousseau, casi no ha habido un filosofo ni un hombre notable que no haya sido mirando con desden 6 minotaurizado por su mujer. Es que en amor las mujeres tienen un egoismo implacable. No admiten que el hombre dedique parte de su vida y de su alma al trabajo, al estudio, a las artes, a la filosofia 6 a la gloria. Delante de rivales de cualquier clase se insurreccionan 6' se vengan. Y colocando nuestras apreciaciones en un teatro conocido y entre personajes reales, examinemos lo que sucede en un salon de Bogota. Los que fingen el amor sin sentirlo, los que tienen la memoria repleta de chismes y de cuentos, los que no olvidan los cumpleanos para llevar regal os 6 sonetos soporiferos, los que no salen nunca del formulario de los pequenos cumpl indent os, de las menudas galanterias, es decir, las medianias y los necios, son los bienaventurados entre las mujeres, los reyes de los salones. Las mujeres entre otras cualidades tienen la de ser in- corregibles. Por fortuna no escribimos para convertir a nadie, sino para darnos algtin solaz, cuando el tedio nos muerde con mas rabia que de costumbre. A fuer de buenos amigos les dijimos que ese lujo insensato que gastan es inaceptable hasta en las ricas, y criminal en las pobres ; que en Bogota no hay industrias, que las cosas extranjeras cuestan enorme- mente y las rentas y los capitales son exiguos : que la vida ordinaria, carisima de suyo, asusta a los pretendientes, y que, ante los gastos de representation y de vanidad, huyen des- pavoridos. Pero en la Semana Santa echaron el resto en sayas y mantillas, y la seda y demas trapos costosos crugfan por las calles que era un gusto. ; Que refuerzo de beatas sol- teronas se le espera £ San Carlos ! La vanidad es una enfer- medad mas incurable que el coto y que la elefancia. Parece que en estos rincones de America debiamos independizarnos de esos refinamientos costosos y de esas modas tiranicas, que hacen tan complicada la vida de las cortes. Habitos sencillos y costumbres modestas es lo que cuadra a hom- bres y mujeres en pueblos nuevos y en sociedades demo- craticas. (De El Tiempo, numero 231, de 31 de Mayo de 1859.) AETICULOS ESCOGIDOS 309 OTRO POCO DE CHARLA AMIGOS Y AMIGAS Quien no tiene amigos ? quien no usa y abusa de la palabra (imistad? Amigos se llaman los h ombres para saludarse y despedirse, amigos para principiar y concluir sus cartas; res- petados amigos se dicen los que no se respetan, queridos ami- gos los que no se quieren, y grandes y buenos amigos los que no son ni grandes ni buenos, como los gobiernos sur-americanos en sus relaciones diplomdticas. Esta palabra amistad es la mentira mis manoseada, y la eterna muletilla de las relaciones sociales. Como en los tiempos que corren, corre tambien la mania de generalizar y clasiticar, dividire los amigos en rusticos y urbanoe. Forman los primeros la gente de broza, humilde, sen- cilia, campesina. Estos amigos se adquieren fdcilmente : haciendolos compadres, enviando regalillos d su mujer 6 a sus hijos, llegando de posada d su casa 6 exigiendoles ser- vicios. Cuaudo los pobres sirven d los ricos, no son estos los que quedan agradecidos sino aquellos. Gdnaseles tarn- blen pidiendoles un voto, apretdndoles la mano, dandoles palmaditas en los hombros, sobre todo con palabras dulces. Con ellos es que tiene mds realidad el dicho de Lisandro : que la palabra se ha inventado para enganar d los hombres. Ellos generalmente son amigos leales y memoriosos : no olvidau ni desdenan tan fdcilmente al queabandona la fortnna, como el hombre culto de las ciudades. Cuando uno toca ascndereado, aterido 6 hambriento a la puerta de sus chozas le dan hospedaje, cama, lnmbre y alimentos con buena voluntad. Me he rozado bastante con el pueblo, especialmente con el de los campos, y he hallado bajo las ruanas muchos cora. zones de caballeros. Verdad es tambien que en las ciudades he encontrado muchos corazones de lacayos bajo la levita y el gabdn. 310 EMIEO KASTOS Los amigos urhanos se encuentran en las primeras ca. pas sociales. Pondre & su frente, por respeto a la antigiie- dad clasica, a Castor y Polux, Teseo y Piritoo ; pero estos no dan que hacer: son amigos heroicos, y por consigniente fabulosos. Hay amigos excelentes para comer, beber champana y via- jar en compania ; para averiguar lo que pasa y lo que no pasa ; para murmurar, hablar de politica y para partidas de juego, de placer y de amor. Estos los llamare amigos de pa- cotilla. Hay hombres que gustan de presentarse en publico con personas inferiores, & quienes llaman amigos, para resaltar por el contraste : ellos son ricos y los otros pobres ; buenos mozos y grandes, y los otros feos y pequenos, 6 tienen talento y gracia y los otros son zurdos y mentecatos. Los unos son la luz y los otros la sombra. Estas no son relaciones sino miserias humanas. Hay hombres que lo convidan a uno a su casa para atolon- drarlo con la riqueza de sus muebles, con el merit o de sus caballos y con la excelencia de su vinos. Estos no son amigos sino anfitriones perpetuos, pero inofensivos. Aunque en realidad tengan pocos afectos, el hombre de mundo debe admirar los muebles y los caballos, respetar la vanidad del anfitrion y beberle el vino. Al fin son raros los hombres que tienen al mismo tiempo buen vino y buen corazon: Algunos tienen amigos & quienes entregan sus secretos, su tiempo, su corazon 6 su dinero, & pura perdida, sin recibir de ellos nada. A estos se les da el titulo de amigos por una atre- vida inversion del lenguaje ; son amigos viceversa. Tambien hay hombres que acarician & otros para introdu- cirse en su intimidad, espiarles el lado vulnerable, aguardar el momento oportuno y hacerles despues la guerra con provecho. Estos son amigos por el estilo que Francia lo es de Inglaterra ; para invadirla y mamarsela en cdnones el dia que pueda. La generalidad de los amigos, sobre todo los intimos, sirve para cuando les comunica uno que va d realizar un buen nego- cio, arrebdtarselo con anticipacion ; para contarle al publico en secreto que uno tiene verrugas, dares y tomares con las hijas de Eva, 6 que va & quebrar ; para seducirle la hija, la mujer, soplarle la dama, y para otras cosas igualmente ventajosas. Sinembargo, la sociedad es un bazar tan provisto y abun- ABTICULOS ESCOGIDOS 311 dante, que en ella se encuentran ; cosa rara ! hasta caractcres buenos. Si no fuera por esto, solo le quedaba k uno el recurso de empunar su baston y tomar el camino de las selvas. i Dulce, bella y santa cosa es la amistad ! Dichosos los que pueden ponerse en un amigo verdadero ! Cuando el hombre ya no vive siuo de recuerdos, cuando las ilusiones se escapan de su corazon usado, como las aves de un nido viejo ; cuando las mujeres no lo aman sino que lo discuten, como partido o cortejo mas 6 menos bueno, por la posicion 6 el dinero que puede dar ; cuando tiene que refugiarse en la filosofia 6 en la devocion, en la gastronomia, en el juego 6 en el brandi para aturdirse; en esos dias largos, pesados, descoloridos y melan. colicos de la edad madura, no es todavia enteramente naufrago, completamente desgraciado, si cuenta con un amigo verdadero, con uno de esos hombres que aprietan siempre la mano con calor, cuya bolsa no se cierra y cuyo corazon no se agota jamas. A proposito de bolsa, si deseais conservar ilusiones en amistad no pongais vuestros amigos a prueba por este lado : es el mas sensible. Sobre todo, si quereis tener amigos, procurad no enfermaros, no quebrar, no caer en ridiculo, no ser desgra- ciado. iF*m> No ha faltado algun filosofo que escriba largos pdrrafos discutiendo sobre que es mejor, si un amigo 6 una amante. Vaya un problema para los ninos ! pues ambas cosas son muy bueuas ; a su tiempo, se entiende. IS(;tese que en amistad es necesario dar para recibir ; d los que no aman & nadie, nadie los ama. En amor sucede lo contrario : los corazones secos, los egoistas elegantes hacen muchas conquistas y son idolatrados por las mujeres. Esto prueba que los hombres se dejan comulgar menos con ruedas de moliuo. II \ La amistad es una pasion varonil. Se le eucuentra rara vez generosa y verdadera en los hombres, pero al fin se le eucuentra : las mujeres entre si no eutienden jota en la ma- teria. jVaya un Emiro Kastos extiavagante y paradojico ! 312 - EMIRO KASTOS diran indignadas tod as mis lectoras. ; Paciencia ! Tengo la mania de no creer en mnchas cosas, y una de ellas es la amistad que se profesan unas a, otras las mujeres. Con los hombres suelen ser muy buenas y leales amigas, pero este sentimiento nace muchas yeces de alguna fuente lejana y olvidada que se llama amor. bien profesan amistad a los hombres porque estos ban amado las personas que ellas ban querido, y entonces esa amistad es una luz prestada, reflejo mas 6 menos vivo de otro amor. La amistad entre jovenes de distinto sexo es, como el platonismo del filosofo griego, una linda y poetica mentira. En las jovenes hay tanto magnetismo y pasion, que dif icilmente escapan los hombres que las tratan a la influencia comunicativa de ese magnetismo y de esa pasion. Analizad el corazon de una mujer, trituradlo, aplicadle todos los reactivos conocidos y siempre sacareis una sola sustancia : amor. Y hacen muy bien en no comprender ni sentir otra cosa. % Acaso hay nada mas bello sobre la tierra ? El amor es su dicha y su tormento, su razon de ser, su poesia y su gloria. Las jovenes en sus relaciones usan el vocabulario mas tierno, frases de aziicar rosado ; se abrazan carinosamente y aun se besan, con preferencia delante de los hombres ; pero todo esto es convencional : es la comedia de la amistad. Cuando una joven del gran mundo se encuentra con una amiga, despues de abrazarla la examina rapidamente de pies & cabeza : si vislum- bra que tiene la tez marchita por el insomnio, 6 algiin pliegue desairado en el vestido, 6 en el tocado alguna cosa de mal gusto, vuelve a abrazarla con doble efusion. No es raro que una mujer haga callar k un murmurador desapiadado diciendole : no hable de ese hombre en mi presen- cia, es mi amigo. Pero, descuerad a su amiga mas intima, y jamas os impondra silencio. Adela esta melancolica, taciturna, sombrfa : le hablais de bailes, de tertulias, de paseos, nada la distrae : le recordais su belleza, sus admiradores, su popularidad, sus triunfos, y sinem- bargo no conseguis que en sus labios asome una sonrisa : por tin apurando los recursos, contadle que una amiga suya sufrio un desaire, comio pavo, se presento en la pasada reunion con los ojos llorosos, el vestido desairado, el talante ridiculo, y la pondreis de un humor exquisito. — Que trato tan dulce, tan facil, tan afectuoso el de Amalia ! decis en una conversacion. ARTfCULOS ESCOGIDOS 313 —Si, pero todo eso es apariencia, exclama una amiga suya : eu la casa es un infierno. — Me encanta el candor y la inocencia de Matilde. — ; Vaya una hipocrita ! replica una companera de infancia, a* media voz : ha tenido citas con un teologo : de bombre, no me casaria con ella. — Que color tan Undo, que tez tan esplendida la de Brigida ! Y una prima suya, y amiga por supuesto, os dice al oido : — Gracias & una fuente que le puso el doctor Vargas. Conoci recien salidas del colegio dos jovenes en flor, amigas inseparables : parecian hermanas. Alegrias, ilusiones, espe- ranzas, todo lo habiau sentido en comiin : habian despertado & la vida asidas de las manos, gozosas y risuenas, como se abren en un tallo dos botones de rosa refrescados por la misma brisa, oalentadoe por el mismo sol. Su amistad era proverl)ial. Un dia dijo un amigo mio, que las formas de una de ellas eran admiralties. Y laotra, que estaba presente, replico : pero no tiene gordo sino lo que se ve : yo me he baiiado con ella. Quedamos impuestos de que era completamente de vier- nes lo que no se vefa. Este rasgo de perfidia precoz, apenas podna perdonarse a una coqueta de treinta anos, tratandosede una rival odiada. En esa guerra sorda, implacable que se hacen las mujeres en el campo de las pretensiones, de la vanidad y del amor, encubierta siempre con ateiu ioues delicadas y bajo formulas corteses, podria apreuder estrategia mas de un diplomatico zurdo. Cuando ya pasan para ellas los bellos dias de la juven- tud y renuncian al amor y la coqueteria, si es que & esto renuucian alguua vez, la actividad de su alma toma distiiu lirecciones. Ociipanse de intrigas, de religion y de poli- tica, de economia domestica, de los uegocios del marido, del porvenir de los hijos. 8e juntan con las que titulan sus amigas para quejarse del tiempo, de las eDfermedades, endieutej Sinembargo, tJ. lo manda, yo obedezco; pero tenemos que entrar en campaiia, es preciso visitar alguna familia, pues yo no trato d nadie, y juzgo que en las sabanas 6 en los paramos no encontrare novia." Pero supongo que me permitirds echar un trago para con- tinuar : el braudi me limpia el pecho, y la giuebra me inspira : con este procedimiento sere elocuente. 320 EMIEO KASTOS. Dicho y hecho. Aviso A mis lectores que Telesforo tiene una aritmetica original : el llama tomar un trago beberse dos ; al tomar brandi jamas desaira la ginebra. — Soy de la escuela de Epicuro,exclamo saboreando su doble trago : me gusta la moderation en el placer. Sabrasque tengo talento, aunque en vida no me lo han querido reconocer : ya escribiran ustedes en "El Tiempo," despues que yo muera, que se ha apagado una de las lumbreras del pais. \ Para que crees que me ha servido el talento 1 — Pues, para no hacer majaderias. — Te equivocas. Conoci un cachifo que recordaba la lec- tion precisamente despues que habia recibido ferulazos en el aula por no haberla sabido. El talento me llega a mi tambien una hora despues que lo necesito, y me sirve para comprender y explicarme con la mayor lucidez las majaderias que he hecho, cuando ya son irremediables. Sandez cometida, sandez explicada. Mi madre me anuncio que el domingo siguiente me pre- sentaria a una muchacha, que por su nacimiento y education era digna de mi alta alcurnia y de mi lindo apellido. Como jamas habia sabido que la ropa sirviera para otra cosa que para no andar desnudo, estaba completamente desaviado y tuve que retocarme. Rodriguez me vistio de pies a cabeza, y un pelu- quero trances asolo mis cabellos y mi barba. Tuve que apri- sionar en unos guantes infames mis manos, ensenadas & campar por su respeto, y coloque sobre mi cabeza por primera vez uno de esos tubos pesados, desairados, abominables que llaman som- breros de pelo. ■ — Quedarias lindo. — Asi aderezado me llevo mi madre a casa de la presunta novia. Mi madre tiene pocos alcances : gusta mucho de la gente que brilla, y ; Bios la perdone ! queriendo llevarme a un redil de ovejas, me precipito en una madriguera de lobos. El padre de mi futura habia atrapado unos cien mil pesos, comen- zando su honrosa carrera por apropiarse un deposito considera- ble que le habia confiado un espanol, amigo suyo, al tiempo de emigrar. Andando los tiempos, ha metido la mano hasta el codo en esos pasteles suculentos que hacen nuestros Con- gresos, llamados conversiones, consolidaciones, y flotantiza- ciones. Despues ha hecho negocios con el gobierno ganandole dos 6 tres por ciento mensual ; y en dias de revolucion, impul- ARTICULOS ESCOGIDOS 321 sado por el patriotismo, le ha vendido vestuarios como si fueran de seda, ilevaudo su desprendimiento hasta suministrar vacas y caballos a la tropa, que se hahechopagar porsu triple valor. Siuembargo, este honrado ciudadano disfruta de popularidad y consideraciones, y la Provideucia ha recompen- sado sus virtudes dandole doce hijos y excelente salud. No le falta para coronar su carrera smo una indemnizacion del Congreso ! Sofia, la mayor de sus hijas, tenia ya veintitres afios : po- seia herraosa figura y todas esas elegantes exterioridades que son bases de la education moderua. En artes de agradar estaba armada de punta eu bianco. Pero, sea porque tenia ciertos hunios de princesa, 6 porque habia coqueteado mas de loregu- lar, 6 por el divisor euorme que amenazaba la herencia del pap.i, aunque tenia muchos admiradores ninguno le ofrecia su mano. Yo llegue a bora de redencion. Todas estas cosas las supe despues. Pero no anticipemos : antes de pasar adelante necesito humedecer el gaznate : se me esta convirtiendo en un tubo de corcho. Incontinent! se echo un trago, es decir, dos. — Entre, continue') el, a un salon alfombrado, lleno de ricos muebles. Sofia estaba revistiendose : luego se presento y, a una cortesia muy zurda que le hice, me respondio balancean- dose sobre su talle como una palmera, inclinandose con la gracia de una hada. Sus ojos rutilantas me banaron de luz ; y d las pocas palabras que me dijo quede enamorado como un trueno. Eusenado & tratar mujeres comunes y, a lo sumo, Maritornes a media pasta, todos mis sentidos despertaron tumul- tuosamente a la vista de aquella mujer perfectamente encua- dernada, llena de relieves, de voluptuosidad, de seducciones y de encantos. Esas mujeres de mundo si que tienen letra menuda: para mi no salian de sus labios sinoperlas. Alguuas noches despues le hablc de mis esperanzas, que acepto rubori.. zada. j Con que flexibilidad se prestaba a mis proyectos ! Si le hablaba de que me gustaban los caballos, medeciaque eransu encanto ; si le referia mi pasion por el campo, ella idolatraba la soledad ; si le indicaba mi aficion a los perros, se perecia por ellos. Cuando le revele que mi caracter carecia de ambi- ciun, que me aturdia el ruido y me deslumbraba la luz ; y que, amigo del silencio yde la oscuridad, apetecia la vida campestre, trauquila e ignorada, ella tambien se lanzo conmigo en el Y 322 EMIRO KASTOS idilio, dicieodome con una sonrisa encantadora que le bas- taba mi amor y una choza. Arrullaba todos mis gustos, sim- patizaba con todos mis capricbos : me parecia un sueno que esa mujer tan bella y elegante se casara conmigo. Quien soy yo, me decia, para obtener semejante amor, para que ese trozo de felicidad se arroje en mis brazos \ Jamas llegue a sospechar que pudiera haber hipocresia bajo esas formas angelicas. Ima- gine que la Providencia tenia por mi una estimacion particular, y que se ocupaba de manana a tarde en bendecirme. Y yo era un mentecato, mil veces mentecato, pues no meditaba que la felicidad es un accidente raro, y que todas las dicbas faciles no son sino alucinacion y mentira ! j Oh ! estos recuerdos me queman, necesito refrescarme. ) Donde se ballan las botellas ? Me olvidaba : aqui esta mi buen brandi, mi exquisita ginebra. j Pobres botellas ! inocentes como unos corderos, se dejau beber toda su sangre sin exhalar un lamento ! Telesforo entraba ya en regiones tropicales : comprendi que en todo eso babia una desgracia real, y no quise chancearme mas, pues siempre he tenido un respeto profundo por los dolores verdaderos. — Me case, continuo el, y si Satands me hubiera ofrecido en cambio de Sofia todos los reinos de la tierra, como & Jesus en la montana, le habria dichoque era un mentecato ofreciendo miserias por tesoro de tan invaluable precio. Si de alguno de esos suenos encantadores no se despertara, si esos relampagos de felicidad que brillau para toda criatura humana alguna vez en la vida pudieran prolongarse, el hombre habria sondeado los arcanos del cielo, descubierto la esencia de los misticos y el secreto de los bienaventurados. — Ola, poeta ! le grite, vuelve al mundo : al paso que vas almorzaras en las nebulosas y comeras en el empireo. Precipita la narracion, pues llevas hilos de nunca acabar. ■ — Puesto que quieres baje a la tierra, bebere brandi y ginebra : al fin estas son de las mejores cosas que hay en ella. Escucha, pues, me dijo, acabando de saludar las botellas : lo mismo que Sixto V asi que fue elegido Papa boto las muletas, se enderezo cuan largo era y se cuadro sobre su base ; asi Sofia, apenas se vio enteramente casada, olvido sus dulces promesas de soltera, sacudio su blaudo ropaje de armino y quedo en toda la desnudez de una coqueta punzante, exigente, llena de vani- AETfCULOS ESCOGIDOS 323 dad y de caprichos. Como me habia manifestado inclinaciones sencillas, le prepare una casita araueblada con decencia, pero sin ostentation. Apenas la vio, hizo un gesto diciendome : no me he casado para vivir en una pocilga. La paloma se con. vertia en milauo. Me desarrollo un plan de vidaque hubo de espantarme ; pero si sus caprichos eran exagerados, mi amor no se quedaba atras. Parece que los hombres buenos, es decir, los majaderos como yo, tenemos algun signo caracteristico, algun olorcillo penetraute por el cual se nos conoce desde lejos : Sofia adivino su hombre. Hice alfombrar una casa magnifica, amontone en ella todos los muebles raros que en- eontre en una ebanisteria francesa, y le adorne un retrete con todas esas lindas zarandajas que son la vida de ciertas mujeres. Dijome que los vestidos que tenia ya se los conocian sus ami- gos, y que se respetaba demasiado para recibirlos con ellos. Entonces corri tiendas y almacenes buscando telas raras para empavesarla y ponerla en pie de guerra. Pronto conoci que no me amaba y que solo habia buscado en mi lo que se llama un partido ventajoso, creyendome rico, aunque en realidad solo tenia un caudal mediano. Empezo d, contrariar mis gustos y a encontrar vulgares todas mis aficiones. Decfa que el campo no era hecho sino para las vacas y los gananes ; no podia sufrir los caballos, porque sus relinchos le danaban los nervios, y me hizo regalar todos mis perros, diciendo que eran animates inmundos. Todavia recuerdo & mi galgo Polion, que cuando no encontraba venados los hacia. Para fumar tabaeo leu ii que salir & la calle, pues el olor y el humo la apestaban. Como decia que el te es la bebida de las gentes de tono, mando que no se si rviera chocolate & la mesa, sobre todo cuando habia gente. El chocolate es una bebida de tomo y lomo que me encanta. ; Que extravagancia posponerlo a este sudor ilic<» endeble y desabrido que Hainan it ! El chocolate alinunta y abriga lo intimo, como ha dicho en un rapto de elocuem i.i raizal elamigo Sautander. Colon era demasiado ijrande horn- bre para afanarse por descubrir una cosa tan insignihcante como la America: por una intuition gastronomica lialn'a adivi- nado el chocolate, y navego a ponerse en el. A las gentes lmmildes, con quienes yo tenia antes relacioncs y amistad, las aliuyento de casa haciendoles mala eara y dan- doles con la puerta en los hocicos. Como alguuas amigas suyas daban tertulias y recibiau Y 2 324 EMIBO KASTOS en dias determinados, ella quiso tambien tener salon popu- lar y recibir todas las noches. Para el efecto, vestido de negro y enguantado, me puse en campana a reclutarle cachacos a la moda, poetas, financistas y diplomaticos. Pronto esos caballe- ros se apoderaron de mi casa, y si alguno mandaba en ella, por cierto no era yo, Telesforo Cascajon. Sofia se dedico a apren- der lenguas para conversar con los ministros extranjeros. En estos estudios y el de milsica italiana, en recibir amigos y visitar liendas y almacenes se le iba todo el tiempo. En el interior de la casa no habia cosa con cosa ; reinaba un completo desor- den y los criados nos robaban que era un contento. Todo el mundo debe vivir en su casa, y yo vivia en la de todo el mundo. A cualquier hora que llegase de la calle encontraba dilettantis ensayando cavatinas con Sofia, 6 poetas escribiendole versos en el album, 6 diplomaticos galanteandola en todos los idiomas. Mi digna esposa me habia lanzado plenamente en el ridi- culo : desde el principio de nuestro casamiento me indujo &, tirmar Telesforo del Cascajon, haciendome creer queasi tomaba yo cierto color aristocratico. Sofia tuvo un nino, y entonces fue nuestro primer disgusto serio. Era tan lindo, tan rosado, tan gracioso mi Carlitos, que yo imaginaba seria una felicidad para su madre mantenerlo en sus brazos y criarlo con la leche de sus pechos. Pero, aunque ella era muy robusta y tenia plena salud, se lo entrego a una astrosa y grosera paisana para que le diera de mamar, diciendo que no cumplian & una mujer de tono esas vulgares ocupa- ciones. Creia, le dije indignado, que en una madre el verda- dero buen tono consiste en criar ella misma sus hijos. Habien- dose enfermado nuestro lindo nino, murio de repente en una alcoba retirada, mientras Sofia bailaba en la sala con ingleses y monsieures. Entre los amigos de Sofia, muchos eran de esos caballeros de industria que pululan en Bogota^ vestidos elegantemente, con reloj de d sesenta libras, los cuales le toman prestada a uno su plata que le devuelven girando contra el Papa, y son capaces de beberse el Funza convertido en Champana. Estos honrados caballeros hicieron d mi bolsa una brecha tremenda. Me arrui- naba por sostener las fantasias y los gastos de Sofia, y ella, tan amable con todos, no tenia para mi ni una palabra dulce, ni una sonrisa. Es de esas mujeres endiosadas que, cuando el hombre consume para agradarlas su corazon, su dinero, su ARTICULOS ESCOGIDOS 325 tiempo, su dignidad y hasta su honra, creeu que no ha hecho sino cumplir con una adoracion vulgar y obligatoria. Yo no era en su vida sino una maquina para conducirla a fiestas y paseos, para convidar a, sus amigos, para comprarle trajes en tiendas y almacenes, para satisfacer sus caprichos innumera- bles. Comprendi por ultimo mi posicion humillante, mi vergonzosa abdication. Asi como el cachifo no recordaba la leccion sino cuando ya le habian zurrado, yo no comprendi mi situation sino cuando llego & ser irreparable. Para resistir ;i los gastos de una casa & la moda y de una coqueta popular re necesita, por lo menos, ser un calif ornio. Viendotne casi arrui- nado, le suplique con lagrimas en los ojos que reuunciara a esa vida falsa y estruendosa para retiraruos a una quiuta en tierra caliente, que habia heredado de mi padre. Respondiornc que el calor y los zancudos no la couveniau, que no renunciaria & sus amigos y d, su vida, y que me fuera yo solo si queria. Esto no me causo extraneza : San Gregorio maguo ha dicho que la mujer no tiene couciencia del bien. A pesar de mi boudad genial y de mi amor inextinguible, la cogi una manaua del brazo y la lleve & casa de su padre, a quien dije resueltamente : " Eu Sofia he encontrado una mujer que habla lenguas, recibe perfectamente, hace cortesias admira. bles, canta como una mirla y baila con una superioridad in- contestable ; pero no sirve para esposa. Sus admiradores la encuentran encantadora: bajo el punto de vista social es com- pleta ; siuembargo, su hija de U. no me conviene. Hizome creer con la mas exquisita perfidia que aceptaba mis gustos, mis caprichos, mi vulgaridad si se quiere, y desde el alto pedes- tal de su orgullo proclama de manana a tarde que es una criatura superior : me ofrecio que se contentaria con una vida modesta, y en dos anos sus caprichos y vanidades casi me han ]>ue^to en bancarrota. Yo no soy esposo ni companero para ella, sino uu mayordomo 6 un lacayo. Recibi en malos valores seis mil pesos de dote, tomelos U. en excelentes obligaciones : en cambio del recibo le dejo mi mujer. Adios." Conclulda esta comedia conyugal, he sido silbado, por supuesto. Los comensales y amigos de la casa, los admira. dores de Sofia, el publico en general, han dicho que mi mujer y yo realizabamos el odioso enlace del gusano y la flor ; que yo me separaba de ella porque soy un avaro, un pat an, un miserable, un troglodita. Me tienes, pues, sin fortuua, sin 326 EMIEO KASTOS i mujer, sin hijo, sin amigos, sin nada ; Telesforo Cascajon mondo y lirondo sicut erat in principle). — Estas como Jesucristo queria a sus Apostoles : si estos percances te hubieran sucedido mil ochocientos y tantos aiios atras, podria haberte dicho el Salvador : coge tu baculo y sigueme. — Bebere un trago: siento el gaznate seco como polvo de ladrillo. Y continuo practicando el ventajoso sistema de la partida doble : hizo los honores a ambas botellas : en lugar de un tra- go se bebio dos. Conoci que el infeliz queria aturdirse. — Viva Jupiter ! exclamo con exaltacion : al fin, de estar mal casado me resulta siquiera la ventaja de que no puedo volver a casarme. Soy libre para beber, andar & mis anchas y coger venados en los paramos. Oyes como relincha mi buen Tamerlan ? Es mi unico amigo : voy a correr en el hasta el fin del mundo, a buscar la naturaleza, los bosques, mis buenos amigos de los campos. Yo soy pueblo, aunque diga mi madre que los Cascajoues eran senores feudales en tiempo de ese majadero de Ordono II. Soy pueblo por el corazon y los sentimientos. El pueblo toma resignado para si todas las fatigosas labores de la vida humana : no vive del sudor ni de la sangre de los demas, trabaja en los talleres y hace brotar las espigas en los campos. El dia de los sacrificios da lo que tiene, y cuando suena el clarin de las batallas prodiga su sangre generosa, sin reclamar despues recompensas indebidas como los conspiradores patricios. ; Pobre pueblo ! siempre explotado por mandarines ineptos, por sacerdotes avaros, por gamonales estupidos. Yo pertenezco de corazon al pueblo. i Viva el pueblo ! — Bravo ! le dije, da aca esa mano : la causa de los opri. midos, de los desheredados en el mundo tambien es mi causa. Bebamos juntos por la redencion del pueblo. . — Noto que ese brandi y esa ginebra son excelentes, y que descuido mucho su trato. Despues de rectificar la bondad de ambos licores, continuo con una agitacion creciente. — Tengo graves sosphechas de que soy un necio. No te rias : bastame la rechifla con que saluda la sociedad &> los candidos, a los desplumados como yo. \ Que es la vida? Una inmensa loteria, una gran cachimona en que no ganan sino \ AETICULOS ESCOGIDOS 327 los que juegan con trampa. Me creia tan feliz con mi casa- miento ! Habia tantas promesas de dicha en su dulce mira- da, en su bella sonrisa ! La primera vez que me dijo " yo te arao," pareciome que el cielo abria para mi de par en par sus puertas ! Pero la perfida no me amaba. Para que dirdn mentiras laa mujeres ( Ellas son, segiin San Juan Crisologo, la fatali- dad de nuestras miserias. Y sinembargo, debe haber muchas buenas y leales, de modesto y sencillo corazon, que hubieran sido felices con la cuarta parte del amor que yo he prodigado d Sofia. Imposible que un Cascajon tuviera sentido comuu. Hay un idolo en la India, que exige por homenaje d sus adora- dores aeostarse bajo su carro para estrellarlos con las ruedas : esas coquetas como Sofia son divinidades indias, que aceptan el corazon de los infelices comoyo para divertirse volviendolo peda- zos. Mira, sufro mucho ! Donde estdn el brandi y la ginebra ? — Pues ahi, d tu lado, le respondi. Ya vela turbio ; y luego, con esa insistencia de la embria- guez en perseguir la misma idea, continue) : — Soy feo, desmanado, no so ponerme los guantes, ni hacer cortesias : esto no lo perdonan las mujeres. Mas bien me aceptarian perfido y egoista, con tal que tuviera exterioridades brillantes. Con razon las llama Proudhdn la desolacion del justo. Poseer buen corazon, franqueza, leal tad, oh ! todo esto es muy ridiculo. El mundo es un libro escrito en griego; yo no lo entiendo, soy un zopenco. Luego bebio de seguido no se cudntas veces, sin olvidar en medio de la agitacion y del trastomo su favorito sistiini de la partida doble. Abrio una ventana, y el aire acabo de realizardo. Lo acoste en una cama, y el desdichado se quedo inmuvil, borracho como una cuba. Examine las botellas, y de cada una se habia bebido exactamente el setenta y cinco por ciento. Pero no crean mis lectores que Telesforo hace profesion de la embriaguez : buscaba en ella para sus recuerdos dolorosos un olvido pasajero, asi como otros en la muerte un olvido al>- soluto. A muchos, que se lanzan en el juego 6 la embriaguez para aturdirse, la multitud poco reflexiva los llama con des- precio corrompidoe, cuando para el filosofo observador soil ii uicamente desgraciados. (De Ei, Tiempo, mimero 243, de 23 de Agosto de 1859.) 328 EMIRO KASTOS ENFERMEDADES SOCIALES Cuando se le toma el pulso a nuestra sociedad jamas se la encuentra en estado fisiologico : 6 sus pulsaciones abun- dantes y desordenadas revelan fiebre, 6 la escasez de estas anuncia debilidad y atonia. Pasamos rapidamente del entu- siasmo al desaliento y de las revoluciones a la indiferencia. Alguiias veces parece que ya entramos con paso firme en el camino de la libertad, de la industria y del progreso social, y cuando el animo comienza a lisonjearse con perspectivas de mejora, nuestro caracter debil y poco pertinaz nos lanza en trepidaciones, tumbos y vacilaciones lamentables, y la so- ciedad torna a esa somnolencia y apatia en que la dejaron los virreyes. La enfermedad que se encuentra hoy mas pronun- ciada en nuestro diagnostico social, es la atonia y el desa- liento. Preguntad al primer liberal que encontreis en la calle [ que hay de politica ? — Nada, os respondera, indiferencia y cansancio. El pue- blo va perdiendo toda pasion por la libertad: el gobierno general se ha ido engullendo una por una todas las regalias de los Estados, sin que ellos digan esta boca es mia. Ni a los acreedores del pais ni a los extranjeros se les paga un real, y nadie chista. El gobierno continua armandose hasta los dientes para defenderse de enemigos fantasticos, vuelve a poner a la moda sables y charreteras, consume esterilmente los recursos nacionales, y sin embargo, todo el mundo tolera y calla, y los mas atrevidos dicen como Sancho : ni quite, ni pongo rey. Interrogad & un hombre de negocios sobre la industria, y oireis jeremiadas de lo bueno. — Aqui no puede hacerse nada, os respondera" : si le com- pran & uno no le pagan, y si le pagan es porque no le han dejado un real de ganancia. No hay industria clara ni espe- culacjon estable : si se trata de, un negocio nuevo los capitalist ARTfCULOS ESCOGIDOS 329 tas esconden su diuero, y si lo dan es d un interes ruinoso. No hay caminos ; la llegada del correo es un acontecimiento, y pronto tendremos noticias de Europa por la via de Quito. Lo mejor es ponerse uno a la capa, conservar lo poco que tiene, y Cristo con todos. Preguutad a un cachaco por la cronica. — Nada de particular, os dira tambien. En Bogotd ya no suceden cosas : ni siquiera se puede murmurar porque no hay de que. Los cinco 6 seis casamientos usuales todos los anos, ya se verificaron. Nadie se divierte, ni se entusiasma, ni se enamora, ni hace un escandalo. Que fastidio ! que marasmo ! A falta de fiestas, tertulias y de opera no nos queda mas recurso que ir a misa 6 al mercado y quejarnos del invierno. Los aguaceros son dueiios de la situacion. Las lagunas se hau convertido en mares y los arroyos en Orinocos. Los patos estan de fiesta y las ranas triunfantes. Quien fuera animal acuatico ! Los negociantes no tienen fe en los negocios ni en la in- dustria : los patriotas no creen en la libertad ni en el progreso ; y hasta las mujeres, credulas de suyo, ya empiezan a dudar de todo. Que un h ombre, despues de haber recorrido muchos senderos y agitadose en distintas direccioues, se muestre fatigado ; que, despues de haber sondeado los arcanos de la vida, dejado girones de su corazon en todas las encrucijadas del mundo y buscado imitilmente la dicha persiguiendo el amor, la ambicion, la gloria, se persuada al fin de que todo es vanidad de vanidades y renuncie & la iniciativa y se declare egoista espectador en el drama social, lo comprendemos per- fectamente ; pero que un joven en la primavera de la vida, sin haber apurado la copa del dolor ni la del placer, se mueetre satisfecho ; que sin haber sufrido desenganos se refugie en el escepticismo, y sin haber recorrido ningiln sendero, jadeante y fatigado clave su tienda, amarre su hamaca y se acueste a descansar ; este joven que reimucia al mo- vimiento y la expansion, que ha perdido la fe antes de haber tenido desenganos, y sin combatir se declara ven- cido, debe poseer un caracter dc'bil y una organizacion en- fermiza. Este ultimo puede simbolizar la sociedad granadina. Pespues de la indepeudencia, nuestras dificultades y des- 330 EMIEO KASTOS gracias apenas seran iguales a las que han rodeado la cuna de casi todos los pueblos. Para detener nuestro desenvol- vimiento no se han presentado ni enemigos exteriores, ni in- vasiones de barbaros, ni pestes asoladoras, ni cataclismos natu- rales de ninguna clase. Sinembargo, nuestra sociedad, que nacio ayer, en vez de mostrar confianza, vigor y lozania, osten- tase ya con facciones seniles y camina tremula y vacilantc como si fuera caduca. En el terreno de la industria y del progreso no tiene actividad ni valentia para nada : en la via de la libertad, da hoy un paso hacia adelante y manana otxo vergonzoso hacia atras. Rodeada de una naturaleza exhube- rante, se deja ahogar por sus miasmas en vez de luchar con ella, como el yankee, a brazo partido ; en lugar de despren- derse de preocupaciones que la degradan y de esa vestimenta colonial que la ahoga, como & Hercules la tunica de Deyanira, se aferra todos los dias mas a sus habitos absurdos, y con in- tolerancia brutal amenaza y escarnece & todo patriota inteli- gente que quiere lanzarla en otra via, y tiene el valor de mos. trarle sus llagas. II Los espanoles, despues que acabaron su labor de a solar pueblos y saquear continentes, se entregaron & una pereza insolita. Cruzaron los brazos, y se pusieron a dormir siesta mientras los pueblos industriales, enviandoles artefactos que ellos no querian producir, les arrebataban el oro que habfan pillado en America. Las naciones vecinas adelan- taron en el arte de la guerra, y quitaron & los tercios espa- noles su fama de invencibles. La liga de los pueblos protes- tantes los arrojo de Alemania, y el espectaculo del espiritu humano emancipado hizo rugir de colera impotente al fand- tico Felipe II. En vez de seguir & la Europa en sus evolu- ciones de progreso, por el camino de las ciencias y de la industria, el pueblo espanol levanto monasteries y se refu- gio en las iglesias. Los judios y los moros eran los tinicos que trabajaban en Espana, y los hidalgos, no pudiendo sufrir esa piedra de escandalo, los arrojaron lejos de sus playas. Su ociosidad no era absoluta : asistian a comedias de capa y ARTfCULOS ESCOGIDOS 331 espada y a plazas de toros, leian libros de caballeria y quema- ban herejes. Estos guapos chapetones y sus interesantes costumbres fueron el origen impuro de nuestra enfermiza sociedad. Sol- dados ignorantes y feroces, golillas avidos y embrollones, .clerigos fanaticos, despues de allegar oro en nuestras co- marcas con impaciencia febril, se pusieron a forniar remedos de naciones. Cada una de estas clases inoculo una epidemia en nuestras costumbres : los soldados, el gusto por los go- biernos fuertes y el desprecio por las garantias civiles: los golillas, la chicana, los enredos y la pasion por pleitos in- terminables ; y los clerigos, la intolerancia y el fanatismo, que habian bebido en la inquisition y en los monasterios espanoles. Pereza, fanatismo, intolerancia, hipocresia: he aqu! el cuadrilatero de vicios que. para oponerse al progreso y a la civilization, dejaron en nuestro pais los espanoles. Nosotros no hemos dado nunca importancia cardinal a la cuestion politica. Bajo todos los gobiernos, con tal que haya seguridad para la industria y alguna libertad civil, la sociedad puede marchar sin dificultades ni embarazos. Si las garantias y la libertad son completas, tanto mejor ; pero tenemos el ejemplo de muchisimos pueblos con instituciones menos avan- zadas que las nuestras, donde hay riqueza, bienestar y digni. dad ; al paso que entre nosotros la sociedad se muere de con- suncion y de atonia. El mal esta en nuestras costumbres. Estas en politica, en religion, en industria son mezquinas y absurdas. i Que se adelanta con hacer buenas leyes si no se ejecu- tan ; con formular constituciones liberales, si no hay patrio- tismo ni honradez en los encargados del poder publico ? \ De que sirve la libertad de la prensa si las masas no quieren leer, y si carecemos de opinion pilblica y de un pueblo digno que reclame y sostenga sus derechos ? El sufragio universal la mas alta conquista que haya podido hacer la democraci.i. no es sino una tarsa que hacen representar a la multitud d< i - gradada por la ignorancia y la miseria. La federacion, llamada a simpliticar y resolver todas nuestras dificultades politicas y economicas, ha venido a ser una burla por faltade honradez en el Gobierno y de valor en los Estados. El espiritu de partido y de banderia ha falseado tanto la moral tmblica, que se ha 332 EMIRO KASTOS perdido toda idea de lo justo y de lo injusto, de lo verdadero y de lo falso, con tal que se trate de hacer dano a nuestros adversarios 6 favor & nuestros amigos. Se ha puesto de moda en politica una moral insensata, que consiste en estar con lcs nuestros con razon y sin ella ; y los gobernantes violan con igual cinismo tanto su palabra de ' caballeros, como su jura, mento de cristianos. i Como fundar la Eepiiblica y consolidar la libertad con semejantes pueblos y semejantes ccstumbres ? Nuestra pereza importada de Iberia contimia al orden del dia. Da grima ver los adelantos hechos durante la Eepiiblica. Se ha sembrado pastales y hay un poco mas de agricultura ; pero este es resultado forzoso del aumento de poblacion y de consumo. La linica industria de alguna importancia que se ha creado en el pais es la del tabaco, debida al caracter teraz y emprendedor del senor Francisco Montoya ; pero este ciuda- dano, tan distinguido por su genio industrial como por &u car&cter elevado y filantropico, despues de esfuerzos heroiccs tuvo que sucumbir, arruinado en gran parte por los usurercs y por la guerra mezquina y desleal que le hicieron muchos capi- talistas del pais. Muestresenos un camino de alguna importancia, un puente, un banco, una penitenciaria, algo que manifieste actividad, energfa y progreso despues de la independencia. Hay pobla- ciones, y territories inmensos, donde en veinte anos no se ha construfdo una habitation ni derribado un arbol. Algunos Estados, al paso que van, dentro de pocos anos solo contendran parcialidades errantes, fuera de la vida civil. Y de esta pereza transfundida en nuestra sangre brotan como de una fuente im- pura infiuidad de vicios perniciosos. La aficion & la usura, en ultimo analisis, no e? sino la pereza espanola aplicada a lcs negocios. Todos los que por cualquier medio consiguen algiin capital se refugian en las ciudades y se entregan & las delicias del agio. La usura suprime los viajes, las fatigas, el sol, el trabajo, el pensamiento : sin riesgo y sin esfuerzo gana de dia y de noche, gana siempre. Como el interes es tan alto y la especulacion tan fructuosa, ningiin usurero la abandona para lanzar su capital en especulaciones nuevas, que pudieran abrir al pais fuentes de riquezas. Pagando interes tan subido, apenas el esfuerzo de casi todos los ciudadanos que trabajan con dinero a redito alcanza para cubrir sus creditos, despues de hencMr ARTfCULOS ESCOGIDOS 333 las cajas de los Harpagones perezosos. Estos caballeros absor- ben todos los esfuerzos de la industria, y van formando callan- dito un feudalismo poderoso. De esa repuguaucia a la fatiga y al movimiento nace tarn- bien la abundancia de tenderos y menudeadores, ocupados en oficios de mujeres, y la falange de rabulas y abogados, que viven de embrollos y de enredos ; tambien el juego, el petardo y la corrupcion de Duestras ciudades. De esta pereza por una parte, y de la avidez de goces por otra, surgen naturalmente en las grandes poblaciones la prostitucion y el crimen. La intolerancia y el fauatismo religioso son todos los dias m;is exagerados y agresivos. Nosotros, como nuestro ilustre amigo el senor Murillo, no discutimos el catolicismo. Con tener por fuudador a Jesucristo y por base el Evangelio basta para que nos inclinemos delante de el. Pero lo decimos en alta voz : el clero grauadino, en su generalidad, no ha imitado a Jesucristo ui ha comprendido el Evangelio. En un pais nuevo y en pueblos candorosos y sencillos, la Iglesia, que oye todas las palpitaciones de la sociedad y sigue paso a paso la vida del hombre, hubiera podido ejercer la mas santa y bene- fica influencia. Ella, ligada con la libertad, podria haber redi- mido al ]>ueblo de su crasa ignorancia, difundido ideas genero- sas, seutimientos elevados, purificado las costumbres, fundado la moral piiblica. Pero en lugar de pouerse a la cabeza del pueblo para levantarlo y protegerlo, siguiendo la rutiua espa- nola y las tradiciones romauas, una gran parte del clero se ha entregado a la vida esteril y ociosa de los conventos, y la otra a explotar preocupaciones y a buscar diuero, embruteciendo al pueblo en vez de eualtecerlo. Alguuos pastores conocemos lleuos de amor por sus semejantes, pobres, de vida humilde y corazon puro, cuyas virtudes nos inspiran el mayor respeto ; pero estos son por desgracia hourosas excepciones. Y como si el catolicismo no fuese una institucion muy poderosa, base de nuestras costumbres y consustancial con nuestra vida, todavia el clero tiembla delante de la debil com- petencia de un pobre ministro protestante, y azuza las iras populares contra las manifestaciones piiblicas de cualquiera otra religion. \ Cuando tendremos inmigracion, industria y capitales extranjeros con esa intolerancia salvaje ! Que el clero beba d grandes fcragos en la pan'sima fuente del Evange- lio, y lleve d todas las clases las elevadas ensefianzas de este 334 EMIfiO KASTOS libro divino : que renuncie a la codicia, a la concupiscencia, & las vanidades y ambiciones humanas : que sea el maestro de los ignorantes, el amigo de los pobres, el consolador de todos los dolores, y, conquistando con sus virtudes la veneration piiblica, deje que levanten templos protestantes, mezquitas y sinagogas. Nuestras costumbres hipocritas y gazmonas oponen tam- bien dificultades al progreso de las artes y la literatura, y a las discusiones cientificas y sociales. Un periodico de medi- cina que analizara eiertas enfermedades de que al pueblo con. viene precaverse, estudios de costumbres que expusieran con franqueza las llagas sociales, serian imposibles entre nosotros, merced a esa pudicicia mentirosa del publico. Y si esta susceptibilidad respecto & la palabra escrita emanara de ino- cencia de corazon y de verdadero pudor, seria una delicadeza que nosotros respetariamos ; pero todo es falsedad y aparien- cias : los mismos y las mismas que estilan conversaeiones las mas libres, y cometen acciones de una moralidad hipotetica, y devoran con deleite pecaminoso novelas francesas obcenas y calenturientas. al ver una pintura que no este vestida hasta los ojos, 6 un articulo de costumbres que revele con sinceridad los vicios groseros de la sociedad y el desarreglo de las pasiones humanas, se ruborizan como jovenes vesta- les, y se apandillan para gritar j escandalo ! Se nos parecen a" esas ladys inglesas que, despues de pasar la noche en brazos de un amante, se tapan los oidos al oir la palabra calzones. Si alguien trata una cuestion religiosa, 6 discurre sobre las costumbres del clero, aunque no toque al dogma ni & Dios, al momento los fanaticos y la turba-multa de fariseos gritan • escdndalo ! j sacrilegio ! Si un economista 6 un fllosofo, por amor a la liumanidad y animado de las mds rectas intenciones, anuncia alguua teoria que se separe de las rutinas tradicionales, en vez de probarle que esta equivocado y entablar con el una polemica decente, escudrinan su vida privada, y le prodigan insultos, y arman escandalo, y le gritan que es corrompido, ladron 6 comunista. Escribid que los conservadores representan los principios tutelares de la religion y de la familia, que el clero grauadino es inmaculado, que los filusofos del siglo XYIII fueron bandi- ARTfCULOS ESCOGIDOS 335 dos, que los gobiernos fuudados sobre la fiierza son excelen- tes, las virgenes del Funza una maravilla y nuestra sociedad una Arcadia, y os diran que sois una lumbrera. Escribid pamplinas y todo el mundo estara, contento. Nosotros creenios que ni a los hombres, ni a las mujeres, ni a los pueblos, ni a los gobiernos les conviene la adulacion. Somos mejores amigos de las mujeres diciendoles verdades austeras. que pulsando la lira para incensarlas con endechas y madrigales. Nuestra sociedad no es enteramente compuesta de corderos para arrullarla con los sonidos del caramillo y la poesia bucolica. Delante de un publico tan asustadizo y de tan exacrerada crazmoneria, en nuestra calidad de humildes escritores de costumbres hemos pasado fatigas infinitas con la pluma en la mano, no por falta de cosas que decir, sino medi- tando lo que debianios callar. Tenemos pues que la libertad de imprenta esta escrita en las leyes, pero no existe en las costumbres. (De El Tiempo, niimero 257, de 29 de Noviembre de 1859.) t\\A AVENTURA EX EL MAGDALEN A Una de las cosas mas dificiles que hay, con voluntaries en- tusiastas 6 impacientes, es hacer campanas 6. lo Fabio, lentas y estratt'gicas. Asi, a nuestro ejercito en el Magdalena, lo que mis lo atormentaba era el tedio: los unos recordaban las verdes praderas del Cauca, y los otros las risuenas comaiv:is del Funza. Todos querian abandonar esas play;xs ardientes, habitadas por los insectos y la fiebre. El primer tuque de marcha hacia temblar de placer d jefes, oficiaks y soldados, y la perspectiva de una batalla era una verdadera felicidad. Solo la voluntad de hierro del General Mosquera podia 330 EMIKO KASTOS dominar esa impaciencia belicosa y ese aburrimiento mortaL La mayor parte creia en el ejercito, que era juego de ninos tomar a Bogota, defendida por las empinadas cordilleras de los Andes y seis mil soldados. El General Mosquera, sin curarse de habladurias ni de murmuraciones, plantaba la tropa largas temporadas, ora en Piedras, ora en Mendez, ora en el Raizal, y con esa poderosa actividad que nadie posee en el pais sino el, formaba de elementos heterogeneos un ejercito coni- pacto, disciplinado y formidable. Y i que tanto me aburriria yo, que mi eterna e incurable en- fermedad ha sido el tedio ? Entonces no tenia position oficial en el ejercito ; apenas era un beligerante aficionado, un faccioso in pdrtibus. Mientras llegaba el suspirado dia de una batalla 6 de marchar sobre Bogota, solia hacer mis escapadas d, los campos 6 poblaciones limitrofes, en busca de distracciones, d merodear aventuras. En un poblachon de estos, cuyo nombre interesa poco al lector, tuve algunos dias de residencia, sin mas diversion, al principio, que dormir de noche en cama, y de dfa en la ha- maca, banarme, comer sancocho y responder a las interpe- laciones de los calentanos, que d todas horas me atosigaban pidiendome noticias. A los tres dias pensaba regresar al ejercito, pues aquella monotonia era peor que el tedio de los compamentos, cuando di con un cachaco de Bogota, que habi- taba un campo vecino, y que esperaba como yo los aconteci- mientos para incorporarse al ejercito. Pertenecia d la raza genuina de cachacos, bohemios por excelencia, que viven en Bogota, como las aves, por la volun- tad de Dios. De esos que, como Alcibiades, se entregan 6, los placeres en Lidia y comen salsa negra en Lacedemonia : siba- ritas en Bogotd, sufridos como un negro en la campaiia, visten bayeton en Ambalena y ropa de lino en Santa Barbara. — Y bien, Leopoldo, \ que vientos te traen por aqui \ — Estaba insufrible la vida en Bogota, y me he venido d. buscar emociones por estos mundos. En la Rosa-blanca jugaba mis partidas de domino, callado como un discipulo de Pitago- ras, y no podia hacer oposicion, que es mi elemento. Propalar chispas, inventar noticias, caricaturar d los Generales, reirme en los corrillos de esa ilustre nulidad que Hainan don Mariano Ospina, esta es mi vida. Que diablos podria yo hacer en Bogota, metido & siibdito sumiso, d pacifico ciudadano % ABTtCULOS ESCOGIDOS 33? — Y sin convicciones ni comprometimientos anteriores, vienes a buscar un balazo, nada mas que por divertirte ? — Cabal : cuando tenia diez y seis anos acompane al Gene- ral Franco al Sur, y despues de furibundos combates regrese ileso de las breiias de Pasto. Soy enemigo neto de los gobiernos y de las opiniones dominantes. En los Estados Unidos sena mormon, en Turquia me ariliaria a la secta de All, en la India seria budista, y aqui soy simplemen- te faccioso. Maldito el entusiasmo que yo tenia en las contien- das actuales, pero de tanto oir al elero echar anatemas y ro- garle a los santos contra los impios, y a hombres y mujeres gritar ; mueran los ladrones ! resolvi echar mi espada en la balanza a favor de los ladrones y de los impios. Has de saber que a mi me desagradan todos los gobiernos, especialmcnte los gobiernos legitimos. — [ Y no te hacen mucha falta las tertulias y las hermosas de Bogota ? — Las mujeres en Bogota ban dejado de ser mujeres para convertirse en beligerautes. Han renunciado a los placeres y li:ista al amor, para dedicarse a la politica. La mayor parte de mis paisanas, antes benevolas, cultas, amables y compasivas, hoy tienen pasiones de infierno. Muchas de esas bellezas risue- iias, que parecian iuofensivas, tienen odios implacables, y no res- piran siuo sangre y exterminio, como si en las filas contrarias no contaran muchos amigos y no fueran todos projimos y hermanos. Y lo gracioso es que las mujeres, criaturas esencialmente aristo- crat icas, hayan desarrollado un entusiasmo digno de mejor causa porsostener un gobierno de indigenas y mulatos, siendo asi que el General Mosquera es patricio por sangre, gentlemoM por caraeter. — Y tii que tienes una imagination tan fecunda, des- ciibreme por Dios un pasatiempo, adiviname una distraccion. — Juega tute con el cura. — Ya lo he intentado y me duermo a la segunda partida. — Te gustan las mujeres ? — Asi, asi, como a todo hijo de vecino. Pero entre estas calentanas color de totuma, cotudas unas y casposas otras, no veo mujer posible que pueda tentar a un hombre honrado. — A media legua de aqui vive una muchacha que es una maravilla, pero tiene algunos inconvenientes. — Cuales? — Es orgullosa y soberbia. z 338 EMIKO KASTOS —No rue disgusta que una bonita inuchaclia tenga para su gasto algunos pecados capitales. — Y en politica anda muy mal — Es goda ? — Godisima. — Esto complica la situacion ; pero al fin [ que antecedentes sabes de su vida ? — Tuvo amores con un oficial pastuso, que murio 6 con- secuencia de haber sido herido en Segovia, y esta muy melancolica. — ; Magnifico ! Una mujer que lia perdido un amante y esta triste, es como las tierras baldias, pertenece al primer ocu- pante. Y j como se llama ese tesoro ? — Felina, y la madre Casilda. Ese mismo dia, como a la una de la tarde, emprendimos viaje a visitar & esas damas. La casita que habitaban estaba escondida entre palmeras, naranjos y un inmenso tamarindo. • Bendito sea Dios ! dije para mi, que ya encontre en este Alto Magdalena alguna persona de sentido comiin, que comprendiera que los arboles suavizan y refrescan la atmosfera, y son la poesia y la provi- dencia de las tierras calientes. Los calentanos se perecen por vivir a la pampa ; no quieren que los arboles les defrauden ni un solo rayo de sol. La senora Casilda;, que ya conocia a Leopoldo, nos recibio muy atentamente. Esta es una calentaiia larga como un palo de escoba, inclinada hacia adelante bajo la pesantez de un coto bastante respetable. Mostronos la casita sumamente limpia, con el correspondiente retrato de don Mariano en la sala. Al frente de la entrada habia un pequeno corredor, defendido del sol por una masa flotante de verdura, compuesta de bellisi- mas, la reina de las enredaderas, y de jazmines blancos, la mas aromatica de las flofes. Alii era el costurero de Felina, por la cual preguntamos y nos dijeron que estaba en el baiio. De repente se presento en el corredor envuelta hasta mas abajo de la cintura en una cabellera negra y naturalmente rizada. Sus ojos, verdaderos ojos de calentana, deslumbraban, como en una noche oscura una liuterua de reverbero. El color de su cara es entre perla y cobre, terso, brillante, de esos colores que la sabia naturaleza da d las bellas mujeres de esos elimas, adorno y defensa a la vez, pues Bobre ellos resbala, ARTI'CULOS ESCOGIDOS 339 como sobre una lamina de metal, la picadura de los insectos y los rayos del sol. Dad a una de estas mujeres el cutis deli- cado y el color de leche y de carmin de nuestras bellezas del Funza, y a los seis meses estaria hecha un espantajo. Ese color amortiguado de Felina, parecia causado por la accion constante de una llama interior. Tenia boca grande y labios gruesos, indicio de arrogancia y sensualidad, y para colmo de diablura, en esa boca fresca y colorada como la fruta del granado, asomaban unos dientes, que parecian gotas de rocio cristalizadas. Su ancho pecho descansaba sobre una cintura indecisa, y la riqueza plastica de su formas, que se adiviniban al traves de un ligero traje de muselina, completaban esta armonica y distinguida figura. Sea por sencillez, 6 talvez por refinada coqueteria, no usaba crinolina, que ahoga completa- mente la belleza de las formas, y que en una mujer gorda es una redundancia ridicula, un pleonasmo insufrible. Esa belleza apasionada y arrogante perdida entre esos andurriales, me causo, como es natural, la mayor sorpresa. Pidionos que le dispensaramos lo descuidado del vestido, y nos ofrecio para refrescar el calor, agua de coco y leche de cabra, con la sencillez pastoril de las Rebecas biblicas. Hicimos tertulia en el corredorcito de las bellisimas y de los jazmines : me senti alegre e inspirado en medio de esas flores perfumadas, y teniendo al lado a una hermosa mujer. Lance mi fantasia en todas direcciones y convert! la conversacion en fuegos arti- ficiales, procurando indagar d que corriente se inclinaba esa hija de Eva. Le liable del amor bajo Las ceibas, en el desierto, a los rayos de ese sol, en medio de esa naturaleza ardiente, y este idilio salvaje no encontro en ella ninguna simpatia. — No me hable usted de paises como este, tan llenos de luz y de calor ; yo detesto al sol. — Y usted que ha nacido como los diamantes para deslum- brar las miradas, para brillar" al sol de nuestras ciudades, \ no desea la vida de Bogota ? — Esas bogotanas tienen mucha letra menuda, y yo soy una campesina inculta ; se reirian de mi. Estoy condenada a vivir y morir bajo estos arboles, en este clima abominable. Y tenia esperanzas de irme a otra parte. — Si quiere irsc para I'asto conmigo, estoy a sus ordenes. — I Como es eso I — Si, senora, yo soy pastuso. z 2 340 EMIRO KASTOS — ; Pastuso! — Heraiano de Francisco Zarama. Del ejercito de Jacinto Cordoba vine en comision donde el General Paris, me cogieron en Segovia y estoy libre bajo palabra de honor que di al General Mosquera. Comprendi en el acto que habia herido en lo vivo y me habia colocado en un terreno solido. Decididamente la nina se inclinaba por la via de Pasto. — Me hace reir listed con sus propuestas. Y [ es cierto que Pasto es tan bonito y tan frio ? £ mi si que me gusta el frio. — • Ah ! es una tierra encantadora, fresca, abundante, donde la vida es facil y tranquila. Me apreto la mano con efusion al despedirme, y me dirigio una mirada luminosa como la esperanza. — • Bravo ! \ bravisimo ! me dijo Leopoldo ; has tenido una inspiracion feliz. Le deseo una semejante al General Mos- quera cuando se encuentre delante del enemigo. Su primer Amadis debe haberle dicho muchas tonterias sobre la vida de Pasto, que ban hecho una viva impresion en esa naturaleza primitiva : Felina no cree que haya felicidad sino en la tierra clasica de Noguera y del padre Villota. — Me da pena pasar por lo que no scy, y enganar a" esa pobre muchacha. — Acuerdate que su confesor le dijo a Felipe II una vez que este sintio escriipulos de conciencia : " Si V. M. tiene con- ciencia, dejese de conquistas y quedese tranquilo en su palacio." Esos escriipulos le harian honor a una monja de Santa Clara. Que es el amor \ Que es la politica ? Que son los negocios ? Que es la vida sino un cambio mutuo de mentiras reciprocas ? Sobre el engano y la ficcion descansan todas las evoluciones sociales. Y con esa candidez de colegiala te metes d belige- rante y & faccioso. Por ventura un nnancista, un hombre de Estado, un conquistador podrian hacer algo de provecho, si no enganaran a los tontos, es decir, a las multitudes, suministran- doles apenas la verdad en cantidades homeopaticas ? Estas razones me parecieron tan solidas, que resolvi seguir adelante la comedia. Leopoldo me suministro toda su geografia pastusa y datos sobre las localidades, las costumbres y las personas de esas comarcas montanosas. ARTICULOS ESCOGIDOS 341 Segui visitando a Felina d todas horas, y con mi triple caracter de pastuso, de proscrito, y de godo encontre un acogi- miento admirable. La abuela Casilda aborrecia d los rojos y formabamos exquisitos planes de guerra y destruction contra esa raza impia. No hay como las mujeres para aborrecer con gana cuando aborrecen. Cuando las tienta el demonio de la politica, se convierten en hienas. En vez de presentarse como Angeles de paz £y de misericordia para mediar en estas luchas entre hermanos, renuncian al verdadero caracter de la mujer, que es la simpatia y la benevolencia,entregdndose d furores in- sensatos por cuestiones politicas que generalmente no en- tienden. Felina se encantaba oycndome contar mis aventuras de guerrillero, cuando en compania de Patiflo y de Julio Arboleda haciamos cruda guerra al gobierno tiranico del General Lopez. Su cabeza no comprendia felicidad ni poesia, sino en los paises montanosos y helados. Por una extravagancia de esa imagina- tion enferma, la vegetation, los horizontes, la luz, el sol y hasta el cielo esplendoroso del Magdalena le parecian enfadosos y feos. Yo explote aquella mania con el entusiasmo con que un minero persigue una veta de oro puro. Resolvi que en Pasto jamas se veia la cara al sol, y que el arbol mas atrevido que se encontraba era el frailejon : que alld vivia uno envuelto en nieblas, como los heroes de Osian, oyendo rodar las avalan- chas, pasedndose al borde de los ventisqueros. Felina, sudando de calor, no sonaba el amor sino entre el hielo y yo le hacia de Pasto y sus montanas unas descripciones capaces de hacer tiritar de frio d un calenturiento. Aquella mujer cuyo corazon estaba entero, e ignoraba la estrategia parlamentaria de las mujeres de la sociedad, amaba como las naturalezas primitivas, sin regatear su amor ni imponer condiciones. Llevarla k Pasto era la ilnica sine qua twii. Yo no tenia mas que estirar la mano para coger esa flor maravillo- sa ; pero como probablemente no he nacido para diplomatico, conquistador ni hombre de Estado, volvi a mis escriipulos de marras, & la mania de la lealtad. Como voy £ enganar & esta pobre muchacha, decia para mi : voy d decirle la verdad ; si antes tenia su amor, ahora conquistare su estimacion. Cuando d uno se le ocurre una idea feliz la discute y vacila ; si es una tonteria, la cumple en el acto. En la misma 342 EMISO KASTOS noche en el corredor de los jazmines, despues de haberla dicho mil necedades galantes, fui muy orondo & dar el golpe de gracia a su corazon revelandole el gran secreto. — Quiero ser franco con usted, la dije, no soy pastuso sino antioqueno. — • Antioqueno ! — Si, senorita, y no creo que pierda nada en el cambio : tan adorador suyo es el uno como el otro. En Antioquia tam- bien hay montaiias donde necesita uno diez cobijas para arroparse. La nina se levanto como un resorte, y corrio para donde la mama que estaba en la sala, diciendole con el aire mas despa- vorido : — j Mama, es antioqueno ! Y aquel grito tenia tal acento de admiracion y de despecho que equivalia a decir : es un rinoceronte, un troglodita. Tuve vertigo, y me vi perdido. Mentecato ! ; mil veces mentecato ! dije para mi, por creer que la verdad sirve para algo en este mundo. Quise esponsionar con la nina y no me dio audiencia. Al otro dia me mando k decir con la mamd que no queria verme y estaba todo concluido entre nosotros. De esta aventura, 6 sea percance, saque en limpio dos cosas. La una, de que ya tenia sospechas, es que si hay riesgo en decir la verdad a los hombres, es peligrosisimo decirla a las mujeres ; y la otra, que no sospechaba absolutamente, que un pastuso vale mas que un antioqueno. (De El Tiejipo^ numero 306, de 29 de Octubre de 1861.) AETICULOS ESCOG1DOS 343 IMPRESIONES DE UN VIAJE AL CAUCA Salimos de Ibaguc el dia .... no recordamos: lasfechas no son nuestro fuerte, ni sabemos para que sirvan. Si se per- dieran todos los calendarios, y se confundieran las feclias y el curso del tiempo, habria dos gremios felices : los que debemos plata a los ingleses y a los bancos, y las mujeres : todas se declararian nuevecitas, ninguna pasaria de veinticinco afios. Ibaguc es un rincon del mundo, de donde se sale con pena y al cual se vuelve siempre con placer. Esta situada sobre un piano inclinado, continuacion suave del Toliraa, con vistas pintorescas, verdes, accidentadas, llenas de calma, refrescantes para la mirada y el espiritu. Tiene el complemento obligado de toda naturaleza simpatica, que es aguas cristalinas y rios que murmuran. Su clima es dulcisimo, siempre refrescado de noche por brisas que bajan de los nevados del Tolima y pasan sobre la ciudad como una caricia de la naturaleza. Agreguese a esto que esta situada a una Jornada del Magdalena, a donde se baja por una planicie ameua que convida a los carros y coches a rodar solos. Con sociedad talvez la mejor del Tolima, donde las pasiones son calmadas, no hay coleras politicas ni religiosas y se vive despacio, es un refugio como mandado hacer para los que estamos fatigados con las luchas de la vida. Ibaguc es un distrito inmenso : tiene a retaguardia el in- finito del Quindio, que se esta llenando de poblacion antio- queffa; esta pone dehesas y cria cerdos en grande escala, inuuda con ellos los mercados del Magdalena y los lleva hasta La Mesa y Bogota. Su produccion de panela y aziicar es im- portante. Sus campos nunca carecen de humedad y lozania, jamds se pierden las cosecbas, y es la despensa r de los pueblos del Magdalena en los veranos prolongados. A esto se agrega bus abundantes y vigorosos filones de minas de oro, de que estan cruzados los cerros adyacentes. Esta llamada a ser una 344 EM1R0 KASTOS ciudad importatite, aunque no fuera mas que como retiro fresco, donde pueden encontrar agrado y sociedad civilizada las familias ricas que se queman en Jos llanos del Magdalena. Y diciendo todo nuestro pensamiento : en Cundinamarca, Boyaca y Tolima, despues de Bogota^ lo unico que hay habitable es Ibague. Olvidabamos el viaje. El lector no busque en esta rela- tion fechas, itinerarios, puntos cardinales, descripciones minu- ciosas, estadistica, unidad, ni estudios cientificos, pues no tene- mos la desgracia de ser sabios. Abundaran las digresiones, y solo nos atendremos a consideraciones generales y a las im- presiones que nos causen de paso los h ombres y las cosas. La salida de Ibague para el Quindio es de lo mas pinto- resco. Se baja de la planicie en que estd la ciudad al Com- beima, que arrastra ruidoso y murmurante sus aguas frias y puras en un vallecito por demas risueno entre verdes colinas. Ese rio es tan reparador que entra cualquiera en el por la manana con fatiga y malestar, y sale con el cuerpo alegre, ligero, con ganas de almorzar. El doctor Vargas Reyes dijo que no comprendia como podian morirse los que se banaban en el Combeima. Se pasa el rio por un elegante puente de hierro como hay muchos en el Estado, obras por cierto de alto honor para los gobiernos del Tolima, que han podido construirlas con rentas muy moderadas, mientras otros Estados, teniendolas abundan- tes, no han podido hacer uno solo. El Tolima es el Estado en que se ven gobiernos honrados, patriotas y decentes. El actual del senor Gonzalez es una especie de oasis, en que la mirada del patriota descansa del espectaculo triste de tantos gobier- nos entregados a la ambition, la violencia, la iutriga y el escdndalo. El Quindio como via, como camino nacional es una cosa sin nombre. Dicen que Bolivar nombro una vez al General Murgueitio gobernador del Choco, encargdndole le hiciera una pintura del pais. Este General, hombre de poca prosa y de laconismo espartano, envio d Bolivar la siguiente des- cription : — j Choco ! el pais del horror. Eso pudieramos decir de esa huella de dantas, de esa con. tinuacion de saltos, hoyos, rodaderos, fangales y diabluras que llaman camino del Quindio. Es una vergiienza, para el pais ARTICULOS ESCOGIDOS 345 y para todos los gobiernos que hemos tenido de treinta aiios para aca, el abandono de esa via, habiendo allende el Quindio 500,000 habitantes y la mitad en territorio de la Republica. No sabemos que en este siglo se le haya compuesto sino una vez, con seriedad, por un gobierno conservador : los gobiernos liberates han visto esa importante via con indiferencia crimi- nal ; y sieudo un camino muy bien trazado, la mayor parte por terreno rirme, con siquiera rozarlo y ponerlo al sol, con poco gasto y pequeno esfuerzo, la muy corta distancia entre Ibague y Cartago se reduciria a tres pequenas jornadas como- das y agradables. Alguien nos ha referido que el doctor Rafael Nunez contaba l,i Biguiente aventura, que le acontecio en Antioquia viniendo de la Convention de Rionegro. Hacia mucho iuvierno y el camino estaba horrible ; sobre un fangal vio un sombrero ; mando al paje que lo recogiera ; veriricado lo cual asomo la cabeza de un hombre debajo del sombrero. — Saque a ese pobre diablo, dijo al paje el doctor Nunez. Apenas fue sacado el malhadado caminante, se dirige al doctor Nunez y le dice : I . — Senor, s&queme mi mula que estd. debajo. Muchas aventuras encontraria hoy el senor Nunez pareci- da^> a esta si viajara por el Quindio. Pasando el Combeima encontramos un cargamento de utiles telegraficos que el gobierno enviaba de Bogota para el Cauca. Como nuestra mision es decir verdades, no podemos menos de mauifestar que en la administracion de este negociado es donde nuestros gobiernos se ostentan peores administradores y que carecen en absoluto del sentido prdctico de los negocios. Todos los dias vemos pasar por Ibague cargamentos de aisladores y de iicidos en via para el Cauca, que de Barranquilla han ido a Bogotd, y de csta al Cauca, hasta Cali y Buenaventura, atravesau- do & lomo de mula media Republica y cuadruplicando los gastos. El solo sentido comiin iudica que los utiles telegrdficos para el Cauca deben introducirse por Buenaventura ; que debe man- tenerse un deposito en Cali, y que los que demanden los teh'- grafos del Tolima y lineas que siguen para Antioquia y Cun- dinamarca, exigeu un deposito en Honda. Al gobierno le cuesta un disparate el telegrafo por el sis- tenia de empleados y de administracion. Por medio de con- 346 EHIEO KASTOS tratos con particulares, no para hacerse cargo de las oficinas siuo del sostenimiento de las lineas, de seguro le costaria la mitad y estaria mejor servido. El Quindio, k pesar de ser un camino horrible, ofrece com- pensaciones para nosotros que somos bijos de las mon tanas, y para quienes la vida de los bosques tiene mucbo atractivo. Somos un poco iroqueses y por cierto pudor no cargamos flecbas. Pero la vida de las grandes ciudades y de los paises muy reglamentados, despues de cierto tiempo nos es insufrible. No podemos vivir donde el campo no este cerca de nuestra casa. Necesitamos un rio inmediato, arboles, praderas donde acostarnos a fumar por las tardes. En Nueva York intentaraos satisfacer este antojo en el Parque Central, pero siempre en- contramos vigilantes que impedian traspasar los senderos obli- gatorios. Navegando para Inglaterra en el Canal de la Mancba, por excepcion no ibamos mareados, y no babiendo nadie sobre cubierta encendimos inocentemente el cigarro, cuyo humo se llevaba sin demora la brisa del mar. De'repente salio de una escotilla un diablo de inglesa y nos echo una peluca de lo bueno. Las inglesas no tienen sino dos pasiones : beber te y aborrecer el tabaco. La tentacion de fumar bajo los arboles sentados sobre la yerba nos perseguia en Londres. Hacia un tiempo excepcional, caliente y lindisimo, y se apodero de nosotros la nostalgia de los arboles y de la naturaleza. Convidamos un domingo a nuestros amigos Antonio Maria Pradilla y Eusebio Otalora k pasar el dia en el campo, y despues de andar en coche, en ferro- carriles abiertos, y en ferrocarriles subterraneos, logramos verle el fin & esa ciudad infinita, y nos refugiamos en una pradera deliciosa, que parecia destinada para el publico, donde babia Arboles frondosos y jardines con nores. Encendimos un puro de Cuba y nos sentamos felices & fumar bajo un drbol. Pero cuaudo menos lo pensdbamos se nos pone por delante un ingles con la cara inflada de sangre color de remolacha, con un cuello de camisa de media vara de alto, y nos dice in- dignado : — • Aqui no se fuma ! - — Y [ & quien molesta el humo ? le respondimos en mal ingles. — A las flores, nos replico el hotentote. — -j Oh ! gran bestia del apocalipsis, le dijimos f uriosos, pero ABTICULOS ESCOGIDOS 347 eh castellano para que no entendiera. Maldita sea esta isla con vuestra civilizacion tan salvaje y vuestra vida tan regla- mentada e insufrible. Ojala que los fenianos, los socialistas, los comunistas, los dinamitistas, los proletarios colericos y ham- brientos, todos los monstruos que fermentan bajo vuestra de. cautada civilizacion, os devoren. ; Viva nuestra America libre, por pobre y salvaje que sea ! El Quindio no puede atravesarse sino cou peones ibague- renos, que conocen la montana d palmos, formales, buenos arrieros y carninadores insignes. Nos toco uno fainoso, pro- visto de todas estas cualidades, y por anadidura decidor y di- vertido. Contaba cuentos de cacerias de dantas, aventuras con tigres, y aun nos dijo que una noehe se habia sentado sobre un espanto. Cada rato encontrabamos rodaderos de animales, y en un punto donde habia dos juntos nos dijo : — Por aqui se rodaron dos bueyes con la carga. — Pero, hombre, si hemos oido decir que los bueyes no f:e ruedan ! — Los medicos tambien se mueren, senor, pero el buey rueda con mas talento, no se desnuca fdcil como la inula. En un contadero — puntos claros y llanos donde se com- ponen las cargas — nos dijo, despues de quedar satisfecbo del arreglo de las petacas : — El hombre necesita trajinarse : hay algunos que llegan a viejos y no saben echar una encomienda. Hasta el ladron necesita trajin, y si no que no se meta en el oficio. Para robar se necesita ser muy malicioso. — Atrasado en cdnones estd usted ; en Bogota hay gentes que roban sin malicia. — Yo soy muy pobre, senor, en casa hay doce bocas, soy correista desde muchacho, y tengo ya los huesos molidos, pero mi mujer es un fosforo, con cuatro reales hace un peso : tenemos yucas, arracachas, pldtanos y cuarenta gallinas de vientre. El verdadero Quindio, solemne y majestuoso, comienza en la segunda Jornada, eil Toche. De alii para adelante es donde se encuentran esas aguas de frescura y sabor inolvi. dables, esa atmosfera oxigenada que se aspira con delicin. y esa flora maravillosa de donde se ban sacado para exportai millares de pardsitas, que adornan los jardines de Europa. 348 EMIRO KASTOS El vallecito de Toche se atraviesa entre una alameda de arboles de flor de mayo, que no dejan ver hojas sino un mosaico de vivos y delicados colores. El paso del rio Toche, donde con cuatro reales puede hacerse un puente, es hoy un torrente rapido y pedregoso, tanto que arrebato el macho de nuestro equipaje, y fue milagro que se salvara. De este valle se emprende la subida al paramo del Quindio por faldas y contrafuertes, y por camino muy bien trazado ; pero como hace muchos afios no se da alii un barretonazo, ni se abre un desagiie, ni se corta una rama, la combinacion de hoyos, saltos, fangales y malezas^que se enredan con el viajero hacen penosisimo el transito. A veces en invierno en medio de esos lodazales se apodera del viajero una especie de vertigo, y lo mejor es acudir al recaton antioqueno, echarse dos tragos seguidos de cualquier licor, y entonces como por encanto se anima la mula, desaparecen los peligros, y el viajero pasa facil y ligero sobre esos barrizales, como Moises sobre el mar Rojo. Quien sabe si este denodado patriarca antes de echarse sobre las aguas, no apelaria tambien al recaton antioqueno. Por en medio de inmensas y majestuosas palmeras llega- mos & la posada de las Cruces, ya sobre la Cordillera. Des- pues de completada la Jornada tuvimos que residenciar nuestra humanidad, & ver si teniamos los ojos, las orejas y los huesos completes y en su lugar. Sientese un gran bienestar como el del que sale sano y vencedor de una batalla ; se toma el trago constitucional de brandi reparador, se enciende el cigarro, y viendo tendida una cama blanda y abrigada y una cena me- dianamente confortable, humedecida con media botella de bor- deaux, vengan trabajos. Molidos y asendereados se nos espanto el sueno : nos senta- mos avanzada la noche en el corrector de la casa. Teniamos por delante altisimas palmeras inmoviles y un enorme arbol de flor de mayo. El cielo estaba tachonado de esas palidas estrellas que se ven en las grandes alturas ; nubes blancas revoloteaban en el espacio formando grupos caprichosos y circulos concen- tricos. La luna al traves de las palmeras derramaba sobre el suelo claridades y figuras fantasticas. Nada mas solemne : d lo lejos se oia el rumor de los torrentes y esos mil ruidos vagos que son de noche como la respiracion misteriosa de la naturaleza. De repente sentimos cierta somnolencia, y nuestra fantasia se entrego £ las cavilaciones mas extranas : parecionos que no ARTfcULOS ESCOGIDOS 349 temamos familia ni patria, que no perteneciamos & ninguna civilization, a" ningiin agrupamieuto humano ; que no formd- bamos parte de esos seres orgullosos, impotentes y miserables que se llaraan hombres, que careciamos de personalidad, y que solo eramos un fragmento, un atomo de la naturaleza universal, que, como una madre a* su hijo, nos llamaba a" su seno con poderosas fascinaciones. Y sentimos un inmenso deseo de acabar, de sumergirnos, de perdernos en el gran todo, como el animal, el drbol, la planta y la flor. El ruido de un drbol caido nos desperto ; hacia un frio glacial ; antes de acostarnos nos calentamos con una copa de brandi, que ligada con el bordeaux ayuda a" hacer un poco aceptable la vida en este pequeno planeta, como llamaba a la tierra el doctor Eicardo de la Parra. II En las soledades del Quindio no se encuentran otros pobla- dores que antioquenos : el antioqueno y las montanas son con- sustanciales, se buscan y se completan. En las faldas, en las hondonadas, en riscos que solo parecen transitables por osos y dautas, vereis & lo lejos casitas con la obligada roza de maiz, enredaderas de frisoles, y esas enormes calabazas que llaman vitorias, que mezcladas con panela y leche son alimento agra- dable y forraje abundante y baratisimo para criar vacas y cerdos. El antioqueno adora las montanas nuevas, es decir, que tengan bosque primitivo : en busca de estas emigran por millares d los desiertos del Cauca y del Tolima. La llanura les es anti- patica : acuden sin miedo & los valles del Cauca y del Magda- lena, donde hay negocios y trato, como ellos dicen ; pero la casita de la familia, el hogar, lo forman siempre en las monta- nas. Es increible la inquietud, la agitaciou, el poder espan- sivo de esa raza. En todas partes doude saben que hay minas, tierras fcrtiles, algo nuevo que explotar, alia corren por ban- dadas. Con frecuencia encontrdbamos esos grupos de emigran. tes, los hombres £ pie, las mujeres en mulas, los ninos llevados en canastos, y en bueyes el humilde menaje y las hachas y calabozos, que son sus dioses penates. — I Para donde van, paisanos ? 350 EMIEO KASTOS — A Filandia, senor. — Y por que dejan su tierra ? — Las tierras estan cansadas en Antioquia, no cabemos. En Filandia dicen que hay mucho monte y da niucha coniida. Ya no sabemos cuantos pueblos antioquenos hay en las montanas del Cauca y del Tolima. Raza emigrante y cosmo- polita, el consejo mistico y enervante de la resignacion no entra con ella : huir de la pobreza, mejorar de condicion es su caracter distintivo. Aunque profundamente catolicos, tienen el amor al trabajo y las pasiones energicas de los pueblos pro- testantes. Pero si hay algo superior a los antioquenos son las antioqueiias de las montanas. ; Que laboriosidad ! que tra- bajo ! que consagracion ! ; que desvelos y fatigas para criar esas numerosas familias ! Desde horas antes de amanecer estan en pie moliendo inmensidad de arepas, poniendo & cocer la mazamorra y los frisoles, haciendo el desayuno. El antio- queno, como el ingles y todas las razas trabajadoras, come mucho. Por la tarde oireis en esos hogares el ruido monotono de la pilada de maiz : al acercaros vereis entregadas a esa prosaica tarea muchachas rubias, blancas, altas, lindas, de es- palda ancha y partida como las doncellas romanas. Alii no hay vagar para la coqueteria y los malos pensamientos. i De donde sale tanto antioqueno ? El ultimo censo dio en Antioquia un increible aumento de poblacion : parece que hay cerca de medio millon de habitantes, y sinembargo ha dado emigrantes para forraar muchos y grandes pueblos en las montanas de Antioquia y el Tolima y derrarnar poblacion flotante en toda la Repviblica. Esas montanas de Antioquia son un criadero de gente sin igual, un gran laboratorio de vida humana. Lo cierto es que esa raza fecunda, energica, cosmopolita, es una de las esperanzas del pais y el factor mas poderoso del progreso y la vida nacional. En el Quindio que pertenece al Tolima, fuera de caserios regados, hay como 3,000 antioquenos en las faldas y margenes del Coello y el Amaime, y al otro lado de la cordillera, territo- rio del Cauca, habra otros 3,000 en el pueblo de Salento. Estos tuvieron la mala idea de construirlo en unas colinas sin agua, estando a poca distancia el encantador valle de Boquia, lleno de corrientes cristalinas, con prados verdes lindisimos. Es tal la tranquilidad, la belleza, la frescura de ese vnllecito, AETICULOS ESCOGIDOS 351 que siempre que pasamos por alii nos provoca para clavar en el nuestra tienda de peregrinos y acabar eu ese retiro nuestra vida errante. Dos leguas mas adelante estan los antioquenos fundaudo el pueblo de Fiiandia, a la vapor como acostumbran hacerlo todo. Como cuarenta casas estaban construyendo a im tiempo : hoy esta de moda emigrar a Fiiandia. Las casas las cons- truyen con teja de madera, tablitas rajadas de cedro negro y de nogal, clavadas con puntillas de hierro ; techo ligero, mas decente que la paja y menos sujeto a incendios. Nos refirie. ron que despues de cortados lostrozos, un hombre habil rajaba haata 3,000 tejaspor dfa. De alii para adelante se acaban los riscos, la faldas despena- das, las tierras sin vegetacion, y empiezan las montanas rela- tivamente lianas, los guaduales pintorescos y la poderosa vegetacion del maravilloso Cauca. En el rio de la Vieja, poco antes de llegar a Cartago, co- mienza la voracidad fiscal de que habla el sefior Miguel Samper. El paso de ese pequeflo rio se hace en canoa, pero en los ve- ranos casi todo el mundo lo pasa a vado. Sea de un modo 6 de otro, el risco cobra 20 centavos por carga, lo mismo que por el viajero a caballo. En ningun rio del pais, ni en el costoso puente de hierro que hay sobre el Magdalena, se cobra por este servicio mas de 10 centavos : para un viajero es in- si^nificante, pero para los pobres labriegos que llevan viveres a Cartago es una socalina insufrible. Parece que en el puente de la Vieja, via de Manizales, cobran 30 centavos. La carga de zarazas de 160 kilogramos, por la que en Cundinamarca se le vuelve tan duro al comercio pagar $7, en el Cauca paga $10. Y hasta el ganado, los caballos y las mulas, que es la ver- dadera, casi la iinica produccion del Estado, y cuya exporta- cion debia favorecerse, esos curiosos economistas gravan cada cabeza a la salida con $3.50, y una vaca parida paga $7, el 40 por 100 de su valor. El Cauca es una especie de Paraguay economico, en que nadie entra ni sale sin dejar el pellejo. Uno de los grandes beneficios de la revolucion francesa fin' suprimir las aduanas interiores de provincial provincia. El Cauca y Antioquia, que tanto se necesitan mutuamente, se liacen implacable guerra de aduanas. Nuestra industria tan 352 EMIEO KASTOS abatida y nuestro miserable comercio reclaman ya una revolu- cion contra esas aduanas. Al transmontar una falda despues de pasar el rio de la Vieja, en las colinas que avecinan con Cartago, se encuentra el cele- bre campo de batalla de Santa Barbara. El General Santos Gutierrez con su clarisima vision militar, escogio admirable, mente esa posicion para una resistencia desesperada. ; Hombre raro ! nacio guerrero. Es una de las figuras mas puras, mas honradas, mas heroicas del liberalismo : su temprana muerte fue una calamidad. En los tiempos que alcanzamos de confu- sion de ideas, de casuitismo politico y de relajamiento de ca- racteres la entereza de Gutierrez, su liberalismo neto, puro, honrado, incontrastable, hubiera ejercido influencia tal vez decisiva en la politica del pais. Las colinas que rodean a" Cartago son bellisimas : el rio de la Vieja que pasa cerca de la ciudad tiene paisajes encanta- dores. Cartago es ciudad antigua, estacionaria, aunque centro de un movimiento de cacao importante y con terrenos muy fertiles & su derredor. Es capital del municipio del Quindie, que tiene grandes elementos de riqueza, muchos pueblos e inmensa poblacion antioquena en sus montanas. La primera vez que estuvimos en Cartago, por alld en 1860, nuestro amigo Guillermo Pereira nos llevo a casa de su tio el senor Jeronimo del Castillo. Pocos tipos de caballeros tan simpaticos como el hemos conocido : despues su casa ha sido la nuestra. Nos mostro su caballo pintado llamado " el tigre," y nos dijo que ese era su caballo de batalla y en el cual arengaba al pueblo soberano. En epocas en que estaban en efervescencia esas terribles pasiones del Cauca, parece que don Jeronimo rompio una vez un dis- curso, convidando al pueblo & levantar una columna con muelas de conservadores. Estas enormidades e intemperancias de lenguaje, dejan suponer que don Jeronimo tendria pasiones feroces. Al con- trario, era excelente y tenia corazon de oro : en su casa encon- traban refugio, carino y proteccion todos los vencidos en las luchas politicas. Tenia chispa y admirables ocurrencias. Una tarde estaban de visita en su casa unas senoras, ya entre dos edades pero todavia con pretensiones : al salir las acompana don Jeronimo y les dice : ARTfCULOS ESCOGIDOS 353 — Mis seiioras, ; que bellos eramos nosotros hace cuarenta a nos ! Vivia siempre en repiqueteos con los antioquenos, aun tenieudoies muchas simpatias. Entonces no habia en Manizales y esos pueblos sino una sociedad muy cruda. Un dia nos dijo: — Amigo, he hecho un descubrimiento. — Cual, don Jeronimo. — Que el animal que mas se parece al hombre es el antio- queno : esos desdichados bailan valse con bayeton y cigarro encendido. Despues de muerto don Jeronimo su casa ha continuado siendo la nuestra. Cuando vamos nos preparau un departa- mento como para un Obispo, y su excelente hijo Jose Jero- nimo y su amable y simp&tica esposa nos colman de atenciones. Reciban estos amigos, nuestros mas afectuosos recuerdos. De la salida de Cartago hasta la hacienda de las Piedras del senor Bonifacio Zorrilla asombran la belleza y fertilidad de esas tierras ; despues el pais sigue triste, despoblado, sin aguas. Al llegar al Naranjo se encuentran otra vez lindas praderas, cacaotales y plantaciones de cana de aziicar de una corpulencia asombrosa. Sorprende que con tantos elementos de riqueza ese pueblo sea tan desordenado y miserable, al menos de a^pecto : solo se ven casuchas desparramadas sin calles ordena- das, abandono y lobreguez. En esos caminos el viajero que no queria hacer penitencia tenia forzosamente, como sucede viajando en el Tolima, que cargar municiones de boca: hoy ha mejorado eso algo : ya se encuentran algunos recursos. Reco- mendamos la posada de la senora Elena Maquiavelo : no sabe- mos si es f uerte en politica, pero su trato es amable y sus fritos muy socorridos. M&s ad elan te, en la Honda, encontramos otro campo de batalla, donde el General Henao, cou fuerzas relativamente pequenas pero disciplinadas, derroto una enorme caballeria caucana. Ya escondu'ndose el sol pasamos por alii, y mas adelante, al traspasar una colina, los campos del Zarzal se presentaron a nuestros ojos como un deslumbramiento. Praderas verdes, salpicadas de grupos de arboledas de pisamos, caracolfes y ceibas gigantescas ; por todas partes triscando cabras y corderos ; in- mensidad de yeguas y ganado bajando por las colinas y sa- 2 A 354 EMIRO KASTOS liendo del bosque. A lo lejos el sol se hundia tras las mouta- nas del Choco, en medio de celajes rosados : y toda esa naturale- za con sus brisas perfumadas, sus grupos de arboles umbrosos, sus praderas verdes cuajadas de animales, & la tremula luz del sol poniente, formaba un idilio encantador. No niuy lejos esta la famosa hacienda de la Paila, que mide muchas leguas, hoy casi abandonada, propiedad de los senores Caicedos. En ella cabe una provincia. Los antiguos propie- tarios, senores feudales, tenian millares de animales e iglesia en la hacienda, y es de fama tradicional su caracter hospitala- rio: cuentan que en su casa habia siempre camas tendidas para los viajeros que llegaban y, en caso de ir mal montados, caballos & su orden para continuar el viaje. En seguida se pasa el celebre monte de Morillo, muy temido de los viajeros como refugio de bandidos : temores in. fundados. Nosotros lo hemos pasado infmidad de veces solos, y hacemos esta justicia al Cauca, aun despues de las grandes revoluciones, como la de 1860, en medio de una descomposi- cion social absoluta, en los caminos hay la mayor seguridad ; solo tenemos noticia de un correista asesinado y robado en estos ultimos anos cerca de Cartago, crimen cometido por ban- didos antioquenos. Pasado este bosque, un poco mas adelante se encuentran los pueblos de Bugalagrande y San Vicente, poblachones como casi todos los del Cauca, de aspecto desgrenado y miserable, sin calles arregladas, ni regularidad de niDguna clase. Los cau- canos no tienen genio ni gusto para arreglaryconstruir pueblos, ni ciudades ; policia urbana no se conoce ; nadie toma intercs por los asuntos colectivos. En el rio de la Paila nos dimos un bano delicioso. De aqui hasta Cali encontrareis esa multitud de rios lindisimos, de aguas frescas, transparentes y puras, bajando de la cordillera rviidosas y murmurantes, con declive suficiente para regadios y adaptables como fuerza para toda clase de maquinarias, for- mando un admirable sistema hidrogrdfico. Tuliia, situada en medio de campos fertilisimos, capital de un municipio importante, es una poblacion que parece aban- donada, sin aseo, sin regularidad, sin policia y ninguna de las condiciones de la vida civil. Mas adelante encontramos la planicie con bellisimas colinas donde fue la batalla de " Los Chancos." Pocas batallas se ABTfcULOS ESCOGIDOS 355 habr^n dado en medio de una naturaleza mas risuena y cam- pos mas apacibles y sereuos. Las consideraciones estrategicas que determinarou el exito de esa batalla, no son de nuestra competencia ; pero si vimos en conjunto que las huestes autio- quenas organizadas en una semana, crudas, sin disciplina, las tnijeron a marchas forzadas al combate. La llanura marea £ los antioquenos : hacia un verano y un sol horribles, y ese ejercito de reclutas se fatigo ante la incontestable resistencia de los batallones de Cali. La resolucion de plantar en " Los Chancos " sin un palo de trinchera, en terreno abierto y des- pejado, sabiendo los atacaba un ejercito mas de dos veces su- perior, fue herofsmo del General Trujillo y de sus valerosos tenientes. Depues hemos visto con tristeza el regateo de una pequena pension a la familia de ese General, gran ciudadano, que salvo varias veces la causa del liberalismo, que dejo su familia casi en la miseria, habiendo tenido mil ocasiones de enriquecerse, y a" quien todo se lo deben los politicos que dominan hoy. Ill Cercade " Los Chancos " estd, el pueblo 6 aldea de San Pedro, a, un lado la hacienda del General Payan y en el camino una venta comoda. Antes existiau en ese punto tres ceibas frondo- sas, que desde lejos miraba el viajero con placer, esperando oncontrar alii sombra y frescura. Tuvieron la infeliz idea de cortorlas. En el pueblo de "El Cerrito" habia en la mitad de la plaza otra ceiba gigantesca, que tambien cortaron. En el I 'auca hay pasion por destruir los arboles, queen esas llanu- raa incendiadas son una belleza y una bendicion. Nada nos indigna tamo como esos iconoclastas de las maravillas de la creadtm. A Sonso llegamos por la tarde. Este es uno de los punt os mat bellos del Cauca: alii tambien se did una batalla, con que comenzu el drama prolongado y saugricnto de 1860. Teniamos impaciencia por llegar d Cali. En el paso de Latorre, que se hace en barca, nos detuvimos unas horas de, jando pasar el excesivo calor v esperando, para seguir, la fres, 2 A 2 356 EMIRO KASTOS cura de la tarde. Por este camino y esta barca transita la principal exportacion del Cauca. El barquero nos dijo que ya nada pasaba. Realmente da grima ver los caminos solos, sin transito de cargas, sin movimiento. Nada se exporta fuera de unos malos cueros, que no pagan la octava parte de las mer- cancias que se consumen. Caido el sol y entrada la tarde seguimos para Cali, y en Yumbo llegaron a encontrarnos los seiiores Jose Antonio Ra- mirez, joven inteligente y bonrado, nuestro agente comercial, y el sefior Ricardo Gaviria nuestro muy distinguido amigo, gerente en el Cauca de la respetable casa Gaviria e hijos. Este amigo, & sus cualidades morales de inteligente y caballe- roso, aiiade el ser una potencia para la industria y el trabajo. Pocosbombresconocemos demas aptitudes y de mas audacia para los negocios : hoy esta montando una gran mina de plata, sin que las dificultades del pais lo arredren para nada. El solo bace mover mas cilmulo de negocios que todo el comercio de Cali junto. Hombres de esta clase es lo que necesita el Cauca. Cali es ciudad muy simpatica para nosotros. La entrada es imponente por en medio de gandes ceibas, y un bermoso puente sobre el rio, divisandose ra£s adelante las torres altas de sus templos, los mejores, despues de la catedral de Bogota, que hay en la Republica. Sus calles son anchas, bastante rectas y tiene famosas casas como en pocas ciudades de Colombia, Vista desde San Antonio con sus arboles y sus palmeras, su cielo de azul metalico y rodeada de atmosfera tan luminosa como no se ve en ninguna parte, parece una ciudad oriental. Los campos del rededor son sobremanera risuenos. Tiene muy buena sociedad y sus mujeres son por demas modestas, amablea y elegantes. Situada cerca del Cauca, dominando los mercados del Norte, a dos jornadas del Pacifico, como plaza comercial tiene posicion sin rival en el valle. Aunque participa hoy de la postracion general del pais, tarde 6 temprano serd una gran ciudad. La impresion general de un viaje por el Cauca es hoy triste: no se ve casi gente en los caminos, no hay ningiin movimiento, y sus vias abandonadas y sin puentes, estan llenas de espinos y malezas que azotan la cara del viajero. La crisis economica que atraviesa es gravisima, no hay numerario. Ex- porta unas 4,000 cargas de cacao & Antioquia por ano, que aproximadamente valen $240,000, pero de esto apenas le en- AETICULOS ESCOGIDOS 357 trardn $100,000 en dinero, pues los antioqueiios saldan el resto con mercancias y sombreros. Agreguese unos malos cueros que exporta y todo esto no paga sino una pequena parte de las mercancias que consume. La competencia asiatica ha anulado, como en todo el pais, la quina, el tabaco y el cafe : este ya no se exporta del Cauca y las sementeras las estan rozando. Tiene la esperanza de sus minas, unica que vemos hoy para la Repiiblica en general, pues pueblos sin ferro- carriles no pueden exportar sino metales preciosos. A pesar de su inmensa fertilidad notase en el Cauca que los viveres son carisimos : esto no seria hoy extrano por la lan- gosta, pero en tiempos normales sucede lo mismo. Los plata- nos, alimento universal, casi siempre tienen alto precio : el arroz, en tierras en donde una sementera da hasta siete cose- chas sin renovarla, vale regularmente 10 y 15 centavos libra, contra 5 centavos, precio en Nueva-York, en deposito, traido de la India. Las papas y el pan de trigo son renglones de lujo. Preciso es decirlo, se trabaja muy poco y el far niente es pasion popular. Es pueblo muy sobrio : una especie de arabes que pueden vivir perfectamente con un vaso de agua y un punado de ddtiles. Bajo el punto de vista del pro- greso son preferibles razas que comen bastante y trabajan mucho. Se ve con satisfaction, eso si, la holgura e independencia con que viven las clases llamadas pueblo. Al rededor de las ciudades hay grandes ejidos, 6 tierras comunes, donde todo el mundo hace su habitation, tiene sus animales y cultiva su huerto. El derecho de propiedad es un poco confuso, como en todos los pueblos pastores ; pero se ve en el Cauca un verda. dero pueblo propietario, independiente y altivo, como sucede en el Tolima. Nada es mas triste que viajar en la sabana de Bogota^ viendo la soledaxl de esas grandes haciendas, donde el feuda- lismo ha absorbido la pequena propiedad, no dejando d los antiguos duenos del pais ni un rinconcito donde enterrar los huesos de sus padres. Esta pobre raza se aturde con la ener- vaute y venenosa chicha, y va en bandadas d refugiarse en Bogota y d morir en tiendas y casuchas infectas. . La cuestiou agraria se impondria ya en Cundinamarca de una manera terrible, si esa raza degenerada pudiera producir un Graco. ... - • 358 EMIEO KASTOS Hay en todos los hombres de negocios, que se ocupan seria- mente de la situation del Cauca, un gran desaliento. Las industrias tradicionales, criar vacas y cultivar cana, estan for- zosainente limitadas por el consumo ; y si todos siguen dedica- dos a eso, al fin habra pletorade ganado y aziicar. Pero [ que exportamos? se preguntan. Este es el problema pavoroso que se impone hoy a la vida economica del pais. Sin un ferro- carril que venga hasta el valle, que de facil salida a sus ricos frutos, qne sacuda y despierte esa raza un tanto adormeeida, ese pueblo vegetara en la somnolencia y petrification de las sociedades asiaticas, 6 volvera £ sus tradicionales revo- lutions. Conocemos las angustias del Tesoro y la impotencia de nuestro credito, pero ojald se encontrara alguna combination y se hiciera un esfuerzo supremo cualquiera para precipitar el ferrocarril del Cauca. Es necesario darle vida a este inmenso y esplendido pais, que es la portada que presen tamos ante el Pacifico, en donde se agitan hoy tan grandes intereses, donde esta San Francisco, la moderna Tiro, como emporio comercial, el canal de Panama, via del genero humano, y Chile, que ha estallado en el Pacifico como pueblo invasor y no muy recar- gado de escrupulos. Aqui nos detendremos un momento. Chile ha roto el equili- brio politico de las Repiiblicas del Pacifico, arrojando sobre el el peso de su flota como Breno el de su espada. Sin compasion, como inspiradapor Bismarck, convirtio al pobre Peru en una " expresion geogrdfica." El apetito entra comiendo, y le salio tan bien esa aventura que no es dificil siga saciando sus apeti- tos cartaginenses en otras Repiiblicas. La guerra para los pue- blos bien preparados es hoy industria lucrativa. Colombia, que es de las Repiiblicas mas fuertes y que en el interior nada tiene que temer de Chile, ni de ninguna potencia sur-americana, en el mar y en las costas esta a discretion de la escuadra chilena. I Que remedio tiene esto, y como poner a raya a los argonautas de Chile? Nosotros no hemos tenido nunca politica exterior : nuestra cancilleria ha sido de lo mas timido, impotente y nido : 6 esto debemos nuestro aislamiento en America. Hoy todas las naciones buscan simpatias internacionales, amigos y alianzas. Nuestro aliado natural son los Estados Unidos, de cuyo patro- nato forzoso, fatal si se quiere, seria una puerilidad querer A11T1CUL0S ESCOGIDOS 359 librarnos. Los americanos no nos comerian, como se teme vulgarmente. En su politica no entran adquisiciones lejanas, sino una inmensa expansion en territorio continuo. Mejico es nuestro pararrayo : cuando no quepan en su inmenso territorio, permitiendonos f rases de realismo crudo, se comeran a Mejico y en digerirlo gastaran cien anos. Peligros de absorcion para nosotros son muy lejanos. Mientras tanto debemos ligarnos fntirnamente con esa gran Repiiblica, politica que se impone a" todas las naciones del Pacifico, dandole cierta presidencia anfictionica para raantener entre ellas la paz, el equilibrio y el respeto mutuo y poner a raya las pretensiones de algiin poder maritirao invasor. Nuestra posicion es especial : queriendo los americanos, y con razon, ejercer infiuencia dominante en el canal de Panamd,, \ por que no les damos unas pequenas venta- jas, no en el canal sino en alguna de nuestras islas adya- centes, en cambio de otras que ellos puedan darnos politicas y econo micas ? i A entrar en una politica americana creemos se inclina el senor Nunez, y por este camino si lo seguiremos decidida- mente. Al atraso industrial y econoniico, penoso es decirlo, se agrega en el Cauca el enervamiento de los caracteres y la falta de altas individualidades. jDonde est&n esos hombres del Sur, que como politicos, oradores 6 guerreros conmovieron y dominaron la Repiiblica durante medio siglo ? Hombres como el General Obando que provocaba coleras y carinos iumensos y que poseia como nadie el genio de las multitudes : como el Arzobispo Mosquera, excelso sacerdote y aventajado politico ; como don Rafael Mosquera, de cuyo cerebro feudal salio, diceu, la famosa constitucion de 1843 ; como el General Mosquera, con junto caprichoso de debilidades y de grandezas, de inmensa tenacidad, que poseia el senti- miento prof undo del creditoy deladignidad del paisy espiritu abierto & toda idea de progreso : estos hombres de alta talla l que se hicieron I i Dunde estdn esos sabios honra y lumbrera del pais como Caldas, Torres y Lino de Pombo ? Ya no se ven esos tipos raros, brillantes y terribles como Julio Arboleda, que hablaba el latin como Ciceron y el caste, llano como Cervantes : politico, poeta, orador y guerrero al 360 EHIRO KASTOS mismo tiempo ; pero cuyo caracter doininador y arrogancia aristocratica no lo llamabau a ser el modesto servidor de la Repiiblica sino k destruirla 6 dominarla. En todo caso es tal vez la figura mas brillante y original que ha habido en la nueva Colombia. Ya no se ven tampoco en nuestros congresos oradores como Mallarino y Manuel de Jesus Quijano. Los ultimos repre- sentantes de la oratoria caucana son Cesar Conto y Carlos Hol- guin, y los ultimos tipos de caracteres acentuados de Cali iueron David Pena, mistico sombrio, y el valiente y caballeroso Tomas Eengifo. La generacion caucana actual no fatigara la historia. Flandes, Septiembre 10 de 1884. (De La Eejokma, nurneros 463, 464 y 466 de 21 y 27 de Septiembre y 5de Octubre de 1884.) AETICULOS ESCOGIDOS 861 MANUEL ANCIZAR Estudiando con atencion nuestro pais, no so encuentra esta- bilidad y consecuencia ni en la naturaleza ni en la sociedad. Tanto las estaciones como la opinion son variables y capri- chosas : d una manana brillaute se sigue una tarde tempestuosa, y al mismo hombre que hoy el publico ensalza y admira, lo olvida y vilipendia manana. Rara vez el merito se encuentra entre nosotros en el puesto que de derecho le corresponde : el fanatismo, la hipocresia, las pasiones ciegas de partido su- mergeu 6 levautan a los hombres, tarea que solo debia per- tenecer a la justicia. Por todas partes se ven medianias audaces y vocingleras ocupando puestos piiblicos ; caracteres falsos, especuladores consuetudiuariosdivisados de patriotas y aceptados por tales ; hipacritas sin conciencia, traficantes reli- giosos proclamando.se doctores en moral, y supeditaudo d las etindidas multitudes que los admiran y reverencian. Al ver por doquiera al merito pobre 6 desconocido, la charla- taneria ufana y escuchada, la hipocresia hacieudo carrera, la virtud arrinconada y la maldad triunfante ; al ver casi siempre extraviada la sociedad, ciegos los partidos, oscurecida la opinion, no sabe uno si detenerse en la pie- dad 6 el desdcn : fluctiia entre despreciar 6 compadecer a los hombres. Existe uno en nuestra sociedad, que ha sabido captarse, ignoro por que arte mdgica, los mas exquisites odios de cou- servadores y camanduleros. Por lo bajo, pues no se atreven d decirlo en alta voz ni en sus periodicos, to llaman apostata. renegado, disociador, inmoral y hereje. De noche escriben en las paredea pasquines contra el : muchos lo senalan d sus mu- jeres y a sus hijos como una curiosidad satanica : para supri- mirlo exliumarian de buen grado la hoguera o el ostracismo y, no siendoles posible cumplir este piadoso deseo, quisieran entregar su nombre al meuosprecio de la opinion y d las ge- monias de la historia. ... 362 EMIRO KASTOS No necesito nombrarlo : mis lectores ya habran adivinado que este hombre es el senor Manuel Ancizar. _ Y comenzare diciendo, que no pienso hacer a este distin- guido ciudadano el ultraje de tenerle compasion : las medianias son las iinicas que se arrastran tranquilas y serenas, sin que jamas el odio y la calumnia les hagan el honor de cebarse en ellas. La importancia del- hombre se mide tanto por las simpatias que inspira, como por las tempestades que pro- voca. Y luego, sintiendo puros su corazon y su conciencia, y teniendo a retaguardia un pasado honorable, hay una espe- cie de placer viril en despreciar odios inmerecidos y alaridos insensatos. Por alia en el ano de 1852 publicaba " El Neo-Granadino " las Peregrinaeiones de Alpha. Yo leia con avidez estos ar. ticulos, como modelos que son de estilo descriptivo y de buena y sabrosa literatura. Viendo la indif erencia del publico y el silencio de la prensa respecto a estas bellas producciones, con la espontaneidad que me caracteriza para proclamar el rnerito y el talento doquiera que lo encuentro, escribi un arti- culo que esta, al principio de esta obra, manifestando & Alpha la admiracion que me inspiraba su talento y diciendole : ade- lante, valor ! Hasta entonces no conocia a Alpha, 6 sea al senor Ancizar : a consecuencia de este articulo el quiso tener relaciones con- migo : fui a su casa, y lo encontre entregado a un trabajo asiduo, rodeado de instrumentos. mapas y libros. Me apreto cordialmente la mano dandome gracias por el pobre articulo que habia escrito en su favor. Encontre que el hcmbre estaba d la altura del escritor : fisonomia simpatica y porte distinguido, conversacion variada y amena, ciencia de gentes, modales sueltos y flexibles de caballero, todo predisponia en su favor. Con esa confianza que se adquiere en diez minutes entre hom. bres llamados a comprenderse y a estimarse, hablamos de cosas intimas como si fueramos amigos viejos. Mostrome el mayor desden por la politica y los destinos publicos ; y como yo le manifestase extraneza al ver que siendo todavia joven renunciase a los placeres de sociedad, al matrimonio y la vida de familia, por continuar esas correrias que al fm debian proporcionarle enfermedades y conducirlo d la muerte me dijo : — No soy de los dichosos que pueden tener familia y hogar: he pasado los mejores anos lejos de mi pais, y ya ABTiCULOS ESCOGIDOS 363 que volvi a el no quiero ser miembro imitil : necesito ocho o diez aiios para concluir la obra corogriifica comeuzada : al cabo de este tiempo quedare sin dinero, pues lo que me pagan apenas alcanza escasamente para mis gastos, con la -ali id perdida y los cabellos blancos; pero habre hechoun ser- vicio d mi pais y adquirido alguna honra. Mi destino es andar erraDte : estoy resignado. Nada pude replicarle, antes admire y aplaudi su resolu- cion, pues si hay algo que me inspire respeto son esos hombres que dedican sus anos y su vida d llevar a cabo cualquier idea desinteresada y generosa. Acontecimientos que manifestare despues lo lanzaron en la diplomacia y la politica : el partio para el Ecuador a ocuparse cu iutereses graves y ruidosos, y yo, siguiendo la humilde co- rriente de mi destino, tome el camino de las montafias. Aim- que ausente, segui siempre con atencion los altibajos de su cartera diplomatica. Al cabo de los aiios volvi d encontrarlo en Bogota, desengafiado de los hombres y la politica, viviendo modestamente como obrero del pensamiento, haciendo aulas en los colegios y escribiendo en los periodicos. Halldndolo, como siempre, justo, caballeroso, honrado y leal, volvi d apretarle la mano con efusion y con respeto. Pareciendome su cardet rr & inteligencia muy superiores d la linea comiln, me he propuesto estudiarlos en la presente biografia. Para escribirla he recogido ciaiitos datos me ha sido posible, y registrado con mucho dete- liimiento el voluminoso archivo que el senor Ancizar ha teuido la bondad de confiarme; de modo que no refiero un solo hecho que no este fundado en documentos fehacientes. Me atrevo d esperar que el piiblico leerd con algiin iuteres estoa apuntes, ya que no por el taleuto con que esteu escritos, al menos por rozarse eon hombres y aconteci- mientos importantes, y por la estricta verdad que reina en la narracion. II. En el ano de 1 803 arribo d esta ciudad don Jose Francisco de Ancizar y Zabaleta, natural deVizeaya. En 1805, habiendo allegado un modesto caudal, abrio tienda de ropa y se estable- sio en familia casandose con dona Bemarda Basterra, oriunda 364 EMIftO KASTOS de Navarra, siendo ambos de limpio y claro linaje, "sin mez- cla alguna con sangre de moros ni judios." En Diciembre de 1812 bautizaron a su hijo Manuel en la iglesia de Fon- tibon, sirviendole de padrino don Jose Antonio Sanchez, quien festejo rumbosamente el bautismo en su hacienda el Tintal. La epoca no era a proposito para que esta familia de cha- petones medrase en el pais. Los buenos y sosegados tiempos de mansedumbre de los criollos y de respeto religioso por la monarquia habian pasado para siernpre. El Visitador Pinerez y sus nuevos impuestos fiscales ominosos y opresivos enconaron fuertemente los animos. Los comuneros del Socorro y San Gil, levantados en masas respetables, e imponiendo capitula- ciones al Gobierno de Santafe, manifestaron que la resistencia era posible, y preludiaron la heroica revolution de 1810. La perfida violation por las autoridades espanolas del tratado hecho con los comuneros, y el descuartizamiento del patriota Galan, dejaron colera latente en los corazones. A pesar de los esfuerzos que por la conciliation y la paz hizo el Arzobispo Gongora, sin duda el mas conciliador de los virreyes, la inquie- tud y el descontento quedaron fermentando en las poblaciones. La hora solemne se acercaba : el espectaculo magnifico que ofrecia la democracia norte-americana, desarrollandose con pro- porciones gigantescas, y los dogmas atrevidos sobre indepen. dencia y libertad, que leian en libros franceses los patriotas mas adelantados, estimulaban tentativas de independencia y precipitaban la revolucion. Nacio pues Ancizar en tiempos trabajosos y alborotados. Apenas lo bautizaron fue llamado su padre por don Antonio Narino, Presidente de Cundinamarca, para que en calidad de alferez de artilleria ocupase puesto en defensa de Santafe contra Baraya y las tropas de la Union. En aquella guerra grotesca portose el vizcaino como bueno, y adquirio fama de valiente. No le duraron mucho verdes los laureles, pues en Diciembre de 1814 acudio Bolivar con nuevo ejercito de la Union, los puso en derr.ota, y tratando malamente & los espa- noles euro k don Jose Francisco de sus humos patrioticos. Tuvo que huir de Cundinamarca, y sufrio rudas prisiones y continuos sobresaltos. Ocupada que fue Bogota el seis de Mayo de 1816 por don Pablo Morillo y sus pacificadores, don Jose Francisco AETfcULOS ESCOGIDOS 365 de Ancizar volvio al abandonado hogar, pesaroso pero no enconado, pues dicen no sabia aborrecer ni vengarse. Nombrado por Morillo Corregidor de Zipaquird, hizose notar en esos tiempos de enconos y venganzas intercediendo por los patriotas perseguidos, y aconsejando lenidad y per. don. Un contemporaueo suyo a quien pedi informes sobre el me dice lo siguiente. " En los tres anos que permanecio aqui el gobierno espanol, Ancizar no acuso ni persiguio k americano alguno y, cuando fue llamado al consejo de guerra establecido por Morillo para juzgar & los patriotas, no dio declaraciones desfavorables, antes procuro amparar eficazmente a los acusados. Nadie fue fusilado por su orden, ni perdio bienes, ni sufrio dano alguno : siempre hizo favores, y se porto en toda ocasion corao hidalgo." Disgustado de la politica y doliendole las atrocidades que don Pascual Enrile y el imbecil Sdmano cometian en el ensan. grentadovirreinato, renuncio el corregimiento y se retiro avivir cuidando de su familia y entregado al trabajo [hasta la batalla de Boyaca. Esta noticia cayo sobre las familias y autoridades espanolas como la trompeta del juicio final. Despues de las sangrientas represalias llevadas a cabo por el gobierno espanol, y que la inmolacion de tantas victimas ilustres y la guerra k muerte habian tornado irreconciliables las pasiones y los odios, Bolivar debio aparecer a los atemorizados chapetones como mmistro de venganzas, como una especie de dngel exterminador. Para colmo de desgracia, la precipitada huida de Samano dejo a las familias espanolas sin el amparo de una capitulacion, y & merced de la colera de Bolivar. En la noche del nueve de Agosto de 1819 dossenoras y una nina a pie, dos ninos montados en un caballejo escudlido y un hombre de cuarenta y seis anos, alto y de rostro grave, llevando sobre el arzon de la silla otro nino (Manuel) que aim no habia cumplido siete afios, dejaban tristemente sus haberes y hogar para tomar el camino del destierro. " Mi pobre madre, me ha referido Ancizar, en la tribulacion de aquella noche, por tomar el dinero que habia en casa echo mano de un atado de cubier- tos, y no cayo en cuenta del error sino cuando quiso comprar algo en el camino para aplacar el hambre de sus hijos." Despues de mil angustias y penalidades, apinada en un estrecho bongo, llego la familia de Ancizar i, Cartagena no- tablemente disminuida, pues habian muerto en el transito tres 366 EMIEO KASTOS de sus niiembros. Los tres individuos a que quedo reducida, despues de rendirse Cartagena en Octubre de 1821, se embar- caron para la Habana. Casi todos los espanoles vencidos en America por la revolu. cion se refugiaron en Cuba con sus familias y capitales. La extraordinaria prosperidad de esta isla data de esa epoca. Don Jose Francisco se acomodo de dependiente ganando £40 men- suales. Viviendo en un barrio de la ciudad pobrisimarnente, su esposa, no acostumbrada k semej antes privaciones, a los dos aiios sucunibio y poco despues uno de los dos hjios que la que- daban. Manuel se iba encontrando en situation desesperada: la proscription lo habia arrojado de su patria, y la muerte, privan- dolo de hermanos y de madre, lo dejaba entregado a la soledad y el desaniparo. Nada podia esperar sino de sus propios esfuer- zos, y por fortuna comprendio desde nino que la honradez, el trabajo y la buena voluntad es el vlnico capital y la mejor esperanza de los pobres. Propusose conseguir el grado de abogado, profesion lucrativa en la Habana, pero que el go- bierno colonial habia llenado de dificultades, pues se requerian siete anos de asistencia diaria 4 las clases imiversitarias, y una complicada serie de aprendizajes para recibir el grado de bachiller en derecho civil, despues del cual seguian cuatro anos de practica forense y severos examenes al traves de las Reales Audiencias. Su padre le ofrecio que, si le prometia estudiar con ardor y tenacidad, como deben estudiar los pobres, el se iria a descuajar bosques para sostenerlo en los colegios. Cuni- pliose el pacto : don Jose Francisco se hizo agricultor, y su hijo se apecho el latin con tan buena gana, que al ano entro en las aulas de filosofia, dos aiios despues a las de derecho, y apenas cum. plio veinte recibio a claustro pleno y en latin, el grado de bachiller en derecho civil. Dos anos despues obtuvo igual grado en derecho canonico, pero sin el placer de que su padre saborease sus triunfos literarios, pues las privaciones y recias labores bajo el ardiente sol de las Antillas lo coridujeron & la tumba. Con el pensamiento fijo en Santafe al tiempo de morir le dijo a Manuel. " Nada tienes en tu patria, ni parientes ni amigos ; pero asi que concluyas los estudios vete a ella : si de algo sirvieres, sirvela." Dejole por herencia este precepto, un apellido inmaculado y una pobreza honrada. aetIculos ESCOGIDOS 367 ; Dichosos los que pueden refugiarse todas las noches en el hogar afectuoso de la familia : los que caminan en la vida apoyados en la experiencia y el brazo de un padre, y que, en los dias de pruebas dolorosas, cuentan con la ma- no carinosa de una madre para enjugar sua lagrinias, y con sn corazon inagotable en ternura y en amor ! El escepticismo se ha reido de todo : de la ciencia, de las instituciones, del amor, de la amistad, de Dios ; pero jamas se ha burlado de los recuerdos de la infancia ni del santo carino de las in i' Ires, iliiico afecto puro, verdadero, inh'nito que existe sobre la tierra. Manuel quedo solo en el mundo y linico representante del apellido Ancizar. Aunque muy joven, sin consejeros y rodeado de las seducciones de una ciudad opulenta y corrompida, ma- ni fiesta sus aptitudes y consagracion el haber sido nombrado £ los veintid6s affos catedrdtico de Instituta concordada (derecho romano-hispano) en la Real Universidad ; honor muy tenalado si se atiende a la pompa que rodea a esas corporaciones en Es. pa&a, a los fueros de que gozan sus empleados, y d que se le daba asiento en medio de un claustro compuesto de graves y entonados doctores. Los emolumentos de esta cdtedra y lo que eventualmente ganaba en el bufete de un abogado como practicante, no le al- oanzaban para sostener debidamente su nuevo rango de doctor y catedrdtico. Para obtener mas recursos se puso al servicio de un rico hacendado encargandose de su escritorio, con lo cual pudo hacer algunos ahorros para costear la tremeuda recepcion de abogado, que se acercab a. Ancizar pertenecia a una familia proscrita por las autori- dades republicanas de Colombia, y el respeto y la adoracion por la monarquia figurabau en las primeras ensefiauzas (|iie 1 labia recibido. A pesar de esto, y de que siendo fiel al n'gi- men colonial y halagando preocupaciones aristocrdticas se la abria un ancho porvenir, su espiritu justo y reflexivo, y el es- pectaculo de los absurdos y enormidades coloniales con que tropezaba en su profesion lo condujeron d iucorporarse en las filas republicanas. A poco fue tildado en la Habana por sus ideas subversivae, es decir, democrdticas ; y d fe que no care- cian de razon, pues de republicano teorico paso d conspirador efectivo. Enroluse en una vasta conspiracion que para iude- pendizar la isla se tramaba desde 1830, cuyo ceutro era una 368 EMIEO KASTOS sociedad en que estaban afiliadas muchas personas notables por su riqueza 6 por su saber, secretamente mantenida en la Ha- bana con el nombre de Cubanacdn, que era el que los indige- nas daban a su isla. La traicion ha hecbo fracasar siempre en la Habana las conspiraciones republican as. El bajalato de Cuba lo ejercia entonces don Miguel Tacon, hombre energico y de feroces ins- tintos, y d, el fue denunciada la Cubanacan. El catorce de A-gosto de aquel ano conocieron que estaban vendidos por el nllanamiento que a media noche ejecutaron los esbirros de la policia en las casas de tres de los conjurados. Una de estas fue la que habitaba Ancizar, y por casualidad dejaron de registrar tin mueble donde se ballaban los papeles buscados. Ancizar indujo a su patron don Juan de Dios Larrinaga, hombre in. tluyente por su riqueza, pero de grueso entendimiento, a que pidiera inmediatamente por un memorial dirigido al Capital general explicaciones sobre el allanamiento de su casa. Tacon y su Asesor de Gobierno cayeron en el lazo, y el " Diario de la Marina," papel oficial, publico un largo dictamen del Asesor en que satisfacia 4 Larrinaga, pero hablaba de la conspiracion descubierta calificando a Ancizar de " hombre sospechoso." Los conspiradores de toda la isla, notificados asi de que iban a correr peligro si las visitas domiciliarias continttaban, quenia- ron los papeles que pudieran comprometerlos y frttstraron el exito de las pesquisas. Sinembargo la situacion de Ancizar vino a ser embara- zosa, pues quedo bajo la vigilancia de la policia. Temiendo que lo desterraran de repente quedando trunca su carrera, se traslado a la ciudad de Puerto Principe, residencia de la Audiencia y Cancilleria, y, como hubiese cumplido la edad requerida para poder ser abogado, solicito y obtuvo este ti- tulo que despues revalido en la Audiencia pretorial de la Habana. Pero no queriendo vivir bajo el regimen colonial ni servir a la causa del despotismo, abandono la isla embarcandose para los Estados TInidos. Tenemos pues que, ni las influencias tan poderosas de la educacion y el ejemplo, ni el recuerdo de los agravios inferidos a su familia por los patriotas colombianos, ni las brillantes perspectivas que en la opulenta Habana se ofrecian a su carrera de abogado, pudieron reducir su inflexible caracter a plegarse al despotismo. El ejemplo, las iustitucio- AETICULOS ESCOGIDOS 869 nes, los periodicos, hasta el aire que respiramos, todo ha con- tribufdo en Nueva Granada d hacernos amar la libertad : An- cizar, como esas organ izaciones vigorosas que se mautienen sanas en medio de una atmosfera infestada, se elevo, por los solos esf uerzos de en clara inteligencia y cardcter independiente, a la alta nociuu de la Republica. Cosa de un aiio gasto Ancizar recorriendo los Estados Unidos. Ninguna escuela mejor para un espiritu observa- dor, en quien espontdneamente habia brotado ya la semilla de la libertad. Si el regimen inquisitorial y represivo domi- nante en Cuba formaba para su espiritu una atmosfera sofocante, huelgo y solaz bubo de encontrar en esa vasta y libre comarca de la Union, donde la actividad humana gira en todas direcciones sin trabas ni embarazos, y la riqueza y el bienestar, desarrollados en grandes proporciones, mani- fiestan practicamente la excelencia de las instituciones de- mocrdticas. Resuelto a" cumplir el precepto paterno de volver d su patria, quiso primero conocer la hermana Republica de Vene- zuela y recorrerla desde laGuaira hasta la frontera septentrional granadina. Pero al llegar a Caracas, corriendo el aiio de 1 < s I 1 ». el seiior Feliciano Montenegro, director del brillante coWio de la Independencia, se empeno en que dictase alii un curso de filosofia segiin los illtimos progresos de la ciencia, que todavia no se habiau introducido en Venezuela. Accedio a" ello, y para mejor aprovechar el tiempo se incorporo en el colegio de abo- gados de aquella Republica, y ejercio la profesion en los tri- bunales superiores. Distraido por sus ocupaciones de catedrtitico y abogado, y habiendo liallado una acogida benevola y cordial de parte do los cultos caraquerios, prolongo su residencia algunos aiios en aquel pais hospitalario. Al comenzar el aiio de 1842 se comprometio a" fundar un colegio en Valencia bajo el patrocinio del Gobierno. Des- empenado este objeto, con la formalidad 6 inteligencia quo distinguen a - Ancizar, el colegio adquirio prosperidad y ere. dito. Como esta empresa le produjese anualmente un crecido beneficio, propusose hacer alguncs ahorros de considoraciiui que le permitiesen regresar d Nueva Granada trayendo una vasta imprenta para fundar un periodico importanto, tarea en la cual se habia eiercitado siendo lucido colabo- 2b 370 EMIRO KASTOS rador de "El Liberal "yde "El Repertorio," y redactor de "El Correo" y "El Siglo," periodicos pertenecientes a lo que alii se llamaba "la oposicion liberal," y consagrados a sostener las doctrinas democraticas civiles y los principios de la libertad economica. Ocupado estaba en sus pacificas tareas de enseiianza, cuando llego a Venezuela" el senor Lino de Pombo encargado de una mision diplomatica. Este sabio granadino trabo re- laciones con Ancizar, estimo debidamente su caracter y sufi- ciencia y, cuando hubo regresado a Nueva Granada, no obs- tante que habian diferido en ideas politicas, no vacilo en solicitar motu propio de su gobierno que le confiara cerca del de Venezuela la delicada mision diplomatica que el habia llevado. Nombrado en 1846, sin haberlo solicitado, Ministro Pleni- potenciario con encargo de adelantar la interrumpida negocia- cion de limites entre Nueva Granada y Venezuela, renuncio con pesar el Rectorado del colegio de Valencia, por mantenerse en el cual no habia aceptado en aquel ano el empleo de Minis, tro relator de la Corte Superior de Maracaibo a que lo llamo la Legislatura de esta provincia, recibiendo de los ciudadanos mas notables de la de Carabobo -vivas manifestaciones de grati- tud por los comprobados adelantos que bajo su direccion habia hecho la juventud. Venezuela negaba los justos titulos de Nueva Granada al distrito de San Faustino, y pretendia, ademas, alejarla de la margen izquierda del alto Orinoco. Ancizar demostro lo injusto e imaginario de la linea fronteriza trazada en el " Mapa iisico y politico de Venezuela " publicado oficialmente en 1842. El gobierno venezolano eludio la equitativa transac- cion que le proponia tomando por base el uti possidetis de 1810, y por consecuencia ceso de negociar pidiendo sus letras de retiro. Despidiose de Venezuela, donde gozaba de justo y universal aprecio, dejando una posicion honorable y amigos y valiosos sostenedores, que le habrian abierto la carrera de los empleos. Entie las muchas pruebas de estimacion que le dieron entonces, encuentro en sus papeles una carta del primer soldado de Co- lombia, que inserto a continuacion : ARTfcULOS DSCOGID08 371 "Mavacay, Julio 24 de 184t5. "Senor Manuel Axciz.vn, Ministro granadino cei'ca del Gobierno de Venezuela. " Mi muy estimado senor y amigo. — A mi llegada d esta ciudad he reoibido la muy apreciable carta que U. tuvo la bondad de fechar aqui el quince, reuovando en ella los benevo- los sentimientos con que siempre me ha favorecido y despi- diendose para su pais. " Si satisfactorio me hasido encontrar en su estimable carta ra^gos de muy delicada amistad por mi persona, me ha sido tumbien sensible hallar una despedida, y despedida por un motivo no agradable. Sin conocer todavia este motivo, yo deploro que el representante mas adecuado que ha podido en- viarnos nuestra hermana la Nueva Granada, se separe de entre nosotros sin haber afirmado por un nuevo acto los vinculos que nos unen y que deben ligarnos para siempre. Sin conocer, como he dicho, el motivo de la inesperada salida de U. de Vene- zuela, yo confio en que el no serd bastante d indisponernos, y que tanto la Nueva Granada como Venezuela se apresuraran a deslindar cuestiones que para mi solo tienen el titulo de tales. Confio, senor Ancizar, fundadamente en esto, y me es grato asegurarle que para conseguirlo yo emplearc mi pequeno vali- miento siempre que me sea permitido. "Muchas simpatias deja XJ. en Venezuela; y cualquiera que sea la posicion que U. ocupe en su pais, yo espero que U. no se olvidara de este. En mi tendra siempre un amigo reco- nocido, y un amigo que hard constantemente justicia d las notables cualidades que distinguen d U. y por las cuales ha nu'iecido bien el aprecio de los ciudadanos que en esta Repil- blica ban tenido la fortuna de tratarle. "Esta carta no alcanzard d U. en Valencia, porque un nuevo ataque en mi salud me ha hecho diferirla hasta hoy. Cuando U. la reciba debo esperar que ratifique el concepto que tiene del verdadero aprecio y cousideracion con que me suscribo de U. muy afecto amigo y deseoso servidor. "Jos6 A. Paez." 2 b 2 372 iHIKO KASTOS IV Cuando finalizaba ei ano de 1846 entro Ancizar en Bogota, casi en calidad de extranjero, sin conocer a nadie, ni mas lazos con el pais que los recuerdos de la infancia y el carino por la patria, que su larga permanencia en el extranjero no habia debilitado. Traia, adernas de buenos conocimieutos teoricos, vasto acopio de experiencia sobre los hombres y las cosas. No vino como aventurero, pues trajo algunos haberes, y abandono, solo por consideraciones de amor patrio, relaciones queridas y una posicion solida y honrosa en el extranjero. Estaba entonces a la cabeza del Gobierno el General Mos- quera. Este ciudadano, dotado de iniciativa, inteligencia y poderosa actividad, no encontrando entre los conservadores netos sino espfritus usados, perezosos y rutineros, incapaces de acompanarlo con nrnieza en sus proyectqs de ref orma, comenzo & ladearse hacia el partido liberal, buscando auxiliadores en sus filas. En consecuencia, este impetuoso reformador. siguiendo sus arranques de hidalguia, que los llevo hasta llamar a la Secretaria de Hacienda al talentoso doctor Florentino Gonzalez, creyo que Ancizar, aunque recien venido, podiia servir iltil- mente al pais, colocandolo al efecto en la Subsecretaria de Relaciones Exteriores. Inmediatamente despues lo nombro catedratico de Derecho Internacional en la Universidad central, con grande escandalo del Rector y demas personajes de cuno antiguo, que no le juzgaban apto para tanto. pero con regocijo de los estudiantes, a quienes sorprendio agradablemente encon- trar un catedratico que, no solo permitia, sino promovia la libre discusion. No siendo Ancizar aficionado & empleos, y gustando por caracter de la vida independiente, despues de servir ano y medio la Subsecretaria e interinamente la Secretaria de Relaciones Exteriores, renuncio estos destinosparaconsagrarse a las tareas de impresor y periodista, profesiones mas en armonia con su genio. Al efecto introdujo la litografia y fundo la primera imprenta pulcra que ha habido en el pais, y tambien un periodico, " El Neo-granadino," que pront»jaje.n.te se puso en AETfCULOS ESCOGIDOS 373 guerra contra los conservadores coloniales. Por comenzar aqui y seguir despues sin trepidation sirviendo al partido liberal granadino, denostan los consevadores d Ancizar con el califica- tivo de apostata. Lo habria sido, en efecto, si su conducta politica en Nueva Granada no hubiese formado la continuation de su conducta anterior. Conspirador desde muy joven contra el despotismo, admirador entosiasta de las instituciones norte- americanas, miembro del partido liberal en Venezuela, adorador por estudios y caracter del derecho y de la justicia, teniendo recursos propios y superabundantes dotes intelectuales para procurarse una position independiente, j que motivo podria inclinarlo d abandonar la idolatria de su juventud, la gloriosa causa democratica, para ponerse al servicio de mezquinos intereses conservadores ? De no haber sido asi, en vez de militar d ordenes de los conservadores en Bogotd, con mayor provecho habria entonado himnos d la reina Cristina y servido a la causa colonial en la opulenta Habana. En los liltimos tiempos de la Administration Mosquera propiisosele y rehuso aceptar el destino de Secretario de Ha- cienda vacaute por haberse retirado el doctor Florentino Gonzalez. Ademds de " El Neo-Granadino " publico en su imprenta las Lecciones de Psicologki redactadas por el en Venezuela para el uso de la juventud. Aunque sin pretensiones a origina- lidad en cuanto al fondo de las ideas y doctrinas, como lo man i fiesta en el prologo, estas lecciones, escritas en muy buen lenguaje, con metodo, sistema y daridad, prueban muchos estudios y aprovechamiento en ciencias intelectuales. Como obra seria pocos lectores ha tenido en Nueva Granada, pero ha sido muy estimada en Venezuela y otras partes, y se, por una carta que tengo & la vista, que el eminente literato don Adres Bello la considero " como suficiente para fundar una reputa- cion." Habiendo tenido que veneer much as dificultades para establecer su imprenta y aclimatar un periiwiico, el exceso de trabajo quebranto su salud, motivo por el cual se vio en la precision de deshacerse del establecimiento, con perdida no pe- quena, cuando comenzaba d coger frutos de la empresa y contaba con el apoyo decidido de la nueva Administration liberal. Las grandes reformas economical y fiscales con que initio su marcha la Administration Lopez, exigian la ejecucion de 374 EMIKO KASTOS ciertos trabajos complicados en la seccion de la Secretaria de Hacienda llamada "Direccion de Ventas." Creyendosele apto para liquidar lo pasado de esta oficina y limpiar el terreno en varios ramos importantes, en Septiembre de 1849 fue llamado. sin solicitarlo, al empleo de Director General, teniendo por compaiiero en clase de Subdirector al honrado y entendido joven Salvador Camacho Roldan. Trabajaban alii desde las siete de la manana hasta el anochecer con tal ahinco, que al llegar el mes de Diciembre la oficina estaba reorganizada, y el terreno limpio de los escombros del viejo sistema fiscal. Aunque de alii para adelante ese destino, ya de facil desem- pefio y buena renta, era una verdadera conveniencia, Ancizar, que jamas se ha perecido por sinecuras burocraticas, renuncio tan comodo vivir para dedicarse con pasion y notorio desintercs a una grande obra nacional. Enrolose en la Comision Co- rografica, que tenia por jefe al ingeniero geografo Agustin Codazzi. Partio para esta expedicion en Enero de 1850, llevando el encargo de ayudar a Codazzi en todas sus tareas, poner en lim- pio los calculos, itinerarios y observaciones, y escribir, segiin las reglas del arte, las cartas parciales y la general cuando re formara : tambien iba comprometido & ordenar y escribir un Diccionario geogrdfico, y estadistico de Nueva Granada, y ade- mas una obra cientifica y pintoresca acompanada de difenos describiendo las costumbres, razas, monumentos y antigiiedades dignas de couocerse. " Para remunerar d Ancizar, dice un articulo del contrato, su trabajo en las cartas, itinerarios, c&lculos y demds tareas que ejecute en la expedicion Corografica a ordenes del senor Codazzi, asi como en la ordenacion, redaccion y arreglo del Diccionario geografico estadistico y de la obra descriptiva de que tratan los articulos anteriores, el Go- bierno le abonard y le pagara, anticipadamente en cada afio catorce mil cuatrocientos reales, de los cuales saldran los gas- tos de escritorio y transporte y cualesquiera otros que puedan ocurrirle." Este contrato, y la contemporanea donacion que hizo Anci- zar de su copiosa y selecta libreria a la Biblioteca nacional, bastan para pintar al hombre. Los que sepan lo caro que es viajar en nuestro pais, sobre todo teniendo que sostener cierta posicion y llevando por anadidura instrumentos y libros : los ARTICULOS ESCOGIDOS o75 que hayan experimeutado lo malo y fatigoso de uuestros cami. n os, lo escueto y desniantelado de nuestras ventas y posadas, y los iusectos, fiebres, y percances de toda clase con que tropieza el viajero, podran juzgar si no fue una verdadera inmolacion abandonar las comodidades de la capital, destinos bien dotados, placeres y relacionea agradables para entregarse por muchos ailos a esa vida asendereada y errante. • Cuantos patriotas tendremos que, desdenando altos empleos piiblicos, se resol- vieran a escoger un sacriflcio semejante, sin la mas leve espe- ranza de lucro, solo por llevar & cabo trabajos de provecho nacional ! Desde que hizo ese contrato tengo alta idea del caracter de Ancizar. Entregose en cuerpo y alma & los trabajos corograficos, que desempeno con la mayor habilidad y lucimiento. Los apuutes y observaciones para el Dicciouario geografico y esta- distico no salieron a luz por la interruption de los trabajos en 1852 ; pero el publico conoce la parte de la obra descriptiva y pintoresca publicada por Echeverria Hermanos bajo el titulo de Peregrwiacion de Alpha. A. Ancizar se le conocia mii- camemte como filosofo y publicista, como escritor didactico y serio : en la Pcregrinacion aparece critico, paisajista, pintor de costumbres, hombre de arte y de imaginacion ; geologo, anti- cuario y escritor donoso y entretenido por demas. Sus cuadros de costumbres populares revelan un espiritu fino y observador, y sobrejiujan a todo lo que hemos borrajeado los que en este genero tenemos algunas pretensiones. Nuestros pueblos de provincia, mezcolanza informe de razas y de costumbres, llcm is de preocupaciones y telaranas, pero bueuos y sencillos en el fondo, son retratados con toda verdad y animacion. Ninguuo ba jtiutado mejor nuestra arrugada y salvaje naturaleza, tan lleua de luz, de poesia y de contrastes. Su espiritu humani- tario busca con afan los dolores y miserias del pueblo para senalarles remedio : ninguna tirania lugarefia, ningun mono- polio feudal escapan a su ojo observador. Bosques sombrios y risuenas coliuas ; lagos dormidos y arroyos murmurantes ; inontafias. valhv<, peisajes, monumentos, animales, plants, flores y cielo ; todas las curiosidades y magnificencias de nuestro pais se encuentran pintadas en la Peregrination con pluma maestra. Describiendo escenas graciosas de la natu- raleza, 6 la vida tranquila del bogar en algunas de nuestras comarca<5, los cuadros, por la delicadeza de sentimiciitcs y la 376 EMIRO KASTOS suavidad del colorido, son verdaderos idilios. Me atrevo a decir que la Peregrinacion, aunque trunca, es el mas bello libro que se ha escrito entre nosotros. Si hubiera podido concluirlo tendriamos una grande y verdadera fotografia de nuestro pais. Ancizar acepto de buena voluntad esa vida errante. En. tregose con ardor a investigaciones historicas y a estudios geograficos y estadisticos. Como todos los hombres que se elevan por encima de pasiones e intereses vulgares y se refu- gian en las esferas de la ciencia y del arte, primero se resigno con sus tareas y despues las llevo adelante con pasion. La Comision Corografica vino a ser su familia, nuestros desiertos su patria. Aunque muy ducho en artes de sociedad y habi- tuado a comodidades y refinamientos, se consagro a sus estudios y correrias con la obstinacion de un benedictino errante ; y a pesar de haber alcanzado la edad en que el hombre se apega mas a los goces y bienestar, no le arredro la segura perspec- tiva de encontrar tarde 6 temprano la muerte en las playas del Magdalena 6 en las llanuras de Casanare. En seis it ocho anos de correrias lo mejor que podia sucerderle era consumir sus iiltimos dias de juventud, quedando sin un real de bene- ficio, inutil, encanecido y acbacoso. Acepto este sombrio por- venir con valor y dssinteres, por legar a su pais una grande obra de gloria nacional. Cuando en Enero de 1852 preparaba sus corotos para diri. girse a Antioquia, fue llamado por el Secretario de Hacienda, Manuel Murillo. Este le manifesto el estado quebradizo de nuestras relaciones con el Ecuador, cuyo Gobierno Labia in- ferido agravios de marca mayor a nuestro pais, de los cuales si no se obtenia satisfaccion por medios pacificos resultaria una guerra funesta para ambas naciones, y concluyo exigiendole que, para evitar semejante escandalo entre colombianos y hacer un verdadero servicio d la Repiiblica, abaudonase por seis meses 6 un ano sus tareas corograficas para dirigirse & Quito, en calidad de Encargado de Negocios de Nueva Granada. Ancizar, que tenia ya adelantados el Diccionario geogrdfico y la obra descriptiva y habia cobrado pasion & estos trabajoa, ARTICULOS ESCOGIDOS 377 rekuso, indicaudo & Murillo que nombrara a otro en su lugar. Por fin hubo de aceptar tan honroso encargo, ven- cido por las instancias del Presidente Lopez y de los Secre- taries del Despacbo. El partido conservador granadino, ahuyentado de los puestos publicos por la reaccion liberal de 1849, en vez de resignarse con el fallo de la opinion diose precipitadamente a conspirar. Cogio su muletilla acostumbrada, la religion y la familia, parapetose tras la cuestion moral y se declaro, corao siempre, el caballero andante del catolicismo. Ligado en el interior con el clero y en el exterior con todos los sostenedores del despotismo, publico en Bogota, en las provincias, en las Repii- blicas vecinas y hasta en Europa las mas exquisitas calumnias contra el partido liberal, para concitar contra los rojos impios la enemiga del vulgo fanatico y hacer creer en el extranjero que el Gobierno granadino era una parodia del mas desen- frenado comunismo, y que amenazaba a las naciones vecinas con la brutal propaganda de sus doctrinas disolvenu-s. Al fin se declararon los prohombres conservadores abier- tamente revolucionarios en 1851. Grande fue el desengano ! Por doquiera que se alzaron en armas fueron vencidos, que- daudo en pie iinicamente en Pasto, donde Julio Arboleda difundia a lanzazos la religion del Crucificado. En el territorio pastuso, donde las distancias por lfnea recta son cortas, pero muy largas al traves de los caminos por lo sinuoso y arrugadodel suelo, sus robustos y belicosos babitantes ejercen ventajosamente dos iudustrias : la agricultura y la guerra. Es fama que alia todo labriego lleva al campo que cultiva su fusil y canana bien provista, que esconde en un soto vecino para transformarse, llegado el caso, subitamente de gailan pacifico en temible guerrillero. Si derrotan la gue- rrilla, desaparece perdic'ndose entre espesos materrales para pteseataroe poco despues a sus perseguidores cultivando su campo, como si jamas hubiese sido otra cosa que pacifico la- briego ; y alii donde trabajan como inocentes labradores estan realmente acuartelados, con el oido atento al toque marcial de la corneta. " Cuando logramos que nos envien dos 6 tres mil h ombres do guarniciou, decia un viejo guerrillero, estamos en grande : nuestras veuteras tienen parroquianos : el dinero de Bogota" circuia con abundancia, y las municiones de los soldados del 378 EMIRO KASTOS Gobierno pasan £ nuestras cartucheras en cambio de chicha." Las guarniciones y la guerra son, pues, para ellos una bendicion. He aqui por que Arboleda y sus companeros catulicos encontraron guerrilleros que gritaran " Mueran los rojos ! " como ahora marras gritaron ' ; Viva Fernando VII ! " y gritarian hoy"Muera Mahoma ! " si algiin tonto musulman mandara alia ejercitos y dinero para hacerlos callar. Las guerrillas pastusas por todas partes eran" acosadas y vencidas por las tropasdel Gobierno al mando de los General es Obando y Franco : not&base si con extraiieza que prontamente los derrotados se rebacian allende el Carcbi, reapareciendo armados y bien municionados. Y era que los gobernantes couservadores del Ecuador apoyabau a sus cofrades granadinos, sirviendoles de activos agentes los jesuitas expulsados de Popa- yan y anidados en Ibarra y en Quito. A las reclamation es del Gobierno granadino respondia el ecuatoriano jurando ino- cencia, pero continuaba favoreciendo a los rebeldes. El escan- dalo llego a tal punto, que con armas y municiones de los parques del Ecuador pudo Arboleda organizar m&s de 1,000 hombres, con los cuales se atrevio & ofrecer batalla a Franco en Buesaco. La perdio, por supuesto, y en su fuga no paro hasta llegar a Lima. En vista de semejantes agravios, y considerando compro- metida la tranquilidad del Sur de la Eepublica, el Congreso granadino no vacilo en dar al Poder Ejecutivo amplias auto- rizaciones para declarar y hacer la guerra al Ecuador. Pero sucedio entonces que los liberales ecuatorianos echaron abajo el Gobierno estiipido que presidia Novoa, quedando de Dictador el General Jose Maria TJrbina. Con la cafda del Gobierno agresor, de hecbo desaparecieron las contingencias de guerra internacional, pero quedaron pendientes las satisfacciones de honor que debian darse al Gobierno granadino. TJrbina las eludia so pretexto de que el Gobierno de Novoa, que habia irro- gado los agravios, ya no existia ; pero bubo motivo para sospechar que continuarian las agresiones, pues los males del Sur no se remediaban. A finalizar esta situacion tirante y a ver claro en la politica ecuatoriana f ue enviado Ancizar como Encargado de Negocios. Habiendo hecho estudios especiales de Dereclio interna, cional, tratados y protocolos; siendo muy conocedor de la politica, la geografia, los hombres y las cosas de Sur-America, ARTICULOS ESCOGIDOS 379 versado en idiomas. y dotado de ciencia de gentes, porte apuesto y decoroso y man eras exqtiisitas de caballero, puede decirse que Ancizar en la diplomacia estaba en su verdadero terreno. Deshizo puce la maleta de corografo para henchir los bailies de diplomatico, y tomo la derrota de Quito el vein. tiuno de Enero de 1852. Para apoyar sus gestiones contaba con un ejercito en la lfnea ecuatoriana, ocupado eutonces en correr d Arboleda y demas chusma de guerrilleros catoticos que inf estaban aquellas comarcas. Obando debia mandarlo; pero Franco, amostazado por esta distincidn, fomentaba con sus amigos discordias en la tropa. Conociendo Ancizar que dejando d retaguardia un ejercito anarquizado poco fruto podia sacar de su mision, detiivose algunos dias sua- vizando el impetuoso caracter de Franco. Logrolo al fin, cjracias, me ha dicho Ancizar, al despreudimiento de toda vanidad y a la abnegacion sin limites del General Obando, que determiuo retirarse de la escena dejando a Franco compear a sus anchas. Siguio despues d Quito, donde con la dignidad y franqueza republicana de su caracter se gano d pocas vueltas la confianza de Urbina y la amistad de los patriotas mds distinguidos de aquella Republica, como son los Moncayo, Rivadeneira, Bustamante, Latorre y demas prohombres del partido liberal ecuatoriano : obtuvo las satis, t'acciones pedidas, organizo sociedades y levanto la opinion para arrostrar la tempestad que el apostata Flores preparaba en el Pacinco. | Cosa singular 1 El Ecuador se encontraba eutonces, con respecto al Peni. en las mismas circunstancias que se habia liallado Nueva (iranada respecto al Ecuador. El Peril pro- tegia abiertamente a los refugiados ecuatorianos, y permitia que Flores, aprovechando la coyuntura de ester coninovido el Ecuador, armase en el Callao un vapor y tres buques de vela y organizase 800 aventui*eros ; y esto recibiendo publicamente dinero, ajrmafl jramparo delGobierno de Echenique, que rein.!- ba en el Peril con el titulo de Presidente. A este caudillo, lleno de humilloa, y aticiones moiuirquieas. le hieieron creel que el egtUUbrio amerioa/no exigia Uevar al Ecuador la recon< fpiisfi coaaervadora para sacarlo de la situacion de eatelite de Nueva Granada, y atajar la propaganda rcJQ de eeta sohre el Peru. Los refugiados granadinoe aparecfan como iiKlrtires d 380 EMIEO KASTOS los ojos de Echenique y le merecian vivas simpatias : por afini- dad de causa y de propositos uno y otros se unieron intima- mente a, Flores. Contaba este para el buen exito de su empresa con los movi- mientos contrarrevolucionarios que los conservadores del Ecua- dor prometieron hacer en Quito, ayudados por los conserva- dores granadinos desde Pasto y apoyados por los jesuitas, que- como un cordon de agentes se extendian desde el Carchi hasta Guayaquil. Tengo d la vista varias cartas de patriotas nota- bles del Ecuador, que manifiestan el apoyo decidido que estos sacerdotes dieron d la traicion de Flores. Por consi- guiente, una de las pocas cosas buenas que hizo Urbina du- rante su Gobierno dictatorial fue arrojar del Ecuador a esos intrigantes. Ancizar comprendio el papel digno que Nueva Granada debia representar en aquellos conflictos. Era preciso hacer en- tender d los conspiradores floreanos que al menor movimiento serian aplastados por nuestro valiente ejercito acantonado en Tiiquerres, y, manteniendo d raya a los conspiradores del in- terior y a los otros, dejar d Urbina desembarazado para concen- trar todas las tropas del interior en Guayaquil contra la expe- dicion filibustera. Convenia tambien no internar nuestro ejercito sino en el ultimo caso, para ahorrar al Ecuador los gastos y desordenes que siempre causan tropas auxiliares, y evitarle la humillacion de necesitar socorros extranjeros para defenderse de piratas. Esta buena y sana politica la llevo a cabo Ancizar con habi- lidad y energia. Ademas, estableciendo activa correspondencia con todos los patriotas, dando oportunos y vigorosos consejos al Gobierno dictatorial y alentando por cuantos rnedios esta- ban a su alcance la opinion piiblica, presto d la causa ameri- cana importantes servicios y dejo bien puesto el honor de su nacion. Cuando Ancizar Uego 6, Guayaquil, en Marzo de 1852, la ciudad estaba sin tropas y sin baterias, desguarnecida, casi in- defensa. Si Flores, como cumplia a su papel de aventurero, la hubiese atacado precipitadamente y con arrojo, habriala tornado de seguro ; pero se entretuvo en saquear las ha- ciendas de cacao riberenas para complacer a sus filibusteros, y cuando quiso conquistar, ya fue tarde. La division grana- dina estacionada en Tiiquerres, y pronta d ocupar d Ibarra AfiTICULOS ESCOGIDOS 38l y a Quito cuando Ancizar lo ordenara, basto para intimidar a los complices de Flores, y para que Urbina pudiera sin zozo- bra desguarnecer el interior, acumulando sus batallones en Guayaquil. Flores, marchitando sus lauros colombianos y su vieja fama de valiente, mostro entonces una pusilanimidad inex- plicable : en vez de jugar el todo por el todo aterrando a sus contrarios a fuerza de audacia y de valor, mantuvose obra de diez meses, iuactivo y vacilante. El unico ataque que dieron debiose a uuos yankees que, despues de cele- brar uua fiesta con abundantes libacioues, al entrar la noche, ebrios, casi delirantes, movieron los buques, y a tiro de pistola de la ciudad rompieron fuego de rifles, y metra- 11a, sin mas resultado que perforar las casas de rnadera y dar muerte a mujeres y a vecinos desarmados. En aquella noche y con horas de anticipacion el Ministro peruano se asild en la Legacion francesa, y los demas diplomaticos cu- brierou sus casas con guardias sacadas de los buques de guerra de sus naciones respectivas. Ancizar, mas que todos comprometido en la contienda, ilumino su casa, declaro que su guardia era el pueblo, abrio de par en par las puer- tas, y se fuc tranquilamente al malecon d presenciar el comitate. Sabido es que esa ridicula expedicion que, con otro jefe mas arrojado, habria causado graves daflos y complicaciones politicas, fue derrotada por el paisanaje de las haciendas que saqueaba. El vapor de guerra se entrego con mas de cien chilenos de tripulaciun, trayendo el equipaje y archivo de Flores. En el camarote que este ocupaba se encontro oolgado en parte conspicua, a guisa de imagen, el retratode dona Maria Cristina Munoz, uu regular surtido de cosmeticos, tinta para aderezarse y tenirse el pelo el afeminado General, y muchas cartas y papeles. Entre las cartas las habia de Julio Arboleda y otros grana- dinos conservadores refugiados en Lima, bablando de la expe- dicion como de asunto propio en que estaban interesados mone- taria y politicamente. Ellos daban por seguro el triunfo de Flores, y se proponian empujarlo sobre Nueva Granada d exterminar rojoe, ofreciendo rico botin d los piratas auxilian ■>. Hallaionse tambien cartas de lo^ Ministros y principal es fun- ciouarios del Peru, alentando d Flores y auunciaudole remesas 382 EMIEO KASTOS de dinero y vituallas, y confirmando plenarnente las sospechas vehementes que se tenian de que Echenique se habia metido en uu plan combinado de reconquista conservadora sobre el Ecuador y Nueva Granada. De estas cartas mando Ancizar copias autenticas al Gobierno granadino : ignore- si habran sido extraidas de los archivos publicos por algdn interesado. A estos fundados motivos de queja que se tenian contra el Gobierno peruano, junt&banse sus embrollos y dilaciones para no liquidar la deuda contraida por el Peru & favor de la Kepii- blica de Colombia. Llevo ese Gobierno la insensatez hasta presentar una contracuenta en que se hacfa aparecer como acreedor, olvidando en mala hora que no tenia precio la sangre colombiana derramada en Junin y Ayacucho. El Gobierno granadino creyo llegado el caso de hacer entender a Echenique, que no impunemente se podia expedi- cionar contra las Repiiblicas vecinas, y que era menester con- cluir definitivamente los embrollos sobre deuda colombiana. Y al efecto comenzaron a hacerse preparativos para, en caso de rehusarse satisfacciones y arreglos, hacer la gnerra al Gobierno peruano, teniendo por auxiliar el ejercito del Ecuador. Urbina por su propia conservation adheria calorosamente al proyecto, y trataba de captarse la completa benevolencia del Gobierno granadino, ora expulsando £ los jesuitas, ora aboliendo la escla- vitud y hasta consintiendo en que la Constituyente ecuatoriana diera al pais una constitution liberal. Pero a pesar de estas manifestaciones de simpatia, Ancizar sospechaba de la lealtad de Urbina, y esta sospecha tomo cuerpo cuando al proponerle la celebracion de tratados de alianza, comercio y limites territo- riales, que el mismo aparentaba desear, entretuvo el tiempo con pretextos y dilaciones, postergando de dia en dia los finales arreglos. Posteriormente se confirmaron las sospechas que Ancizar abrigaba sobre el caracter de Urbina, pues este ingrato General, sin contar con su aliado granadino, entro en tratos de paz con el ya asustado Echenique. Olvidando Urbina, discipulo e imitador de Flores, lo que debia A Nueva Granada, abandono a esta en momentos criticos 'celebrando un tratado de paz y amistad con el Peru, en el cual, entre otras cosas, prometio " no permitir el transito de tropas extranjeras por el territorio ecuatoriano, siempre que se dirigieran contra el Peru." Esta ARTiCULOS ESCOGIDOS 383 clara y cobarde desercion mostro al Gobiemo granadino que tendria el solo que haberselas con el peraano en las eventuali- dades de una guerra, 6 buscar una salida honrosa hacia la paz. VI En medio de estas complicaciones y esforzandose por reducir & TJrbina a una politics mas leal se encontraba Ancizar, cuando recibio ordenes del Gobiemo granadino para dirigirse & Chile como Encargado de Negocios. Los refugiados grana- dinos en Lima habian voceado tanto contra el partido liberal de Nueva Granada, que al fin lograron alarmar al Gobierno conservador de Chile. Pintaban a los liberales como mara- tistas desenfrenados, sin Dios ni ley, y sus principios como destructores de la moral, la religion y la familia. Gritaban, haciendo eco & la prensa conservadora de Bogotd, que los patriotas de Nueva Granada reducian a leyes suenos insensatos tornados de Proudh6n y de Cabet, que destruian la base y el organismo de toda sociedad. A esta vocingleria calumniosa y ridicula comenzaban a dar credito los pelucones de Chile ; y ■ mi base que Moutt habia prometido auxilios A Echenique -i los rojos del Norte lo atacaban. Ancizar fue enviado 6. combatir las eventualidades de esta alianza, a manifestar lo que era en realidad el partido liberal granadino. y :i tranquili- zar al Gobierno chileno respecto de nuestras instituciones y tendencias. Siendo simple Encargado de Negocios y estando pobre- mente dotada la Legacitm, Ancizar no podfa comprar los scr- vicios de un diarista ni, dando convites y desplegando pompa, adquirir extensas relaciones, que tanto sirven en las maniolnas diplomdticas. Cuando llego ;i Santiago, Montt y el Secretario de Relaciones Exteriores, Varas, eetaban ausemes. Con este pretexto dilato la presentacion de sus credenciales para obrar entre tanto sobre la opinion por medio de la prensa. sin com. prometer mas que & Manuel Ancizar y no al representante de Nueva Granada. Teniendo que haberselas con un Gobierno suspicaz, que desde la revolucion liberal vencida en Longo. in ilia tenia amordazada la prensa, y con una sociedad feudal y 384 E3IIR0 KASTOS monastica, que habria de alarmarse al oir a im granadino ha. blando de democracia, y libertad, resolvio servirse, para los fines que se proponfa, de escritores chilenos. Eu efecto, logro captarse la amistad del que era entonces redactor en jefe de "El Progreso," joven entusiasta y adver- sario de la politica conservadora. Trabo estrechas relaciones con el : le hablo de nuestro pais, de nuestras instituciones y gobierno, y del glorioso combate que contra el sistema colonial sostenian los patriotas grauadinos. Diole nuestras leyes mas importantes y los discursos y folletos mas calorosos y atrevidos. Rornpio aquel diario con ardientes editoriales encomiando nuestra marcha politica y desmintiendo las calumnias de los refugiados en Lima. Dio publicidad a leyes, articulos y dis- cursos tornados de periodicos granadinos, y por ultimo inserto el famoso folleto denominado El Arzobispo de Bogota ante la Nation. Alii fue Troya ! Alarmose el Gobierno y alborotaronse clerigos y pelucones con aquel crescendo democr&tico. Motivo por el cual la imprenta de "El Progreso " fue cerrada por la policia, " de orden de la autoridad." La publicidad de nuestras leyes fundamentales, marcha politica, doctrinas y tendencias era, por el contraste que hacia resaltar, una fuerte censura contra los mandatarios e institu- ciones de Chile. La gloriosa revolucion politica encabezada por la Administration Lopez, la audacia de sus reformas y sus tendencias generosas y humanitarias, eran en Santiago objeto de todas las conversaciones : Nueva Granada se puso de mod a. Viendo ya la opinion suficientemente preparada, y haciendo como que contestaba al diario pelucon " El Mercurio," lanzo Ancizar al publico bajo su firma el famoso folleto Anarquia y rojisnw en Nueva Granada. Este brillante y victorioso opiisculo, lleno de entusiasmo y de calorosas convicciones, tuvo un resonamiento estruendoso. Piapidamente desaparecieron 2,000 ejemplares. Aquello parecia conmocion popular: los liberales acudieron en masa 6. felicitar a Ancizar en su casa : grupos recorrieron las calles enrostrando & los pe- lucones el antitesis de la marcha politica de Nueva Grana- da con el regimen colonial y represivo de Chile : los frailes hicieron juntas : produjo esa publicacion un efecto fulmi- nante. Y no es porque el folleto tenga nada agresivo contra Chile ABTICULOS ESCOGIDOS 385 y su Gobiemo. Probando a los redactores de " El Mercurio " que estaban en pleno pecado de ignorancia y calumnia, Ancizar historia r&pidamente, pero con brio y elocuencia, nuestras prin- cipales reformas, y vindica de una manera triunfante la politica del Gobiemo granadino, sus aspiraeiones y tendencias. Se arriesgo, es verdad, & que lo expulsarau del pais, pero la mengua hubiera sido para las autoridades chilenas, pues el estaba en pleno derecho no teniendo todavia cardcter publico, y aunque lo tuviera, para defender con fuerza y altivez al Go- biemo y las instituciones de su patria desconocidas y calum- niadas en el extranjero. El folleto concluye asi : En el breve cuadro que acabo de trazar se hallan bosquejadas todas las reformas sustanciales que los demdcratas granadinos han realizado, indi- cadas sus causas y mani fiesta su indole. Levantese ahora un acusador, pero traiga pruebas en la mano, y atre- vase a decir con la sinceridad del honibre justo : " que en Nueva Granada " el Gobiemo, el pais, las instituciones y las costumbres, el presente " y el pasado, todo se halla en completa anarquia ! " Atrevase a decir, sin que el rubor tina su frente, "que la Nueva Granada es " una madriguera de exaltados demagogos, miserables plagiarios de " Proudbon y Cabet ! " El clamor unisonode los conservadores derrotados, de los malos sacer- dotes refrenados en sus simonias y escandalos, de los monopolistas a quie- nes se imposibilitd para esquilmar el pueblo, y de los comerciantes en carne humana privados ya del placer de azotar, prostituir, comprar y vender seres racionales y cristianos, formd un gran ruido de voces contra los demdcratas granadinos. Estos no bicieron caso y continuaron la noble tarea de regenerar el pais, confiando en que los hechos serian mas elocuen- tes que la mentira vil y apasionada. Error! no imaginaron que habrfa periodistas, y periodistas sur-americanos, que infieles al ministerio de la prensa no solo no examinaran los hechos para juzgar, sino que los rechaza- ran para concurrir con su contingente de gritos y calumnias en apoyo de lo mas inmoral e inicuo : de los propietarios de bombres, los expoliadores del pueblo, los clerigos mundanos, los denostadores de su propia patria ! Abora dos palabras acerca de mi mismo i Esto es i.o primero que doy a la prensa en Chile. Jamas escribire sin firmarme, porque detesto los caminos cubiertos tantoen losnegocios piiblicos como en los privados. Tampoco escribire nunca sino en de- fensa ili' mi patria calumniada, porque se respetar el puesto que hoy ocupo j' las instituciones del pais en que resido, por contrarias que fueren a mis principios religiosos y politicos. La reputacidn de Nueva Granada es la de cada uno de sus hijos ; es la mia : tengo el indisputable derecho de defenderla ; y lo hare tantas veces cuantas sea preciso, con la perseverancia del que vindica el mayor y mas sagrado de los bienes. En aquellos dias llegaron d Santiago el Presidente y el Secretario de Relaciones Exteriores, y efectivamente parece 2 c 386 EMIEO KASTOS que pensaban no recibir a Ancizar, y tal vez hacerlo salir del pais. El clero exigio de Varas que no lo recibiese ; pero este Ministro talentoso y de altivo caraeter creyo, con semejante exigencia, ofendida la dignidad de su Gobierno, e inmediata- mente le did audiencia y aceptd sus credenciales. A poco ob- tuvo la amistad y el aprecio de Varas, celebro una convencion consular muy liberal, y consiguio que se promulgase una ley aboliendo los derechos diferenciales eu el comercio con Nueva Granada, igualando, en todo, nuestro pabellon al chileno. Hizo regalos a la Biblioteca nacional, colaboro con lucimiento en la redaccion de " El Museo," periodico literario, y cuando se retiro de Chile, en Septiembre de 1853, despues de una residencia de nueve meses, habia conseguido los principales objetos de su mision : vindicar el honor y las instituciones de su patria, y obtener del Gobierno chileno que hiciera entender al peruano su voluntad de no mezclarse en las contiendas que este se procuraba con las Repiiblicas colombianas. Con el objeto de refrescar en Chile los gloriosos recuerdos de Colombia, Ancizar escribio para " El Museo " la biografia de Sucre, uno de sus mas inclitos varones. Esta biografia, escrita con gala y donosura, animacion y entusiasmo, es un pre- cioso documento historico. Ojala pudieramos iusertarla toda : copiaremos unicamente como muestra el final, en que refiere el tragico fin del heroe colombiano. A mediados de este ano nefasto (1830) salio Sucre de Bogota para Quito, pensando acaso en el caido Libertador y en la suspirada familia, cuyo carino buscaba para distraer las amarguras que afligian su grande alma. Llevaba el firme propdsito de no mezclarse por entonces en los negocios publicos ni habitar jamas en Nueva Granada, eligiendo el Ecua- dor por patria y lugar de retiro hasta la conclusion de sus dias. El tres de Junio hizo nocbe en La-Venta, lugarejo solitario y rodeado de montanas, en la provincia de Pasto, donde despacbo sus peones y equi- paje por delante, quedandose en convereacidn con ciertos militares sospe- chosos que se le hicieron encontradizos. Al amanecer el cuatro se dispuso a continual - su viaje, y cerca de las ocbo empi-endid la Jornada en compafiia, del seiior Garcia Trelles y de los asistentes Colmenares y Caicedo. A corta distancia de La-Venta el camino queda encajonado en unas cortaduras estrecbas, que Hainan calle- jones, sin dar espacio sino para marchar en fila entre paredes coronadas por tupidas breiias, y al traves de profundos barrizales. Tomd la de- lantera Colmenares siguiendole Trelles a corta distancia : poco despues venia Sucre y a su espalda Caicedo, embozados y cubiertos con los amplios sombreros que usan para viajar en ei pais. Caminaban silen- ciosos atendiendo a, los malos pasos y envucltos en la sombra y neblina de la hondonada, mas alia de la cual s-e continua la ruta por ale- ABTfCULOS ESCOGIDOS 387 gres y despejadas lomas hasta llegar, en tres jornadas, a la frontera ecuatoriana. En esta disposicidn pasaron una ermita d capilla que por alii queda, y de pronto interrumpid el silencio una voz llamando de la espesura ; Caicedo ! ; Caicedo ! El confiado asistente levantd la cara y contestd, marcando, sin imaginarlo, la persona de su senor que le precedia. Par- tieron al panto de entre las brenas laterales cuatro tiros de fusil d cara- bina, d hiriendo al Mariscal en el pecho, la espalda y la cabeza, le derri- baron instantaneamente muerto. Eetrocedieron despavoi'idos los criados en busca de salvamento y auxilio; y al regresar horas despues, ballaron el cadaver del inclit'o capitan caido al traves del camino, la noble faz metida en el lodo. Nada faltaba de sus joyas y dineros. ; No fuei-on ladrones los asesinos ! ******** Nacid en- Ciimana, Venezuela, el anode -1793: f ue de pequeiia esta- tura, y aunque no bermoso de rostro, vivo y animado: bidalgo en su porte, en sus eosturnbres intachable, muy popular y dadivoso. Kunca mird por si con perjuicio de los demas: enemigo de la ostentacidn, era sencillo en su vestir : el mando no tuvo aliciente para el sino cuando se tiataba de ejecutar algo en bien de la libertad d en servicio de la patria. Nadie le iguald en prendas morales: ninguno de los hombres piiblicos de Colombia atravesd como el, inmaculado, el turbulento y glorioso periodo de los veinte aiios que transcurrieron desde la proclamacidn de la Inde- pendencia hasta que dejd de existir la mayor y mas batalladora de las Bepublicas Sur-Americanas. VI El Gobierno encabezado por Echenique habia tenido la rara habilidad de malquistarse con las Repiiblicas vecinas y enagenarse la opinion nacional con su tortuosa y embrollada politica. Ya hemos visto en las dificultades que se metio cou el Ecuador y Nueva Granada ; y ademas, su presuntuoso mania de arreglar los negocios ajenos lo impelio d fomentai revolucioues contra el Presidente de Bolivia, General Belztl, por motivos que puedeu resumirse en dos frases : celos del poder militar de Bolivia y miedo & este poder. Halla- banse rotas las relaciones entre ambas Repiiblicas & prin. cipios de 1853, y anunciabase una guerra proxima. Piisose Belzii mds brioso al saber por Ancfzar que Nueva Granada y el Ecuador entrarfan tambien en la coutienda contra el Gobier- no de Echenique. y que este nodebia contar eon auxilios ehilenos, resuelto como estaba Montt i, conservar estricta neutralidad. A la vez que el ^nimo de Belzii se levantaba con la espe- 2 c 2 388 EMIEO KASTOS ranza de tener coadyuvantes poderosos y concentraba su ejer. cito en la frontera peruana, sobresaltabase Echenique al ver que simultaneamente iba a ser atacado por el Norte y por el Sur, y que no podia con tar con recursos de parte de Chile. Apresurose a hacer la paz con el Ecuador, obteniendo de nuestro desleal amigo Urbina la clausula de que ya he hablado, por la cual se comprometio a no dar paso al ejercito grauadino por territorio ecuatoriano. Pero sabiendo que el Gobierno de Nueva Granada tomaba medidas (mas aparentes que reales) para formar una escuadrilla en Panama, hubo de hacer tam- bien avances de paz a esta Repitblica, ofreciendo en prueba de buena voluntad, que reconoceria y pagaria la deuda peruano- colombiana. Nada hubiera sido mas doloroso para los patriotas de Nueva Granada y del Peril que esa guerra entre Republican hermanas, que habian derramado juntas su sangre en los mismos gloriosos campos de batalla. Afortimadamente amistaronse los dos Gobiernos y celebraron el Convenio de 25 de Junio de 1853, sobre reconocimiento y pago de la deuda peruano-colombiano, en la parte que correspondia & Nueva Granada y al Ecuador. En reciprocidad el Gobierno grana- dino accedio k retirar al Ministro que tenia en Lima, senor Mariano Arosemena, a quien profesaba mala voluntad Echeni- que, reemplaz&ndolo con otro que, sin antipatias oficiales ni enojosos precedentes para el Gobierno peruano, negociara los arreglos complementarios del citado Convenio. Ancizar fue nombrado para esta delicada mision, siempre con el mo. desto caracter de Encargado de Negocios, con $5,000 de renta, los cuales, teniendo que hacer los gastos de Secretario, escritorio y portes de correo, quedaban reducidos a" $4,000 : emolumento bien pequeno para vivir con decoro en medio del boato de sus colegas y del rumbo ostentoso de la asi&tica Lima. El senor Lorenzo Maria Lleras, Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno de Nueva Granada, y el senor Paz Sold&n, negociador peruano, despues de multiplicadas confe- rencias firmaron el Convenio de 25 de Junio sobre recono- cimiento y pago de la deuda peruano-colombiana. Atendiendo a los temores que entonces tenia Echenique de guerra con Bolivia y a la actitud f uerte y belicosa del Gobierno granadino, las circunstancias de este eran ventajosas para negociar, y ARTICULOS ESCOGIDOS 389 bbro con habilidad precipitando un arreglo que posteriormente no habrian podido obtener otros Gobiernos impopulares y por consiguiente debiles. He aqui el Convenio en sustancia : 1.° Reconocimiento categorico de $3,500,000 por deuda total del Peru & Colombia, y promesa hipotetica hecha en el protocolo de las conferencias por el negociador peruano, de que consentiria su Gobierno en elevar a $4,000,000 aquella base, de los cuales $2,000,000 tocarian a Nueva Granada (50 unidades) y $860,000 (214 unidades) al Ecuador. 2.° A Nueva Granada se le darian en dinero $200,000 de los cuales $100,000 pagaderos " en el modo y en los plazos en que conviniera " se entregarian & Ancizar para rescatar los negros que Julio Arboleda y otros negociantes en came humana habian vendido en el Peru, antes de abolirse la esclavitud domestica en Nueva Granada. 3.° Por el resto emitiria el Peru vales "de deuda pu. blica " ganando 4£ por 100 de interes. Parece que no pudo recabarse del negociador peruano garantia para estos vales ni para su renta : como tampoco donde se radicarian, lo que dejaba a voluntad del Gobierno peruano el radicarlos en Lima. Propiisose, pues, Ancizar obtener lo siguiente : 1.° Conseguir del Gobierno peruano que los $500,000, ofre- cidos hipoteticamente en el Convenio, fuesen reconocidos como deuda efectiva. 2.° Cobrar prontamente los $100,000 destinados & rescatar esclavos granadinos, cuyo pago podia demorar cuanto quisiera el Gobierno peruano. 3.° Procurar que los vales emitidos se afianzasen sobre alguna solida hipoteca para que fuese efectivo el pago del interes estipulado ; pues de no, poco valor tendrian en los mercados extranjeros. A que se agrega que, si quedaban radicados en Lima, se asemejarian a la " deuda interior " peruana, cuyos vales (los llamados de consolidation) con igual 6 mayor interes se vendian del 40 al 50 por 100 ; de modo que en este caso Nueva Granada no tomaria en valores efectivos ni aun la mitad de lo que debia embolsar en vales. Si no conseguia que el Gobierno peruano reconociese en la ratification del Convenio $4,000,000 ; y que los vales se radicasen en un mercado extranjero como " deuda exterior 390 EHIRO KASTOS peruana" (que valia en Londres al 83 por ciento) corria gran riesgo Nueva Granada de perder mas de $700,000. Para llevar & cabo con exito feliz esta negotiation, Ancizar hubo de tropezar con graves dificultades. En el Gobierno peruano encontro, como era natural, no solo voluntad de explotar la letra del Convenio, sino tambien de darle una interpre- tation tirante y rigorosa. Sometido & la aprobacion del Con- greso peruano, reunido a la sazon, corrian semanas sin resolver cosa alguna, ya porque los congresistas le fuesen adversos, ya porque el Gobierno no lo recomendaba. En aquellos dias hubo quien pusiera & la mas fuerte de las pruebas el caracter integro de Ancizar, proponiendole, con el apoyo de intensas seducciones, una transaction en que el dis- putado medio millon de pesos desapareceria, en parte, del Con- venio para ser trasladado & los bolsillos de varios particulares, mediante lo cual se le aseguro que el Convenio seria ratificado sin la menor demora. He tenido & la vista los pormenores de esta intriga intima, en la que Ancizar demostro que bien se puede dar una severa lection de altivez sin faltar a la exquisita cortesania para con el bello sexo. La, al parecer, irresistible transaction fracaso, quedando confirmado el apodo de " barbaros del Norte " que dicen suelen dar & los granadinos las odaliscas limenas ; apodo que si en esta ocasion dieron & Ancizar, se transformo para el en un titulo de honor y quizas de profunda estimation de parte de aquellos mismos cuyas esperanzas que- daron entonces burladas. Todos los pasos y activas diligencias de Ancizar encallaban ante la inertia de congresistas y gobernantes. Pero sus recla- maciones fueron escuchadas al llegar a Lima la noticia de que Belzii con 3,000 hombres habia pasado la liuea del Desagua- dero, y cortado dos divisones de observation que por alii tenia el Peru. Sobresaltose Echenique, e inmediatamente pidio al Congreso la aprobacion de todo lo pendiente, autorizaciones para defender el pais y la clausura de las sesiones. El Congreso en ocho dias, concedio todo y & fines de No- viembre de 1853 se canjearon las ratificaciones del Convenio, aprobado en su totalidad. Incontinenti se firmo un protocolo en que Ancizar recabo del Gobierno peruano que los vales y el pago de intereses por semestres se radicasen en Nueva York, con hipoteca especial del producto de la venta de huano en los Estados Unidos, super- ARTICULOS ESCOGIDOS 391 abundante para cubrir los intereses y amortizar cada ano parte del capital. Los vales podrian pues venderse, por lo menos, al 83 por ciento. Saco asi eu pro de Nueva Granada las mayores ventajas, convirtiendo eu realidad las promesas y parte hipotetica del Convenio. l Y que hizo entre tauto el amigo Belzu ? Belzu entro sin oposicion en territorio peruano, y dirigien- dose al Santuario milagroso de Copacabana hizo decir una misa solemne, la oyo devotamente con su ejercito y despues regreso d su cacicazgo. \ Cosas de aquellas tierras ! A mas no poder sufrio Echenique aquella burla afrentosa. La desmoralizacion que sembro a manos llenas en la sociedad peruana repartiendo, al arnparo de la celebre ley sobre consoli. da-cion, mucbos millones entre conmilitones y favoritos, y el desenlace huinillante que tuvieron sus intrigas contra las Republicas vecinas, indignaron d todos los patriotas peruanos. La desmoralizacion en el interior y el abatimiento nacional en el exterior hacian hervir la sangre del Gran Mariscal don Ramon Castilla, caudillo muy popular en el pueblo y el ejercito por su valentia y honradez. Para ganarselo trataron de consoli. darlo, pero cl rechazo la partija y se puso d conspirar contra el Presidente Echenique. Quisieron prenderlo y fugo bacia Arequipa. En Abril de 1854 se hallaba el Peril en plena revolucion, encabezaudo Castilla un ejercito de voluntaries numeroso y entusiasta. A consecuencia de esta revolucion la Legacion granadina tuvo que amparar a muchos perseguidos por castillistas, que se asilaron en el la, y al finalizar la zambra, hubo de proteger asi mismo d otros tantoe echeniquistas perseguidos tambie'n : total cuarenta y dos, en el espacio de un ano, sosteniendo mesa amplia y amplio servicio domestico para Generales, Coroneles, Presidente del Consejo de Estado &. ; con $4,000 y en Lima I Aneizar, decente y caballeroso siempre, cumplio con mucbisi- mo gusto aquel deber ; pero, para sostener con decoro la honra de su nacion, tuvo que sacrificar una parte de su mo- desto peculio. Uno de los mas premiosos deberes de Aneizar, obedeciendo & la humauitaria y generosa disposiciou del Congreso graua. dino, era rescatar de la esciavitud los uegros que Julio Arbo. leda y otros individuos del Sur habian sacado de sus bac:endas 392 EMIEO KASTOS y vendido i, alto precio en el Peru. Para atender a esta obra de beneficencia, y siendo muchos los esclavos exportados, se destinaron $100,000 de lo que se cobrase en dinero. Con la mayor actividad emprendio esta tarea ante los Tribunales, res- catando familia por familia y aprovechandose de una ley peruana que mandaba senalar a los esclavos, cuando se tratase de redimirlos, el menor precio a que hubieran sido vendidos. Dando estos pasos tropezo con dincultades nacidas de la incali- ricable conducta de Arboleda y de algun otro moralista de su escuela, que sacaron de sus haciendas no solo a los negros pa. dres, realrnente esclavos, sino a ciento once jovenes y ninos, libres por ministerio de la ley colombiana de manumision de partos, y los vendieron en el Peru & cien pesos. Entablada la correspondiente demanda de nulidad, despues de varias dili- gencias, obtuvo una resolucion general declarando que los que Labian sido libres (ruanumisos e ingeuuos) en Nueva Granada, no habian podido ser esclavizados en el Peril. Pidio y obtuvo copia legalizada de la escritura de venta otorgada por Arboleda k un especulador peruano, y la mando al Gobierno granadino, encareciendo la publication oficial de aquel documento ; pero dicha escritura llego k Nueva Granada cuando habia estallado la revolution de Melo, epoca en que Arboleda arrastraba sable como caudillo y libertador, y paro seguramente en mauos de al- giin funcionario que no tuvo entereza suficiente para darle pu- blicidad. Suspendio esas diligencias & fines de Diciembre de 1854, por tener certeza de que todos los esclavos quedarian libres por una disposicion dictatorial. Esta medida fue provocada por Echeuique que, asustado por el incremento y audacia de la re- volucion encabezada por Castilla, expidio un decreto declaran- do que todo esclavo que se enrolase en su ejercito y sirviera en el dos anos quedaria libre d costa del Tesoro peruano. Viendo Ancizar que EcheDique no tenia prestigio ni aun eu las tropas que concentraba en Lima y que era indubitable el proximo triunfo de Castilla, por la popularidad de su causa, piisose de acuerdo con personas seguras para que avisasen por posta a don Pedro Galvez y don Manuel Ureta, jovenes de sanas ideas liberales, lo que acontecia, y el incremento que tomaria Eche- uique con ese decreto tentador, para que lo contraminaran con otro dictado por Castilla. Expidiose en efecto el famoso de- creto dictatorial aboliendo sin coudiciones la esclavitud domes. ARTfCULOS ESCOGIDOS 393 tica en el Peru. Este decreto y el que liberto de tributo y vasallaje a los iudios, el respeto por la prensa, a pesar de existir leyes represivas, la tolerancia y clemencia con que siempre ha tratado a sus enemigos personales y politicos, y el haber contribufdo d abolir la pena de muerte, escdndalo que continua en Nueva Granada, no obstante nuestro decan- tado progreso, son titulos de gloria civica que, sean cuales fuereu sus faltas posteriores, la historia imparcial adjudicard d Castilla. Ancizar, incansable trabajador y hombre de vastas miras, no perdfa el tiempo en Lima. Publico un folleto (en que ostenta su incontestable talento descriptivo y conocimientos geogrdficos) sobre el Araazonas, sus afluentes y las bellas co- niarcas cnizadas por estos grandes rios, demostrando alii eco- nomica y cientificamente lo importante que es para las Repii- blicos riberanas que en esas vias fluviales naveguen libreraente todos los pabellones. En efecto. el Amazonas, atravesando todo el continente americano, forma un canal central desde Bolivia hasta el Atlantico, recibiendo en tan largo curso nu- merosos aflueutes navegables, y por consiguiente la libre nave- gacion de estos y de aquel interesa al porvenir de Bolivia, Peru, Brasil, Ecuador, Nueva Granada y Venezuela. El Brasil, dueno linico de la parte inferior del Amazonas, trabaja siempre por impedir la libre navegacion de este rio ; y su Gobierno, por temor al pabellon y propaganda yankees, prefiere que las magnificas comarcas amazonicas queden in- cultas y desiertas. Animado por esta politica suspicaz y japonesa, el Gobierno imperial mando misiones diplomaticas d varias Repiiblicas, con el objeto de recabar para si el mono- polio de navegar al Amazonas ; y tambien con el de sorprender d sus Gobieruos y arrancarles tratados de limites que sanciona- ran las usurpacioues lenta y perseverantemente realizadas por el Brasil sobre las comarcas que bana el Amazonas. El Gobierno de Venezuela se resistio d tratar, pero dejose so- prender el de Nueva Granada firmando dos tratados, acce- diendo en el uno d excluir los pabellones que no fueran sur-americanos, contrariando la famosa ley de 1852 sobre absoluta franquicia de nuestros rios ; y en el otro, cediendo al Brasil un gran tridngulo de territorio comprendido entre las bocas de Napo, el Yapurd y el Negro, afluentes del Amazonas, y despojdudonos del derecho precioso de riberanos de este 394 EMIRO KASTOS rio. Afortunadamente el Congreso granadino desaprobo estos tratados. El Ecuador rehuso negociar, pero el Peru cayo en la red, cediendo al Brasil implicitamente muchas leguas cuadradas de territorio y concedieudo un subsidio de $20,000 anuales para que el Brasil navegara exclusivamente una parte del Amazonas y sus afluentes pertenecientes al Peru. Bolivia tampoco quiso tratar, e imitando la conducta de Nueva Grana- da y el Ecuador declaro libre y abierta para todas las naciones la navegacion de sus rios, ofreciendo ademas un premio de $40,000 al primer buque de vapor que remontara el Amazonas hasta entrar en territorio boliviano, lo cual envolvia una invi- tation a los yankees y, por consiguiente, un golpe alarmante al Gobierno brasilero. El Gobierno norte-americano, sintiendo entonces los malos pasos en que andaba el del Brasil, le salio al encuentro, y soli- cit*) tenazmente que se abriera el Amazonas a la libre navega- cion. Fundabase en que varias Republicas riberanas tenian por derecho internacional positivo la facultad de navegar el Amazonas hasta salir al Atlantico, y que, habiendo estas de- clarado francos para todos los pabellones sus rios navegables, los buques norte-americanos tenian derecho perfecto de nave- gar en ellos, el cual implicaba el de entrar y salir libremente por el Amazonas inferior. Anadian tambien, que la magnitud del Amazonas y el inmenso caudal de sus aguas, lo asemejaban a una prolongation del mar y sacaban su navegacion f uera de los estrechos limites que arreglaban la del Rhin, el Escalda y el San Lorenzo, rios comunes tambien a diversas naciones, y de hecho la hacian extensible & todas las potencias aunque no fueran riberanas. La causa del progreso y de la civilizacion estaba sin duda de parte de los norte-americanos, pues solo de su actividad expansiva y audaz podia esperarse que la industria y el co- mercio penetrasen en las regiones banadas por el caudaloso Amazonas y sus numerosos afluentes. Con el sistema de libre navegacion las inmensas comarcas amazonicas, pertenecientes 6, las Republicas sur-americanas, entrarian en el movimiento general de civilizacion ; y especialmente & nuestras desiertas y silenciosas regiones del Andaqui, apenas exploradas en las cabeceras del Napo, del Putumayo y del Caqueta, se les abriria un porvenir mas 6 menos cercano de industria y coloni- ARTICULOS ESCOG1DOS 395 zacion, del cual participarian tambien las antiguas provincias de Pasto y Popayan, para las cuales es casi iniitil el Atlan- tico. El Brasil, que en realidad desea mantener cerrado el Amazonas, engana las aspiraciones legitimas de las Repiiblicas riberauas, sosteniendo en sus aguas iinicamente dos miseros vapores. Ancizar se coloco decididamente del lado yankee, e hizo en Lima varias publicaciones para despertar & los Gobiernos peruano y granadino e impedir que los otros fuesen enganados por la astucia brasilera. Trabajo con decision por la absoluta libertad de navegacion fluvial, principio sano y fecundo, gloriosamente proclamado por el partido liberal en Nueva Granada. Ocupose tambien en otros asuntos de interes americano, en union de los representantes de las Repiiblicas colombianas, y trabajo mucho con el Gobierno del Ecuador por establecer un perfecto deslinde entre esta Repiiblica y Nueva Granada. Esta importante negociacion no pudo realizarse por el caracter falso y embrollador de Urbina, que habia recibido de Nueva Granada uno de esos servicios que los gobernantes no perdonan jamas. Al fin de estos apuntes biogr&ficos inserto Integra una lumi- nosa carta de Ancizar al doctor Vigil, escrita en aquella epoca. Servira para hacer conocer sus ideas sobre las cuestiones y di- plomacia americanas. Y valga la verdad : nuestra diplomacia, casi siempre in- dgnifioante y esteril, tuvo entonces en las Repiiblicas del Paci- fico respetabilidad e influencia. Las Admin istraciones liberales mantuvieron dignamente en el exterior la honra de Nueva Granada. Con su flrmeza y habilidad consiguieron hacer efec- tiva la deuda peruauo-colombiana, y libertar dmuchos infelices que gemian encadenados en climas extranjeros. Acantonando en Tiiquerres nuestro valiente ejercito 6 intimidando «a los des. leales gianadinos y ecuatorianos, contribuyose en gran manera d desbaratar los planes liberticidas de Flores. Los principios liberrimos, humanitarios y expansivos del partido liberal con- quistaron en Chile y Bolivia vivas simpatias y calorosos defen- sores. La politica firme del Gobierno granadino encontro un coadyuvaute laborioso y entendido en Ancizar. que tanto en la diplomacia como en las letras dejo bien puesto el honor na- cional. 396 Emiro kastoS Bajo las Administraciones liberales Nueva Granada llego a grande altura moral y politica, siendo considerada en las Re- publicas del Pacifico como faro luminoso de doctrinas demo- craticas e instituciones generosas. Esta respetabilidad moral se reflejaba en Ancizar, y le daba de hecho importancia diplo- matica muy superior a su modesto caracter de Encargado do Negocios. Documentos que tengo d la vista prueban las con. sideracions que sus colegas tenian por el, consultdndole en muchas ocasiones negocios graves, y siendo especialmente dis-> tinguido por el respetabilisimo Ministro de los Estados Unidos, senor Clay. , Pero habia llegado la hora en que su posicion, antes tan honrosa y respetable en Lima, vino d ser embarazosa e in- soportable. A principios de Junio de 1 854 recibio una nota, d que no dio contestacion, firmada Lisandro Cuenca, en que este le par- ticipaba d nombre de Melo la rebelion militar del diez y siete de Abril, exigiendole que prestase servicios d dicho Gobierno. Ancizar, como era su deber, se apresuro d mandar recursos al Gobierno legal : en distintas libranzas y por varios conductos envio mas de $122,000, aranados de los intereses de la deuda peruana, del ahorro hecho en los $100,000 desti- nados a manumitir esclavos y de otros aprovechamientos debi- dos d sus desvelos y pureza. Activos empenos y diligencias tuvo que hacer para realizar aquella suma, sin menoscabar en un centavo el capital de la deuda peruana. Ademds quiso enviar con un militar granadino, residente en Lima, un fuerte armamento & los defensores de la legalidad en Pasto y el Cauca, mas "Urbina rehuso darle paso por territorio ecuatoriano. Pero en el Gobierno granadino, que representaba la legali- dad, se introdujo el elemento conservador, y con el un enemigo de Ancizar, rabioso conspirador en^ 1851. Este, solapado por anadidura, aprovechando la ocasion de humillar d cualquier miembro distinguido del partido liberal, propalo especies calumniosas contra Ancizar voceando que podria tal vez entregar la deuda peruana d los rebeldes, y que debian asegurarse aquellos dineros depositdndolos en la Legacion bri- tdnica. El Encargado del Poder Ejecutivo, supetidado por los conservadores, tuvo la debilidad de dar oido d esa desconfiaiiza calumniosa. Por consecuencia, olvidando los importantes ser- ARTfCULOS ESCOGIDOS 397 vicios hechos por Ancizar y su probidad nunca desmentida, le ordeno desde Honda que entregara los bonos peruanos en ma- nos del representante de S. M. Britdnica. Y esto entendien- dose directamente el Gobierno granadinocon el Ministro ingles yel Secretario peruano de Relaciones Exteriores, desconociendo el caracter publico de Ancizar y violando las mas triviales prdcticas de Cancilleria y de urbanidad. Por " temor de que esos vales corrieran azares," ordeno el Gobierno de Honda que salieran de manos de Ancizar para entrar bajo la custodia del Ministro britdnico, sin parar mien- tes en que, manifestando desconfianza del Encargado de Nego- cios granadino, huraillaban tambien d Nueva Granada. Este proceder escandaloso sorprendio al mismo Encargado de Nego- cios de S. M. B. senor Sullivan, y el representante de los Estados Unidos, senor Clay, apreciador de la intachable probidad y caracter elevado de Ancizar, manifesto el mayor asombro por tan insolito procedimiento ; no pudiendo comprender como un Gobierno, ajando sin motivo d su representante, menoscabara de tal manera la dignidad de su nacion. Ancizar entrego estos vales, que el Gobierno granadino no creia seguros en sus manos, y que explicitamente por notas al Encargado de Negocios de S. M. B. y al Secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno peruano destinaba, despues de cubrir la acreencia de Jaime Mackintosh, en su totalidad al pago de acreedores britdnicos. Pasados algunos meses el Ministro ingles manifesto d Ancizar por una nota que no podia continuarcon taldeposito, si no ledaba facultades para transmitir los vales depositados d los acreedores de la deuda exterior granadina en Londres Ancizar le respondio afirmativamente. Por este procedimiento hicieron gran ruido de voces contra el, diciendo ora que se habia excedido de sus facultades, ora que habia obrado con una suscep- tibilidad intempestiva, llevando la algazara hasta el punto de encausarlo de oficio la Corte Suprema. Ancizar manifesto en documentos impresos, que el publico conoce, la injusticia y pasion con que se le hacian semejantes cargos, y su reputation de negociador hdbil y probo manejador de dinero, no perdio un dpice ni con la vocingleria de sus enemigos, ni con el juicio de la Corte Suprema. Dire algo sobre la materia, por si esta biografia fuese leida en otros paises donde no conozcan las publicaciones de Ancizar. 398 EMIEO KASTOS El cargo principal es, que debio haber recibido y conservado en su poder los vales a disposition del Gobierno granadino, en vez de autorizar para que fuesen enviados directamente a la comision de acreedores ingleses. Abona el procedimiento de Ancizar : 1.° Que el Gobierno granadino, por palabras solemnesque no admitian embrollos ni chicana, se habia comprometido, despues de pagar el credito de Mackintosh, a destinar la tota- lidad de la deuda peruaDa al pago de la acreencia inglesa, por deuda exterior. 2.° Que, tratandose de la eoritingencia (se temia entonces) de que el Ministro britanico embargase los vales por cuenta de los acreedores, el Gobierno granadino dijo oficialmente a Anci. zar " que el tal embargo, en rigor, no significaria cosa alguna, puesto que dichos vales estaban destinados & cubrir creditos britanicos." ) 3.° Que por infidencia 6 corruption de algiln empleado de alguna Secretaria, dos veces instrucciones reservadas que se mandaron a Ancizar fueron entregadas en copia al agente de los acreedores ingleses en Bogota, quien las remitio al Encar. gado de Negocios de S. M. B. en Lima. Estas instrucciones, que yo conozco, aunque nada indelicado contuvieran y ema- naran de interes patriotico, se prestaban eso si k interpretaciones apasionadas, que ponian a Ancizar en sus relaciones con el Ministro britanico en una situation bochornosa, y lo obligaron indirectamente a no oponer obst&culos cuando se le pregunto si consentia que los vales se mandasen & Inglaterra por cuenta de los acreedores. 4.° Que no se le dieron instrucciones, aunque hubo tiempo bastante para ello, sobre lo que debia hacer en la eventualidad de que el Ministro ingles no quisiera continuar con el deposito : ni se le dio aviso de que los senores Baring Brothers fueran banqueros de la Republica, para entenderse con ellos ; no teniendo otra norma de conducta sino las repetidas y solemnes palabras del Gobierno granadino, que destinaba la totalidad de los vales sobrantes al pago de acreencias inglesas. 5.° Que autorizando entonces para que los bonos fueran enviados a Inglaterra, por cuenta y riesgo de los acreedores, no hizo sino respetar la voluntad explicita del Gobierno granadino : ya porque este habia ofrecido repetidas veces los vales a los acreedores ingleses ya por su manifiesto y clarisimo deseo de AETICULOS ESCOGIDOS 399 que dichos vales no permaneciesen en las memos insegums de Ancizar. Recibir los bonos despues de semejante ultraje, hubiera sido declararse absolutamente falto de pundonor y delicadeza. Pues, aunque algunos dicen que el diplomatico debe ser una maquina impasible sin nervios ni corazon, dudo mucho que haya ningiin hombre pundonoroso en nuestro pais que hubiera obrado de otro modo, aun sabiendo, lo que no pudo saber Ancizar, que con tal procedimiento se perderian algunos pesos. En realidad la Repiiblica no podia perder, como no perdio, pues al enviar los bonos a, la comision de acreedores se sobreentendia que esta debia ponerse de acuerdo con los agentes del Gobierno granadino para arreglar el modo y forma de su derinitiva adjudication ; antes bien se ganaron $45,000, que habria costado la comision de deposito y gastos de seguro hast a Inglaterra. A pesar de que el Procurador General de la Nation, Sr. Florentino Gonzalez, informo dos veces que no habia cargo alguno contra Ancizar, laCorte Suprema locondeno . . . a doce pesos de multa ! reagravada con un apermbimiento ridfculo, manifestando las palabras de la sentencia, que no decidio la imparcialidad ni la justicia, sino la mente obcecada de un enemigo politico. Durante el curso de sus negociaciones diplomaticas Ancizar pidio varias veces sus letras de retiro, deseando con ardor volver a los humildes y silenciosos trabajos de la Comision Coro- grafica, y recordando con deleite los bosques de la patria. Pero estimando importante su pre;-enciaen el extranjero, instaronle con afincamiento todos los miembros de las Administraciones liberales que continuase en sus tareas diplomaticas. A conse- cuencia de la bofetada que le dieron, luego que las influencias conservadoras dominaron en el Gabinete granadino, renuncio terminantemente el destino que ocupaba. A principio de Mayo de 1855 recibio sus letras de retiro y abandono las playas peruanas, dejando en las Republicas del Pacifico recuerdos lion- rosos como escritor y diplomatico, simpatias universales y amistades ilustres. Oigamos como despues de retirado An- cizar se expreso la prensa de Limn: 400 EMIEO KASTOS EL SENOE MANUEL ANCIZAE El vapor que ha salido hoy del Callao para Panama conduce a su bor- do al seiior doctor Manuel Ancizar, que regresa a la Nueva Granada, su patria, despues de haher residido largo tiempo en Lima en calidad de Mi- nistro Plenipotenciario de aquella Eepiiblica cerca del Peru, cargo que al venir a esta ciudad acababa de desempeiiar respecto de la Eepiiblica de Chile. Es tan grande el merito de este distinguidisimo hombre de Estado, son tan sobresalientes las prendas que le adornan, y es tan viva la estima- tion que por entrambas causas nos inspira y nos ha inspirado siempre, que no podemos dispensarnos de decir algunas palabras acerca de el en esta ocasidn, a pesar del convencimiento que nos asiste de que su modestia sufrira mucho cuando lea estas lineas, si es que alguna vez llegan a sus manos. El seiior Ancizar ha realizado para nosotros el tipo que teniamos for- mado del verdadero republicano, por el corazdn, por la conducta y por la inteligencia. Su republicanismo no consiste en ese acopio insustancial de generalidades, en esa charla esteril, verbosa y aprendida en alguna parte, que distingue a muchos corifeos de la democracia, que se apasiona- ron de la libertad por lo bello y sonoro de las frases que con esta palabra se podian construir, y que se ostentan como sus apdstoles, por lo intere- sante de tal papel ; lejos de eso, el republicanismo del seiior Ancizar es el resultado definitivo de sus largas meditaciones sobre las ciencias sociales, sobre los hechos que la historia presenta, sobre los que recientemente se ban consumado, y los .que se consuman, en paises distantes de nosotros, y a, nuestro derredor. El ha aceptado todas las dificultades que se presenta- ban al sistema liberal, se ha planteado a si mismo todas aquellas que al- canzaba que se le podian presentar, las ha estudiado todas profunda- mente y de buena fe, y felizmente el resultado ha sido siempre favorable a las instituciones republicanas. El sistema republicano no existe en el cerebro del seiior Ancizar parcialmente, truncado d imperfecto, como su- cede con la mayor parte de los que siguen un sistema politico cualquiera ; existe entero, completo, vivo, armdnico y perfectamente ajustado y mon- tado, como una gran maquina d una armazdn grandiosa a la que no falta ninguna de sus piezas ; es un edificio completo y acabado, con su base, su cuerpo y su cuspide. Presentad al seiior Ancizar cuantas dificultades hayais encontrado en vuestras meditaciones sobre la Eepiiblica, oponedle las objeciones que se os ocurran contra su sistema ; el halla inmediata- mente respuesta para todas, y sus respuestas son siempre las mas confor- mes con la dignidad del hombre, las mas acordes con el progreso de los pueblos, y estan siempre llenas de esperanza para la humanidad en el porvenir. Ha agitado tanto en su mente, y tan a fondo, todas las cuestio- nes politicas, se ha familiarizado de tal manera con este linaje de estu- dios, que ya el edificio social se destaca completamente ante sus ojos, y, cada vez que quiere, puede abrazarlo tranquilamente de una sola mirada. Una vez formadas sus convicciones politicas, el senor Ancizar, que afortunadamente habia recibido en su primera ihfancia una alta educa- cidn moral, se propuso mantenerse siempre fiel a sus principios, y su re- solution no ha flaqueado jamas. Entre todos los hombres piiblicos de la Nueva Granada, tan notables sobre todo por su honradez, apenas habra alguno tan honrado como el seiior Ancizar, y esta es la razdn por que ni su partido ni el contrario, que le tienen en mucho, le estiman sinembargo tan altamente como debieran. No hay uno solo de los actos de la vida ARTfcULOS ESCOGIDOS 401 ptiblica d privada del senor Ancizar que se halle en desacuerdo con los principios que profesa, lleno de legitimo orgullo y de noble ufania repu. blicana. Por su recti tud, por su austeridad, por su sinceridad y su entusiasmo, el senor Ancizar nos ha parecido siempre un republicano de los antiguos tienipos completado con las luces de la civilizacidn moderna. Como particular, el senor Ancizar no es menos estimable. Su vida privada no es mas que la consecuencia natural de sus principios : se ve en ellatoda lallaneza propia del republicano, toda la dignidad del hombre que se estima y que no acepta senores porque se siente libre, toda la cir- cunspeccidn y urbanidad del hombre que respeta profundamente a los demas, porque los estima sus iguales, y la bondad de demdcrata que ve un hermano en todo semejante suyo que padece. Todos sus actos revelan el prof undo respeto y simpatia que profesa al hombre y su deseo de levantarlo y de rehabilitarlo cuando lo ve caido, hasta hacer de el un republicano virtuoso y digno. Como tiene un verdadero me"rito, no procura bajar a si a los mas grandes ; se afana por subir hasta ellos, tendiendo al mismo tiempo la mano a los de mas abajo. Algunos de nuestros lectores, los que no conocen de cerca al senor Ancizar, se sorprenderan, sin duda, de oir semejante lenguaje en nuestra boca, y, sin poderse explicar la causa de este arranque de extraiio e" insdlito entusiasmo, tacharan nuestras palabras de extra vagancia d exageracidn, 6 mas bien juzgaran que ros complacemos en trazar los perfiles de una fi- gura que solo en nuestra imaginacidn existe, revistiendola de todas las ideales perfecciones que sonamos. De ninguna manera. Lo que aca- bamos de decir es, a mas del eco debil de la estimacidn y el afecto que profesamos al senor Ancizar, la expresidn, que hemos procurado hacer fiel, de nuestras convicciones; convicciones que reposan sobre la sdlida base de la larga observacidn y experiencia que hemos hecho de sus cuali- dades ; los que acabamos de trazar no son mas que algunos pocos imper- fectos rasgos de esa noble y modesta figura democratica. Porque, lo vol- vemos a repetir,el seiior Ancizar es para nosotros el tipo, el ideal republi- cano. En medio de todas las decepciones politicas que a veces hemos sufrido, ante el espectaculo de las apostasias que nos han dado frecuente- mente por desgracia los mas ardientes y al parecer mas sinceros soldados de la falange liberal en el mundo, en las dudas con que tales aconteci- mientos oscurecian nuestro espiritu, nosotros hemos evocado siempre el recuerdo del senor Ancizar, y al evocarlo hemos sentido renacer en nues- tra alma la fe en la Republica, en la marcha libre de los pueblos, en la democracia, en el progreso, en el porvenir, en la humanidad. Es muy consolador, inspira mucha fe, al mismo tiempo que un legiti. mo orgullo, el pertenecer al mismo partido, seguir la misma bandera, creer en los mismos principios que profesan y de que se hallan profunda- mente convencidos hombres como el senor Manuel Ancizar. (De El Comeecio de Lima, de 26 de Junio de 1855.) VII A principios de Julio de 1855 desembarco en Panamd, casi arminado por los crecidos gastos que hizo eu Lima para sos- 2 D 402 EMIRO KASTOS tener el decoro de la Legation granadina, encanecido por incesantes trabajos y desvelos, y con el alma herida en lo vivo, pues lo que mas contrista a los corazones generosos es ver re- compensados con la ingratitud sus patrioticos y desinteresados servicios. Despues de haber intervenido en negociaciones monetarias que ascendieron a tres millones de pesos se hallo tan escaso de recursos, que no pudo pagar el pasaje de un sirviente ; y solo y enfermo llego a Bogota en Octubre, donde sus buenos y leales amigos Echeverria le ofrecieron albergue, pan y tra- bajo en la redaction de " El Tiempo " : como tambien tripli- cada y & sus ordenes una pequena suma que habia confiado a su honradez. Poco despues recibio de Panamd el nombramiento para representar aquel Estado en el Congreso, donde fue elegido Presidente de la Camara de Representantes. En este Congreso, siempre con miras patrioticas y nunca impulsado por odios personales, promovio la acusacion de altos funcionarios, por contratos de tierras baldias que el creyo perjudiciales y onero- sos & la nation. Tambien acuso a los contratistas de las salinas, trabando con ellos calorosas polemicas que le atrajeron un duelo. Recibio entonces del extranjero repetidas pruebas de estimation: entre otras, el nombramiento de socio perpetuo de la Sociedad de Geografia de Paris, corporation de sabios muy respetables, en contacto con el Instituto nacional de ciencias. En distintas ocasiones ha sido redactor de "El Tiempo ", tarea que ha desempenado con habilidad y lucimiento. Durante la ausencia del senor Murillo en Santander, hizose notar este periodico, bajo la redaction de Ancizar, por sus estudios con- cienzudos sobre los Estados federates, y sus apreciaciones lumi- nosas de la politica sur-americana. Ancizar es indudablemente uno de nuestros notables escri- tores. Como conoce perfectamente el lenguaje y los asuntos que trata, sus escritos son siempre pulcros, sustanciales y co- rrectos. Nadie en Nueva Granada le excede en conocimientos y solidos estudios. Muchos pueden escribir articulos de perio- dico : el es de los pocos que pueden tratar & fondo toda clase de cuestiones, y escribir libros importantes. Desenganado de la politica, abandonado por muchos que ART1CUL03 ESCOGIDOS 403 antes se decian sus amigos y cansado de la vida errante, se caso el cuatro de Julio de 1857 con la senorita Agripina Samper, bella y entendida joven, que llevo a su hogar solitario grata compaiiia y £ su alma sacudida y desenganada esperauzas, serenidad y amor. Al fin y al cabo la familia es el recurso supremo del hombre. Siendo, como lo es, buen padre y cum. plido y galante esposo, Ancizar no ha hecho mas que seguir el desenvolvimiento logico de su caracter y educaciuu. En su persona, escritos y costumbres notase siempre orden, limpieza y armonia. Su vida, de una moralidad rigurosa, desmiente los cargos que hacen contra el sus gratuitos detractores. Jamas ha cometido una accion villana, y puede levantar la frente & la par de los mejores. Ha trabajado constantemente por perfeccionar su espiritu y corazon, ha combatido por grandes y nobles causas y servido a su pais con lealtad y des- interes. Puede esperar tranquilo la vejez y la muerte, pues ha llenado con plenitud las tres condiciones del destino bumano : trabajar, sufrir y amar. Bogotd, Enero 20 de I860- 404 EMIRO KASTOS CARTA DEL DOCTOR MAKUEL ANCLZAR Senor Don Francisco de Paula Vigil. Lima,l.° de Junio de 1855. Permitame U., mi respetado y querido amigo, que contri- buya con algunas noticias £ completar su interesante opiisculo Paz perpetua en America, ya que al mismo tiempo que U. meditaba en esa materia conferenciabamos tambien sobre el la los tres Ministros de las Repiiblicas colombianas aqui reunidos, y sometiamos a nuestros respectivos Gobiernos un nuevo plan, facilmente realizable, de Paz y Union entre los Estados sur- americanos, el cual disenare a U. y puede considerarse como una modification del que ensayaron con mal exito los Ministros concurrentes al Congreso de Plenipotentiaries reunido en Lima el ano de 1848. Acaso no estara distante el dia en que, movi- dos por un interes comun, y cada vez mas premioso, vuelvan a congregarse los Representantes de Sur-America para esta- tuir sobre el porvenir politico de este continente; y eutonces, leyendo las patrioticas paginas del opiisculo de U., veran cuanto ha ganado con el transcurso de los anos la idea que en Enrique IV de Francia era quizas un proposito ambicioso, en el abate Saint-Pierre fue una inspiracion cristiana, en el Liber, tador BOLIVAR una concepcion digna de su mente poderosa, y destinado a convertirse en hecho historico en esta parte del mundo que ha designado la Providencia Divina para labora- torio de grandes reformas sociales. Todo proyecto de union y acuerdo entre los Estados sur- americanos estd subordinado al previo deslinde de sus respec- tivos territorios, tanto para saber a punto fijo que es lo que en materia de dominio eminente se garantizaran unos & otros y tod os & todos, cuanto para remover la causa itnica de antagonismo en intereses con que tropiezan nuestros Gobier- ARTfcULOS ESCOGIDOS 405 nos. Mientras exista un solo motivo de antagonisms) no serd posible realizar la union y comiin concordia que se desea ver establecida. Felizmente las cuestiones de limites territoriales se refieren todavia & comarcas desiertas sobre las cuales no hay dificultad para que cada cual ceda en sus pretensiones y, despues de examinados los titulos respectivos a la posesion de t le recho, convenga en el trazado de fron- teras que a ningiln Estado perjudique ahora ni en lo veni- dero, y a todos favorezca por afianzarles la salvation de in- tereses mayores y los inestimables beneficios de una solida paz reciproca. Las principales negociaciones de limites tendrdn por objeto el deslinde de la hoya del Amazonas, de la cual son conduenos Colombia, el Peru, Bolivia y el Brasil. Urge anticiparse con este desliude a las graves cuestiones que sobre navegacion del Amazonas y sus afluentes, y sobre colonization de aquellas vastisimas y ricas comarcas, empiezan t. asomar y surgiran en breve con todo el impetu de una nece-;iia indole las pone & cubierto de ser desaprobadas por los Cuerpos legislatives 6. cuya ratification habrian de someterse. Si algo valen los consejos de la experiencia y los avisos cotidianos del peligro que puede sobrevenirnos envuelto en los beneficios aue 412 EMIEO KAST08 se derivaran para nosotros del libre comercio y trato abierto con el resto del mundo parece que el continuar inactivos, im- previsores y sin determinarnos a sacar nobles frutos de nuestra inocente diplomacia, nos constituird, en una responsabilidad tremenda por las complicaciones y amarguras que legare- mos & nuestros hijos, habiendo estado en nuestras manos el legarles la paz del continente y su respetabilidad en el exterior. Me atrevo & creer, mi querido amigo, que estas ideas pueden hallar un lugar en el opusculo que U. tiene dispuesto para darlo a la prensa, sirviendole de noticia sobre la indole de las tareas propuestas por los Ministros colombianos para el Congreso que necesariamente ha de instalarse no muy tarde con el objeto de regularizar las relaciones de los Esta- dos sur-americanos entre si, y de unirlos mediante un Dere- cho publico que les sirva de vinculo comiin. Ojala no me equivoque, y tenga la satisfaccion de haber contribuido en algo a que el noble proposito de U. sea realizado tan completamente como lo desean los sucesores del filantropico abate de Saint- Pierre. M. ANCfZAB. INDICE de Plaza PAGINA ... VII Prdlogo de la primera edicidn Emiro Kastos Estudios sociales.— El Sacerdote catdlico ... Notabilidades contemporaneas. — Rodin ... Alpha La juventud.—Su posicidn en la Nueva Granada Fantasia La coqueteria Mernorias para la Historia de la Nueva Granada, por Jose" A. No hay que desesperar Orden publico L.i imprenta, la inteligencia y la fuerza ... Cartas a un amigo de Bogota. — Carta primera „ „ „ Carta segunda „ „ „ Carta tercera Kossuth. — Politica intemacional de los Eatados Unidos Una noche en Bogota Correria por Villeta y Guaduas Impresiones de viaje Separation del doctor Manuel Murillo del Ministerio .. Cargos hechos contra nosotros, por conservadores y liberales tra profesidn de fe Pobre y rico Costumbres i«,rroquiales en Antioquia.— Mi compadre Facundo El cigarro La situacidn Algo sob re la« mujeres Impresiones eleccionarias Estudios industriales.— Lamineriaen Antioquia.— Articulo primero 140 „ Articulo segundo 147 Teatro 155 — Nues- IX 1 5 11 13 19 24 35 42 46 50 55 61 67 73 77 85 93 97 103 112 123 126 133 137 414 fNDICE Julia Un baile en Medellfn El afio 1855 Teatro ... Teatro PAGINA ... 158 ... 165 ... 167 ... 170 ... 173 Arturo y sus habladurias ... 176 Eecuerdos de mi juventud. — EI primer amor 181 Cartas al Sr. Dr. Camilo A. Echeverri. — Carta primera 191 „ „ „ Carta segunda. — Un paseo por las montafias 197 „ „ „ Carta tercera 204 „ „ „ Carta cuarta ... 211 Un paseo a, Bionegro 219 La mujer fuera del matrimonio 224 En el album de la senorita Maria J. Argaez 232 Cartas al Sr. Dr. Camilo A. Echeverri. — Carta quinta 233 Bogota despues de algunos afios de ausencia ... 239 Los pepitos 244 Vanidad y desengano. — Carta a Luisa 251 Mosaico 257 Antioquia y sus costumbres 262 Recuerdo necroldgico. — El tigre 268 Un recuerdo (a Elias Uribe) 271 Cartas al Sr. Dr. Manuel Pombo. — Carta primera. — La tierra caliente 273 Carta del Doctor Manuel Pombo 281 Cartas al Sr. Dr. Manuel Pombo. — Carta segunda 288 El matrimonio en Bogota 296 Un poco de charla ... 302 Otro poco de charla. — Amigos y amigas 309 Una botella de brandi y otra de ginebra 315 Enfermedades sociales 328 Una aventura en el Magdalena ... 335 Impresiones de un viaje al Cauca 343 Manuel Ancizar (Biografia) 361 Carta del Doctor Manuel Ancizar '. : 404 Terminose la impresion de este libro en Londres, el dfa 4 de Junio del ano de 1885 $ I JlvOftlWw? Crr , rvKSC WBBm ■ ■ ■■■'■• Rw?^ ''■■'■".■"■■;i>--!>' '-,-, •":-:■ r : v:'!--- ■■•'.■;,■;-,■■■ ■■■ .rAi: y.-'jJR ■-<«->,•/ '.■ i .«,i rajflflH ■ •/; i "•«,' 4.