F 2846 ^ 1.. -v^.' S24A3 1889 A S ICSl < 0^5 ■ ■ ■. • ^^=s 1 ^^S 1 1 5 ^^g 8^^ ) 8 ^5 E^^ ^^5 -^ 9 - — ^P .^ ■/ r-e Hl^^ x- ,.x.A ,'y^' K'^- V r V: ■- ^ *t0^ U V %>> THE LIBRARY OF THE UNIVERSITY OF CALIFORNIA LOS ANGELES n 4l>^ -^ r^ ^/k>/ ^ ""^ ^j'"^ ; . ^ v\.>/ -^. •*H^ "A SARMIENTO FEBREyinEini-SEIIElBEE 111)11888 DISCURSOS I'RONbNCIADOS EN LA INHUMACIOX DE SUS RESTOS, EL 21 DE SETIEMBRE DE 1888 Edicion hecha por 6rden del Consejo Nacional de Educacion y bajo el cuidado de la Asociacion de la Prensa BUEiNOS AIRES Imprenta de M. Bikdma, Bolivar 535 I 889 Lf-C. 91 SARMIENTO FEBREHOiyElSll-SEIIElBEniMlSn DISCURSOS PRONUNCIADOS EN LA INHUMACION DE SUS RESTOS, EL 21 DE SETIEMBRE DE 1888 Edicion hecha por 6rden del Consejo Nacional de Educacion y bajo el cuidado de la Asociacion de la Prensa BUENOS AIRES Imprenta M, Biedma, calle Bolivar 535 (nuevo) 1889 CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIOIf A.OUEFM>0 Setiembre 13 de 1888. El Consejo Nacional de Educacion, en sesion extraordinaria, especialmente convocada con mo- tivo de la triste noticia del fallecimiento del general D. Domingo F. Sarmiento, ex-presidente de la Re- publica, a fin de dictar las medidas tendentes a honrar la memoria del ilustre ciudadano, distin- guido publicista, eminente educacionista y primer president e del Consejo Nacional de Educacion, ha resuelto : 1° Que en el dia de manana permanezcan cerra- das las escuelas publicas de la capital en senal de duelo, invitando a igual demostracion a todos los demas establecimientos de ensenanza, publicos y privados. 2*^ Que en el dia que lleguen los restos mortales del general Sarmiento, todos los ninos de las es- cuelas dela capital concurran a recibirlos,debiendo formar dos hileras, desdeel muclle hasta el cemen- 1311 2C 9 4 SARMIENTO terio, e invitando ^los padres de familia para que cada nifio deposite un pequeno ramo de flores so- bre la tumba del ilustre educacionista, desfilando respetuosamente delante de ella. Quedan encar- gados los inspectorestecnicos para tomar, de acuer- do con los C. E. de D., las medidas necesarias. 3° Que el Consejo Nacional de Educacion con- curra en corporacion a la inhumacion de los restos del esclarecido ciudadano. 4° Que se mande hacer el retrato al oleo del se- nor general Sarmiento, para colocarlo en el salon de sesiones del Consejo. 5° Poner el nombre de Escuela Sarmiento cl la escuela graduada situada en la calle del Callao. 6° Repartir oportiinamente a los ninos de las es- cuelas piiblicas un pequeno libro conteniendo los discursos que se pronuncien en el acto de la inhu- macion. Benjamin Zorrilla. Presidente. Federico de la Barra — Benjamin Posse — Carlos Guido y Spano — Felix Martin y Herrera. Julio A. Garcia, Secretario. DISCURSOS Sr. Juan G. Gonzalez Presidente de la Comision popular Paraguaya Senores : La comision popular del Paraguay, encargada de tributar al esclarecido ciudadano argentino D. Domingo Faustino Sarmiento, los honores dignos de sus altos meritos. nos ha conferido la elevada mision de acompanar sus restos hasta la capital argentina, como un homenaje de admiracion y de carino a la memoria de tan eminente republi- co. Cumpliendo, pues, ese sagrado deber, deposita- mos en vuestras manos estos despojos queridos, restituyendolos asi a su noble patria, al magnanimo pueblo en donde recibio las primeras impresiones, que mas tarde se habian de convertir en destellos de civilizacion y de progreso para todo el continen- te sud-americano. El Paraguay hubiera deseado ardientemente, se- nores, tener la insigne honra de conservar tan pre- ciosas y venerables reliquias, erigiendo no a su distinguido huesped, sino a su sabio consejero, a 8 SARMIENTO su sincere amigo, al entusiasta colaborador de su adelanto, un monumento que perpetuase eterna- mente su memoria, con el mismo esplendor con que sus ideas y su afecto ban grabado el agradeci- miento en aquel pueblo; pero comprendiendo que este derecho seria reclamado, con justicia, por su propia patria, se apresura a respetar tan legltimo derecho y d satisfacer vuestros nobles deseos. Pero en cambio el Paraguay conservard las ulti- mas palabras del general Sarmiento, como leccio- nes sublimes, que todos los paraguayos hemos re- cogido en el fondo denuestras almas, con el carino, con el amor y con la veneracion ^ que se hizo acreedor por sus virtudes civicas, y por los rele- vantes servicios prestados a la causa de la Ameri- ca republicana. Sr. Vice-Presidente de la Republica, Dr. D. Carlos Pellegrini En nombre del Sexado Senor Presidente de la Republica : Senores : V Tras el ultimo y supremo combate, Sarmiento entrega su mortal vestiduraala tierra, como el sol- dado antiguo se despojaba, despues de ruda lucha, de su trabajada armadura y de su vieja y buena espada, al caer vencido por fuerzas superiores. Quedale su gloria; ante ella se inclinan todos, y en los campos adversos est^n silenciosas las tien- SARMIENTO 9 das y enlutadas las banderas, mientras el tambor bate el funebre compas. ■—: Todos lo hemos visto, todos lo hemos conocido; era la cumbre mas elevada de nuestras eminencias americanas; el Sol coronaba de luz su sien sober- bia y habia en sus entrafias agitaciones de volcan. Viviendo en su contacto era dificil medir sus pro- poi'ciones y recien al caer derruido por el tiempo podemos apreciarlas, al ver sus fragmentos cubrir medio siglo de nuestra historia, en la extension de medio continente. Cada uno de ellos puede servir para elevar un monumento de faz diversa y materia variada. Hay alii desde elduro granito para levan- tar un baluarte, hasta el grano finisimo, rival del pentelico famoso, en que el artista puede cincelar su obra mas delicada. Sarmiento nada debe d su epoca, ni A su escena. Fue el cerebro mds poderoso que haya producido la America, y en todo tiempo y en todo lugar hu- biera tendido sus alas de condor y morado en las alturas. ■ Nacido hace un siglo, hubiera sido una de las primeras figuras de nuestra emancipacion politica, arriba de Moreno y al lado de Rivadavia. Nacido en el primer ano de la revolucion, ha sida el que vio mas lejos en el porvenir los destinos de nuestra patria y quien mejor comprendi6 los me- dios de alcanzarlos. Ha sido el faro mds alto y mas luminoso de los muchos que nos ban guiado en la dificil senda. , Escritor, orador, legislador, ministro, presiden- te, su labor ha sido vasta y continua. Fue ap6stol y fue soldado, Toc6le por patria, como A todos los de su epoca, inmensa heredadinculta, y aplic6 todo el vi- gor de su alma A abrir en la espesa selva anchas vias ci la civilizacion. Lo hemos visto sudoroso, 10 SARMIENTO apasionado, febril, empunar el hacha del pioneer, abrirse paso al traves del espeso matorral de la ignorancia, destrozando errores, preocupaciones, y al encontrarse en su camino con el arbol colosal de la tirania que cubria a su patria con sombra le- tal, atacar su tronco, herirlo sin tregua ni reposo, hasta verlo caer con estrepito, abriendo en el bos- que inmenso claro, que permitio a un pueblo con- templar el cielo luminoso y aspirar las puras brisas de un porvenir libre. . Su vida fue de accion y de lucha; tenia en su panoplia todas las armas; pero su inteligencia con miisculos de atleta, preferia la maza Iherculea a cuyo golpe terrible saltaba en pedazos la mas soli- da armadura. En todo momento, ya ocupara la mas alta ma- gistratura de su pais, en su banca de senador, ma- nejando la pluma del polemista, en el seno de la intimidad, era siempre el mismo, espontaneo y ge- nial, de pensamiento vastisimo y fecundo, con un soberbio desconocimiento de lo pequeno y del ri- diculo, inmaleable, con un poder de iniciativa nO' igualada y con una energia y tenacidad inagota- bles. V Le faltaban esas cualidades de seduccion que obran sobre el sentimiento delas masas, que carac- terizan a los conductores de hombres y engendran la popularidad. Todo su organismo estaba absor- bido, dirigido, dominado por su cerebro, y podia en ciertos casos no inspirar cariilo, pero imponia siempre admiracion y respeto. En el recinto del Congreso su banca era una ca- tedra, y cuando hacia oir su voz, todos inclinaban el oido atento, en la seguridad de nutrir su inteli- gencia con esa palabra que nunca fue pueril 6 vul- gar. Si la pasion lo agitaba, su elocuencia erator- mentosa; oscuridades imponentes, en cuyos senos- SARMIENTO 11 se sentia agitarse las ideas, se agolpaban formando marco a claridades radiosas, y relampagos ilumina- ban a inter valos el soberbio cuadro. Todo lo que constituye nuestro progreso debe algo 6 mucho a Sarmiento. En su vida laboriosa ha trazado largo y profundo surco en nuestro vir- gen suelo argentino, derramando en el a manos llenas la semilla fecunda del bien. Si alguna se perdio entre espinas y pedregales 6 fue llevada por las aves del cielo, mas feliz que el sembrado del evangelio, la mayor parte cayo sobre tieira fertil, broto lozana y vigorosa y hoy se eleva como ho- menaje eterno a su memoria. ^Cometio errores, injusticias? Tal vez; no lo re- cuerdo. El gran tragico ingles pone en labios de Antonio, ante el cadaver de Cesar, estas palabras desconsoladoras: — ((El bien que los hombres hacen en la tierra, queda muchas veces sepultado con sus huesos» — No. El error (j el desvio de la pasion son hijos de la tierra y el sepulcro reclama todo lo que le es propio. Queda para el alma inmortal todo lo que nacio de la inteligencia 6 el amor, que son las chispas divinas que enaltecen al hombre y lo colocan en el trono de lo creado.. Hoy, en esta ultima Jornada, al pasar sus restos en busca del lecho de su eterno reposo, cruzaran entre filas de niilos que se agitaran y se agolparan para arrojar flores en su camino, y el murmullo de bocas infantiles que es la voz del porvenir, sera el himno mas grato que se eleve a las regiones donde mora su espiritu y compense las fatigas del mas ardiente ap(3^stol de la educacion popular. No habra aldea en la Republica donde no se lea \i\\i\joi'es y s(*renos (|ue toda alma abriga en eso.s monientos supremos. . La tir;\nia sederrumba con la batalla de Case- ros. y el ti'iunfador por excelencia es Sarmiento: (\s (d (^sci'itor mas conocido y popular, el que mils divspicrta la curiosidad publica, y atrae sobre si las miradas de todos. Vieneu d(^spui\s dias nebnlosos para el pais. He- chos (|ue (^st;'»n bajo el juiido de la historia, retar- (l;\n la coustitucion delinitiva de la nacion. Trece provincias se dan una constitucion que la de Bue- nos Aires no acepta. y se da otra distinta. tomando el nombre de estado y quedando asi dividida la re- publica. Sarmiento, sin saber que partido tomar, rotos SARMIEXTO 21 sus ideales, renimcia el cargo de diputado que se le ofrece de uno j otro lado. Obedeciendo a un movimiento elevado y patriotico de su espiritu, de- cide expatriarse, antes que contribuir con actos a autorizar un hecho que el mira con horror — la des- membracion nacional. Sus ((Bases de laConstitucion)), su((Argir6polis)), hace tiempo que ban sido publicados, leidos y co- mentados; pero su autor nada hace, nada puede hacer, desde que, lejos de la patria, sus armas de com bate se enmohecen guardadas, su voz se ha ca- llado, su pluma no desburda. Dado su caracter, esta situacion no puede durar. ^Se combate, y el no pelea? ^Se discute, y el no hal3la? (^^Las prensas conniueven la opinion en su patria, y el calla? ^Es este Sarmiento? debieron preguntarse sus amigos, al ver desmentirse un ca- racter tan probado conio el suyo, en la mitad de la joinada. Rapido reacciona, toma su resolucion, y ya esta de viaje con su programa hecho; desde lejos cono- ce el peligro, y viene a conjurarlo: teme que los partidarios exaltados del estado de Buenos Aires lleguen hasta declarar su independencia, tal vez formando compromisos internacionales que asegu- ren la desmembracion definitiva de la patria. Lle- ga; se une a Velez, Mitre, Gomez y muchos otros y en la prensa, en el parlamento y en los consejos de gobierno, ajusta su conducta a este pensamien- to capital que domina todos sus actos: la union nacional por la paz,, por la guerra, por cualquier camino que conduzca a ella. Esta es su divisa invariable, su punto de mira, que domina su conducta hasta la instalacion del primer gobierno constitucional del general D. Bar- tolome Mitre, que extiende la jurisdiccion nacio- cional desde La Quiaca al Cabo de Hornos, de los 22 SARMIENTO Andes a los confines de Entre-Rios y Corrientes. Entre tanto, el ha sido periodista, ha mostrado el poder de su pluma en la polemica: nadie lo su- pera; es nutrido, ilustrado, poderoso en el razona- miento, original siempre, fecundo cual ninguno. Diputado, senador, convencional, se muestra orador notable por la inmensa variedad de sus co- nocimientos, su poderosa argumentacion, sus ar- ranques patrioticos y el vuelo atrevido desu pensa- miento, cualidades que le proporcionan un notable ascendiente en las asambleas y triunfos oratorios senalados, siendo el mayor de todos, el que obtie- ne al terminar sus sesiones la convencion de Bue- nos Aires. Ministro de gobierno se muestra infati- gable y sus opiniones tienen autoridad y pe.san en los acuerdos. Es, pues, un notable hombre de es- tado, y toma gran parte en la aceptacion de la re- formas sancionadas por Buenos Aires, y proclama- das en la convencion nacional de Santa-Fe, en que se sanciona definitivamente la constitucion actual que impera en la republica. Despues de la batalla de Pavon, es llamado al gobierno de la provincia de su nacimiento, San Juan, y en el, a la vez que termina la obra de la pacificacion interior, ayudado de pobrisimos recur- sos, intenta todos los progresos, inicia mejoras en la administracion, en el municipio, en las costum- bres, en la guardia nacional, fijando con justicia la atencion del pais. Durante su periodo gubernativo surgen al- gunas dificultades con el gobierno nacional: dife- rentes vistas en la apreciacion de las facultades de los estados y el poder central; olvidos diversa- mente interpretados las agravan, y lo inducen a dejar el pais por algun tiempo, pensando con ra- zon que mucho puede hacer en favor de la repu- blica visitando los Estados-Unidos, y trayendolos SARMIENTO 23 comentarios de su coostitucion, sus pr^cticas y sus ensefianzas. Abandona San Juan, donde prontamente es re- cordado, a pesarde haber dejado muchos intereses heridos, muchos descontentos, ya sea por impulsar esa provincia por las vias del progreso, ya por esta- blecer prdcticas y costumbres de buen gobierno, ya por asegurar la paz, y hasta por las propias intem- perancias de su caracter acentuado y elevado, que se excita demasiado con la contradiccion rutinaria e ignorante. Pasa a Chile, sigue al Peru; se incorpora al con- greso americano, y su discurso pronunciado con ese motivo, le merece felicitaciones de hombres tan distinguidos como el Sr. Andres Bello. Pronto se traslada a los Estados-Unidos, donde todo lo ve, todo lo estudia, instituciones, hombres, convenciones, congreso, constitucion, y todos sus estudios llegan consignados en libros, folletos y ar- ticulos que la America latina lee con interes. A esa epoca pertenecen «La vida de Lincoln» . «Las es- cuelas» , y una nueva edicion aumentada de «Civi- lizacion y Barbaric.* Libros animadisimos, muy leidos, bien juzgados, que tocan cuestiones de vital interes, y de palpitan- te trascendental actual i dad. Su autoridad es grande ya, su personalidad esta completamente acentuada dentro y fuera de su pais; Mejico lo ha consultado en una situacion so- lemne, el Peru le ha pedido sus consejos en la ul- tima guerra con Espafia, Venezuela y Colombia lo encargan de cuestiones interesantes para su desar- rollo intelectual. El mas grande dolor de su vida, su mas grande desgracia, asalta por entonces A Sarmiento; no contento con dar su vida entera al pais, le da tam- bien sus entranas, y Dominguito, que es tal vez la 24 SARMIENTO unica ternura que nace cle las raices de su cora- zon, su esperauza y su luz, cae muerto por las ba- lasenemigas enlos estei'os del Paraguay ,en la mas tierna frescura de la prima vera de la vida. Des- pues ha consagrado el noble anciano su recuerdo en un libro lleno de dulces ternuras y de sabiasen- senanzas. Se aproxima el ailo 68. y con el una dura prueba para las instituciones y la firmeza de la organiza- cion nacional: seaproximael cambio de las autori- dades, previsto porlaconstitucion, y el primer presi- dente que ha ejercido su autoridad en toda la repu- blica, cumplido su perlodo administrativo, debe dejar las insignias del mando, depositandolas en las manos del nuevomagistrado que debe elegirse. Entretanto, la situacion es grave. Estamos em- peiiados en unaguerra extranjera, larga y dura, que distrae las fuerzas vivas ^ del pais, dejando en de- samparo el interior, donde los caudillos, con di versos pretextos, encienden la guerra civil. Las desinteligencias surgen, se duda de los me- dios efectivos de que el pais pudiera disponer para mantener el orden pubhco. y hacer la trasmision del mando en paz y libertad. Alguien pronuncia el nombre de Sarmiento, que esta a miles deleguas de nosotros, que no ha actuado en las cuestiones politicas de los ultimos afios, que no tiene amigos ardorosos a quienes el propiointeresexalta y alien- ta, que no sabe seducir las masas, que no toma pa- ra nada en cuenta sus demostraciones amistosas u hostiles,y en el acto todo viene a quicio, la confian- za renace, porque ve claramente que una inmensa mayoria apoya su candidal ura y el veredicto que sale de las urnas confirma el voto popular, eligien- dolo primer magistrado de la nacion. Hecho imi- co, sin ejemplo en la historia de la America latina. Viene laureado de doctor por la universidad de SARMIENTO 25 Michigan, y magistralmente toma posesion de su asiento de presidente de la repiiblica, trayendo las experiencias y las doctrinas americanas, cuya apli- cacion ensaya, sin las reservas requeridas enaten- cion al moniento historico en que han sido practi- cadas en los Estados Unidos. Su gobierno es notable bajo muchos conceptos, yno puede dudarse, aun ensuseiTores,si los hubo, ni del patriotisnio que lo alienta ni de la sinceridad de sus intenciones. Impulsa al pais a todos los progresos de la vida europea, ferrocarriles y telegrafos, escuelas, biblio- tecas. traducciones numerosas de libros america- nos, son la obra cuotidiana. Establece la academia de ciencias v el observatorio astronoraico. dirinri- dos por sabios que hace venir de Europa y Norte America, senalando asi,por sus esfuerzos en favor de la ciencia un puesto culminante a la republica entre las naciones empeiiadas en la lucha por el progreso humano. Dafirmeza a la autoridadque inviste, ven- ce y desarma a los liltimos caudillos, termina la guerra exterior y ensancha los horizontes de la pa- tria, cuyas puertas quedan abiertas a todas las in- fluenciasbeneficasdela inmigracion, de la introduc- cion de capitales y del espiritu de empresa: la inmi- gracion atiuye, las rentas se duplican, la exposicion de Cordoba revelasuspropias fuerzasalpais; parece, en fin, comomeescribiaundistinguidocaballero, que D. Bernardino Rivadavia, despues de una noche de 50 anos, se hubiese despertado y hubieratoma- do la direccion de los negocios publicos. Un espiritu eminentemente nacional campea en todos sus actos, y los documentos oficiales de su go- bierno llevan el sello de su originalidad ingenita, de su^^ilo poderoso y de su.privilegiada inteligen- Levanta tempestades a su paso, pero el no se in* 26 SARMIENTO timida; la prensa lo toma por bianco de sus iras, pero el no calla; muchos de los amigos de la vispe- ra lo abandonan en la mitad del camino, pero el no desfallece: varon fuerte, nada teme, no vacila; tie- ne un programa trazado por treinta anos de vida publica, y lo cumple. Deja el gobierno y el respeto publico lo rodea; San Juan loenviaal senado, donde campea la auto- ridad de su palabra elocuente; recibe el grado de general de la nacion y renuncio A continuar. La frondosidad de la vida de Sarmiento me extravia, y multiple, me hace olvidar que tengoque conside- rarla principalmente bajo otra faz. Nada he dicho del educador, del propagandista, del apostol, y debo hacerlo porque, senores.al lado del hombre de estado, del orador, del periodista, del literato, del luchador, si me es permitido hablar asi, hay otra persona en Sarmiento, tan fecunda como aquella y mucho mas simpatica: el ap6stol de la educacion. Principia en San Juan desde maestro, y funda escuelas; pero mds que maestro es propagandista: habla de civilizacion, de progreso, de educacion y libertades, cosas que no est<\n en armonia con las ideas de los que mandan ni con la dureza de los tiempos. Las persecusiones no se hacen esperar, y si no lo persiguen y destierran, es evidente que el hubiera dejado su pro vincia natal, donde la atm6s- fera no tenia el aire que necesitaba el alma de Sar- miento. Pasa a Chile, se hace maestro, y tiene es- cuela, sin desatender A sus variados trabajos ni su propaganda obligada. A la par de sus escritospo- liticos, difunde sus ideas sobre educacion, y desde ent^nces senala lo que es nesesario para desenvol- verla en todo pais: renta propia, maestros ilustra- dos, vida independiente, impulsando asi el progreso de aquella nacion que hoy se asocia d nuestrodue- SARMIENTO 27 lo nacional, dando su bandera para cubrir estos restos, y ofreciendola con palabras elocuentes de respeto, gratitud y carino. Persuade con su predicay obtienealgunas medi- das favorables: el gobierno de Montt, que esta con- vencido de la necesidad de dar bases firmes a la educacion comun, pide al congreso desupaisendos ocasiones, recursos suficientes para acometer la obra, sin obtener resultados favorables, tal vez no por falta de buenos propositos, sin6 porque los pe- queiios recursos que forman la renta de la nacion, son exigentemente demandados por necesidades que, si no son mas urgentes y trascedentales, son de interes m^s active y actual. Sin embargo, no se desalienta; funda la escuela normal de Valparaiso, la primera que se establece en Chile de su importancia, y lo que es mas, la primera que se establece en la America latina de esta clase, y que lleva todavia el nombre de Escue- la Sarmiento, en su homenaje. Seguramente ella ha dado los ilustrados profeso- res que dirigen la educacion de los ciento veinte mil ninos que frecuentan las escuelas de Chile, y la dirigen bien con arreglo ^ los sistemas moder- nos que la facilitan, mejoran y ensanchan, pudien- do preguntarse sin extraneza que influye mas en la riqueza e importancia de esa nacion, si el pro- ducto de sus minas, 6 el de su escuela normal en cincuenta anos de existencia. ^Le falta un buen metodo de lectura? 61 lo es- cribe; ^quiere dar un libro de lectura, instructivo y moral que este al alcance de los ninos? traduce ((El por que de las cosas)) y la ((Vida de Jesiis)) : el se d^ tiempo para todo: necesita un 6rgano pa- ra propagar sus ideas sobre difusion dela ensefian- za, y funda y redacta El Monitor y la Educacion Popular. jQue pasmosa fecundidad, cuanta labor 28 SARMIENTO en esta vida, que mas que la de un hombre, pare- ce la de muchos! Ya ha sobrepasado a todos en esta materia, es miembro de la facultad de humanidades, y nadie lo supera en autoridad cuando de enseilanza se trata. Viene a su pais y su accion es fecunda, larga, variadisima. Encuentra algunas escuelas piiblicas en la ciudad de Buenos Aires, cuyo estado no quie- ro describir, bajo el patrocinio y direccion de la dignisima Sociedad de Beneficencia: predica la re- forma, denuncia los errores,senala las deficiencias, y concita todas las iras sobre su frente, de la pren- sa, de las sefioras, de todos, porque sostiene que la administracion y direccion superior de la enseiian- za no es del resorte ni de la mision de la mujer, y despues de muclio batallar consigue que se cree la Direccion de Escuelas, puesto que el solo puede lle- nar con competencia y al que es llamado con el ge- neral aplauso de las personas mas distinguidas. Ha pasado muchos dias enPrancia en una escue- la normal; conoce sus secretos y su importancia, las erogaciones y elementos que ella demanda, y deja para mejores tiempos la tarea de fundarlas. Contentase con crear la escuela superior de la Ca- tedral al Sud, donde acumula los mejores bancos, mapas, maestros, libi'os que consigue, y no desde- na un solo resorte para atraer la atencion piiblica y despertar el interes de todos por la escuela. Ayudado por los vecinos de la Catedral al Norte, levanta un edificio escolar en esa parroquia, y da a la fiesta de su inauguracion la solemnidad y los honores de un acontecimiento americano. El tenia su teoria. que explica muchos de sus actos: el me lo decia hace tres 6 cuatro anos en una carta que conservo.... ((Es teoria mia, doctrina mia, siempre (( lo fue, de que la educacion no se difunde en las (( escuelas, sino en el animo del pueblo, y esta lur SARMIENTO 29 « cha que sostengo a designio, le ha de facilitar su « tarea, dandole colaboradores, y ha de darle los « medics de agrandar su esfera deaccion.)) Gobernador de San Juan, deja alh recuerdos imperecederos, pues a mas del impulso que da a la educacion comun, la organiza y dota de uno de los mas hermosos edificios que embellecen la capital, y aun ausente dirige sus consejos y sus ideas, que son recogidos y esL-uchados en toda la repiiblica, aunque parsimoniosamente aprovechtidos. En todas partes donde llega y una fiesta relacio- nada con la educacion publica tiene lugar, el es el orador obligado: si alguien le escribe 6 consulta, el ss cree en el deber de contestar. Cuando quiero reunir sus escritos, le vence la dificultad de encon- trai'los, tantos, tan variados son, y por tantas par- tes esparcidos. EncLientra a Jose Pedro Varela en sus viajes, y lo decide a dedicarse a los arduos trabajos de la di- fusion y perfeccionamiento de la instruccion, y Va- rela sehace apostol y opera la mas fecunda revolu- cion de las muchas por que la repiiblica vecina ha pasado. ^^A cuantos como a Varela, no ha indicado el camino de su grande y a veces glorioso porvenir? ((Las escuelas)) y ((Ambas Americas)), libro el pri- mero, revista la segunda de estas publicaciones, son predica escolar en grande escala, dirigida a toda la America, y es conjusticia que Caracas, Val- paraiso, Mendoza, Tucuman y hoy Buenos Aires, ponen al frente de sus grandes monumentos escola- rcs el nombre de Sarmiento. Viene al gobierno de la nacion, encuentra en su ministro de instruccion publica uncolaborador con- vencido, v funda a mas del observatorio astrono- mico y la academia de ciencias de que ya he habla- do, el colegio militar, varios colegios nacionales de educacion secundaria, diez escuelas normales diri- 30 SARMIENTO gidas por profesores americanos, que hace venir de Estados Unidos y otras partes; presenta y se san- ciona la ley de subvenciones el ano 71 , que lleva a los gobiernos de provincia, a los municipios, a los mas apartados lugares el auxilio poderoso de la na- cion, para difundir la ensenanza, anticipandose a los Estados Unidos, diesciseis anos, en la adopcion de este sistema importantisimo, sin el cual no habria la repiiblica podido conquistar, como lo ha conse- guido, el primer puesto en la America latina. La ley de bibliotecas populares da origen A que se fun- den por centenares y se difunda el libro, y con el la lectura en ciudades, villas y aldeas. Y aqui me detengo porque esnecesario terminar: he preferido la narracion sencilla de los hechos al comentario animado, pues he pensado que aquellos bastan y sobran para justificar estos honores ex- celsos que el pueblo, el gobierno y algunas nacio- nes americanas le tributan, asociandose a nuestro duelo y prestando sus banderas para cubrir con la nuestra sus restos mor tales. Se siente morir, y pronuncia su ultimo discurso en la fundacion de una escuela: hasta la voz le falta ya. Pasa en revista sus trabajos que se tra- ducen en hechos en America v en su patria, y con el recuerdo de esta, a que asocia seguramente el de estos rosados enjambres que simbolizan el porve- nir y van a cubrir su tumba con sus bendiciones y sus flores, mira al cielo y muere dulcemente como el heroe griego — celumque aspicit et dulcis moriens reminiscituy^ Argos. Que sus venerados restos descansen en paz, que su vida sea ejemplo y ensenanza, y que su espiritu se eleve ^ Dios, que seguramente recompensa y acoge en su seno a tan esclarecido obrero del pro- greso humano. SARMIENTO 31 Sr. Ministro del Interior Dr. D. Eduardo Wilde Senores: ((Tal vez no encuentren un sepulcro mis viejos huesos en mi patria)), decia el general Sarmiento en los ultimos meses de su vida, abriendo su co- razon a sus amigos. Si le fuera dado en este momento incorporarse en su feretro, repudiaria arrepentido sus injustas palabras y su grande cabeza volveria a recostarse, acomodandose para el reposo eterno, adormecida por los halagos del homenaje nacional que se le rinde. Lejos de su tierra, en tanto que buscaba el des- canso para su cuerpo quebrantado, la muerte lo abati6. No rodearon su lecho de agonia los anhe- los de sus conciudadanos, ni cerraron sus ojos las manos de sus constantes admiradores; — pero la nacion entera ha extendido los brazos para recibir las reliquias de sus despojos. La onda de la revolucion meci6 su cuna, alii en los principios de nuestra independencia; su infan- cia y su juventud tuvieron por escenario comar- cas sacudidas por los trastornos de la lucha; su virilidad siguic) los conflictos de la guerra, y su edad madura conto sus dias por los momentosan- gustiosos de la patria. Lleva al morir el consuelo de ver su pals pros- pero, organizado y poderoso, y su conciencia sa- tisfecha le mostrara las conquistas alcanzadas con el concurso de su grande inllujo. 32 SARMIENTO Hombre de combate v de progreso, no tuvo des- fallecimientos ni temores — mezclo su suerte a to- dos los acontecimientos de la republica; — dioles impulso cuando comenzaron sin su anuencia, — 6. los hizo brotar con su espiritu batallador e infati- gable. No nacio Sarmiento para la placidez y la ternura aunque no faltaron en su vida situacionespateticas, ni fueron extranas a su gama las notas melanco- licas y sencillas del sentimiento delicado; su fuerte corazon se dejaba conmover de preferencia por los altos destinos de su tierra, y su cerebro vigorosa- mente organizado dedico mas bien su pensamiento a las arduas cuestiones de su tiempo. Debele la republica el liaber reivindicado como Presidente el principio de autoridad del cual hizo su doctrina en el mando, ensenandola a los pue- blos desde las eminencias del poder y practicando- la con teson en las esferas del gobierno. Su ambicion fue el orden, su fantasma la anar- quia y su intensa preocupacion librar a los argen- tinos de caudillos y demagogos, para los que no tuvo piedad ni perdon. La atmosfera politica tiene sus rumores sordos que anuncian la tempestadproxima a estallar, 6 los estremecimientos de la tormenta ahogada. Sar- miento los oia, en las capas inferiores de una po- blacion sin tradiciones. y comprendiendo que de alii provendria todo peligro, mantuvo ardiente su propaganda formidable contra todo aquel que osara levantarse para derrocar la autoridad constituida, en nombre de derechos ilegitimos, alimentados por la ignorancia y la barbaric de los campos, 6 fo- mentados por la ensimismada altaneria de las ciu- dades. Como los hombres eminentes de la Prusia, com- preudio que la educacion del pueblo era la palanca SARMIENTO 33 poderosa de su engrandecimiento y, unico maes- tro que no fue jamas discipulo, hizo de la escuela el elemento primordial del orden publico y la base inconmovible de la regeneracion social. No acordo solamente a la ensenanza su medita- cion y su saber: le consagro lo mejor de sus bo- ras, y consiguio amalgamar la esencia de su sercon los procesos de la educacion primaria. No fue disciplinado ni metodico en su trabajo por el bien del estado; pero sus actos determinaron siempre corrientes impetuosas que prodiijeron in- legables beneficios. No deja como Alberdi una doctrina sistemada de 'organizacion polltica, — ni como Velez Sarsfield un monumento juridico, — ni como Avellaneda las ba- ses de la legislacion sobre tierras; pero su activi- dad siempre fecunda engendro un conjunto mas trascendental y mas valioso, pues no hay institu- cion, reforma ni accidente de^la vida democnitica que no contenga rasgos dp-*gu^enial talento y de su incansable energia. Poseido de si mism(5^ tuvo tan grande aprecio por sus dotes, que fuera atrevimiento ante sus ojos desconocerlo 6 moderarlo. — Hombre de esta- do, con sedimento propio, no aprendia — ensena- ba. Sus constantes y selectas lecturas le permi- tian asimilar la ciencia humana; pero las ideas al pasar por su cerebro, se adaptaban a su indole, se transformaban y adquirian los tonos de su brillan-, te y animosa originalidad. Su literatura era aut(3noma y personal; abstrusa, enmaranada, viril y majestuosa, como la vegeta- cion de las selvas escondidas en que los arboles completes se entrelazan con las lianas a las male- zas. Los documentos publicos debidos a su pluma, sus discursos parlamentarios, sus arengas inaugu- rales y sus escritos en la prensa, que representan 34 SARMIENTO la produccion de cien pensadores, revelan los re- cursos de su genio. Sus obras meditadas contie- nen paginas hermosas en que campea el deleite y el buen gusto; algunas de ellas son modelos litera- rios que no ban sido, por cierto, superados. En la ruda polemica, sus frases despiadadas, a manera de moles de granito movidas por titanes, caian sobre el campo de la lucha, destrozando ad- versarios e inocentes, en tanto que el como una esfinge, recibia los proyectiles lanzados a su cabe- za, sin que jamas le hirieran. En el cuadro de mi discurso, no cabe su retrato. Ninguna alocucion que pronunciara estaria a su medida. Sarmiento es una gloria de la republica. Cuan- do pasen los anos, y la historia, a la par de la le- yenda, liable a las generaciones futuras, descri- biendo su colosal figura; cuando el soplo de los tiempos lleve en sus alas el nombre venerado de este ilustre ciudadano, diez millones de argentinos lo repetiran con entusiasmo, y la patria que, como la religion, tiene sus santos, colocara en sus al ta- res la efigie del hombre que supo ilustrar su epoca y su pueblo con los destellos de su potente inteli- gencia. El gobierno argentino tributa hoy los merecidos honores a su memoria, y el presidente de la repu- blica, que asiste a sus exequias, lo recomienda^ la gratitud de sus conciudadanos. SARMIENTO 35^ Dr. Aristobulo del Valle POR LA PRENSA ARGENTINA «Es la humanidad una tierra du- ra 6 ingrata que rompe las manos que la cultivan y cuyos frutos vienen tarde, muy tarde; cuando el que esparci6 la semilla ha de- saparecido.)) Sarmiento-1845. Sefiores: Quiza hubiera sido preferible rodear de solemni- simo silencio el sepulcro de ese hombre excepcio- nal: nuestra palabra poco agrega a la majestad del homenaje querecibe su memoria en este momento, porque el duelo causado por su muerte ha salvado las fronteras de la patria y alcanza ya las propor- ciones de un acontecimiento americano. Por otra parte, es dificil llegar a la justa medida del elogio y detenerse en ella. El que conoce los sucesos, de- cla Pericles en una situacion analoga, encontrara que el orador no ha estado a su altura ni ha expre- sado bien todo lo que se queria; y el que los igno- ra pensaria que el elogio es exagerado porque los hombres desconfian de lo que no son capaces de hacer. Y (i,quien podria abarcar, en la breve ora- cion que las circunstancias imponen, tan grande personaje y tan larga vida, ni mucho menos satis- facer el anhelo publico que quisiera ver aparecer de jiuevo, evocada por la elocuencia, esa figura carac- teristica y representativa de la civilizacion sud-ame- ricana? Los sentimientos colectivos necesitan ex- pansion y buscan su interprete; pero, muerto Sar- 36 SARMIEaSfTO miento, ^quien entre sus contemporaneos seria capaz de proseguir y terminarlahistoria portentosa que comienza en los Recuerdos de Provincial En lo que a mi se refiere, honrado con la doble representacion de la Asociacion de la Prensa y de la comision popular que ha tornado la direccion de esta grande manifestacion publica de respeto y de admiracion hacia la memoria del ilustre anciano, cumplire el deber que he aceptado recordando algu- nos rasgos mas salientes de su vida publica. En Sarmiento se fundia de tal manera el pensa- dor con el hombre de accion, que no hay posibilidad de clasificarlo en una u otra categoria exclusiva- mente. Sus ideas brotaban con aliento de vida, y apenas enunciadas, se las veia tomar cuerpo, en- carnarsey convertirse en accion personal 6 social: su obra inmensa de propagandista, innovador en la primera edad, cuando era necesario arrojar el pais en las corrientes de la vida moderna, y seria- mente conservador cuando esta evolucion se reali- z6, revela en todo momento la inspiracion de una mente altisima. Constantemente ocupado de la suerte de su patria y de los destinos de la Ameri- ca, su pensamiento no se extravio jamas en los es- pacios vacios de la metafisica pura: era un expe- rimentador que hacia sus investigaciones sobre la carne viva de su propia nacion, sometido siempre a la influencia emocional del patriotismo, pero de un patriotismo tan levantado que a veces se con- fundia con el sentimiento humanitario. Descubri6 el primero que la causa de nuestros histcjricos tras- tornos resiclia en la barbaric de las campanas y se hizo el ap6stol de la educacion popular, hasta trans- formar en pasion publica los aforismos doctrina- rios de Rivadavia. Hoy dia, cientos de miles de argentinos saben leer porque el infatigable propagandista logr6 con- SARMIENTO 37 veneer a su pais y a su epoca de que la educacion del pueblo es una funcion eminentemente guber- namental. Sarmiento comenzo su vida publica en tiempos muy duros, cuyo recuerdo va desapareciendo de la memoria de las actuales generaciones, y es nece- sario remover los escombros que ban acumulado los sucesos de medio siglo, para poder medir la magnitud de sus trabajos. Era entonces la repu- blica un pais despoblado y semibarbaro, azotado por todas las tempestades, la guerra civil, la anar- quia, el despotismo, sin medios de comunicacion para los hombres ni para las ideas, pobre y sin habitos de trabajo. San Juan era una aldea se- parada del resto del mundo por los desiertos are- nales que la circundan y por la muralla colosal del Andes. Cuales fueron los antecedentes, como se desenvolvio en aquel medio el grande intelecto de Sarmiento, no es asunto para ser tratado en esta oportunidad. Baste decir que un dia paso los An- des y sin permiso de nadie, sin introduccion algu- na, se apodero en pais extrario del espiritu publico, entro a formar parte de los consejos de gobierno, habl6 a los pueblos de sus grandes destinos e ini- ci6 la revolucion social y politica que da fisonomia peculiar a esta civilizacion sud-americana, que ya se distingue de la del norte por cierto calor de sen- timiento que le viene de su clima y de su cielo 6 que trajeron en la sangre las razas progenitoras. — Desde entonces y hasta el dia de su muerte ha sido la primera figura en el vasto escenario de cuatro naciones que lo cubren con sus banderas. ^Era Sarmiento un hombre de letras? No curso humanidades en universidad alguna; pero su obra literaria vivira en America mientras se hable en ella la lengua espafiola. En los Recuerdos de Provincia hay paginas dignas de Cervantes, y Fa- 38 SARMIENTO cundo es la pintura animada de un estado de civi- lizacion, si tal puede llamarse la epoca en que pre- domina la barbarie: esos libros se leen como el antropologista estudia el documento humano que suele encontrar en las entranas de la tierra para arrancarle la revelacion de la vida de su tiempo : con el interes y la pasion de quien busca los ante- cedentes perdidos de su raza. Pero donde estala mejor parte de la obra incon- mensurable de Sarmiento como escritor, es en la prensa diaria, forma la mas adecuada para sus be- llas espontaneidades, de donde se apartan cautelo- samente los clasicos de todas las epocas, y donde el mostraba sin ostentacion la superioridad incon- testable de su ingenio, su originalidad nativa y su prodigiosa fecundidad. Pero Sarmiento era ademas un orador, un gran- de orador. Lo que no ha heclio con la pluma lo ha hecho con la palabra hablada. Ha pronuncia- do arengas en nuestros parlamentos, que oidas en el foro romano, en los liltimos dias de la repiiblica, habrian retardado la llegada de los emperadores. Como hombre de gobierno ha fundado una es- cuela que alguna vez dara sus frutos legitimes. Recibio en Chile la inspiracion de Portales y apren- dio a gobernar con Montt; visito la Europa entera y vivio largos afios en los Estados Unidos lion el oido abierto a todas las enseiianzas de la vida pii- blica; sus principios de estadista pueden formular- se en dos renglones: autoridad en el gobierno, li- bertades para el pueblo, todo dentro de la consti- tucion y de la ley. ^Para que hablar de su honradez inmaculada? Hace dos meses le oia estas serenas palabras: ((La pureza de los administradores publicos ha sido la tradicion nacional. ^Como se le habia de ocurnr a los unitarios, a Mitre, a D. Valentin Al- SARMIENTO 39 sina, asl c6mo a ninguno de nosotros lo que no se le habia ocumdo a Rosas en veinte anos de go- bierno irresponsable?...)) No hay posibilidad de condensar en forma alguna adecuada a este acto la larga vida del noble ancia- no. La republica no ha dado un paso desde hace 50 anos sin su concurso 6 sin su consejo. Su mano y su accion y su infiuencia se han sentido y estan visibles en todas las manifestaciones de la vida nacional. El fundo en San Juan el primer diario y el primer colegio de ninas; fue el primero en rei- vindicar las glorias nacionales, encarnadas en San Martin; fundo en Chile la primera escuela normal de una y otra America; agito duramente cinco anos el espiritu de dos naciones escribiendo diarios y panfletos que removieron todas lascuestiones de su tiempo: la inmigracion, la educacion, lalibertad de los rios, la supresion de las aduanas interiores, la viabilidad, las cuestiones agrarias, sin abandonar su cruzada en favor de la libertad humana; vuelto a su patria escribio diarios y libros, fundo escuelas, ilumino los parlamentos con su elocuencia y dirigio la politica de su tiempo: llegado a la presidencia de la Republica fundo los colegios nacionales, las bi- bliotecas populares, la academia de ciencias, el ob- servatorio astronomico, el colegio militar y la es- cuela de marina; nadie levanto mas alto que el el principio de autoridad; ningun gobernante respeto como el lalibertad electoral; dentro y fuera del go- bierno se ha ocupado de todos los intereses nacio- nales, de las vinas en San Juan y Mendoza, de la ganaderia en Buenos Aires; a su iniciativa se de- ben los alambrados que dividen hoy dia la propie- dad rural y entre sus viejos papeles se encontrara el certificado de haber sido el primer introductor de los eucaliptus, que cambiarttn un dia la fisono- mia de la pampa y regularizardn las lluvias. Pero 40 SARMIENTO sobre todo esto, esta su accion por la libertad y la unidad argentina. ((Buenos Aires sin la confederacion, decia hace treinta anos, es como la cabeza de un guillotinado: continiia pensando y sintiendo largo rato; la confe- deracion sin Buenos Aires es como aquel ginete que durante el bombardeo por los ingleses, seguia galopando y blandiendo la espada por las calles mu- cho tiempo despues que una bala de canon le ha- bia volado la cabeza.)) ((No soy provinciano, repe- tia, sino como parte de la gran familia argentina: no soy porteno, sino encuanto argentine!)* Nunca, jamas, en ningun momento dejo de ser esencial- mente argentine, y por eso la nacion entera con- curre a su apoteL)sis. Maestro y amigo, descansa en paz despues de tanto trabajar por el bien de tus conciudadanos! Dr. Secundino J. Navarro POR LOS SANJUANINOS Senores : Cumpliendo un deber sagrado, aproximome tam- bien a esta tumba rodeada del respeto y del duelo universal, dominado por el legitimo sentimiento que inspira la grandeza del hombre, la severa so- lemnidad de la muerte y la presencia de esta in- mensa muchedumbre que pide a lapalabra humana condense en formulas precisas el mundo de ideas y de sentimientos que hoy agitan y atormentan la mente y el corazon de todos los argentinos. Un grupo de compatriotas aqui residentes y un SARMIENTO 41 centro de jovenes constituido en San Juan me ban honrado, designandome para hablar en nombre de la patria bien amada del general Sarmiento, de la provincia de San Juan, que al verse privada del mejor y mas ilustre de sus hijos, recibe sobre su frente modesta los resplandores de la gloria que proyecta aquel nombre, aclamado grande por el voto unanime de las naciones que nos rodean y por la voz de millones de hombres, fraternizando en el comun dolor. La provincia de San Juan que tan preclaros va- rones ha producido desde los alboresde la indepen- dencia y que son honra y prez de todos los argenti- nos, debe al general Sarmiento un tributo extraor- dinario y especial de gratitud, no solo por haberla inmortalizado en el libro, en el panfleto, en la hoja volante, sino tambien por el cumulo de beneficios que le prodigo en todo tiempo, por baberla lanzado en las sendas de la instruccion y del progreso, y mas que todo, por aquel amor entrafiable que le profeso basta la exageracion del fanatismo; que no se desmintio ni se extinguio, ni se debilito siquiera ni en la proscripcion, ni en ausencias prolongadas y lejanas, ni en las alturas del poder...^por que no decirlo? ni ante la ingratitud de sus compatriotas que alguna vez le volvieron la espalda, descono- ciendolo, como aquel discipulo a Jesiis, haciendole apurar el amargo caliz de la injusticia de los bom- bres que envenena la vida del patriota, que arran- ca 4 Scipion aquellas crueles palabras de la bistoria y que arroja a San Martin, a Rivadavia, a Alvear y a tantos proceres por los caminos tristes y solita- rios del ostracismo. En presencia de la muerte, sefiores, las reticen- cias son una profanacion y a veces un crimen, y debe bablarse el lenguaje austero de la verdad, so- bre todo alrededor de esta tumba, porqueel bombret 42 SARMIENTO venerable a quien lloramos hizo de ella el evange- lic y el culto de su vida y la arroj6 imperturbable al rostro de los tiranos, de los poderosos, de las colectividades, de pueblos enteros cuando delin- quian 6 se extraviaban, sin cuidarse de las conse- cuencias, despreciando la muerte y los peligros. Ha llegado, pues, el memento de decir toda la verdad, honrando la memoria de este hombre rec- to, porque ha sonado tambien la bora de la repara- cion, y es ent6nces tanto m^s justificada la mision que ejerzo por cuanto refleja la imagen del hijo abriendose paso por entre la muchedumbre para abrazar por ultima vez el cadaver del padre y dar testimonio publico de su dolor, de su gratitud y de aquel amor de la naturaleza que, al confesar el extravio de un momento, estalla en lagrimas de ternurayde reconocimiento. Acaso, senores, aquellas desinteligencias y aque- Uo que aparece como una cruel injusticia no fue sin6 el efecto natural de un choque de caracteres igualmente altivos e indomables, porque ninguno como el general Sarmiento refiejo en mas alto gra- do hasta las condiciones fisicas del pais de origen. Majestuoso y soberbio como las altas cordilleras de su patria; impetuoso y desbordante como los torrentes que se despenan de sus cumbres; incon- movible, resistente, aspero como las rompientes que bordan sus margenes; ardiente, desordenado, como los huracanes que salen bramando por las estrechas quebradas, levantando tempestades que oscurecen la atm6sfera; fecundo, exuberante, ina- go table, como aquel suelo de sus amores; pareco como que la montana, el torrente, la roca, el hurar can, la tierra misma se hubiesen aunado para pro- ducir aquel genio extraordinario. A veces cruza por la mente la idea de que tan privilegiada organizacion hubi^rase formado en el SARMIENTO 43 centre de los volcanes que se agitan en las entra- nas de los Andes, para hacer surgir aquella luz res- plandeciente e inextinguible que solo conducen los inmortales y que asciende con Bolivar a las cum- bres del Chimborazo, con San Martin A las del Aconcagua, para de alii marcar los rumbos, sena- lar los derroteros 4 los pueblos nacientes y empu- jarlos por sendas nuevas, abiertas al porvenir de un mundo. Sarmiento por su accion y por su pensamiento ha dejado de ser el hijo de una ciudad mediterranea y aun el argentine, para transfigurarse, asumiendo proporciones colosales, en la personificacion del pueblo sud-americano que se debate contra sus ti- ranos y por emanciparse del caudillaje, que lucha con su propia ignorancia y con la miseria, rezagos de la colonia, y que en medio de reveses y victo- rias, de apostasias y de actos de heroismo, de luz y de tinieblas, con un mundo embrionario de ideas en el cerebro y un mundo de aspiraciones infinitas en el alma, visliimbrase algo de absolutamente grande que hace presumir la perfeccion de la espe- cje humana en el futuro, surgiendo de este nuevo ^do. Abarcando el problema social y politico de estos nuevos pueblos, salidos de improvise de la colonia a la vida independiente con la clarovidencia del profeta antiguo, Sarmiento se sintio llamado a ejer- cer una mision providencial, y supo cumplirla, merced d su inteligencia privilegiada, puesta al servicio de un gran corazon, convirtiendose en ap6stol de la instruccion piiblica y en el porta-es- tandarte de aquella bandera de los principios fun- damentales del gobierno libre que hizo fiamear por fin en lo alto de la morada misma del tirano y que condujo despues d la victoria contra el espiritu 44 SARMIENTO revolucionario que venia de muy lejos minando la existencia de la republica. Sarmiento senalo, pues, la escuela como el san- tuario adonde debian acudir las nuevas generacio- nes para regenerarse del pecado original de la ig- norancia que traian de sus progenitores, para for- mar ciudadanos aptos para la vida publica, y en cincuenta anos de incesante propaganda, llen6 la America con sus escritog, popularize el libro y con- siguio imponerse al pu^lo con todos los atributos de su personalidad./y^ Por eso todos Ms argentinos de estos liltimos tiempos hemos empezado a conocer el nombre y los altos heohos de Sarmiento al despertar a la vi- da, casi al lado mismo de la cuna, oyendolos de los labios de nuestras madres enternecidas, que nos senalaban a Sarmiento como una especie de genio del bien, profector de la infancia, como el tipo del patriota austero, como un envidiable ejemplo de la mision de un hombre llenada con exceso en la tierra. Por eso tambien hemos visto mas de una vez a riisticos labriegos conmoverse hasta las lagrimas al conducir sus hijos a la escuela, recordando el nombre de Sarmiento, porque la palabray el alma del apostol ban penetrado hasta el rancho aparta- do del gaucho y sacudido su alma ruda para mos- trarle un abismo en su ignorancia, horizontes de felicidad y bienestar en la educacion de sus hijos. Lanzado en las corrientes de la vida publica des- de la prensa, desde la tribuna de las arengas, des- de el sillon del gobernante, habl6 a los pueblos con toda la autoridad de un reformador consciente, con todas las audacias y las intemperancias de un iluminado, y quien recorriera diez afios atrds so- lamente sus articulos de combate en que azotaba SARMIENTO 45 sin misericordia a hombres, a partidos, a gobier- nos, a pueblos en masa, mostrandoles sus pasio- nes, sus deformidades, su carencia de principios, y el coro de invectivas y de murmuraciones que levantaba su valiente actitud y su propaganda, no se imaginaria tal vez que ese mismo hombre se veria hoy rodeado de la popularidad, del respeto y del dolor mas sincero, mas intimo, mas universal que haya producido jamas en la America del Sud la desaparicion de un hombre publico. La explicacion del aparente contraste esta en to- dos los labios, esta en todas las almas. El pueblo descubrio siempre en todos los actos de Sarmien- to la honradez del proposito, la ensefianza saluda- ble, las ideas luminosas y lo que todo lo vivificay lo ennoblece: los sentimientos del alma sincera y ardiente del patriota que busca el bien comun, ar- rostrando por la patria, por la masa, por lahuma- nidad, la impopularidad, el odio y hasta el despre- cio de sus contemporaneos. Senores: Tarea superior al esfuerzo humano se- ria la de pretender bosquejar en un estrecho cua- drolavida multiple y variada del general Sarmiento. Esa vida, en su asombrosa multiplicidad, es la historia viviente de la Republica Argentina, desde medio siglo, confundida aintervalos con lade otros pueblos, debiendo sin duda extenderse su influen- cia a traves del tiempo, sin limite reconocido 6 asignable, porque tal es el raro privilegio del genio. Puede afirmarse, acaso sin exageracion, que en la vida de Sarmiento se encuentra el poema, no escrito aun, de este nuevo mundo y que abarca por uno de sus extremos la epoca colonial y los prelu- dios de la independencia, y por el otro todas las innovacionesy losprogresos que vienen alterando la fisonomla de nuestra raza. En los ((Recuerdos 46 SARMIENTO de Provincia» y en el ((Facundo)) estan esparcidos los temas de sus mas sublimes cantos. Bajo otros aspectos la vida de Sarmiento es una ensenanza, siempre renovada, de los austeros de- beres que el patriotismo impone a todo corazon republicano y parece que el pueblo argentine se apresurara en estos momentos a recogerla al ren- dir esta apoteosis extraordinaria al gran ciuda- dano. Sefiores: Que esa influencia benefica ejercidaen existencia tan larga, y tan bien llenada, se prolon- gue en la sucesion de los tiempos y que la sombra augusta del grande hombre presida desde la eter- nidad, como un genio protector, los destinos de la repiiblica, en toda la extension de la America, y al desenvolvimiento de estos pueblos hispano-ame- ricanos, en paz y en libertad, en marcha hacia la prosperidad y la grandeza, porque tal fue la supre- ma ambicion de su vida. Entreguemos ahora a la tierra sus cenizas, su nombre a la gloria, su ejemplo a los presentes y venideros y que el monumento que consagre su in- mortalidad sea esta tierra americana con sus altas montanas, susgrandes rios, sus planicies dilatadas, eternamente batida en sus flancos por las olas so- berbias del Pacifico y del Atlantico, y el santuario de este nuevo culto el corazon de los buenos, adon- de quiera que sean conocidos su nombre y sus virtudes! SARMIENTO 47 Sr. Pablo Groussac PORLA SOCIEDAD AMIGOS DE LA EDUCACION, DE CORDOBA Senores : En nombre de la sociedad Amigos de la Edu- cacion, de Cordoba, vengo a decir adios al que per- sonifico durante mas de medio siglo la propaganda educacionista en Sud- America; al apostol infatiga- ble que, despues de escribir una obra maestra 11a- mada ((Civilizacion y Barbario) en que se planteaba el problema social argentino, emprendi6 her6ica- mente su resolucion practica y con la espada 6 la pluma, con el diario 6 la escuela, enseno como se amasan y transforman los elementos de la barbaric hasta convertirlos en sustancia de civilizacion. Otros han dicho y diran lo que representa esa figura original y grandiosa en el escenario politico y literario de su pais. Hoy me toca tan solo, como soldado del ejercito escolar que le tuvo por jefe, proclamar una vez mas la eficacia fecunda y dura- dera de su accion educacional. Sarmiento propa- gandista era la fuerza irresistible. Tenia la fe ardiente del apostol y la ferrea voluntad del con- quistador: si, la fe que transporta las montanasy la voluntad que pulveriza los obstaculos. En Chile, en Estados Unidos, en Lima 6 Buenos Aires, se es- cucho durante cincuenta anos la voz persuasiva y autoritaria de ese Pedro el Ermitano de la educa- cion, clamando por ciudades y desiertos, levan tan- do a las muchedumbres para la conquista de la Je- rusalem ideal, para la gran cruzada de la redencion popular. ( Y el espectaculo era imponente 1 48 SARMIENTO Milicia ha sido su vida, hasta en su mision civi lizadora y ((evangelica)). Gastaba energia de guer- rero para su obra de concordia y pacificacion. Inauguraba una escuelacomo si fuera un baluarte — y lo era realmente en su espiritu. Llamaba a la escuela de artes y oficios de Lima, el <(corolario de Ayacucho)). Su discurso inaugural de nuestra Escuela modelo parece la proclama de un general antes de la batalla. Mezcla la persuasion con la invectiva, siempre elocuente y conmovedor cuando defiende su causa predilecta; y con motivo de doc- trinas 6 presupuestos escolares, parece que bajara de un Sinai, envuelto en tempestades, trayendo las tablas del decalogo educacional. Esa gloria de haber contribuido mas que argen- tino alguno a la victoria definitiva de la civiliza- cion, no serA por nadie desconocida ni amengua- da. Es discutible bajo otros aspectos: bajo el de propagandista se impone a la plena admiracion. Su propaganda tenia el impetu prodigioso del torren- te — y por causas identicas : el tambien descendia de la montaiia, y debia su fuerza irresistible a su elevacion sobre el nivel circunvecino. Hase dicho de el en son de critica, que su espiritu era esen- cialmente dominador : sin duda alguna tenia que serlo, puesto que nos dominaba ! Esos caracteres dictatoriales son necesarios en ciertas boras de la historia : como el destino anti- guo, el genio soberano cumple su mision entre los pueblos, conduciendo a los unos y arrastrando a los otros. Nosotros que somos ya la posteridad, sea- mos respetuosos para ser justos; y recordemos que para ciertos grandes hombres, primeras victi- mas de su temperamento colosal, el genio es su conciencia secreta y su primera virtud. Senores: la obra fecunda de Sarmiento no ha concluido con su vida. Habiase esparcido en es- SARMIENTO 49 tos ultimos tiempos la creencia funesta de que la Nacion Argentina, arrastrada en la carrera de su prosperidad material, venia olvidando ya los altos J puros ideales. Hoy venimos a desmentir mag- nificamente esa calumnia y demostrar que el mate- rialismo argentine puede ser una fiebre pasajera y superficial, pero que no estan contaminadas las fi- bras intimas del alma nacional. La gran metr6poli comercial no existe hoy sino para la apote6sis de un ap6stol de la idea : se agrupa toda entera al rededor del feretro de un hombre pobre, de un maestro de escuela, de un escritor! Pues bien, ya que habia de llegar este momento inevitable y fatal, ya que Sarmiento habia tocado al termino de su prolongada y gloriosa existencia, bendita sea su primera hora de inmortalidad, puesto que rasga el velo de nuestros sofismas y muestra al sol de la verdad el alma desnuda de un gran pueblo. La apoteosis de Sarmiento nos ha devuelto nuestra verdadera actitud, es la vindicacion de nuestrobuen nombre ; y asi puede decirse que despues de muer- to ha ganado su mas bella victoria este nuevo Campeador. Sarmiento vivo era grande, pero su marmol estatuario se levantard mucho mas arriba de lo que alcanzara en sus anos de lucha y triunfo, porque cada habitante de la Repiiblica entera ha traido una piedra para su glorioso pedestal. 50 SARMIENTO Sr. Agustin de Vedia POR LOS RESIDENTES ORIENTALES Senores : Los ciudadanos uruguayos que residen en esta ciudad constituyendo en ella un centro social bajo el nombre de Club Oriental, ban tenido a bien de- signarme para que los represente en este acto. Queremos asociar nuestra voz a este concierto universal alzado en honor de D. Domingo Faustino Sarmiento : ese atleta robusto del pensamiento, que aun se esforzaba por mantener la liza, cuando lo ha reclamado la naturaleza, linica que podia apa- gar la llama de su poderoso espiritu. ^Sera necesario decir los titulos que tenia Sar- miento a la consideracionde los Orientales? No son propiamente los del estadista, del politico 6 del go- bernante, sometido casi siempre a las condiciones y leyes de la sociedad en que trabaja, y encerrado en el egoismo, a veces cruel, de las fronteras na- cionales, donde acaban su accion y sus medios le- gales. Son, si, los del pensador y del propagan- dista cuya obra no ha reconocido limites, pues ha esparcido por todo el continente la semilla fecunda de la civilizacion. Admiramos sobre todo en Sarmiento al educa- cionista, no porque el hubiese descubierto nuevas leyes 6 creado metodos y procedimientos especia- les en la ensenanza, sino por haber dado a su pro- paganda una alma, un sentimiento y una pasion; SARMIENTO 51 por haber hecho de la educacion una obra viva y y una arma de combate. El cre6 el tipode la bar- barie para atacarla con mds eficacia, como si pen- sase que estos pueblos con mas imaginacion que ciencia, necesitasen que el bien y el mal se les representasen asi encarnados, para excitar el amor 6 provocar el 6dio. Eso ha hecho Sarmiento, y acaso eso constituya la originalidad y la excelencia de su obra, considerada .bajo ese aspecto. Tienen los orientales otros motivos para honrar la memoria de Sarmiento. Si el no ha pasado en la Republica Uruguaya una larga parte de su vida, €omo en Chile ; si no ha ido a conciliar en ella su ultimo sueno, como en el Paraguay, en cambio, le envi6 en uno de sus propios hijos un apostol de su doctrina, que fue mAs adelante de las previsiones del maestro, y di6 un impulso considerable A la educacion uruguaya, sacrificandole su reposo y has- ta su vida. Pero no es esto solo. Hay algo que puede ex- plicar aun mas este movimiento de simpatia de los orientales en torno de ese feretro : es ese (calgo de comun y de profundamente simpatico que ha so- brevivido a la division politica de estos paises, tan penosamente trabajada)). Sarmiento tuvo ocasion de advertirlo en un viaje que hizo a Montevideo, ya en el ocaso de su vida. <(Ese mar dulce, como lo llamo Solis, decia enton- ces, lejos de separarnos, tiende sus brazos a ambos lados de su lecho, para reunirnos por medio de los vapores que en horas nos hacen pasar sobre su blando y ondulado seno. Estas republicas que el Plata bana, fragmentos de un grande planeta roto, €stan compuestas de la misma materia c6smica, raza, religion, historia, lenguaje, tradiciones. . . » Todo eso tenemos en comun argentinos y orienta- les, y no es extrafio, por lo mismo, que del otro 52 SARMIENTO lado del Plata, se siga con avidez el desarrollo de la vida intelectual, y el vuelo soberanodel genio en la Repiiblica que un compatriota ilustre llam6 « la patria grande)). Nos place representarnos a Sarmiento en un mo- mento psicologico de su existencia : en aquel pe- dagogo fugitive que escribia con carbon aquella f6rmula misteriosa que no era sin6 la sentencia de muerte de la tirania y el anuncio de la redencion del pensamiento y de la libertad. Queremos ver al antiguo maestro de escuela en la personalidad que se encumbra hasta la mas alta magistratura politica desu patria. Ese encumbramiento es como la glorificacion de la causa A que consagro la mejor parte de su vida y que forma aun hoy su titulo mas precioso A la gratitud de los pueblos. Ella es la mejor recompensa y la mas hermosa corona que pueda colocarse sobre su sepulcro. Sr. Guillermo Matta POR LOS RESmENTES CHILENOS Senores: «Tejer coronas fu6 obra siempre facil, Hallar quien las merezca es lo dificil.)) Por esta vez la profunda sentencia de Goethe, del genio poetico mas complejo y mas universal de la Alemania, falla y pierde por entero el merito de la exactitud. Tal dia como hoy, senores, han podido agotarse las flores todas, de todas las selvas que aiin perfu- SARMIENTO 53 man nuestra libre America, en la seguridad de encontrar, transformadas en guirnaldas inmortales sobre los queridos, fiinebres despojos aqui presen- tes, una cabeza digna de llevarlas, una cabeza que sustento durante setenta y siete anos aquello que pudo llamarse ideas de Sarmiento; pero que era simiente, fruto y flor de ensenanzas beneficas. Yo, sefiores, chileno y representando a chile-^ nos, d hijos de aquella tierra en que Sarmiento, j6ven c6ndor aiin, ensayaba el ala para prepararla a mds atrevidas empresas, yo vengo tambien a de- positar aqui nuestra humilde ofrenda: una corona que, si algo ostenta, es el brillo puro y verdadero de las flores de la gratitud mezcladas a las del mas legitimo sentimiento. Bien hubiera querido, es cierto, que otra palabra mejor autorizada que la mia, pudiese haber dado a estas flores, junto con el aroma de la elocuencia que encanta, el significado austero, solemne, de la superioridad que impone y que subyuga. Pero ello no ha sido posible. Y yo estoy aqui y mi espiritu, al contemplar esta magnifica explosion del sentimiento de todo un pueblo, de toda una republica, fulgurando sus rayos sobre la sien inerte del grande argentino, mi espiritu se detiene, re- trocede y piensa... ^Que? Piensa que es muy pe- queno su homenaje al frente de la veneracion de toda America; piensa que las pruebas de su gra- titud y condolencia son nada, comparadas con las que la patria del ilustre repiiblico ha venido a ren- dirle; piensa, por ultimo, mi espiritu, que esta su palabra debil y opaca, nunca expresara una nota siquiera del himno majestuoso que, sonando desde las playas del Pacifico al mar Atlantico, saluda con las voces de cien rios, a Sarmiento que entra a la inmortalidad! El viejo adalid, al caer, ha evocado, desde el 54 SARMIENTO fondo de su sepulcro, medio siglo de la historia de esta parte del continente americano; ha hecho surgir, ante el recuerdo de los pueblos agradecidos, la epopeya maravillosa de nuestras luchas, de nuestras derrotas y de nuestros triunfos. De nues- tros triunfos, senores, solidos pedestales ayer en que afianzaron Chile y la Republica Argentina su derecho de naciones libres y bases hoy inconmen- surables sobre las que se asientan la paz y el pro- greso de cada una de ellas ! Acaso a muy pocos en la America puede aplicar- se con m^s propiedad que a Sarmiento el titulo de gran sembrador de ideas. Hasta su postrer instante, adonde quiera que fue, en donde quiera que estuvo, llev6 en sus manos, en sus l^bios y en su mente esa poderosa fuerza del mundo moderno, el libro, verbo de redencion, arma y defensa en los combates de la libertad contra la tirania, del saber contra la ignorancia. La escuela, templo augusto de la infancia, con- t6le entre sus primeros y mas conspicuos sacer- dotes. Y en Chile, en mi patria querida, el nom- bre y la obra de Sarmiento cuentan mas de un monumento que en forma de escuelas se levantan como elocuentes testimonios de la gratitud consa- grada al benemerito proscrito. Obrero incansable de la instruccion popular, durante mas de treinta anos ha estado grabando en la mente de muchas generaciones chilenas los ca- racteres indelebles, luminosos de su silabario; me- todo gradual de lectura, senores, por medio del cual el mismo que habla inici6 su espiritu en esa cuasi divina comunion del pensamiento universal, que se llama aprender a leer ! ^Y habriamos de guardar silencio, y habriamos de acallar los impulsos del corazon en este solemne momento en que la figura material del gran ciu- SARMIENTO 55 dadano va d desaparecer por siempre de la escena de la vida? No, senores; la gratitud de los chilenos como sus afectos, como su confraternidad, como sus nobles intenciones, debian, tenian que manifestar- se en este recinto, para que en todas partes se comprendan, para que en todas partes, en fin, se estimen, porque son sinceras, por que son justas y levantadas 1 jllustre general Sarmiento! Al daros la despedi- da suprema en nombre de mis compatriotas, solo me resta repetir un voto que acaso siempre tuvo nobilisimo altar en vuestro corazon americano. — OjaM, general, que esas banderas, la chilena y la argentina, que en armonioso abrazo se estrechan y se ligan al rededor de vuestros despojos, con- fundiendo sus luces en solo un haz esplendido, oja- la que siempre permanezcan asi, que asi queden mientras viva en la memoria de ambos pueblos vuestro nombre ilustre: eternamente! Sr. Vicente R. D'Oliveira De la comision paraguaya Si bien es cierto, senores, que muchas veces se derraman elogios inmerecidos sobre la tumba de los muertos, pues parece que la muerte de suyo reclamara siempre nuestra indulgencia, nuestro ol- vido y aun nuestro perdon, cierto es tambien que hoy no se necesita recurrir A ese triste privilegio, para hacer las mas cumplidas apoteosis del abne- gado maestro, del eminente publicista, del progre- 56 SARMIENTO sista hombre publico, del ilustre general Domingo Faustino Sarmiento. En toda la complexion de este adalid esforzado de la civilizacion americana, adivinabase desde lue- go la mezcla felicisima de las mds altas ideas con la firmeza de las m^s profundas convicciones, de la inteligencia con la fuerza, del pensamiento rege- nerador con las resoluciones energicas. jAdmirable prodigio de la naturaleza! Equilibrar en una sola persona la idea con el hecho, la acti- vidad de la inteligencia con la actividad dela vida, es un d6n extraordinario que el Supremo hacedor prest6 a Sarmiento, cuyo talento sabia volar con abiertas alas por el cielo y andar con paso resuelto y seguro por la tierra. Por eso parecia siempre un gefe que ordenaba, y no un argumentador que discutia. Nacido para el ultimo combate y para el defini- tivo triunio, A el se deben esas grandes reformas que no ha podido menos de respetar el tiempo; reformas que, semejantes ?! las gigantescas mon- tanas que sobre el mar avanzan, ban sentido el golpe de las olas sin quebrantarse, y solo han de- jado oir, como el lamento indefinible de las playas, los ecos bastardos de las injustas murmuraciones. j Y sin embargo, tanta vida, tanta actividad, tanta energia, han sido en un momento destruidas por la muerte, que sobre ellas reposa haciendo alarde . de su triunfo! Un instante ha bastado para pri- varnos del maestro, para robarnos el amigo, para poner entre el y nosotros un mundo entero, y el mar sin limites de la eternidad. Mas ya que es forzoso resignarnos ante esta iro- nia del destino, resignemonos. El triunfo de aque- 11a deidad malefica y fatal no existe, cuando se lega un nombre a la fama, cuando este nombre sera proclamado por la historia, cuando queda gra- SARMIENTO 57 bado con caracteres imperecederos en el progreso de un pueblo, cuando A traves de las edades hara palpitar de gratitud y de ternura A las nuevas ge- neraciones, y cuando puede servir eternamente de tcma ^ lecciones sublimes de abnegacion y de ci- nismo; sublimes lecciones, si, porque no es fre- cuente, cual hov sucede, trasladar^ su ultima mo- rada d un hombre, que despues de haber tenido en sus manos el poder y la fortana, ha venido d mo- rir pobre por haber vivido probo. jGeneral Sarmiento! La imperceptible linea que a la vida separa de la muerte tii la pasaste en bra- zes de la inmortalidad y coronado por la gloria; He ahl por qu6 todos nos unimos y hermanamos para rendir justo tributo A tus meritos, meritos con que se distinguen los benefactores de la huma- nidad, meritos que no tienen pals determinado y que imponen el yugo de su autoridad, de su ascen- diente y de su prestigio A todos los corazones no- bles y generosos. Duerme en paz, seguro de que el pueblo paragua- yo, que ha recogido tu ultimo aliento, confundird sus recuerdos y sus Idgrimas por tu perdida con los del noble pueblo argentine, que hoy recibe con profunda veneracion tus preciosos restos; duerme en paz, seguro de que de las ideas que en ambos pueblos has sembrado, brotaran a millares los lau- reles que hagan sombra a tu sepulcro. jVenerable maestro! Recibe el adios postrero del pueblo Paraguay o, que con carinoso entusiasmo acoge en su seno, como A su propio hijo, A todo espiritu innovador y decidido ap6stol de la civiliza- cion, y vela desdela mansion en que mores sobre losdestinos de aquel pais, que tanto te admira, y que tii tanto has distinguido y ayudado con tu sin- cere afecto y tus sabios consejos. J Adios, nuestro sabio consejero, adios I 58 SARMIENTO Dr. Venancio Lopez Presidente del Centro Paraguayo Senores: . La muerte de Domingo Faustino Sarmiento es una perdida para la Ana^rica, y lo demuestra esta inmensa concurrencia que rodea su feretro, encon- trdndosc representadas las nacionalidades ame- ricanas. Esta manifestacion de profundo dolor, es un hecho significativo para nuestra America, constitui- da bajo el regimen democratico. Honrar ^ un eminente ciudadano, a un defensor de los grandes principios de la constitucion repu- blicana, es enaltecer las instituciones de la republi- ca y rendir un justohomenajealas virtudes civicas. No hemos venido a honrar en la hora suprema de la despedida, un nombre que pasa A la historia con la aureola de las glorias de la guerra ni que se hiciera temible por sus victorias en los campos de batalla. Sarmiento fue luchador en las lides pacificas de la democracia y propagador infatigable de los prin- cipios republicanos en su papel de educacionista, en la prensa y como constitucionalista. Esto constituye el m^s bello timbre de su vida publica. Sarmiento pasa d la historia como un patriota y un genio extraordinario cuyo esfuerzo benefico se ha hecho sentir dentro y fuera de su patria por es- pacio de medio siglo. A semejanza del grande estadista ingles Gladsto- ne, ha vivido lo suficiente para ver convertidas en SARMIENTO 59 hechos cada una de las ideas que formaban su programa como hombre de estado. Gobernante, abatio para siempre el caudillaje y los elementos que retardaban el progreso de la republica, elementos contra los cuales luch6 esfor- zadamente, y muere dejando A su patria en la pros- peridad, afianzadas sus instituciones y en medio del desenvolvimiento intelectual y econ6mico mas prodigioso. Educacionista, pedia la educacion para todos, la creacion de escuelas 6 instituciones de ensenanza conrentas propiasyedificios propios, asegurdndoles independencia de los movimientos pollticos, como unica base s6lida para garantir la paz y hacer po- sible el gobierno del pueblo por el pueblo, convir- tiendo cada ciudadano en guardian de sus liber- tades. La excelencia de esos principios y la bondad de sus resultados en los pueblos que los ban implan- tado, se manifiestan por su creciente regeneracion moral 6 intelectual. Ciudadano, con honrada interpretacion y profun- da fe, explic6 y defendi6 los derechos y declaracio- nes consagrados en las constituciones americanas y que constituyen el dogma de las naciones libres. El general Sarmiento prob6 siempre persisten- cia y coraje civico, para enseiiar y hacer triunfar los principios constitucionales sobre los errores de los hombres y las preocupaciones de las sociedades. Ahora seis meses, una agrupacion europea quie- re desconocer la ciudadania natural; el ilustre ciu- dadano afronta valientemente el debate y con nue- vas razones v antecedentes histrjricos, hace brillar trmnfante ese principio americano por excelencia. Atraido por la bondad del clima, el ambiente puro y perfumado de las selvas tropicales, el general Sarmiento fue al Paraguay, buscando restablecer 60 SARMIENTO la salud decaida, y descanso para su espiritu fati- gado en las rudas y largas lucnas. Su llegada se consider^ un acontecimiento, y el pueblo paraguayo di6 la bienvenida y digna hospi- talidad al eminente educacionista americano. Sarmiento era una promesa para el Paraguay; su espiritu active e iniciador no tard6 en revelarse. Elpaisnecesitaba de sus servicios, 6 inmediatamen- te se hizo sentir su accionben6fica yfecunda: refor- ma de los programas y planes de ensenanza, fun- dacion de la biblioteca nacional, creacion de la superintendencia de escuelas: senal6 nuevos rum- bos al comercio y d la agricultura, prestigi6 nuevas industrias, ilustr6 con sus escritos la prensa asun- cena: estas son las obras que deja en el Paraguay durante su corta perm^nencia. All! vivird Sarmiento por sus ideas, por sus obras y por el bien que hizo A cuatro repiiblicas cuyas banderas envuelven el caddver de tan ilustre ciu- dadano. El Centro paraguayo dedica esta placa a su fina- do socio honorario, como un homenaje de respeto y de las simpatlas de sus connacionales. Sr. Juan Silvano Godoy Del Centro Paraguayo Sefiores : Un acontecimiento infausto y doloroso, que ha enmudecido el sentimiento argentino, envolviendo en luto la bandera de la patria, nos agrupa con SARMIENTO 61 el corazon quebrantado al rededor de este fe- retro, para dar el solemne y carinoso adios al que en vida se llam6 Domingo Faustino Sarmiento. Ya no volveremos A escuchar lapalabra elocuen- te del gran ciudadano, ni volveremos d leer los no- tables articulos ilustrados por el genio potente del atleta del periodismo. El aliento vigoroso que cual trompa belica reso- naba en los gabinetes de estado, los parlamentos, los ministerios, los congresos internacionales, las academias y centros de educacion, difundiendo la instruccion, los sanos principios y las virtudes re- publicanas, acaba de extinguirse eternamente. Ha muerto ausente del hogar, fuera del carino de la familia argentina. No le ha cabido el con- suelo, como A Mirabeau, de verse estrechado por tantos brazos queridos, de sentir el calor, la palpi- tacion de tantos corazones amigos, y de percibir el estremecimiento y la conmocion profunda de las muchedumbres apenadas, que llenarlan las calles, los patios y los contornos de su casa y cuyas lagri- mas y gemidos, alcanzarlan hasta el pie de su lecho de muerte en sus postrimeros momentos. Y sin embargo, senores, nadie con mayores ti- tulos para exclamar con el tribuno Frances 4 los que velaban su ultima bora: aSostened esta ca- beza, la mas fuerte de mi patria, porque ella cimen- to por siempre sobre el suelo argentino la instruc- cion y la libertad.)) Cincuenta anos de servicios eminentes al pais, la consagracion absoluta de sus mejores dias, de- dicacion eficiente de sus aptitudes y talento privi- legiado, unido d unahonradez acrisolada, un carac- ter viril, una voluntad incontrastable y una fe jamds desmentida, le ban merecido al general Sarmiento bien de la patria y gratitud perdurable de sus con- ciudadanos. 62 SARMIENTO El no ha visto el horizonte enrojecido a la luz de los incendios, las ciudades devastadas y reduci- das a pavesa, las mieses de los campos con sus frutos calcinados por el acero y el fuego de la me- tralla. Sus ejercitos no han paseado por las are- nas candentes de los tr6picos, ni el paso de sus legiones ha ensordecido la tierra al cruzar las sa- banas blanqueadas de huesos humanos — como Bo- livar y San Martin. Su gloria al menos no perteneci6 A este g^nero. Aquellos habian nacido para nuestras revoluciones coloniales y fueron los fundadores de la indepen- dencia americana; — este vino A la vida en la aurora de la emancipacion, y fu6 el paladin de las revolu- ciones politicas y uno de los organizadores del sistema institucional argentino. Era empero antes que todo, hombre de pensa- miento; su poder consistia en la idea y en su plu- ma. Y si bien concurri6 alguna vez A los campos de batalla, fue en epocas de mengua para la digni- dad del argentino, A fin de salvar un principio comprometido, 6 cuando ejerciendo la suprema magistratura, se veia obligado A proceder a nombre de la ley fundamental de la repiiblica. Poseia en alto grado el instinto del genio, que- ve las cosas d gran distancia, presiente la aproxi- macion de los acontecimientos hist6ricos, y arranca por un esfuerzo de imaginacion los sucesos futuros a los arcanos del porvenir. Asi fue que despues de haber herido de muerte la dictadura de Rosas con su inmortal Facundo, prepar6 con otras publi- caciones de no menor infiuencia, el pronunciamien- to del general Urquiza y la caida de la tirania el 3 de Febrero. Sarmiento ocupa un puesto culminante en el vasto escenario de la Era constitucional, desde 1852. SARMIENTO 63 Su obra es de tales proyecciones y su accion tan multiple y fundamental, que nomepropondre pasd- rosla en revista en la reducida proporcion de una breve oracion. Esa tarea ha de ser materia de un libro, y queda confiada al reconocimiento dela pos- ter i dad. Pero si en mi anhelo de presentaros caracterizada en sintesis la imponente mision, cumplida por el hombre extraordinario cuya perdida lloramos, me fuese permitido valerme de un ejemplo antiguo, yo evocarla un pasaje de la historia prodigiosa de Macedonia. El hijo de Felipe llevo un dia la civilizacion grie- ga con sus ciencias y sus artes desde los confines de Libia a las orillas del Ganges, y desde los valles del lasarte hasta el Oceano Indico. Y despues de haber delineado la dominacion mas vasta que la espada del conquistador haya fundado en la historia de los siglos, muere en la capital del imperio Asi- rio, reconstruido por el, y sus restos son conduci- dos durante dos anos por entreceremonias funebres y canticos sagrados al monumento donde debian reposar. Las conquistas realizadas por Sarmiento mediante la accion de su patriotismo, de sus libros, su pro- paganda y su palabra son mas trascendentales, mas fecundas, mas utiles, y seran mas duraderas por que tienenpor objetivo la libertad,la justicia, el progreso, el respeto de la dignidad humana; — y tambien mas vastas, puesto que reconocen por tea- tro el mundo civilizado de dos hemisferios. Como el heroe macedonico, ha muerto lejos de la tierra que le vi6 nacer; y sucuerpo envuelto en tres banderas es trasportado con pompa marcial en bu- ques de guerra de la armada nacional, para que reciba los honores de untriunfador romano, dicer- nidos por el pueblo y gobierno de su patria, y des- 64 SARMIENTO canse rodeado del respeto y de la gratitud de sus compatriotas. Cuando en 1845 emprendia desde Chile, un viaje de estudio a Europa y Norte America, conocio en su paso por Montevideo A los representantes de aquel viejo partido unitario, que en las epocas del naufragio general, habia sido el Salvador de las instituciones argentinas cuyo deposito santo de- fendian con las armas en la mano, dentro de los muros de la nueva Troy a. Alli, en medio de esa pleyade brillante distingui6 el perspicaz viajero al j6ven oficial Bartolome Mi- 'tre, en cuya noble frente, velada por las tristezas de la nostalgia, percibi6 claramente su privilegiado destino. Y ambos en un abrazo fraternal, posei- dos de la embriaguez sagrada, juraron por su ho- nor en presencia del Dios unico, dedicar sus dias y sus vidas a la libertad y organizacion de la pa- tria. Hoy el general Sarmiento ha partido primero, despues de haber cumplido su juramento con me- dio siglo de servicios esclarecidos, excediendose tal vez de lo que la madre carinosa, unica deidad de sus amores, debio legitimamente pedirle. La historia nos dira que como estadista fue mas prdctico que Rivadavia, como periodista mas ilus- trado que Moreno. Que como escritor tenia la originalidad novedosa de Disraeli y tambien su asombrosa fecundidad. En su conjunto de hombre publico reunio la intensa visual de Gladstone, el caracter sencillo, emprendedor y comunicativo de Franklin, la labo- riosidad administrativa, el espiritu de orden y la seguridad de planes de D. Manuel Montt. Pero con quien principalmente tuvo analogias singula- res, fue con D. Diego Portales, a quien cono- ci6 y trato en Chile. SARMIENTO 65 Poseia su energia despiadada e inflexible, su r^pido y certero golpe de vista, su instantaneidad pasmosa para concebir y ejecutar, su patriotismo levantado y fascinador, su altivez autoritaria y dictatorial, sus calidades y talento para iniciar, crear y dirigir. Como Portales, goberno con mano fuerte a la luz del dia, desde la plaza piiblica, sin guardar mis- terio de sus actos, asumiendo resueltamente con lealtad, su responsabilidad ante la nacion que lo observaba, diciendo: soy yo, es mi 6rden, yo mand6. Como aquel, enemigo implacable de la anarquia y las banderias, sin perdonar medios, persiguio, estrech6 y abati6 dennitivamente el caudillaje en el territorio de la repiiblica. El nombre de Domingo Faustino Sarmiento que- da escrito donde quierase dirija la vista. Las ms- tituciones y la riqueza piiblicas, la acumulacion de inmensos recursos yempresas colosales, la cultura y el progreso actual, los grandes centros y esta- blecimientos que atestiguan la civilizaciony el ade- lanto argentinos, llevan el grano de arena, si no la iniciativa del gran estadista. Sefiores: al retirarnos de este recinto llevemos en el corazon angustiado, el consuelo al menos, de que no sera la ultima vez que nos congreguemos a rendir homenaje al ilustre patricio. Pronto sonara otra bora, menos triste, no ya de luto y de dolor, sinode canticos triunfales, que nos reuna al pie del bronce esculpido al llamado de la justicia postuma para librar su memorla a los res- plandores eternos de la inmortalidad. 66 SARMIENTO Sr. Jose Maria Torres POR LOS COLEGIOS Y EsCUELAS NORMALES Sefiores: Los colegios y las escuelas normales de la repii- blica me han honrado con el encargo de represen- tarlos en esto grandiosa ceremonia de duelo nacio- nal; y yo, con profundo respeto y con dolor, inclino mi frente ante los restos mortales que en vida obe- decieron al espiritu mds activo, mas infatigable y mAs fecundo que he conocido. La historia de un hombre cuya mente ha mani- festado poderes trascendentales, siempre sera inte- resante. Si la conducta y la gloria de su vida han atraido admiracion extraordinaria, habrd en las generaciones venideras un natural deseo de cono- cer la historia de tal vida, que es importantisima para la juventud que ahora recibe la educacion que ha de guiarla. Si ciertos estudios le condujeron al buen exito de los dificiles trabajos que emprendia, logico sera inferir que semejantes estudios podrdn ejercer una correspondiente intiuencia en los traba- jos de otros hombres. Si su vida fue empleada en muchas y excelentes obras patrioticas, bueno serd que otros lo imiten. Si su educacion le cultivo la mente para que floreciese con vigor aun en la ancianidad, provechoso sera inquirir como se edu- c6. Cuando un hombre se ha elevado de una mo- desta posicion social a una carrera tan brillante como la del insigne americano D. Domingo Fausti- no Sarmiento, la fuerza de su ejemplo habla con voz que impone atencion universal. El vulgo se inclina A creer que todo perfecciona- SARMIENTO 67 miento del esfuerzo humano es producido por el genio, y que el genio y el trabajo son incompatibles; pero no puede haber creencia mas fatal que esta para los titulos de la verdadera grandeza, y en nin- gun periodo de la vida es tan danoso ese error como en la juventud. Escribir una breve y autentica re- lacion de los hfibitos de estudio de los hombres mas ilustres, seria obra por todo extremo provechosa; pues no solo mostraria que los grandes hombres son superiores A los denias porque ban hecho mds importantes trabajos, sin6 que anadiria otras prue- bas a las muchas que ya existen de que la verdade- ra gloria es el trabajo. Las poderosas facultades con que al cielo place dotar a ciertos seres humanos, se debilitarian, ine- vitablemente, bajo la influencia de la pereza; mien- tras que el trabajo duplica los talentos, y asegura los h^bitos de accion inontal que son absolutamente indispensables para el progreso del humano enten- dimiento. Ningun j6ven que desprecie el trabajo conquista- rd renombre, por muy sobresaliente que sea su ta- lento. Los musculos y los tendones miis vigorosos se atrofian en la inaccion; pero el herrero, a laluz de su fuliginosa fragua, muestra brazos robustos y tendones como el acero con que trabaja. Las facultades mentales mas poderosas se debilitan, y los mejores prop6sitos vacilan, cuando el ocio se hace habitual; pero la mente sana que se acostum- bra a inclinarse a sus trabajos, adquiere vigor para proseguirlos con firmeza y perseverancia. Las multiples manifestaciones de la vida del emi- nente ciudadano Sarmiento han sido lecciones que la juventud debe aprender. Durante mas de medio siglo trabajo con energia y exitos felices, oracomo maestro, y maestro de maestros, y como escritor propagandista de la educacion popular, — ora como 68 SARMIENTO soldado literato, defend! endo con su espada y con su pluma la libertad y la civilizacioii, y venciendo despotismos y anarquias, — ora como publicista, y comb orador, y como estadista, promoviendo el adelanto politico, moral, intelectual y material de la patria que tiene la gloria de contarle entre sus mas ilustres varones extintos. Sefiores: En nombre de la escuela normal nacional del ParanA y del colegio y escuelas normales de Cata- marca, tengo el honor de poner esta corona en la tumba del preclaro educacionista. Descanse en paz el alma del inclito patricio, que, aun en los ultimos dias de su vida, fue incansable promotor del progreso de la civilizacion argen- tina. Sr. Andres Ferreyra POR LOS MAESTROS DE LA CAPITAL Hubo un hombre, senores, en America, hijo pre- dilecto de la democracia argentina, Demostenes de sus parlamentos, Pestalozzi de sus escuelas, genio multiple que sin dejar de su diestra la espada de Marte, blandiera en todas direcciones con bravura la espada de acero de la palabra: contra las tiranias por el pueblo, contra las tradiciones por el derecho, contra los conservadores por la reforma, contra las pasiones por los principios, contra todo lo que no respondia A sus luminosas intenciones. Ese hombre ha triunfado, dejando en la guerra y en la paz, en el estado y en el pueblo, en las ciencias y en las letras, el sello indeleble de su SARMIENTO 69 potencia creadora. Debia morir para triunfar y ha muerto agobiado por los anos, no por la lucha, porque su espiritu se ha retirado joven de su cuer- po. El mundo sabe quien fue, porque no es po- sible confundirlo. Sarmiento se define al nombrar- lo y si maiiana oimos narrar la apoteosis de un gigante de la tierra, diremos maquinalmente: Sar- miento. Palido boceto de su historia se haria, buscan- dole terminos de comparacion en la tierra: como el cometa de esplendida y brillante cabellera que ha llegado d su apogeo, al punto mas lejano de la tierra, escapa a nuestras miradas, ^ nuestros estudios, a nuestros juicios. Su perigeo ha sido hermosisimo, continuo, pue- de decirse que ha tocado un solo punto, que ha tenido una sola fase en su inmensa evolucion y que antes de perderse y enfriarse en los espacios infinitos, ha caldeado para siempre con las irra- diaciones de su genio la tierra de Mayo. Ha salvado majestuosamente su 6rbita, haciendo desviar d su paso colosales escollos que se oponian a sus inspirados instintos en su vasto escenario, 6 produciendo choques violentos sin comprometer en nada la armonia y engranaje del sistema social. jNo en vano se le ha llamado el Canciller de Hierro de la America latina! Ya le veis alejado de nosotros en la region des- conocida, frio, inanimado, remontada su para- bola Pero vengamos a la tierra, que ni el vuelo de las aguilas podria seguirle a los espacios donde va. Su sombra colosal enluta allende las Misiones, el Plata, las Cordilleras y el estrecho, porque Sarmien- to proyecta la sombra del genio. jSi! del genio, porque solo los genios reforman, regeneran, animan y conmueven la vida social, y 70 SARMIENTO al extinguirse como los soles ardientesenel espacio, dejan las irradiaciones de su calor que se transfor- ma en luz, para las generaciones reconocidas. Sarmiento es un genio porque incandece en sus obras despues de la muerte v solamente los soles incandecen. Morir para vivir es la paradoja del genio; Sar- miento ha muerto, pero vive. Y este argentino excepcional, llego a verier la- grimas de emulacion sobre los restos de Rivadavia, dudando de que sus conciudadanos le creyeramos digno al morir de una manifestacion infantil seme- jante a la que hacia las exequias de aquel gran pa- tricio. jQue mezcla misteriosa de sencillez y grandeza! Hoy se colman las nobles ambiciones de su alma; ninos, conciudadanos, magistrados y naciones, to- dos tienen deberes que llenar ante sus restos mor- tales. He aqui porque al concurrir aestetorneo de due- lo, en representacion del magisterio de la capital, no se quien tiene mas derechos a lamentar su per- dida, no se a quien dar el pesame. jSon tan nume- rosos los deudos de D. Domingo F. Sarmiento! Ante su tumba nadie puede alegar mejores derechos; todos se inclinan con respeto y hasta laspasiones politicas vienen a deponer sus enconos. Es que la muerte agiganta la falta de los hombres grandes al presentarlos a la posteridad despojados del ambiente viciado que empanaba sus virtudes. Senores: En nombre de los maestros de la ca- pital, tengo que asociarme al sentimiento humano porque en Sarmiento se encarnaban las pasiones grandes, las sublimes instituciones, la voluntad in- quebrantable; me asocio al sentimiento nacional SARMIENTO 71 que despierta el extinto benemerito de la patria en cuyas aras ofrecio el holocausto de su hermo- sa vida civica; comparto el duelo de la literatura que cultivo con rasgos originales de su espiritu audaz, innovador y sublime; me asocio al luto del periodismo argentine que ha visto desaparecer de sus columnas la palabra del viejo luchador; me lamento con la democracia que ha perdido el atle- ta de sus parlamentos, A un ex-presidente en quien se ensayo mas libre la soberania popular, al he- roico enemigo de la tirania, al fiel apostol de los principios constitucionales; me asocio al recono- cimiento de los pueblos americanos para quienes consagro el principio que la victoria no da dere- chos, y como maestro me asocio al duelo de la instruccion popular, a la cual dedico como sabio, como autoridad y hasta como rudo operario, la la- bor mas constante, eficaz y notable de su vida. Sr. Manuel Cabral POR EL CONSEJO DE EdUCACION DE CORRIENTES Senores : Alcemos la frente para recibir los res- plandores de esta gloria. Sol alejado para mas no volver, envuelto en sus propias irradiaciones, se distancia de nosotros para mostrarse a las gene- racioncs venideras como estrella de luz serena, inspirando ya unicamente sosegado carino, libran- do al hombre de las ofuscaciones que trae la luz del medio dia, y despertando el amoroso recoji- miento de las noches estrelladas, impregnado el 72 SARMIENTO espiritu del sabor del infinito. Asi como estrella fulgurante es la inmortalidad. Cuando fue su aurora, a todo un mundo llenaba el estridor de las batallas. Entonces no se bebia el miedo, porque las madres amamantaban en medio de espasmos que les producia elcontagio de la libertad. Sobre la infancia de aquellos hombres se columpiaban las canciones de la patria, juran- dose vivir coronados de gloria eterna 6 morir, con eterna gloria. Su ocaso transitorio ya se ve : los pueblos de la tierra asoci^ndose al duelo nacional ; el Paraguay que le asiste, le acompana en su ultima despedida; el litoral argentino parece agotar las flores de sus selvas sin medida, para cubrirle de guirnaldas A su paso ; Corrientes que le contempla, le alza, le aca- ricia, y siente como aquel romano, no tener una sola cabeza y dos brazos solos, para estrecharle en inmortal abrazo ; Entre-Rios, Santa-Fe, Buenos Aires, el argentino, el extranjero, vienen aqui para rendirle homenaje, para aprender de su vida, para vivir por su patria. Y tambien le despiden esos seres cuyas voces suenan para los que sienten como las notas de los instrumentos e6licos ; esos seres que gimen y que lloran cuando los pulsan otras manos, como las cuerdas del arpa, que gimen y que lloran porque saben, porque sienten que mucho los ha amado el que no vive. ^Quereis mejor marmol para el pro- cer, que el cuadro perpetuo del muchacho dele- treando en su cartilla ? Hombre era el que ha muerto, de aquellos que por su probidad, por las multiples manifestaciones de su inteligencia y por el sencillo afecto que ma- naba de su alma, hacia todos los parvulos. Hom- bre era el que ha muerto, de los que dejan su S ARMIENTO 73 nombre como los dioses lares del antiguo, protec- tores del hogar y de la raza, La civilizacion difundida ha suprimido el mito ;. el medio ambiente en que se desarrolk nuestra organizacion nacional, el rcinado de la historia cri- ticay el imperio de los estudios sociologicos, tron- charon los versos alados con que tejen las pueblos sus leyendas; pero propiciaron el advenimiento- del Homero de nuestra reconstruccion nacional. Porque Iliada y Odisea son las obras de Sarmien- to para el argentino. En ellas estan retratados el suelo, la sociedad y los heroes; alii estan los sufrimientos y las esperanzas nacionales; alii nues- tros dioses y creencias. Aquello es poema: poe- ma de la mitad del siglo XIX, nacido de un pue- blo de gestacion extrana; nino y nombre, heroe y poeta, salvaje y culto; poema hecho para el pue- blo que necesitaba oir cuentos como el niiio, re- flexionar como el hombre, nutrirsedehazaiias como el heroe, cantar con el poeta, gritar como el sal- vaje y argumentar con los letrados. Poeta era el hombre, y es con arranque de la poesia sublime que se revela el genio. Trepaba los Andes, porque estaba insegura su vida. En el hueco de las peiias zumbaban los ecos triunfales de la edad pasada ; habia fragor de ej6r- citos en las cumbres desoladas ; rodaba viento de epopeya por aquella inmensidad. Alii brillo la espada que separara los gobiernos de medio mundo del dominio de los reyes, y escu- chandose y sondeando que era un esclavo de sus preocupaciones el americano, con fe en la reden- cion humana, mirando hacia la patria con la agi- tacion del presenteylas adivinaciones del porvenir^ escribio en el desfiladero mudo : No se matan las ideas! tomando a Dios por testigo, la memoria de los heroes y las altas cordilleras. 74 SARMIENTO Aquella generacion intrepida, como la que ya declinaba despues de su trayectoria luminosa^ tuvieron virilidad suficiente, la segunda, para for- mar naciones sobernnas en un medio continente; la primera, para senibrar esas mismas extensiones con las semi lias de su inteligencia, provocando y sosteniendo las guerras de la emancipacion de las ideas. Y ^por que nuestra generacion ha de ser tan pequena que no solamente no claree los cielos distantes de las repiiblicas hermanas, sino que est a como vacilando para las necesidades nacionales? -^(i^Serdque es menos grande la epoca? — j Cobar- de error ! La arena de la lucha esta extendida y para lavar de sus manchas el nombre americano y para ensenar que no degeneramos, formulo so- b're vuestra tumba, j oh, maestro infatigable! la aspiracion de esta juventud sedienta de libertad y depurezas, robustos nos haremos de cuerpo y alma, nos educaremos para equilibrar la nacionalidad que habeis organizado con vuestros ilustres cama- radas. Leeremos. realizaremos la Biblioteca Inter- nacional para fortalecer nuestro cerebro todavia d^bil de ciencia y para la ciencia, y no buscaremos la profundidad con mengua de la verdad, complice de los descreditos americanos. En su lev murio : ensenando. Y como simien- ta de bien es la muerte de los que han regado con flores de amor y con frutos de talento su vida. A ser hombres y argentinos nos ha enseiiado Sar- miento. A la escuela nos ha empujado. A la patria, como a madre, no la ha regal ado rosario, sino cartilla, que es evangelio ; no la ha mimado ni servido de ella como de hermana, sino que la ha puesto la labor en la mano con las caricias que son aliento ; como amiga la ha querido, como amiga que se quiere y que da aleteos al alma ; pero que no se la toca. No como los partidos que no aman SARMIENTO 75 de veras, y a la patria quieren como querida. Rabiosos son con el deseo y se la disputan con furor insano. Pero es amarga la decepcion del goce cuando no se ha amado, e infecundas por eso las ventajas del que domina. Su existencia fue como dominio y su dominio, cosecha, porque amo de veras. Misterioso es el soplo que impele ; y misteriosa la cadena que enlaza las almas. Juraba el maestro por la simpatia del espiritu y como de providen- cia es su muerte en el seno de la America. Ani- ma hay, de Dominguito, en el Paraguay, y alii todavia plane la sombra del aborigen, sofocada por el recuerdo de la conquista, y era precisa alia la presencia del obrero sin miedo y sin reproche. Misterioso es el soplo que impele y misteriosa la cadena que unifica las almas. Salio de la mar un ruido como hj^lito de creacion. El Cerro glo- rioso se mir6 en las aguas. y la tierra avanz6 para la salutacion. Doblo el monte la cabeza y las criaturas de la patria entonaron himno de re- dencion. El mimen estci aqui de los patricios que fueron y reposan todavia al otro lado de la mar. Llego para partir con el espiritu que tambien en- dioso la idea americana. Cumplimos la mision que nos trajo de Corrien- tes. El consejo de educacion que me ha enviado seguira las huellas del maestro insuperable y los estudiantes del colegio nacional, vestidos con los colores del estandarte de la patria, han jurado ante su tumba sagrada. han jurado consagrarse, como se consagro el, a defender eternamente el honor de la bandera. 76 SARMIENTO Sr. Martin Posse POR LA ESCUELA NoRMAL DE SaN NiCOLAS Senores: En nombre del personal docente de la escuela normal de San Nicc»lds, seame permitido dirigirme d ese feretro que contiene los restos mor- tales de aquel ilustre varon que en vida se llamaba Domingo Faustino Sarmiento. General Sarmiento. — Estan aqui los representan- tes de una de vuestras escuelas, que vienen a daros el ultimo adios, y para asociarse al sentimiento nacional. EstAn aqui los que siguiendo vuestros consejos, continuan vuestra obra, la obra de regenerar la es- pecie humana por medio de la educacion comun. Estdn aqui en su caracter de directores de maes- tras norte americanas, de aquellas que tanto reco- mendabais, y que vienen a tributaros un homenajc de gratitud, con la misma uncion con que invocan los manes de Horacio Mann, vuestro amigo en la vida, vuestro amigo en la inmortalidad. Tambien esta aqui la juventud nicolena, para de- poner sobre vuestro ataud una ofrenda de su cora- zon, porque os considera el padre intelectual de las generaciones argentinas. Dentro de poco estareis en la capital federal, don- de veintiseis mil de aquel los ninos que tanto cuida- bais por que no cayera de sus manos el libro de la ciencia y del deber, vendran a cubrir de fiores vues- tro sepulcro. Compaiieros: Como postrer despedida, coloque- mos flores sobre esta tumba idolatrada, por que ella simboliza las glorias mas puras de la patria. SARMIENTO 77 Dr. Agustin P. Justo POR EL PUEBLO NICOLENO Senores: Cuando los pueblos honran a los grandes servi- dores de su libertad, levantan tronos a la virtud y fulminan desde el santuario inviolable de su con- ciencia el anatema perdurable con que marcan eter- namente a los malvados. Tal es la mision que hoy realiza esta noble agru- pacion humana rindiendo en masa publico homenaje al mas grande amigo de la luz, al mds formidable enemigo del oscurantismo y la barbaric, en estos ultimos tiempos, en el Rio de la Plata. El hombre que encarna la gloria viviente mas pura y mas grande de la America contemporanea, juzgando con abstraccion de si mismo al varon ilus- tre cuya tumba recien abierta mantiene en duelo a la nacion entera; un hombre inferior A Sarmiento como literato original, su igual y a su mismo nivel como estadista, pero muy superior como hombre politico, acaba de decir: ((El apellido basta para sa- ber de quien se trata, porque no hay mas que un Sarmiento, como no hay mas que un sol entre la multitud de soles que pueblan el espacio inconmen- surable)). Un notable publicista de estos paises ha dicho que es tan activa la vida de las democracias, que sus grandes hombres tienen el extrano privilegio de asistir en vida al espectaculo de sa propia posteri- dad. Medio siglo de labor intelectual incesante, de lucha contra hombres, cosas y acontecimientos, batalla, en fin, que sustenta el g(3nio contra todo lo que quiere amurallarlo en su camino, hapermitido 78 SARMIENTO que este gran gladiador fuese saludado antes de caer rendido por el tiempo en su arena de combate, por doscientos mil ninos que arrebatados a la ignoran- cia serviran en el future para realizar la vida libre en esta tierra, cuyos limites geogrdficos trazo con la punta de su espada el gran capitan del nuevo mun- do, cubre con sus pliegues la gloriosa bandera de Belgrano, agita el pensamiento de Moreno y hace fecunda la obra de Rivadavia en el pasado y de Mitre en el presente. Cuando el oceano, en su vasta inmensidad, sien- tese agitado por el ala del huracan que pasa rugien- te, ni una sola de las gotas que forman su caudal escapa al estremecimiento: tal asi, senores, suce- de con el genio de los grandes benefactores de la humanidad, quienes al desaparecer del escenario de la vida conmueven hondamente alma por alma, fibra por fibra, el corazon y la cabeza del hombre, de la familia, del pueblo, de la nacion y de la humani- dad. San Juan, uno de los pueblos mas dignos y varo- niles de la repiiblica, sirviole de cuna; ambas Ame- ricas fueron el campo de su accion fecunda y el unico teatro digno de su genio y de su gloria. El espectaculo imponente que se desenvuelve- en estos momentos ante nuestros ojos, da claro e inequivoco testimonio de su inmortalidad. Saludaa su memoria los ninos a millares, misioneros subli- mes encargados de llevar a lo porvenir el nombre de quien mas trabajo para que se hiciese la luz en la tiniebla de sus almas elementales. Marchitaranse las fiores que la mano de la ino- cencia depone hoy entre lagrimas en este tiimulo en homenaje a la memoria de este varon eminente, que despues de una vida azarosa de lucha, de agita- cion y de combate, prolongada por mas de medio siglo, ha cerrado los ojos a la luz de la vida a los SARMIENTO 79 setenta y ocho anos, sentado, sereno y tranquilo a la sombra de su propia miseria, porque nunca se preocupo de si mismo, consagrando segundo por segundo su larga y litil existencia a vestir con el brillante ropaje de las ideas la conciencia de las nuevas generaciones que llevan en su cerebro es- condido, como la nube tempestuosa el rayo en su seno, el pensamiento que ha de herir de muerte, dia mAs dia menos, a todas las tiranias de nuestra patria. En presencia de ese sepulcro recien abierto, ante cuya lapida lloran los pueblos argentinos, asocian- se d nuestm duelo las republicas del continente disputandose muchas de ellas el honor de envolver entre los pliegues gloriosos de sus respectivas ban- deras las cenizas todavia calientes de tan preclaro ingenio. En presencia. senores, de este imponente detalle de la apoteosis de Domingo Faustino Sarmiento que estamos comtemplando, podemos repetir con Dalmacio Velez Sarsfield, el mas grande juriscon- sulto de la America del Sud, las palabras por el vertidas ante el fe retro del general Jose Maria Paz, el primero de nuestros tacticos y estrategicos du- rante el largo y luctuoso periodo de la revolucion civil argentina: ((No hay lagrimas bastantes para tan to duelo )). Todos los gremios sociales aqui representados, nacionales y extranjeros, niilos y niiias, hombres y mmjeres, j6venes y ancianos, todo, sefiores, nos est^ advirtiendoconmudapero sublime elocuencia, que esta apoteosis no es mas que la linea divisoria entre la lapida del sepulcro del varon ilustre que que todos lloramos perdido para siempre, y la his- toria, esa madre carifiosa que con sus inmortales brazos siempre abiertos aguarda para acariciar en su eterno regazo A uno de los espiritus mas fuertes 80 SAKMIENTO que se hayan agitado en todo el mundo en nues tro siglo. Dejemos, pues, senores, despues de habercum- plido como pueblo libre el deber de honrar el genio y la virtud de uno de nuestros mAs grandes hom- bres, que la historia, en cuyos dinteles lo abando- namos, repita a la mas lejana posteridad su nombre querido e inolvidable, que simbolizara en los siglos la victoria de la escuela y de la libertad sobre la tirania y la barbarie. Doctor Isaias Gil Senores : Yo he pensado mucho en Sarmiento. En mi adolescencia yo veneraba su nombre y contem- plaba su fama con esa noble ansiedad de modelos que es propia solo dela juventud primera. No lo conocia ; pero 61 era mi maestro y mi ideal en el arte de sentir y de expresar la belleza. Que hombre tan extrano, me decia, que modo de sentir tan regular, qu6 violacion tan frecuente de las formas que estudiamos en las aulas, y sin em- bargo, jque superioridad en los resultados! ^qui^n arranca al idioma sonidos mas energicos, ni quien conmueve y apasiona m^s? Yo no calificaba de sabio d Sarmiento, ni de mayor inteligencia que la de otros hombres, ni siquiera de hombre erudito; yo no podia juzgar sobre estas cosas, pero siempre me ha parecido Sarmiento un hombre que no era como los de- mas, un hombre extrano y singular que me delei- taba como ninguno con sus ideas originallsimas. Despues lo he visto desplegar su compleja acti- SARMIENTO 81 vidad en la inmensa orbita que ha recorrido su larga vida en provecho de la civilizacion, de la libertad y de la literatura americana, y he podido admirarlo como inteligencia superior, como ins- truccion vastisima y como genio supremo. Pero si em pre dominaba mi juicio sobre Sar- miento el caracter con que se form6 mi concep- cion primera — su calidad de hombre singular, su diferencia de los demas hombres. Sarmiento no ha tenido solamente una inte- ligencia superior ; su inteligencia, su modo de sen- tir, su congenio son diferentes, es como debe decirse. Sarmiento no era mesurable con noso- tros : estaba colocado en un piano distinto : Sar- miento era solo. Ahora, despejada su personal idad de las brumas de la vida, esclarecido el criterio de sus jueces entre la diafana severidad del sepulcro, ^ cuiil es el juicio que debe hacerse de este hombre ex- traordinario ? Para mi, ese juicio esta condensado en esta for- mula: Sarmiento es el civilizador de la America latina. Sarmiento no ha pertenecido ^ninguna escuela ; Sarmiento no ha pertenecido a ninguna ciencia, y sin embargo y por lo mismo, Sarmiento ha sido el civilizador de Am6rica. Civilizar no es instruir ; civilizar es despreocu- par, es combatir la supersticion, es destruir los resabios del pasado, es inspirar a la libertad la con- fianza en si misma, es purificar el criterio intelec- tual de los pueblos, es, en una palabra, dignificar la inteligencia humana, y es esto precisamente lo que ha hecho Sarmiento en America. Llamarle sabio seria empequeiiecerlo. El sa- bio no hace sin6 adelantar la ciencia que profesa, y la mision de Sarmiento, que ha cumplido en 82 SARMIENTO cuanto cabe a la vida de un hombre, ha sido mu- cho mas amplia, — colocar el entendimiento ame- ricano, libertandolo de las faerzas perturbadoras de su propio movimiento, en la situacion indispen- sable para su desarrollo espontdneo. Es cosa averiguada que en ciertas epocas se sir- ve mejor el espiritu humano destruyendo que fun- dando. Si se le deja libre, el tiene una fuerza prodigiosa de expansion y no necesita de otro es- timulo que su propia libertad. Ha sido necesario crear ciencias para destruir. Una de las ciencias sociales m^s importantes, a la que debe la humanidad mayores servicios, tiene por principal objeto destruir los errores que trae siempre consigo una direcci6n artificial de la ac- tividad humana ; y su ultimo postulado es — dejad hacer, dejad pasar. Destruia las trabas artificiales del espiritu des- preocupado, purificando su criterio; he ahi la obra grande y he ahi la gloria que yo reivindicaria para Sarmiento si la America no hubiese ya pronuncia- do su juicio reconociendosela. Para desempenar tan alta mision se requiere ser precisamente lo que era Sarmiento — poderosa voluntad, conocimiento intuitivo de la naturaleza humana; ninguna escuela, para no vincularse mucho con el pasado; ninguna ciencia especial, para no estrecharse demasiado, y esa confianza en si mismo y esa vision del porvenir que caracteriza el genio. Es este el juicio que la historia hara sobre Sar- miento. Seria un error, y ademasuna injusticia personal, juzgar a Sarmiento en sus relaciones como hom- bre individual. ^Quien ha juzgado a Napoleon como hombre honrado, como padre de familia, como esposo 6 como amigo? SARMIENTO 83 Estos moldes son siempre estrechos para los liombres de genio. Sarmiento en estas relaciones no tenia mas vir- tudes que las que implican grandeza ni rechazaba otros defectos que los que son hijos de la bajeza 6 pequeiiez del alma. Sarmiento fue hombre honrado, y su adminis- tracion como gefe de la Republica, fue un modelo de probidad ; pero 61 nunca hizo de estas virtudes un objetivo sistematico. Sarmiento fue probo, simplemente porque el robo es un vicio demasiado bajo y humano. En cambio, y como consecuencia natural de la escasez de puntos de contacto con el carActer gene- ral de los hombres, Sarmiento no ha sido ni ha podido ser un caudillo ni un hombre popular. Ha sido honrado en su tumba como no lo fue jamas ningun argentino ilustre, pero no ha sido amado por las multitudes. Poblaciones enmasa, atraidas por su gloria, ban corrido t\ la ribera para presenciar el paso de la nave que conducla d la patria su cuerpo inanima- do ; pero su muerte no les ha arrancado esos gri- tos de dolor que lanzan las turbas populares por la perdida de un gefe querido. La republica entera se ha conmovido ante la majestad del sepulcro, pero no se ha consternado. Y el pueblo se agolpa hoy sobre su feretro; pero casi como si asistiese a una fiesta nacional. Podriamos decir que la luz que surge de su in- mortalidad gloriosa, llena de satisfaccion a la patria y hace imposible los intensos dolores. Yo he conocido A Sarmiento en sus ultimos anos, en esa edad que el calific6 alguna vez de altas ho- ras de lavida. Yo le he debido muchas distincio- nes, y aun he tenido el honor de que me llamara -su amigo. 84 SARMIENTO En medio de su trato familiar la admiracion ha- bia desalojado mi espiritu para dar lugar d las tier- nas solicitudes y al temor que inspiraba una pers- pectiva cuyos limites deseaba en vano dilatar. Cuando me anunci6 su ultimo viaje al Paraguay tuve el presentimiento de que su vida terminaria en aquellas regiones y no me resolvi a verle en su partida por ultima vez. fil debi6 tambien tener el mismo presentimiento. Cuando perdia ya de vista A Bnenos Aires, dijo estas palabras : Pueblo feliz actual, asiento del progreso humano, moynturi te salutant. Estas palabras del circo romano, sintoma de la degradacion m^s abyecta del hombre en una civi- lizacion caduca, son en boca de Sarmiento la prueba de una alta cultura intelectual, indispensa- ble para esa sublime resignacion ante la fatalidad de una ley de la que 61 se sentia proxima vic-^ tima. Ya la ley se cumpli6. Sarmiento ha caido ya en esa catarata sin ruidos que forma el rio de la vida al precipitarse en la mansion del silencio y de las quietas ondas ; y ya podemos contemplar las dimensiones colosales que asume su sombra al traves del sepulcro. Nosotros, los que vamos ^ morir, los'] que no entraremos en el templo de la gloria, los que no tenemos por patria un continente, los que no deja- remos m^s recuerdos que los del estrecho hogar,. podemos exclamar con justiciar Sarmiento : morituri te salutant SARMIENTO 85 Doctor Osvaldo Magnasco POR EL CeNTRO JuRIDICO Senores : Tenemos derecho de hablar ante esta gloria de setenta afios, nosotros los de la tercera genera- cion. Tenemos derecho de despedirlo, d este que es de un ailo epico, del aiio once, y A quien noso- tros vimos y tra tamos, nosotros que venimos me- dio siglo despues a la patria constituida y recons- truida por ellos. El Centro Juridico, la asociacion de derecho cuya composicion conocia, no podia faltar A esta apote6sis, porque no se combate doce lustros por la patria sin lidiar tambien por^ el afianzamiento del derecho que importa en definitiva el triunfo de la justicia y de la libertad. Del aiio 11 he dicho, y por eso parecemeque este coloso que aqui yace — y al que la imaginacion hel^nica habria consagrado hoy mismo uno de sus semidioses predilectos — pareceme que por su com- plexion lapidaria, por el vigor excepcional de su inteligencia siempre lozana, por su empuje irre- sistible, por su laboriosidad de batallador her^ico infatigable, par6ceme que personifica una 6poca, que condensa, que llena todo un periodo hist6rico : el gran periodo de las fuerzas inteligentes en guer- ra abierta con el caos, la epoca fatal, la epoca includible; en una palabra, senores, la semana biblica del genesis nacional en el que el mismo sublime terror de la desorganizacion hacla pre- 86 SARMIENTO sentir la magna grandeza de la consolidacion en el futuro !Muy grande lapatria ahora ! ... No sere yo solo, a buen seguro, en los de mi generacion, el que en presencia de los destellos fulgurantes de este feretro glorioso, deje escapar condolido aque- 11a frase de amargo desaliento del general romano ante la efigie inmortal del conquistador maced6- nico. Setenta y ocho afios de existencia, de los cuales sesenta y cuatro, senores, consagrados ^ la tarea homerica de la organizacion y del perfecciona- miento del pais ! Sesenta y cuatro afios, pero con- sagrados sin descanso, sin dar tregua a la abru- mante labor, dia a dia, en todos sus momentos, no obstante el cansancio natural que fatal mente tenia que sobrevenir, no obstante la decepcion mas ingrata, no obstante el contratiempo y el desastre alternativos que habrian paralizado a cualquier organizacion menos resistente que esta ; sesenta y cuatro aiios lidiando como el solo podia hacerlo, dado su temperamento agresivo, guerreador, tem- pestuoso, dadas sus aficiones nativas a la pelea encarnizada, su genial fogosidad, su vigorosa im- petuosidad de inflexible atrida ; sesenta y cuatro anos, y siempre arrogante como tigre de selva americana, siempre enhiesto y siempre de piedra, desde su valerosa iniciacion como alferez alia por los ailos veinticinco y veintiseis hasta los enterne- cimientos altivos de sus ultimos dias, dignos de veras por su espartana serenidad, de un Epami- nondas 6 de un Marco Aurelio. Como el sabio, seilores, que apenas si tiene que raspar el suelo de las ciudades desbordantes de riqueza arqueoMgica para encontrar la vasta zona de las grandezas emocionantes de otro tiempo, asi tambien nosotros podemos descubrir la inagota- SARMIENTO 87 ble riqueza historica del amplio trayecto recorrido por este cicople del pensamiento y de la volun- tad. Pero no hay la oportunidad de reconocerlo — el hombre se doblega — porque hay la notoria impo- sibilidad de la tarea. ^Que podemos dccir? . . . ^Aiinear eri hr.tr.lla, acaso, ios cien puestos que ocupo? ^Decir que fue diputado, convencional, — Ij de que convencion, senores ! — que fue minis- tro, gobernador, senador, presidente, representan- te de la soberania nacional en el extranjero? . . . ^Hacer desfilar ante la intehgencia atonita sus obras y servicios? .... ^Repetir que fue pole- mista de acero, escritor de raza, — un verdadero, un arrogante Agamenon de la palabra escrita, — que fue periodista sin parecido en su genero, que fue demoledor de tiranias y destructor de monto- neros y del caudillaje mas indomito y ensober- becido? . . . ^ Recordar acaso que, desconocido, escribio alia en el extranjero, en medio de la fie- bre creciente de cien preocupaciones patrioticas, una defensa vaciada en el molde de bronce de las defenses del orador de Atenas? ^Recorder acaso que fustigo el despotismo con la misma elocuente impetuosidad con que fustigara la iniquidad aquel inolvidable Sheridan? . . ^^O decir que arrojo la semilla de su pensamiento fecundo por toda la vasta extension del continente americano? (^6 re- corder tal vez que, como Caton 6 Washington, fue de humildisimo origen : maestro de escuela 6 sembrador, que es lo mismo ? . . . No, senores ; de veras que eso me parece pali- do, de veras que eso me parece incoloro, inexpre- sivo. Grandeza como esta, es grandeza indecible. Es la grandeza sublime del contraste artistico que magnifica, del claro oscuro completo que contra- pone, agigantandolas, a la aspereza native de su 88 SARMIENTO caracter altanero, las fulgurantes reverberaciones de su talento superior. Y, por desgracia, como siempre, senores, el molde se rompe, y esta vez ha saltado en mil frag- mentos insoldables, porque en las multiples moda- lidades de su genio original, este hombre era lini- co y unico como aquellos hombres de mdrmol arrancados por la mano convulsiva de Miguel Angel k las canteras de la montana romana, linico como todos aquellos colosos inmortales del genio del Renacimiento. En nombre del Centro Jurldico que representa el derecho y que es juventud batalladora ; en nom- bre del Centro Juridico que es como gens de patri- cios"^ del sentimiento levantado — la ofrenda m^s grata — en nombre de sus mas nobles ambiciones y en el mio propio, adios! Si, dejemosle ahora que descanse el viejo lucha- dor de sesenta anos — como el heroe de Ossian tiene derecho! — que descanse, alia junto 4 los manes queridos del hijo que tan to am6 y, cuan- do se levante el monumento que ha de legar k la admiracion y a la gratitud p6stumas los rasgos altivos de su austera efigie, nemos de venir mas dfcuna vez, con ansiedad patri6tica, a confortarnos d la sombra de la vieja encina, hemos de venir mds de una vez t pedirle fortaleza, a pedirle inspi- racion, con el recogimiento legendario del romano ante la tumba de sus grandes muertos ! A SARMIENTO 89 J. B. Astigueta POR LA SOCIEDAD GeOGRAFICA ARGENTINA La Sociedad Geografica Argentina ha querido ha- ■cer piiblica manifestacion de sus sentimientos en •este duelo que la nacion entera tributa d uno de sus mas esclarecidos ciudadanosymehahonradodesig- nandome para que expresara en su nombre el ho- menaje que esta asociacion cientifica rinde a la me- moria de su socio honorario, el que en vida fu6 D. Domingo F. Sarmiento. La Sociedad Geografica pierde en el ilustre ancia- no un contingente poderoso que le hubiera servido en el porvenir para asegurar su fama y su prosperi- dad; porque Sarmiento llevaba el auxilio poderoso de sus luces a cualquier sociedad que ocupara su fecunda inteligencia 6 necesitara de su potente acti- vidad. Es esa precisamente una de sus glorias mas preclaras,que en este solemne momento me hago ^un honor en recordar, el haber contribuido en todas las esferas de la actividad humana al desarrollo de los conocimientos de sus conciudadanos. En la sociedad que represento ocupaba un lugar culminante. Ella que tiene por principal objeto propender al mejor conocimiento de la geografia nacional, ostentaba, entre sus socios honorarios, con legitimo orgullo, al que habia dado pasos de gigante en esta esfera del saber. En sus obras y en sus viajes ha dado a conocer nuestro hermoso territorio; y como hombre de estado, mientras ha 'permanecido al frente del gobierno, ha realizado obras que recordaran eternamente su memoria. 90 SARMIENTO Fu6 en su periodo de pitsidente. aue el hilo electri- co puso en contacto todos los pueblos de la ropubli- cay que los rieles del ferro-carril empezaron a exten- derseparallegar a formar m^s tarde la red completa que cine yestrechael territorio de la republica. Fue 6lquienorganiz6unaoficina tupografica, quien cre6- el censo, quien nos dot6deun observatorio astrono- mico y 61 quien realiz6, en fin, muchisimas otras obras que tienen contacto directo con los prop6sitos> que persigue la asociacion en cuyo nombre hablo. La gloria de Sarmiento es, pues, grande, excelsa, porque sus esfuerzos se ban dirigido a hacer pros- perar la republica, contribuyendo con todo el ardor de su alma virtuosa A su engrandecimiento y ade- lanto; es la obra del trabajador incansable y fecun- do que se siente dominado por el bien y que se ade- lanta presuroso a trabajar por el engrandecimienta de la patria. Habrtl glorias tan grand es, si se quiere, pero nunca se mostrar^ en el cielo americano una an- torcha de luz mas clara y refulgente; gloria tan in- discutible que no hay hombre, de un confin a otro de la republica, que no se haya sentido trasportado por la infausta noticia de su muerte y que no haya elevado un santuario en su propia concicmcia para conservar un recuerdo imperecederode la memoria de tan grande hombre. La justicia p6stuma no es tardia en este caso, porque el merito es evidente, y muchos millares d& ciudadanos de la grande nacion argentina se descu- bren para tributarla j^mplia y generosa al que fue prodigio en la tierra americana de exuberancia de idea, de potente inteligencia, de fecunda actividad. Por doquiera que el se presentaba, sea en el pa- trio suelo 6 en extranjeras play as, alii se hacia ad- mirar como un genio que no tenia competencia. Su originalidad, que no era sino la manifestacion de sn SARMIENTO 91 talento bajo una forma especial, habia llegado a ser proverbial. La peculiaridad con que expresaba las ideas que bullian en ese cerebro privilegiado y que conserve su vigor hasta los ultimos momentos, daba A las frases de Sarmiento un sello especial, tan propio j tan exclusivo,que no es facil confundirlas con las de cualquier otro escritor. Por esta razon sus obras vivirj^n eternamente y serAn leidas con carino y ad- miracion por las generaciones futuras. Sarmiento tenia que imponerse al recuerdo de la posteridad por sus trabajos en beneficio de su patria amada, trabajos que al travt^s de su vida agitada y turbulenta de 77 afios, aparecen, no como un pro- ducto de un solo hombre, sin6 como el resultado del trabajo inteligente de dos generaciones; es quo el encarnaba la constancia para la realizacion de una obra que consideraba ben^fica para su pais; es que el representaba el cardcter encaminado al bien y d la virtud; es que 61 reflejaba en su frente augustaelpensamiento progresista de la generacion presente, Senores: La vida del esclarecido patricio,tan unida A nues- tra definitiva organizacion social y politica como a nuestro progreso, no puede caber sino en un libro monumental, de cuyo trabajo, mas tarde, puede en- cargarse una inteligencia superior que alcance a comprender en todos sus detalles al que, hoy, con- movidos, damos el ultimo adios, de esta vida pasa- jera donde nos habiamos acostumbrado a creer que el viejo luchador no sucumbiria tan pronto. [Tanta f6 teniamos en que esavoluntaddehierro y esa inte- ligencia inccansable, que habia subido dominar todos los obstAculos, conseguiria tambien alejar la hora fatal, A fin de ser por mas tiempo en su patria, la 92 SARMIENTO gloria viviente que todo argentine exhibiera con el legitimo orgullo de las satisfacciones intimas ! No obstante, el ilustre pr6cer ha bajado a la tum- ba; pero ha bajado circundado por la aureola de gloria que supieron crear sus buenas obras. jPaz eterna en su sepulcro! i Gloria inmarcesible ci su memoria! Teniente O. Betbeder PoR EL Centro Naval Senores : El Centro Naval, representado por el mds humil- de de sus miembros, viene tambien en este mo- mento de inolvidable y doloroso recuerdo para la nacion, A pagar el debido homenaje de gratitud y respeto d la memoria del preclaro argentine y benemerito ciudadano que al terminar su larga y fecundisima carrera terrena, renace, coronado de bendiciones, en el corazon de su pueblo a la vida imperecedera de los dioses del patriotismo nacional. Como asociacion argentina estaria exenta de justifiear su actitud en este solemne momento, porque asi como otras muchas que rodean este f6retro y como ella, que representa casi la totali- dad del personal de nuestra armada y, mas aun que su actualidad, personifica sus tendencias y sus destinos en el porvenir, todos los argentinos por delegacion expresa 6 por los deseos de su corazon, estan aqui congregados, para invocar el espiritu excelso del general Domingo Faustino \ SARMIENTO 93 Sarmiento, fortalecer su patriotismo en el ejemplo de su vida, y poner los destines de lapatria bajo los auspicias de su luminoso recuerdo. Pero es que 6ste que fu6 eminente hombre de estado tiene para el Centro Naval meritos y servi- cios del todo particulares, d los cuales tengo el honroso encargo de referirme, dejando a los talen- tos de mi pais el estudio de las variadas fases de su vida, tan exuberante de labores, de iniciativas, tan Integra, tan independiente y altiva, tan mo- desta y tan rica de profunda ensenanza. Cabe al presidente Sarmiento, senores, la gloria de haber iniciado el primero la formacion de una verdadera marina de guerra en una 6poca de com- pleta decadencia maritima, en la que hasta el re- cuerdo de los diasde Brown se hallaba oscurecido, d causa sin duda del escaso aunque her6ico con- curso que, debido A la falta de material flotante, habia prestado nuestra marina en la guerra de la triple alianza, y m^s aun por el brillo encegue- cedor de las victorias alcanzadas por nuestro va- liente ejercito. A la historia corresponde decidir si la carencia de una marina de guerra argentina fue 6 no la principal causa de la duracion impre- vista de aquella lucha tan complicada en su desar- rollo, y en caso afirmativo debemos considerar tal hecho como inspirador de aquella idea previsora de Sarmiento ; porque su genio poderoso ha podi- do muy bien encontrar prontamente la causa que el historiador imparcial senale en el porvenir como razon de tantos sacrificios. En todo caso ha debido influir en el animo del gobernante para la creacion repentina de una armada, su vision del porvenir maritimo de nues- tro pais y el retardo en comenzar la ardua tarea de encaminarse A el. El que habia sido tan oportuno en la concep- 94 SARMIENTO cion, debia ser acertado al poner por obra su pen- samiento, supliendo la escasez de asesores tecnicos^ en aquella epoca, con las reminiscencias en ma- terias navales de sus viajes por Europa y Norte- America. Es cti como en un momento de absoluto des- pego por la npbl > carrera de la marina, cuando su caracter eminentemente cienilficG era desco- nocido 6 puesto en duda hasta por la generalidad de los que en ella figuraban, se fundo la primera escuela naval t^cnica para servir de solida base a la reorganizacion de nuestra marina militar, base inconmovible sobre la cual se va levantando,digna J lucido, el edificio de nuestra grandeza como potencia maritima. Al cabo de quince anos de escuela naval, su fundador ha querido entregar al Centro, es decir, A la obra y al espiritu de su escuela, la declara- cion de los fines patri6ticos que se propuso con una medida que bastaria 4 inmortalizarlo, si no hicieran eterna su memoria otras mil empresas de civilizacion A que di6 cima feliz en su laboriosa existencia. Pocos meses hace que el general Sarmiento, presidente honorario del Centro Naval, decia cari- iiosamente a sus miembros : « Creed que guardo la seguridad de que con la escuela naval quedaba garantida la independencia que nos legaron nues- tros padres y creado el vinculo que nos une A todas las otras naciones, por el cultivo de las cien- cias y de las artes que dominan las fuerzas de la naturaleza, enfrenan las olas y contienen la injus- ticia. )) Creada con toda fortuna el alma, faltaba dar forma al cuerpo que debia animar, y en esto no fu6 menos feliz ni menos acreedor al reconocimien- to argentino. SARMIENTO 95 Para una nacion como la nuestra, alejada de los grandes centres de construccion, tan facil es ad- ■quirir elementos navales dejando satisfechos con exceso intereses ajenos, como es dificil conse- guirlos consultando las conveniencias del tesoro publico y, lo que es mas importante, los fines re- lacionados con la defensa de la patria. El presidente Sarmiento, siempre escaso de a,sesores tecnicos, nos di6 sin embargo con econo- mia una escuadra compuesta de buques excelen- temente construidos y perfectamente adecuados a las exigencias de la epoca y aun del futuro ; y to- dos ellos, trabajados por trece anos de servicios, siguen constituyendo el fuerte de la defensa de nuestros rios. Pero su tarea no termino con la adopcion de medidas tan importantes en el orden material, sino que cuido tambien de la parte moral. La energia y honradez de su caracter era la atmosfera que envoi via sus resoluciones, propi- ciando su acatamiento y asegurando el fiel cum- plimiento en todas las jerarquias : es asi como, en la organizacion embrionaria de nuestra marina, brill6 la moralidad militar y se cimento la dis- ciplina y el espiritu de honor que hoy es el carac- ter de los que visten el noble uniforme de Brown, de Espora, de Py y de tantos otros que lo ban ilustrado con sus hazaiias y virtudes. En la prudente reserva de nuestros gobernantes y diplomaticos del pasado, podria encontrarse, mejor que en los rumores publicos, cuantas veces la escuadra de Sarmiento dio nervio a las resolu- ciones supremas que salvaguardaron la dignidad de la nacion. El benefactor de la armada en la presidencia de la republica fue despues, desde el retiro de su hogar , un amigo de sus miembros, generoso en 96 SARMIENTO consejos y en conceptos : y al fundarse el Centro Naval, unanimemente le nombr6 su presidente honorario vitalicio, por obra de sus meritos tan solo, Al ocurrir su muerte, la asociacion que presidia, en homenaje A su memoria, ha dispuesto dar pu- blicidad en su peri6dico, junto con el retrato del ilustre ciudadano, A todas las medidas de impor- tancia relativas a la marina nacional que en su administracion se tomaron ; ha resuelto iniciar una suscricion, entre el cuerpo general y tripula- ciones de la armada, para mandar esculpir un bus- to en marmol representando al general Sarmiento, que serd guardado en el salon de honor de la sociedad; y por ultimo, ha determinado colocar en su tumba una placa fundida en bronce con la si- guiente inscripcion : (( El Centro Naval dedica esta placa d la memo- « ria de su presidente honorario, general de Di vi- ce sion Domingo Faustino Sarmiento, fundador de «( la Escuela Naval y reorganizador de la armada a nacional. » H6 aqui, sefiores, la modesta ofrenda que la marina de guerra argentina hace a los manes del pr6cer ilustre que le di6 naves en las aguas y ase- gur6 en el porvenir su honor, su ilustracion, su disciplina, d^ndole una alma unica y fecunda que fu6 el alma de todas las creaciones de Sarmiento : la escuela. Los presentes y futuros marinos de la repiiblica que lean esa placa, se esforzaran en conocer las calidades del fundador de nuestra ar- mada, y por cierto que ellas pueden servir de es- pejoy modelo en laeducacion de nuestros oficiales. Fu6 ilustrado, independiente, honrado y tuvo un profundo y conciente entusiasmo por todos los progresos que pudieran enaltecer su patria. Pero no satisfechos aun con estos homenajes, SARMIENTO 97 pequefios en comparacion de tan preclaras virtu- des, queremos permitirnos llamar la atencion del superior gobierno hacia un acto de justicia p6stuma que depende de su autoridad. Aunque el nombre que en estos momentos llena la republica quedaM por siempre grabado en el corazon de los argentinos y, mas profundamente, si es posible, en el de los miembros de la armada, cabe y sienta bien en la acerada coraza de una de las naves que le pertenecen. En la escuadra de Sarmiento, senores, existe un buque, aun de larga vida, cuyos servicios y campanas son por demds eminentes ; y en testi- monio de esto ultimo bast^rame decir que fue la nave de confianza, capitana de la escuadra, que, en un momento de supremo peligro para la inte- gridad nacional, fue arrojada de las tranquilas aguas del rio de la Plata, para donde fuera cons- truida, A los desamparados mares australes, con la consigna de hacer respetar nuestros derechos A la Patagonia 6 de sucumbir gioriosamente. Este buque es, pues, el acorazado Los Andes y la jus- ticia reparadora reclama hoy que sea trasformado en acorazado Sarmiento. La categoria del nom- bre no se rebaja, antes bien se enaltece, cambiando el de un coloso de granito por el de un coloso de espiritu. General Sarmiento : Parodiando la frase con que un dia entregasteis al Centro Naval la verdadera definicion de los objetos de la armada nacional, os diremos, cuando bajais al sepulcro : Con vuestro nacimiento d la vida piiblica qued6 garantida la independencia que nos legaron nuestros padres y creado el vinculo que nos une a todas las otras naciones; por la educacion del pueblo que procu- rasteis empenosamente con la propaganda, la accion, el mando, la virtud y elcaracter; teniendo 98 SARMIENTO presente que la educacion publica domina las fuer- zas de la naturaleza para ponerlas al servicio de la prosperidad nacional, enfrena las pasiones, incul- cando en los ciudadanos el respeto por la ley, y contiene las injusticias en el (3rden interno y en el (!)rden internacional por la conciencia del propio derecho y la capacidad por hacerlo valer Integra- mente ante quien osara desconocerlo. General Sarniiento : El pueblo argentino res- ponde de la paz de vuestros despojos y de la eter- nidad de vuestra memoria. Dr. Emilio Gouchon POR LOS ESTUDIANTES DE DERECHO Senores: La vida de Sarmiento representa una de las pagi- nas mas brillantes de la historia argentina. Sar- miento comenz6 A actuar en la vida publica de su pais en la epoca que podriamos llamar de nuestros tiempos her6icos. Soldado en primera fila en las luchas del progre- so y de la libertad, se presenta a nuestros ojos co- mo una de las figuras mcis simpaticas de nuestra epoca. Grecia y Roma elevaban sus heroes a la catego- ria de dioses y semi-dioses, para que el recuerdo de sus grandes hechos sirviese de noble ejemplo a las generaciones venideras. Mientras aquellos pueblos conservaron el recuer- do e imitaron la vida de sus heroes, fueron grandes, libres y poderosos. SARMIENTO 99 El dia que olvidaron la gforiosa tradicion de su pasado; el dia que los senadores romanos, renegan- do del caracter, de la .austeridad y de la pureza de costumbres de sus antepasados, bajaron a la arena para disputar a los gladiadores de Cesar una mirada de su soberano, ese dia Roma, dominadora del mundo, fue vencida y humillada por aquellos a quienes les habia impuesto sus leyes. El pueblo argentino demuestra, realizando el ac- to grandioso a que asistimos, que sabe glorificar el talento, la virtud y el patriotismo. La apote6sis de Sarmiento retempla nuestroespi- ritu con el recuerdo de las luchas por la libertad y la grandeza nacional. Ella nos revela que por encima del espiritu de mercantilismo de que se acusa a nuestra epoca, esta el culto a las grandes virtudes civicas. Sarmiento ha seguido de original manera la tra- dicion de San Martin, Belgrano y Rivadavia y como ellos vivirA para siempre, ensenando con el ejemplo de su vida en el corazon de sus conciudadanos. Pocos hombres como Sarmiento ban tenido una vida publica mas larga y mas agitada, consagrada a la realizacion de sus grandes ideales: la educacion del pueblo y el reinado de la libertad. En la epoca nefanda de la tirania, Sarmiento fue uno de los mas ardientes soldados de la libertad. Durante su ostracismo politico en Chile, sin abandonar su puesto de lucha en la prensa que €ombate la opresion de su patria, dedica el esfuerzo de su talento superior a la instruccion publica de aquel pueblo, impulsandolo en la senda de su en- grandecimiento futuro. Sarmiento consideraba la ignorancia del pueblo como el mds grande de los enemigos de la demo- cracia y del porvenir de su patria. Por eso, siguiendo los impulsos de su elevado 100 SARMIENTO patriotismo, fue durante toda su vida maestro de escuela. Cuando la universidad de Michigan acordo al eminente educacionista el grado de doctor, en ho- menaje A sus grandes servicios prestados A la causa de la civilizacion en America, Sarmienta aceptandolo, decia: ((He sido durante mi vida maestro de escuela,. cualquiera que fuese el puesto que ocupase, hasta el mas encumbrado; y hoy, representante de la Re- piiblica Argentina en el extranjero, sigo sienda siempre principalmente maestro de escuela)). Elevado a la presidencia de la repiiblica, por el voto de sus conciudadanos libremente manifestado en una eleccion, que a la vez que honra al electo, es timbre de gloria inmortal para su antecesor, pone en practica los principios que ha proclamado ince- santemente durante toda su vida. Da gran impulso a los adelantos materiales del pais, sin olvidar que el pueblo mas grande no es el m^s rico en bienes materiales, sino el que cuenta con ciudadanos mas ilustrados y morales. El obrero infatigable delaeducacion, fundaescue- las en toda la extension de la Repiiblica, establece las primeras escuelas normales, el colegio militar-^t la escuela naval y se preocupa de los pequenos de- talles de la ensenanza primaria, al mismo tiempo que decreta la fundacion del observatorio astrono- mico de Cordoba para ((dominar las grandes e in- conmensurables extensiones del espacio)). Prolonga las vias ferreas, construye otras nue- vas, cruza nuestro territorio con lineas de telegra- fos y atrae al pais todos los elementos de su futuro engrandecimiento . En todas partes se levantan bibliotecas popula- res, cuya fundacion se debe a la iniciativa de Sar- miento, que, como Franklin, ha sabido trasmitir 4 SARMIENTO 101 su pueblo el secreto de su fundacion, dedicando a su fomento todos los esfuerzos y la energia colosal de su voluntad. Al bajar del poder, deja pruebas de la honradez mas acrisolada en todo el mecanismo de la admi- nistracion. En la vida privada hace causa comun con el pue- blo, ensefiando con la palabra y con el ejemplo el cumplimiento de los deberes civicos y la practica de las instituciones republicanas. Sarmiento como escritor nos halegadosus obras, que contienen las mas hermosas y originales pagi- nas de la literatura nacional. El Facundo hubiera bastado para inmortalizar su nombre como literato y filosofo politico. Las ciencias juiidicas, politicas y sociales le de- ben un gran niimero de sus producciones, que He- van el sello de su talento y de su asombrosa activi- dad intelectual. En la prensa fue el mas notable de nuestros pe- riodistas y el mas terrible polemista, pudiendosele aplicar como tal las palabras de Cormenin a Mi- rabeau: xCubierto con las armas de la dialectica toca a la carga, cae sobre sus adversarios, los ase, los hiere en el rostro, y, con el pie en la garganta, no los deja hasta que se declaran y confiesan vencidos; si retroceden y huyen, los persigue, los bate por van- guardia y retaguardia, los hostiga, los acosa, los encierra en el circulo imperioso que les ha trazado, como aquellos marinos, que saltando la cubierta es- trecha de un navlo tomado al abordaje, colocan al enemigo sin esperanza entre la espada y el oceano.)) En todos los ramos de la actividad humana en que Sarmiento aplico su talento, revel6 cualidades superiores. Admirado en vida por sus contemporaneos, reci- 102 SARMIENTO be despues de muerto las mas grandes pruebas de gratitud y admiracion de que hayan sido objeto otros argentinos. No es mi proposito hacer el panegirico del gran ciudadano. Solo he querido pronunciar estas breves pal abras, en el acto de depositar en su sepulcro la humilde ofrenda que los estudiantes de derecho de la uni- versidad de la capital consagran a la memoria del esclarecido argentine que nos recuerda los antiguos ciudadanos romanos con todas sus altas virtudes, la energia de su patriotismo y su amor constante a la libertad. En adelante, pues, honremos su memoria; imite- mos su ejemplo, y trasmitamos hasta las mas re- motas edades su nombre, como la mas alta expre- sion del patriotismo argentino. Sargento Mayor Jose Sandalio Sosa POR LOS ALUMNOS DEL COLEGIO MILITAR Senores: Vengo, como argentino y como soldado, en re- presentacion de mis antiguos condiscipulos de Pa- lermo, no a verter una lagrima, sino a rendir un homenaje de gratitud en esta hora suprema al fun- dador del colegio militar. Senores: Esta fosa, mas que una tumba, es el umbral del templo augusto de la historia. No baje- mos, pues, los ojos anegados en llanto para seguir SARMIENTO 103 la materia en su misera corrupcion; levantemos los ojos al cielo para buscar en el santuario de la gloria el nombre venerado de Sarmiento. Sus cifras no seran esculpidas sobre los penascos helados de los Andes, porque el monumento de su grandeza tiene su pedestal de granito en el corazon y en la conciencia del pueblo argentino, y es en el hogar de las familias, en las aulas de nuestras es- cuelas, donde el gran maestro tendra su altar y su templo. Demos a Sarmiento lo que es de Sarmien- to y dejemos a la historia lo que solo corresponde a la historia. Todos conocemos sus virtudes civicas en sus grandes obras, su talento genial en sus produccio- nes inmortales, su superioridad en su caracter au- toritario,, y hasta su imperfeccion en sus mismos errores, que son mas bien hijos del tiempo y de los acontecimientos inevitables en el gobierno de pue- blos que aun no tienen la perfecta conciencia de su deber y de su derecho. Sarmiento ha demostrado en todos los actos de su vida esta verdad incontestable: — el ciudadano debe gozar de la mas ampha libertad en la eleccion de sus mandatarios; pero la autoridadunavez cons- tituida debe gobernar con todo el poder que nace de la magnitud misma del derecho del pueblo que representa. Palabras mas autorizadas que la mia ban hecho ya el panegirico del gran ciudadano en sus multi- ples fases en el 6rden civico. A mi, que represento en este acto una generacion militar que le debe su existencia y a la que el llamaba con paternal carino sus ((muchachos de Palermo)), me corresponde tra- zar, siquiera en breves rasgos, sus contornos mili- tares. No me detendre en los detalles ya conocidos de sus fojas de servicios. Sarmiento no fue ni Cesar, 104 SARMIENTO ni Napoleon, ni San Martin, ni Lavalle. El fue soldado como puede serlo un maestro de escuela, un periodista, un ministro, un presidente de la re- piiblica, como cualquier ciudadano que ame a su patria, para servirla en las horas de peligro. Esto el lo sabia mejor que nadie, y si a la toga del gran ciudadano el quiso anadir los entorchados de general, es porque por sus nervios de soldado corria sangre argentina, el aliento secreto e irresis- tible de la victoria. No tuvo teatro, la epoca no le fue propicia, su genio desert6 el templo de Marte traicionando tal vez sus aspiraciones, buscando el medio de prestar mayores servicios d la patria en la educacion de las masas populares, formando un pueblo en su misma cuna. Despues de 40 anos de trabajos incesantes, de esfuerzos inauditos, testigo 6 victima de grandes calamidades, ve en fin consolidarse la nacionalidad argentina; el pueblo parece llegar a lapubertad: Sar- miento ocupa la primera magistratura del estado. Uno de sus primeros pasos tiende a la organiza- cion racional del ejercito: el sabe que para edificar es primordial preparar los elementos, y asi como sobre el oscurantismo colonial el erigi6 una entidad consciente, formo un pueblo mas habil alas practi- cas republicanas sosteniendo y fomentando la edu- cacion primaria, asi tambien el quiso a lo menos colocar la piedra fundamental del ejercito, creando el colegio militar, donde las nuevas generaciones irian a empaparse en los verdaderos principios de la guerra moderna. En efecto; el periodo de las grandes epopeyas habia pasado con aquellos tiempos heroicos en que nada resistia al brazo pujante del soldado argentino improvisado en las pampas y llanuras, en las selvas y montanas de la republica. Un ((maestro de es- cuela)), el inmortal Moltke, victorioso antes en Sa- SARMIENTO 105 dowa, acababa tambien de triunfar sobre el valor legendario de la titanica Francia. Esto basta y sobra, sefiores, para los perfiles mi- litares de Sarmieato; esto basta para mostrar el al- cance de nuestra gratitud; esto basta para justificar la simpatica actitud del ej^rcito, el carino filial de la juventud militar. Yo no creo, senores, ni en la paz perpetua, ni en la necesidad de las guerras en el mundo de Co- Ion. El trabajo, la civilizacion y con ellos la riqueza parecen absorber en estos momentos toda la aten- cion de la America; pero si manana respondiendo a agresiones extranas 6 en reivindicacion de nuestros derechos pisoteados, la Repiiblica Argentina fuera forzada a armar sus legiones y alanzarlas en son de guerra contra el invasor, entonces, senores, vereis al lado 6 a la cabeza de los viejos titanes del Para- guay, la pleyade de ((muchachos de Palermo)), las criaturas de Sarmiento, conquistar con la punta de sus bayonetas, con la boca de sus canones 6 con el calculo de sus combinaciones, los laureles vic- toriosos de Ituzaingo, de Chacabuco, de Austerlitz, de Sadowa, de Sedan. General Sarmiento: en esas boras de singular eai- tusiasmo en que los desbordes del patriotismo se justifican escuchando nuestro himno glorioso y c^- bijados por el estandarte invicto de la patria, las nuevas generaciones como la presente, os aclama- ran, como lo hago en nombre de mis antiguoscon- discipulos: ((padre de la juventud estudiosa del ejer- cito)). 106 SARMIENTO Dr. Jose Sienra Carranza POR LA SOCIEDAD AmIGOS DE LA EdUCACION POPULAR Y POR LA PRENSA DE MONTEVIDEO Nada m^s dificil, senores, que la expresion de- las ideas 6 de los sentimientos que agitan el animo. ^nte los restos de un gran hombre como D. Do- mingo Faustino Samiento, en unas exequias que asumen las inmensas proporciones de la apoteosis a cuyo suceso, linico en los antecedentes del Rio de la Plata, asistimos en este instante. En presencia del feretro que encierra el mas po- deroso cerebro y el corazon mas fuerte de las mo- dernas generaciones argentinas, y en medio del pueblo innumerable que lo rodea, produciendo con su emocionada multitud el mas majestuoso silencia que pudiera atravesar la voz iiumana, la oratoria se estrella en lo imposible de su objeto, resultan- do mezquinas las formas del discurso, — como si la augusta solemnidad de e.ste silencio solo permi- tiera ser llenada con las robustas arengas del genio que ha enmudecido para siempre. El Que refiriendose a la cracion de Avellaneda. sobre la tumba de Velez Sarsfield, decia (da selva era digna del consul)), no hallara para su triunfo mortuorio, por grande que sea la elocuencia de sus panegiristas, el lienzo que reproduzca en toda su frondosidad el roble corpulento, ni el braze que al- ( SARMIENTO 107 cance con la corona de laurel hasta la frente de la soberbia estatua de dimensiones andinas. Ha sido necesario que se congreguen los hom- bres, los gobiernos, los parlamentos, la universi- dad, las escuelas, los estados mayores de ejercito y escaadra, los clubs, las sociedades, las institu- ciones de caracter publico y privado,— todo lo que piensa, todo lo que trabaja, todo lo que impulsa la vida gigantesca de la Repiiblica Argentina, — para que no faltase en su glorificacion nada de lo que recibio el influjo de sus ideas, nada de lo que di- rigi6 con su autoridad, de lo que alent6 con su consejo, de lo que ilumin6 con su palabra, — de lo que inici6, cre6, reform6 u organize, con las con- cepciones de su asombroso talento, con el inextin- guible fuego de su entusiasmo, y con el nervio ma- ravilloso de su fecunda actividad. Y todavla jque digo! no hay recinto en que cu- piera la acumulacion de las muchedumbres tocadas por la accion regeneradora del educacionista, del propagador de principios y prdcticas beneficas, — del autor de cartillas para los ninos, y de libros para los estadistas, — del que bordo de palmeras las avenidas de Palermo, y planta el mimbre en las margenes del Paraguay, — del que tiende, en fin, los rieles y los alambres electricos para mul- tiplicar ciudades a traves de los desiertos, y con el observatorio de Cordoba atrae hacia el sol argen- tine los mas remotos astros del flrmamento del sud, al mismo tiempo que coloca ese sol de su bandera sobre naves de acero que publiquen su engrandecimiento en las vastas llanuras del oceano! ^Que lengua personal condensaria el colosal mur- mullo de todas las voces arrancadas por su irre- parable separacion del escenario que su presencia domino constantemente? Ni ^quien, por otra par- 108 SARMIENTO te, aventuraria el esfuerzo de la exposicion en nombre propio, y de propia autoridad, de sus im- presiones individuales, y de todos los hechos so- bresalientes de la vida contemplativa, intelectual 6 militante, de la labor intima y del tesoro de las ternuras familiares, — 6 de la accion batalladora y civilizadora, literaria, humanitaria, politica y guber- namental del grande hombre cuyo rostro parecia enorme porque tenia lo que no se ha visto en otro busto, es decir, las facciones capitales de todos los otros grandes hombres, habiendo en su fisonomia, como en su corazon y su talento, rasgos de Socra- tes y de Pericles, de Rousseau y de Voltaire, de Pitt y de Mirabeau, de Franklin y de Lincoln, de Armando Carrel y de Thiers, de Horacio Mann y de Darwin? No habra resonado por esto en sus exequias un discurso que corresponda al conjunto de su exis- tencia, que no podria tampoco ser slquiera com- pendiada dentro de la presion que ejerce la impa- ciencia de las autoridades, los institutos, los cuer- pos colectivos, cuyos oradores se suceden en la palabra trayendo cada uno el tributo del poder 6 de la representacion politica 6 social que les invis- tieron con su encargo. No hay, por consiguiente, plaza ni turno para las afecciones individuales en esta ocasion, — yyorindo tributo al genio doblemente, sofocando en mi cora- zon los impulses del carino y del reconocimiento por una amistad que enaltecia tanto cuanto la lealtad era inseparable del caracter que la concedia, — yo rindo tributo al genio, no atreviendome a mezclar mi voz en sus funebres encomios, sino en cumpli- miento de una fraternal mision, que comprueba que si hay fronteras de nacion a nacion en el estua- rio del Plata, el vinculo de las ideas mantiene la solidaridad originaria, — no existiendo barrera que SARMIENTO 109 impida la comunion del espiritu de los pueblos en las tribulaciones del dolor; como en las luchas por el progreso y en las hermosas espectativas del por- venir. Es la sociedad Amigos de la educacion popular de Montevideo, que me encarga de representarla en este acto, de hablar en su nombre, y de poner una corona sobre el feretro del ilustre educacionis- ta, — es la prensa de Montevideo, cuyos represen- tantes debemos poner en su nombre sobre el se- pulcro la placa de bronce queatestigiie su homenaje al viejo atleta que, segun las palabras que el mismo repetia, senalando el digno termino de una vida noblemente desempeiiada, ha conservado hasta el ultimo con firme brazo la rota espada que solo al destino vencedor dehe entregarse con varonil ente- reza. Tomando participacion en estas demostraciones, la prensa de Montevideo tributa justicia al que honro la mision del periodismo, haciendo de la imprenta un ariete para la demolicion de los des- potismos, y de la hoja volante del diario una antor- cha para la difusion de la luz, de la verdad, de la libertad de los pueblos, y del fundamento de los gobiernos, — sosteniendo el decoro de su aposto- lado, sin un solo desfallecimiento, sin una sola mancha, en el mas extenso trayecto recorrido por un obrero de la civilizacion de Sud-America. La sociedad Amigos de la Educacion popular es el semillero de los hombres activos e inteligentes que veinte afios ha, arremetieron contra el tremen- do fantasma de la ignorancia y la rutina en la Re- publica Oriental, — levantando y manteniendo la bandera de las reformas escolai-es con tal brio que asu impulso, yen momento dado contra su pro- pio intento, se hizo la pasion dominante del espi- ritu publico, invadiendo el dnimo de los mismos 110 SARMIENTO tiranos que inclinaron la cabeza al yugo de aquel undnime entusiasmo hasta demandar el desagravio de sus culpas y la sancion de sus usurpaciones al merito de la instruccion de los ninos organizada bajo sus ferreos auspicios. De ella salia armado con el legitimo prestigio de los ensayos que habian fortalecido su inteligencia y su fe, el hombre j6ven que de remotas regiones volvi6 con el ardiente y contagioso pensamiento de la iniciativa de aquella sociedad, — y cuyo sec- tario fanatismo produjo, en amarga lucha con sus propios correligicnarios, el advenimiento de la re- forma oficial y la centuplicacion de las almas nutridas con el pan de la ensenanza en la Repu- blica Oriental. Pero^ded6nde habia surgido, — 6 con que mis- teriosos sacerdotes del Ganges habia comunicado aquel ap6stol, a quien los vecinos de su hogar paterno vieran poco antes ausentarse, vacio de pro- visiones el saco de viaje, sin otra cosecha que la de las enfermizas decepciones de Musset y de Espronceda ? ^ Que nuevo espiritu lo habia tocado, — que Bau- tista habia derramado el agua del maravilloso Jor- dan sobre su frente? Ved aqui, senores, la clave del enigma. El que al llegai' de los' Estados Unidos descu- bri6 su ministro d« instruccion en Avellaneda, habia en los Estados Unidos revelado su mision a Jose Pedro Varela. La palabra avasalladora de Sarmiento arrojo a la accion a Jose Pedro Varela, — y es esta la filia- cion de la sociedad Amigos de la educacion popu- lar, y de las reformas escolares de la Repiiblica Oriental. Pei'o. aunque no se hallase por tan especial antecedente iigada a la intiuencia del genio de SARMIENTO 111 Sarmiento la sociedad Amigos de la educacion, ^que mayor vinculo que el de la homogeneidad de los moviles y de los resultados, entre el gran propagandista que inicia las nuevas bases de la instruccion en Chile y Buenos Aires, y la insti- tucion que las plantea y continiia agitando su pro- grama en la otra orilla del Plata? ^Qne mayor vinculo que el del honor que el hacia a aquella misma sociedad mostrandola a su patria en 1881 como modelo cuya reprodaccion corresponderia A sus mas fervientes aspiraciones? No habria sido posible que el sentimiento de la solidaridad y de la comunidad de los anhelos y de los esfuerzos dejase de hablar con las emocio- nes del dolor en el seno de aquella sociedad, ante la infausta noticia de la caida del varon insigne, maestro de los maestros en la America espaiiola. Por eso ha mandado el encargo de pronunciar delante de estos mortales restos su palabra sincera de calurosa simpatia, de profunda admiracion, y de perpetuo recuerdo para el ilustre innovador, con el testimonio de una adhesion ilimitada a los postumos honores que se tributan a su genio y sus virtudes. Este testimonio, esta palabra, hubieran debido ser mas breves, y lo serian si la voluntad pudiese gobernar el pensamiento. Porque yo no he que- rido intentar la tarea de una apologia, que seria temeraria, tratandose del procer que por la mag- nitud de su figura historica sale de las condicio- nes de un hombre de talla, siendo tal el espacio que ocupara en los fastos de su epoca que su altu- ra misma no determinaria lo voluminoso de su personalidad, — y sobre cuya tumba no necesitara la posteridad encontrar al lado de los caracteres quedigan: Domingo Faustino Sarmiento — la ins- cripcion grabada por lord Nassau Clavering en la 112 SARMIENTO lapida de Maquiavelo : Tanto nomini milium par elogium, — ya que la obra del que di6 su existencia d la estirpacion de la ignorancia hara imposible que se ignore en tiempo alguno que que para taniano nomhre no hay elogio 'proporcionado . j Manes de Sarmiento, del propagandista de las ideas elevadas y de la moral en accion, del aus- tere politico y del honrado gobernante, — manes del periodista y del educacionista, recibid los votos de los trabajadores de la prensa y de la educacion en la otra orilla del Plata ; — manes del conspicuo maestro y del benevolo amigo, permitid que en el ultimo instante os hablen tainbien los votos del adicto admirador y del sincero amigo dolorido — J Manes de Sarmiento, el probo, el sabio, el gran- de : descansad en pa^ ! Sr. Pablo Lascano (hijo) POR LA COMISION POPULAR DE LA PlATA Senores: No siento lastimado mi amor propio al confesar mi insuficiencia para cumplir la dificil mision de hablar ante los restos del esclarecido ciudadano que en vida llen6 con el ruido de su nombre los dmbitos de este continente. He buscado con empenoso afan la nota digna del asunto que me ha sido confiado, para pronun- ciarla d la memoria del grande hombre que pierde la America latina, y declaro que he estado a pun- SARMIENTO 113 to de renunciar al inmerecido honor que se me ha dispensado. Empero, un sentimiento patrio- tico, vinculaciones que tenia con el extinto, me han decidido a afrontar la tarea. Senores: No hay un modelo utilizable en este caso, ni regla a la cual pueda el espiritu sujetar el ciimu- lo de ideas que surgen cuando se contempla exa- nime al que batallo con tanto denuedo y actividad. No hay conceptos suficientemente graficos que traduzcan este duelo nacional, esta perdida de uno de los grandes americanos, como le llamo Laboulaye. Todos quisieramos encontrar acentos nunca oidos, palabras nunca proferidas por labios huma- nos, para hacerlos resonar como una exclamacion unanime de este continente, que el extinto atra- vesara de parte -A parte, llevando en sus vigorosas manos la antorcha de la civilizacion. Con el ilustre estadista general Sarmiento se eclipsa un astro de primera magnitud en el cielo de las letras americanas; pero quedan sus obras incorporadas a una epoca que la historia senalard con el nombre que corresponde. j Que mision tan fructuosamente Uenada ! Fue el apostol m^s abnegado de los tiempos que alcanzamos, y el mismo en ciertos actos de su vida, sentiase cumpliendo una tarea inspirada por una sugestion anonima. Todo en el era espont^neo, rapido, nuevo, car- gado de frescura y lozania. Grande, multiple, soberano, las luces y cam- biantes de su fisonomia intelectual producen algo como el vertigo. \Y que valor y perseverancia, senores, tenia 114 SARMIENTO aquella alma libre, aquel corazon patriota, aquel organismo de gigante I Habia nacido para la vida piiblica y ninguno supo ejercerla con mas dignidad y grandeza. Diriase que era la atmosfera en que con mas exito actuaba. Hacer el bien, promo ver el progreso, iluminar las mentes, engrandecer la patria, — fue la f6r- mula dentro de la cual giraba el pensamiento lumi- noso de aquel espiritu extraordinario, el mejor ejemplar que la America contemporanea puede ofrecer al mundo. Asistimos a la bora de una solemne apoteosis y debe permitirse a los que representamos la pos- teridad formular una declaracion : el general Sar- miento es una fecunda enseiianza para los que le sobrevivimos. Su amor a la verdad lo condujo a limites a que ninguno os6 llegar. Desafio las multitudes ; combati6 sin tregua las preocupa- ciones ; hizo abstraccion absoluta de todo propo- sito personal ; creyo en los principios, antes que en los errores prevalentes ; pueblos, partidos poli- ticos, gobiernos, todos le salian al paso y a todos oponia la muralla inexpugnable de sus conviccio- nes, quedando muchas veces solo, pero jamas vencido. Sin embargo, vosotros lo veis, su muerte es una glorificacion completa, esplendida y grandiosa. Pocos varones inspiran estos inmediatos reco- nocimientos postumos, estos salarios devengados por el ilustre soldado que en el campo de las ideas mantuvo bien alto la bandera de su fe politica. Es que pocos tambien llenaron con mas ampli- tud su destino como propagandista incansable de las buenas causas, ora en la tribuna parlamenta- ria donde siempre fue fulgurante, ora en los con- sejos de gobierno, ora en la agitada catedra de la SAllMIEXTO 115 prensa y ora en fin en el vasto escenario en que actuo con poderoso aliento. Senores : Este anciano glorioso gast6 su vida en servicio de la patria y hubiera sido injusto que no quedara grabado en la memoria de las gentes el recuerdo de sus virtudes y sacrificios. Por eso todas las clases sociales, todas las agrupaciones nacionales y extranjeras, pueblo y gobierno. ancianos y jove- nes, se acercan con religioso respeto a rendir el ultimo homenaje al mas noble y raro ingenio que haya producido la America latina, pidiendo paz para sus cenizas e inmortalidad para su nombre. Sr. Angel Menchaca Director de taquigrafos del congreso nacional Senores: Nada hay mds imponente y enmudecedor, nada que absorba en una meditacion de mas indefinida melancolia y haga ver de un modo mas real lo con- tingente y efimero de nuestra existencia, que el ca- daver de un grande hombre, ante la tumba abierta para recibirlo en su antro negro y misterioso, con su eterno problema. La muerte de Sarmiento es solo comparable por la conmocion que ha producido en todas las capas sociales, a esos fen6menos geologicos internos, que se traducen por un terremoto: el desprendimiento y la caida de una mole enorme a los abismos igneos de la tierra ! 116 SARMIENTO Sarmiento era un hombre verdaderamente origi- nal, tipico, extraordinario. Tenia tan desarrollado y era tan vivo el sentimiento de su individualidad, que jamas siguio modelo; en nada imito a nadie. Estudiaba la historia para encontrar la filosofia de los hechos pasados y la generacion de los presentes- y futures; pero nunca en busca de norma para sus acciones, pues siempre procedio guiado por la ins- piracion natural de su inteligencia y los dictados sin apelacion de su voluntad de acero. Sarmiento era un caracter y era a la vez un crea- dor genial . Tenia en su alma todas las altiveces y en su es- plritu el germen de todas las iniciativas; todo lo te- nia propio: modo de ser, estilo, lenguaje, forma, fondo . Por eso su oratoria ejercia un dominio irresisti- ble, una atraccion que a veces suspendia y en- can taba. Su elocuencia no residia en la vulgaridad de una frase florida, ni en los rigidos lineamientos de una retorica amanerada, sino en la novedad de sus pen- samientos, en lo extraiio de aquella forma exclusi- vamente suya, en lo inesperado y rapido de sus giros, en lo contundente de sus razonamientos, en sus calificativos cliches, en lo vasto y variado de su erudicion, en la savia intelectual, en fin, que vivificaba su discurso y ataba, como un hilo de luz, aquella s frases entrecortadas, nerviosas y al parecer desalifiadas ^ incorrectas. Como taquigrafo experimentado, me complazco- en confesar que mds de una vez aquella elocucion avasalladora, inmovilizo el lapiz en mi mano y tu- ve que esforzarme para independizar mis nerviosde aquel como m^gico influjo de su palabra varonil . Senores: Es una gran verdad la que expresa es- SARMIENTO 117 te dicho popular: nunca se aprecia tan to un bien, como cuando se ha perdido . En la vida agitada y laboriosa de Sarmiento, en los ardores de la lucha y de la pol6mica, mil veces le fueron desconocidas hasta sus m^s descollantes dotes, hasta sus obras m^s grandes y meritorias; pero hoy que ha desaparecido, hoy que nos senti- mos oprimidos por el inmenso vacio que deja enpos de si, la reaccion es tan violenta y expansiva, se le- vanta tan gigantesca su figura, iluminada por los destellos de su genio, que todos olvidan al hombre de pasiones, al combatiente rudo, que heria sin pie- dad a su adversario, para honraral notable estadis- ta, al profundo pensador, al sagaz politico, al admi- nistrador honrado, al patriota lleno de nobles y ele- vadas ambiciones por la prosperidad y engrandeci- miento de su pais, al orador mas original de su epo- ca, al autor del ((Facundo)), y sobre todo al in- cansable propagandista de la educacion; de la educacion, senores, que es la base de la verdadera libertad, la fuente de todos los progresos, la unica palanca con que se han de echar por tierra todas las preocupaciones que, con el influjo de la tradicion y de usos consuetudinarios, traen todavia en servi- dumbre ci la humanidad. Senores: En la multiple y colosal personalidad de Sarmiento, vinculada a todos los adelantos de la Repiiblica Argentina y aun de la America, ya como iniciador ya como impulsor de energia y de aliento poderoso, es al educacionista convencido, al vehe- mente secundador de Rivadavia, al que mAs venero y admiro; y sus constantes y fecundos afanes por la educacion popular, seran en todo tiempo su mejor titulo a la gratitud nacional y los qtie produ- ciran mayores y mas duraderos beneficios en el porvenir. Su apostolado de ensenanza, es la 118 SARMIENTO piedra mas preciosa de la brillante diadema de sus obras. Senores: Los taquigrafos del Congreso Argentine, al depositar una modesta placa en el sepulcro de Sarmiento, satisfacen un movimiento intimo y es- pontaneo de reconocimiento, al fundador de la pri- mera clase de fonografia de la republica y de esta parte del mundo, y al que patrocino eficazmente la creacion del cuerpo de taquigrafos, comprendiendo los servicios que este habla de prestar al parlamento de la nacion al recoger y conservar para la historia sus importantes deliberaciones; y al incorporarse como ciudadanos a este magnifico cortejo de todo un pueblo, a esta esplendida apoteosis de alaljanza e inmortalidad, vienen tambien a inclinarse reve- rentes ante la memoria del eminente hombre de estado, y de uno de los mas empenosos, entusiastas e ilustrados pedagogos de la America del Sud. Sr. Juan Ronco POR LA SOCIEDAD COSMOPOLITA DE PrOTECCION MUTUA En representacion de la Sociedad Cosmopolita de proteccion miitua y en nombre de su institute mercantil, hemos concurrido A rendir homenaje a la memoria del incansable educacionista popular, general Domingo F. Sarmiento, y postrados ante sus despojos, colocamos en su morada eterna un humilde bronce que recuerde tambien eternamen- te la admiracion de nuestros alumnos hacia el apostol abnegado de la instruccion. I Que triste acontecimiento, que duelo nacional SARMIENTO 119 reune al pueblo argentino y extranjero en esta mansion del descanso sin fin ? No solamente el sentimiento patriotico de sus conciudadanos se asocia al duelo producido por la muerte del gran educacionista americano, del pen- sador y eminente estadista, del magistrado y hon- rado ciudadano, del patriota y progresista hombre de estado que contribuyo con su talento a conso- lidar la nacionalidad argentina; confunden tam- bien sus demostraciones de dolor y de angustias, los hijos de todos los pueblos cultos que habitan el suelo de esta querida patria, y que sienten por ella simpatia y amor, anhelan su grandeza y pros- peridad, como anhelaba el ilustre muerto que aca- ba de bajar al sepulcro, en medio de la devocion y el carifio de los pueblos americanos. Ante el altar inmaculado, el mausoleo silencioso que guardara por siempre los restos de un genio argentino, callan todas las pasiones, los criticos enmudecen, dando tregua a la sociedad conmovida y triste, por tan lamentable suceso. Solo laten corazones, sorprendidos por una sola causa, por los mismos pesares, heridos por la fle- cha del destino, lanzada por la mano de una ley eterna, que en vertiginosa carrera atraviesa las edades arrastrando en pos de si las generaciones que se suceden, y transformando las sociedades y los hombres. El mundo tambien experimenta dolor, cuando un hombre superior, merecedor de la estima publi- ca, desaparece, cuando un elemento poderoso de progreso cede a otros el puesto de combate y cae vencido por el trabajo diario, al pie del deber. Las ciencias, las letras, se resienten, se con- mueven, cuando la pluma del publicista eminente, no traza ya sus inspiraciones sublimes, llenas de 'fe inquebran table, cuando las creaciones de un 120 SARMIENTO g^nio admirable y altivo ban depuesto los elemen- tos de esa lucha fecunda que abre surcos lumino- sos al traves de todos los conocimientos bumanos y propaga las doctrinas de la democracia, baciendo temblar con su vigorosa palabra, a los verdugos de las libertades publicas. En medio de esa lucba ardiente y vigorosa alimentada por la pasion de lo grande y noble que engendra los ideales del porvenir de la pdtria, Sarmiento no abandono un instante la propaganda de la educacion, porque veia en ella la solucion del gran problema social, la emancipacion del ciudadano para ejercer libremente sus derecbos y cumplir estrictamente sus deberes ; porque veia en ella la organizacion politico-social de la repu- blica, el afianzamiento de su vida nacional y veia en fin las bases inconmovibles de su grandeza y de su porvenir. Sarmiento ba podido gozar de sus triunfos, sus aspiraciones fueron traducidas en becbos, que constituyen la admiracion universal; ba colabo- rado de una manera eficaz con su iniciativa y su talento en la gran obra del progreso nacional de esta gran nacion americana, muriendo en medio de sus conquistas cubierto de gloria inmortal, como mueren los verdaderos patriotas que ban consagrado su existencia y los dones preclaros de su inteligencia, al servicio de la causa comun, del progreso bumano. Sarmiento recibe boy el premio que las nacio- nes cultas y bien constituidas reservan para sus bijos predilectos, que supieron sacrificar la ambi- cion de la fortuna, por satisfacer la nobleza de su alma ; que sacrificaron su bienestar, entregando la savia de sus inspiraciones al servicio de la buma- nidad. Sarmiento fu6 un ejemplo de esos grandes tita- I I SARMIENTO 121 nes de la antigaedad que emprendian la guerra luchando her6icamente por la causa que armaba su brazo ferreo, hasta caer vencidos 6 salir triun- fantes en la batalla. Sarmiento se recordard .siempre con respeto y veneracion, admirando en el porvenir la grandeza de su genio, la tenacidad de sus tendencias, y la abnegacion de sus pro}'ectos. Cuando la nacion argentina y todos sus hijos hayan perfeccionado sus conocimientos en la escuela, enriquecido su memoria con los acontecimientos historicos de su patria, y recojido en las universidades los resul- tados de una vida consagrada a la educacion de- los pueblos, alimentando su existencia con las- doctrinas esparcidas en las mas apartadas aldeas- de la republica por el pensador argentino ; podran medir entonces la magnitud de esa figura culmi- nante que se levanta desde los Andes hasta las^ riberas del Plata, y domina con su propaganda, con un genio. con sus nuevas doctrinas, las viejas- tradiciones, iluminando la senda de una nueva era de civilizacion y abriendo nuevos horizontes de- progreso a la actividad humana. Esa figura es Sarmiento, con la origirialidad de su caracter, con la sinceridad de sus propositos-, con la expresion del patriotismo en los labios, con laseveridad de sus actos, como gobernante, como militar, como ciudadano argentino^ con el arsenal de sus libros de ensenanza, con sus obras escritas con mano maestra, con sus virtudes, con su amor a las ciencias, ensefiando al mundo el camino de- la inmortalidad. 122 SARMIENTO Sr. Agustin E. Martelleti POR LiV SOCIEDAD TiPOGRAFICA BONAERENSE Senores: En estos momentos solemnes de angustia supre- ma, en que el sentimiento publico, se muestra uni- forme en la faz dolorosa de miles de argentinos y extranjeros, deplorando la inmensa perdida que •,'^xperimenta la nacion, con la sensible muerte del eminente ciudadano general Domingo Faustino Sarmiento, dignisimo miembro honorario de la So- ciedad que represent©; sentimiento, senores, ex- presado elocuentemente por las primeras ilustra- ciones del pais y de naciones amigas, en sus diver- . sas jerarquias y que forman un escogido e imponente auditorio, no puedo pretender cautivar la atencion .con mi deslucida e incoherente palabra, pero si manifestar con el alma acongojada, la pena que • nos embarga al contemplar que yace inanimado el gran batallador de las ideas. ■ Ante el cuerpo inerte de este privilegiado orga- 1 nismo respetado por mas de tres cuartos de siglo por el formidable huracan de los anos; — ante la pe- ; na acerba e inconmensurable que se siente, al con- templar a lo que esta reducida la culminante figura V del primer gladiador argentino en las luchas del progreso; — de ese titan del pensamiento escrito que na muerto como vivio, preocupado de hacer libros en pro de la civilizacion; — solo nos es dado dejar correr nuestras lagrimas mas puras, y depositar en su sepulcro, esta placa fundida de tiposdeimprenta, — de esos tipos que el supo hacer animar, abatien- SARMIENTO 123 do la barbarie y el caudillaje con las originales pro- ducciones de su portentoso genio inmortal. Sea esta humildisima ofrenda testimonio genuino de sentimiento, de admiracion y de respeto al ilus- tre general Sarmiento, que como a socio, laSocie- dad Tipografica Bonaerense dedica. Y conceda Dios merecido reposo eterno a sus restos venerables, en tanto que sus conciudadanos y la posteridad consagran gloria inmarcesible a su digna memoria. Sr. Arturo Garcia Aparicio PoR EL Centro Estimulo Literario Senores: Seame permitido depositar en la tumba de Sar- miento esta humilde ofrenda, cuyo unico significa- do es la admiracion y respeto de que el Centro Esti- mulo Literario se halla animado hacia el eminente ciudadano cuya muerte lamenta la repiiblica. En estos momentos solemnes, las palabras no son hijas de la inteligencia; brotan espontaneas del corazon conmovido. Esto se explica, sefiores, cuando vemos desapa- recer del escenario de la vida esos hombres extra- ordinarios que se llaman genios y cuyas huellas lu- minosas son un reguero de luz perenne en el hori- zonte de la patria. No cupo a nuestros dias la honra de regar con una lagrima la tumba de Moreno y Rivadavia; pero desde hoy en adelante podemos contar a la genera- cion venidera que el pueblo argentino, congregado 124 SARMIENTO en este recinto, se detiene consternado por el senti- miento ante el sepulcro abierto para guardar los restos del amigo de la juventud, del campeon de las libertades, del noble ap6stol de la educacion de tres naciones americanas. Y ^conio no hemos de tributar este homenaje p6stumo A la memoria de una larga vida consagra- da al servicio de su pais y extinguida en medio de la pobreza, pero sirl la mas leve sombra que haga dudar de su patriotismo y de su honradez ni venga A eclipsar el brillo de sus rutilantes fulgores? Muy pocas biografias haran destacar una figura como la de Sarmiento, y felices de nosotros cuando en el termino final de la vida de un compatriota vengan oradores distinguidos como los que acaban de conmovernos, ^ hacer una apologia tan grande como justa. Inclinemonos ante los restos inanimados del que ha recorrido el camino de la existencia siempre con la frente altiva, la idea del bien y del progreso en la mente y el amor a la patria en el corazon. Templemos nuestro espiritu en la energia viril que se refleja en las brillantes paginas que historian tantos afios de luchas y de fatigas. La juventud que constituye el centro que presido viene, senores, a rendir un homenaje, no solamen- te al gran ciudadano, sin6 tambien al autor del ((Facundo)), ese gran monumento de las letras ar- gentinas. La individualidad de Sarmiento ligada A las evo- luciones de la vida de una sociedad que pugna por organizarse, lo esta igualmente al desarrollo de la literatura nacional. Sus escritos reflejan el vuelo incansable de su ro- busta inteligencia; su elocuente palabra, la magni- tud de su g6nio, la agudeza de su espiritu. Sus ((Recuerdos de Provincia)), con sus bellezas SARMIENTO 125 literarias, nos revelan en tintes suaves y delicados la ternura del que, tal vez sin saberlo, ha sido entre nosotros el primer artista. Quizd sus sentimientos se hubieran desbordado en cadenciosos cantos y armoniosas estrofas, si la 6poca de su juventud, cuando debi6 sentir los sublimes arrobamientos del corazon, las fantasias de su imaginacion crea- dora, no hubiera sido tambien la 6poca triste del caudillaje qae le hizo esgrimir laplumapara com- batir la tirania. Ojala que la semilla arrojada por Sarmiento en el campo de las letras no sea como la depositada en roca esteril, sino como la que produce siemprefruto sazonado en robustas y doradas espigas. i Noble anciano! Heroico roble que desafiaste los huracanes m^s violentos de nuestra vida nacio- nal, defendiendo con tus ramas ^ las vlctimas del torbellino, has caido tronchado por el viento incle- mente de la vejez, pero tu figura se destacard ga- llarda al trav^s de los siglos y vivira inmortal co- mo las paginas de tu ((Facundo)). \ / DISCURSOS PRONUNCIADOS EN EL PARAGUAY ANTES DE SER EMBARCADOS LOS RESTOS PARA BUENOS AIRES I Sr. Ministro de Relaciones Exteriores Sefiores : Vengo con el alma conmovida k expresar el eco de dolor que todos los buenos corazones sienten ante la muerte uno de los prohombres m^s distin- guidos de la Republica Argentina. Si me fuera dado interpretar genuinamente los sentimientos de esta imponente manifestacion de duelo, yo diria, senores, que el triste suceso que lamen tamos, sera igualmente deplorado por todos los hombres de bien que por do quiera rinden culto a las virtudes civicas de un eminente ciuda- dano. El infatigable luchador en las lides pacificas de la democracia, ya no existe. La patria argentina ha perdido d uno de sus mds preclaros hijos y la America d un noble ap6stol de la libertad. Se ha dicho muy bien que los desastres de una batalla pueden repararse facilmente ; pero ^^como llenar el inmenso vacio que deja en las filas la perdida de un grande hombre ? Es que en la vida de los pueblos cada 6poca se caracteriza por la aparicion de ciertas personali- dades que cual meteoros brillantes alumbran sus destinos, imprimiendo a la direccion de los acon- tecimientos el sello extraordinario de su genio, 130 SARMIENTO aun a traves de las barreras y obstaculos que le opone el espiritu retardatario del oscurantismo. Sarmiento pertenece a esa geueracion de ilus- tres argentinos que retemplaron su espiritu en medio de las duras y amargas vicisitudes de la proscripcion. Desde Chile emprende aquella heroica y patrio- tica propaganda contra la ominosa tirania que deshonraba a su patria; echa los primeroscimien- tos de la organlzacion de las escuelas, y despues de operar con su pluma una revolucion literaria, preparando asi el espiritu nuevo de la inteligente juventud chilena en la luminosa senda de las letras, dejando en pos de si el recuerdo imperecedero grabado en el corazon de un pueblo agradecido, asiste a la memorable batalla que dio para siem- pre por tierra con el sanguinario tirano que opri- mia su pais por tan largos aiios. Desde entonces comienza la ardua y dificil tarea de la organizacion politica de aquella repiiblica hermana, en la que tomaran tan prominente par- te Sarmiento, Mitre y tantos otros esclarecidos ciudadanos. ^ Como condensar en breves lineas ese periodo fecundo de la labor que ha traido por resultado el afianzamiento de la paz y las instituciones, el de- sarrollo portentoso de la prosperidad y engrande- cimiento de la Repiiblica Argentina? Podeis estar satisfecho de vuestra obra, digno heroe del progreso y de la civilizacion. Si la es- pada es la almohada de los fuertes, ninguno ha luchado tan persistente y valientemente durante toda su vida por el triunfo de los principios de- mocraticos que constituyen el dogma sagrado de los pueblos libres. Hombres como Sarmiento honran a su patria y son gloria de la humanidad. SARMIENTO 131 Ninguno como 6\ ha perseverado tanto en la obra del bien, ni alimentado tan intensa y ardiente f6 en el poder incontrastable de las instituciones libres. Convencido Intimamente de que la educacion es la base m^s s6lida para asegurar el gobierno del pueblo por el pueblo, convirtiendo d cada ciuda- dano en celoso guardian de las libertades piiblicas, propendi6 constantemente por la realizacion de tan sublime ideal, siguiendo las huellas trazadas por Rivadavia; y multiplico las escuelas como uni- co medio para crear y mantener esa fuerza moral capaz de combatir el atraso y la ignorancia y con- cluir con los ultimos restos del caudillaje que que cimentaba su poder en las masas bdrbaras 6 inconscientes de la sociedad. M^s feliz que aquel gran patriota y pr6cer de la independencia que muri6 en el destierro, amargado por el olvido y la ingratitud, ha recogido el fruto de la simiente del progreso que ha arrojado abundantemente por el espacio de medio siglo y baja A la tumba dejando A su patria grande, pr6spera y feliz. Las genera- clones de la posteridad bendeciran estas dos figu- ras hist6ricas que tanto ban hecho en favor de la regeneracion moral e intelectual del pueblo argen- tino. Ese noble afan por la difusion de la educacion popular; ese espiritu vigoroso manifestado en su brillante y fecundo pensamiento para exponer, comentar y defender los grandes principios de la constitucion republicana; ese coraje civico que evidenci6 continuamente para combatir las preo- cupaciones y resabios del pasado, y la honestidad que fue el rasgo distintivo en su larga carrera poll- tica, constituirAn el mas bello timbre de su vida publica, inmortalizando su nombre ^ la par de los grandes fundadores de la republica. 132 SARMIENTO Un dia llegaba aestas playas el venerable ancia- no, buscando el dulce reposo a sus rudas y penosas fatigas, y encontrose rodeado del carino, del res- peto y de las simpatias de todo un pueblo que no podia permanecer insensible ni indiferente en pre- sencia del virtuoso ciudadano y eminente educa- cionista americano. Desde entonces formaronse intimas vinculaciones de amistad entre el y los hombres de este pais. El Paraguay honrabase con la visita de huesped tan distinguido, a quien le ha- bia dado una cordial bienvenida, ofreciendole la mas digna y sincera hospiialidad que correspondia en el caso. Habia pensado fundar su hogar en un lugar reti- rado y silencioso, buscando en la suavidad de nues- tro hermoso clima y en el ambiente puro y per- fumado de nuestras selvas primitivas, nuevo vigor a su salud decaida y fortaleza a su espiritu siempre activo y batallador, cuando empenado en ese pro- posito, la muerte despiadada acaba de poner fin a su existencia. Y ved ahora en torno de su feretro esta inmen- sa agrupa^ion popular conmovida profundamente por el sentimiento del dolor y la afliccion. Asisti- mos a la bora suprema de la despedida, del mo- mento solemne y triste del ultimo adios. Van a reposar sus restos en el seno de su patria, reclamados con justicia por un pueblo magnanimo y generoso que sabe honrar la memoria de sus grandes hombres y que aceptara este homenaje sencillo pero grande del pueblo paraguayo, como una demostracion afectuosa deconfraternidad ame- ricana y como elocuente tributo de admiracion hacia el ilustre maerto. SARMIENTO 133 Sr. Joaquin L. Carreras Senores: La carne, la envoltura de aquel espiritu soberano que se llamo Sarmiento, esta aqui proxima a dejar la tierra paraguaya y proxima tambien a confundir- se con la madre tierra. Este cadaver no pertenece a los paraguayos, y sin embargo, le colman.de bendiciones, le tributan frases de carino, de admiracion y de respeto; le te- jen guirnaldas de flores y dejan que su corazon manifieste en cada latido el sentimiento noble y patriotico que Sarmiento les inspira. ^Y porque no les pertenece este cuerpo inani- mado? ^No les ha pertenecido acaso su espiritu? ^No les han pertenecido sus pensamientos, sus aspi- raciones, sus ideales, sus esperanzas y sus desen- cantos ? No hace mucho tiempo se le recibid) aqui con fes- tejos publicos, como se recibe a los grandes apos- toles de la civilizacion, y hace muy pocos meses que tomando de las manos de un nifio de escuela la bandera paraguaya, derram6 dulces lagrimas de ternura, pidiendo a la posteridad que cuando el muriese envolviera su cuerpo en la bandera de su patria, en el estandarte de Chile y en el pabellon que en aquel momento apretaba contra su pecho. Sarmiento ha luchado con el Paraguay; ha senti- do al unisono de los Paraguayos, y como ellos, ha deseado el engrandecimiento de este hermoso pais, tierra prometida, paraiso de la America, y cuna del heroismo y de la desgracia. Ha pertenecido al Paraguay en cuerpo y alma; 134 SARMIENTO pero hoy reclama su cuerpo aquella tierra que lo vio nacer, y los paraguayos, acallando sus senti- mientos, le dan el ultimo adios y se consuelan pen- sando que aqui queda el alma de Sarmiento. jY con cuanto carino, con cuanta veneracion, con cuanto respeto, no se hubieran guardado aqui sus queridos restos!.... Alia en su hermosa pa- tria seran depositados con mas pompa, con m^s brillo, con mas magnificencia; pero no con mas amor que en el Paraguay. Cuando se supo su muerte, el gobierno, el pue- blo, todos los habitantes de la Asuncion, rodearon su lecho, le tributaron honores, le mandaron co- ronas de jazmines y siemprevivas, le hicieron guardias caballerescas, le estrecharon, en fin, en- tre sus brazos y proclamaron orgullosos su gloria y deploraron sollozantes su muerte. Proclamaron su gloria porque el nombre de Sarmiento ha resonado en todos los ambitos del mundo; porque ha derramado torrentes de luz, alii donde quiera que haya estado, y porque ha estrangulado el fanatismo religioso, y ha hecho pedazos el trono del despotismo, y ha reducido k escombros el templo de la ignorancia, y ha roto las cadenas de la tirania que aplastaban a su pa- tria, y ha esgrimido su espada por el bien, por la libertad, por la justicia, por la civilizacion, por Dios ! . . . . No por ese Dios de las venganzas y de los castigos, sin6 por ese Dios de la bondad y del perdon. Han sollozado con su muerte, porque con Sar- ^miento muere una fuerza civilizadora, un motor de creaciones sublimes, una fabrica de ideas lu- minosas; algo asi como una fabrica de estrellas. Pero Sarmiento no ha muerto; vive en sus obras vive en su ((Facundo)), vive en el bien que ha hecho, vive en los ferro-carriles que cruzan las SARMIENTO 135 pampas argentinas y que el mando construir du- rante su gobierno; vive en las escuelas por 61 le- vantadas; vive en las juveniles inteligencias que en esas escuelas se educan; vive en las paginas de la historia; vive en el corazon de los ameri- canos, y, sobre todo, vive en el corazon de todos los Paraguay OS y de todos los arjentinos. No hay mas que decir: — Se va la materia, pero queda el esplritu; se va el cuerpo, se va el crAneo del que han brotado tantas ideas, pero quedan aqui las ideas. Demos un adios, el ultimo adios a esta envol- tura,y recordemos que deben enorgullecerse siem- pre los chilenos, los paraguayos y los argentinos, de que us banderas respectivas sirvan de mortaja a una gloria americana. Dr. Claudio Pinilla Encargado de xegocios de Bolivia EN LA Asuncion Senores: He aqtii una de esas tumbas cuyo inmenso abis- mo solo se mide por la inmensidad del duelo que producen; una existencia de labor y de fatiga, apa- gada en la tarde de la vida y que parece, no obstante haberse hundido en el ocaso, arrebatandonos las esperanzas e ilusiones matinales: y es porque el gc- nio, no envejeciendo nunca, no parece sin6 que jamas colmara su mision sobre latierra. Era aquella hora de pavor y de duelo en que el enajenado esfuerzo de los hijos iba d arrancar la in- 136 SARMIENTO dependencia secuestrada por la madre, eran los dias en que las armas independientes se aprestaban a cruenta y obstinaba lucha, cuando vino al mundo aquel a quien unanimente hemos dado en llamar el mas grande y porfiado luchador de la America, co- mo si el destino hubiese querido templar su viril caracter desde aquella hora en que las madres- oprimian sus hijos contra su seno, oyendo despa- voridas el estampido del canon, y el vertiginoso galopar en la desierta pampa. Pretender seguirle en su carrera multiple de hombre publico, es querer estudiar la marcha y des- envolvimiento de la sociabilidad americana al traves- de los tiempos y de los acontecimientos, pasando por el glorioso periodo de la emancipacion, para narrar en seguida las sombrias boras de la tirania^ los turbulentos dias de nuestra infanciademocratica y por fin la serena etapa de la paz y del progreso. A cada una de esas diversas situaciones corres- ponde una faz especial de la vida de Sarmiento; — proscrito y perseguido; caudillo y general; polemis- ta y tribuno, se le encuentra siempre avanzando en las lineas del combate, tendida al viento su progre- sista ensena, y esgrimiendo el arma con potente brio. Empero, ni hay tiempo ni es ocasion de acome- ter esa tarea que, poniendo de relieve la grandeza del patricio que lloramos, solo conseguiria anadir una nota a este amargo duelo. Con dificultad la tierra americana producira una personalidad mas laboriosa y artlstica que la de Sarmiento. Su larga vida, que le ha hecho descen- der al sepulcro coronado de anos y de gloria ha si- do una esforzada y continua lucha; — lucha contra el error por la verdad, contra la ignorancia en pr6 SARMIENTO 137 del alfabeto, contra el atraso en bien del progreso, y contra la tirania en favor de la libertad. Con entera fe en el alma, y con grandiosa espe- ranza en el porvenir, innovador y revolucionario, ha podido escribfr sobre los muros de su vivienda, lo que aquel otro anciano, orgullo de la Francia, sobre las paredes de su asilo en Jersey; (Fides spes labor! Si, porque aquel hombre ha llegado, como La- martine, a las alturas del poder por la sola virtud de su esfuerzo y de su genio, nos ha ensenado a su- frir con esperanza, a luchar con fe y a veneer por el trabajo, siendo esta, despues de una tarea constante y fructifera, acaso la primera hora de re- poso de que disfruta. Al devolver al amor y a la veneracion del gran pueblo argentino los restos mortales de su gran re- piiblico, vengo a cumplir la honrosa pero triste mi- sion de tributar en nombre del cuerpo diplomatico residente en el Paraguay el postrer adios con que sella esta final partida. Porque nosotros los que le- jos de nuestro hogar hemos hallado hospitalario abrigo en esta heroica tierra, no podemos menos que asociarnos a esta grandiosa manifestacion de duelo tributada por un pueblo generoso d quien le- jos de sus lares, hall6 aqui mater no y carinoso abrigo. |Cuan grande y cuan honrosa es, en efecto, para los pueblos americanos esta solidaridad de sentimientos y relaciones fraternales ! j Bien lo di- cen los justos honores con que se ha rodeado la tumba del procer que despues de una vida de ince- santes creaciones, empleaba aun las ultimas ya casi vagas vibraciones de su genio, en la investigacion y estudio de la verdad y la armonia ! j Restos preciados del pensador ilustre, volved a reposar en la tierra en que habeis nacido ! Y al ale- 138 SARMIENTO jaros de estas play as para cruzar las ondas de ese grandiose rio cuyo franco paso d las banderas del mundo ayud6 k conquistar el genio que os animaba, recibid como ofrenda d la grandeza de vuestras obras, en el fresco aliento de las brisas, el aliento aun mds fresco de la civilizacion liberal y progresis- ta de la America. Sefiores: El general Sarmiento ha muerto entre los arrullos de su genio artista y creador, delirando con el ideal y extasi^ndose ante la armonia de las razas. \ Que su espiritu luminoso al desprenderse del fr^gil barro que lo encerrara, sea recibido en la vision y en el goce de la suprema armonia y de la verdad suprema ! Doblemos la frente ante esta urna que encierra sus despojos y sembremos de flores la tumba de quien tantas derram6 en vida sobre nuestras almas. INDICE Pigina Acuerdo del Consejo Nacional de Educacion 3 Discursos 5 Senor Juan G. Gonzalez, Presldente de la Comision popu- lar Paraguaya 7 Senor Vice-Presidente de la Repilblica Dr. Carlos Pelle- grini — en nombre del Senado 8 Dr. Wenceslao Escalante, en nombre de la Camara de Di- putados 12 Dr. Benjamin Zorrilla, Presidente del Consejo Nacional de Educaci6n 16 Senor Ministro del Interior Dr. Eduardo Wilde 31 Dr. Aristobulo del Valle, por la Prensa Argentina 35 Dr. Secundino J. Navarro, por los Sanjuaninos 40 Seiior Pablo Groussac, por la Scciedad Amigos de la Edu- cacion de Cordoba 47 Senor Agustin de Vedia^ por los residentes Orientales ... 50 Senor Guillermo Malta, por los residentes chilenos 52 Senor Vicente R. de Oliveira, de la Nacion Paraguaya. . . 55 Dr. Venancio Lopez, Presidente del Centro Paraguayo... 58 Seiior Juan Silvano Godoy — Del Centro Paraguayo 60 Seiior Jos6 Maria Torres, por los Colegios y Escuelas Nor- males 66 Seiior Andr6s Ferreyra, por los Maestros de la Capital... 68 Seiior Manuel Cabral, por el Consejo de Educacion de Co- rrientes 71 Seiior Martin Posse, por la Escuela Normal de San Nicolas 76 Dr. Agustin P. Justo, por el pueblo Nicoleno 77 140 INDICE Pigina Dr. Isalas Gil 8a Dr. Osvaldo Magnasco, por el Centro Juridico 85> Dr. J. B. Astigueta, por la Sociedad Geograflca Argentina 89 Teniente O. Betbeder, por el Centro Naval 92 Dr. Emilio Gouchon, por los Estudiantes de Derecho 98 Sargento Mayor Jos6 Sandalo Sosa, por los alumnos del Colegio Militar 102 Dr. Jos6 Sienra Carranza^ por, la Sociedad Amigos de la Educaci6n Popular y por la Prensa de Montevideo... 106 Seiior Pablo Lascano (hijo)^ por la Comision Popular de la Plata 112 Seiior Pablo Menchaca, Director de Taquigrafos del Con- greso Nacional 115 Seiior Juan Ronco, por la Sociedad Cosmopolita de Protec- ci6n Mutua 118 Seiior Agustin Marteletti, por la Sociedad Tipografica Bo- naerense 122 Seiior Arturo Garcia Aparicio, por el Centro Estfmulo Li- terario 12S Discursos pronunciados en el Paraguay antes de ser em- barcados los restos para Buenos Aires 127 Seiior Ministro de Relaciones Esteriores 129 ■ Senor Joaquin L. Carreras 133 Senor Claudio Pinilla, Encargado de Negocios de Bolivia en la Asunci6n 136 , UNIVERSITY OF CALIFORNIA LIBRARY Los Angeles This book is DUE on the last date stamped below. f^lHk' Form L9-Series 444 A ■- ■ -^V •..V*'^ ^•^^; UC SOUTHERN REGIONAL LIBRARY FACILITY AA 000 588 909 F 28k6 S2kA3 1889