key: cord-1019701-ct669yki authors: Moraga-Llop, Fernando title: Vacunación frente a la COVID-19 en los adolescentes. Una realidad date: 2021-05-28 journal: Vacunas DOI: 10.1016/j.vacun.2021.05.003 sha: a2f4e658bce4b85678bded1ab6f4bff6d9b78c20 doc_id: 1019701 cord_uid: ct669yki nan La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) empezó a revisar la solicitud de esta ampliación el día 3 de mayo y se espera su aprobación en las próximas semanas. Las otras tres vacunas aprobadas por la EMA (Moderna, Vaxzevria de la Universidad de Oxford-AstraZeneca y Janssen) lo están para su uso a partir de los 18 años. Se ha empezado a realizar ensayos clínicos en adolescentes, que AstraZeneca detuvo coincidiendo con la aparición del fenómeno de las trombosis de los senos venosos cerebrales en el curso de la vacunación de la población general. Se han iniciado también estudios con las dos vacunas de ARN mensajero en niños desde los 6 meses hasta los 11 años, estratificados en tres grupos de edad, para abarcar toda la edad pediátrica. Estos estudios se llevan a cabo con tres dosis diferentes de vacuna (ensayos TenCOVE y KidCOVE de Moderna) 3 . En el caso de los lactantes menores de 6 meses se podría obtener protección a través de la vacunación de las embarazadas. Los niños y los adolescentes tienen, en comparación con los adultos, una incidencia más baja de infección y un riesgo menor de presentar formas graves, de requerir hospitalización, de ingreso en las unidades de cuidados intensivos (UCI) y de muerte. Sin embargo, también pueden infectarse, enfermar y propagar la infección a su entorno. No hay que olvidar a los niños pertenecientes a grupos de riesgo y los convivientes de estos pacientes. Los datos de los Estados Unidos destacan que el 12% de todos los casos de COVID-19 han sido en niños y más de 300 han fallecido 4 . Los CDC señalan que el 21,5% de los pacientes que presentaron síndrome hiperinflamatorio multisistémico grave, que ocurre varias semanas después de la infección aguda por SARS-CoV-2, eran adolescentes de 12 a 17 años 2 . En segundo lugar, hay que vacunar a los adolescentes para contribuir a alcanzar lo antes posible la inmunidad colectiva o de grupo, en principio situada alrededor del 70% de la población. Sin embargo, cada vez más se postula que este porcentaje debe alcanzar el 80-85% 5 dado que las vacunas actuales probablemente proporcionan una inmunidad de corta duración y no producen una inmunidad esterilizante. Aunque actualmente ya se está demostrando una cierta capacidad de las vacunas para disminuir la infección y sobre todo la transmisión del virus desde el vacunado a la persona susceptible, presentando una menor frecuencia y una carga viral más baja. Además, la amenaza de la aparición de variantes que preocupan por su mayor contagiosidad, con unos números básico y efectivo de reproducción (R0 y Rt) más altos, y que pueden evadir la inmunidad vacunal, hace necesario que haya una mayor proporción de población vacunada. Si no se vacuna a los niños y adolescentes tendremos millones de personas capaces de mantener la circulación del virus activa. La población española de 12 a 18 años es de 3,4 millones y representa el 7,2% del total, un porcentaje valorable para incrementar la inmunidad colectiva. Por último, en muchos países, la vacunación es necesaria para restaurar la estabilidad del sistema educativo con la finalidad de mantener abiertas las escuelas, con las ventajas que esto comporta tanto para los adolescentes (en especial para su salud mental y el impacto educativo y emocional) como para sus padres (por los graves problemas laborales, económicos y sociales que les supone el cierre de las escuelas). En España, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional, a lo largo del curso escolar 2020-2021 se ha comprobado que los casos y brotes producidos en este ámbito han sido muy reducidos, con un porcentaje muy pequeño de aulas (inferior al 2%) cerradas por estar confinadas por cuarentena 6 . La transmisión de la infección en la escuela es baja, sobre todo en los niños menores de 12 años, que casi siempre se han contagiado en su propio domicilio; en el adolescente la situación va cambiando por la mayor actividad y el comportamiento social que se tiene a esta edad. La forma en que han funcionado las escuelas e institutos en España ha sido ejemplar permitiendo la presencialidad de los alumnos de primaria y secundaria adaptada a la situación pandémica. La incidencia de la enfermedad en la infancia se ha objetivado que ha aumentado con el transcurrir de la pandemia en una proporción creciente, pero en parte esto se debe a que en las primeras fases de la pandemia solo se diagnosticaban y notificaban los casos graves, los que ingresaban, y la mayoría eran adultos. De las diferentes etapas que abarca la pediatría, la adolescencia es la que padece COVID-19 con más frecuencia. En España, según datos del Ministerio de Sanidad con fecha del 15 de abril de 2020 7 , las cifras de incidencia en los menores de 10 años y en los de 10 a 19 años eran del 0,3% y el 0,6% del total de casos notificados, respectivamente, y la hospitalización era del 0,2% para cada grupo de edad, con un 0,4% y un 0,1% en la unidad de cuidados intensivos; datos coincidentes con los de las primeras series publicadas en China 8. Un año después, en la actualización de la situación de la COVID-19 en España de 5 de mayo de 2021, entre los casos notificados a partir del 10 de mayo de 2020 (momento en que se simplificó la hoja de recogida de datos) el número de casos en menores de 15 años representó un 12,8%, y en el grupo de 15 a 29 años, en el que los primeros años corresponden a la adolescencia, fue un 19,8%. El grupo de niños hasta 14 años de edad que necesitaron hospitalización representó el 0,6% (7,3% de hospitalización en todas las edades), y en la UCI el 0,03%. Hubo 12 fallecimientos 9 . Para prevenir esta enfermedad disponemos de una vacuna de calidad, segura, inmunógena y eficaz. Tras la realización de un ensayo clínico con 2260 adolescentes de 12 a 15 años sin evidencia previa de infección por SARS-CoV-2, asignados al azar 1:1 para recibir vacuna o placebo (solución salina), con una mediana de seguimiento de 2 meses, se ha observado una robusta respuesta de anticuerpos, con una inmunogenicidad superior a la del grupo de 16 a 25 años del ensayo de registro (media geométrica de los títulos de anticuerpos neutralizantes: 1239 y 705, respectivamente). Los datos de comparación inmunopuente (immuno-bridging) de los receptores de la vacuna con los del grupo de 16 a 25 años respaldaron la eficacia vacunal, que confirmó la fase 3 del ensayo clínico. Se observó asimismo una buena tolerabilidad de la vacuna, similar también a la del grupo de edad comparativo de la inmunogenicidad. Las manifestaciones más frecuentes fueron cansancio, fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y dolor en el punto de inyección, y fueron más frecuentes e intensas después de la segunda dosis. La eficacia clínica frente a la enfermedad sintomática fue del 100%; los 18 casos de enfermedad que aparecieron pertenecían todos al grupo que recibió placebo y no hubo casos entre los vacunados 2 . J o u r n a l P r e -p r o o f 6 En una segunda etapa, cuando se conozcan los resultados de los ensayos clínicos que se están realizando en niños menores de 12 años, se deberán considerar las estrategias que hay que seguir en los diversos subgrupos de edad, desde los 6 meses, valorando la relación beneficio-riesgo, la evolución de la pandemia y la disponibilidad de vacunas. Cuando la población adulta esté vacunada, la población susceptible que quede, entre ella la infantil, será la que permitirá que el virus siga circulando. En un mundo globalizado, en la situación concreta de una pandemia, las vacunas deben llegar a todo el mundo por un deber ético, de solidaridad, justicia social y equidad vacunal. Además, hay que recordar que si no se protege a todo el mundo, los países con altas coberturas vacunales tampoco estarán protegidos. En estas circunstancias, ¿los países más desarrollados pueden utilizar vacunas para sus adolescentes, que no tienen un riesgo importante de enfermedad grave y de muerte, cuando muchos países de bajos recursos económicos no disponen de vacunas para proteger a sus grupos de riesgo más vulnerables? Lo prioritario es que las vacunas lleguen a los países que más las necesitan, pero no debemos olvidar que los adolescentes también deben ser vacunados; la obligación ética y el principio de equidad vacunal deben regir también en la adolescencia. El autor de esta editorial forma parte del comité de redacción de la revista Vacunas. years. United States Moderna announces first participants dosed in phase 2/3 study of COVID-19 vaccine candidate in pediatric population FDA expands Pfizer Vaccine EUA for children ages 12-15 -Medscape Cinco mitos de la inmunidad de grupo El segundo trimestre del curso escolar concluye con el 99,6% de aulas abiertas, gracias al esfuerzo continuo de la comunidad educativa Actualización n.º 76. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19) Characteristics of and important lessons from the coronavirus disease 2019 (COVID-19) outbreak in China: summary of a report of 72.314 cases from the Chinese Center for Disease Control and Prevention Situación de COVID-19 en España. Casos diagnosticados a partir 10 de mayo. Informe COVID-19, 5 de mayo de 2021 Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19, de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones. 11 de mayo de 2021 Vacunación frente a la Covid de niños y adolescentes