key: cord-0976368-h4s9f8p9 authors: Sevillano, Sergio Nuñez title: Abordaje holístico de las secuelas por COVID19 date: 2022-03-21 journal: Rev Psiquiatr Salud Ment DOI: 10.1016/j.rpsm.2022.02.004 sha: 48135b7bbaafcc8e40c658b2a0c52db627060961 doc_id: 976368 cord_uid: h4s9f8p9 nan J o u r n a l P r e -p r o o f Desde el inicio de la pandemia, la importancia sobre los efectos agudos del COVID19 han superado a la visión longitudinal del proceso y sus consecuencias. Aunque algunos autores establecían una ola emocional (1), las estrategias generales se han enfocado en una orientación estrictamente somática de la pandemia y de sus consecuencias sobre cada individuo. Tras los primeros meses de pandemia, no solo se empezó a evidenciar una elevada variedad de secuelas tras la infección si no que se han establecido procesos asistenciales específicos para abordar dichas secuelas. En el caso que nos atañe, en Sanidad de Castilla y León (Sacyl) se estableció un proceso asistencial integrado que aborda el llamado "síndrome del COVID persistente" (2) . Este proceso pretende establecer las directrices generales para el abordaje de los pacientes que hayan padecido la infección por COVID y su seguimiento a largo plazo. Desde junio de 2020 hemos sido los encargados de la atención en salud mental de todas las consecuencias de la pandemia. No solo las consecuencias emocionales propias del trauma vivido, cuyas consecuencias a nivel afectivo son señaladas por la CDC(3) y otros reportes a nivel nacional (4) [MOU1], si no cualquier malestar que interfiera con el funcionamiento del individuo que tenga una relación directa con el COVID19. La salud mental ha estado siempre comprometida dada la elevada incertidumbre ocasionada por el virus, generando una frustración sostenida que se ha relacionado con el aumento de la suicidabilidad respecto a años previos (5) [MOU2],. Lo que inicialmente eran predominantemente duelos complicados por las situaciones de alienación vividas, ahora pueden ser trastornos por estrés post-traumático o trastornos adaptativos de las consecuencias socioeconómicas de dicha pandemia. Este programa, como no podía ser de otra manera, ha tenido que reevaluarse y adaptarse a las nuevas necesidades. Vale la pena destacar como la presencia de apoyo a los profesionales de la salud ha incrementado, con cuadros cada vez más agudos y menos cronificados, que denota una buena alianza terapéutica y la importancia de una atención temprana para los buenos resultados. Desde agosto de 2020 se ha empezado a ver un porcentaje de pacientes con clínica somática secundaria a la infección, casos que actualmente son más frecuentes (6) . Por supuesto, estos pacientes eran explorados y consultados por los respectivos especialistas de neumología, medicina interna y reumatología, pero un porcentaje de ellos no tenían una organicidad explicable ante la clínica presentada. La clínica que presentan los pacientes a largo plazo es amplia, desde la disnea hasta la fatiga crónica (7) en muchos casos sin pruebas funcionales que demuestren dichos síntomas. A través del proceso asistencial integrado de nuestra comunidad estamos aportando la experiencia clínica de este año y medio de trabajo, en el que hemos tenido que adaptar nuestra práctica clínica a entidades conocidas de las que sí hay evidencia científica sólida para poder tener herramientas útiles para nuestros pacientes. La presencia de un gran número de pacientes que han perdido funcionalidad sin una solución a sus síntomas va ligada a una vivencia traumática durante la pandemia y sugiere la presencia de un componente psicosomático importante. Desde nuestro programa seguimos un enfoque multidisciplinar en contacto estrecho con las especialidades con mayor protagonismo en el síndrome del COVID persistente con buenos resultados en la aplicación de tratamientos psicofarmacológicos basados en la fatiga crónica(8)(9). Dentro de la incertidumbre actual, del conocimiento limitado respecto al virus y de la vorágine de evidencia científica superespecializada de dichos síntomas, quizás sea importante valorar el conocimiento previo de entidades similares, como la sensibilización central o la fatiga crónica de trastornos como la fibromialgia, en los que tenemos mayor bagaje y experiencia con fármacos noradrenérgicos como la duloxetina (8) . Dicha clínica conlleva valorar posibles somatizaciones para lo que herramientas como la Modified Somatic Perception Questionnaire(10) pueden ser muy útiles en la práctica clínica. Para nosotros es importante no solo entender el impacto directo a nivel afectivo de la pandemia vivida, sino que dicha situación sostenida en el tiempo genera una indefensión aprendida y podría provocar una serie de manifestaciones de naturaleza psicosomática(7,11) que justifican la presencia de profesionales en Salud Mental no solo como apoyo durante la infección y sus consecuencias, si no también cuando la explicabilidad de las secuelas no es suficiente y el sufrimiento sigue presente. Since the beginning of the pandemic, the emphasis on the acute effects of COVID19 has overtaken the longitudinal view of the process and its consequences. Although some authors have established an emotional wave (1), general strategies have focused on a strictly somatic orientation of the pandemic and its consequences on each individual. After the first months of the pandemic, not only a wide variety of sequelae become visible after infection, but also specific care processes have been established to deal with these consequences. In our case, the Castilla y León Health Service (Sacyl) established an integrated care process to deal with the so-called "persistent COVID syndrome" (2) . This process aims to establish general guidelines for the management of patients who have suffered from COVID infection and their long-term follow-up. Since June 2020, we have been responsible for the mental health care of all the consequences of the pandemic. Not only the emotional consequences of the experienced trauma, whose consequences at the affective level are reported by the CDC(3) and some other national reports(4), but also any discomfort that interferes with the functioning of any individual directly related to COVID19. Mental health has always been compromised given the high uncertainty caused by the virus, generating a sustained frustration that has been related with an increased suicidality compared to previous years (5) . What initially were mainly complicated grief due to the alienation situations experienced, may now be post-traumatic stress disorders or adaptive disorders due to the socioeconomic consequences of the pandemic. This program, of course, had to be reevaluated and adapted to the new necessities. It is remarkable how the presence of support to health professionals has grown, with more acute symptoms and less chronic conditions, denoting a good therapeutic alliance and the importance of early care for successful outcomes. Since August 2020, we have started to see a proportion of patients with somatic symptoms due to the infection (6) . Of course, these patients were explored and consulted by the respective specialists in pneumology, internal medicine and rheumatology, but a percentage of them had no explainable organicity. The clinical presentation of long-term patients is wide ranging, from dyspnea to chronic fatigue (7) in many cases without functional evidence to prove these symptoms. Through the integrated care process of our community we are contributing the clinical experience of this year and a half of work, in which we have had to adapt our clinical practice to known entities for which there is solid scientific evidence in order to have useful tools for our patients. The presence of a significant number of patients who have lost functionality without a remedy to their symptoms is linked to a traumatic experience during the pandemic and suggests the presence of an important psychosomatic component. In our program, we follow a multidisciplinary approach in close contact with the specialties with a major involvement in the persistent COVID syndrome with good results in the application of psychopharmacological treatments based on chronic fatigue(8) (9) . Within the current uncertainty, the limited knowledge regarding the virus and the maelstrom of super-specialized scientific evidence of such symptoms, it may be important to assess the previous knowledge of similar entities, such as central sensitization or chronic fatigue of disorders such as fibromyalgia, in which we have more background and experience with noradrenergic drugs such as duloxetine (8) . This clinical practice involves assessing possible somatization for which tools such as the Modified Somatic Perception Questionnaire(10) can be very useful in clinical practice. For us it is important not only to understand the immediate affective impact of the pandemic experienced, but also that such a situation sustained over time generates learned helplessness and could provoke a series of manifestations of a psychosomatic nature (7, 11) that justify the presence of Mental Health professionals not only as support during the course of the infection and its consequences, but also when the explainability of the sequelae is not sufficient and the suffering is still present. Are we facing a crashing wave of neuropsychiatric sequelae of COVID-19? Neuropsychiatric symptoms and potential immunologic mechanisms Proceso asistencial integrado: COVID persistente Substance Use, and Suicidal Ideation During the COVID-19 Pandemic -United States Informing the response to COVID-19 in Spain: priorities for mental health research. Revista de Psiquiatría y Salud Mental Intentos e ideas de suicidio durante la pandemia por COVID-19 en comparación con los años previos Functional neurological disorder after COVID-19 vaccination Psychosomatic diseases and COVID-19 Placebo-Controlled, Double-Blinded Trial of Duloxetine in the Treatment of General Fatigue in Patients With Chronic Fatigue Syndrome Chronic fatigue syndrome Accuracy of the Modified Somatic Perception Questionnaire and Pain Disability Index in the Detection of Malingered Pain-Related Disability in Chronic Pain. The Clinical Neuropsychologist Psychosomatic Medicine and Covid-19 Pandemic