key: cord-0817054-036penqk authors: Jiménez Benito, J.; Gajate Paniagua, N.; Sánchez, M. Tabares; de las Heras Gómez de Liaño, M.E.; Pontón Méndez, P.; Portilla Blanco, R. title: Reivindicando la validez del oftalmólogo general. Homenaje al Dr. Li Wenliang (1986-2020) date: 2020-06-15 journal: Arch Soc Esp Oftalmol DOI: 10.1016/j.oftal.2020.04.020 sha: bb5354c43dc22bcbf47e9a198545488a1a86635c doc_id: 817054 cord_uid: 036penqk nan I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Recibido el 4 de abril de 2020 Aceptado el 26 de abril de 2020 Nuestra profesión se ha complicado muy notablemente y nadie sensato cuestiona la imposibilidad de abarcar todas las subespecialidades de la oftalmología. En la oftalmología española contemporánea sorprende el gran número de sociedades dedicadas a las subespecialidades y, por supuesto, todas tienen sus juntas directivas, congresos anuales y también las correspondientes cuotas para sus socios. Quizá la Sociedad Española de Oftalmología pudiera gestionar las reuniones de las subespecialidades, aunque supongo que es muy complicado por el imparable, y en ocasiones enfermizo afán en conseguir notoriedad dentro de la profesión. Conseguir ser subespecialista presenta un enorme atractivo a los médicos residentes, posiblemente para conseguir una identidad diferencial en el gran colectivo de oftalmólogos que somos en España y en la creencia que la subespecialización ofrecerá más oportunidades laborales. Esta cultura de la subespecialización se concreta en la creciente oferta de máster o fellow en las diferentes subespecialidades que, todo hay que decirlo, tiene un componente económico no despreciable. * Autor para correspondencia. Correo electrónico: jjimenez@saludcastillayleon.es (J. Jiménez Benito). No obstante, conviene recordar a los médicos residentes que la realidad cotidiana asistencial puede ser menos glamurosa que la anhelada subespecialización, en gran medida por 2 motivos: 1. Muchos oftalmólogos trabajan en hospitales comarcales donde la actividad asistencial consiste fundamentalmente en atender las consultas de ambulatorio siendo menos necesarios grandes conocimientos de subespecialistas. 2. Tampoco es fácil incorporarse a las secciones de subespecialidades en los servicios de oftalmología de hospitales medianos o grandes, porque ya hay compañeros que están en dichas secciones. Además, la mayor demanda asistencial está en las consultas de ambulatorio donde los conocimientos requeridos son de oftalmología general. No estamos denostando la subespecialización, pero creemos oportuno advertir a los compañeros más jóvenes, muchos de ellos obsesionados con formarse en las subespecialidades, que pueden sentir gran frustración si después de dicha formación tienen que ejercer una actividad asistencial no tan https://doi.org/10.1016/j.oftal.2020.04.020 0365-6691/© 2020 Sociedad Española de Oftalmología. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados. cualificada. Es evidente, que la subespecialización es necesaria e imparable en la oftalmología, porque permite una mejor calidad asistencial a determinados pacientes, pero creemos muy recomendable unos años de experiencia cómo oftalmólogo general y después valorar acceder a la subespecialización que se puede adquirir de manera paulatina con la ayuda de los demás compañeros de la subespecialidad y con el recomendable estudio individual. Aunque puede ser una opción razonable, no es imprescindible el máster o fellow para conseguir la anhelada subespecialidad, ya que todos conocemos brillantes subespecialistas que no los hicieron. Consideramos importante recordar que la mayor parte de la demanda asistencial de la población puede ser asumida por un oftalmólogo general que tenga interés en la formación continuada. El trabajo profesional del oftalmólogo general puede ser muy gratificante ya que sus conocimientos le permiten tratar muchas afecciones y solo en determinados casos derivarlos al subespecialista. Así requiere formación en las múltiples pruebas diagnósticas y en diferentes técnicas quirúrgicas que deben ir más allá de la cirugía de catarata, como pueden ser cirugías de párpado no muy complejas, cirugía de vía lagrimal como dacriocistectomías, tratamientos láser, inyecciones intraoculares. . . Incluso pueden tener conocimientos propios de oftalmólogo general como pueden ser en bioética, en estadística o en gestión hospitalaria, asuntos que habitualmente son olvidados por las subespecialidades. Ser un buen oftalmólogo general es un enorme reto profesional siendo su trabajo asistencial tan válido y necesario como el del oftalmólogo subespecialista. El exceso de especialización puede tener riesgos que ya advirtió el intelectual Salvador de Madariaga (1886-1978) a quien se le atribuye la siguiente frase: Un experto es alguien que sabe cada vez más sobre cada vez menos, hasta llegar a conocerlo absolutamente todo sobre nada. Terminamos esta editorial con un sentido homenaje al oftalmólogo chino Dr. Li Wenliang 1 (1986-2020) que descubrió el coronavirus (SARS-CoV-2) y falleció por COVID-19 con solo 34 años. El Dr. Li Wenliang estaba atendiendo a un paciente con glaucoma que desarrolló fiebre y tos 2 . Nuestro colega, en lugar de hacer una interconsulta y desentenderse del problema, tuvo interés en el seguimiento del paciente, observó que padecía una neumonía atípica y ayudó a identificar la etiología por coronavirus, que ahora conocemos como SARS-CoV-2. Por su edad, es dudoso que fuera un subespecialista de prestigio, pero fue un extraordinario médico oftalmólogo general, porque además de revisar un glaucoma se preocupó por el paciente, actitud digna de admiración ¿no lo creen? b i b l i o g r a f í a Coronavirus kills Chinese whistleblower ophthalmologist [consultado