key: cord-0750991-iwsotkhf authors: López-Hurtado, Marcela; Cuevas-Recillas, Karla N.; Flores-Salazar, Verónica R.; Guerra-Infante, Fernando M. title: ADN de Chlamydia trachomatis en leucocitos de sangre periférica de neonatos date: 2014-12-20 journal: Enferm Infecc Microbiol Clin DOI: 10.1016/j.eimc.2014.09.019 sha: b03b3df01220d5d440baf6f7542407c047c28ab9 doc_id: 750991 cord_uid: iwsotkhf INTRODUCTION: Diagnosis of Chlamydia trachomatis infection in newborns is difficult; however, this diagnosis is performed by cell culture or by detection of IgM antibodies against C. trachomatis. Detection of C. trachomatis DNA in peripheral blood leukocytes using polymer chain reaction (PCR) may be a better tool for the diagnosis of infection by this pathogen. MATERIAL AND METHODS: A total of 44 premature newborns, all weighing less than 2500 g, were included in the study. A blood sample and nasopharyngeal lavages were obtained from each newborn. Leukocyte DNA was obtained by phenol-chloroform extraction technique. Detection of C. trachomatis was performed by amplifying the ompA gene using the PCR endpoint. Cell culture tests and the detection of IgM antibodies against C. trachomatis by microimmunofluorescence assay were also performed. RESULTS: Twenty newborns were PCR-positive (45.5%), with this test being significantly associated with the presence of pneumonia (RR = 2.28; 95% CI: 1.01 to 5.17; P = .035). The cell culture of nasopharyngeal lavage was positive in only 7 samples and no significant association was observed with any clinical or laboratory data. The titer of IgM antibodies against C. trachomatis associated with PCR-positive was 1:32 (RR = 2.74; 95% CI: 1.21 to 6.23; P = .008), however this titer was not associated with the presence of pneumonia. CONCLUSION: DNA detection in peripheral blood leukocytes could be useful for diagnosis of C. trachomatis infection. was positive in only 7 samples and no significant association was observed with any clinical or laboratory data. The titer of IgM antibodies against C. trachomatis associated with PCR-positive was 1:32 (RR = 2.74; 95% CI: 1.21 to 6.23; P = .008), however this titer was not associated with the presence of pneumonia. Conclusion: DNA detection in peripheral blood leukocytes could be useful for diagnosis of C. trachomatis infection. © 2014 Elsevier España, S.L.U. and Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. All rights reserved. Chlamydia trachomatis es considerada la bacteria que se aísla con mayor frecuencia en las infecciones de transmisión sexual 1 . En la mujer embarazada puede provocar embarazos ectópicos, partos pretérmino, rotura prematura de membranas, corioamnionitis, aborto espontáneo y mortalidad perinatal 2 . El recién nacido puede adquirir la infección cuando pasa a través del canal de parto o durante la rotura prematura de membranas, y posiblemente también in utero [3] [4] [5] . Las manifestaciones clínicas más comunes en el recién nacido son la conjuntivitis o la neumonía, las cuales aparecen entre las 4 y las 11 semanas después del nacimiento 3, [5] [6] [7] . El diagnóstico de infección por C. trachomatis en el recién nacido es difícil y en algunas ocasiones tardío, y los métodos empleados con mayor frecuencia son la detección de anticuerpos IgM anti C. trachomatis mediante la prueba de microinmunofluorescencia (MIF) 7-9 y la detección de antígeno mediante el cultivo celular e inmunofluorescencia directa 10, 11 . Se ha informado que uno o más órganos de los recién nacidos pueden ser colonizados por esta bacteria; esta infección generalizada posiblemente es mediante vía hematógena 12, 13 . Los monocitos son considerados como los susceptibles a la infección por esta bacteria, los cuales en el tejido se transformarán en macrófagos 14, 15 . Desde el año 2001 se ha detectado Chlamydia trachomatis y/o Chlamydia pneumoniae en leucocitos de sangre periférica de personas adultas y niños en edad preescolar y escolar 15, 16 . El objetivo de esta investigación fue determinar la utilidad de la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la detección de ADN de C. trachomatis en sangre de recién nacidos con dificultad respiratoria. Cincuenta recién nacidos con datos clínicos de neumonía atípica o sepsis fueron evaluados para la detección de ADN de C. trachomatis en leucocitos de sangre periférica. Se extrajeron 500 l de sangre en tubos microtainer con EDTA mediante la punción de la vena basílica del dorso de la mano. De igual forma se obtuvieron muestras de lavado nasofaríngeo, las cuales fueron depositadas en medio de transporte 2 SP. Las muestras de sangre fueron centrifugadas a 3.000 g × 10 min a 10 • C, posteriormente se recuperaron tanto la capa de células blancas (Buffy coat) como el plasma. Los leucocitos fueron utilizados para la extracción de ácidos nucleicos y la identificación de ADN de Chlamydia mediante PCR de punto final. El plasma fue guardado en tubos Eppendorf a −70 • C para determinar la presencia de anticuerpos IgM anti C. trachomatis mediante MIF. Las muestras de lavado nasofaríngeo fueron utilizadas para el diagnóstico de C. trachomatis mediante cultivo celular e inmunofluorescencia directa. Antes de la obtención del ADN de los leucocitos, se eliminaron los eritrocitos mediante 2 lavados con 1 ml de la solución de lisis de glóbulos rojos (Tris-HCl 10 mM, MgCl 5 mM y NaCl 10 mM) por centrifugación a 1.500 g × 7 min a temperatura ambiente. Ya eliminados los eritrocitos, los leucocitos fueron incubados con 200 l de la solución de lisis para glóbulos blancos (Tris base 10 mM, EDTA 10 mM, NaCl 50 mM, SDS 0,2%, pH 7,6 con 10 l de proteinasa K a una concentración de10 mg/ml) en baño maría a 55 • C por 1 h. Posteriormente el ADN fue obtenido mediante la técnica de fenolcloroformo. Se emplearon 2 técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de punto final para confirmar la presencia del ADN de C. trachomatis. La primera de ellas fue para amplificar un producto del gen ompA de 129 pb y la segunda, para obtener un producto del mismo gen de 1.142 pb. Los iniciadores empleados para la primer PCR fueron los reportados por Dutilh et al. 17 : Momp1 (5 -GCCGCTTTGAGTTCTGCTTCCTC-3 ); Momp2 (5 -CCAAGTGGTGCAAGGATCGCA-3 ), y en la segunda PCR se utilizaron los iniciadores reportados por Yang et al. 18 : OMP1 (5 -GCCGCTTTGAGTT CTGCTTCCTC-3 ) y OMP2 (5 -ATTTACGTGAGCAGCTCTCT CAT-3 ). En la mezcla de reacción se utilizaron las siguientes concentraciones: 1,75 mM de MgCl 2 , 0,2 mM de dNTP, 25 pM de cada uno de los iniciadores, 2,5 U de Taq polimerasa (GoTaq ® Flexi ADN polimerasa de Promega © , Madison, WI, EE. UU.) y 5 l del ADN de la muestra para un volumen final de 25 l. En la primera PCR, la mezcla de reacción se incubó durante 5 min a 95 • C, seguido por 35 ciclos de 1 min a 95 • C para la desnaturalización, seguido de 2 min a 61 • C para la alineación y 1 min a 70 • C para la extensión. La elongación final fue de 5 min a 70 • C. La segunda PCR se realizó bajo las mismas condiciones, solo cambió el tiempo y la temperatura de alineación, las cuales fueron: 1 min a 59 • C (termociclador: MJ Research, Inc.Mod. PTC-100. Watertown, Mass, EE. UU.). Para la detección de Mycoplasma se utilizó la técnica de PCR descrita por Van Kuppeveld et al. 19 , y los iniciadores utilizados fueron: MGSO (5 -GCACCATCTGTCACTCTGTTAACCTC-3 y GPO-1 (5 -ACTCCTACGGGAGGCAGC AGTA-3 ). La mezcla y las condiciones de reacción fueron utilizadas tal como se describió previamente 13 . La técnica de microinmunofluorescencia (MIF) se llevó a cabo de acuerdo con el procedimiento descrito en el instructivo de los proveedores (Chlamydia pneumoniae IgG/IgM Micro-IF Test kit, Ani Labsystems Ltd. Oy, Vantaa, Finlandia). La presencia de fluorescencia y la intensidad de esta se evaluaron mediante un microscopio de epifluorescencia Axio Scope.A1 (Carl Zeiss, Alemania). Para el cultivo celular se emplearon células McCoy, y la detección de Chlamydia trachomatis se llevó a cabo mediante inmunofluorescencia directa empleando el kit comercial Chlamydial Direct IF (BioMérieux SA. F-69280 Marcy l'Etoile, Francia); posteriormente se siguió el procedimiento tal y como se describió previamente 20 . Cultivo celular para virus sincitial respiratorio Las muestras de lavado nasofaríngeo fueron depositadas en el medio de transporte, el cual fue utilizado para infectar células Hep-2 y Vero. La identificación del virus se realizó mediante el uso de anticuerpos monoclonales anti-virus sincitial respiratorio (RSV3-FITC Novocastra, Leica Biosystem, Balliol Business Park West, Reino Unido). El procesamiento de las muestra se realizó tal y como se describió previamente 10 . Se realizaron cultivos microbiológicos de aspirado bronquial. Se utilizaron medios artificiales selectivos y diferenciales para el aislamiento de las bacterias y levaduras; la identificación de estos se realizó mediante pruebas bioquímicas en un equipo automatizado Vitek 2 compact (BioMérieux) Los resultados fueron sometidos a análisis estadístico mediante la prueba t de Student (a un nivel de significación de p = 0,05) para pruebas paramétricas. Para pruebas no paramétricas se utilizó el ji-cuadrado. La magnitud de las asociaciones entre las variables fue expresada como riesgo relativo (RR) en un intervalo de confianza del 95%. Las diferencias fueron consideradas estadísticamente significativas cuando el valor de p fue menor de 0,05. La información obtenida fue analizada con el programa SPSS para Windows (versión 17.0.1, 2008; IBM Corporation, New Orchard Road. Armonk, NY, EE. UU.). También se determinaron la sensibilidad y la especificidad de cada una de las pruebas para la detección de C. trachomatis. Para ello se consideraron pacientes positivos a la infección por esta bacteria cuando 2 o más de las pruebas de diagnóstico fueron positivas (amplificación positiva del gen ompA, cultivo celular positivo o título de anticuerpos IgM mayor o igual a 1:32). En la tabla 1 se muestra la información referida a los datos clínicos y microbiológicos de la población estudiada. Se analizaron solo 44 recién nacidos de un total de 50, todos ellos con dificultad respiratoria. Seis pacientes fueron excluidos debido a la falta de datos clínicos. Todos los pacientes analizados fueron menores de 36 semanas de gestación (rango de 24,7-35 ± 2,34) y con peso al nacimiento menor de 2.500 g (rango de 600-2.065 ± 326,7). En un solo paciente se aisló C. albicans del aspirado bronquial, y en ningún caso se evidenció infección por virus sincitial respiratorio. A 20 de los recién nacidos (45,5%) se les detectó ADN de C. trachomatis (PCR-positivos) en sus leucocitos de sangre periférica (tabla 1). La neumonía y la sepsis fueron los 2 padecimientos que se reportaron con mayor frecuencia al momento de la toma de las muestras; sin embargo, solo la neumonía se asoció significativamente con los pacientes que fueron PCR-positivo (RR = 2,28; IC 95%: 1,01-5,17; p = 0,035). En cuanto a los pacientes que mostraron sepsis, 13/15 fueron PCR-positivo con neumonía (RR = 2,17; IC 95%: 0,73-6,46; p = NS, datos no mostrados) y solo 2 de estos tuvieron hemocultivo positivo, uno a S. aureus y otro a Enterobacter cloacae (datos no mostrados). El peso, la talla y la circunferencia cefálica se asociaron directamente con la edad gestacional (coeficiente de correlación Sperman rho 0,44; 0,57; 0,50; p = 0,003, respectivamente; datos no mostrados) y no con la detección del ADN de C. trachomatis. Otro de los patógenos identificados en 10 muestras de ADN en sangre fue Mycoplasma spp. Ocho de estos se asociaron con la presencia de ADN de C. trachomatis (RR = 2,27; IC 95%: 1,31-3,93; p = 0,027). En cuanto a los niveles de leucocitos totales y de eosinófilos, no estuvieron asociados con la PCR-positiva. Otro aspecto estudiado fue la serología, mediante la cual se llevó a cabo la detección de anticuerpos IgM anti-C. trachomatis; los resultados obtenidos se muestran en la tabla 2. En 23 pacientes se identificaron títulos mayores o iguales a 1:32; de ellos, 15 fueron PCR-positivo (RR = 2,74; IC 95%: 1,21-6,23; p = 0,008). Al identificar la sensibilidad y la especificidad de la prueba serológica se encontró que estas eran del 88,89 y del 73,07%, respectivamente. El análisis de la curva ROC indica que la prueba es menos sensible para identificar a neonatos con infección por C. trachomatis ( fig. 1 ). En cuanto al cultivo celular, se identificaron 7 muestras positivas, de las cuales solo 5 fueron PCR-positivo, mostrando una sensibilidad y una especificidad del 27,78 y del 92,31%, respectivamente (tabla 3). Las afecciones que se producen durante una infección por C. trachomatis en el recién nacido son la neumonía y la conjuntivitis, las cuales aparecen entre la cuarta y la undécima semana de vida 21 . El diagnóstico de infección por este patógeno es difícil; sin embargo, se realiza mediante el cultivo celular o por la detección de anticuerpos IgM anti-C. trachomatis. El cultivo celular es considerado como el estándar de oro debido a que se pueden observar los cuerpos elementales y reticulares cuando se utiliza para la detección una técnica de inmunofluorescencia directa 10, 22 . Sin embargo, diversos estudios han informado que esta técnica tiene una sensibilidad del 50 al 85% 22, 23 . En este estudio solo 7 pacientes fueron positivos a la infección por este patógeno, y el análisis estadístico no mostró ninguna asocia- ción con los datos clínicos y microbiológicos que mostraron los pacientes. Solo por mencionar, 5 de estos pacientes mostraron neumonía y fueron PCR-positivos. Aunque la especificidad que mostró el cultivo celular en este estudio fue aceptable, la sensibilidad fue baja; posiblemente esto se debió a que la muestra fue mal tomada o por la presencia de sustancias que inhiben el crecimiento de la bacteria, o que dañen las células del cultivo celular. Actualmente la detección de anticuerpos no es considerada como una prueba eficiente para identificar infecciones activas por C. trachomatis en pacientes adultos. Sin embargo, la identificación de anticuerpos IgM anti-C. trachomatis es apreciada como una prueba de diagnóstico en aquellos niños que muestran neumonía 3, 7 . La MIF, que fue desarrollada en los años setenta y consiste en la reacción de los anticuerpos del paciente con los cuerpos elementales de Chlamydia, es considerada como el mejor método para el diagnóstico de infección por C. pneumoniae, reportándose una sensibilidad hasta del 92% 9, 22, 24 . En esta investigación se encontró que solamente el título de anticuerpos 1:32 se asoció significativamente con la detección de ADN de C. trachomatis obtenido de los leucocitos de estos pacientes y con una asociación negativa con aquellos que mostraron conjuntivitis (RR = −2,43; IC 95%: 1,67-3,55; p = 0,019), es decir, que la infección en la conjuntiva posiblemente no induce la producción de anticuerpos. Además se demostró que esta prueba tiene una sensibilidad buena pero una especificidad baja, lo cual corrobora la reactividad cruzada observada entre C. pneumoniae y C. psittaci; esta reactividad probablemente está dirigida hacia el antígeno de género que es el lipopolisacárido 22 . En cuanto a las técnicas de amplificación de ácidos nucleicos, se reporta que tienen una sensibilidad del 90 al 95% y que en teoría pueden detectar hasta un cuerpo elemental 22, 23 . Además, la adición experimental de cuerpos elementales en muestras de esputo ha demostrado que estas técnicas son capaces de detectar hasta 5 cuerpos elementales 25 . También se ha informado que la detección ADN de C. pneumoniae y C. trachomatis en sangre es posible 15, 25 . En este estudio se demostró que efectivamente se puede identificar el ADN de C. trachomatis en muestras de sangre, ya que se logró amplificar el gen ompA de este patógeno mediante 2 técnicas diferentes de PCR. El análisis estadístico mostró que la técnica de PCR-positiva estuvo asociada significativamente con la presencia de neumonía, con la dilución del suero y con la presencia de ADN de Mycoplasma. Se ha informado que C. trachomatis está involucrado en el desarrollo de parto pretérmino, rotura prematura de membranas, corioamnionitis y bajo peso al nacimiento 2 . En esta investigación no se logró demostrar asociación con parto pretérmino, ya que todos los recién nacidos estudiados fueron menores de 35 semanas de gestación. En cuanto a la rotura prematura de membranas, estuvo presente en 12 pacientes; sin embargo, no hubo asociación con la PCR-positiva, la corioamnionitis solo estuvo presente en un paciente y el bajo peso estuvo más asociado a las semanas de gestación que a la PCR-positiva. Otros hallazgos de laboratorio importantes que se han descrito en los recién nacidos infectados con C. trachomatis es la presencia de una eosinofilia. Numazaki et al. 21 han reportado eosinofilia de 400 células/mm 3 o más. Sin embargo, en este estudio 11/20 PCR-positivo mostraron eosinofilia menor a este valor. Otros microorganismos que pueden desarrollar signos clínicos de neumonía semejantes a los de C. trachomatis son las infecciones por virus sincitial respiratorio, citomegalovirus y Ureaplasma urealiticum 13, 21, 26 . En este estudio se observó que en ningún paciente hubo infección por virus sincitial respiratorio. Para citomegalovirus no se realizó el cultivo celular; no obstante, sus anticuerpos IgM anti-citomegalovirus fueron negativos. A pesar de lo anterior, una de las limitaciones del estudio es que no se identificaron otros virus, tales como virus de la parainfluenza, coronavirus y rinovirus 27 . Aunque cabe señalar que el virus más frecuente en niños menores de 2 meses de edad es el virus sincitial respiratorio, siendo hasta del 3% en recién nacidos prematuros menores de 32 semanas de gestación 28 . Otra limitante del estudio es que no se evaluó mediante PCR la presencia de C. trachomatis en las muestras de lavados nasofaríngeos. Actualmente existen pocos estudios que indican que hay buena significación estadística al emplear estas muestras 29 ; sin embargo, no existe una evaluación sobre la sensibilidad y la especificidad con respecto a otras técnicas que se utilizan para el diagnóstico de infección por esta bacteria, además de que hasta el 13% de las muestras respiratorias pueden contener sustancias que inhiben la PCR, como la sangre o el moco 30, 31 . Debido a lo anterior se decidió utilizar la serología como la prueba de diagnóstico estándar de infección por C. trachomatis en los recién nacidos y compararla con la detección del ADN de C. trachomatis de los leucocitos de los recién nacidos por la técnica de PCR. Por otro lado, la identificación del ADN de Mycoplasma en muestras PCR-positivas a C. trachomatis sugiere una co-infección con ambas bacterias. Cabe señalar que Mycoplasma hominis y Ureaplasma urealyticum son consideradas como parte de la flora normal de las mujeres con vida sexual activa, y en la actualidad existen evidencias clínicas y experimentales de que estos organismos contribuyen al desarrollo de corioamnionitis, de una respuesta inflamatoria fetal, de nacimientos pretérmino, de displasia broncopulmonar, de hemorragias intraventriculares y de enterocolitis necrosante 32 . Además, la co-infección entre C. trachomatis y especies de Mycoplasma o Ureaplasma ha sido reportada en pacientes con VIH 33 y en mujeres de 15 a 64 años de edad, que muestran infecciones genitales hasta en el 9% de los casos 34 . De manera similar, se ha reportado la co-infección entre Chlamydia pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae en infecciones de vías respiratorias en niños menores de 15 años 35 . Debido a lo anterior, no es extraño que ambos patógenos hayan sido detectados en estas muestras y la presencia de ambos pudiese haber exacerbado la enfermedad respiratoria en estos pacientes. Sin embargo, estos pacientes no mostraron datos clínicos y de laboratorio diferentes a los infectados solamente con C. trachomatis. Las infecciones respiratorias pueden ser producidas por otras bacterias o levaduras diferentes a Chlamydia o Mycoplasma; en esta investigación todos los cultivos microbiológicos de los aspirados bronquiales fueron negativos, excepto en un paciente, que mostró Candida albicans; esta levadura pudo haberse adquirido de manera congénita, aunque este neonato no presentó manifestaciones clínicas en la piel, por lo que esta infección se consideró de adquisición nosocomial 36, 37 . Finalmente, se concluye que el uso de PCR de punto final en leucocitos de sangre periférica es útil para la detección de ADN de C. trachomatis y muestra mayor sensibilidad para la detección de recién nacidos que han sido infectados por este patógeno. Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Chlamydia trachomatis: Impact on human reproduction Perinatal morbidity and mortality associated with chlamydial infection: A metaanalysis study Chlamydia trachomatis infection in early neonatal period Intrauterine lung infection with Chlamydia trachomatis in a premature infant Current problems of perinatal Chlamydia trachomatis infections Neonatal conjunctivitis caused by Chlamydia trachomatis Chlamydia trachomatis: a major agent of respiratory infections in infants from low-income families Chronic respiratory disease in premature infants caused by Chlamydia trachomatis The microimmunofluorescence test for Chlamydia pneumoniae infection: Technique and interpretation Prevalence of Chlamydia trachomatis in newborn infants with respiratory problems The use of polymerase chain reaction assay versus cell culture in detecting neonatal chlamydial conjunctivitis Uncommon cause of late neonatal death with refractory respiratory distress syndrome Reporting detection of Chlamydia trachomatis DNA in tissues of neonatal death cases Sensitivity and specificity of mouse peritoneal macrophages in the diagnosis of Chlamydia trachomatis infections Detection of Chlamydia in the peripheral blood cells of normal donors using in vitro culture, immunofluorescence microscopy and flow cytometry techniques The bronchial lavage of pediatric patients with asthma contains infectious Chlamydia Specific amplification of a DNA sequence common to all Chlamydia trachomatis serovars using the polymerase chain reaction DNA sequence polymorphism of the Chlamydia trachomatis omp1 gene Genus-and species-specific identification of mycoplasmas by 16S rRNA amplification Evaluación de la sensibilidad y especificidad de tres reactivos de inmunofluorescencia directa para el diagnóstico de Chlamydia trachomatis Chlamydia trachomatis infections in infants Current methods of laboratory diagnosis of Chlamydia trachomatis infections Epidemiology of Chlamydia trachomatis infection in women and the cost-effectiveness of screening Comparative seroepidemiologic analysis of Chlamydophila pneumoniae infection using microimmunofluorescence, enzyme immunoassay and neutralization test: Implications for serodiagnosis Application of blood-based polymerase chain reaction for detection of Chlamydia pneumoniae in acute respiratory tract infections Mycoplasmas and ureaplasmas as neonatal pathogens Viral etiology of acute respiratory infection in Gansu Province, China Respiratory syncytial virus-associated hospitalizations among children less than 24 months of age Polymerase chain reaction to detect Chlamydia trachomatis and adenovirus in the nasopharyngeal aspirates from paediatric patients with lower respiratory infections Identification of the heme compound copurified with deoxyribonucleic acid (DNA) from bloodstains, a major inhibitor of polymerase chain reaction (PCR) amplification Substances interfering with direct detection of Mycobacterium tuberculosis in clinical specimens by PCR: Effects of bovine serum albumin Perinatal inflammation and lung injury Co-infections with Ureaplasma parvum, Mycoplasma hominis and Chlamydia trachomatis in a human immunodeficiency virus positive woman with vaginal discharge A crosssectional study of Mycoplasma genitalium infection and correlates in women undergoing population-based screening or clinic-based testing for Chlamydia infection in London Rodríguez Fernández R. Coinfection with Chlamydia and Mycoplasma. Incidence in our environment Congenital candidiasis Ventilator associated pneumonia in critically-ill neonates admitted to neonatal intensive care unit, Zagazig University hospitals